Inicio Blog Página 52

¿Cuántas operaciones bancarias haces desde casa?

Por Coru.com

Las últimas semanas han sido extrañas y las que vienen, inciertas. Quedarse en casa es el deseo de muchos, pero buena parte de nuestra vida ocurre en el exterior. Uno de esos lugares por los que pasamos frecuentemente sin darle importancia son los bancos. Ante una crisis sanitaria lo recomendable es evitar sitios concurridos y exactamente así son los bancos. ¿Qué hacer entonces?

Olvídate de (visitar) los bancos

Cada vez son más las operaciones bancarias que se pueden hacer sin salir de casa. Si aún no las conoces es un buen momento para probarlas, así proteges tu salud y te ahorras mucho tiempo. 

La banca en línea funciona hace años. ¿Qué tanto la conoces?

Para comenzar hagamos una lista de las razones para visitar un banco. El pago de la tarjeta de crédito, servicios como luz, agua o impuestos, son algunas operaciones sencillas que requieren efectivo y por eso visitas la sucursal, ¿algo más? También para trámites como corrección de datos o aclaraciones debes presentarte físicamentel, o eso creen muchos. Esas sencillas actividades son todavía más simples gracias a la banca electrónica.

¡Evoluciona con tu banco!

Gracias a las apps bancarias todo tipo de pagos son posibles sin usar efectivo. Si tienes una cuenta de nómina o cualquier otro tipo de cuenta de captación ya hay dinero disponible para hacer esos pagos. Lo único que debes hacer es darle la instrucción al banco para cumplir con tus pagos. 

Algunas transacciones son más sencillas que otras pero todas son posibles.

Paga desde el celular

Al entrar a la app de mi banco hay una opción llamada pagos y transferencias. Si aún no descargas la tuya es el momento de hacerlo. Dentro de esta sección tengo la posibilidad de hacer transferencias, ya sea a mis cuentas en el mismo banco, otros bancos o cuentas de otras personas. 

También me ofrece hacer los pagos de mis tarjetas de crédito del mismo banco u otros, además de hacer este procedimiento para terceras personas. Finalmente me da la opción de pagar mis impuestos. ¡Explora tu app bancaria!

Realizar los pagos desde tu teléfono móvil ya es una forma de evitarte visitas al banco, pero no es lo único que puedes hacer. Si requieres ayuda con tu cuenta también es posible recibir ayuda a distancia. 

Ante una emergencia sanitaria es probable que los call centers trabajen a una capacidad menor a la normal; sin embargo, la banca en línea te ofrece apoyo 24 horas, 7 días, aún sin trabajadores humanos. 

Muchas dudas que tienes como usuario son comunes. Debido a esto el banco está acostumbrado a resolverlas ya están programadas. 

Las sucursales bancarias seguirán existiendo por muchos años pero cada vez son menos indispensables. Muchas de las acciones que requiere el cliente se hacen desde la app del banco o desde el portal web. 

Quizá te dé más seguridad visitar una sucursal pero bastará que pruebes la banca en línea para que confirmes que además de rápida es confiable.

Ahora que lo recomendable es evitar los lugares concurridos es una buena oportunidad para probar los servicios en línea de tu banco. Una vez que los conozcas no querrás volver a visitar una sucursal bancaria. 

Además de cuidar tu salud, estarás ahorrando tiempo que bien puedes utilizar para otras actividades que disfrutas más como pasar tiempo con tu familia o amigos. La banca en línea es una herramienta tan útil como tú se lo permitas.

www.coru.com

Imagen en redes sociales

Con cada red surgen protocolos especiales y reglas de imagen específicas para cada una de ellas. A todos estos protocolos se les denomina “Netiquette”, que es el juego de palabras entre Net (Red) y Etiquette (la palabra en inglés para definir “protocolo”), pero sin importar a qué red hagamos referencia, siempre debemos tener en cuenta las siguientes recomendaciones que engloban el “DECÁLOGO DE NETIQUETTE”: 

1. Nunca olvides que estás interactuando con humanos y que todo mensaje tiene un receptor, pregúntate: ¿estás consciente al postear de todos los posibles receptores que tu mensaje podría tener?, ¿con algún receptor podrías tener conflictos que dañen tu imagen? Ante la duda a estas preguntas, ¡mejor abstente! 

2. Adhiérete a los mismos estándares de comportamiento en línea que tienes de 

manera presencial.

3. Ten diferentes Redes Sociales para tus diversas audiencias.

4. Posee una pulida ortografía y redacción.

5. Muestra el lado bueno de tu persona mientras estás en línea.

6. Comparte tu conocimiento y da un valor agregado.

7. Respeta la privacidad de terceras personas: no postees nada que no te 

gustaría que postearan de ti.

8. No ayudes a la propagación de rumores. Schopenhauer dijo: “La cantidad de rumores inútiles que un hombre puede producir y soportar, es inversamente proporcional a su grado de inteligencia”.

9. Configura tus Redes Sociales en cuanto a privacidad y diseño: tú decides si 

las haces públicas o privadas y cuánto acceso le das a cada quien.

10. Piénsalo muy bien antes de publicar. Pregúntate: ¿realmente vale la pena o te lo puedes evitar? 

Hoy al pensar en nuestra reputación, tenemos que pensar invariablemente en nuestra Reputación en Internet, que no es otra cosa más que lo que aparece en Google cuando tecleamos nuestro nombre. Esto hace que cada vez que publiquemos algo (o alguien publique algo relacionado con nosotros) vayamos dejando un rastro, una huella… ¡Nuestra nueva “Huella Digital”!, por ello LAS REDES SOCIALES SON UNA EXTENSIÓN DE NUESTRA PERSONALIDAD. 

