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Más sobre goles… en otro tipo de cancha

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Me quedé asombrado con las estadísticas; eran sorprendentes y a la vez interesantes…

Cursaba la carrera y en una clase nos presentaron el resultado de un estudio hecho en Inglaterra, donde se mostraba que en ese país la fidelidad de los hombres a un equipo de futbol es mayor que la que le tienen a la esposa o pareja. Se revelaba que los ingleses prácticamente no cambian nunca de equipo de futbol.  En otros términos, en Inglaterra es más fácil que un hombre cambie de mujer que de equipo de futbol.

Vivimos en un mundo cambiante, inmersos en la cultura de lo desechable: tómalo, úsalo y tíralo. Lamentablemente, esta cultura ha impregnado las relaciones de pareja. Esa pérdida de solidez en las relaciones humanas es lo que el sociólogo polaco Zygmunt Bauman llama “amor líquido”, o sea, relaciones efímeras, fugaces, que nunca llegan a cuajar.

¿Quieres saber cuál es la pócima para que ese “amor líquido” cambie de estado a un amor sólido: fuerte, compacto, seguro y estable? Más que una pócima es un ingrediente, muy pequeño pero imprescindible, minúsculo pero vital; es el cuidado de los pequeños detalles cotidianos en la convivencia. Parece una tontería, pero esos pequeños detalles, a través de los años, son el viento suave y constante que mantiene al rojo vivo las brasas del amor, son la hojarasca que conserva siempre encendida la hoguera de la relación.

El Dr. Enrique Rojas, famoso psiquiatra español, autor de varios libros sobre afectividad, dice que: “No hay nada más difícil que amar, porque lo difícil es mantener viva la llama del amor cuando se extingue la pasión inicial“. Lo realmente arduo no es elegir pareja sino perseverar en dicha elección. Quizá por eso decía Lord Byron que: “Es más fácil morir por una mujer que vivir con ella”.

Ahora bien, ¿Cuáles son esos pequeños detalles cotidianos tan importantes que hay que cuidar en la relación con la pareja? Son tan simples como el besarla al entrar o salir de casa, decirle algún piropo, comentarle lo bien que cocina o lo bien que se ve ese día. Ya lo decía Vicente Fernández en una de sus canciones: “No hay mujer que se resista a los detalles”.

Los pequeños detalles son por tanto como goles que anotas a favor de tu relación. Si todos los días procuras ganarle el partido a la rutina, a la dejadez y al aburrimiento, y te anotas varios goles con pequeños detalles, el amor en tu relación crecerá cada día con mayor fuerza, te convertirás en un verdadero hincha de tu pareja, que no cambiarás por nada ni nadie a través de los años, porque no entenderás tu vida sin él o sin ella.

Si quieres comenzar por anotar unos cuantos goles con tu pareja, te dejo las siguientes ideas:

*Sorpréndela llevándole flores, como en las ocasiones especiales.

*Abraza a tu pareja cuatro veces por día.

*Dile “te amo” todos los días, al menos un par de veces.

*Exprésale tu amor en público.

*Organiza ocasiones para salir juntos de etiqueta o elegantes.

*Hazle cumplidos sobre su apariencia.

*Llámala desde la oficina para preguntarle cómo está, para compartir algo emocionante o para decirle “te amo”.

¡Suerte goleador!

Decídete, toma el balón y ¡sé protagonista del juego de tu vida!

Eduardo Zetina es Coach Deportivo Integral

Gertrude Ederle, la mujer que inspiró a su género

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¿Quién iba a imaginar que aquella niña nacida el 23 de octubre de 1905, se convertiría en uno de los íconos del feminismo en la historia de los Juegos Olímpicos y del deporte en general?

 

Así ocurrió. Gertrude Ederle aprovechó y transformó una mala experiencia en su mayor éxito, ya que de niña cayó a un lago y tuvo que ser rescatada, pero demostró la gran fuerza de su carácter: se hizo de valor y definió su futuro; nunca más alguien tendría que sacarla del agua.

Poco a poco se fue enamorando de la natación, pese a la contraindicación de los médicos que le recomendaron no hacerlo ya que el sarampión le había afectado el oído y corría el riesgo de quedar sorda.

Entrada la década de los 20, la estadounidense intensificó su entrenamiento y logró sus primeros premios locales e impuso 29 récords nacionales e internacionales en distancias de entre 100 y 800 metros.

Los Juegos Olímpicos de París 1924 llegaron y alcanzó la gloria con la medalla de oro en los 400 metros libres por relevos, mientras que en lo individual obtuvo el bronce en los 100 y 400 metros.

Al año siguiente y tras superar problemas en la rodilla, Ederle vio frustrado su primer intento por cruzar el Canal de la Mancha, pero una vez más, haciendo gala de su tesón y perseverancia, en el siguiente intento completó su hazaña. Ederle dejó Cape Griz-Nez, Francia, poco después de las siete de la mañana, y arribó a Kingdown, en Inglaterra, 14 horas y 30 minutos después, ya que debió nadar 45 millas para atravesar el canal de 21 millas, debido a las corrientes y al mal tiempo.

La gente no olvidó su valor y fue recibida en su país natal por cerca de dos millones de personas, mientras que el presidente Calvin Coolidge la designó “la mejor chica de América”.

Lamentablemente, un problema en el oído a la par de una caída que lesionó su espalda, fueron mermando su desempeño, pero tuvieron que pasar 35 años antes de que otra mujer, Florence Chadwick, marcara un nuevo récord femenino con un tiempo de 13 horas y 20 minutos.

Sin descendientes directos y con una decena de sobrinos, Gertrude Ederle pasó sus últimos años en una residencia de Nueva Jersey, donde le sorprendió la muerte el 30 de noviembre de 2003 a los 98 años, habiendo enaltecido el valor, la dedicación y la fuerza de la mujer.

