Con motivo del inicio de un nuevo año, en las empresas e instituciones suelen planear a detalle las actividades del año. Asimismo, la mayoría de las personas elaboran su plan de actividades para los doce meses que quedan por delante.
Tengo un amigo que me decía ayer que al inicio de un nuevo año tiene la costumbre de revisar libreros, armarios, clósets, etc., con el objeto de “hacer una limpia” de objetos que cayeron en desuso, como por ejemplo, CD’s, DVD’s, o bien, libros que ya no se usan y que se pueden regalar a la biblioteca de una escuela, etc.
Pero, tal vez, lo más importante es la renovación interior. ¿A qué me refiero? A que todos tenemos aspectos de nuestra vida que podrían mejorarse, si nos lo proponemos. Pueden ser modos de ser del propio carácter, por ejemplo, si nos dejamos llevar por el mal humor, puede ser una lucha muy específica en beneficio directo de nuestros familiares, amistades o quienes laboran con nosotros.
O tal vez, si tendemos a ser poco ordenados y no aprovechamos bien el tiempo, son temas importantes que, si nos empeñamos en mejorar, pueden repercutir en nuestra mayor eficacia laboral y rendimiento en el trabajo.
Cuántas veces no decimos, por ejemplo, “no me alcanza el día para nada” y si analizamos con detalle dónde desaprovechamos el tiempo, nos sorprenderá la cantidad de horas que empleamos en navegar por redes sociales, en entretenernos con los mensajes que tenemos (que no son urgentes), o bien, el enorme número de llamadas telefónicas que realizamos.
Y si observamos con ojos críticos, nos percatamos que todas esas actividades que hacemos al comenzar nuestra jornada y nos llevan horas, perfectamente las podríamos realizar a otras horas, o al día siguiente, o incluso, el fin de semana.
Porque en “la sociedad de la inmediatez” en que vivimos, a menudo se confunde lo que es urgente con lo que tiene su importancia, pero puede esperar. Por ejemplo, hay personas que cuando les llega un WhatsApp sienten la necesidad imperiosa de verlo, como una especie de compulsión incontrolable, cuando resulta que puede tratarse que el contenido de dicho mensaje sea completamente trivial o superfluo.
Es importante vivir el momento presente y cortar con todas las distracciones para centrarnos en lo fundamental. Muchas veces es buenos preguntarnos, ¿cuáles son los asuntos prioritarios que tengo que sacar adelante esa semana? ¿o este día? Y funcionar por objetivos concretos para poder decirnos: “No puedo dejar que pase este día sin lograr esta meta bien precisa”. De esta manera, vamos eliminando todos aquellos asuntos que son secundarios o irrelevantes.
En efecto, cuesta esfuerzo tener esa disciplina, pero una vez que se adquiere, se logran resultados sorprendentes. Como aquel escritor, amigo mío, que pedía que no lo interrumpieran porque estaba redactando un nuevo libro.
Comentaba que ya tenía todas las citas bibliográficas y que sólo le faltaba sentarse a redactar las conclusiones a las que había llegado. A base de empeño, constancia y dedicación e invertir muchas horas y jornadas, concluía sus nuevos libros. Pero para lograr eso, prescindía de hacer llamadas telefónicas y evitaba otros distractores hasta lograr concluir su obra.
Y es que tiempo es un tesoro. Sólo cada uno de nosotros determina cómo debe de gastarse de modo inteligente y responsable. De ahí la necesidad de ser cuidadoso sobre cómo lo empleamos, porque los únicos dueños de nuestro tiempo somos nosotros.
Como decía Benjamín Franklin: “¿Amas la vida? Pues si amas la vida no malgastes el tiempo, ya que es el bien del que está hecha la vida”.
El tiempo presente es el único bien que ahora tenemos porque el tiempo pasado es irrecuperable y el tiempo futuro no sabemos si llegará para nosotros.
Porque una persona que malgasta las horas de su vida, no ha descubierto el verdadero valor de la existencia humana.
Si analizamos la biografía de las personas ilustres, la mayoría de sus días se la pasaron trabajando, produciendo, estudiando el modo cómo desempeñar mejor su actividad profesional.
Me admira la vida de Madame Curie (1967-1934), la física y química polaca -casada con otro científico Pierre Curie- quien llevó a cabo una investigación pionera sobre la radioactividad. Fue merecedora del Premio Nobel de Física, de Química y descubrió los elementos: el radio y el polonio. Sin prácticamente medios económicos inició sus trabajos de investigación. No perdía ni un minuto en asuntos que la distrajeran de sus importantes tareas. Era una mujer tan brillante que la Universidad de París decidió ofrecerle el cargo de profesora -para que ocupara la vacante de su difunto esposo- siendo la primera mujer en ocupar dicho cargo. Ha dejado un legado ejemplar, porque además, durante la Primera Guerra Mundial, organizó sus ambulancias para recoger heridos y aplicarles -si era el caso- sus modernas curaciones, basada en sus recientes descubrimientos científicos.
