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¿Es buena o mala suerte?

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Hoy me quedé sin gasolina a diez metros de llegar a la estación.
Los empleados me empujaron y ¡listo! ¿Eso es mala o buena suerte? Yo creo que lo segundo. Pero esto de quedarme sin gasolina me recordó una anécdota que nos sucedió en la autopista rumbo a Guadalajara. Les cuento:

Salimos de noche porque a mi marido le encantan las películas de terror (no encuentro otra explicación). Eso sí, muy previsor él, iba rellenando el tanque de gasolina en cada estación aunque todavía le quedara suficiente para llegar a la siguiente. No obstante, de la 1 am que llenó el tanque por última vez hasta que se prendió el foquito amarillo que indica que está a punto de terminarse el combustible, no encontramos una sola gasolinera abierta. Y eso sucedió precisamente al cruzar el estado de Michoacán.

Como era de esperarse, mi hígado empezó a pasar aceite y mis neuronas a carburar, por lo que en cuestión de minutos me transformé en la versión más odiosa de esposa: “¡Te lo dije! ¡Te lo dije! ¡Te lo dije!… que éstas no son horas de andar en carretera ¡con tres mujeres! Nos quedaremos varados en esta soledad oscura y van a asaltarnos… y luego llegará un comando de la Familia Michoacana y va a violar a mis pobres hijas…, después te van a secuestrar a ti, pero te lo mereces y ¡no voy a dar un quinto de rescate!”

Cuarenta y cinco minutos después, en la que según mis cálculos sería la última caseta de cobro antes de morir -esas sí permanecen abiertas y cobrando toda la noche-, el cobrador nos informó que la gasolinera abierta más cercana estaba en La Piedad. ¡Sí!,
La Piedad, ahí donde los cárteles de la droga mataron en dos meses a dos presidentes municipales y los “Caballeros Templarios” se pelean el territorio con la “Familia Michoacana”. Eso implicaba salir de la autopista y tomar una desviación de varios kilómetros. Pero seguir hacia Guadalajara significaba quedar tirados en la autopista sin remedio, así que tomamos la opción» menos peor entre las malas. El camino a La Piedad estaba oscuro como boca de lobo porque ese día ni la luna se asomó por ahí. No había acotamiento y la maleza se comía las orillas del camino que, por cierto, sólo tenía un carril por sentido.

Divisamos un primer letrero que decía “Zona ecológica protegida”. En realidad estaba desprotegida, pero yo no me chupo el dedo, seguro pusieron ese anuncio por no decir “aquí no hay ni Dios…” Entonces, mi desbordada imaginación comenzó a traicionarme y una vocecita en mi cabeza lanzó la sentencia: “Se nos va a acabar la gasolina. No hay ni espacio adonde orillarse para evitar que el primer camión de redilas que pase se nos estampe por detrás, así que cuando nos quedemos parados por falta de combustible, habrá que dejar encendidas las intermitentes. Pero de ahí a que salga el sol se acabará la batería y entonces sí, pasará un camión de redilas que no advertirá nuestra presencia hasta que sea demasiado tarde y se nos estampará por atrás… Y si no se acaba la batería, pasará una pickup llena de narcos que nos descubrirán gracias a las malditas intermitentes y… (va de nuevo) «¡Te lo dije! ¡Te lo dije! ¡Te lo dije!… que éstas no son horas de andar en carretera ¡con tres mujeres! Nos quedaremos varados en esta soledad oscura y van a asaltarnos… y luego llegará un comando de la Familia Michoacana y va a violar a mis pobres hijas…, después te van a secuestrar a ti, pero te lo mereces y ¡no voy a dar un quinto de rescate!…”

Mis hijas y mi marido ya no sabían cómo callarme. De pronto alcanzamos a ver un tenue resplandor a lo lejos. Mi marido dijo que eso no era La Piedad, pero insistí en que nos desviáramos hacia allá confiando en encontrar algún humano caritativo. Cómo olvidar el nombre del caserío: El Pandillo ¡Muy ad hoc! y ni un alma. Sólo un perro escuálido, aunque con la suerte que traíamos, mejor nos alejamos de él.

