Inicio Blog Página 303

El barco de matar animales con bombas atómicas

0

Una expedición científica halla un portaaviones utilizado en pruebas nucleares en 1946

La imagen era surrealista. Portaaviones y destructores repletos de cabras, cerdos y ratas flotaban en las paradisíacas aguas del atolón Bikini, en el océano Pacífico, en julio de 1946. El Gobierno de EE UU había expulsado a los 167 nativos de las islas para bombardearlas con dos armas nucleares de unos 20 kilotones cada una, frente a los 15 kilotones de la detonación en Hiroshima. El 1 de julio, los militares lanzaron en Bikini la bomba Gilda, con la imagen grabada del personaje de la actriz Rita Hayworth. El anuncio de la película, estrenada ese mismo año, proclamaba: «Bella, mortal… empleando todas las armas de una mujer».

El 25 de julio, tiraron la segunda, bautizada Helena de Bikini por Helena de Troya, la mujer que hizo sucumbir a tantos héroes de la mitología griega. Ambas bombas generaron sendas columnas radiactivas de agua y coral pulverizado que bañaron a los animales asustados en los barcos. Los que no murieron achicharrados por las explosiones, fueron fulminados en los días siguientes por las fuertes dosis de radiaciones ionizantes.

La llamada Operación Crossroads implicó una flota de 242 barcos, 42.000 personas, 156 aviones y más de 5.000 animales, con el objetivo oficial de estudiar los efectos de un ataque nuclear, pero con el deseo oculto de mostrar músculo a la Unión Soviética tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Casi 100 buques, muchos de ellos capturados a los alemanes y a los japoneses, fueron bombardeados con la cuarta y la quinta bombas atómicas de la historia, tras la de la prueba Trinity en Alamogordo (EE UU) y las de Hiroshima y Nagasaki. Y uno de aquellos barcos de Bikini, el portaavionesUSS Independence, hundido a 830 metros de profundidad, resucita ahora gracias a una expedición científica.

“Es la primera vez que se estudia en aguas profundas un pecio de la Operación Crossroads”, explica el arqueólogo marino James Delgado, líder de la campaña. Este científico, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU, es un cazador de naufragios. Ha encontrado el Carpathia, que rescató a los supervivientes del Titanic; el Mary Celeste, un bergantín fantasma hallado navegando sin tripulación en 1872; y el Maud, empleado en el Ártico por el explorador noruego Roald Amundsen

En marzo de 2015, gracias a un submarino cedido por la compañía Boeing, Delgado y su equipo descubrieron los restos del USS Independence en las aguas del santuario marino de la Bahía de Monterrey, en la costa de California. Ahora, la revista especializada Journal of Maritime Archaeology publica la autopsia del portaaviones y los documentos desclasificados que detallan su papel en los inicios de la Guerra Fría.

Militares observan el 'USS Independence' tras la bomba del 1 de julio de 1946.
Militares observan el ‘USS Independence’ tras la bomba del 1 de julio de 1946. NHHC

El buque todavía muestra las huellas de los ensayos nucleares en Bikini. La primera explosión, una atmosférica a 600 metros de distancia, barrió su cubierta, sus aviones, sus cabras, sus cerdos y sus ratas. Los torpedos almacenados en la popa reventaron. De manera irresponsable, los mandos militares enviaron poco después a los jóvenes soldados, algunos de 18 años, al USS Independence y al resto de barcos radiactivos a reponer los animales y los equipamientos destruidos. La segunda bomba, submarina y a 1.300 metros del portaaviones, acabó de convertir el buque en un cascarón de hierro flotante.

“Los efectos de la radiación mataron a la mayoría de los animales en todos los barcos”, señala Delgado. Las pruebas sirvieron para confirmar, por si había dudas, que un ataque atómico sería letal para la flota estadounidense. Las tétricas grabaciones de la operación, incluidas en el documental estadounidense Radio Bikini (1988), muestran cabras en carne viva intentando comer paja tras sobrevivir al hongo nuclear.

Tras la Operación Crossroads, algunos de los barcos que no se hundieron, como elUSS Independence, fueron remolcados hasta San Francisco para estudiar con detalle los efectos de las bombas y ensayar medidas de descontaminación. Al llegar al puerto, la radiación del portaaviones alcanzaba los 60 milirrem cada 24 horas, cuando la dosis normal que recibe una persona es de 620 milirrem al año, por fuentes naturales y pruebas médicas.

El buque sirvió de plataforma para la escuela de descontaminación radiológica de la Armada de EE UU, pero uno de sus documentos confidenciales de 1949 recomendó su hundimiento, porque el coste de eliminar los contaminantes “superaría el valor de la chatarra del barco”. En 1951, el USS Independence, finalmente aprovechado como almacén de basura radiactiva, fue hundido en un lugar secreto y a suficiente profundidad como para no estar al alcance de los espías soviéticos. Otros 85 barcos radiactivos de la Operación Crossroads habían sido lanzados antes al fondo del océano. Y allí sigue la flota fantasma que dio el pistoletazo de salida a la Guerra Fría.

FUENTE: http://elpais.com/elpais/2016/05/04/ciencia/1462381055_370213.html

Presentaremos la candidatura para organizar el Mundial 2026

0

«Cuando se abra el proceso para presentar la candidatura para el 2026, lo vamos a hacer», aseguró el presidente de la FMF Decio de María.

Decio de María, presidente de la Federación Mexicana de Futbol, aseguró que México presentará la candidatura para organizar el Mundial del 2026.

A PROPÓSITO DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS EN ESTA PRIMAVERA

0

Pese a los vientos y el frío inesperado, la primavera está muy cerca. Esta época del año es ideal para que todas las niñas y los niños disfruten de actividades al aire libre.

Los parque se llenan de niños y niñas subiendo por resbaladillas, se mecen en columpios y se sientan en los sube y baja.

En las albercas se oyen las risas de las niñas y los niños, los chapuzones divertidos y las competencias que hacen gritar porras y aplausos.

Las playas se llenan de niñas y niños brincando olas, haciendo castillos de arena y recolectando conchitas marinas.

En el campo, las niñas y los niños aprovechan para escalar montañas, pescar una trucha y montar un caballo.

Sin embargo, existe un momento en que los niños prefieren alejarse de las niñas y jugar football,  atrapar una rana o cazar una serpiente.

Entonces ¿con quién juegan todas esas niñas esos juegos que les encantan y les divierten?

Para eso están  LALALOOPAY GIRLS.

Si lo tuyo es la repostería. Lalaloopay pasteles es una linda muñeca que tienen todo para decorarlos. Pero si a ti lo que te gustan son los peinados, Lalaloopay peinados es un set con todo para crear peinados sofisticados y graciosos, haciendo de esto una aventura y un pasatiempo divertido.

