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Mi hijo, el ombligo del mundo

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¡Lo inaudito! El viernes pasado decidí hacer tiempo en una conocida cafetería mientras mi hija y sus amigas entraban al cine. Con periódico en mano, me dispuse a disfrutar esos minutos en compañía de mí misma, cuando de pronto llegó al establecimiento una joven mamá con su retoño, que tendría a lo sumo un año, pues aun no sabía caminar.

El lugar estaba casi vacío, de modo que me sorprendió cuando sentó a su bebé en mi sofá. “¡Claro! – pensé – lo hace mientras pagan sus cafés”. Cuando vi que la mamá, acompañada de una amiga, pasaba de largo con vaso en mano para instalarse a tres mesas de distancia, imaginé con asombro que habían olvidado a su desconcertada hija, pero ¡no!, de vez en cuando volteaba a verla y le hacía carantoñas.

Siempre he sospechado que desciendo de la estirpe de Herodes, porque lo que se dice paciencia con los enanos nunca he tenido. Pero eso no significa que no me importe su integridad física, por lo cual soy bastante aprehensiva. Así que imaginen mi estado cuando la “nena” se encaramó y, sujetando sus manitas al respaldo del sillón, que por cierto estaba al lado del ventanal – sí, ¡de vidrio! –, comenzó a hacer una serie de cien sentadillas a toda velocidad mientras emitía sonidos guturales ininteligibles para un homo sapiens. De pronto, los sonidos se convirtieron en gritos de mandrilito huérfano. Dicho sea de paso, tengo oídos de tísica y los tonos agudos me alteran de modo particular.

La insistencia de la nena para captar la atención de su progenitora, absorta en el cotilleo con su amiga, terminó de exasperarme. Decidida a mostrarme amable aunque no lo mereciera (mi abuela siempre decía: “compostura poca, pero que dure”), esbocé la sonrisa más hipócrita de mi repertorio y me dirigí a la mesa materna.

“Hola, oye, un favorcito… ¿te importaría sentar a tu hija contigo en vez de conmigo?”. Increíblemente, la cínica desnaturalizada me volteó a ver con cara de pocos amigos y espetó: “¡No es tu sillón!”. Alcé una ceja, alcé otra ceja, ladee la cabeza, esbocé una temblorosa sonrisa de medio lado, escondí los colmillos, y con el tono más “inclusive” que pude adoptar, respondí entre dientes: “Ni mi hija.” Di media vuelta, aventé el periódico sobre mi mesa, tomé mi vaso de café y abandoné el lugar.

¡Lo juro!, es un hecho real. Quizá sea uno de los más gráficos, aunque no el único que me ha tocado sufrir por culpa de las “mamis” posmodernas que sienten que el mundo tiene la obligación de padecer las impertinencias de sus hijos. ¡No!, la obligación es de ellas. Nadie tiene por qué soportar que una horda de mocosos desconocidos dé vueltas alrededor de su mesa cual guerreros apaches en un restaurante, mientras los nerviosos meseros hacen equilibrios para no tropezar y vaciarles la sopa encima. Ni soportar un megaberrinche de media hora en tanto la mamá finge demencia, haciendo alarde de una indiferencia tan inaudita como imperdonable.

¡No madres! Si son “vale-idem” y están dispuestas a que sus hijos se salgan de madre en cualquier sitio público, mejor quédense en casa y sopórtenlos en privado. Una mamá responsable encuentra en cada situación un momento oportuno para educar a sus hijos con cariño y paciencia, pero con firmeza. Y si no tienen edad suficiente para entender, quizá tampoco para estar “ahí”, así que al menos hay que controlar la situación. Recuerden que los derechos de sus hijos terminan donde empiezan los derechos de los demás.

Como última recomendación, les aconsejo nunca leer libros de crianza que tengan títulos como “Mi hijo, el ombligo del mundo”, “Yo estoy bien, tú estás mal”, “Porque lo manda mi nene”, etc. De verdad, lo pueden lamentar cuando lleguen a la adolescencia.

Atentamente,

Madre de la Vieja Guardia

Ser ecológicos es ser valientes

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En su encíclica “Laudato Si”, el Papa Francisco no pide medidas técnicas para curar las heridas ecológicas, sino un cambio “valiente” de estilos de vida.  Y es que puede bastar un pequeño gesto para cambiar el planeta.