¿Marcar goles o pararlos?

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Cuando escoges algo para comer, un lugar para vacacionar, una película, un libro…significa que vas a renunciar a todas las demás opciones. En el futbol, lo común es que si eres el portero no rompas récord de goles; sin embargo, siempre existe alguna honrosa excepción.

La “Fiera” Chilavert

 Alrededor del 75% de mis conocidos (al menos los de mi generación y las cercanas), cuando hablo sobre Paraguay enseguida sacan a relucir a José Luis Chilavert, el exguardameta de la selección nacional que llenó páginas y pantallas a golpe de haber sido (ya no) el cancerbero más goleador de la historia, a golpe de marcar tantos de enciclopedia y atajar balones envenenados, a golpe de contar con tres nombramientos como mejor portero del mundo y el sexto mejor del siglo XX, a golpe de haber insuflado a un conjunto nacional y a uno local de Argentina, y a golpes literales: a mamporros, manotazos y un célebre escupitajo directo a la cara de Roberto Carlos; cosas por las que la prensa le colgó el cartel de “fiera”.

Paraguay es un estado bilingüe con millones de almas de modales ejemplares y gran corazón. “Chila”
–igual que sus compatriotas– es amable y habla tranquilo, es un tipo de convicciones fuertes.

¿Puede definir su país con una frase?

Como dijo mi gran amigo, el Premio Cervantes Augusto Roa Bastos, “Paraguay es una isla rodeada de tierra”, un gran país, hermoso. El paraguayo común y corriente confunde sumisión con humildad, esa es la lucha constante de este país que a veces no sabe valorarse.

Se le ve especialmente orgulloso de ser paraguayo.

Por supuesto; somos un país independiente y bien visto a nivel internacional. Nuestras mejores playas son las de Encarnación, del río Paraná, aunque mi lugar favorito es Luque, mi ciudad, por la calidez de mi gente. La hospitalidad es el orgullo de los paraguayos.

Dijo en una entrevista que para la prensa “siempre es usted el malo de la película”. Y claro: aquel puñetazo a Asprilla, el escupitajo a Roberto Carlos, la pelea en el aeropuerto de Buenos Aires con un empresario, alguna trifulca con reporteros… ¿Considera que tiene mal carácter?

Tengo mal carácter con quien me falta al respeto. Trato de defenderme a mi modo. Un ejemplo, lo de Roberto Carlos: Jugamos contra Brasil en Puerto Alegre. Si Brasil perdía o empataba quedaba eliminado del Mundial. La FIFA nos envió un árbitro alemán. Era evidente que Paraguay tenía que perder. Rivaldo bajó el balón con la mano en el área pequeña, era penalti a favor de Paraguay y el árbitro no pitó. Y nos convirtieron goles en fuera de juego. Roberto Carlos había tirado sin poder convertir y me hacía gestos de lejos. Yo lo llamaba para que se me acercara. Terminó el partido y Paraguay perdió. Entonces vino Roberto Carlos a decirme: “Indio, les ganamos 2 a 0”. Como si él fuera alemán de ojos azules. Yo me siento orgulloso de tener las raíces de guerrero de los indios guaraníes..

Hábleme de sus 62 goles en 737 partidos (8 de ellos como internacional). Eso quiere decir un gol cada once partidos. Hay muchos jugadores que no tienen esa media. ¿Qué manía le entró por marcar?

Metí 70 goles pero algunos no están contabilizados. Todo en la vida es trabajar. Yo me quedaba después de los entrenamientos a tirar 80 faltas del lado izquierdo, 80 del centro y 80 del derecho. No podía fallar si me daban la oportunidad porque no me darían otra. Fue Carlos Bianchi quien me la dio para hacer mi primer tiro libre contra el Deportivo Español en el minuto 92: Borde del área del lado derecho, el portero me colocó cinco hombres en la barrera y yo coloqué dos más, y dije, ‘le pego por fuera y tiene que entrar’. Resultó perfecto y ahí me empezó a gustar.

¿Le acabó haciendo más ilusión marcar un gol que parar un penalti?

Un portero siempre tiene la misión de parar, pero, marcar goles…, un portero… de tiro libre…

Haga memoria de su primer gol.

Fue contra Colombia en el 89; minuto 92, todas las figuras de Paraguay y nadie quería tirar el penalti. Corrían para todos lados. Dije: ‘yo lo tiro’. Cayetano Ross me dijo: ‘Mi hijo, ¿usted lo va a tirar?’ ‘Sí, por eso estoy aquí’. Y ganamos 2-1.

¿Cómo se siente un guardameta que ha metido 70 tantos cuando llega un tal Rogelio Ceni (Brasil) y le supera como portero más goleador de la historia?

Es un gran amigo. Pero no se puede comparar porque yo marqué ocho goles con la selección de Paraguay en eliminatorias. Además, en Brasil se juega cada tres días y nosotros una vez por semana. Lo lindo es que se puedan ver porteros que metan goles.

Tiene usted un largo palmarés de goles históricos. ¿Cuál es el que recuerda?

El gol de tiro libre a Argentina. Estábamos perdiendo y todo el estadio me insultaba, menos los fanáticos paraguayos que eran unas 15 personas. Entonces miré para arriba y pedí: ‘Dios, por favor dame un tiro libre’. Y justo me lo dio en ese momento. Yo sabía que no podía fallar. Hice un gol fantástico, un gol psicológico. Siempre me siento orgulloso de ser la persona que le cambió la mentalidad al futbolista paraguayo. Porque al jugar contra Argentina y Brasil, nuestros jugadores entraban temerosos y yo les decía que no hay que temer porque somos iguales. Yo fui el artífice de ese cambio, no solo para los deportistas en este país, sino también para mi gente.