Y si de gimnasia te refieres, existe NANCY. Una linda muñeca con todo el material para la gimnasia artística y será la perfecta compañía para todas las niñas que les gusta practicar este deporte.

Pero si lo tuyo es el agua, que mejor que NANCY te acompañe en tus clases de aqua aerobics y quizás hasta te pueda prestar eso que por olvido no incluiste en tu maletín.

Así que no te importe si a tu hermano, primo, o amigo no le llame la atención tu juego preferido. NANCY y LALALOOPAY GIRLS están contigo.

 

Los Bush dan la espalda a Donald Trump

0

Los Bush, dinastía reinante del Partido Republicano en las últimas tres décadas, ha dado la espalda a Donald Trump, candidato del mismo partido a las elecciones presidenciales de noviembre. Trump, un heterodoxo en la derecha de Estados Unidos, lleva meses descalificando a varios miembros de la familia, que representa el establishment al que él combate. La hostilidad de los últimos presidentes republicanos —George Herbert Walker y George Walker— es síntoma de las dificultades del multimillonario neoyorquino para lograr el apoyo de los líderes del partido.

Portavoces de George H.W. Bush y de su hijo, George W. Bush dijeron a la publicación Texas Tribune que no participarán en la campaña electoral. Bush padre fue presidente entre 1989 y 1993. Bush hijo, entre 2001 y 2009. Ambos apoyaron a los últimos candidatos republicanos: John McCain en 2008 y Mitt Romney en 2012. Bush padre también apoyó al candidato republicano Bob Dole en 1996.

No existe un nombre más asociado al Partido Republicano que el de los Bush. Los Bush eran la aristocracia conservadora, con una agenda de donantes y de aliados políticos capaces de fabricar a un presidente. Esto era antes, cuando las élites se sentían seguras de su poder y pocos lo desafiaba. Que ahora los dos expresidentes descarten entrar en la campaña de su partido, y que el candidato —y líder efectivo del partido— les haya repudiado como lo ha hecho, muestra la sacudida que están sufriendo los republicanos.

La campaña que ha coronado a Trump arrancó hace un año con otro Bush como favorito: Jeb, exgobernador de Florida. Fue uno de los primeros, entre sus rivales, en criticar a Trump, y el primero en recibir los insultos del magnate inmobiliario y showman televisivo. Trump decía que Jeb Bush era un tipo “con la energía muy baja”. En un debate acusó a su hermano mayor, el presidente Bush hijo, de mentir a EE UU para invadir Irak en 2003 e insinuó que era responsable de los atentados de 2001 al no haber protegido bien al país.

Trump ganó el martes las primarias de Indiana y en las horas siguientes abandonaron la carrera sus dos únicos rivales: el senador por Texas Ted Cruz y el gobernador de Ohio John Kasich. Desde entonces, es el nominado supuesto o presunto, en la jerga electoral americana: formalmente no lo será hasta la convención de Cleveland, en julio, pero ya se le considera como tal. Esto significa que empezará a coordinarse con el Comité Nacional Republicano, la central del partido. Y, por tradición, llegará un momento en que, en preparación para la eventualidad de una victoria, el candidato a la presidencia recibirá información de los servicios secretos. Su otra tarea es unir al partido. Todos los nominados suelen afrontarla, porque el proceso de primarias fomenta el contraste y la rivalidad y deja divisiones, pero pocos, en tiempos recientes, lo tendrán tan complicado como Trump.

The New York Times hizo una encuesta entre 70 gobernadores, senadores, miembros de la Cámara de Representantes, cargos electorales y donantes republicanos. Sólo 20 respondieron. El partido necesita tiempo para digerir al nuevo líder. Ninguno de los presidentes republicanos vivos —los dos Bush— le apoya. Tampoco Romney, el último candidato a la Casa Blanca. Para el Grand Old Party, el viejo partido de Lincoln, es un fin de etapa.

CHOQUE CON EL ‘SPEAKER’ RYAN

La tensión entre Donald Trump y la cúpula republicana estalló este jueves con un intercambio entre el candidato las presidenciales de noviembre y el líder del partido en Washington, Paul Ryan.

Ryan, speaker o presidente de la Cámara de Representantes, dijo en una entrevista a la cadena CNN que aún no está preparado para apoyar a Trump. Explicó que su deseo era apoyarle en el futuro. “Pero creo que lo que se requiere es que unifiquemos al partido”, añadió. “Y creo que la mayor parte de la responsabilidad para unificar al partido vendrá del nominado in péctore”. Es decir, de Trump.

Ryan es figura muy escuchada entre los republicanos de todas las sensibilidades, incluidos los del movimiento Tea Party.

Según Ryan, el Partido Republicano necesita un candidato que promueva los principios del partido y que apele a la mayoría de estadounidense. Trump se ha distanciado de estos principios —el mismo jueves abogó por aumentar el salario mínimo, una propuesta de izquierdas en EE UU que vulnera el dogma conservador— y según los sondeos tiene a amplios sectores —minorías, mujeres— en contra.

Trump replicó en seguida en un comunicado: “Yo no estoy preparado para apoyar la agenda del speaker Ryan”, dijo. “Quizá en el futuro podamos trabajar juntos y llegar a un acuerdo sobre lo que es mejor para los americanos. Les han tratado tan mal durante tanto tiempo que ya es hora de que los políticos los consideren una prioridad”.

¿QUIÉN SERÁ EL VICEPRESIDENTE?

Donald Trump explora el terreno para encontrar a un compañero de ticket: un candidato a la vicepresidencia. Dice que quiere a alguien con experiencia política y con quien conecte en lo personal. En las quinielas, puramente especulativas, circulan nombres como el gobernador de Ohio John Kasich, su último rival en liza. Kasich es un pragmático delestablishment del partido. Otro nombre es el de Susana Martínez, la gobernadora de Nueva México. Además de tener, como Kasich la experiencia ejecutiva de la que carece Trump, es mujer y latina, dos de los grupos más ofendidos por el candidato durante su campaña.

FUENTE: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/05/estados_unidos/1462472195_378079.html

El Supremo mexicano avala la retención de datos de los usuarios

La Corte negó un amparo contra la ley que permite al Gobierno guardar la información de los dispositivos de comunicación

En 2014, el Congreso mexicano aprobó una reforma a la ley de Telecomunicaciones que elimina el cobro en llamadas de larga distancia, obliga al noticiario de mayor audiencia a implementar apoyos visuales para personas sordas y… obliga a los concesionarios de comunicaciones a conservar por dos años la información personal de los usuarios. Un grupo de activistas interpuso un amparo contra esta ley, que fue rechazado este miércoles por la Corte. Para el Supremo mexicano, que el Gobierno tenga acceso a la información privada de la población, no es anticonstitucional.