Ver al futuro

La elección de la carrera profesional es uno de los procesos más complicados por los que atraviesa cualquier individuo. Prácticamente es una decisión que se polariza en blanco o negro, ya que a ojos del joven determinará su futuro: la total felicidad o el inicio de decepciones.

El hecho de vivir en sociedad supone una presión aún más grande. Existen grandes expectativas por todos lados, desde la que ejercen los padres, amigos, las modas laborales del momento y, desde luego, las propias.

El tiempo límite para tomar la decisión causa ansiedad en muchos de los indecisos. Algunos toman vías rápidas sin pensarlo demasiado, como elegir la profesión de sus padres y andar un camino previamente trazado que evitará muchos tropiezos.

Otro grupo es el de aquellos que saben lo que quieren, pero temen escoger alguna carrera por el estereotipo de que “no se gana mucho dinero” en ella. 

Más allá de todo lo que rodea la decisión debemos recordar algo obvio: el que la estudiará será el joven, no los amigos o la familia.

Será una decisión que marca una ruptura con entre la educación básica y general, y una especializada con la que sienta afinidad. 

Así que invito a hacer un ejercicio a los jóvenes estudiantes de preparatoria en el cual se visualicen en 10 años. Sé que es complicado, que 10 años podrían sonar demasiados, no obstante, lo lejano de la fecha nos ayuda a echar a volar
la imaginación.

En 10 años habrá avances y retrocesos, encuentros y desencuentros, amores y tristezas. En diez años habrá vida. Y debemos pensar cómo nos gustaría que fuera el colofón de aquellos momentos: en los quirófanos salvando vidas, en una oficina diseñando los espacios que enmarcarán la vida o surcando los mares encontrando soluciones que mejoren el planeta. 

El genial arquitecto Frank Lloyd Wright
dijo que nadie puede llamarse arquitecto sin tener la capacidad de ver 10 años hacia delante para anticiparse a cómo deben envejecer sus obras y proponer construcciones que no encajen sólo en el periodo actual, sino también en el futuro.

De igual forma, nosotros debemos ser arquitectos de nuestro destino. Tomar las riendas de nuestra vida, con la plena conciencia de que las cosas no saldrán tal cual las pensamos, pero sí que podemos poner una mira y no quitar el ojo del objetivo. Seguro llegaremos a él después de un viaje impredecible. 

Veamos hacia adelante, entendiendo que las circunstancias actuales no regirán en el futuro. Ejemplos hay muchos: hoy en día la norma son los coches con gasolina, a mediano plazo la norma serán los
vehículos eléctricos.

Para saber qué nos gustaría estudiar, investiguemos y preguntemos. Seamos curiosos y acerquémonos a aquellos profesionistas destacados para que nos cuenten sus impresiones a fin de ensanchar nuestro campo de visión.

Sólo vivimos una vida, pensemos en el futuro que será nuestro presente durante muchos años por venir.”

Por: Arq. Alejandro Robles Arias
Director de Arquitecturar

www.arquitecturar.mx

A merced del ascensor

0

Los maestros del género de terror dominan el arte de jugar con lo inesperado. Es una fórmula probada: lo que más aterra es lo que no se espera que suceda (fórmula que también aplica a la risa). ¿Recuerdas aquella escena de la película “Los otros”, en donde la pequeña niña vestida de primera comunión juega sentada en el suelo, de espaldas al público, cuando de repente voltea hacia la cámara y en vez de su dulce carita aparece el rostro de una vieja terrorífica? La sala de cine gritaba al unísono.

Por supuesto que el factor sorpresa se acentúa con el sonido. El ruido inesperado que rompe el silencio, antecedido por la calma chicha, juega un papel estelar en la fábrica del terror, pues despierta hasta los miedos que no sabías que tenías, y ya asustado, eres capaz de ver tu propio fantasma.

Saco esto a cuento porque lo que viví fue una mini historia de terror, con efectos de sonido incluidos. Hay quien le teme a los ascensores, un sentimiento por demás irracional, ya que, como se encargan de repetir los ecuánimes y los que saben del tema, los ascensores no se caen, punto. Punto y seguido: te invito a que dejes de lado lo que estés haciendo y conectes tu mente con la mía, a fin de que tú vivas y yo reviva cada instante de esta confusa historia:

Metida de lleno en unos textos que urgía enviar al diseñador, el tiempo se me fue volando. Cuando los terminé, me di cuenta de que eran las 7:30 pm, hora en la debía recoger a mi hija. Si me apuraba, estaría ahí en 10 minutos, más otros tantos de regreso… Le prometí al diseñador que se los enviaría en veinte.

Con el bolso en una mano y el celular en la otra, corrí hacia la puerta, por la que Lorenzo, mi perro, se logró colar antes de cerrar. No me costaba nada permitir que me acompañara. Eso sí, como los perros no pueden viajar por los elevadores principales, llamé el de servicio. No tardó ni un minuto en llegar al piso 12 donde vivo; sin embargo, al detenerse hizo un ruido extraño. Dudé entre subir o llamar otro, lo cual implicaba regresar a Lorenzo a casa y escuchar sus lamentos, de modo que entré…

Más tardé en apretar el botón que las puertas en cerrar. En ese preciso instante se desplomó en caída libre, chirriando al pegar contra las paredes en su descenso. Sólo acerte a apretar todos los botones que pude con la esperanza de que parara en algún piso, pero fue en vano. ¿Cuántos pisos, cuántos segundos o minutos pasaron? Difícil calcular en retrospectiva, ya que el tiempo y la distancia se relativizan mientras viajas a la velocidad de la luz (yo creo que Einstein tuvo una mala experiencia en un elevador, de ahí su teoría de la relatividad), y más sabiendo que en cualquier instante te vas a estrellar.