Observamos un segundo resplandor algunos kilómetros más adelante. Temiendo que el olor del combustible se terminara de una buena vez en medio de la nada, me empeñé en probar suerte en el que resultó un conjunto habitacional de tres chozas de madera llamado El Purgatorio. “Maravilloso, ¡seguro sigue El Infierno!… «¡TE LO DIJE!… ¡TE LO DIJE!…”. Ni un alma en pena hayamos en El Purgatorio, de modo que tuvimos que continuar. Para mí, que ya ni gasolina teníamos y un ejército de ángeles de la guarda nos iba empujando.

Cuando apareció a lo lejos un tercer resplandor, los otros tres pasajeros se alzaron en armas, pero “mi” razón se impuso y con tal de no oírme, mi marido se enfiló por la vereda de tierra y lodo. Cuando mis hijas vieron el letrero del pueblo exclamaron: “Miren, al menos este pueblo tiene un nombre más bonito: Cerezo.”

“¡Ups! No es Cerezo, sino C.E.R.E.S.O: Centro de Readaptación Social… «¡TE LO DIJEEEE!… Mira adónde nos has traído, ¡a la mismísima cárcel!”. Dadas las circunstancias, pensé que era más seguro pasar la noche en la penitenciaría que fuera de ella. Estaba resuelta a bajarme del coche para pedir posada cuando un par de perros salieron de la nada y se me fueron encima. Alcancé a cerrar la puerta de golpe, pero abrí un poco la ventana cuando detrás de las fieras apareció un par de custodios que parecían la versión michoacana del Gordo y el Flaco. Resultado fallido. No pudieron ayudarnos ni nos permitieron estacionar el coche ahí lo que quedaba de noche.

O la corte celestial nos escoltó hasta La Piedad o el foquito de la gasolina estaba defectuoso, porque de verdad fue increíble recorrer tantos kilómetros a partir de que se encendió. ¡Al fin llegamos!

Después de llenar el tanque y darle gracias a la Virgencita de Guadalupe, deshicimos lo andado hasta la autopista y nos enfilamos a nuestro destino final. Dado que sentí el ambiente un poco enrarecido y hostil, opté por la prudencia y guardé silencio durante un rato que se me hizo largo. Por fin llegamos a Guadalajara y claro, ahí ya sólo fue cosa de encontrar el hotel después de perdernos media hora, ¿por qué no? Fue el colmo que en una ciudad tan grande no pudiéramos hallar un solo cristiano que nos indicara cómo llegar, porque a todos los habitantes se les ocurrió estar dormidos a las cuatro de la mañana.

Moralejas:

  • Si viajas de noche, viaja en avión.
  • Si viajas en coche, viaja de día.
  • Si viajas en coche de noche, manda a tu esposa en avión.
  • De preferencia, viaja sin marido.

Next – Un Paso Más

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IV Congreso del Colegio Miraflores

Introducción

La verdadera enseñanza tiene como principal objetivo el formar seres humanos orientados a ser y a trascender, no sólo a saber y a tener. La escuela forma para la vida y la vida va más allá de las aulas. Al Congreso anterior –hace casi cinco años- le llamamos ‘Con paso firme’, y es así como llegamos a esta cita para dar juntos un paso más al reunir a líderes de diferentes ámbitos para compartir su experiencia y conocimientos.

Es importante detenernos a escuchar a los protagonistas del cambio, ya que pueden ser una guía al transmitir su visión desde el campo de los grandes negocios, la creatividad, la tecnología, la política, el deporte y los medios de comunicación.

“Un pueblo con educación es un pueblo rico y un pueblo sin educación es un pueblo pobre”, afirmó la Madre Salud Conde, directora del Colegio Miraflores, al dar la bienvenida al Congreso. Su iniciativa, el esfuerzo de quienes participaron en la organización y la respuesta de la comunidad, hicieron que este Congreso rebasara todas las expectativas.

Este gran evento también permitió estrechar los lazos entre alumnos, exalumnos, padres de familia y maestros, ya que fue un punto de encuentro para conocernos y reconocernos: «Somos una familia y como tal participamos en todo. ‘Next’ es un evento para todos ustedes», concluyó la M. Salud.