Bajo el mandato de esta ley, los concesionarios de empresas de telefonía y otras comunicaciones deben “colaborar con la Justicia” conservando un registro y control de las comunicaciones realizadas desde cualquier tipo de línea, bajo cualquier modalidad, que permitan identificar el nombre, razón social y domicilio del suscriptor; los servicios de mensajería o multimedia empleados; los “datos necesarios para rastrear e identificar el origen y destino de las comunicaciones”, así como la ubicación geográfica de las líneas telefónicas. Todo bajo el argumento de facilitar la captura de delincuentes, con lo que todos los ciudadanos quedan automáticamente bajo sospecha, según denuncian los activistas.

“Los datos conservados, conocidos como ‘metadatos de comunicaciones’, pueden revelar cuestiones sumamente sensibles como las preferencias políticas, religiosas o sexuales; el estado de salud; las amistades y relaciones personales; y en general, dibujar de manera detallada información privada de todas las personas, al asumirlas como sospechosas sin distinción”, refiere el comunicado emitido por la Red en Defensa de los Derechos Digitales, que interpuso el amparo ante la Corte.

El fallo del Supremo fue aplazado las dos últimas semanas, durante las cuales la ‘R3d’ mantuvo una campaña en redes sociales y medios locales en la que insistió en el peligro de que el Gobierno tenga acceso a la metadata de la población, argumentando que podría aliarse con grupos delictivos para atentar contra los ciudadanos. La discusión ocurre en el contexto de numerosos casos de civiles detenidos por policías que luego los entregan al crimen organizado, como se presume que ocurrió con los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, y como le ha ocurrido a varios veracruzanos en los últimos meses.

Es por ello que los defensores de los derechos digitales solicitaron al Supremo que declarara anticonstitucional la llamada “ley Telecom” o #LeyStalker, al considerar que vulnera la seguridad de la ciudadanía y viola sus derechos humanos, pero la segunda sala de la Corte decidió negarles el amparo contra la legislación.

La Red anticipó que el Supremo establecerá en su sentencia –que se conocerá en las próximas semanas- la obligación de obtener una autorización judicial antes de acceder a los metadatos de los usuarios y aplaudió esta reserva, pero advirtió que el permiso sólo se pedirá para acceder a los datos históricos, no a la localización en tiempo real de los dispositivos. Esto significa que la autoridad que requiera conocer las comunicaciones históricas de un usuario requerirá autorización judicial, pero no para ubicar en el momento al propietario de un móvil.

Ante esta negativa, los activistas anunciaron que demandarán al Estado mexicano ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos para revertir “este grave atentado contra la privacidad y seguridad de todas y todos los mexicanos”, al considerar que contradice los estándares internacionales de derechos humanos,particularmente el derecho a la privacidad.

La política de espionaje gubernamental se ha extendido en el mundo pese a la constante defensa del derecho a la privacía, en el contexto de la hiperconectividad.Países como Francia, Reino Unido o Pakistán han aprobado leyes que amplían poderes a los Gobiernos para vigilar a los ciudadanos bajo el argumento de la seguridad nacional. La organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacionalha señalado su preocupación por la retención de datos de los ciudadanos por tiempos prolongados (dos años, en este caso).

 

FUENTE: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/05/mexico/1462419652_838421.html

A quien busque amor:

Pasamos toda nuestra vida en el dilema de cómo superar la separación entre nosotros y el resto de lo que existe, sin siquiera entender lo que somos hemos intuido correctamente que el amor es lo que nos da el sentimiento de unidad, nos da seguridad. ¿Pero realmente conocemos el amor?

El problema pareciera radicar en ser amados más que en el hecho de amar, y en la solución del problema a como ser amados hemos tomado diversos caminos. Entre los hombres uno de estos caminos es el de ser “exitoso”, ser tan rico y poderoso como el margen personal nos lo permita. Mientras que por el lado de las mujeres un camino hacia la búsqueda del amor es ser atractiva, mejorando el cuerpo, vestimenta etc. Hemos desarrollado otras formas de ser atractivos, conversaciones interesantes, modales elegantes, ser modestos, atentos, inofensivos. Lo que muchas personas en nuestra cultura entienden por inspirar amor es una mezcla entre popularidad y ser atractivos. Pensamos que el amor es simple y lo que debemos hacer es encontrar a la persona correcta. El problema está en ver al amor como un objeto y pensar en el de acuerdo a la importancia de su función.

El hombre moderno basa su felicidad en vitrinas, en como entretenerse, y ha pasado a ver el amor como otro objeto más y de esta forma hemos pasado a vernos como objetos ofertados en el mercado del amor.
Pero el amor no es algo que pueda sentirse por una persona si no se siente por uno primero, porque la necesidad de ser amados nos confunde con estar enamorados.
El amor perdona dicen. Pero el amor comprende, porque ya no tiene nada que perdonar. El amor es conocimiento y el amor se conoce solo en libertad. Y es solo cuando decidamos conocernos a nosotros mismos que podremos comprendernos, pero primero debemos aprender a dejarnos en libertad.

El amor no es algo que se siente por una persona, el amor es un estado y una orientación de carácter que determina la relación de la persona con la vida.
El amor es un arte dijo Erich Fromm y requiere de nosotros como hacer una pintura, un pintor no espera al lienzo perfecto para hacer la pintura perfecta, el amor es una manifestación del alma, que se conoce en un momento de entrega total y de unidad.

 

FUENTE: http://cerodivideinfinito.com/a-quien-busque-amor/

COMPADRE PEDRO MORENO

Él le enseñó a beber, a trabajar, pero, sobre todo, a amar la música con la pasión “de una bestia”. El escritor mexicano escribe esta misiva de agradecimiento a su ‘maestro’, el propietario de una de las fonotecas más bellas que conoce.

Recuerdo estar en la sala de tu casa mientras escuchábamos uno tras otro The Trinity Session, Astral Weeks, Fisherman’s Blues,Indianola Mississippi Seeds,Horses, de Patti Smith, y el primer disco de Violent Femmes. Era 1992, yo tenía 21 años, rara vez me tomaba una cerveza, estaba desempleado y me gustaba mucho el rock. Mi formación era la de un chico rural adicto a las estaciones de radio de amplitud modulada: The Beatles, Led Zeppelin, Pink Floyd, algo de country y una untadita de Robert Johnson. Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, cuando fundamos juntos un instituto municipal de cultura y ya era yo un borracho de clase mundial, me abrazarías en las fiestas y presumirías: “Yo a este cabrón le enseñé a beber pero también a trabajar”. Nunca dijiste lo importante: me enseñaste a amar la música con la pasión de una bestia.