El Papa invita a detenerse para admirar la belleza del mundo y la naturaleza, que nos llevará a cuidarla mejor.

Recomienda ejercitarse en la sobriedad para aprender a disfrutar con poco: por ejemplo, pasando tiempo con los amigos o hablando con los hijos.

En concreto, pide que se cuide bien a las personas y a las cosas. Desde pedir permiso, dar las gracias o dominar la agresividad; hasta ser ordenados y limpios.

Habla también de Internet: dice que el encuentro generoso entre personas no se consigue con la mera acumulación de datos.

A lo largo de la encíclica pide un valiente cambio de estilo de vida. En concreto, modificar actitudes nocivas de consumo. Y aquí es mucho más concreto.

Por ejemplo, pide sobriedad en el uso o la intensidad del aire acondicionado. También, cuando hace frío, invita a ponerse un jersey en casa en lugar de aumentar la calefacción.

Sugiere otras medidas prácticas como no usar cubiertos y platos de plástico o papel, no derrochar agua, diferenciar la basura para poder reciclar y eliminar residuos peligrosos, cocinar más o menos lo que se va a comer para no desperdiciar comida, apagar las luces cuando no hace falta tenerlas encendidas y usar transporte público o compartido.

Otro consejo del Papa es plantar árboles, cuidar bien las plantas y tratar con ternura a los animales, porque tienen una dignidad propia.

Francisco invita a ser valientes también respecto al reciclaje de papel, aunque como regla general pide aprender a reutilizar lo que usamos en el día a día.

El Papa también elogia a las organizaciones de consumidores porque consiguen que las grandes empresas les escuchen y no dicten ellas solas las reglas del mercado.

 

Migración siria, ¿Drama humanitario o invasión islámica?

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La presente crisis migratoria es la peor desde la Segunda Guerra Mundial: más de 350 mil personas cruzaron el Mediterráneo para llegar a Europa. Pero no todos lo lograron, más de 2600 murieron en el intento.

Mientras los países europeos debaten cómo repartirse a los refugiados sirios, América no puede hacer la vista gorda ante tamaño problema. La crisis ha desatado grandes muestras de solidaridad, pero también de violencia y xenofobia.

Se han alzado voces a favor y en contra de dar asilo a los inmigrantes.

¿Quién crees que tiene la razón?

Como parte del Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados, Angelina Jolie declaró: “Es repugnante ver a miles de refugiados ahogándose en la puerta del continente más rico del mundo. Nadie arriesga la vida de sus hijos de esta manera si no es por absoluta desesperación. Si no podemos terminar con el conflicto, no podemos escapar del deber moral de ayudar a los refugiados y proveer vías legales para su seguridad.”

Hoy, la actriz aboga por «un camino diplomático que ayude a solucionar el conflicto en Siria», ya que la mera acogida de refugiados no solucionará el problema: «No debería sorprendernos que gente que ha sufrido años de guerra y que ha vivido en campos de refugiados con raciones menguantes estén tomando decisiones por su cuenta. ¿Cuántos podríamos decir con honestidad que en su posición no haríamos lo mismo, enfrentados al miedo, la pérdida de esperanza y a una evidente falta de voluntad política internacional para acabar con el conflicto?», escribe Jolie, que ha viajado como embajadora a zonas en conflicto.

El papa Francisco ha hecho un llamado “a las parroquias, a las comunidades religiosas, a los monasterios y a los santuarios de toda Europa” para que acojan a “una familia de refugiados”. Ha anunciado que las dos parroquias que pertenecen al Vaticano brindarán refugio estos días a dos familias. “Me dirijo a mis hermanos obispos de Europa, verdaderos pastores, para que en sus diócesis atiendan mi llamamiento, recordando que Misericordia es el segundo nombre del Amor.” Cita un pasaje del Evangelio de Mateo: “Todo aquello que hicisteis a uno solo de mis hermanos más pequeños, me lo habéis hecho a mí”.

