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¿Qué se necesita para ser un atleta olímpico?: 15 elementos esenciales de acuerdo con un atleta que participó en dos Olimpiadas

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Para la mayoría, la travesía para llegar a ser un atleta olímpico es un proyecto de toda una vida. Puede comenzar como un sueño distante creado por las hazañas inspiradoras de tus ídolos en juegos anteriores, o tal vez tras experimentar por primera vez el gusto por tu deporte favorito en la escuela o en un club deportivo local. De cualquier manera, lo que siempre sucede después, si quieres llegar a la cima, son años de sacrificio, dedicación, desilusiones y, si eres uno de los afortunados, ¡el triunfo y la celebración!

¿Pero qué es lo que en realidad se requiere para convertirse en un atleta olímpico? ¿Todo se trata de tener un don natural? ¿Existen personas que realmente nacen con todas las habilidades y los atributos para tener éxito en el campo elegido, o cualquiera puede alcanzar la excelencia deportiva, siempre y cuando tengan la actitud correcta y estén dispuestos a invertir el tiempo necesario para dominar su actividad?

Para ser sincero, probablemente sea una mezcla de ambos factores, con una gran cantidad de otros elementos clave que te ayudan durante el camino. A continuación, se encuentra mi guía de elementos esenciales que le dará a cualquier aspirante a atleta la mejor oportunidad de cumplir sus sueños olímpicos.

 

1. Talento (natural)

La función exacta que desempeña la naturaleza en el éxito deportivo ha sido un debate constante desde que tengo memoria. Soy un firme creyente de que el talento solo constituye la base del éxito en cualquier área de la vida, y el deporte no es la excepción. Pero es una plataforma muy importante, sin la cual, lograr la grandeza en tu actividad elegida, simplemente no sucederá. Claro, las personas a las que les sobra la habilidad natural deberán esforzarse para maximizar su potencial si no se aplican correctamente. Pero considero que ellos tienen mejores oportunidades de tener éxito que las personas que no tienen nada de talento pero sí una admirable ética de trabajo.

No me malinterpretes, la voluntad de entrenar duro y con dedicación para perfeccionar tu actividad puede hacer la diferencia entre ser bueno y ser excelente, pero solo si ya tienes un talento natural que mejorar.

Sin duda existen algunos deportes que requieren ciertos atributos físicos, determinados únicamente por la constitución genética, para tener éxito. Hay una razón por la que la estatura promedio de los jugadores de la NBA entre 1985 y 2006, alcanzaba los 6 pies con 7 pulgadas, y que solamente hay 5 jugadores en las listas de franquicias que miden menos de 6 pies (stats.nba.com). De hecho, David Epstein, escritor de Sports Illustrated, presenta algunas conclusiones estadísticas sorprendentes sobre la probabilidad que tiene una persona de jugar en la NBA en función únicamente de su altura.

“Para un hombre estadounidense con una edad promedio de entre 20 y 40 años, con una estatura de entre 6 pies y 6 pies con 2 pulgadas,       las oportunidades de jugar profesionalmente en la NBA son de cinco en un millón. Si mide entre 6 pies con 2 pulgadas y 6 pies con 4 pulgadas, aún tiene 20 remotas oportunidades en un millón. Pero si mide entre 6 pies con 10 pulgadas y 7 pies, las oportunidades se reducen a 32,000 en un millón. Y si mide 7 pies, hay una oportunidad en seis de que realmente juegue para la NBA” (The Guardian).

Por lo tanto, sería justo decir que no importa cuánto practiques tus clavadas, anotaciones de tres puntos y el manejo de pelota, si no mides más de 6 pies de altura, entonces tienes una gran desventaja en comparación con tus compañeros.

Ambientes incluyentes y de equidad

«En los últimos años, nuestro país ha avanzado en la clarificación de los derechos humanos y derechos fundamentales de la mujer, se han definido políticas públicas, la denuncia social y la expresión libre en medios de comunicación, pero aún falta mucho por construir.»