En resumen, un tiempo bien aprovechado pude redituar en beneficio de nuestra vida, en el trabajo que desempeñamos y en el bien de la sociedad.
”La salud no es un lujo», dijo el Papa Francisco a los representantes de la Federación Nacional Italiana de Técnicos Sanitarios de Radiología Médica y de las profesiones técnicas de la salud, la rehabilitación y la prevención el 16 de enero de 2023. Les invitó a practicar la «simpatía» en lugar de una «fría aplicación de protocolos».
Durante la audiencia, el Papa alabó el «compromiso» y la «dedicación», «especialmente cuando están ocultos», de los miembros de esta federación que representa a unos 160.000 profesionales.
Refiriéndose a la «experiencia muy particular, difícil de imaginar, de la pandemia», señaló que «sin (su) compromiso y (sus) dolores, muchos pacientes no habrían sido tratados» y rindió homenaje a su «sentido del deber animado por la fuerza del amor», a riesgo de su propia salud. En vísperas de la Jornada Mundial del Enfermo (11 de febrero), el Papa hizo un llamamiento para luchar contra la «soledad» de los enfermos.
Animó a «no ceder a una lógica estéril de eficacia ni a una fría aplicación de protocolos». «Los enfermos son personas que piden ser atendidas y sentirse atendidas, y para ello es importante relacionarse con ellos con humanidad y simpatía», dijo. El Pontífice argentino también quiso recordar que los profesionales de la salud también son «personas». «Necesitas que alguien cuide de ti, mediante el reconocimiento de tu servicio, la protección de unas condiciones laborales adecuadas y la participación de un número apropiado de cuidadores, para que el derecho a la salud sea reconocido para todos», dijo.
«La salud no es un lujo», repitió el Pontífice, de 86 años, y advirtió: «Un mundo que margina a los enfermos, que no ayuda a quienes no pueden permitirse cuidar de sí mismos, es cínico y no tiene futuro». Para concluir, el Papa insistió en los «valores éticos» de sus profesiones. Valores que, «junto con los conocimientos científicos y las competencias, nos permiten acompañar a las personas (…) de la mejor manera”.
¿Por qué nos hablamos tan mal en Internet ?¿Por qué decir en internet lo que no decimos en persona?
Humillaciones, insultos, faltas de respeto… Hay quien se ampara en el anonimato o busca un perfil irreal para generar odio, soltar su ira y frustración.
Hay una reflexión generalizada en la sociedad sobre cómo internet desprende cierta crispación en comentarios que jamás se pronunciarían en persona. Sin embargo, no todo el mundo sabe qué es la netiqueta, un protocolo ideado ya en 1995 por el Grupo de Trabajo de Ingeniería de Internet (IETF por sus siglas en inglés) para proporcionar sosiego y respeto a nuestras relaciones cibernéticas. Ahora, muchos psicólogos acuden a ese decálogo ante los problemas que detectan por esa falta de respeto.
¿QUÉ ES LA NETIQUETA?
La etiqueta del ciberespacio o netiqueta, del acrónimo net (red) y etiqueta, «es un conjunto de normas y pautas para relacionarnos con educación en internet», explican los psicólogos de la plataforma TherapyChat, liderados por Isabel Aranda, psicóloga sanitaria y clinical content officer.
Internet nos permite comunicarnos rápidamente y a menudo de manera prácticamente anónima, sin que sepamos quién está detrás. Con el incremento durante esta última década de las redes sociales y las nuevas tecnologías, según este gabinete de expertos, «resulta necesaria la existencia de una serie de leyes de ética virtual que regulen las interacciones que se mantienen de forma online».
Es decir, del mismo modo en que saludamos al entrar a un lugar de forma presencial, cedemos el asiento en el Metro a la persona mayor o sonreímos a quien nos atiende, no cuesta nada que al enviar un correo electrónico, responder un mensaje de WhatsApp, comentar en un artículo de periódico o expresar nuestra opinión en las redes sociales existan «una serie de normas éticas para facilitar las relaciones cordiales y empáticas en el espacio digital».
¿POR QUÉ ES DISTINTO SI ES VIRTUAL?
Esta tarea, por supuesto, es un conjunto de la comunidad virtual, pero cada uno puede mirar hacia dentro y detectar cómo se comporta en internet y si lo hace de forma diferente a como sería cara a cara. Según los psicólogos de TherapyChat, hay tres factores que determinan por qué no suele ser así:
El anonimato y su sensación de seguridad tras la pantalla. Actualmente es uno de los principales peligros de internet y de la comunicación online. «Desde el punto de vista psicológico, provoca una deshumanización del individuo, convirtiéndolo en un perfil más del mundo cibernético en el que puede ser quien quiera, sin miedo a ser atacado o juzgado, o sin sentir que pueda haber consecuencias directas hacia su persona».