«No se trata de refugiados, esto es una invasión islamista en toda regla», ha sostenido el obispo Laszlo Kiss-Rigo, responsable cristiano del sur de Hungría, uno de los lugares sometidos a mayor presión migratoria, que ha estado presente en la recepción de los recién llegados intentando ayudarles con agua, comida y mantas. «Vienen aquí y comienzan a gritar Allahu Akbar (Alá es grande), quieren hacerse con el control de la ciudad. Europa se está viendo inundada de personas que se hacen pasar por refugiados, pero que en realidad son una grave amenaza para el continente cristiano, sus valores y tradiciones». Kiss-Rigo ha desvelado que la mayoría de ellos «se comportan de manera arrogante y cínica», pues rechazan todo tipo de ayuda y además «siempre tienen dinero».

En la misma línea que el obispo Kiss-Rigo se encuentra el discurso del primer ministro húngaro, Viktor Orban, que cree que el flujo de migrantes es un desafío directo al carácter cristiano de Europa y la pasada semana decidió endurecer las leyes contra todos aquellos que decidan cruzar la frontera.

Miembros del Estado Islámico han reconocido que se trata del «momento perfecto» para tomar Europa: Entre los planes del autoproclamado califato está atentar contra las principales ciudad europeas, pues creen que un golpe de entidad en ciudades como París, Londres o Berlín serviría para que el resto del mundo islámico se levantara y luchara por aniquilar todo aquello que consideran diferente. Los servicios especiales húngaros han logrado detener a dos yihadistas que se escondían entre la multitud, mientras que en Bulgaria el número de terroristas se eleva hasta cinco.

 

 

Finura en el trato

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La delicadeza en el trato es una de las cosas más agradables de la convivencia en una familia, en el trabajo o en un grupo de amigos. Se trata de apreciar a los demás, sin miedo a querer, pero sin familiaridades excesivas.

Se trata de un “esfuerzo”, porque de modo espontáneo no suele brotar ese trato delicado, que es fruto de la propia exigencia. Contra el trato fino va la brusquedad, ese modo áspero y desapacible de comportarse que nada tiene que ver con la fortaleza.

La delicadeza ha de ser universal y extremada, pero sin empalagos ni exageraciones, sin blandura excesiva. Es molesto que una persona que no es de mucha confianza nos diga, por ejemplo, “reina”. La delicadeza es mesura y templanza, es equilibrio, es atención sin servilismo. La delicadeza no siempre significa actuar, a veces es pasiva; por ejemplo, cuando uno procura no darse por enterado ante una situación embarazosa que puede producir confusión.

La delicadeza se refleja en detalles: en saber escuchar con atención, saber dar las gracias, el modo de tratar las cosas, los muebles, las puertas; el caminar sin estrépito; el no elevar destempladamente la voz; la corrección en el aseo y la pulcritud; la sonrisa… No tenemos la culpa de la cara que tenemos, sino de la que ponemos. Todo esto lleva frutos de unidad, paz y alegría.

Tenemos que elevar la amabilidad a nuestro alrededor, de allí la importancia de las virtudes de la convivencia: gratitud, afabilidad, cortesía, buen humor…, que son manifestaciones de la caridad. Todos sabemos hasta qué punto se hace difícil, y aun borrascosa, la convivencia, cuando faltan esas virtudes. La última raíz y el fin de todas las virtudes es la caridad, y la práctica de esas virtudes se resume en una expresión: delicadeza extrema.

Muchas personas que no recibieron una educación esmerada tienen, no obstante, una extrema delicadeza en su trato, fruto de una intensa vida interior. La amistad con Dios hace el alma más sensible y afina los modos. Y luego, la fe hace ver a un hijo de Dios en los demás, y el trato lleva una especie de veneración y cortesía.

Hay que afinar al escuchar: en la mesa y en la convivencia diaria. Nos perdemos de información interesante, política o cultural, por no saber escuchar. A veces llega una persona a una reunión donde la conversación está iniciada y en vez de enterarse en qué tema están, interrumpe con lo que trae en la cabeza.

Las incorrecciones en el hablar, la falta de educación y el uso de malas palabras suelen revelar una ausencia de calidad en el ser y en el amor. Goethe decía: “No hay ningún signo externo de cortesía que no tenga una profunda razón de ser moral”.

Cada persona tiene una afectividad distinta, que hay que respetar y potenciar. A la vez, nadie tiene una afectividad madura si carece de virtudes humanas. Cada día hemos de tener más respeto a la personalidad de cada uno.