El impacto fue tremendo; y el ruido producido por el mismo, estrepitoso, como el de un auto al chocar contra una pared. Recuerdo que me elevé con la inercia y aterricé de golpe sobre mis pies, los cuales se doblaron provocando que cayera al suelo. No podía levantarme, los pies no me respondían. Intenté alcanzar el tablero para apretar el botón de emergencia, pero en mi confusión no distinguía unos botones de otros. Recuerdo que me tranquilizó el pensar que había tocado fondo y seguía viva. El gusto no me duró mucho, pues casi de inmediato, la luz se apagó y el elevador se dejó ir de nuevo a toda velocidad.

En la segunda caída mi reacción no fue de sorpresa, sino de certeza: me iba a morir. No me envolvió la confusión, sino el terror, y mis gritos desaforados tuvieron la intención de oírse más allá de la caja de acero que habría de marcar mi destino en cualquier momento.

De pronto, otro impacto tremendo me despegó del piso cual muñeca de trapo y me lanzó contra el mismo después. Luego, silencio…, que rompieron mis gritos pidiendo ayuda. ¿Y Lorenzo? No lo sé. Seguramente, tan confundido como yo.

Mi mano izquierda nunca soltó el celular, aunque estaba tan atontada que no acertaba a marcar nada. Traté de forzar las puertas, ¡imposible! Apenas logré separarlas un par de centímetros mientras me las ingeniaba para alumbrar con la pantalla del celular lo que había del otro lado: tabiques de concreto. Debo estar en el sótano, pensé, y agradecí por segunda vez estar viva. Sin embargo, por la mitad superior de la puerta entraba luz. Había quedado atorado entre pisos.

Incapaz de ponerme en pie, volví a gritar pidiendo auxilio. La voz de un hombre joven me preguntó quién era y si estaba bien. “No -le respondí-, estoy lastimada y no me puedo mover.” Lo que más me inquietaba era saber si ahora sí había tocado fondo, de modo que le pregunté: “¿En dónde estoy…?” “En el penthouse”, me respondió. Mi cabeza daba vueltas. “¡Nooooooooooo!”, chillé. ¿Cómo era posible que hubiera subido hasta ahí? Se podía volver a desplomar y ‘la tercera es la vencida’.

“¡Sáquenme de aquí, por favor!, ¡se va a caer!” -creo que repetí lo mismo diez veces en diferentes tonos…

“No se puede caer, no te preocupes”- me respondió con voz calmada mi amable vecino.

“¡Claro que se puede caer, ya se cayó!, estoy lastimada, ¡me voy a matar si no me sacan rápido!… ¡Llamen a los técnicos del elevador!, ¡llamen a los guardias!, ¡que me saquen de aquí ya!”

Poco a poco se sumaban voces que intentaban abrir las puertas sin éxito, estaban atoradas. Quería creer en las palabras de ánimo de mi vecino, pero mi mente sabía que corría peligro. Dejé de hablar por resignación. Contando el vestíbulo y los estacionamientos, me separaban tan solo veintidós pisos del jardín… y cada instante de los cuarenta minutos que pasé encerrada sentí que la caja se desplomaría. Es difícil describir la angustia que pasé.

¿Y Lorenzo? No lo sé, de repente ladraba, pero en general, no sentí su presencia. Pobrecito, debió estar pasándola tan mal como yo y ni siquiera lo abracé. Bueno, tan mal no, porque no estaba herido. Debe ser gato de clóset, no perro, porque sabe caer.

De esto no me acordaba, pero mi amiga Tere dice que mientras estuve atrapada le llamé por teléfono para disculparme porque no podría llegar a la tradicional cena de los lunes, ya que estaba atrapada en un elevador… También hablé con mi hija Paola para explicarle que no pude llegar a recogerla porque había tenido un percance en el elevador y aún no me sacaban, pero que estaba bien…

Al fin pudieron abrir las puertas. Lo primero que hice fue estirar lo brazos para sacar a Lorenzo, después les pasé mi celular, luego mi bolsa, un zapato, el otro… y cuando era mi turno, exclamé: “Ah no, esperen, ¡falta algo!” Alcancé mi Coca Cola light de 600 ml como pude y se las pasé. “¡Eso no importa!”, dijo impaciente alguno de mis rescatistas. Qué cosas tan extrañas hace uno bajo los efectos de la adrenalina. ¿Cómo iba a dejar mi tiradero en el elevador? En un descuido, les pido una escoba para dejarlo reluciente… Estiré los brazos para que me jalaran. Temía que cuando me estuvieran sacando se desplomara la caja y me partiera en dos. Pero la libré.

Una vez fuera, como no podía mover los pies me depositaron en una silla que sacaron del penthouse. Aullaba a causa el dolor, tan solo el roce de la piel era insoportable.

“ Temía que cuando me estuvieran sacando se desplomara la caja y me partiera en dos. Pero la libré. ”

Me ayudaron a posar los pies sobre un taburete mientras llegaba la ambulancia. La de la Cruz Roja ya estaba ahí, pero preferí esperar a la de Médica Móvil. Error: más me hubiera valido irme en la Cruz Roja, sin duda tendrían más experiencia sus paramédicos, además de que ya estaban ahí, mientras que los de Médica Móvil tardaron una hora en llegar porque se perdieron. Menos mal que no fue un infarto, porque no lo estaría contando.

De repente, empecé a temblar desde la mandíbula hasta los pies y a sentir que estaba metida en un iglú, congelada. Según mi amable vecino, era producto de tanta adrenalina. Mis hijas, que ya habían llegado para entonces, fueron por algo para taparme. Mientras tanto, mis pies se tranfiguraban en un par de tamales oaxaqueños.

Al fin llegó la ambulancia. Abordo venía la versión tropicalizada del Gordo y el Flaco, pero más torpes. Cuando me llevaban en camilla por el vestíbulo, no resistí y les advertí: “A verrrrr, no quiero salir en Youtube señores. He visto muchos vídeos de camilleros que tiran de la camilla a los pacientes y yo no quiero salir en Youtubeeeeee.” Más que camilleros, parecían gatilleros, estaba claro que querían eliminarme.