La identidad ficticia que se pueda vincular, incluso, a los problemas de personalidad. «Contribuye a que la persona actúe desde la impunidad y exprese libremente cualquier tipo de idea o pensamiento, sin tener en cuenta ni las normas sociales, ni el respeto, ni la más mínima ética. Por supuesto, sin tener en cuenta el daño que puede estar provocando con sus comentarios».
Otro factor que contribuye al odio cibernético es el poder de las masas. «A través del cual la persona se siente protegida por un grupo y su identidad se diluye dentro de él. Así se adquiriere de nuevo el sentimiento de protección tras la pantalla, que le llevará a decir cosas que nunca diría en persona si no hubiera contado con este respaldo».
¿DEBEMOS ENTRAR AL TRAPO?
Este conjunto de psicólogos lo tiene claro. Aconseja no relacionarse con quien no cumpla con las normas de la netiqueta. Una de las reglas, por ejemplo, es evitar el cyberbullying, por lo que debemos abandonar la cobardía de esos perfiles que agreden, humillan o faltan el respeto a los demás usuarios. ¿Cómo? «A día de hoy, las redes sociales cuentan con herramientas que permiten denunciar los comentarios de odio», expresan estos profesionales.
¿Cuándo sí habría que alzar la voz? «Si detectamos un mensaje inapropiado hacia una persona es recomendable que nos pronunciemos en su defensa o bloqueemos el mensaje para que no se siga propagando». De lo contrario, «el efecto masa provocará que este mensaje aumente y que cada vez puedan ser más las personas que se unan a él, convirtiéndose ese tipo de comentarios en un acoso masivo ciego e irresponsable».
La psicología define la empatía como «la capacidad de comprender los sentimientos de los demás, logrando ponerse en su lugar y entendiendo la situación emocional que están viviendo». En redes sociales el concepto de cercanía resulta ilusorio, puesto que existe una gran distancia física entre todas las personas. «Esta falta de contacto directo genera inevitablemente una distancia emocional que provoca que veamos lo que ocurre en redes como algo ajeno a nosotros y no como una realidad que está ocurriendo», aseveran los psicólogos.
Tampoco vemos de manera directa las reacciones que tienen las personas a las que les acaba llegando el mensaje que estamos transmitiendo. «Las emociones pueden obviarse o malinterpretarse, de tal forma que no se conecta con la persona y se subestima el daño directo que se le puede estar provocando».
Ahora bien, hay redes y redes. En Instagram todo el mundo parece estar feliz en imágenes idílicas, aunque muchas veces haya insultos y comentarios despectivos, especialmente entre mujeres, se quejaba la modelo Georgina Rodríguez, pareja de Cristiano Ronaldo con más de 44 millones de seguidores, en una entrevista con la revista Elle. «Nos gusta gritar que somos abanderadas de la causa, pero si te metes en mi Instagram, el 95 por ciento de las críticas que recibo a cada paso que doy proceden de mujeres. En ocasiones exigimos derechos que nosotras mismas no respetamos. Me parece que nos queda mucho por hacer en este sentido».
Según un estudio realizado por el centro Simon Wiesenthal dedicado a la vigilancia de las redes sociales, Facebook y Twitter son aún peores redes sociales en términos de prevención del odio. Este hecho puede deberse, especialmente en la red del pájaro, a que la viralidad y el éxito digital son los objetivos de sus usuarios, expresan desde la plataforma de psicólogos: «Una de sus principales fórmulas de éxito es el discurso de odio. Un contenido negativo que genera un alto impacto en otros usuarios tiene más probabilidades de comentarse o ser compartido y, por tanto, de viralizarse».
Asimismo, ambas son redes sociales de fácil acceso, por lo que posee una diversidad de usuarios mucho mayor que otras incipientes como TikTok, donde están generaciones más jóvenes y no se centra únicamente en comunicarse a través de las palabras.
LOS ‘HATERS’
Las personas más influyentes en las redes sociales, los creadores de contenido denominados influencers, tienen la capacidad de influir de manera rápida y directa a millones de personas, de ahí su nombre. Es por ello que los mensajes que transmiten y comunican a sus seguidores van a ser muy importantes. A ellos se les pide responsabilidad con lo que muestran pero, cuando reciben como respuesta odio, los psicólogos consultados por ZEN recomiendan que lo visibilicen, puesto que en el mundo de las redes sociales es la forma de hacerlo real.
«No bastaría con obviar cualquier tipo de abuso o no darle importancia y simplemente bloquear al autor de los hechos, sino que la línea de actuación debería ser identificar al usuario y recordar que, aunque sea a través de una pantalla, estamos ante un caso de cyberbullying y que, como tal, afectaráal bienestar emocional de la persona de la misma manera en la que afectaría en la vida real».
