Lo más importante de lo menos importante

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“Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, que seamos sus discípulos, que juguemos en su equipo y nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo.” — Papa Francisco

Esta vez quiero hablarles de fútbol; sí, de fútbol. Pareciera que las religiosas estamos muy lejos de las canchas, pero si nuestra vocación son los jóvenes y los niños, si nos dedicamos a la educación y si cada año organizamos un Mundialito, tenemos que saber de fútbol y de vez en cuando, saltar a la cancha pues como dijo un futbolista muy famoso: “el fútbol es lo más importante de lo menos importante”.

Creo que cada partido de fútbol es una lección de vida. Quizá esto opere para todos los deportes, pero ahora se trata del fútbol. No falla si lo vemos con atención. No se trata sólo de pegarle bien al balón, de agilidad, talento, imaginación, fuerza, organización y condición física, sino que en la cancha se trata también de voluntad, trabajo en equipo, uso del tiempo, manejo de la frustración, disciplina, resolución de conflictos, liderazgo, acato de la autoridad, y un muy largo etcétera, con los mismos valores y capacidades que tenemos en la vida cotidiana para enfrentar sus retos y salir ganadores.

Por eso en nuestro ideario y dinámica pedagógica, en nuestros programas e instalaciones,  horarios y actividades, el deporte es tan importante, como parte de la educación integral; y por eso también, un Mundial de fútbol es tan apasionante y puede ser útil, si sabemos vivirlo, desde ver los partidos hasta juntar las estampas del álbum.

Este verano del 2018 será inolvidable por lo que vivimos cada uno de nosotros en el colegio, en nuestras casas, en las vacaciones pero, en conjunto, en comunidad, también lo será por lo que vivimos en sociedad. En México, no se trata únicamente del Mundial sino, y principalmente, de las elecciones.

Nunca en la historia de México habíamos vivido un proceso electoral tan complejo, tan decisivo; muchos de los exalumnos y miembros de la familia Miraflores participan activamente en él, otros, de una manera indirecta, pero todos; con la conciencia responsable de nuestro compromiso cristiano de ser mejores y construir un país más justo y más humano.

Por eso, desde los grandes eventos hasta las pequeñas cosas de la vida diaria, en este verano podemos vivir intensamente, disfrutar, participar y, cada uno en su medida, ir haciendo el futuro que más nos gustaría.

El secreto de decidir

“Para tomar una buena decisión, lo primero es encomendársela a Dios.” — Madre Trinidad

M. Salud Conde Nieto