San Pablo relaciona la caridad con todo un conjunto de virtudes humanas: “La caridad es paciente, es servicial… no se irrita, no piensa mal…, todo lo sufre, todo lo soporta…” (1 Cor 13, 4ss). ¿Qué sería de la caridad sin paciencia, generosidad, mansedumbre, magnanimidad, veracidad…? Todo esto forja el carácter y da felicidad.

La delicadeza está también en la lucha por superar los estados de ánimo, evitando subidas y bajadas bruscas, así como enfados. Hay que aprender a pasar por alto los roces normales de la convivencia y eso se refleja en la educación, en la comida y la bebida, en el modo elegante y templado de divertirse. Detalles que son como joyas que brillan.

“El atuendo del hombre, su modo de reír y su caminar revelan lo que es” (Eclo 19, 30). La actitud exterior es imagen de la disposición y nuestros gestos manifiestan la belleza de nuestra alma. Escribe San Juan Crisóstomo: “Que nuestra mirada no se distraiga por todas partes, ni nuestros pasos anden a la deriva, que nuestra boca pronuncie las palabras con calma y suavidad; en una palabra, que todo nuestro aspecto exterior refleje la belleza interior de nuestra alma.” (Sermo ad neophytos, VII, n. 26).

Fuente: cathólic.net

La niña que dibujó la cara de Dios

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Los seres humanos nunca dejamos de aprender. No obstante en este proceso de aprendizaje continuo que es la vida, existe un periodo esencial: los años que pasamos en los salones  de clases.

Kant dijo que el ser humano es lo que la educación hace de él y ésta debe buscar ser creadora de libertad.

Los niños poseen una vitalidad nata, pero en ocasiones, es en las mismas aulas donde se termina por paralizar esa frescura mental.

El objetivo debería ser despertarles la curiosidad, que reflexionen sobre lo que tienen ante ellos y  fomentar su capacidad de asombro para que ese progreso mental continúe.

Ken Robinson es un escritor y educador británico, reconocido en temas como la calidad e innovación educativa y la creatividad. Una de sus frases más famosas es: “La creatividad se aprende igual que se aprende a leer”, entendiendo que es algo que se puede practicar y mejorar.

Una anécdota ilustrativa de Ken Robinson refiere la visita a un colegio en el que se encontró con una niña de seis años. Al preguntarle qué dibujaba, la niña le respondió: “La cara de Dios.”

Desde luego que esto sorprendió a Robinson, quien argumentó: “Nadie sabe cómo es su cara.”

La niña respondió, sin dejar de dibujar: “Mejor, ahora ya sabrán cómo es.”

Todo esto llevó a Robinson a exponer que un niño cree en su talento y no tiene el más mínimo miedo a equivocarse.

Salimos de fábrica sin los estigmas que más tarde perseguirán la vida de la persona adulta; parece que debe haber algunos cambios en la educación según la entendemos hoy en día.

De la misma anécdota, Robinson extrae otra enseñanza: si no estás preparado para equivocarte, nunca acertarás. Y no se llegará a la originalidad tan anhelada en carreras como la arquitectura, el diseño o la mercadotecnia, donde mucho de lo que se produce termina por ser la copia de la copia, cuando los profesionales se mueven en una zona de seguridad.

Ken Robinson hace una crítica al sistema educativo en el que el alumno, en general, encuentra más incentivos para quedarse callado en clase que para participar y correr el riesgo de equivocarse. Esto se acentúa más en las culturas latinas como la nuestra, donde el valor de la percepción social es muy importante.

Es contradictorio, ya que sin importar si se trata de los primeros niveles escolares o la universidad, se pide al alumno que innove, pero hacerlo no le asegura obtener buenos resultados escolares. Y desgraciadamente, esto trae consecuencias en toda la vida de las personas, muchas que se mantienen en trabajos que no les interesan realmente, sólo para ser aceptadas y productivas.

Robinson asegura que el verdadero fin de la educación es descubrir en qué somos verdaderamente buenos y darnos las herramientas para potenciar ese talento, porque todos tenemos alguno, sólo hace falta descubrir cuál es.