DEBATES ‘ONLINE’
Asimismo, con la transformación digital y el incremento de las redes sociales, la diversidad de usuarios online hace que el contenido que se crea llegue a un mayor número de personas con diferentes opiniones e ideologías, lo que conlleva exponerse habitualmente a ideas contrarias a las propias y, como reacción defensiva muchas veces, un aumento del odio y de los comentarios negativos. «El hecho de que haya un acceso gratuito al contenido de las redes sociales hace que las personas tengan la capacidad de poder ver todo tipo de contenido y criticarlo, o utilizarlo como forma de canalizar o lidiar con las frustraciones y emociones que puede estar sintiendo en ese momento, especialmente las negativas que no son capaces de gestionar adecuadamente».
En internet todos los usuarios se camuflan bajo un nombre y se establece una equidad, de tal manera que se tiene la falsa sensación de que cualquier opinión va a ser considerada igual de válida y fiable que el resto. «Esto es lo que hace que no se valoren los comentarios más serios o profesionales y que se creen interminables debates llenos de discursos de odio e ideologías más radicalizadas en las que se atacan unos a otros». Las palabras que decimos no son más que letras que se pierden tras una pantalla y no somos conscientes de que el mensaje está llegando a otro ser humano», llaman la atención estos expertos.
¿Y en los medios? «Llamar ‘el becario’ al periodista es una forma de descalificar al profesional, tildándole de novato y, es de suponer, poco informado. En cuanto a los debates, en realidad no son tales, sino confrontaciones en las que ciertas personas se creen con el derecho a tener la verdad mientras que los que no opinan igual pueden ser insultadas y hasta amenazadas». En ambos casos, los psicólogos advierten, no son más que actos de odio manifiesto. «Deberían suprimirse de cualquier medio, sin embargo, se azuzan habitualmente para crear espectáculo, en lugar de ser rechazadas radicalmente».
Recuerda que el problema nunca está en la red, sino en el uso que hacemos de ella. Está en nuestras manos contribuir a hacer del mundo digital un espacio seguro para todos.
Desde el equipo de contenido de psicología de TherapyChat se ofrecen una serie de recomendaciones para hacer un mejor uso de internet, utilizando los principios básicos de la netiqueta:
Respeto, trasladando las mismas reglas de la vida real a las redes sociales.
Trabajar la educación y en especial educarse en la empatía. Debemos aprender a ponernos en el lugar del otro incluso en el terreno digital. Hay que entender que detrás de la pantalla hay una persona de carne y hueso a la que le puede afectar aquello que decimos. Trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti.
Compartir conocimientos y mensajes constructivos y, en ningún caso, expresar ni fomentar el odio.
Disculparse ante un error cuando nos equivocamos.
Respetar la privacidad de las demás personas y pedir permiso si vamos a compartir cualquier tipo de información suya.
10 MANDAMIENTOS DE LA NETIQUETA
1. Nunca olvides que la persona es un ser humano con sentimientos.
2. Sigue en la red los mismos estándares de comportamiento que en la vida real.
3. Escribir todo en mayúsculas se considera gritar y, además, dificulta la lectura.
4. Respeta el tiempo y el ancho de banda de las personas.
5. Muestra tu lado bueno mientras te mantengas en línea.
6. Comparte tus conocimientos con la comunidad.
7. Ayuda a mantener los debates en un ambiente sano.
8. Respeta la privacidad de terceras personas.
9. No abuses de tu poder o de las ventajas que puedas tener.
Se puede (y se debería) pero, para conseguir este ‘pequeño gran milagro’, se tienen que dar unas circunstancias concretas y, sobre todo, se debe de dejar actuar a la ‘medicina’ que, en estos casos, lo cura todo: el tiempo.
En un mundo ideal, el fin de una relación de pareja no tendría por qué suponer el adiós definitivo a esa persona con la que se ha compartido todo. En un mundo ideal, el amor debería de dar paso a una profunda amistad, edificada sobre el sólido pilar del recuerdo de una (¿bonita?) historia en común. Sin rencores, sin dolor y sin ‘cuentas pendientes’.
Eso, claro está, solo pasaría en un mundo ideal en el que fuéramos capaces de racionalizar algo tan irracional como los sentimientos. Pero, ¿qué ocurre en ‘nuestro mundo’? ¿Se puede llegar a ser amigo de alguien con quien se ha mantenido una relación sentimental? Y, cuanto decimos ‘amigo’, no nos referimos a la ‘relación cordial y civilizada’ que requiere la delicada ‘gestión’ de unos hijos en común, sino un ‘amigo’ de verdad, de los que están ahí cuanto tienen que estarlo.
«Mantener una relación de amistad con un ex no es imposible, casi nada lo es, pero resulta verdaderamente difícil. Es más algo idílico o soñado que realista o, incluso, conveniente. Otra cosa sería conseguir mantener una relación cordial y equilibrada, sobre todo, en el caso de personas que siguen compartiendo intereses en común o que han acabado de una forma amistosa o de común acuerdo», afirma la psicóloga Brígida Higueras Madsen.