¡Menudos dos golazos al Mono Burgos! ¿Cómo se lleva con él?

Excelente. Es mi vecino en Buenos Aires y cada vez que nos encontramos se acuerda de ese gol. Me dice: ‘Me hiciste famoso porque salí en todos lados’.

Hablando de goles: Messi. ¿Le hubiese gustado mirarle a los ojos metido usted entre los tres palos?

Messi es, de lo que he visto desde que nací, el mejor jugador de todos los tiempos. Es impredecible, es el meteorito que se sabe que ha caído pero nadie sabe dónde cayó. A mí me dio placer irme antes y que no me haya hecho revolcarme por los suelos.

En su posición, ¿Valdés o Casillas?

Para mí, Casillas es el mejor portero del mundo. Valdés es el segundo. Con Iker he vivido una experiencia muy linda: fue en el Mundial de Japón y Corea (2002), cuando España nos venció 2-1. Uno cuando pierde, se fastidia y piensa en los errores; yo también había cometido un error e iba pensándolo y justo vino él corriendo desde su portería a pedirme mi camiseta.

¿Puede definir a José Luis Chilavert?

¿En qué se diferencia un mediocre de un exitoso? Los mediocres caminan por la vida pensando en no fracasar y los exitosos son los que salen a ganar, los que corren al límite. Yo siempre corrí al límite porque nací sufriendo, y en el futbol me sacrifiqué y llegué a un lugar sobresaliente en un país pequeño. Estar entre los mejores en la historia del futbol es un privilegio y un orgullo, como ser de Paraguay.

Se nos fue el tema sobre Paraguay y al final hablamos más de Chilavert.

Ocúpate de que sea Paraguay lo que destaque. Que la gente sepa que somos un gran país y que vengan. De Chilavert ya se ha hablado mucho.

El mexicano en la competencia

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La competencia en la vida del hombre es constante. La vivimos desde el mismo momento de la concepción cuando el esperma más fuerte, veloz y resistente fertiliza el óvulo. En cierta forma, la vida del hombre inicia en una carrera contra el tiempo y contra millones de competidores,  en donde el premio mayor es la vida misma.

De esta manera podemos observar que todos poseemos la capacidad genética de competir; sin embargo, la incertidumbre con respecto a nuestras habilidades surge después de la primera infancia, si el niño es educado con ideas limitantes, y en la adolescencia, cuando se refuerzan las dudas “normales” sobre el desarrollo propio de la edad.

Además de lo anterior, hay que considerar el físico que cada individuo desarrolla, porque existen características antropomórficas (forma del cuerpo) que favorecen a ciertos deportes: piernas largas y delgadas son óptimas para los corredores, cuerpos como el de Michael Phelps (pies y manos grandes, y tórax ancho) contribuyen con el buen desempeño de los nadadores, personas con cuerpo pequeño y compacto tienen facilidad para desarrollar la fuerza que requieren los gimnastas. Cada deporte requiere características físicas específicas y mucha disciplina para competir.

Sin embargo, lo importante en una persona que quiere competir, es la capacidad que tiene para comprometerse con él mismo. Durante la competencia se ponen a prueba diferentes capacidades, además de las físicas: manejo de presión, ansiedad, nervios, resistencia, habilidades, fuerza, y  fortaleza mental y espiritual. La persona más preparada es la que obtendrá mejores resultados ante los retos de la competencia.

La Etnopsicología y la competencia

En estudios realizados en el área de la Etnopsicología, se ha observado que al competir, la respuesta de los mexicanos difiere de la de los estadounidenses. Los mexicanos somos capaces de ceder el premio con tal de evitar que alguien se sienta mal (abnegación), mientras que los estadounidenses toman lo que es de ellos sin reparar (Díaz-Guerrero 1994).

Otros estudios mencionan que la obediencia-afiliativa (afiliación se entiende como darle gusto a los demás) es otro factor que entorpece el desarrollo de la competitividad del mexicano. Es capaz de ceder (el premio, el puesto, la competencia) con tal de darle gusto a alguien, sin necesariamente estar consciente de ello.

Si te preguntas: ¿cómo puedo afrontar la competencia? La respuesta es que refuerces tu entrenamiento físico con entrenamiento mental, y recuerdes que todos estamos capacitados genéticamente para competir, pero debemos  liberarnos de las ideas limitantes.

Lic. Lorena Vázquez Bravo es Psicóloga del Deporte y Coach Mental

mindstrongmx.com

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Running

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Mi experiencia en el Maratón de Chicago

Caminando con mis perros una tarde, tomé la decisión de apresurar poco a poco el paso, dejando atrás la caminata e iniciando el jogging. Cuando me di cuenta,  había emprendido un deporte que, sin saberlo, cambiaría mi vida: el running.

Al escuchar las historias y vivencias de un corredor, la mayoría de la gente no llega a entender la emoción que se vive y la adrenalina que se produce al correr, sin mencionar “la terapia” que conlleva el running. Diferentes emociones, tristezas, alegrías, proyectos a emprender y el mismo estrés, se ordenan o canalizan de la manera adecuada, experimentándose una sensación de libertad y logro al terminar de correr.

Tengo 28 años y varios doctores me han sugerido cambiar de deporte debido a los múltiples problemas que me ha ocasionado la pronación en los pies. En 2012, sufrí a lo largo de seis meses un problema en la pierna izquierda llamado Síndrome de la Banda Iliotibial, una inflamación con dolor que al caminar causa ardor a lo largo del muslo, lo cual no te impide entrenar. Durante el pasado mes de mayo, corriendo en la pista El Sope de Chapultepec, sentí dolor en la planta del pie derecho, mismo que ignoré para terminar los 12 kilómetros que había proyectado correr ese día; esa decisión me costó cinco meses con un nuevo mal llamado Fascitis Plantar (inflamación del músculo de la planta del pie).