También por esas fechas me presentaste a José Agustín, uno de mis escritores mexicanos favoritos. Pepe y tú habían cultivado una amistad fundada con cimientos de acero inoxidable: el intercambio erudito de álbumes de rock de toda época. José Agustín escribió que tú, un periodista nacido en 1955 que pasó su juventud y buena parte de su vida adulta en Monclova, una ciudad siderúrgica perdida en el desierto, eres una autoridad nacional en lo que respecta a la cultura y el coleccionismo de música; estoy de acuerdo. Siempre me ha costado imaginar cómo un provinciano de tu talla, en una época sin Internet, logró hacerse con una de las fonotecas más bellas que conozco. Supongo también que es, para quienes habitamos la lengua española, uno de los escasos privilegios de haber pasado la Guerra Fría en el último bastión de la periferia, a 300 kilómetros de la frontera con el imperio.

Hubo un momento en los noventa en que fundamos una pequeña tradición que yo procuro mantener viva a través de las redes sociales, y que persiste también en un grupo secreto de Facebook llamado Isla de Encanta: el #RockChino. El nombre no es nuestro, sino del poeta Alberto Blanco, y designa ese proverbial ejercicio de sentarse a beber en silencio con amigos, intercambiando pocas señas y escuchando, en un buen equipo, canciones o álbumes enteros. Y también senequistas reflexiones acerca de la pentatónica o el cambio de escala y telegráficas trifulcas a favor o en contra de la flexibilidad de una Telecaster, la cachonda gordura de la Gibson, la nitidez de una Chet Atkins con cuerdas de nailon… Más que eruditas, se trata de sesiones hinchas; algunos somos vagamente músicos, la mayoría solo melómanos feraces: podríamos enloquecer hasta sangrar por las narices tras escuchar 10 discos seguidos del Bowie.

Hace un par de meses, cuando me separé de mi mujer, elegí de golpe las primeras cosas que tenían que acompañarme a mi nueva casa. ¿Sabes qué fue lo primero que elegí? Todos esos casetes de música maravillosa que grabaste para mí en los noventa y que son la piedra angular de lo que más amo en el mundo después de mis hijos: la música, esa otra madre que me guía desde que soy un huérfano. Ni siquiera tengo un aparato en que tocar esos casetes: los veo, los leo, los huelo por las noches como a novias sedadas.

La música es como la humedad o la amistad: se cuela por todos lados, y en especial donde menos esperas. Son (la música y la amistad) como ese verso de Silesius traducido al tiro por Borges: “La rosa sin porqué, florece porque florece”.

La música, compadre. El trabajo y el alcohol qué.

 

FUENTE: http://elpaissemanal.elpais.com/columna/compadre-pero-moreno/?platform=hootsuite

Las dos izquierdas de Jorge Castañeda

0

La inmersión de Jorge Castañeda en la izquierda mexicana es una historia de vida intelectual tan cambiante y contradictoria como la historia de la misma izquierda. Patrick Iber recrea ese trayecto


En 1981, mientras revolución y contrarrevolución arrasaban a Centroamérica, la policía secreta de México creyó que había cazado a un espía importante: Jorge Castañeda Gutman, el hijo del ministro de Relaciones Exteriores. Según los reportes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), Castañeda fue un marxista-leninista declarado que había traicionado a su país de parte del gobierno cubano, aprovechando las conexiones de su padre para ayudar a los revolucionarios centroamericanos. Los agentes de la DFS coleccionaron fotografías de Castañeda reuniéndose con los dirigentes de la guerrilla y dramáticamente sellaron su expediente con la leyenda “espionaje”.

03-izquierdas-01

Ilustración: Belén García Monroy

25 años después, en 2006, Jorge Castañeda publicó un artículo en Foreign Affairs que hubiera sorprendido a sus perseguidores de la DFS. “Latin America’s Left Turn” popularizó una teoría que él había propugnado por más de una década. Sostuvo que la posibilidad del cambio revolucionario había terminado con la caída de la Unión Soviética, dejando a la izquierda latinoamericana sin más que una posibilidad: llegar a ser “moderna”—con lo cual Castañeda se refería a un compromiso pluralístico con la política democrática y electoral, y apertura pragmática a los mercados y al comercio internacional. Una parte de la izquierda, la cual incluía a muchos veteranos de los partidos comunistas y los movimientos guerrilleros, ya había adoptado esta postura. Castañeda denominó a ese grupo la “izquierda correcta” —y señalaba a los gobiernos chilenos postdictatoriales como ejemplos arquetípicos de la reforma social modesta, perseguidos dentro de una infraestructura básicamente capitalista.

A Castañeda le preocupaba que gran parte de la izquierda latinoamericana no había aprendido las lecciones de 1989. Esos gobiernos formaban una tradición autoritaria populista que Castañeda designaba como la “izquierda incorrecta”. Ejemplificados por Hugo Chávez y Fidel Castro —ex presidentes de Venezuela y Cuba, respectivamente—, esta izquierda era cerrada, estridentemente nacionalista, económicamente irresponsable, indiferente a las normas democráticas e irracionalmente antiestadunidense. Jorge G. Castañeda, una vez visto como agente cubano, ya defendió la izquierda moderada contra sus opositores radicales.

La idea de las “dos izquierdas” es quizás la interpretación más influyente de la izquierda latinoamericana de este siglo. La prensa internacional regularmente describe la región distinguiendo entre populismos autoritarios y socialdemocráticos razonables. Y ha habido muchos momentos cuando esta manera de interpretar parece apropiada. En 2011, por ejemplo, a varios presidentes izquierdistas les diagnosticaron cáncer. Hugo Chávez —según Castañeda el adalid de la “izquierda incorrecta”— le echó la culpa a Estados Unidos: “¿Sería extraño”, se preguntó, “que hubieran desarrollado una tecnología para inducir el cáncer y nadie lo sepa hasta ahora y se descubra esto dentro de 50 años o no sé cuántos?”. Estuvo en Cuba durante periodos largos, recibiendo tratamiento sin divulgar la naturaleza precisa de su cáncer. Murió en marzo de 2013, cinco meses después de haber sido reelegido por cuarta ocasión. Chávez dejó varias misiones sociales, financiadas por el petróleo venezolano y el bloque antiimperialista de naciones, ALBA. Pero tanto como los pobres se sentían representados por él, la oposición lo veía como un bufón autocrático. En las elecciones legislativas venezolanas de diciembre de 2015, en medio de la crisis económica, la oposición ganó una mayoría cualificada en la asamblea nacional.