El tema de la diversidad de genero ha sido uno de los temas sociales más estudiados en las últimas décadas. Temas como el machísmo, el feminísmo, la orientación sexual y su lugar en la sociedad actual han necesitado una revisión profunda para el trato no discriminativo y las diferentes manifestaciones en el uso de las palabras y el trato.

Álvaro Gordoa, rector del Colegio de Imagen Pública, comenta que el tema es complejo y requiere una redefinición de los conceptos de feminismo, feminidad y las diferentes masculinidades, porque la sociedad evoluciona y necesita voltear a verse para adquirir una nueva compresión.

«Los roles femenino y masculino son definidos por la sociedad, y una vez establecidos se esperan comportamientos con límites perfectamente delimitados; pero al cambiar estas percepciones se generan conflictos en todos los niveles y se crean comportamientos de rechazo y exlusión. En los últimos años nuestro país ha avanzado en la clarificación de los derechos humanos y derechos fundamentales de la mujer; se han definidio políticas públicas, la denuncia social y la expresión libre en medios de comunicación, pero aún falta mucho por construir», asevera.

Por ello, el Colegio de Imagen Pública decidió crear un Diplomado den Imagen de Género dirigido a empresas públicas y privadas, y asesores que cada vez están buscando más programas que los ayuden a crear ambientes incluyentes y de equidad. Al respecto, Gordoa señala que el programa está diseñado para proporcionar los elementos y el estudio de los estímulos verbales y no verbales que crean el fenómeno de la percepción de género.

«El tema incluye le revisión de temas fundamentales como el feminismo, su historia, corrientes, patriarcados, matriarcados, feminidad, el machismo, la masculinidad, las implicaciones legales, los valores, las perecepciones actuales y los difernetes estereoripos en un mundo que está cambiando. No se trata de dar harramientas a las personas para fomentar la equidad de género y para cambiar los propios prejuicios personales que se manifiestan en la comunicación verbal y no verbal», destaca el rector del Colegio de Imagen Pública.

Asimismo, menciona que para las organizaciones es un tema relevante, ya que desarrolla el pensamiento estratégico para evaluar las diferentes prácticas desde la pespectiva de género, el reclutamiento de personal, la cultura, las relaciones interpersonales y, desde luego, la toma de decisiones en incrementos y promociones en los diferentes puestos. Las empresas requieren revisar sus políticas no incluyentes y generar un sistema social de equidad y empoderamiento.

«Para los asesores que desean formarse en este tema, el Diplomado pretende convertirlos en una autordidad moral para ejercer influencia en diferentes escenarios políticos y sociales, con el fin de hacer crecer a los demás a través de asesoría, capacitación, charlas y conferencias. A diferencia de otros programas, este curso sobre Imagen de Género incluye aspectos sociales, profesionales, antropológicos y de negocios. El tema de género es un tema de percepción, de identidad y de conviviencia armónica en un ambiente de equidad e inclusión, relevante en estos momentos de transformación y cambio en nuestro país», concluye Álvaro Gordoa.

Álvaro Gordoa
Rector del Colegio de Imagen Pública

El idioma del corazón: Cómo conectar de verdad

Silencios que expresan pertenencia, lágrimas de comprensión cuando sobran las palabras…

Creo que el mayor problema es que digo algo y no me entienden. Hablo en mi idioma, de acuerdo a mi experiencia, y no comprenden mi forma de hablar, lo que digo. Trato de decir lo que pienso, y no piensan como yo.

El idioma divide y separa. Las palabras hieren. Crean muros. No es solo el idioma de cada lugar. Es más bien el idioma del corazón.

Cuesta entender otros idiomas, otros corazones. Cuesta hablar en el idioma de los otros. Me cierro en mi carne, en mi tierra, en mi lengua. Y me niego a aprender otros idiomas.

Yo pienso así, me digo. Y mi postura se hace inamovible. No quiero transar, no quiero pensar de forma diferente. ¡Cuánto cuesta hablar en un solo idioma!