Como dijo Pascal Bruckner, habría que preguntarnos: ¿cómo queremos que sean nuestros hijos cuando se enfrenten al mundo imperfecto y problemático de mañana?

Es algo que entra directamente en nuestro campo de responsabilidad, no lo olvidemos. Permitamos a nuestros niños y

Real del Monte: arquitectura y gastronomía con sabor minero

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Este Pueblo Mágico forma parte (y podría usarse como punto de partida) del magnífico Corredor de la Montaña del estado de Hidalgo. En Real del Monte se respira aún su pasado minero, tanto en sus casonas con balcones y calles empedradas, como en su tradición gastronómica donde los pastes son protagonistas. El poblado invita a los visitantes a conocer sus iglesias, sus leyendas, su mina y su misterioso Panteón Inglés en un ambiente tranquilo y casi siempre cubierto por la niebla.

Conoce más

A mediados del siglo XVI, en Real del Monte se establecieron importantes compañías mineras inglesas. Luego del auge de su explotación, las minas fueron abandonadas debido a la gran cantidad de agua que se encontraba en el subsuelo. José Alejandro Bustamante y Pedro Romero de Terreros continuaron con su explotación, a finales del siglo XVII, mediante novedosas técnicas de desagüe. A su muerte decae la actividad, pero en 1824 vuelven los ingleses y explotan las minas otros 20 años más, hasta que los costos de extracción resultaron más caros y las minas tuvieron que cerrar para siempre.

Para los amantes del futbol, se dice que en este Pueblo Mágico de Hidalgo se jugó el primer partido de balompié en México, entre trabajadores que laboraban en las minas hacia la segunda mitad del siglo XIX. Hay una placa conmemorativa en el terreno donde ocurrió.

Lo típico

Fiel a su tradición minera, Real del Monte ofrece al visitante artesanías elaboradas en plata, especialmente joyería. Con la técnica del repujado, también se elaboran ornamentos en madera y palma, así como canastas tejidas. Y si no vas preparado para el intenso frío, en las tiendas de artesanías podrás encontrar textiles de lana.

Fuente: http://www.mexicodesconocido.com.mx/real-monte-hidalgo-pueblos-magicos-mexico.html

Carta de una mujer sabia para las jovenes

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“Una relación debe ser tan simple como una moneda de una cara, después de todo el amor no se puede contar ni planear“
— Una relación que tenga la posibilidad de convertirse en algo a largo plazo no debe ser complicada en sí misma. ¿Cuánto tiempo puede una persona importunarse e importunar a otros de forma constante? Bueno, medio año, un año entero e incluso en algunos casos aislados un par de años, pero luego como en el teatro, cuando la persona haya hartado a todos en el público, saldrán del auditorio dejándola sola en el escenario, sudando incómoda bajo las lúces. Todo tiene un límite.

Todas las así llamadas ”relaciones dificiles“, todos esos “terminamos y volvimos” y las conversaciones de horas negociando cómo debería ser todo entre los dos, son fruto de tener demasiado tiempo libre (perdoname que te lo diga tan de frente). No son relaciones que valgan la pena. En serio. Es como si llegases a un concesionario de automóviles y quieres comprarte un Bentley aunque te alcanza sólamente para la cuota inicial de un auto chino en la versión más sencilla. Puedes venir cada día durante años al concesionario pero nada va a cambiar. Puedes decir que el Bentley es el único automóvil que te va bien, vas a hacerle un orificio en el cerebro a tus familiares y amigos de tanto hablar de eso, vas a hacer cara de pocos amigos y entrecruzar los brazos, vas a dañar tu propia vida y hasta te acostumbrarás a la sensación pero … nunca llegarás a pensar que lo que tú en realidad necesitas es un aparato con aire acondicionado, motor estándar, interior límpio y cauchos adecuados para que te lleve cómoda del punto A al punto B. Puedes perderte las estrellas por andar buscando el sol.