Sebastián Girona, psicólogo especializado en vínculos de pareja, lo tiene claro. «Sí, se puede llegar a ser amigo de un ex, pero tiene que pasar un tiempo razonable entre el fin de la relación de pareja y la reconstrucción de esa nueva amistad».
Es más, este especialista señala que este ‘pequeño gran milagro’ resultará más sencillo «si, durante los años que duró la pareja hubo amor, respeto y cuidados, aunque ésta terminara por disolverse a consecuencia de los motivos que sean». Aunque, prosigue, «no cabe duda de que construir ese nuevo vínculo requerirá esfuerzo y trabajo por ambas partes y, como ya he dicho, que pase el tiempo necesario para transitar de una situación a otra».
Los problemas vienen, tal y como señala Brígida Higueras Madsen, «se recurre a esa amistad como una especie de bálsamo que alivie el profundo duelo que hay que pasar tras una ruptura. Cuanto más años y más vivencias haya en común, más intenso resulta el vértigo que produce ese salto al vacío que supone separarse de la persona que nos ha acompañado e intentamos agarrarnos a ella como sea».
También, cuando «ambos no se encuentran en el mismo punto o no tienen el mismo concepto sobre lo que esperan sobre su relación, una vez roto el vínculo amoroso. Porque, en ocasiones, uno de los miembros de la pareja sigue albergando sentimientos amorosos, provocando en el otro pena o, incluso, culpa»
Las prisas en este escenario, nos advierte Sebastián Girona, tampoco son buenas compañeras. «Si intentamos ser amigos de forma inmediata, las cosas estarán en el mismo lugar en el que las dejamos cuando rompimos. Necesitamos tiempo para cambiar ‘de categoría’ a la persona con la que compartíamos nuestra vida».
Y, para conseguirlo (que no es sencillo) nos pone un ejemplo muy visual. «La persona que era nuestra pareja estaba en el casillero de la pareja y debemos de cambiarla de ‘sitio’ para seguir avanzando. Una vez que termina la relación, y solo cuando dejamos de verla, empezamos a poder reubicarla en el nuevo casillero que la corresponde. Para completar este proceso, no nos queda otra que dejar pasar meses o, incluso, años».
¿Cuándo no deberíamos de obcecarnos en mantener esa relación de amistad? Girona nos da la respuesta. «Si el vínculo fue tóxico y pasaron cosas, como que la otra persona nos hubiera ofendido o tuviera intención de hacernos daño. En resumidas cuentas, si no fue una relación de pareja sana, quizás no sea una buena idea».
Amigos, conocidos o, a veces, ni eso, Higueras Madsen nos recuerda que, ante todo, «deberíamos de ser coherentes con lo que sentimos o esperamos de la relación (si alguno sigue albergando sentimientos, no será posible). Si decidimos mantener cierto grado de amistad, que sea porque nos aporta paz y bienestar (lo que suele darse cuando hay intereses en común y la separación ha sido amistosa) y siempre manteniendo la responsabilidad afectiva hacia el otro».
9 reglas sociales no escritas que todos deberíamos saber para ser amables:
Dicen que la amabilidad está en desuso. La impaciencia y la prisa son sus enemigos. Estamos tan centrados en nuestra lista de tareas que dedicar una palabra amable, más allá de gruñir «buenos días», parece una pérdida de tiempo. Por no hablar de los impacientes peligrosos que proyectan con insistencia los faros de su coche en nuestro cogote porque estorbamos en su camino.
La RAE define a una persona amable como alguien afable y afectuoso. También, por su origen latino, ‘amabilis’, es alguien digno de ser amado. Por ello, nuestros seres queridos han de ser tratados con máxima amabilidad. Por desgracia, la convivencia, los problemas y la falta de autocontrol pueden hacer que los descuidemos.
El estilo de vida actual, en que el estrés, la prisa y el exceso de pendientes a resolver nos hace sentir presionados, es más importante que nunca tomar conciencia de la importancia de ser amables con las personas que nos rodean, en especial con los seres que más amamos, pues una buena relación es una fuente de felicidad para ambas partes.
Aquí encontrarás una lista de pequeños detalles que nos hacen más amables a los ojos de los demás, pero seguramente se te ocurrirán algunas ideas para aumentar la lista:
Si un niño te muestra su dibujo/pintura, no le preguntes qué es ni intentes adivinarlo; solo pídele que te lo explique.
Si estás comiendo con un amigo, ofrécele tu comida, ya que compartir es cuidar.
Si alguien te cuenta un chiste y no crees que sea divertido, igual ríete.
Cuando discutas con alguien no grites, ya que eso no te da la razón.