Elena, mi hija, me acompañó en la ambulancia. Antes de arrancar, les advertí: “Como no estoy sufriendo un infarto y lo que tengo no es de vida o muerte, por favor no enciendan la sirena y manejen despacio. Mi dosis de suerte por hoy se agotó, no quiero que corran.” Me veían cual bicho raro, como si fuera la primera persona herida que les daba instrucciones en su vida…

Bajando mi calle, sentí que mi cuerpo comenzaba a deslizarse y se lo hice notar al paramédico, pero éste respondió: “Es la sensación…” Unos segundos después, insistí: “Ya tengo la cabeza en el aire, me la estoy sosteniendo con la mano, ¿cree que sigue siendo sensación y van a esperar a que me caiga para amarrarme?”

Con el propósito de colocarme de nuevo en la plancha de acero no se le ocurrió nada mejor que jalarme por los tobillos. Uno de ellos ya estaba del tamaño de una pelota de tenis. El grito que pegué hizo que me soltara. Mejor me acomodé yo. Me amarró con dos cinturones a la camilla. Le pregunté si no debía inmovilizarme el cuello, ya que me dolía cada vez más. “Ah pos sí…” Me colocaba el collarín por encima, por debajo, por un lado… no tenía idea, así que me lo coloqué yo.

El clímax fue cuando el conductor pasó a toda velocidad por tres cráteres, hoyos, vados, topes o qué sé yo. Solo recuerdo que fueron tres rebotes que me sacaron lágrimas. Ahí me quebré. “Lo que no logró el elevador lo van a lograr éstos”, pensé. Y me puse a sollozar desconsolada, lo cual me sirvió para liberar tensión.

¡Al fin! llegamos al hospital, donde permanecí internada cuatro días. Ya me estaba esperando ahí un excelente traumatólogo que me recomendó un primo mío, médico también. Mientras realizaban mi registro en Urgencias, el médico de guardia les hizo una seña a las enfermeras al tiempo que me advirtió: “Van a cortar su ropa.” Mis ojos se convirtieron en dos platos perplejos y salí en defensa de mi atuendo: “¡Cómo!… No, ¿por qué, para qué o qué?” “Es para no lastimarla al quitársela”, explicó el galeno. “No hay problema, me aguanto, sí se puede, yo ayudo…” Crucé una mirada con la enfermera, segura de que ella entendería que la ropa no se destruye así como así.

Después de varias radiografías y una tomografía, el diagnóstico fue: politraumatismos y esguinces de importancia en cuello y espalda, así como varios en los pies y pantorrillas. Conclusión: polimadreada.

El mismo médico se sorprendió de que no hubiera ningún hueso roto, ni vértebras comprimidas, pues los daños, según me dijo, equivalían a una caída de un segundo piso. No salí tan mal parada después de todo. Saliendo del hospital, unas semanas de reposo y usar botas de astronauta, collarín, muletas y silla de ruedas por algún tiempo, así como sesiones de fisioterapia por tiempo indefinido. Me arrastré con un ‘look’ de panda hemipléjico varios meses, pero estoy aquí y no sufrí nada que la paciencia y el cuidado no pudieran remediar.

Curiosamente, aunque yo no desarrollé ningún tipo de fobia a los elevadores, varios conocidos me cuentan que a raíz de mi accidente les quedó miedo a usarlos. La secuela psicológica que me dejó fue que durante algunos meses me despertaba intermitentemente en la noche con la sensación de que caía al vacío y sufría vértigo a ratos durante el día.

La explicación técnica del extraño comportamiento del elevador fue que al percibir los sensores que la caja descendía a una velocidad mayor de la programada sin frenar en el piso indicado, a causa de la ruptura de una pieza por defecto de origen, se activó el mecanismo del freno de emergencia, el cual hizo que se liberara un contrapeso instalado en el techo que, al desplomarse en caída libre, hizo que se detuviera en seco la caja, y que por efecto de la inercia, esta volviera a lanzarse a toda velocidad, pero esta vez hacia arriba hasta topar con el arco en el techo.

Yo solo sé que la sensación fue espeluznante. Tal vez sea cierto eso de que los ascensores no se estrellan en el fondo, ¡pero cómo fastidian en el intento!

Elena Goicoechea

La tercera edad

Perspectivas para las sociedades del futuro

Por: Rómulo Conde

En las sociedades industriales avanzadas se habla cada vez más de cómo gestionar social y económicamente el avance del envejecimiento de las mismas, dado que las pirámidas sociales se están invirtiendo, disminuyendo la proporción de jóvenes y aumentando el peso de las generaciones de edades avanzadas.

En este contexto, surge una contradicción clara al demandar, por un lado, que se incremente la edad de jubilación para poder seguir financiando los sistemas de pensiones, pero por otra parte, la mayor parte de las empresas prefieren descartar personal a partir de cierta edad.

No obstante, teniendo en cuenta que la esperanza de vida continuará creciendo, y que los avances médicos y de estilos de vida saludables mejorarán la calidad de vida a edades avanzadas, es preciso considerar más activamente el segmento de Tercera Edad, en todos los sentidos, y concretamente con base a los puntos desarrollados a continuación:

Por un lado, como mercado objetivo al cual ofrecer productos específicos, por ejemplo en el área del ocio, turismo, pero también en el sector geriátrico que irá creciendo en importancia. Aquí se encuentran oportunidades de negocio que resultarán en la aportación correspondiente al crecimiento económico.

Dar un propósito social al segmento de personas de Tercera Edad, creando además un vínculo inter-generacional, tendría un impacto social positivo.

