Inicio Blog Página 66

Avanzar sin miedo

“En las Sagradas Escrituras encontramos 365 veces la expresión «no temas», con todas sus variaciones. Como si quisiera decir que todos los días del año el Señor nos quiere libres del temor.” — Papa Francisco

2018 ha sido un año extraordinario. Desde aquí les invito a que cada uno de ustedes piense lo que han sido estos días, en lo personal, lo familiar, lo escolar, lo social y, seguramente, estará de acuerdo conmigo: el 2018 ha representado cambios significantes en todo. Es, o puede ser, un año que nos cambia.

Por lo tanto, es momento de reflexión, de evaluación, de planeación…y de agradecer, sobre todo de agradecer. Si estás leyendo estas breves líneas, seguramente mucho tendrás por qué dar gracias; para empezar, por todo lo ocurrido este año, aunque haya habido momentos difíciles, dolorosos, duros e incomprensibles, pues forman parte del tejido de la vida. Pero, al fin aquí estamos, terminamos un año y empezamos otro, y debemos dar gracias por ello.

Gracias Dios mío por la vida, por la luz, por la energía, por el movimiento, por los desafíos, por la felicidad, por lo que es y no es, por lo que nos das y prometes, por lo que somos y podemos, por el ayer, hoy y mañana. Gracias, gracias, siempre gracias…

La Navidad debe recuperar su sentido de nacimiento y recepción de Jesús en nuestras vidas y nuestras casas. De abrirle puertas y corazones para que transforme nuestra existencia. Y a empezar de nuevo. Ésa es la vida. Cada quien, desde lo que le es más importante o querido.

Un año nuevo siempre es una ilusión, siempre una esperanza. Tiempo de propósitos, intenciones y buenos deseos. Una gran ocasión para cambiar nuestros hábitos, modificar rutinas, hacer todo de mejor manera en la casa, en la escuela, en el trabajo, en suma, una buena oportunidad de ser mejores.

Un buen principio puede ser, como hacen los marinos en las costas de todo el mundo, soltar los fardos antes de liberar amarras; dejar atrás los lastres para navegar más ligeros. Parece fácil aunque no lo es; pero, hay que hacerlo. Soltar y avanzar sin miedo.

A todos los miembros de la gran Familia Miraflores les envío una felicitación de todo corazón por las fiestas de Navidad y les deseo que el año próximo venga lleno de alegrías y bendiciones para todos y cada uno de ustedes.

La vida sigue. 2018 no volverá. Pero tenemos al 2019 y los que vienen, a los que recibimos con el entusiasmo y la esperanza que nos da la fe en Dios.

El tesoro mayor

“Cada día es una nueva bendición de Dios.” — Madre Trinidad

Volver al futuro

0

El futuro vuelve a estar de moda. Tanto en la literatura como en las series o el cine, los temas sobre el futuro, muchas veces apocalíptico, vuelven a contarse entre los favoritos. Junto a la legión de fans de la ciencia-ficción, de la mano de caballeros jedis y los súper-héroes, llega un creciente conglomerado de nuevos aficionados a las fantasías futuristas.

Aunque para algunos la ciencia-ficción es un género reservado para los jóvenes, hay un gran número de obras maestras que, a lo largo de la literatura, han abierto senderos narrativos, estimulado la imaginación de millones de lectores e, incluso, impulsado avances científicos. A décadas de distancia, muchas de aquellas situaciones, inventos y artefactos imaginados han sido rebasados por la ciencia y, en general, por la realidad.

Sabemos que la mejor ciencia-ficción es la que, a la par de la fantasía y la imaginación de mundos por venir, logra reflexionar sobre los grandes temas y desafíos del hombre y la sociedad. 1984, de George Orwell o Un mundo feliz, de Aldous Huxley, lo ejemplifican claramente.

La ciencia-ficción es un género que, con gran habilidad, logra conjugar la profundidad de los conceptos con la ligereza de las tramas fantásticas, como lo hace Julio Verne, en muchas obras como De la Tierra a la Luna, 20 mil leguas de viaje submarino o La isla de hélice.

Phillip K. Dick es uno de los referentes obligados, con obras como El hombre en el castillo o Fluyan mis lágrimas, dijo el policía. Extraordinario cultivador del relato corto es el creador de las historias en las que se basan las dos cintas de Blade Runner.