Iniciando 2013, entre mis metas me propuse correr un maratón internacional, escogiendo Chicago entre los Marathon Majors (Nueva York, Boston, Chicago, Londres, Tokio y Berlín) porque tendría lugar en fecha cercana a mi cumpleaños. Todo se alineaba para lograr mi objetivo, desde poder ausentarme de mi trabajo, hasta la fortuna de haber sido seleccionado en el sorteo de números que se llevó a cabo de último momento, debido a la suspensión de inscripciones por problemas técnicos de la página Web del Bank of America Chicago Marathon. Lo único y más importante que no realicé fue un entrenamiento adecuado debido a la Fascitis que aun padezco. Solo un par de semanas antes del Maratón corrí 16 kilómetros con un poco de dolor y en un par de ocasiones más hice carreras cortas de cinco kilómetros. Estaba mentalizado a correr 25 kilómetros porque sabía que sin entrenamiento suficiente y con dolor, me sería difícil terminar la carrera.

 El 13 de octubre, desde antes de las 7:00 A.M. se podía sentir la gran emoción de todos los corredores que llenábamos los vagones del metro con destino a Grant Park, ubicado dentro de Milenium Park, en el Centro de Chicago.

Diferentes consejos te dan los amigos y otros corredores, además de la información publicada sobre si debes o no llevar ropa abrigadora antes de la salida del maratón, ya que la gran mayoría termina tirándola al piso a lo largo de los diferentes corrales de salida. Debido a que soy muy friolento, decidí llevar y no tirar una sudadera roja con mi nombre grabado en la espalda junto al de México.

El maratón de Chicago fue la primera carrera en la que decidí correr sin música, pues quería percibir el ánimo de la gente a lo largo del trayecto. Al escuchar el himno nacional de los Estados Unidos, las aeronaves del ejército en el cielo, la música, los helicópteros de los medios de comunicación, el disparo de salida… supe que no me rendiría y que tenía que terminar la carrera y llegar a la meta, nuevamente a Milenium Park.

Al recorrer los 29 diferentes barrios de la ciudad experimenté el ambiente rico en cultura, belleza e historia, así como lo más importante, el apoyo de miles y miles de personas que portaban creativos letreros dando ánimo a los corredores a lo largo de los 42 kilómetros.

La carrera inició cruzando la zona conocida como The Loop, el distrito financiero de Chicago en donde confluyen restaurantes, corporativos, residencias y escuelas; zona que cuenta con una red integral de transporte público de calidad.

Corriendo a un paso de 10 km por hora, no sentí una sola molestia en mi cuerpo que me provocara frenar. Terminé de cruzar la zona norte de Chicago que representa la mitad del maratón, compuesta por una serie de barrios residenciales que mezclan el estilo moderno con la arquitectura Victoriana a las orillas del Lago Michigan, en la que se encuentran diferentes monumentos y sitios de interés como el Lincoln Park, el zoológico, el Museo de Historia Natural Peggy Notebaert y el estadio de beisbol Wrigley Field, que es el segundo más antiguo del país.

Cabe resaltar que diferentes banderas de apoyo de México se hicieron presentes durante la carrera, animándonos a los compatriotas con gritos de “¡Vamos México!”, lo cual me llenaba de emoción y reafirmaba mis ganas de terminar; mi sorpresa fue grande al encontrarme a una buena amiga entre más de 40,000 corredores.

Cruzando nuevamente el centro de la ciudad en el kilómetro 21, sabía que no podía perderme las sorpresas que me esperaban en la segunda mitad del camino; siempre he tenido la firme convicción de plantearme metas y alcanzarlas, así que un dolor en el pie no me frenaría; obstáculos más grandes he afrontado y superado en la vida.

Durante este último tramo recorrí barrios de diferentes grupos migrantes llenos de diversidad, cultura y belleza: Greektown, con restaurantes y tiendas griegas, así como el National Hellenic Museum; Little Italy, compuesto por casas, restaurantes, escuelas, institutos y universidades como la Universidad de Illinois.

Me habían comentado que cruzaría un barrio con más gente y ambiente que cualquier otro, lleno de música, familias, mariachi, banda… el barrio mexicano, el cual poco a poco comenzó a cobrar vida con letreros de Comida Auténticamente Mexicana. A pesar
de la situación de la comunidad latina en la zona, sus calles estaban llenas de familias, niños, alegría, risas y una magia especial que no se respiraba en ningún otro barrio de Chicago.

Llegar a la meta después de 5 horas con 20 minutos de correr sin parar, es una de las emociones más grandes que he vivido. Quedaron marcadas en mi memoria experiencias que se pueden vivir únicamente corriendo, porque correr te permite descubrir lugares, aromas, sonidos y emociones que se vuelven parte de ti a lo largo del trayecto, aun cuando se trate de un simple entrenamiento.

Participar en el Maratón Internacional de Chicago 2013 me dejó como enseñanza que romper las barreras, depende de nosotros, así como mostrar con acciones que no hay límites para lograr nuestros objetivos, sin importar qué tan sencillos o complejos sean. La fuerza está en la mente. 

Sobre fortalezas y debilidades

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Con base en estudios realizados por la Organización Gallup a más de dos millones de personas, se conoce que la mayoría de las empresas están enfocadas en ‘combatir las debilidades’ de sus empleados e ‘invierten’ mucho dinero para que mejoren en lo que se les dificulta.