Por otra parte, como fuente de recursos y conocimiento a tener en cuenta por las empresas y organizaciones en general. Esto, obviamente, implica ofrecer programas de reciclaje y formación específicos para estos grupos. Además, sería conveniente crear una gestión de los Recursos Humanos adaptada a esta realidad, donde por ejemplo programas de mentoring podrían ser muy útiles para jóvenes que acaben de entrar en el mercado laboral, ya que la experiencia de un mentor con tal experiencia les puede resultar extremadamente útil y brindarles todo un elenco de conocimientos y perspectivas enriquecedores.

De esto modo, se le daría un propósito social al segmento de personas de Tercera Edad, creando además un vínculo inter-generacional, lo cual tendría un impacto social muy positivo, al favorecer la cohesión social y la transmisión de experiencias y valores para que las nuevas generaciones no vuelvan a caer en errores cometidos por generaciones anteriores.

No debemos olvidar que, como sociedad, también tenemos una responsabilidad ética con nuestros mayores, que se debería de plasmar en un acuerdo inter-generacional con base en los aspectos anteriormente comentados, del cual se beneficiaría la sociedad en su conjunto.

Rómulo Conde Machado

Licenciado en Administración y Dirección de
Empresas / Experto en Integración de Sistemas y
Diseño e Implantación de Sistemas de Información

Nacido en Alemania, hijo de emigrantes españoles, Rómulo tiene un curriculum multi-disciplinario y multi-cultural, a raíz de su formación humanista recibida en Alemania, carrera universitaria cursada en España, formación de post-grado recibida en EE.UU. y experiencia laboral en Consultoría y Sector Financiero en España, Reino Unido, Alemania, Brasil, México y EE.UU

www.linkedin.com/in/romulocondemachado

El manual del ciudadano contemporáneo

Por: Ikram Antaki

…Un día nos volvimos por fin un país ideal; instalamos la razón en lugar del delirio y el derecho en lugar del abuso. Entendimos el papel unificador, dignificador, del Estado; protegimos la República, que es la madre, para poder amar a la democracia, que es la hija; domamos las pasiones políticas y definimos y vivimos los valores comunes.

Los maestros volvieron a ser los arquitectos, los húsares del país; el último mentiroso emigró a la Conchinchina y el último ladrón fue encerrado en el reclusorio.

Dimos lugar y respeto al trabajo, y entendimos que el conformismo puede disfrazarse de revolución.

Despreciamos el recurso de la violencia. Los medios de comunicación prefirieron ser antipoder a ser un nuevo poder abusivo.

Un día nos pusimos a construir una civilización original y tolerante, y dejamos de utilizar como bandera deshecha aquella que otros, en el pasado, hicieron…

El texto anterior busca realizar este hermoso sueño. La fuente es el libro “El manual del ciudadano contemporáneo”. La autora, Ikram Antaki, lo escribió en el año 2000, tal vez con la esperanza de que el cambio de milenio y de siglo sirviera como precursor de un cambio de mentalidad en el ciudadano mexicano. Veinte años después, parece que fue escrito para el hoy. 

La teoría de las ventanas rotas

En 1969, en la Universidad de Stanford (EEUU), el Prof. Philip Zimbardo realizó un experimento de psicología social. Dejó dos autos abandonados en la calle, dos autos idénticos, la misma marca, modelo y hasta color. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York, y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Dos autos idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada sitio.

Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser vandalizado en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no, lo destruyeron. En cambio, el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.

Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Atribución en la que coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras, (de derecha y de izquierda). Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí, cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores decidieron romper un vidrio del automóvil de Palo Alto, California. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx de Nueva York y el robo, la violencia y el vandalismo, redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre.

¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?

No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología, el comportamiento humano y con las relaciones sociales.

Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos, cada vez peores, se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional.

En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la ‘teoría de las ventanas rotas’. En criminología, la teoría de las ventanas rotas sostiene que mantener los entornos urbanos en buenas condiciones puede provocar una disminución del vandalismo y la reducción de las tasas de criminalidad.

Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos de deterioro, y esto es algo que parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen ‘esas pequeñas faltas’ como estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja y estas pequeñas faltas no son sancionadas, entonces comenzarán a desarrollarse faltas mayores y luego delitos cada vez más graves.

Si los parques y otros espacios públicos son deteriorados progresivamente y nadie toma acciones al respecto, estos lugares serán abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a las pandillas), y esos mismos espacios abandonados por la gente serán progresivamente ocupados por los delincuentes.

La respuesta de los estudiosos fue más contundente aun, indicando que ante el descuido y el desorden crecen muchos males sociales y se degenera el entorno.

Si en una sociedad cunde el desorden y la gente observa que los delitos no tienen consecuencia, se genera la percepción de que todo se permite sin que existan consecuencias: impunidad; de que lo que se permite no es ilegal; y de que lo que no es ilegal es moralmente aceptable.

Tan solo mira un ejemplo en casa: si un padre de familia deja que su casa tenga algunos desperfectos, como pintura de las paredes en mal estado, malos hábitos de limpieza, malos hábitos alimenticios, malas palabras, falta de respeto entre los miembros del núcleo familiar, etc., entonces poco a poco se caerá en un descuido de las relaciones interpersonales de los familiares y comenzarán a crear malas relaciones con la sociedad en general y quizá algún día llegarán a caer en prisión.

Esa puede ser una hipótesis de la descomposición de la sociedad, la falta de apego a los valores universales la falta de respeto de las personas entre sí, y hacia las autoridades (extorsión y soborno) y viceversa, la corrupción en todos los niveles, la falta de educación y formación de cultura urbana, así como la falta de oportunidades. En México, todo esto ha generado un país con ventanas rotas, con muchas ventanas rotas, y nadie parece estar dispuesto a repararlas.