Y algunos otros clásicos del género son: La máquina del tiempo, de H. G. Wells; Yo, robot, de Isaac Asimov; Crónicas marcianas, de Ray Bradbury; 2001, una odisea espacial, de Arthur C. Clarke; Solaris, de Stanislaw Lem; Dune, de Frank Hebert; La guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams; o la inquietante La carretera, de Cormac McCarthy.

Las series y las películas pueden ser un buen vehículo para llegar a su fuente original: este género divertido y profundo, que más allá de súper-héroes, naves espaciales y robots, juega con ideas, reflexión e imaginación.

Fundación con amor

0

Cuando lo que se vive en el presente no es afortunado es fácil perder la esperanza y la motivación, de ahí la importancia de ampliar el horizonte para generar conciencia de que el cambio está en uno mismo, al tiempo que se desarrollan las herramientas para lograrlo. Esa es la misión de la fundación Con Amor A.C.

A través de los proyectos que lleva a cabo en escuelas de zonas marginales, esta fundación ofrece a los niños y adolescentes diversas opciones para alcanzar el equilibrio emocional (interior) y el equilibrio ecológico (exterior). Con Amor fomenta el desarrollo personal y el cambio de los hábitos de consumo que dañan la salud de las personas y del planeta.

Uno de sus objetivos es lograr la autosuficiencia alimentaria de una manera amigable con el entorno. Enseña a cultivar productos orgánicos en poco espacio, por ejemplo. Algunos de sus proyectos autosustentables son “Sembrando Ecología”, el “Huerto Escolar” y el “Huerto de Plantas Medicinales”. Lo que aprenden los alumnos refuerza el aprendizaje de materias como biología, física y química.

En el tema de conciencia emocional, Con Amor lleva a los alumnos adolescentes al teatro para ver la obra “Miedo a la verdad”, del director y autor Bruno Almaraz, donde pueden verse reflejados en los diferentes personajes, lo que ayuda a contactar con sus propias emociones, a generar conciencia sobre las distintas problemáticas que viven, como la desintegración familiar, las adicciones y los desórdenes alimenticios, así como a vivir una experiencia cultural que culmina con una dinámica guiada por una psicóloga especialista
en adolescentes.

Si estás interesado en conocer más acerca de Con Amor A.C., llama al: 5532985693

¡Me voy a dejar operar por un robot!

0

Estando en una cafetería del centro comercial escuché en la mesa de al lado a una mujer contándole a su amiga que se iba a operar y que la atendería un robot, a lo cual su amiga le contestó sorprendida ¿cómo crees?, ¿no te mueres de miedo?….Esta anécdota me ha servido como idea para escribir este artículo e intentar dar a la población en general algunos “pros” y “contras” de esta técnica quirúrgica.

La cirugía robótica no es tan novedosa como se piensa, de hecho, ya se utilizó en los hospitales de campaña durante la tristemente célebre guerra de Iraq (2003-11), donde los cirujanos se encontraban en un lugar seguro manipulando el robot, mientras el robot estaba instalado en el hospital de campaña. Pero esta técnica quirúrgica tiene ya más de 10 años aplicándose en diferentes partes del mundo. Fueron los urólogos y después los ginecólogos quienes primeramente pudieron disfrutar de las virtudes de esta tecnología, misma que hoy en día ha logrado permear a otras ramas de la cirugía como son: cirugía general y bariátrica, cirugía cardiaca y la cirugía torácica.

Hablando de la la cirugía torácica, podemos decir que es una novedad en México, sólo hace poco mas de una año que se comenzó a realizar en nuestro país. Las primeras cirugías de Cáncer pulmonar se realizaron en nuestro servicio y podemos contar cuáles son algunas de las ventajas de esta técnica.