LAS FORTALEZAS DE NUESTRO PAÍS

El Presidente Enrique Peña Nieto inauguró formalmente el Congreso -que tuvo lugar los días 13 y 14 de marzo- con un discurso en el que resaltó el carácter formativo de este tipo de foros, al que afirmó que asistía más como un padre de familia que como Presidente de la República.

Se dirigió especialmente a los jóvenes: “Yo recuerdo que a su edad conocí un México muy distinto al que ustedes están viviendo, bajo la predominancia de un partido.” Hizo hincapié en el gran cambio que significó la apertura de México al mundo, que abrió nuestros mercados en varios paises a millones de consumidores a través de los acuerdos de libre comercio, y resaltó que “hoy vivimos en un México diverso en el que todas las expresiones participan y hay que construir a partir de la diversidad.”

El jefe del Ejecutivo recordó a las nuevas generaciones las fortalezas que tenemos como país, como el hecho de que desde 1934, cada seis años hayamos vivido una transmisión pacífica de la titularidad de la Presidencia: “Si revisamos la historia de América Latina y de Europa, (pocos países) han tenido esta estabilidad política. Cuando ha habido crisis se ha dado un enorme retroceso, es como dar pasos hacia atrás y luego hay que revertir el proceso. Por eso queremos estabilidad social, estabilidad política y estabilidad económica.”

Peña Nieto puntualizó que hay eventos que son propios de una democracia: “Fuimos una oposición política que logró, si no el apoyo unánime, sí el mayoritario de la sociedad.” Advirtió que del crecimiento económico depende que haya opciones de desarrollo personal y colectivo para que no se queden frustradas las aspiraciones de la mayoría. Sobre las reformas aprobadas durante su administración, afirmó que son una plataforma que permitirá mayor crecimiento, “pero toma tiempo”, advirtió, “no es instantáneo”.

De las reformas aprobadas, el jefe del Ejecutivo consideró que la educativa es la más importante: “A lo largo de siete décadas se logró el reto de dar cobertura educativa a un país donde el 85% de la población no sabía leer y escribir. Hoy enfrentamos un nuevo reto: mayor calidad en la educación y asegurar que los docentes pasen por una evaluación para tener acceso y permanecer en el sistema educativo.” Hay estados en los que no ha sido fácil la implementación de la reforma, pero afirmó que en la mayor parte del país está funcionando.

El Presidente habló de otras reformas, como la de telecomunicaciones, con la que “se genera más competencia, porque las prácticas monopólicas evitan mejores servicios, tecnologías y precios.” De la energética, aseguró que “vino a romper con un modelo de explotación muy cerrado. Somos de los últimos países que abren este sector”, uno de los más atractivos que existen en el mundo. Pero invertir cuesta miles de millones de dólares, aclaró, por eso es necesaria la asociación con el sector privado: “De esta manera, el país no pierde la riqueza, la mantiene.” Reconoció que la otra opción era endeudarnos: “Estas reformas se materializaron en un nuevo andamiaje jurídico y un marco legal que permitirán que México esté a la altura de los retos del siglo XXI. El mundo está reconociendo lo que México ha hecho. Hoy somos la 15 economía a nivel mundial y la 2 de América Latina.”

Peña Nieto concluyó: “Las condiciones están dadas. No dejen de sorprenderse y de apreciar las fortalezas que tiene nuestro país. Ustedes forman parte de ese gran México que día a día está mejorando su posición.”

Entre las personalidades que acompañaron al primer mandatario en la mesa de honor estuvieron el embajador de España, Luis Fernández-Cid; el embajador de los Estados Unidos, E. Anthony Wayne; el secretario de Educación, Emilio Chuayffet Chemor; el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Alberto Gelacio Pérez Dayán; así como los empresarios Olegario Vázquez Raña, Olegario Vázquez Aldir y Carlos Slim Helú.

Fotografías:

José Antonio Cortés

Alejandra Villa

Una historia de logros

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La exalumna Itziar Fernández realizó una entrevista al empresario Carlos Slim Helú, durante la cual contestó también algunas preguntas formuladas por los alumnos, representados por Tania Manzur.

Slim habló de sus orígenes y de la herencia de valores recibida de sus padres, inmigrantes libaneses que llegaron a México en busca de un mejor futuro. Siendo el quinto de seis hijos, Slim agradeció los valores que le fueron transmitidos en torno a la familia y al trabajo.