Me sorprenden esos debates políticos, o programas de televisión en los que muchos hablan de temas complejos. Gritan, no se escuchan, nadie se entiende. Nadie se abre a lo que otros dicen. Nadie se adapta para hablar en el idioma de los demás. Cada uno cerrado en su postura.

Tengo miedo de hablar un solo idioma, el mío. Me da miedo volverme egoísta. Cerrado en mi piel. Incapaz de aceptar posturas diferentes a la mía.

Me vuelvo esquivo. Tengo la razón. Y no entiendo otras explicaciones. ¡Cuánta pobreza!

Hay idiomas que unen e idiomas que separan. Hay posturas intransigentes que rompen vínculos profundos. Hay palabras mal dichas, que sobran, y rompen el alma. Heridas hondas.

Y esa separación que provoca el idioma rompe la unidad que anhelo. La que describe el Padre José Kentenich: “Siempre se trata de lo mismo, del estar espiritualmente el uno en el otro, para el otro, con el otro y así el no darse por satisfecho con estar simplemente el uno al lado del otro. Y esto sea que se trate del amor filial, fraternal, esponsal, maternal o de amistad. Dependiendo de las formas de unión espiritual, las formas pueden cambiar, pero el núcleo es siempre la misma conciencia misteriosa de identificación de dos personalidades autónomas”1

Una unidad profunda. Un solo idioma, el del corazón. Un idioma de paz que una, que arraigue mi corazón en otros corazones.

Una comunión en la que no me conforme con ir al lado del otro, sino en el otro. Una comunión más honda. De corazón a corazón. Silencios que expresan pertenencia. Lágrimas de comprensión cuando sobran las palabras.

No comprendo los idiomas de los otros cuando los odio, cuando los desprecio. No comprendo sus silencios cuando intentan herirme con sus gestos. Es tan difícil aprender a amar bien desde la comunión…

Quiero hablar en el mismo idioma de los que tengo cerca. Pero también de los que tengo lejos. Hablar el idioma de los jóvenes, de los ancianos, de los niños, de los extranjeros, de los ricos, de los pobres.

Hablar ese mismo idioma solo es posible en el Espíritu, viviendo en su presencia. Separado de Él hablo un solo idioma, el mío. Dejo de comprender posturas diferentes. Me niego a aceptar posibles soluciones que yo no he pensado.

Me gustaría tener un lenguaje que todos comprendieran. Decir algo y que todos entiendan lo mismo. No siempre es así. Hablo y no me entienden. Digo algo y lo malinterpretan.

Me acusan de ser cerrado. Me dicen que hablo solo en mi idioma y de lo que a mí me interesa. Me juzgan por pensar que me cierro a aceptar otros posibles caminos.

¡Cuántas familias divididas por no hablar en un mismo idioma! ¡Cuántas amistades rotas por no saber dialogar!

El diálogo es un arte que no sé practicar. Hay que escuchar mucho. No hablar tanto. Tengo que abrirme a lo nuevo que me proponen y aceptar que no tengo yo la última palabra. Que no siempre tengo la razón y puedo estar equivocado. Dialogar exige mucha humildad. Y mucha escucha.

El papa Francisco les decía a los jóvenes en Cracovia: “Nosotros, los adultos, necesitamos que nos enseñen a convivir en la diversidad, en el diálogo, en compartir la multiculturalidad, no como una amenaza sino como una oportunidad. Tengan el coraje de enseñarnos que es más fácil construir puentes que levantar muros. Es el puente fraterno. Que este puente humano sea semilla de tantos otros; será una huella”.

Con palabras puedo construir puentes o muros. De mí depende. Puedo acercarme o alejarme. Puedo tender una mano o alejar con un frío gesto. Es tan sencillo. Tan difícil al mismo tiempo.

El arte de comprender, de hablar, de compartir. El arte de escuchar y hablar. Una unidad que es obra del Espíritu en mí.