Marcus Buckingham y Donald O. Clifton, en su libro titulado Ahora, descubra sus fortalezas, sostienen que las empresas serían más productivas si estuvieran enfocadas en las fortalezas de cada individuo, ayudándolos a desarrollarlas al máximo y ubicando a cada uno dentro de la organización de manera que puedan aprovecharlas y dar lo mejor de sí mismos.

Es un planteamiento revolucionario -opuesto a la forma como operan casi todas las organizaciones y los seres humanos-, explicado con tal claridad que parece totalmente natural y resulta increíble pensar que en realidad se suela trabajar sobre las debilidades; sin embargo, cuando a un estudiante se le dificultan las matemáticas, él, sus papás y las autoridades de la escuela proceden a darle asesoría especial en esa asignatura, no le sugieren que tome clases particulares de geografía para que suba su calificación de 9.5 a 10.

¡Claro! Sucede que no se trata de adoptar actitudes extremas como atender fortalezas e ignorar debilidades. Buckingham y Clifton apoyan su argumentación con diversos ejemplos, como el deTiger Woods, cuya bien conocida máxima fortaleza es su juego largo, mientras que su debilidad son las trampas de arena. Se sabe que su entrenador puso toda la atención en el trabajo más importante y creativo: afinar y perfeccionar el swing de Tiger, pero eso fue después de que alcanzó niveles aceptables con su juego en el bunker.

Debe ser complejo que una empresa modifique su modo de operar, sobre todo cuando se trata de un cambio de raíz, y también difícil que lo hagan los empleados habituados a recibir apoyo para combatir sus debilidades. Indudablemente, es más sencillo optar por el desarrollo y perfeccionamiento de fortalezas para quien se encuentra cercano a elegir el rumbo de su vida o en vías de constituir una empresa. Pero el requisito indispensable en cualquier caso consiste en identificar los talentos dominantes de cada persona, para entonces proceder a convertirlos en fortalezas mediante el conocimiento y las destrezas.

Es muy interesante saber que los talentos dominantes dependen de las conexiones entre las neuronas; que la primera neurona aparece en el cerebro del ser humano a los cuarenta y dos días de gestación, y 120 días después hay cien mil millones de neuronas, porque cada segundo se crean 9500 neuronas nuevas. Sesenta días antes del nacimiento, las neuronas empiezan a comunicarse entre sí, y a los tres años de vida cada una de las cien mil millones de neuronas ha formado quince mil conexiones o “sinapsis”. La naturaleza nos lleva a hacer caso omiso de muchas de esas conexiones, y entre los tres y los quince años, miles de millones se pierden sin que sea posible reconstruirlas.

La herencia genética y las experiencias de la infancia hacen que nos resulte más sencillo usar algunas conexiones que otras, nos sentimos atraídos hacia ellas una y otra vez, haciéndose poco a poco más resistentes y firmes, mientras que las otras van debilitándose hasta perderse por completo. Esta selección natural de conexiones es lo que determina los talentos dominantes de cada persona, y como no hay conexiones idénticas –aunque haya algunos que comparten algunas sinapsis y por lo tanto, algunos talentos–, son estas conexiones y los talentos resultantes lo que hace único a cada ser humano. Y lo que sustentan Buckingham y Clifton es que las empresas deben valorar las diferencias y favorecer el que cada empleado pueda hacer uso de sus fortalezas.

¿Cómo reconocer los talentos dominantes de cada uno para desarrollar fortalezas?Observando nuestras reacciones espontáneas en situaciones que vivimos diariamente, reflexionando sobre nuestros anhelos, analizando la rapidez de nuestro aprendizaje en determinadas áreas e identificando las características de lo que nos produce mayor satisfacción.

En la actualidad, muchos viven frustrados, con depresión y vacío existencial, adicciones, y algunos hasta llegan al suicidio.

Las personas padecen un vacío que es muy difícil llenar cuando no han identificado sus talentos dominantes, que son los que las orientan hacia su llamado existencial, permitiéndoles experimentar en sí mismas toda la plenitud de su Ser.

 

Fuente:Ahora, descubra sus fortalezas, de Marcus Buckingham y Donald O. Clifton,  editorial Norma; un libro que promueve el auto análisis y auto conocimiento para acertar en las decisiones sobre la persona y la vida de cada uno.

 

Un camino de palabras

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A la lectura podemos llegar de mil maneras, si queremos, o de ninguna si no queremos, aunque haya mil maneras. Solo se necesita querer y que nos enamoremos de ella. Y para eso no hacen falta mil maneras ni mil libros, sino solo el indicado; ese que nos sacude y deslumbra, que nos conmueve y conecta: un libro, un poema, un verso, una línea; esa es la fuerza de la poesía.

Resulta paradójico que la poesía sea el género literario más cercano a los niños por su capacidad imaginativa, evocadora, fantástica y que se le considere compleja, lejana y difícil para los adolescentes y jóvenes, al grado de que poco se les recomienda y casi desaparece de los programas de lectura. “La poesía es la manera de recuperar la inocencia perdida”, decía Rafael Alberti y tiene razón, aunque la poesía es muchas cosas más.

No solo es una bella expresión y cadencia verbal, imaginación y elocuencia, o iluminación sobre verdades esenciales. Es una forma de re-conocer el mundo, así como el amor. Por eso, identificarse con la poesía es enamorarse de la lectura, y por eso es propio de los espíritus jóvenes que están dispuestos a arriesgarse a la aventura de ver más allá de lo que dicen los diccionarios; aquellos que cuando leen árbol no piensan en una definición, sino que tocan una corteza, perciben un olor y evocan sus hojas; aquellos que todavía se conmueven con un nombre, un perfume o un roce. Los resplandores de la poesía deslumbran a quienes tienen los ojos limpios como los niños y los jóvenes.