Los otros políticos afectados por el cáncer, incluso Luiz Inácio Lula da Silva, el ex presidente de Brasil, sobrevivieron. Lula, un obrero metalúrgico y líder sindicalista, llegó a destacar como miembro fundador del Partido de los Trabajadores y un opositor del régimen militar brasileño. Elegido presidente en 2002, gobernaba durante dos cuatrienios que ejemplificaban la “izquierda correcta”. Hoy en día involucrado en una grave crisis de corrupción, durante su mandato, Brasil experimentó un crecimiento económico fuerte apoyado en programas sociales que disminuyeron la pobreza, y recibió una aprobación de más de 80% al fin de su mandato. También era un fumador de toda la vida. Cuando apareció su cáncer, habló francamente con la prensa y hasta se afeitó la cabeza en vivo por televisión. En 2012 pudo declararse curado.

El contraste entre las evasivas teorías de la conspiración de Chávez y la franqueza de Lulaapoya la idea de que no ha habido una izquierda monolítica durante los años de la “marea rosada” —que se inició con la elección de Chávez en 1998—, sino dos izquierdas. Sin embargo, otros se han cuestionado la idea de las dos izquierdas desde múltiples puntos de vista. Admiradores de Hugo Chávez u otros que Castañeda describe como miembros de la “izquierda incorrecta” se resentían, como era de esperar. Algunos coincidían con la distinción pero revirtieron la polaridad: para ellos, la izquierda radical latinoamericana fue la única esperanza para una nueva sociedad, mientras la socialdemocracia incrementalista era impotente frente al capital global. Otros, notando las relaciones diplomáticas y de amistades que cruzaban los dos campos —Lula, por ejemplo, siempre habló de Chávez de manera más positiva que Castañeda— sugirieron que sólo existía una izquierda. Y otros más pensaban que la división en dos grupos impuso una homogeneidad artificial sobre sus miembros, dado que existen importantes diferencias incluso dentro de las dos categorías.

03-izquierdas-02

Desde la izquierda muchos descartan a Jorge Castañeda como un típico joven de izquierda convertido en conservador de mediana edad, y él sabe que tiene sus críticos. Su reciente libro de memorias, Amarres perros, abre con un aforismo del rabino Yehuda Brandwein: “Cuando un hombre sin enemigos parte de este mundo hacia el siguiente, el Creador sabe inmediatamente que esa persona ha desperdiciado su vida”. Castañeda insiste en que el problema de su carrera política siempre ha sido el timing: “me equivoco en el momento de tener razón”. Sin embargo, su autobiografía sugiere que ha cambiado menos de lo que parece. Durante un largo tiempo ha abogado por las reformas internas dentro de la izquierda y la transformación del conflicto armado en lucha política. Ha sido un ambicioso, si sólo parcialmente exitoso, arquitecto de su propia carrera política. Sus experiencias también dejan la idea de las “dos izquierdas”, con sus puntos fuertes y débiles, más inteligible.

El padre de Jorge Castañeda Gutman, el diplomático Jorge Castañeda y Álvarez de la Rosa, le dio a su hijo una peripatética y global niñez, con estancias en El Cairo y Estados Unidos. Su madre, Oma Gutman Rudinsky, era una refugiada polaca-judía y una estalinista declarada que le proveyó a su hijo su exposición a las ideas de izquierda. Pasó sus años universitarios en Princeton y París, donde se encontró con la obra del filósofo marxista Louis Althusser. Mientras residía en Paris, Castañeda y sus amigos empezaron a cuestionar los dogmas de la izquierda latinoamericana. La teoría de la dependencia, que explica el subdesarrollo económico culpando el imperialismo en vez de las instituciones domesticas, le pareció una racionalización maniquea por el nacionalismo excesivo y los intereses de Cuba.

Sus primeros esfuerzos políticos vinieron en 1978 cuando, a los 25 años, ingresó en el Partido Comunista Mexicano (PCM). Ese partido, el partido comunista más viejo de América Latina, estaba, como muchos en esos años, debatiendo su futuro. A finales de los ochenta el partido adoptó una línea parecida al “eurocomunismo”, juntándose con coaliciones más amplias antes de disolverse como parte del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Pero a finales de los setenta y principios de los ochenta todavía se discutían esas nuevas direcciones. Castañeda quería ser uno de los reformistas y, durante el decimonoveno congreso del PCM en 1981, buscó un cambio de reglas que le hubiera permitido postularse por la posición de miembro del Comité Central, a pesar de carecer los cinco años de membresía obligatorios. Su propuesta fue rechazada, igual que la mayoría de las reformas en ese momento. Castañeda se encontró sin influencia en el partido y pronto se separó de él.

Al mismo tiempo, en Centroamérica se vivía el estallido de conflictos entre insurgentes de izquierda y gobiernos represivos, generalmente apoyados por el gobierno estadunidense. En 1979 los sandinistas de Nicaragua derrocaron la dictadura cruel de los Somoza. En El Salvador y Guatemala insurgencias poderosas también se enfrentaban con los gobiernos de sus respectivos países. Los movimientos guerrilleros brotaron por la injusticia profunda en cada nación, pero también dependían de sus patrocinadores internacionales. El papel de Cuba en armar, entrenar y unir a las varias facciones armadas está ya bien documentado, a pesar de haber sido negado muchas veces en aquel entonces. El papel de México en los conflictos centroamericanos ha sido subestimado. Chiapas les ofreció a los guerrilleros guatemaltecos un refugio transfronterizo. La ciudad de México, un refugio cosmopolita para radicales internacionales desde 1910, proporcionó una base para coordinar la diseminación de propaganda y la transferencia de armas. El padre de Jorge G. Castañeda, ministro de Relaciones Exteriores entre 1979 y 1982, reclutó a su hijo como intermediario entre México y los guerrilleros centroamericanos. En su autobiografía Castañeda escribe que su tarea principal era en relaciones públicas, pero que también facilitó la transferencia de armas. Estas acciones fueron la causa por la cual la DFS le acusó de espionaje.