La teoría de las ventanas rotas fue aplicada por primera vez a mediados de la década de los 80 en el Metro de Nueva York, el cual se había convertido en el punto más peligroso de la ciudad. Se comenzó por combatir las pequeñas transgresiones: graffiti deteriorando el lugar, suciedad de las estaciones, ebriedad entre los usuarios, evasiones del pago del pasaje, pequeños robos y desórdenes. Los resultados fueron evidentes.

Comenzando por lo pequeño se logró hacer del Metro un lugar seguro.

Posteriormente, en 1994, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York, basado en la teoría de las ventanas rotas y en la experiencia del Metro, impulsó una política de ‘tolerancia cero’.

La estrategia consistía en crear comunidades limpias y ordenadas, no permitiendo transgresiones a la ley y a las normas de convivencia urbana.

El resultado práctico fue un enorme abatimiento de todos los índices criminales de la ciudad de Nueva York.

La expresión ‘tolerancia cero’ suena a una especie de solución autoritaria y represiva, pero su concepto principal es más bien la prevención y promoción de condiciones sociales de seguridad.

No se trata de linchar al delincuente, ni de la prepotencia de la policía; de hecho, respecto de los abusos de autoridad, debe también aplicarse la tolerancia cero.

No es tolerancia cero frente a la persona que comete el delito, sino tolerancia cero frente al delito mismo.

Se trata de crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y de los códigos básicos de la convivencia social humana.

Del mismo modo que podemos ser causa de la expansión del daño haciéndolo crecer, podemos también ser causa de la reparación colectiva, y eso no es una utopía.

Por lo pronto, he comenzado a reparar las ventanas de mi casa, mejorar los hábitos alimenticios de mi familia. Hemos acordado con nuestros hijos no decir malas palabras delante de nuestros hijos, no mentir, ni siquiera mentiras pequeñas, porque no hay mentiras pequeñas, ni grandes, una mentira es una mentira y punto. Hemos acordado aceptar las consecuencias de nuestros actos con valor y responsabilidad. Sobre todo todo dar una buena dosis de educación en valores a nuestros hijos. Espero que mis hijos repitan esto el día de mañana, con la finalidad de que los hijos de mis hijos, o los nietos de mis hijos vean algún día, un nuevo mundo, un mundo sin ventanas rotas.

Del mismo modo que podemos ser causa de la expansión del daño haciéndolo crecer, podemos también ser causa de la reparación colectiva, y eso no es una utopía.

Latinoamérica aumenta considerablemente su nivel de inglés; México vuelve a descender en el ranking: EF EPI 2019

0
  • México fue superado nuevamente a nivel Latinoamérica por Argentina y pasó de la posición 57 a la 67 de 100 países.
  • 16 estados de la República Mexicana aumentaron su nivel de inglés y 12 entidades descendieron considerablemente en sus resultados. 
  • América Latina aumentó su nivel de inglés debido a las reformas educativas que obligan a los países a enseñar el idioma, a excepción de México y Brasil.
  • El dominio del inglés tiene una estrecha relación con la competitividad económica, así como con el ingreso per cápita de una nación. 

Ciudad de México, México, a 4 de noviembre del 2019.- De acuerdo con la novena edición del English Proficiency Index (EPI), publicado por Education First (EF). México pasó de la posición 57 a la 67 en el dominio de inglés a nivel mundial y de la 9ª a la 16ª posición en América Latina, por debajo de Paraguay, Guatemala, Bolivia, Honduras, Perú, Brasil, El Salvador, entre otros. 

El EPI es un estudio anual que indica el nivel de inglés a nivel mundial de la población que no es angloparlante, en el cual las naciones son calificadas con base en 100 puntos posibles. En 2019, México obtuvo 48,99 puntos, es decir 2,52 menos, en relación al año pasado. Según este resultado, los mexicanos solo pueden mantener una pequeña conversación básica y redactar un correo electrónico.

El Índice del Dominio del Inglés 2019 analizó los resultados de 2,3 millones de pruebas de inglés lo que representó un 77% más de participantes en relación al año pasado, y estuvo conformado por 100 países distintos y por 59% de mujeres y 41% de hombres. 

El estudio refiere que el inglés es un componente clave en la competitividad económica de una nación, en el desarrollo de tecnología e innovación, y en las principales industrias. Asimismo, el análisis indicó que las sociedades que hablan más inglés suelen ser más igualitarias y progresistas. 

“A lo largo de estos nueve años el EF EPI se ha convertido en una referencia para educadores, empresas y gobiernos a la hora de evaluar sus procesos actuales de aprendizaje de idiomas y reconocer la correlación de ellos con varios indicadores de competitividad”, señaló Giorgio Iemmolo, Director de Gestión Académica de EF.

México

De acuerdo con los datos del EPI 2019,  en México 16 estados mejoraron sus resultados de inglés, como Nuevo León y Yucatán que pasaron de nivel bajo a nivel medio respecto al año pasado. Además fueron incorporados al análisis las entidades de Colima, Veracruz, Nayarit y Tlaxcala. Sin embargo, 12 estados bajaron de forma considerable sus aptitudes como Querétero, San Luis Potosí, Baja California y Coahuila, lo cual afectó al ranking total del país.

Con relación al dominio del inglés por género, tanto mujeres como hombres por primera vez están adquiriendo un nivel similar, pero en México los hombres siguen por encima de las mujeres y este año ambos sectores presentaron una disminución en sus resultados, especialmente el género femenino. 

En el rubro de brecha generacional, los grupos de edad que tienen un mejor nivel de inglés tanto en México como a nivel mundial son de 26 a 30 años, seguidos de 21 a 25 y de 18 a 20.