En la pasada Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara se premió a un poeta,Yves Bonnefoy, quien dijo que “la poesía ama las palabras y encuentra en ellas la memoria de la plena realidad existencial”. Explicó que “el poema es el lugar poético de las palabras”, pero no el único lugar en el que se encuentra la poesía, que la hay fuera de los poemas; por ejemplo, en los textos en prosa, en una canción, en las dudas de Hamlet, en las palabras de El Principito a sus amigos, en las descripciones de El Señor de los Anillos o en las tribulaciones de Harry Potter.

Solemos pensar que la poesía es un género arduo y complicado, pero nos sorprenderían dos evidencias confirmadas por estudiosos: una, la gran cantidad de lectores consumados que confiesan haber llegado a la lectura gracias a la poesía y, dos, la facilidad con la que los más pequeños entienden y gustan de los pasajes poéticos.

Dentro de las mil maneras de llegar a la lectura, la poesía es un atajo al corazón, la manera de irrumpir de una forma violenta y luminosa, como lo hace el amor, para fincar el deseo de más, como lo hace el amor; la poesía es, como lo dice Bonnefoy, una bella manifestación de vida:

Porque es en el deseo

y no en el tiempo

donde impera el olvido

y la muerte trabaja.

Para adentrarte en el mundo de la poesía, entre un cúmulo de obras valiosas: Libertad bajo palabra, de Octavio Paz; Poema del Cante Jondo, de Federico García Lorca; Poesía amorosa, de Sor Juana Inés de la Cruz; Poesías, de Santa Teresa de Jesús; Sonetos completos, de Luis de Góngora; El Cantar de los Cantares, en La Biblia; Poesía completa, de Antonio Machado; Cuerpo del delito, de Luis Eduardo Aute; Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda; Con buena letra, de Joaquín Sabina y muchos más.

 

La belleza de tus hijas

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Los medios de comunicación nos bombardean diariamente con la idea de que mientras más delgada, más bonita y sexy  es una mujer. Lo cual –por supuesto–, es totalmente falso; afirma Francia Benson en su artículo “Cómo hablar de la belleza con nuestras hijas”.

Parece un tema trivial, pero no lo es. El concepto de belleza que desarrollen las niñas puede determinar su autoestima y su salud presente y futura. Por ello es importante hablar con ellas al respecto.

De acuerdo con Benson, “el cincuenta por ciento de las jóvenes entre trece y quince años piensa que tiene sobrepeso, según las estadísticas nacionales de anorexia. Cada vez a una edad más temprana, comienzan a preocuparse por su peso,  siendo vulnerables a desarrollar anorexia o bulimia; enfermedades mentales muy difíciles de tratar. Las estadísticas también sugieren que el 10% de las personas con anorexia va a morir por su causa y que es la tercera enfermedad crónica más común entre los jóvenes.”

A continuación citamos algunas recomendaciones que hace la autora para reconocer los síntomas de la anorexia y la bulimia:

La anorexia se caracteriza porque dejan de comer para no ganar peso.

Entre las señales que pueden alertar a los padres cuyas hijas pueden estar sufriendo anorexia, están:

•Dejar de comer un tiempo o reducir las porciones.

•Ejercitar por muchas horas.

•Tener miedo excesivo de ganar peso.

•Quejarse de su peso todo el tiempo.

•Mirarse al espejo para criticarse, pesarse varias veces, medirse.

•Padecer depresión.

La bulimia se define por comer grandes cantidades de comida y después vomitarla. Las señales son diferentes a las de la anorexia:

•horas.

•Vomitar y usar laxantes.

•Sentirse avergonzada por haber comido.

•Ganar bastante peso en poco tiempo

•Desaparición de grandes cantidades de comida.

•Padecer depresión.

Los síntomas comunes son: hablar demasiado sobre dieta y acerca del peso, bu.scar recetas con bajas calorías y ejercitar por varias horas al día.

Es importante conversar y hacerles sentir que están orgullosos de ellas. Asegúrenles que son hermosas tal como son. Este no es un trabajo solo de las madres, los padres deben involucrase también. Es necesario hablar del tema a una edad temprana, antes de que desarrollen cualquier desorden alimenticio, pero si su hija ya padece uno de ellos, es mejor hablar tarde que nunca.

Hablen de lo que significa la belleza y qué es lo que realmente hace a una persona hermosa. Busquen recetas deliciosas, nutritivas y saludables. Asegúrense de discutir sobre la importancia de consumir carbohidratos, proteínas y ciertas grasas. Es esencial que hablen sobre los diferentes tipos de cuerpos. Unas mujeres son más delgadas que otras naturalmente. Otras tienen una consistencia corporal más grande, pero todas son hermosas porque no es la talla lo que define la belleza de una mujer.

Preparen rutinas de ejercicios, no precisamente para bajar de peso, sino para mantenerse activos y saludables. El resultado obvio será mantener un peso con el cual se sientan bien. Háganlo de una forma divertida, de modo que su meta no sea perder tantas calorías o bajar tantos kilos, sino tener una actividad familiar que bien podría convertirse en tradición.

Tengan cuidado con su vocabulario, palabras como “gorda” y “fea” no deben ser mencionadas en su hogar.

Madres: enséñenles trucos de belleza como maquillarse y arreglarse el pelo. Las jóvenes deben saber que la belleza es mucho más que el peso. Ayúdenles a resaltar sus rasgos físicos favoritos. Háganles saber que la belleza interior es aún más importante que la exterior.

La comunicación es base para tener una relación cercana con sus hijas. Estén pendientes de lo que hacen, de lo que hablan, de lo que miran en la televisión e Internet, y de lo que hacen y comen. No significa que deben convertirse en su sombra; simplemente deben prestar atención a esos detalles.