El Espíritu Santo me hace comprender todos los idiomas. Y hace que todos me comprendan en su idioma. Es el Espíritu ese fuego que todo lo une. Todo lo transforma. Y me da el don de hablar la lengua de todos los hombres.

Carlos Padilla Esteban

Una metáfora redonda de la vida

Un motivo para todo, hasta para hablar de libros. La relación entre los libros y el fútbol es larga, rica, intensa y, como corresponde a dos pasiones (el balón y las palabras) parece inagotable, pues, una vez puesta a rodar da pie a hablar del mundo. “El fútbol es una metáfora de la vida”, decía Sartre y no se equivocaba; así es que, desde la filosofía hasta la técnica, con el pretexto del fútbol hay libros de todo.

Hay obras de ficción y no ficción, novelas, cuentos, ensayos, artículos, antologías, etc.; nosotros mismos le hemos dedicado algún espacio. Muchos escritores han sido y son fanáticos del fútbol, y de equipos en particular; otros se han visto cautivados por su poder hipnótico sobre las masas; algunos más lo han analizado como un fenómeno social; otros más lo han colocado en el centro de ficciones de intriga, dramas, romances, ciencia-ficción, etc.; hay quienes lo han analizado como un inmenso negocio global, o quienes han encontrado en él una veta de fórmulas de superación personal; etc. Y todos tienen motivo para ello, hasta a quienes no les interesa y han escrito de por qué y cómo lo ignoran. “Yo no odio el fútbol; odio a los fanáticos del fútbol”, dijo Eco.

“Algunos de los momentos más emocionantes de mi vida los he vivido con el fútbol”, confiesa Javier Marías en nombre de la legión de escritores fanáticos; y, quizá, la clave de esta relación se explica con lo que Juan Villoro dice: “Recuperar la infancia a voluntad, por medio del juego y el arte, permite que el adulto tome vacaciones de sí mismo”. Lo sabemos, un libro o un partido son una vacación, un viaje, una aventura…

Por eso, para leer un partido de fútbol, algunos de los grandes títulos son:

Bertha Inés Herrerías Franco

Lo más importante de lo menos importante

“Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, que seamos sus discípulos, que juguemos en su equipo y nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo.” — Papa Francisco

Esta vez quiero hablarles de fútbol; sí, de fútbol. Pareciera que las religiosas estamos muy lejos de las canchas, pero si nuestra vocación son los jóvenes y los niños, si nos dedicamos a la educación y si cada año organizamos un Mundialito, tenemos que saber de fútbol y de vez en cuando, saltar a la cancha pues como dijo un futbolista muy famoso: “el fútbol es lo más importante de lo menos importante”.

Creo que cada partido de fútbol es una lección de vida. Quizá esto opere para todos los deportes, pero ahora se trata del fútbol. No falla si lo vemos con atención. No se trata sólo de pegarle bien al balón, de agilidad, talento, imaginación, fuerza, organización y condición física, sino que en la cancha se trata también de voluntad, trabajo en equipo, uso del tiempo, manejo de la frustración, disciplina, resolución de conflictos, liderazgo, acato de la autoridad, y un muy largo etcétera, con los mismos valores y capacidades que tenemos en la vida cotidiana para enfrentar sus retos y salir ganadores.

Por eso en nuestro ideario y dinámica pedagógica, en nuestros programas e instalaciones,  horarios y actividades, el deporte es tan importante, como parte de la educación integral; y por eso también, un Mundial de fútbol es tan apasionante y puede ser útil, si sabemos vivirlo, desde ver los partidos hasta juntar las estampas del álbum.

Este verano del 2018 será inolvidable por lo que vivimos cada uno de nosotros en el colegio, en nuestras casas, en las vacaciones pero, en conjunto, en comunidad, también lo será por lo que vivimos en sociedad. En México, no se trata únicamente del Mundial sino, y principalmente, de las elecciones.