En Amarres perros Castañeda contesta esos cargos de una manera convincente. A pesar de las sospechas de la obsesiva DFS, él trabajaba para su padre, no para los cubanos. Muchos otros oficiales mexicanos hacían labores parecidas. José López Portillo —que se refería con afecto a los sandinistas como “mis muchachos”— sabía lo que hacía Castañeda e ignoraba los reportes de la DFS. Castañeda admite solamente una acción —transportar a Jaime Guillot Lara, el guerrillero colombiano, a España para impedir su extradición a Estados Unidos— que deseaban los cubanos, pero que no alineó con el interés nacional de México. La mayor parte de su tarea era fortalecer el papel de México en Centroamérica para contrapesar la influencia cubana. Entre los logros de Castañeda están la ayuda a 40 mil refugiados guatemaltecos en Chiapas y el empuje para que México reconociera oficialmente a la guerrilla salvadoreña —el inicio de un proceso que terminó, años después, con un acuerdo negociado para poner fin a la guerra civil y la conversión de las fuerzas guerrilleras en un partido político. El hombre que se hizo famoso internacionalmente como crítico de la izquierda radical apoyaba, sin lugar a dudas, a los revolucionarios armados. En una conversación en junio pasado sobre la idea de las “dos izquierdas”, le pregunté a Castañeda si había sido correcto su apoyo a las fuerzas guerrilleras. Sí, replicó: “Yo nunca dije y no diría lo que sostiene Gabriel Zaid [en su ensayo “Colegas enemigos”]… al considerar a las guerras civiles centroamericanas una suerte de disputa familiar. Involucraban verdaderos intereses de clase, existían genuinas diferencias ideológicas, habían intereses estratégicos… no fueron sólo disputas familiares en países pequeños, especialmente… cuando llegaron los Estados Unidos”.

En El Salvador, agregó Castañeda, “no hubo otra manera de tratar de eliminar la violencia, la dictadura y la represión”. Las guerrillas se mostraron capaces de convertirse en “una izquierda básicamente moderna, sofisticada y globalizada. Negociaron un acuerdo de paz, permanecieron leales a ese acuerdo, esperaron su momento, y finalmente ganaron… El resultado fue algo parecido a lo que yo esperaba y lo que traté de apoyar”. (Un ex líder guerrillero, Salvador Sánchez Cerén, fue elegido presidente en 2014.) En Guatemala, aseguró, su apoyo para la guerrilla también fue correcto, pero el resultado fue menos impresionante. La mayoría indígena en Guatemala se queda empobrecida, y al país todavía le faltan funciones básicas como un efectivo impuesto sobre la renta.

La orientación pro chavista de Nicaragua bajo el ex guerrillero Daniel Ortega lo sitúa como miembro de la “izquierda incorrecta”. Castañeda me dijo que incluso durante los ochenta se preocupó por las tendencias autoritarias del gobierno sandinista. “Fueron mucho más subordinados a los cubanos y había más inclinación a la actuación autoritaria, a la corrupción, al fanfarroneo internacional”, recordó. “Llegó un punto cuando ya no tenía mucha influencia, especialmente en 1982 cuando ya fueron establecidos los sandinistas en el poder. Así que en el caso de Nicaragua no diría que fue un resultado afortunado como El Salvador, pero tampoco diría que fue incorrecto. Lo que intenté hacer fue usar a México para presionarlos tanto como fuera posible para mantenerse alejados de los cubanos pero con la crisis financiera de 1981-82 mi tarea fue imposible”.

En general, Castañeda concluye que, a pesar de los resultados inconsistentes, optó “por el lado correcto”. Al ver a los movimientos guerrilleros resolver disputas internas con difamación e incluso asesinatos, fortaleció su creencia en la necesidad de reconstrucción democrática: “Evidentemente la manera en que esas disputas fueron resueltas me hizo pensar: ¿qué ha cambiado desde los tiempos de Stalin y Trotsky?”.

Con la pérdida de influencia sobre las guerras centroamericanas Castañeda empezó a abogar por reformas políticas en México. En un artículo de 1985 que hoy abiertamente describe como “neoliberal,” recomendó la modernización económica, la inversión exterior, la democratización política y el desmantelamiento de subsidios al consumo. Acusado por partidarios del PRI de atacar el Estado de bienestar mexicano, contraargumentó que su blanco verdadero era un sistema corrupto y clientelar que excluía a los pobres y a cualquier otro que no tenía nada que ofrecer al partido oficial. En 1988 servía como consejero informal a la campaña presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas.

03-izquierdas-03

Castañeda libremente acepta la designación “neoliberal”, una palabra que representa un conjunto de ideas que muchos de izquierda consideran responsable de la crisis económica y el crecimiento lento, ni mencionar sus asociaciones con las dictaduras como la de Pinochet en Chile. Le pregunté qué diferencia al neoliberalismo de la socialdemocracia en el contexto latinoamericano. “Hay un estrecho margen de flexibilidad para cualquier gobierno latinoamericano de izquierda, hoy y en los últimos 15 años, para ir más allá de una política macroeconómica orientada al mercado”, respondió. “En ese sentido, todos somos neoliberales”. Un gobierno socialdemocrático, para él, persigue redistribución pero dentro de esos parámetros: “Un gobierno sostenido de centro-izquierda puede ocasionar cambios importantes en las vidas de sus ciudadanos, como se ha hecho en Brasil, como se ha hecho en Chile, como se ha hecho en Uruguay… pero no es una revolución. Eso ya se acabó”.

Estas ideas se hacen eco del argumento del libro más importante de Castañeda, La utopía desarmada. Publicado en 1993, aquel libro exploró el impacto del fin de la Guerra Fría sobre la izquierda latinoamericana. Lleno de detalles de una persona enterada, las primeras 300 páginas se quedan sin rival como una historia de la izquierda latinoamericana en el siglo XX. Las últimas páginas prescriptivas solidificaron una temprana —y controvertida— versión de la perspectiva de las “dos izquierdas”. Con el colapso de la Unión Soviética y sus consecuencias para Cuba, la posibilidad de un subsidio externo para la izquierda latinoamericana se había desvanecido. Al mismo tiempo, el fin de la Guerra Fría disminuyó la probabilidad de intromisión atroz por parte de Estados Unidos, que había servido como una de las justificaciones para la resistencia armada. El único camino que quedó para la izquierda, concluyó, fue una estrategia electoral modelada en los partidos socialdemocráticos de Europa Occidental.

Después de La utopía desarmada siguió una biografía del Che Guevara: La vida en rojo(1997). Crítica pero no hostil, la biografía se destaca por la atención que da al contexto político en que el Che se movía. En La herencia (1999) recurre a una serie de entrevistas para analizar cómo los presidentes priiístas seleccionaron a sus sucesores. La conclusión básica fue que, para ser seleccionado, el precandidato tenía que crear un problema que sólo él podría resolver. Por ejemplo, Castañeda concluye que Luis Echeverría, como secretario de Gobernación, contribuyó a provocar la masacre en Tlatelolco, generando una crisis que para Gustavo Díaz Ordaz sólo él podría resolver. Como presidente, Echeverría asumía un perfil populista y antiimperialista para contrastar con el conservadurismo de su predecesor. Esta visión cínica de Echeverría ayuda a explicar la hostilidad de Castañeda a Andrés Manuel López Obrador, personaje que en la opinión de Castañeda cabe dentro de la tradición del irresponsable e inmoral populismo de Echeverría. Hace tiempo López Obrador injurió a Felipe González, el ex primer ministro de España, diciéndole un “vil reformista” —precisamente la suerte de ataque que Castañeda, quien jovialmente se identificó durante nuestra conversación como un “pinche reformista de mierda”, encuentra sospechoso e intolerable. (González recientemente mostró algo de lo que indicó AMLO cuando, después de una visita a las prisiones de Venezuela, anunció que la dictadura de Pinochet respetaba más los derechos humanos que Nicolás Maduro.)