La mejor forma de combatir desórdenes alimenticios es cultivando una buena autoestima. Su papel de padres es hacer que sus hijos se sientan amados y especiales. Recuérdenles constantemente sus cualidades.”

 

Fuente: http://familias.com/como-hablar-de-la-belleza-con-nuestras-hijas

 

 

Ciencia vs ciencia patito

Si los científicos dicen que comer Cheerios baja los niveles de colesterol, te sentirás mejor comprándolos. Después de todo, si no puedes confiar en los científicos, ¿en quién puedes confiar?

¿Sabías que una cantidad sorprendente de la investigación médica que se difunde es un engaño?

Nos bombardean continuamente con novedosos descubrimientos y consejos desde el campo de la medicina: come menos carne, come más fibra, toma vitamina C para prevenir el catarro… Entonces, ¿por qué pasan a la historia con la misma facilidad con la que se ponen de moda? Porque la mayor parte no tiene validez real.

El Dr. John Ioannidis y su equipo de celebrados meta-investigadores tienen la labor de expulgar todos estos renombrados estudios para comprobar su confiabilidad. Y sorpresa: Un 90 % están cojos en un sentido o en otro.

Ioannidis y su equipo examinaron 49 de los hallazgos médicos más significativos de la última década. Entre la mitad y un tercio contenían errores o sus resultados habían sido exagerados. Es por esa razón que muchas historias sobre “nueva investigación prometedora” tienden a desvanecerse con la misma rapidez que las estrellas pop de Disney: “¡Toma Omega-3 para prevenir las enfermedades cardiacas!” o “¡No lo hagas!”

Y en muchos casos estamos hablando del conjunto de conocimientos en los que nuestros médicos se basan cuando prescriben un medicamento, un tratamiento, una dieta o una cirugía, entre otras cosas.

¿Cómo es posible que tantos estudios sean poco confiables?

 Muchos científicos aun no comprenden las matemáticas.

La ciencia requiere el uso de las matemáticas. La mayoría de las personas tenemos dificultades para comprender lo que significan todos los dígitos, letras y símbolos de las ecuaciones, y nos contentamos con dejar esa tarea a los expertos. Sería una ironía terrorífica si resultara que dichos expertos tienen tan poca idea como el resto de nosotros.

Kimmo Eriksson es un matemático sueco que en el transcurso de su carrera decidió ir más allá de las matemáticas puras y comenzó a dedicarse a la investigación cultural. Fue en ese punto que se percató de que sus nuevos colegas no contaban con conocimientos matemáticos. De modo que condujo un experimento para encontrar qué tan esparcido estaba este problema.

Eriksson eligió estudios de manera aleatoria y los envió a un grupo de científicos. A la mitad de los estudios añadió una ecuación que no tenía nada que ver con el tema en cuestión, misma que en el contexto resultaba un sinsentido.

Eriksson pidió a los científicos que juzgaran la calidad de la investigación. Mientras que los matemáticos y los físicos no se impresionaron, entre sus colegas de otros campos, la inclusión de lo que parecía una complicada ecuación causó que dichos estudios fueran mejor calificados, a pesar de ser una tontería.

Más del 60% de los investigadores médicos (los expertos dedicados a salvar nuestras vidas), rankeó los estudios basura como mejores bajo la siguiente premisa: “Debe estar en lo cierto, mira los impresionantes números que lo sustentan.”

La investigación de Eriksson (o “Kimmo el mago de los números”, como es conocido en el área de las humanidades) no es la única evidencia de que los científicos tratan a las matemáticas como una especie de fuerza oculta y misteriosa. Tal parece que cualquiera que no sea matemático, físico o ingeniero, tiene la política de “correr tan lejos como sea posible” cuando se topa con los números.

Tampoco entienden la estadística.

Si afirmamos que un estudio arrojó una relación “estadísticamente significativa” entre el uso de una almohada de plumas y el cáncer de cerebro, ¿qué significa eso? Para la mayoría significa que los científicos encontraron algo a lo que más vale poner atención, ¿cierto? En realidad, no.

“Significancia estadística” es solo el término que describe lo que sucede cuando se advierte una relación entre dos variables que probablemente no sea producto del azar.

Existe una gran cantidad de investigación científica que involucra el estudio de este tipo de relaciones en las estadísticas. Como por ejemplo, si una determinada droga tiene una correlación con el desarrollo del cáncer.  El problema es que en este contexto, “significativo” no necesariamente quiere decir “importante”.

Hay una relación estadísticamente significativa entre el consumo de helado y el índice de asesinatos. Pero antes de comenzar a quemar los botes de helado, hay que notar que esta es solo una confusión entre “correlación” y “causalidad”; coincide que tanto el consumo de helado como el índice de asesinatos aumentan durante el verano.

De saber cuán débil es el hallazgo de una “significancia estadística”, nadie, ni los científicos, se preocuparía.

Cuando encuentran una relación entre la somnolencia y la vitamina D, o entre las frutas y la disminución del riesgo de diabetes tipo 2, le llaman “significativa”, y la mayoría de las veces se termina por caer en la exageración.

Por otra parte, los medios de comunicación suelen reportar los hechos de manera inexacta debido a que los investigadores no incluyen en su divulgación las interpretaciones pertinentes.

Una investigación estadística encontró que en 8 o 9 de cada 10 artículos publicados en los medios impresos líderes, se comete el error de confundir significancia estadística con importancia.

Por ejemplo, un estudio recientemente publicado reportó haber encontrado una relación entre las nueces y la disminución del riesgo de diabetes. ¿Cómo pudieron descubrir eso? Midiendo el consumo de nueces en un grupo de enfermeras y observando cuántas desarrollaban diabetes eventualmente.