Llama siempre antes de ir a la casa de otra persona para evitar ser un “invitado no deseado”.
Antes de ingresar a cualquier transporte público, deja que los pasajeros salgan primero antes de ingresar (requiere paciencia, ya que todos deben estar en algún lugar, no eres el único que tiene prisa).
Si le pides prestado un auto a alguien, devuélvelo con la gasolina recargada, limpio y en buenas condiciones.
Cuando termines de comprar, no dejes el carrito en medio del pasillo; apárcalo en el área designada.
No termines una disculpa con una excusa, hace que la otra persona piense que estás justificando tus malas acciones.
¿Cedes tu asiento en el autobús? ¿Sabes consolar sin dar consejos? Hay personas que son amables por naturaleza, personas fuertes, según la Psicología Positiva, la ciencia del bienestar. Seligman y Peterson, definieron las 24 fortalezas humanas como las vías maestras para el buen desarrollo del carácter. La amabilidad pertenece al grupo de las fortalezas de humanidad, junto con el amor (la capacidad de amar y ser amado) y la inteligencia social (saber relacionarse con los demás). Implican cuidar y dar cariño, sin descuidarnos a nosotros mismos. La amabilidad es dar valor a las personas y eliminar las fronteras de nacimiento y religión. Desde 1997, se celebra -cada 13 de noviembre- el Día Mundial de la Amabilidad para animar a todo el mundo a tratarse con benevolencia. Todos tenemos un gen amable. Investigaciones recientes afirman que los niños de tan sólo seis meses ya están preparados para ayudar y elegir conductas altruistas hacia sus iguales. Nuestros ancestros sabían que la mejor forma de protegerse de los depredadores era hacer piña con sus congéneres.
Beneficios
Una persona amable posee empatía, humildad (abstenerse engreídos), paciencia, generosidad, respeto y, muy importante, el autocontrol emocional. Para Seligman, la amabilidad nos hace reaccionar ante la adversidad con la respuesta de cuidar y proteger frente impulso de supervivencia de luchar o huir. ¿Por qué?
Mejora la salud. Reduce el cortisol, la hormona del estrés; favorece la oxitocina, la de la confianza. Disminuye el riesgo cardiovascular y la tensión arterial alta. Aminora la sensación de dolor y pose cualidades antienvejecimiento.
Garantiza el bienestar psicológico. Protege el sistema nervioso contra la ansiedad, nuestro cerebro derrocha endorfinas. Estabiliza el estado de ánimo, nos saca del ensimismamiento y la obsesión. Se ha observado que los actos de bondad en los niños son fuente de energía y seguridad. «Sienta bien hacer el bien»
Favorece las relaciones. Transforma el ambiente hostil ya que percibir a los demás de manera positiva impulsa a colaborar. Nos hace más atractivos y productivos. Además, es contagiosa y un elemento crucial en el liderazgo positivo.
En su justa medida. La amabilidad endulza la vida, pero no se nos puede ir la mano porque resultaremos falsos. Melifluo o meloso es alguien dulce en exceso. Tampoco podemos ser amables para conseguir algo del otro, es manipulación, al igual que la amabilidad que enmascara superioridad. Complaciente, es otra definición de la RAE para amable, aunque, el complaciente se encontrará haciendo cosas que no desea para caer bien o evitar conflictos.
Algunos sólo se sienten fuertes sacando el dragón que llevan dentro y confunden amabilidad con debilidad. Ser amable no es ser tonto. También poseemos el gen de la autoprotección. Si tienes ante ti a una persona abusiva o malhumorada, por favor, no seas amable. Aclara que no permites que nadie te trate mal. No enfermes de «buenismo», es tan dañino como estar todo el día enfadado.
Para mí la amabilidad es la elegancia del alma. Quizás, estos tiempos de prisas y desconfianza, crean el espejismo de que la bondad se ha perdido. Hoy me ha bastado sentarme en un banco con Harry, mi perrito cachorro, para conseguir robar una sonrisa a los viandantes. Será el gen amable que todos llevamos dentro.
El holocausto no fue el primero ni el último genocidio, tan solo el más conocido.
Entre 1915 y 1917, se estima que un millón de armenio fueron asesinadospor el imperio otomano. Los armenios eran una minoría étnica con su propio idioma y cultura, y los turcos otomanos temieron que fueran a empezar una guerra por su independencia. Las noticias del genocidio armenio fueron recibidas con apatía por parte del resto del mundo.
Armenios deportados desde el imperio otomano en tren. Muchos morirían poco después
Judíos deportados desde Alemania en tren. Muchos morirían poco después.
Y es esa apatía la que convenció a Hitler a tirar hacia adelante con su plan del holocausto. Los nazis llevaban tiempo dándole vueltas al “tema judío”. Consideraron enviarlos a Madagascar, o conservarlos en los guetos, pero al final decidieron matar a entre 6 y 7 millones de judíos junto a otros 6 o 7 millones de “indeseables” porque llegaron a la conclusión de que a nadie le iba a importar.