En las elecciones mexicanas de 2000 Castañeda encontró un vehículo inesperado tanto para su proyecto de reforma democrática como para sus ambiciones personales: Vicente Fox. Castañeda tuteló a Fox en política social y abogó por el voto útil para sacar al PRI de Los Pinos. A pesar de su antipatía por el PRI, Castañeda obviamente aprendió algo de las técnicas que investigaba en La herencia. Inteligentemente esquivó a sus rivales para obtener la posición de su padre: Secretario de Relaciones Exteriores en la administración de Fox. Su énfasis en derechos humanos en la región causó problemas con Cuba, y otro esfuerzo significante —un acuerdo de reforma migratoria con el gobierno de Bush— se descarriló con los ataques del 11 de septiembre. Al final encontró al PAN no más hospitalario que lo que el PCM había sido en los ochenta y renunció a su puesto en 2003. Fue candidato independiente a la presidencia en 2006. A pesar de que su nombre no apareció en la boleta, su campaña ha conducido a cambios en la ley, facilitando las campañas independientes más recientes, algunas de ellas victoriosas.

La idea de las “dos izquierdas” fue el fruto lógico de las experiencias políticas de Castañeda. Emergió durante sus confrontaciones con un partido comunista inflexible, el particular autoritarismo del PRI y las agonías de la guerra de guerrillas. El énfasis en democratización y pluralismo dentro de la izquierda tiene sentido en todos esos contextos, y todavía tiene sentido en muchos más. Pero con el cambio de las circunstancias la infraestructura ha perdido una parte de su atracción. Castañeda quiere que la izquierda latinoamericana se parezca más a la europea, pero los últimos años han sido difíciles para la socialdemocracia europea.

Mientras tanto, el problema más grave de América Latina, la desigualdad extrema, se ha movido al centro de la agenda de la izquierda internacional. Desde el punto de vista de la desigualdad, los logros de la “izquierda correcta” son sin duda contradictorios. En Brasil y Chile los niveles de desigualdad se han mantenido a niveles extraordinariamente altos, a pesar de pequeñas reducciones. Cuando le puse esta objeción a Castañeda admitió el problema pero afirmó que “no hay nadie en ningún parte que haya resuelto ese problema, salvo durante un lapso muy extenso o con medidas radicales que obviamente no son posibles hoy”. Los logros igualitarios de Cuba, por ejemplo, fueron construidos con subsidios soviéticos, moviendo gran parte de la economía a la nómina del Estado, y la emigración de una gran parte de la población profesional a Estados Unidos. “Si pudiera enviar 25 millones de mexicanos a Estados Unidos, créeme, la desigualdad en México disminuiría sustancialmente, porque irían los pobres. Pero no se puede hacer eso. Tampoco se puede enviar a los ricos. En cualquier caso la desigualdad disminuiría”.

Castañeda mantiene la esperanza por la socialdemocracia en el continente, observando que se ha reducido la pobreza y que “una reducción en pobreza probablemente llevará una reducción en la desigualdad. Pero se van a necesitar más tiempo, más esfuerzo y más políticas imaginativas”. Insiste también en que las políticas no solamente tienen que ser imaginativas, sino efectivas. Según el Banco Mundial, el gobierno de Chávez en Venezuela usó su riqueza petrolera para reducir la desigualdad a los niveles más bajos en América, con la excepción de Canadá. Pero esta hazaña frágil probablemente no sobrevivirá la crisis económica creada por la política del Estado, y que provocó la pérdida legislativa de diciembre de 2015. Mientras tanto, otros en el grupo “incorrecto” —como Rafael Correa en Ecuador y especialmente Evo Morales en Bolivia— han dirigido el crecimiento robusto combinado con reducciones en la desigualdad social. Para el gusto de Castañeda, tanto Correa como Morales critican demasiado el mercado y el sistema internacionales— y el uso de Correa de la oficina de la presidencia para atacar a los medios de comunicación que lo critican se ha ampliado de una lucha contra los medios de derecha a una práctica que amenaza al periodismo independiente. El balance de los gobiernos de Correa y Morales incluye, pues, avances en justicia distributiva junto con una suerte de “centralismo democrático”. Ni es totalitarismo ni siquiera dictadura. Ni Correa ni Morales, a pesar de su radicalismo retórico, han destruido el capitalismo o ilegalizado a la oposición. Pero, irónicamente, probablemente no son las derechas bolivianas y ecuatorianas las que tienen la mayor dificultad en expresar su descontento. El disentimiento desde la izquierda muchas veces viene de movimientos sociales que critican un modelo de desarrollo que depende de la extracción de recursos naturales. Injustamente agrupados con la derecha, a estos grupos les cuesta obtener una audiencia imparcial cuando se enfrentan a sus gobiernos. Si bien algunos aspectos de estos gobiernos merecen ser criticados e incluso son intolerables, lo mismo se podría decir de casi cualquier gobierno, incluso de los de la “izquierda correcta”. Castañeda reivindica su apoyo para los movimientos guerrilleros centroamericanos de la década de los ochenta porque un solo país —El Salvador— tuvo un resultado bastante bueno (por lo menos en términos políticos). No queda nada claro que la izquierda populista de hoy deje un resultado peor.

Eso no implica que los gobiernos populistas merecen acatamiento ciego. Un socialismo democrático, por razones que Castañeda bien resume, difícilmente va a emerger en Cuba o Venezuela. Pero probablemente no va a emerger tampoco en los países moderados de Chile o Brasil, dada la persistencia de la desigualdad extrema en ambos países. El redescubrimiento del estudio de economía política en Estados Unidos ha producido resultados muy claros, demostrando su indiferencia a la opinión de los pobres y su sensibilidad a los intereses de los ricos. Eso no es menos cierto en lugares que son aún más desiguales, incluso la mayoría de América Latina. La democracia electoral es posiblemente no muy adecuada para todo tipo de problema, y la desigualdad extrema parece ser uno que lo amarra en nudos. La confianza de Castañeda que la liberalización del mercado y un ethos socialdemocrático fueron complementos naturales, compartidos por muchos durante los noventa es cada vez más difícil de sostener. Sin embargo, él insiste en que hay ideas no revolucionarias, como un impuesto a la herencia, que se debe implementar antes de perder la esperanza.