Sus pinitos como comerciante no fueron distintos a los de la mayoría. Sobre su primer negocio, recordó que “la primera actividad comercial que uno realiza es el trueque de estampas al coleccionar álbumes, actividad que las escuelas suelen prohibir”, lo que arrancó la risa del público.

Ante la adversidad, Slim aseguró que “cuando la verdad sale a la luz, terminan los problemas. Si uno los enfrenta se hacen chiquitos. El verdadero problema surge cuando empezamos a hacerlos grandes en la cabeza.”

Según Slim, el mundo que vivimos hoy es el mejor de la historia y el que viene será mejor todavía. Pero advirtió que con cada cambio hay crisis: “Cuando el poder era monolítico en las sociedades agrícolas, había inmovilidad social, esclavitud, explotación, la vida no valía. Al pasar a la era industrial hubo guerras mundiales y experimentos políticos como el fascismo y el comunismo. Hoy vivimos en una sociedad de diversidad y pluralidad, con derechos humanos.” Auguró que uno de los principales problemas que conllevará el mundo tecnológico será el desempleo, lo que nos llevará a “trabajar tres días de la semana, menos horas, pero a tener más convivencia familiar y calidad de vida.”

El empresario afirmó que a los políticos les conviene el bienestar de todos para que sean capaces de incorporarse a la sociedad de consumo y a la cadena productiva, que exista mayor distribución del ingreso. Remarcó la importancia de que México acceda al desarrollo con un crecimiento sostenido de entre un 10 y un 20 por ciento, que exista una clase media educada capaz de contribuir al desarrollo del país a través del trabajo, la capacitación y las iniciativas: “Hay que bajar la mortalidad empresarial al igual que se bajó la mortalidad infantil.”

Al preguntarle si en algún momento de su vida y de su desarrollo profesional había sentido miedo al fracaso, el empresario respondió: “Miedo… miedo… Hay que tomar decisiones y tratar de que los golpes no sean demasiado fuertes. Hay que vivir sin miedos y sin culpas… positivamente. El que vive en la negatividad, vive en la mediocridad. No hablo de estar eufórico, sino de un optimismo firme. Siempre hay tropiezos, errores, golpes duros, pero a eso no le llamaría fracasos.”

Muchos jóvenes ven al exitoso hombre de negocios -cuyas grandes pasiones son su familia, el arte y el deporte- como un ejemplo de éxito; sin embargo, Slim no dudó al afirmar que “no todos deben ser empresarios, cada uno debe seguir su vocación.” Y recalcó que además de fortalecer la voluntad y ser ordenado, la decisión más importante en la vida es elegir con quién te vas a casar: “La familia es un gran apoyo en cualquier negocio y profesión, es lo más importante.”

Excelencia empresarial e impacto social

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Durante la primera jornada del Congreso, que tuvo lugar en el hotel Camino Real de Polanco, Francisco Zea, periodista de Cadena Tres, entrevistó a Don Olegario Vázquez Raña, presidente de Grupo Empresarial Ángeles, quien compartió algunos pasajes significativos de su infancia y juventud, resaltando la huella que en él dejaron sus padres, ejemplo que lo llevó a convertirse en el hombre de negocios y de familia que es ahora.

Vázquez Raña enfatizó que los mayores logros de su vida son el feliz matrimonio que ha formado con su esposa Gela, sus hijos y nietos. En una charla distendida, habló del origen de su trayectoria empresarial, misma que hoy contribuye a llevar aún más lejos su hijo Olegario Vázquez Aldir, quien lo acompañó en el estrado, donde padre e hijo no ocultaron el cariño y la admiración que se profesan uno al otro.

Vázquez Aldir aseguró que la libertad y la confianza depositadas en él desde muy joven fueron claves en su formación: “No me ponían hora de llegada, pero yo sabía que al día siguiente debía levantarme temprano para ir a cumplir con mis responsabilidades.” El joven empresario mostró su satisfacción al referirse a Grupo Imagen, el brazo de medios del Grupo Empresarial Ángeles, que días antes había ganado una licitación por una de las dos cadenas de televisión abierta nacional ofrecidas por el Gobierno como parte de la reforma a los sectores de telecomunicaciones y medios.