América Latina

Los resultados de este año para América Latina son favorables, ya que 12 de los 19 países encuestados mejoraron significativamente su nivel de inglés, entre ellos: Costa Rica, Uruguay y Bolivia. Nuevamente, Argentina continúa a la cabeza del dominio de inglés en la región con 58,38 puntos sobre 100 y ocupa el puesto 27 a nivel mundial.

Por primera vez, los hombres obtuvieron mejor puntaje (50,87), que el de las mujeres (49,82) en la región; pero, como en otros continentes, la brecha de género sigue siendo estrecha. Los hombres superan a las mujeres en más de la mitad de los países, con una diferencia de más de dos puntos en México y Panamá. 

El estudio indica que la mejoría de los países latinoamericanos se debe a la implementación de reformas educativas que obligan a los sistemas de educación pública a enseñar inglés. Al respecto, destaca el caso de Costa Rica, país que ha invertido mucho en la capacitación y contratación de docentes en la enseñanza de inglés.  A pesar de las leyes que hacen que el inglés sea una materia obligatoria en la mayoría de los países de América Latina, el acceso a las clases de inglés sigue siendo desigual. 

Hallazgos clave de la novena edición del EF EPI:

  • A nivel mundial, las mujeres (53,23) aún superan a los hombres (53,03) en relación con sus habilidades de inglés. Sin embargo, la brecha de género está comenzando a cerrarse. 
  • El puntaje promedio del dominio del inglés a nivel mundial (53,13) se mantuvo estable.
  • Por primera vez, los adultos entre 26 y 30 años demostraron tener las mejores habilidades en inglés a nivel mundial, lo cual refleja la importancia de la enseñanza de este idioma en la educación universitaria.
  • Los adultos entre 21 y 25 años tienen el segundo mejor promedio de dominio del inglés en el informe 2019.
  • Europa sigue siendo el líder mundial en el dominio del inglés, 8 de los 10 primeros puestos lo ocupan países europeos
  • América Latina muestra un gran avance en el dominio del inglés, 12 de los 19 países encuestados mejoraron de manera significativa. En cambio, México, Colombia y Brasil, experimentaron descensos en el dominio del idioma. 

El inglés y la economía

Existe una correlación positiva entre el dominio del inglés y una variedad de indicadores de desarrollo humano y económico, incluido el ingreso neto per cápita ajustado. El estudio indica que los países en desarrollo requieren la transición a una economía basada en el conocimiento, y para ello es necesaria la creación de una infraestructura y una fuerza laboral capacitada que sea capaz de ofrecer servicios a nivel internacional.

El inglés y la innovación

Los investigadores necesitan el inglés para compartir sus resultados y tener acceso al trabajo de sus colegas internacionales. Los profesionales de todos los campos se benefician con el acceso a las mejores prácticas internacionales. Existe una fuerte correlación entre el dominio del inglés y las políticas y prácticas que permiten que un país atraiga, desarrolle y retenga a trabajadores calificados. 

El inglés en el trabajo

El dominio del inglés en las industrias competitivas a nivel mundial es homogéneo, dado que la diferencia entre unas y otras es mínima. Las industrias que más destacan en el dominio del inglés se encuentran: farmacéutica, banca y finanzas, tecnologías de la información y telecomunicaciones. En cambio, los trabajadores y educadores del sector público están muy por detrás de la industria privada. 

El inglés y la sociedad

En sociedades con roles de género más progresistas, las personas hablan mejor inglés. Cuando una persona domina este idioma tiende a tener más movilidad internacional y son más vanguardistas en su perspectiva sobre los roles de género. En países donde el dominio del inglés es menor, los adultos tienden a ser más tradicionales y propensos a aceptar la desigualdad de poder e ingresos. 

EF EPI se basa en los resultados de las pruebas de EF Standard English Test (EF SET), la primera prueba de inglés estandarizada y gratuita del mundo. Miles de escuelas, empresas y gobiernos de todo el mundo utilizan EF SET para realizar pruebas a gran escala.

El informe EF EPI 2019 y las hojas de datos regionales están disponibles para descargar en www.ef.com/epi

Redes sociales: 

Facebook: https://www.facebook.com/EFMexico/
Twitter: https://twitter.com/ef_mexico
Instagram: https://www.instagram.com/efmexico/

La dramatización en los trastornos de alimentación

La dramatización y el teatro constituyen herramientas de gran valor para el tratamiento de un fenómeno al alza: los trastornos de la conducta alimentaria. Así, en este artículo planteamos el papel que puede jugar la dramatización en los trastornos de alimentación.

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) o de la alimentación están a la orden el día. Al menos, así lo reflejan los diversos estudios llevados a cabo sobre la materia.

Por ejemplo, en un estudio realizado en 2014 por Álvarez, Bautista y Serra (2014), se observaron, de entre un total de 1340 jóvenes de entre 12 y 20 años, resultados preocupantes. Así, frente al fenómeno, hoy hablaremos de la dramatización en los trastornos de alimentación.

No solo un 4,11 % de esos participantes cumplía los criterios diagnósticos para un TCA, pero un 27,42 por ciento se encontraba en riesgo. Por ello, las intervenciones para los TCA se postulan como especialmente relevantes para la salud general. En este artículo, presentamos la dramatización en los trastornos de alimentación como una herramienta para su abordaje.

Las técnicas que se presentan a continuación forman parte de una aproximación gestáltica y psicodramática. En ellas, la persona con TCA puede incluir su cuerpo y su capacidad imaginativa para tratar de conseguir el final del conflicto entre su mente y su estómago, sus brazos, sus piernas o su cuello.

El valor de la dramatización en los trastornos de alimentación reside en que la persona puede valerse de aquello que más teme para el desarrollo de las diversas técnicas; es decir, su cuerpo. Por tanto, se huye de terapias cuya herramienta principal es la verbalización, aproximándonos a aquellas donde el cuerpo es un elemento imprescindible.