El robot en realidad ¡no es tal!, ya que si fuera un robot real ejecutaría los movimientos por sí solo, sin necesidad del cirujano. La tecnología disponible actualmente lo que tiene es una sistema (consola), donde el cirujano realiza los movimientos precisos para operar de manera cómoda, sentado a un par de metros del enfermo, gracias a un dispositivo de visión en tercera dimensión en alta definición que puede aumentar el tamaño del objetivo quirúrgico tres veces, haciendo que la apreciación de las estructuras a tratar se vean con una definición muy superior a las técnicas endoscópicas disponibles hasta ahora. Por otro lado, los instrumentos que se colocan dentro del paciente son milimétricos -de 3 a 10mm- y con un ángulo de movimientos igual o superior al que tiene la muñeca y la mano del cirujano, haciendo posible que estructuras de difícil acceso sean muy bien observadas y mejor manipuladas. Esto indudablemente se traduce en más seguridad y precisión al operar. Pero insisto, no es un robot, ya que la segunda parte del sistema es un dispositivo mecánico de 4 brazos, que se introducirán al paciente, uno de ellos lleva la óptica de la visión y los otros tres los instrumentos que únicamente reproducirán los movimientos que realice el cirujano en la consola, por LO CUAL no es un robot propiamente dicho. El tercer componente del sistema quirúrgico es una torre de controles con pantalla, entradas para dispensar gas al interior del paciente si es necesario, así como energía eléctrica muy útil por ejemplo para coagular
vasos sanguíneos.

Una vez entendida esta básica explicación es muy fácil entender por qué es bueno operarse con esta tecnología.

Ventajas:

  • Estancia hospitalaria más corta
  • Menor dolor postoperatorio
  • Menor pérdida de sangre
  • Elimina el temblor de la mano del cirujano
  • Mayor seguridad y menor probabilidad de accidente intraoperatorio
  • Mejor calidad de vida psicológica tras la intervención
  • Mayor comodidad para el cirujanoal operar

A día de hoy y después de ser pioneros  a nivel nacional en nuestra especialidad, operando diversas enfermedades, principalmente tumorales del tórax, podemos decir que es una técnica segura, altamente recomendable, que ofrece grandes ventajas al paciente y al cirujano. Pero también hemos dicho que hablaríamos de los “contras” o desventajas de la técnica…, en realidad, el mayor problema que enfrentamos hoy es el tema económico, ya que es una realidad que es más caro operarse con esta técnica que con otras, y algunas compañías aseguradoras aún ponen obstáculos para pagárselo a sus asegurados. Estamos seguros de que este problema en los siguientes años se solucionará y la tecnología será mas barata y accesible a un mayor número de pacientes.

También podemos atrevernos a decir que este es solo el principio de una nueva era en la cirugía torácica, ya que con el advenimiento en los próximos años de nuevas plataformas quirúrgicas con más y mejores  instrumentos quirúrgicos, se conseguirán mejores resultados. La mejora en el Internet, con la llegada del 5G, hará que la ligera demora que hoy existe desde la consola del cirujano hasta los brazos robóticos que están dentro del enfermo se elimine por completo lo que hará posible que los cirujanos puedan estar en otro hospital, incluso en otra ciudad del mundo, operando a un paciente a distancia. Ello dará al paciente acceso a mejores y más experimentados cirujanos sin la necesidad de tener que viajar a un determinado centro hospitalario.

En definitiva cuando sepan que alguien se va a operar con robot, ¡alégrense! ya que seguramente su cirujano que debe de estar certificado para ocupar esta plataforma y les podrá ofrecer mejores resultados que los que se pueden obtener con otras técnicas quirúrgicas de mínima invasión.

Acompáñame, historias de vida que transforman

0

La vida de muchos pacientes ha estado en manos de José Manuel Mier Ordiozola. Omito poner antes de su nombre el título de doctor porque antes de médico es un gran hombre, y eso es más difícil aún que obtener todos los grados académicos. Es cierto que el Dr. Mier es una eminencia en cirugía robótica, con especialidad en cirugía torácica de mínima invasión, pero es algo más: es amigo cercano de sus pacientes y de los familiares de sus pacientes.

El Dr. Mier ha salvado muchas vidas, y aun cuando no ha sido posible superar una enfermedad catastrófica, como puede ser un cáncer de pulmón muy avanzado, se esmera en prolongar la vida en las mejores condiciones posibles.

Su libro Acompáñame. Historias de vida que transforman es la narración de las experiencias humanas que ha vivido al lado de sus pacientes, historias de lucha, amor y valor, que sirven de inspiración a cualquiera.