México y Estados Unidos. Next

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El embajador Anthony Wayne, quien designado por el presidente Barack Obama encabeza una de las misiones diplomáticas más grandes del mundo, tomó la palabra para tratar temas sobre la relación económica, educativa y social entre México y Estados Unidos: “Después de Canadá y China, México es el tercer socio comercial de los Estados Unidos, así como su segundo mercado más importante. Tan solo en la Ciudad de México se emiten tres mil visas diarias.” Recalcó que quince millones de mexicanos visitan Estados Unidos cada año y que los viajeros estadounidenses son el principal mercado emisor de turistas hacia México.”

Se dirigió a los jóvenes presentes: “Ustedes son el futuro, pero también son el presente. Ustedes aseguran que el flujo entre nuestros países siga avanzando. México y Estados Unidos están vinculados por el comercio, pero más por el flujo de ideas e inventivas de jóvenes.»

Invitado de honor

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Una agradable sorpresa resultó la presencia de Luis Fernández-Cid de las Alas Pumariño, embajador de España en México, que ofreció unas breves palabras para ensalzar la labor realizada por la M. Salud Conde desde su llegada a nuestro país, procedente de Galicia, España, así como la de tantas religiosas españolas de su congregación que han trabajado codo a codo para dejar una huella en la formación de tantas generaciones.

Hizo notar que el nombre de este IV congreso, ‘Next’, es algo premonitorio: “Los jóvenes son nuestro futuro y tenemos que cuidar nuestro futuro, ya que ellos harán un mundo mejor. Es un honor formar parte de la inauguración de estas jornadas.»

Oaxaca

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En la majestuosidad de las tradiciones coloniales españolas, la ciudad de Oaxaca (con una población de 3.8 millones) es una joya arqueológica, llena de museos fantásticos, festivales mágicos, artesanías coloridas, ruinas precolombinas e iglesias barrocas con incrustaciones de oro.

A lo mejor, lo más importante es que es reconocida como la capital culinaria de México por sus mercados baratos y los elegantes restaurantes de cinco estrellas que sirven la comida más deliciosa del mundo.

Oaxaca es uno de los estados más seguros de México. Hasta el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dejó que su hija Malia lo visitara en las vacaciones de primavera, ignorando (como lo hace gran parte de la gente) las advertencias acerca de viajar a México.

Y si aún extrañas la playa, Oaxaca tiene unos 533 kilómetros de gloriosas playas en el Pacífico, incluyendo la alegre y hedonista ciudad surfer de Puerto Escondido y la lujosa comunidad turística de Huatulco. Puedes tomar un vuelo de 45 minutos o un viaje en camión de seis horas desde la ciudad de Oaxaca.

Oaxaca es la «tierra de los siete moles» y fue nombrada así por las legendarias y complicadas salsas hechas con docenas de ingredientes, varias de las cuales incluyen chocolate.

La emoción de cada visita es probar los moles, al igual que los platillos como las tlayudas (delgadas pizzas oaxaqueñas), chocolate picoso y asado, salsa estilo barbecue, que se cocinan sobre planchas humeantes en los mercados.

El mezcal es un licor potente del agave de maguey hecho solo en Oaxaca. No puedes dejar de probarlo.

La ciudad es ideal para los amantes de la comida y los lugareños aseguran que algún día regresarán.

Compras

Las artesanías oaxaqueñas tienen un valor apreciado a nivel mundial.

Hay muchos lugares para comprar, como el Mercado Benito Juárez, la Casa de las Artesanías de Oaxaca o el Jardín Labastida, para una colorida selección de orfebrería de calidad.

Sin embargo, los aventureros explorarán los valles de alrededor y los pueblitos donde se hacen las artesanías oaxqueñas.

En esos lugares pintorescos, los talleres pequeños y familiares le dan la bienvenida a los visitantes.

Los alebrijes (animales de madera pintados artísticamente) pueden encontrarse en los pueblos de San Antonio Arrazola y San Martín Tilcajete.

Para los tapetes está el pueblo de Teotitlán del Valle.

Algunos pueblos se especializan en cerámica, como San Bartolo Coyotepec, para alfarería negra, y Atzompa, para cerámica verde tradicional.