Nunca en la historia de México habíamos vivido un proceso electoral tan complejo, tan decisivo; muchos de los exalumnos y miembros de la familia Miraflores participan activamente en él, otros, de una manera indirecta, pero todos; con la conciencia responsable de nuestro compromiso cristiano de ser mejores y construir un país más justo y más humano.

Por eso, desde los grandes eventos hasta las pequeñas cosas de la vida diaria, en este verano podemos vivir intensamente, disfrutar, participar y, cada uno en su medida, ir haciendo el futuro que más nos gustaría.

El secreto de decidir

“Para tomar una buena decisión, lo primero es encomendársela a Dios.” — Madre Trinidad

M. Salud Conde Nieto

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La diferencia entre la feminidad y el feminismo

Feminidad

Por Pamela Ocampo

El proyecto que cuestiona la diferencia entre la feminidad y el feminismo a través de fotografías y un poema.

Con la intención de replantear perspectivas dentro de nuestra sociedad a través del arte, la artista y actriz Diana García, la fotógrafa Tatiana Camacho y la diseñadora Christy Dawn, presentan Feminidad, un proyecto que cuestiona la diferencia entre feminidad y feminismo a través de distintas fotografías y un poema que reflejan el motor de este movimiento.

¿Por qué es importante conocer la diferencia entre feminidad y feminismo?

Tatiana:El feminismo contemporáneo se siente enojado, radical y minimiza a los hombres. El feminismo exige que seamos tratados como iguales (hombres y mujeres) cuando en realidad no somos lo mismo. La feminidad es la energía creativa, la energía de belleza, de contención, de armonía y de sensualidad. El feminismo hoy en día es un concepto confuso. La feminidad y nuestro mensaje es de armonía suavidad y belleza. Buscamos comunicar la aceptación y de abrazarnos como mujeres, de resaltar las cualidades de la energía femenina.

¿Cómo describen el proceso creativo entre las tres?

Christy: Diana ha sido clave en esta colaboración. Vi su trabajo como artista en un mural afuera de Gjelina en Venice Beach y me gustó bastante. Me encanta su creatividad y ella sugirió trabajar con Tatiana, en quien confié de inmediato y la energía fue increíble.

Diana, ¿cómo describes el trabajo de Christy?

Encuentra el equilibrio masculino / femenino en sus diseños y consigue una pieza con fuerza y sutileza al mismo tiempo. Me encanta la energía que tiene para expresar su universo y transmitirlo a través de una propuesta de moda real y natural.

Christy, ¿podrías describir el trabajo de Tatiana?

Hay una delicadeza y simplicidad que transmite mucha fuerza. Me gusta mucho su manera de ver las cosas.

Tatiana, ¿y el de Diana?

Es una fusión de conceptos filosóficos con información del mundo tangible. Su trabajo comunica, embellecen y simplifica conceptos y mensajes que de otra manera pueden ser complejos y difíciles de entender. Su trabajo es libre, con un toque oscuro y divertido que está en expansión constantemente.

¿Cuál fue el proceso de selección de las mujeres que participan en este proyecto?

Diana: Incluimos mujeres que admiramos y tienen un balance entre lo femenino y masculino en su forma de vivir.

¿A qué tipo de mujeres admiran?

Tatiana: Aquellas que tienen claro lo que quieren, las que viven en completa armonía con los hombres y la masculinidad en general. Son mujeres optimistas, perseverantes y auténticas. Las que no se victimizan y las que no juzgan.

¿Qué características debe tener la mujer contemporánea?

Christy: Hoy en día nos identificamos mucho con el mundo físico y hemos olvidad nuestra esencia. Es importante que una mujer no olvide que ella no es su cuerpo, su género o su historia. Su esencia es infinitamente más grande que cualquier característica.

¿Cómo ven a las nuevas generaciones en relación a este tema?

Diana: La conciencia se genera en nosotros mismos es la base para las siguientes generaciones. Todos somos responsables. Siento que hay una camada de niños y jóvenes muy conectados con la verdad, con la Tierra, con la igualdad y con mucha fuerza y voz para exponer los cambios que debemos generar en nuestra sociedad.