Este libro puede convertirse en una compañía muy enriquecedora, tanto para los pacientes con cáncer como para sus seres queridos, ya que expone el lado más humano de la relación médico paciente, así como el camino emocional, espiritual y físico que deben recorrer quienes viven esta dura prueba.

Libros que no olvidan

Para quienes estudian la primaria, la secundaria, la prepa y la universidad, 1968 es parte de la historia, a veces tan lejana como lo pueden ser la Revolución o la Independencia. Sin embargo, para sus padres forma parte de su propia historia, ya sea como niños o jóvenes, testigos o protagonistas.

Hoy, a cincuenta años de distancia, un gran número de eventos, memorias, publicaciones, reflexiones, recuerdan ese momento clave para la historia del México contemporáneo. Para quien no lo vivió, la literatura es un recurso para acercarse a lo que fue y entender lo que puede representar medio siglo después; para quien lo vivió es una forma de recordarlo y comprenderlo mejor. Para unos y otros, leer sobre el 68 es una lección de vida social.

Todavía hoy es motivo de encendidas controversias. Como todo fenómeno social es complejo, difícilmente discernible y conserva más preguntas que respuestas; por eso es interesante, apasionante para muchos, conocerlo más de cerca. En todo caso, una de las mejores vías para acercarnos es lo bien escrito sobre ese movimiento; y hay mucho. Como en el caso de España, en el que la Guerra Civil sigue siendo una veta inagotable de obras, en México, el 68 parece no agotarse; hay reportajes, novelas, entrevistas, ensayos, cuentos, crónicas, etc. Un enjambre que recorre géneros, estilos
y perspectivas.

Como en todos los casos de buena literatura histórica, sobre todo en la que se abordan eventos tan cercanos, los textos pueden ser ocasión de charlas, debates, comentarios que hagan más luz sobre las verdades de lo que ocurrió hace medio siglo en México y cuyas repercusiones todavía vivimos.

Entre los muchos libros que abordan el movimiento del 68 en México podemos destacar:

La herencia de los más grandes

Con nuestra actividad diaria, de una manera u otra, construimos el futuro; los mejores lo hacen con una mayor intención y los más grandes lo fincan en la educación. Más allá del éxito en su ámbito profesional, saben que si quieren heredar algo valioso y perdurable tendrá que estar ligado a la educación de las nuevas generaciones. Por ejemplo, John Harvard o Leland Stanford son reconocidos y recordados no sólo por ser grandes empresarios sino, sobre todo y principalmente, porque legaron dos instituciones educativas notables y perdurables.

Más allá del valor y la pasión que nos provoque nuestro trabajo está su sentido de trascendencia. ¿Por qué y para qué hacemos lo que hacemos? ¿Cómo conecta nuestra actividad diaria con los demás? ¿Qué aporta para el futuro de la sociedad? Muchos de los males que vivimos como sociedad radican en la falta de respuesta a estas cuestiones que, en ocasiones parecen demasiado lejanas, sin serlo.

El pensamiento social se basa en la certeza de que lo que hacemos va más allá de los límites de lo diario y lo personal; creer que tiene que ver con las personas, con las empresas, con el gobierno, en fin, con la sociedad en su inmensa complejidad. Y eso implica un compromiso para transformarla. Aristóteles decía que el ser humano nace para vivir una vida buena, en comunión con los demás y con Dios; de ser así, todo lo que hagamos tiene ecos de trascendencia. Como lo entendieron Harvard y Stanford.

En estos momentos de cambios y transformación, vale la pena recordarlo. Una guía para hacerlo la presenta el prestigiado profesor Cristian Mendoza, de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma, en su libro Persona, empresa y sociedad, publicado en México por el IPADE y la Editorial LID Mexicana.

Antoine de Saint Exupéry decía que para construir grandes barcos es necesario enseñar a los hombres a cortar madera, pero más importante es hablarles de la grandeza del mar, la belleza del océano y la pasión de la aventura. Esta obra habla de la actividad empresarial pero, sobre todo, recuerda el encanto de la creatividad, el valor del esfuerzo, el poder del emprendimiento y la capacidad del ser humano para entregarse a los demás. O sea, la belleza, la pasión y la grandeza del día a día que construye el futuro común.