Historia

La Oaxaca precolombina nunca asimiló el gobierno azteca o maya, el gobernador era el poderoso Monte Albán (500 años a.C a 750 d.C), con pirámides astrológicamente alineadas y canchas de pelota bien conservadas. Todo puede apreciarse sobre la moderna ciudad de Oaxaca.

A solo minutos del centro de la ciudad, se encuentra el actual sitio turístico y museo que vale la pena visitar aunque no te guste mucho la arqueología.

Como es característico de México, hay muchas otras ruinas que ver. Como Mitla (100 a 1521 D.C), el segundo lugar turístico más importante de Oaxaca, con sus paredes delicadamente talladas.

Las ruinas más pequeñas incluyen a Yagül, por sus pictogramas de hace 10,000 años, y Dainzú, con pirámides que brillan al atardecer, un paisaje digno de una postal.

La visita a las tumbas subterráneas de Zaachila es mejor en jueves, durante los tianguis masivos del pueblo.

Cultura indígena

El estado de Oaxaca es la región indígena más diversa de México, donde aún se hablan 17 idiomas (incluyendo el español).

Los trajes típicos y las artesanías son visibles por toda la ciudad, también puedes conocer los proyectos turísticos planeados por los indígenas de las montañas al norte de la ciudad.

Las comunidades participantes ofrecen hermosos alojamientos, por lo general, con alimentos y tours incluidos.

Religión

Oaxaca alberga por lo menos 20 iglesias históricas.

Hasta el ateo más devoto debe tomarse el tiempo de ver la iglesia construida en 1570 de Santo Domingo de Guzmán, con su espiral psicodélico de brillo dorado y otros increíbles adornos.

La Catedral, construida en 1733, y la Basílica de la Soledad también son importantes, con sus fachadas cargadas de piedra tallada.

Los dominicos construyeron varias iglesias colosales en los pueblos que rodean a la ciudad, quienes usaron ladrillos sacados de los templos precolombinos. Ya que recorres la zona, visita Cuilapam de Guerrero, San Pedro y Pablo Etla y San Juan Bautista Coixtlahuaca, que son más que impresionantes.

Fiestas

Oaxaca es famoso por sus increíbles festivales, en algunos vale la pena arreglar el viaje para asistir.

Puedes checar uno de tantos en el calendario de eventos para ver a cuál ir.

  • La fiesta más grande es el Día de Muertos celebrado oficialmente el 2 de noviembre. Las festividades empiezan a mediados de octubre, con hermosos altares diseñados por todos los pueblos.
  • La Guelaguetza, o el Lunes del Cerro, se celebra con exhibiciones de danzas tradicionales durante todo el mes de julio.
  • La Navidad es una excentricidad. Las festividades van desde mediados de diciembre hasta el 6 de enero, con eventos como la Noche de los Rábanos, la principal competencia de tallado de rábanos del país.

Si aún no conoces Oaxaca, esta Semana Santa es tu oportunidad.

Fuente: CNN

Los problemas DE MI MADRE

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Había estado adelgazando peligrosamente y se notaba deprimida, irritable, gruñona y amargada. Hasta que un día ella cambió. La situación era la misma, pero ella era distinta.

– Viejita –dijo mi padre–, llevo tres meses buscando trabajo y no he encontrado nada. Voy a echarme unas cervezas con los amigos para distraerme.

– Ah, okey –contestó mi madre–. Ya encontrarás.

– Mamá –dijo mi hermano–, reprobé todas las materias en la facultad.

– Ah, okey –respondió mi madre–. Ya te recuperarás y si no, pues repites el semestre. Pero te lo pagas tú.

– Mamá –dijo mi hermana–, choqué el carro.

– Ah, okey –suspiró mi madre–. Llévalo al taller, busca cómo pagar y por lo pronto, muévete en pesero.

– Nuera –llegó diciendo su suegra, que siempre la fustigaba y encaraba–, vengo a pasar unos meses con ustedes.

– Ah, okey –dijo mi madre–. Acomódese en el sillón y tome unas cobijas del armario.