¿Cuál es su relación con la belleza?

Christy:Es un estado mental y una conciencia.

¿Estarán a la venta estos vestidos?

Christy:Nuestro modelo de negocio es distinto ya que usamos retazos para fabricarlos para minimizar el impacto ambiental. La producción es pequeña así que estos vestidos que usamos ya se vendieron todos; sin embargo, todo el tiempo presentamos nuevos diseños en christydawn.com

¿Dónde ven este proyecto en un futuro?

Diana: Generar una conversación que ayude en la revalorización del papel de la mujer para generar nuevas perspectivas.

Un atributo olvidado, abandonado en los recuerdos de una historia no honrada.

Apagado en nuestra esencia por miedos y necesidades de igualdad.

En la expectativa de emparejar los derechos, el respeto, la fuerza

y elpoderolvidando la verdad de nuestro ser.

Razón de desbalance, provocando la caída de la humanidad.

Ahora una necesidad para la sobrevivencia personal.

Búsqueda desesperada para remediar lo destruido por la ingenuidad.

Femenino o masculino, ya sin importar.

Ambas energías en búsqueda de la alquimia y de la paz.

La falda, representación de esa sutileza.

Conexión directa con la Tierra.

Poco a poco recuerda su poder,cantando y coloreando

esas imposiciones en contra de su verdad,

activando la magia y los sentidos que solo ella puede entrar.

Ahora camina con fuerza y valentía,creyendo en su fertilidad,

chispa de la creación del ser,deslumbrante profundidad.

En su canción, hoy recuerda quién es.

Fotografía Tatiana Camacho
Texto Diana García
Vestidos Christy Dawn

Colaboran:
Ana Hop, Gabriela Alatorre, Luz Pro, Manne Felici, Martina Muñoz, Paulina Dávila, Tabitha Rose, Victoria Alexander y Yazmín Escobar.

 

Fuente: L’Officiel

¿A qué edad es un buen momento para que mi hij@ utilice lentes de contacto?

Los lentes de contacto son una gran herramienta para tu visión, sobre todo en aquellas personas que dependen por completo de sus anteojos para poder ver.

Sin embargo, requieren de un gran cuidado y responsabilidad, de lo contrario podrías lastimar tus ojos de manera importante.

No existe edad exacta, depende más de la personalidad de tu hij@, aunque alrededor de la adolescencia suele ser una buena edad.

Algunas preguntas a tomar en cuenta para tomar la decisión son las siguientes:

  • ¿Que tan cuidadoso es con su higiene personal?
  • ¿De manera regular y de forma independiente lava sus dientes, corta sus uñas, cuida su cabello?
  • ¿Es cuidadoso con sus cosas personales o tiende a perderlas o romperlas fácilmente?
  • ¿Mantiene limpia su habitación?
  • ¿La idea de usar lentes de contacto es tuya o de ellos? Esto es importante ya que la motivación a seguir instrucciones será mayor si la idea es propia.

Así que la edad es un factor a considerar, pero definitivamente no es el más importante.

Existen una variedad de tipos de lentes de contacto. Los hay blandos, duros, desechables, y de remplazo periódico.

Para conocer si tu hij@ es apto para el uso de lentes de contacto, consulta a tu oftalmólogo
de preferencia.

Dr. Javier Zamarripa Molina
Cirujano Oftalmólogo
Hospital Ángeles Lomas.
Consultorio 430,
Torre Especialidades
5246-9808 / 555-416-2485
drjavierzamarripa@yahoo.com
@veportusojos

Padres de antes y padres de ahora

Muchas veces nos preguntamos por qué los padres de antes eran más respetados y obedecidos por sus hijos que los padres de ahora. ¿Por qué era suficiente una palabra o incluso una mirada para que los hijos se comportaran correctamente
y obedecieran?