A una persona común y por ende a los medios, esto le sonaría una forma lógica de estudiar el fenómeno. Pero habría que considerar otro tipo de factores, como si la gente que come menos nueces también suele llegar a casa en la noche y comerse un litro de helado de ron con mantequilla. Pero no, solo les preguntaron a los participantes cuán seguido comían nueces y usaron sus respuestas como base para sacar sus conclusiones.

Con semejante metodología podrían investigar la relación entre las manzanas y los bigotes de los hipsters, para concluir que los iPhones estimulan de alguna forma el crecimiento del vello sobre el labio superior. O como apunta este sarcástico estudio, podrían probar que escuchar cierto tipo de música te vuelve más joven.

Hay una relación estadísticamente significativa entre el consumo de helado y el índice de asesinatos

Fuente: 6 Shocking Studies That Prove Science Is Totally Broken by Andrew Marinus, Alan Boyle, Jon Pearl, January 16, 2014.

http://www.cracked.com/article_20789_6-shocking-studies-that-prove-science-totally-broken.html#ixzz2s7ol5yYg

 

 

¿Hijos rectos o tiranos?

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El “Principio de placer y de realidad” de Freud explica las relaciones subjetivas de las personas con el mundo objetivo.

Lo expuso con simplicidad. Un niño recién nacido –en un caso normal– vive en un mundo espectacular de placer: le dan de comer y lo cargan cuando llora, duerme y se despierta cuando quiere. El mundo existe para satisfacer sus necesidades y caprichos. Poco a poco los padres le enseñan los horarios de sueño; así las cosas, lo van educando conforme a la realidad. Llega el destete, penoso pero necesario, y no suele querer ir a la escuela el primer día (y quizá nunca, si le dieran a escoger). Debe hacer tareas y asistir a los entrenamientos, si no quiere que lo dejen en la banca a la hora del juego.

Lo anterior expresa cómo el niño debe adaptarse a la realidad y no la realidad a sus deseos.

Todo proceso educativo debe llevar este componente operativo. Así funciona el mundo. Un joven maduro es aquel que sabe armonizar con sabiduría práctica lo que quiere con lo que debe (“vida lograda” le llaman los filósofos aristotélicos como MacIntyre) y sobre todo, con lo que quieren y deben hacer los demás (sociabilidad).

Pero en el contexto postmoderno y proteccionista, en ocasiones uno descubre que los padres y a veces nosotros, los maestros, (principalmente para no ‘guerrear’ con padres ‘conflictivos’: “total, yo nada más lo tendré un año; ellos lo soportarán toda la vida”), no estamos dispuestos a asumir los costos que el razonable principio supone, cuando los chicos –como es lógico– ofrecen resistencia. Y preferimos ceder y simular que es la realidad la que está al servicio de sus deseos. “Hijos tiranos, padres obedientes” se intitula un libro del profesor Jesús Amaya.

Referiré un caso ilustrativo, entre varios. Tenía un alumno de primaria al que no acertaba cómo tratar. Era quejoso y blandengue, irritable e irritante. Transcurrieron los meses y un día descubrí la causa. Encontré a madre e hijo en la cafetería. ¡Figúrate la imagen! El niño estaba jugando con toda su atención puesta en un dispositivo electrónico, gesticulando y moviendo los brazos de emoción, mientras la madre le acercaba una cucharada de comida y le rogaba con tono dulzón: “Ándale papitooo, que se te enfría la comida”. Y el niño persistía en su dispositivo y a regañadientes abría la boca.

Me quedé helado. Comprendí entonces por qué jamás el chico cedía y era tan complicado. Subjetivamente, el niño estaba convencido de que la realidad estaba a sus pies para atenderlo, y familiarmente lo estaba. Por eso se enfadaba cuando en la escuela (y en la vida) eso no sucedía. Me he arrepentido de no habérselo advertido a la madre; por eso lo hago ahora a otros padres.

Acertamos cuando orientamos a los niños hacia la realidad, en la que el que no trabaja no come y el que no se cuida, se enferma.

Quien es maleta se queda en la banca y el que no sabe, no obtiene el empleo. El que no supera obstáculos ni lucha por encarnar las virtudes, no persevera en sus relaciones interpersonales; el que no respeta las reglas de tránsito, “porque le gusta correr”, se estrella.

Erramos el camino educativo cuando les satisfacemos los caprichos a los niños y adolescentes con funestas consecuencias en todos los niveles antropológicos, y cuando los educadores principales, los padres, van en dirección opuesta a los secundarios, los profesores.

No en balde el segundo libro del profesor Amaya se llama “Los hijos tiranos llegan a las empresas”, y un tercero, fuerte pero nada ajeno a las clases media y alta: “Hoy tirano, mañana Caín”.

Es elocuente el decálogo difundido por  una comisaría de policía de Washington, tras su experiencia en casos de delincuencia juvenil:

Manual para formar delincuentes:

1. Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida, así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2. No le dé ninguna educación espiritual. Espere que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

3. Cuando diga palabrotas, ríase; esto lo animará a hacer más cosas graciosas.

4. No lo reprenda nunca ni le diga que está mal algo que hace, podría crearle complejos de culpabilidad.

5. Recoja todo lo que él deje tirado: libros, zapatos, ropa y juguetes; hágaselo todo, así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero deje que su mente se llene de basura.

7. Dispute y riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así no se sorprenderá ni le dolerá demasiado el día que la familia quede destrozada para siempre.

8. Déle todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de dinero es necesario trabajar.

9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

10.        Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus vecinos, profesores, etc. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarle.

 

Jorge Quesada Pérez es docente y estudia posgrado de Historia
en la UNAM.