Todos nos reunimos preocupados al ver estas “no reacciones” de mi madre. Sospechábamos que hubiera ido al médico para que le recetara unas pastillas de Valemadrina de 1000 mgs. Seguramente estaría ingiriendo una sobredosis.

Propusimos hacer una “intervención” a mi madre para alejarla de cualquier posible adicción que hubiera desarrollado hacia algún medicamento anti-encabritamiento.

Pero, cuál fue nuestra sorpresa cuando al reunirnos en torno a ella, explicó:

– Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que cada quien es responsable de su vida. Me tomó años descubrir que mi angustia, mi mortificación, mi depresión, mi enojo, mi insomnio y mi estrés, no solo NO resolvían sus problemas, sino que AGRAVABAN los míos.

Yo no soy responsable de las acciones y decisiones de los demás, pero sí lo soy de las reacciones que yo tenga ante eso. Por lo tanto, llegué a la conclusión de que mi deber para conmigo misma es mantener la calma y dejar que cada quien resuelva lo que le corresponde. He tomado cursos de meditación, asertividad, desarrollo humano, higiene mental y programación neurolingüística, y hay un común denominador: QUE YO SOLO PUEDO TENER INJERENCIA EN MÍ MISMA. USTEDES TIENEN TODOS LOS RECURSOS NECESARIOS PARA RESOLVER SU PROPIA VIDA.

– Yo solo podré darles mi consejo si acaso me lo pidieran y de ustedes depende seguirlo o no. –Y continuó, resuelta– Así que de hoy en adelante, yo dejo de ser el receptáculo de sus errores, el costal de sus culpas, la lavandera de sus remordimientos, la abogada de sus faltas, la depositaria de sus deberes o su llanta de refacción para cumplir sus responsabilidades. Los declaro a todos adultos independientes y autosuficientes concluyó mi madre.

Todos nos quedamos mudos. Ese día, la familia comenzó a funcionar mejor, porque cuando mamá está bien, todos en la casa sabemos lo que nos toca hacer.

Acerca de ese niño…

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Querido padre de familia:

Lo sé. Estás preocupado. Cada día, tu hijo llega a casa con una historia sobre ESE niño. El que está siempre pegando/empujando/pellizcando/arañando/mordiendo a sus compañeros. El que siempre tiene que tomar mi mano en el pasillo, el que a veces se sienta en el suelo en vez de su silla.

El que tuvo que abandonar el juego de bloques porque estos no son para lanzarse. El que se trepó en la barda del patio mientras le ordenaba que se detuviera. El que derramó la leche de su compañero en el piso en un arranque de ira, a propósito, mientras yo lo observaba. Y luego, cuando le pedí que limpiara, acabó con el rollo de papel entero. A propósito. Mientras yo lo observaba. El que dejó escapar una mala palabra en la clase de gimnasia.

Te preocupa que ese niño esté distrayendo al tuyo en su proceso de aprendizaje. Te preocupa que esté robándome demasiado tiempo y energía, y que tu hijo no reciba la parte de atención que le corresponde. Te preocupa que pueda lastimar a alguien algún día y que ese “alguien” sea tu hijo. Te preocupa que tu propio hijo comience a usar la agresión para obtener lo que desea o que baje su aprovechamiento porque yo no note que le cuesta trabajo dominar el lápiz. Lo sé.

Tu hijo, este año, en esta clase, a esta edad, no es ESE niño. Tu hijo no es perfecto, pero generalmente sigue las reglas. Es capaz de compartir sus juguetes en paz. No avienta las cosas. Levanta la mano para hablar. Trabaja cuando es hora de trabajar y juega cuando es hora de jugar. Puedo confiar en que va a ir directamente al baño y a regresar al salón sin hacer travesuras. No sabe malas palabras.

Lo sé, y yo también estoy preocupada.

Verás, me preocupo todo el tiempo. Por TODOS los alumnos. De que tu hijo sujete bien el lápiz, de la pronunciación de aquella otra, de la timidez del más pequeño y de que la lonchera de la que se sienta al fondo esté crónicamente vacía. Me preocupa que la chamarra de Gavin no sea suficientemente abrigadora y que el papá de Thalita le grite por escribir la “B” al revés. La mayoría del tiempo que paso en el coche y en la regadera se consume con estas preocupaciones.