Ha cambiado mucho la relación de los padres con los hijos. Aspectos que antes se consideraban fundamentales como la autoridad, los hábitos, el ejemplo, las costumbres, la disciplina, los modales, los límites, la formalidad, la puntualidad, el respeto y la pulcritud han pasado a un plano de menor importancia. Son ahora más valorados la seguridad, la confianza, la comunicación, determinados valores, la cercanía y el contacto físico.

Antes los padres buscaban hacer de sus hijos “gente de bien”, ahora los padres nos enfocamos en que los hijos “sean felices” y que su vida sea tranquila sin disgustos ni dificultades.

Estamos viviendo una era de sobrestimulación y sobrexposición. Antes un niño de 12 o 14 años seguía siendo muy niño, ahora son adolescentes a los cuales muchas veces les hemos cedido el mando para decidir sus acciones, actúan según su voluntad e incluso se les permite la rebeldía .

La literatura indica que los cambios de la relación padre-hijo considerada “jerárquica” o “piramidal” hacia una relación más “horizontal” y “democrática” se deben a que antes existía una mayor distancia generacional entre padre e hijo, el padre era la figura máxima de respeto en la familia, lo que generaba un alejamiento emocional; ahora se da un mayor acercamiento emocional entre padres e hijos, tal vez es por eso que podría haber confusión de los roles o un borramiento de los papeles entre padre e hijo.

Al contrastar el autoritarismo con la ausencia de autoridad se puede llegar a un punto medio que sería muy sano, es decir, educar a los hijos por medio del dialogo, no por mandato, pero conservando la autoridad que se tiene como adulto, proporcionando claridad sobre lo que está bien y lo que no está bien.

Cuando un hijo sabe que su padre va a actuar consistentemente, sabe a qué atenerse y es en eso donde se basa la seguridad y la constancia. Los padres tienen la facultad de decir firmemente que “no” y que ese “no” sea inapelable. Es precisamente esa firmeza y esa confianza las que ayudan a formar hijos seguros y a reducir la ansiedad.

Antes, los hijos obedecían porque tenían claro lo que se esperaba de ellos, mientras que ahora se les dice “pórtate bien”. Antes se les indicaba enérgicamente que debían cumplir con sus deberes escolares y familiares, así como respetar a sus mayores (padres, maestros y familiares), los hijos se integraban a la familia por medio de los derechos y obligaciones, eso les daba pertenencia y los hacía sentirse parte del grupo familiar. Muchos niños se sienten solos, a la deriva o perdidos, por no tener padres que los guíen, que impongan límites o normas claras a seguir.

Hoy los padres intentan ser “amigos cercanos” de sus hijos, aconsejarlos sentimentalmente, vestirse de forma similar y hasta hablar de forma parecida. Esta cercanía es una herramienta muy importante y muy valiosa, pero debe usarse conservando siempre el marco de autoridad y respeto que representa la figura de los padres. Debe estar siempre claro que los padres son los adultos en la relación, son ellos quienes establecen los límites y las normas y que tienen la facultad de decir que no cuando sea necesario.

La autoridad y la confianza son básicas en la educación de los hijos, les permiten enfrentarse a los retos y dificultades que se les van presentando en su formación. Es muy importante observar a los hijos y acompañarlos dándoles su espacio para permitirles enfrentarse y resolver los problemas que se les presenten, ya que eso fomenta su seguridad, independencia
y autoestima.

Saber lo que se espera de alguien brinda seguridad y es una guía o indicativo para saber qué tan bien se están cumpliendo con las expectativas establecidas previamente.

En la actualidad, los padres hacen todo lo posible para que los hijos “no sufran”, cometen el error de facilitarles todo, sin saber que las dificultades, pequeños fracasos y las frustraciones son muy formativas, siendo precisamente estas las que ayudan al ser humano a crecer y a conocerse, descubriendo los recursos con los que cuenta para sobreponerse a las eventualidades que la vida le presente.

 

Dra. Marina Berti Martínez
Psicóloga clínica
Tel. 5290-4199