El imperio otomano cometió un genocidio que la actual Turquía moderna se niega a aceptar que ocurrió. Estados Unidos no lo reconoció hasta el año pasado, al no querer alienar a uno de sus mejores aliados en Oriente Medio.
Y desde el holocausto ha habido numerosos otros genocidios en todas partes del mundo, y que igualmente han sido ignorados. El genocidio de ucranianos por parte de los rusos en 1930-1833. El genocidio de varias minorías étnicas por los camboyanos entre 1970-1975, el genocidio de los tutsi por parte de los bantu de Ruanda en 1994, o el genocidio de las minorías étnica en Darfur que empezó en 2003 y continúa.
Generales estadounidenses examinan una fosa justo fuera del campo de concentración de Ohrdruf
Cuando preguntas si Hitler pensó en tapar el holocausto, yo creo que se trata de la pregunta equivocada. La mayoría de genocidios son tapados porque la mayor parte de personas a quienes les interesaría hacerlo público ya están muertas. La pregunta debería haber sido así: ¿por qué sabemos tanto sobre el holocausto?
Y la respuesta es por los aliados. Cuando los aliados liberaron el primer campo de concentración, cuando ya contaron con la prueba irrefutable de que los nazis habían cometido un genocidio, hicieron un esfuerzo tremendo para fotografiarlo todo. Fueron conscientes de que los eventos ocurridos en los campos eran tan horribles, que en una generación o dos la gente los acabaría tachando como propaganda de guerra. Tomaron las medidas necesarias para asegurarse de que eso no ocurriera.
Y es sólo por esa razón por la que los nazis no pudieron tapar y ocultar el holocausto.
Si quieres que la gente te considere una persona importante: Empieza a enderezar tu espalda y mantén la cabeza bien alta si estás en una entrevista de trabajo, durante una presentación, una reunión o un evento de networking. Porque la gente considera que una persona con buena postura es más exitosa o poderosa.
Si quieres crear confianza en la primera reunión: Empieza a copiar las poses de los demás y eso creará confianza y comodidad entre ustedes. Pero ten cuidado, copiar demasiadas poses también saldrá mal, así que sólo refleja pequeños aspectos de la postura del individuo.
Si quieres hacerte popular entre la gente: Recuerda los nombres de tus compañeros y colegas. La gente se sentirá especial al instante cuando los llames con sus nombres mientras conversas con ellos.
Si quieres que alguien se sienta incómodo: Empieza a mirar la mitad de su frente durante la conversación. La mayoría de las personas se sentirán como si estuvieran bajo escrutinio.
Si quieres que la gente te diga que sí: Cuando hagas una pregunta que quieras una respuesta afirmativa, trata de asentir sutilmente cuando hagas las peticiones. Este truco es a menudo utilizado por los empleados de los restaurantes para hacer que los clientes compren más comida y es bastante efectivo.
Si quieres que la gente te respete y admire: Empieza a compartir tu historia de lucha y vulnerabilidades con ellos, cómo llegas a ser exitoso después de cruzar innumerables obstáculos. En el momento en que la gente empieza a invertir su tiempo en tu historia, también empiezan a respetarte.
Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Alta la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
– Nos amamos – empezó el joven.
– Y nos vamos a casar – dijo ella.
– Y nos queremos tanto que tenemos miedo. Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos. Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la muerte.
– Por favor – repitieron – ¿hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.
– Hay algo…- dijo el viejo después de una larga pausa -. Pero no sé…es una tarea muy difícil y sacrificada.
– No importa – dijeron los dos-. Lo que sea – ratificó Toro Bravo.
– Bien -dijo el brujo-. Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena. ¿Comprendiste?
La joven asintió en silencio.
Conjuro sioux para el matrimonio
– Y tú, Toro Bravo – siguió el brujo – deberás escalar la Montaña del Trueno; cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas y, solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mi, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta…¡salgan ahora!.
Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur…. El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo las aves cazadas. Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.
– ¿Volaban alto?- preguntó el brujo.
– Sí, sin duda. Como lo pediste… ¿y ahora? – preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
– No – dijo el viejo-.
– Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne – propuso la joven-.
– No – repitió el viejo-. Harán lo que les digo: Tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero… Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero solo consiguieron revolcarse en el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre si hasta lastimarse.
Este es el conjuro…
– Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse uno al otro.
Moraleja sobre el matrimonio: Si quieren que el amor entre ustedes perdure, vuelen juntos pero jamás atados.
¿de dónde podremos sacar la fortaleza necesaria cuando precisamente es lo que nos hace falta?
Alejandro Cortés González-Báez
Somos seres complejos involucrados en ámbitos variados como la familia donde nacimos y la que formamos, el vecindario, nuestros estudios, y el trabajo, que puede ser como empresarios o empleados. Es más, nosotros mismos somos complicados como sugiere aquel interesante libro de Emma Godoy ‘Érase un hombre pentafácico’.