Pero sé que tú quieres hablar de tu hijo. No de la “B” de Thalita. Yo quiero hablar de ESE niño también, pero hay muchas cosas que no puedo contarte. No puedo decirte que fue adoptado de un orfanato a los 18 meses.

No puedo contarte que está en una dieta de eliminación por posibles alergias y que se la pasa con hambre todo el tiempo.

No puedo revelarte que sus padres están lidiando con un divorcio difícil y que él se está quedando en casa de su abuela.

No puedo decirte que estoy comenzando a sospechar que la abuela bebe demasiado.

No puedo compartir contigo que su medicina para el asma lo pone muy inquieto.

No puedo contarte que su mamá es una madre soltera y por tanto, ESE niño se la pasa en la escuela desde que se abre la puerta hasta que cierra, y luego tarda 40 minutos en llegar a su casa, por lo que está durmiendo menos horas de las que necesita la mayoría de los adultos.

No puedo decirte que ha sido testigo de violencia doméstica.

Está bien, me dirás. Entiendes que no puedo revelar información personal o familiar de mis alumnos. Solo quieres saber qué estoy haciendo respecto al comportamiento de ESE niño.

Me encantaría decirte. Pero no puedo.

No puedo decirte que está en terapia de lenguaje, ya que presenta un severo atraso, y que el terapeuta piensa que la agresividad está relacionada con la frustración que le ocasiona el no ser capaz de comunicarse.

No puedo decirte que me reúno con sus padres cada semana y que estos suelen llorar en esas citas.

No puedo contarte que ESE niño y yo tenemos una señal secreta para avisarme cuando necesita sentarse aparte un rato.

No puedo decirte que durante el recreo se queda acurrucado en mi regazo porque “me hace sentir mejor oír tu corazón, miss”.

No puedo decirte que le he estado dando seguimiento a sus episodios agresivos durante tres meses y que ha disminuido el número de incidentes, de cinco o tres diarios a cinco por semana.

No puedo revelarte que la secretaria de la dirección está de acuerdo con que lo mande a su oficina para “ayudarla” cuando veo que necesita un cambio de escenario.

No puedo decirte que he plantado cara en una junta de profesores y, con lágrimas en los ojos, le he rogado a mis colegas que le echen un ojo a ESE niño, que sean amables con él aun cuando estén frustrados porque acaba de golpear a alguien frente a ellos.

La cosa es que… hay tantas cosas que no puedo decirte sobre ESE niño. Ni siquiera las buenas.

No puedo decirte que es su tarea regar las plantas en el salón y que ha llorado de tristeza cuando alguna murió.

No puedo decirte que besa a su hermanita al despedirse cada mañana y le susurra “eres mi sol” antes de que su madre se aleje con la carreola.

No puedo decirte que sabe más de relámpagos que la mayoría de los meteorólogos.

No puedo contarte que seguido se ofrece a sacarle punta a los lápices del salón durante el recreo.

No puedo decirte que abrazó a su mejor amigo en el patio.

No puedo decirte que cuando un compañero está llorando, le lleva el libro más bonito del librero.

La cosa es, querido padre de familia, que yo solo puedo hablar contigo de TU hijo. De modo que lo que puedo decirte es lo siguiente:

Si alguna vez, en algún momento, TU hijo, o cualquier otro alumno, se convierte en ESE niño…

No compartiré su información personal y familiar con otros padres del grupo.

Me comunicaré contigo con frecuencia, clara y amablemente.

Me aseguraré de que haya pañuelos desechables durante nuestras citas, y si me lo permites, tomaré tu mano mientras lloras.

Me preocuparé de que tu hijo y tu familia reciban servicios especializados de la mejor calidad cuando lo requieran, y cooperaré con dichos profesionales en la medida de mis posibilidades.

Me aseguraré de que tu hijo reciba amor y afecto extra cuando más lo necesite.

Seré la voz de tu hijo en la comunidad.

No importa lo que suceda, continuaré buscando y encontrando las mejores, más especiales y maravillosas cualidades de tu hijo.

Les recordaré a él y a ti esas maravillosas cualidades una y otra vez.

Y cuando otro padre venga a mí con preocupaciones sobre tu hijo… se las diré también, una y otra vez.

Con cariño, la maestra.