El esquema de las “dos izquierdas” —el resultado de décadas de experiencia política— todavía provee un punto útil para el análisis. Hay verdaderas diferencias entre las izquierdas latinoamericanas. Pero la distinción pierde utilidad cuando se convierte en garrote para aporrear a la izquierda populista de una manera que se hace imposible entender cómo esos gobiernos llegaron al poder o cuáles logros han sostenido su poder durante años. Dicha posición sólo se puede justificar si los gobiernos socialdemocráticos son juzgados sólo por sus éxitos y los populistas sólo por sus fallas. La experiencia histórica de la marea rosada debería inducir autocrítica por los partidarios de ambos lados. Si la desigualdad arraigada quiere decir que América Latina todavía necesita el socialismo democrático, la pregunta de cómo llegar a él evoca un chiste que solía contar el historiador Eric Hobsbawm: un irlandés, a quien le preguntan por la vía a Ballynahinch, responde: “Si fuera tú, no empezaría de aquí”.

 

Patrick Iber
Profesor de historia en la Universidad de Texas en El Paso. Autor de Neither Peace nor Freedom: The Cultural Cold War in Latin America, publicado en 2015 por Harvard University Press. Una versión de este ensayo apareció en Dissent

 

FUENTE: http://www.nexos.com.mx/?p=28265

¡'Someone Somewhere' es un proyecto increíble!

0

‘Someone Somewhere’ es una marca de ropa con una gran misión: conectar a miles de artesanos mexicanos con el mundo de la moda outdoor.

Cuatro jóvenes de la Ciudad de México se unieron para diseñar prendas con diseños contemporáneos a los que agregan detalles con tejidos artesanales. Han tenido tanto éxito que ya están exportando sus productos.

Las comunidades de artesanos que proveen la mano de para fabricar los diseños ancestrales, se han desarrollado a la par que la empresa, mejorando así su calidad de vida:en vez de tener que separarse -como sucedía cuando algunos de sus miembros se veían forzados a emigrar por la falta de oportunidades- las familias de artesanos hoy permanecen unidas y autosuficientes.

¡Apoya este proyecto! Aún quedan 20 días para alcanzar la meta. Si logran reunir la cantidad estipulada, recibirán los fondos que necesita esta empresa para aumentar su producción y cubrir la demanda de sus prendas en el extranjero.

¿Te imaginas lo que esto significará para las comunidades de artesanos? El país necesita más proyectos como éste.

¡Aporta tu granito de arena!

Europa se rinde al Papa latinoamericano

Francisco: Sueño una Europa donde casarse y tener hijos sea una gran alegría.

Pope Francis (l), recives in his hands from the the Lord Mayor of Aachen, Marcel Philipp (CDU), the International Charlemagne Prize of Aachen during the ceremony for the award of the International Charlemagne Prize of Aachen inside the Apostolic Palace in the Vatican in Rome, Italy, 06 May 2016. Photo: Oliver Berg/dpa

 

“Sueño una Europa donde casarse y tener hijos sea una responsabilidad y una gran alegría”, dijo el Papa Francisco al recibir en el Vaticano el premio Carlo Magno este viernes 6 de mayo. Una excepción para Jorge Mario Bergoglio, que durante su vida siempre ha rechazado este tipo de premios o condecoraciones.

La excepción la hizo para ayudar a “soñar” una Europa más humana para que deje de estar “cansada y envejecida, no fértil ni vital”, alejada de las “grandes ideas” que inspiraron el proyecto iniciado por los padres fundadores después de la segunda guerra mundial. 

Así, la invitó a ser una “Europa que, lejos de proteger espacios, se convierta en madre generadora de procesos”. Procesos de “inclusión y trasformación”.

El Premio Internacional Carlomagno de Aquisgrán se concede por los trabajos realizados en favor de la unificación europea.

Un reconocimiento justificado en el compromiso de Papa Francisco en la construcción de una Europa de paz, basada en los valores comunes y abierta a otros pueblos y continentes, justificaron los organizadores.

La ceremonia comenzó con un discurso pronunciado por el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y por el presidente del Consejo, Donald Tusk.

Los líderes europeos destacaron la estatura moral, humana e internacional del Pontífice. Una voz del sur. “El Papa argentino, latinoamericano, que mira al mundo con humildad”, destacó el presidente Schulz del Parlamento Europeo.

Ayudar a 12 refugiados y hospedarlos en el Vaticano, considerando la pequeñez de su territorio es un ejemplo de valor y solidaridad para Europa, evidenció Jean-Claude Juncker, Presidente de la Comisión Europea.

Y destacó la imagen de “lavar los pies a los refugiados”, además de su llamado concreto a “proteger el medio ambiente” y la “familia”.

Una Iglesia que en vez de “condenar” inspira “sentimientos positivos” y “nunca más el miedo, el desprecio o la ira”. “Ésta es la Iglesia de la que todos tenemos necesidad”, dijo, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo.

El Sueño del Papa para Europa y los pueblos 

El premio fue una ocasión para pedir “un impulso nuevo y valiente para este amado continente”.

A continuación, el “sueño” de un nuevo humanismo europeo del papa Francisco:

Sueño una Europa joven, capaz de ser todavía madre: una madre que tenga vida, porque respeta la vida y ofrece esperanza de vida.

Sueño una Europa que se hace cargo del niño, que como un hermano socorre al pobre y a los que vienen en busca de acogida, porque ya no tienen nada y piden refugio.

Sueño una Europa que escucha y valora a los enfermos y a los ancianos, para que no sean reducidos a objetos improductivos de descarte.

Sueño una Europa donde ser emigrante no sea un delito, sino una invitación a un mayor compromiso con la dignidad de todo ser humano.

Sueño una Europa donde los jóvenes respiren el aire limpio de la honestidad, amen la belleza de la cultura y de una vida sencilla, no contaminada por las infinitas necesidades del consumismo;

Sueño una Europa donde casarse y tener hijos sea una responsabilidad y una gran alegría, y no un problema debido a la falta de un trabajo suficientemente estable.

Sueño una Europa de las familias, con políticas realmente eficaces, centradas en los rostros más que en los números, en el nacimiento de hijos más que en el aumento de los bienes.

Sueño una Europa que promueva y proteja los derechos de cada uno, sin olvidar los deberes para con todos.

Sueño una Europa de la cual no se pueda decir que su compromiso por los derechos humanos ha sido su última utopía.


El premio debe su nombre a Carlomagno, rey de los francos, considerado el “padre de Europa” por sus contemporáneos. El presidente Schulz fue el galardonado con el premio el pasado año.  Juan Pablo II recibió este premio en 2004. 

COMPARTIR
TWEET
WHATSAPP