En definitiva, todo ello nos hace caer en la cuenta de que la vida es más rica que la teoría, y nos puede servir para descubrir que tenemos una enorme riqueza personal.
Nuestra vida está llena de sorpresas. control. Los problemas se nos presentan en el cansancio, las enfermedades, los fracasos y todas esas cosas que nos ponen de mal humor, entre las que están los gritos de los niños, el mal humor del marido o de la esposa o del jefe.
¿Quién no ha sentido en determinados momentos que todo se viene abajo? Cuando dan ganas de salir corriendo sin rumbo fijo. De echar todo por la borda y mandar a todos a volar. Cuando nos sentimos solos o traicionados. Cuando caemos en la cuenta de que lo que hemos hecho por los demás no ha sido reconocido ni valorado.
Sin embargo, la misma experiencia nos suele recordar que cuando en otras ocasiones nos hemos sentido derrotados, esos asuntos han rectificado su curso y, quien quizás pensaba que ya no tenía sentido su vida pudo descubrir alguna luz de esperanza en la respuesta positiva de un amigo o algún desconocido.
Es cierto que hay mucho que quisiéramos cambiar y no lo conseguiremos. Será entonces el momento para presupuestar los fracasos. La ventaja de ello no será resolver nuestros problemas, pero nos permitirá dimensionarlos con más objetividad y, si fuera el caso, poder prever un plan B.
La teoría nos dice que en la vida se presentan dificultades que debilitan la mente y el espíritu, pero que podemos superarlas viviendo la virtud de la fortaleza. Ahora bien, ¿de dónde podremos sacar la fortaleza necesaria cuando precisamente es lo que nos hace falta? La respuesta, en ocasiones, estará en sabernos responsables de quienes dependen de nosotros. Podemos decir que es esto lo que ha conseguido que muchos padres y madres de familia superen lo que parecía imposible.
Inicia un nuevo año y es tiempo de establecer buenos propósitos. Quizá el mejor sea cultivar la virtud de la fortaleza, pues fortaleciendo tu menteestaráspreparado para lo que no depende de ti evitar, o sea, para enfrentar la vida.
Te voy a decir lo que personalmente intento llevar a cabo en mi día a día:
No alimentar al dragón: En la cultura asiática se dice que ahí donde tenemos el estómago habita un dragón. Esta mítica bestia es la representación de todas las bajas pasiones o lo que conoceríamos en nuestra cultura como los pecados capitales(soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza). No alimentarlo quiere decir que cada día hay que luchar contra el dragón (todas nuestras bajas pasiones y deseos de placer inmediato) y hacer lo que realmente sabemos que tenemos que hacer. A este respecto, también hay una entrevista muy buena sobre los procastinadores de Tim Urban «Inside the mind of a master procrastinator».
No te machaques si fallas: Relacionado con el primer punto, yo muchas veces fallo y doy de comer al dragón. Bueno, pues hay que entender que somos seres humanos y es normal que no seamos perfectos. No te fustigues, mañana tendrás una nueva oportunidad para levantarte y probar. Recuerda que no se es un fracasado por fallar, y está más cerca del éxito aquel que cayó y no se dio por vencido.
Aprende algo nuevo cada día: Desde el carnicero, el albañil, los niños en el parque o el abuelo que pasea en la calle, todo es fuente de algún tipo de aprendizaje. En la observación y contemplación de la vida residen grandes y valiosas lecciones.
No tengas ego, ten autoestima: El que tiene autoestima no necesita ir alabándose o luciéndose delante de otros, pues sabe lo que aporta a la mesa cuando se sienta. Confía en sí mismo como un ser capaz y valioso. Trabaja tu autoestima para poder ser admirado por lo que eres y no por lo que aparentas. Construye firmes muros de piedra (tu vida) sobre cimientos estables (tu ser).
Rodéate de gente que te inspire: Se suele decir que eres un promedio de las cinco personas con las que más tiempo pasas en tu día a día. Intenta tener un círculo de personas con hábitos saludables que te den energía y no te la consuman.
Lee, lee mucho: Empápate del conocimiento que existe en el mundo. Puedes tener la suerte de tener grandes maestros que han dejado por escrito sus conocimientos. Esto es un verdadero lujo. Te recomiendo: Un antídoto al caos (No Ficción), de Jordan B. Peterson.
No tengas miedo de ser tú mismo: Libérate de cualquier prejuicio, miedo o inseguridad que tengas sobre ti mismo. Una persona que pisa fuerte impone respeto, despierta interés y atrae a las demás personas. Trabaja en ello tú mismo o busca apoyo profesional. Reflexiona y saca tus propias conclusiones, aprende a hablar de tus sentimientos.
Y con esto creo que ya tienes para empezar!
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