Role-playing: tu personaje no es perfecto, y tú tampoco

Para explicar la utilidad de la dramatización en los trastornos de alimentación a través del role playing se expondrá un estudio de Pellicciari, Rossi, y Iero(2013), llevado a cabo con jóvenes hospitalizados con anorexia nerviosa (AN) y bulimia nerviosa (BN). En ese estudio, se pretendió que el sujeto eligiera un personaje cualquiera, sobre el que tenía que encontrar tanto similitudes como diferencias con él mismo.

Esto facilitaba la expansión del repertorio de sus emociones y roles. Además, se le pidió que desarrollase a su personaje no solo en la sesión terapéutica; durante su estancia hospitalaria, a través de la ayuda de los enfermeros y trabajadores. Esto permitía al sujeto salir un poco de la esfera de obsesión por la comida, convirtiéndose, a priori, en un entretenimiento.

Después, se le pidió a la persona que desarrollase una escena de su personaje delante de un público, que solían ser sus compañeros, y en la mayoría de los casos se observaba un descenso de la necesidad de perfeccionismo y una mayor espontaneidad. A través de los aplausos de sus compañeros, se daba un feedback inmediato de felicidad y satisfacción.

La representación teatral de comedias puede ayudar al sujeto a aceptar el hecho de que existen momentos y comportamientos impredecibles e imperfecciones que solo admiten la aceptación. También le enseña a asumir el error como un elemento natural. En este estudio, todas las sesiones acababan con un grito grupal que, según los autores, ayudaba a las personas a liberar la voz interna que no se había expresado.

Ejemplo de roleplaying: el Señor Dulce y el Señor Salado

Como ejemplo de esta técnica, tenemos el de un chico de quince años diagnosticado con una anorexia nerviosa muy severa. Durante su estancia de seis meses en el hospital, no podía probar la comida salada ni la comida sólida. Lo único que comía eran suplementos líquidos de comida, miel, fruta y zumos.

En un role playing, se creó una escena como de un talk-show, donde los invitados eran el Señor Dulce y el Señor Salado, la Señora Semisólida, y el hermano imaginario del chico, al que le encantaba la comida sólida y la sal. El chico fue entonces capaz de recibir respuestas de sus siempre presentes objetos fóbicos, permitiendo el diálogo con sus voces internas.

Esta técnica permitió al chico expresar sus miedos de una manera mucho más espontánea. Ya recuperado, aseguró que esta experiencia teatral fue importante en su decisión de someterse al plan terapéutico y médico para su recuperación.

Técnica del espejo: mírate con mis ojos

Izydorczyk (2011) llevó a cabo la técnica del espejo con un grupo de personas con BN, compuesto tanto por mujeres como por hombres. La técnica incluye la participación de otro miembro del grupo que tiene que copiar exactamente las posturas, gestos y palabras a medida que van apareciendo en la sesión

El protagonista observa su propio comportamiento al ser reflejado por la otra persona, adoptando la llamada posición de un miembro de la audiencia, de un mero observador, y su papel en el escenario es actuado por otra persona, un doble.

Se ha visto como la técnica del espejo es un instrumento terapéutico efectivo en el proceso de liberación de emociones reprimidas de “rebelión”, como puede ser el enfado o la ira, y otras emociones que normalmente los jóvenes temen o desconocen en el plano consciente.

Técnica de la duplicación: hablo por ti para que por fin hables

La técnica de duplicación es parecida a la técnica del espejo. En este caso, es el encargado de la terapia, o el psicólogo, el que adopta la postura física del protagonista y trata de entrar en su mundo interior, hablando como si fuera los pensamientos y sentimientos internos del sujeto con BN o AN

Así, el encargado se convierte en la voz interna que el protagonista preferiría que estuviera oculta o callada. 

Esta técnica está diseñada para apoyar al protagonista, pues estimula una respuesta. También incluye la confrontación, pues lleva al sujeto a expresar sus emociones y conflictos; y revela a su vez las emociones ambivalentes del protagonista

Lo que el encargado hace es ayudar al sujeto a profundizar en los mecanismos psicológicos subyacentes a los síntomas bulímicos que el protagonista sufre. 

Por último, la técnica de duplicación ayuda a la persona a tener consciencia del peso de sus emociones negativas. El mismo que en numerosas ocasiones incluye sentimientos de vergüenza por su propia debilidad, además de un miedo intenso a ganar peso.

Técnica de la realidad suplementaria: el mundo a tu manera

La técnica de la realidad suplementaria —que se aplica con frecuencia en el psicodrama— brinda al sujeto la experiencia emocional correctiva que éste deseaba en su vida; pero que no tuvo la oportunidad de experimentar por los déficits emocionales en su familia. 

Con esta técnica se invita al individuo a entrar en una escena irreal e imaginaria de su vida, y que represente lo que nunca tuvo lugar, pero que hubiera querido que pasara. Se le indica que deshaga lo que se hizo, y que haga lo que tiene que hacerse. Por ello, la realidad suplementaria trasciende los límites del mundo real del protagonista.

Es una recreación de una situación traumática donde el protagonista puede llevar a cabo una acción correctora, y permite ir cerrando esos momentos traumáticos.

La dramatización en los trastornos de alimentación permite llegar a sitios a los que la terapia verbal muchas veces no llega. Es capaz de dar voz al diálogo interno que las personas con TCA no son capaces de expresar; tratar de reconciliar a éstas con su propio cuerpo; trabajar elementos tan importantes en la génesis de estos trastornos como pueden ser el perfeccionismo; además de sacar a las personas de un contexto hospitalario y terapéutico que muchas veces puede convertir a la intervención en algo aversivo para ellos.

La dramatización busca el insight y la mejoría a través del llanto, de la risa, del alejamiento de la zona de confort, tratando de que la persona olvide el peso, las reglas de medición, las agujas y el miedo a comer y engordar.