Las relaciones deben ser tan símples como una moneda de una sola cara. No importa si él es genio, físico o Pedrito el de la esquina, no importa qué educación tenga, cuántos idiomas hable, cuántas mujeres ha tenido o si escribe bien poemas; lo que importa es qué tan cómoda te sientes tú a su lado. Si te provoca depresión, si cuando estás con él no te sientes menos miserable que cuando estás sin él; si sabes (porque lo sabes) que no hay futuro, si te no te deja vivir tranquila, si le gustan las frasesitas como ”no estoy preparado“, ”debemos esperar un poco más“, “necesito pensarlo”, “es tan dificil decirlo“ puedes mandarlo bien lejos. De si lo amabas en realidad o todo fue un capricho te darás cuenta mucho más tarde, así es que si lo ves bien, no pierdes nada en este momento.

El amor no es un sentimiento fácil de reconocer. Muchas veces las personas lo confunden con pasión, respeto, costumbre, dependencia, deseo de venganza y mucho más. De una ”relación dificil” no sacas nada, además de un buen dolor de cabeza. Si eres consciente de que necesitas y no puedes vivir sin ese dolor de cabeza, al menos puedes aceptar que no necesitas a ese hombre en especifico, sino sólo el dolor de cabeza que tienes cuando estás con él (y podrías tener con otro). Aprende a extraer ese “dolor” de otra relación que sea más productiva. Basta con advertirle al hombre c-o-r-r-e-c-t-o que los miercoles y los sábados te conviertes en una bruja insoportable, para que pueda estar preparado.

Te lo repito una y otra vez: una relación debe ser algo simple. Después de todo, si es algo serio, tienes en mente formar un hogar, hacer planes, ir de vacaciones, visitar a la familia y todo desde lo más pequeño hasta lo más grande que existe en la vida de pareja. Si piensas que todo va a mejorar con el tiempo estás M-U-Y equivocada.

Siempre pasa igual: al principio quieres a un hombre alto, atlético, inteligente, rico, con perspectivas, atractivo, romantico, bla, bla bla bla, y sólo depués entiendes -TODAS acabamos por entender- que lo que necesitabas era una persona en quién confiar, que estuviera ahi NO cuando los astros se confabulen, sino siempre, SIEMPRE ¿entiendes? Por eso el ser confiable es una cualidad importantísima.

Él tendrá el deber de estar contigo y ayudarte en los momentos MÁS dificiles de la vida, cuando todo está negro y a los lados sólo hay abismos. Por eso el ser responsable también es otra cualidad vital.

Vas a querer compartir con él tu alegría y tu tristeza, tus triunfos y tus derrotas, tus sueños y tus miedos, por eso el saber comprender y empatizar es I-N-F-I-N-I-T-A-M-E-N-T-E importante.

Lo conocerás al derecho y a revés, podrán entenderse con apenas abrir la boca, al fin de cuentas acabaran acostumbrandose el uno al otro, estarán acoplados como los engranajes de una gran máquina; pero las disputas seguramente no se acabarán porque ambos son personas diferentes, incluso si ya has cambiado para ajustarte a su medida y él a la tuya. Por eso sin paciencia es imposible llegar a cualquier cosa.

Verás que todo el tiempo vas a ceder un poco, y cambiarás tus costumbres de soltera, estarás más comprometida con la relación, y él también. La flexibilidad también es muy muy importante.

Tomarás decisiones junto a él y cada uno por separado, decisiones que bien podrían cambiar el curso de la vida, así que las cosas no van a ningun lado si no puedes confiar. Es sencillamente imposible.

Piensa: cuando tenías 20 años o menos no pensabas en nada con respecto a las relaciones ¿verdad?. Lo único que querías era que él llegara bien apuesto a buscarte, te regalara flores y te besara, que te enamoraras de sus ojos y fuera algo así como los modelos de las revistas. Pero en realidad eso no es importante. No importa si es muy guapo o no, si es alto o bajo, atlético o gordito, hablador o tartamudo. Lo único que en realidad necesitas es el saber que esa persona estará contigo en fuego y agua, en rios de miel y de m… Debes sentir que a su lado estás muy bien y que SIN él estás MUCHO peor que CON él.

Te aseguro que cuando mires atrás dentro de veinte años ya empezarás a sentir ternura al tocarle la frente para ver si está enfermo y le propondrás quedarse en casa aunque sólo haya tosido una vez, dejarás de tener esas conversaciones de “¿hacia dónde va nuestra relación?“ porque ya habrás llegado a tu destino, y ese será el verdadero amor, el que viene con amistad. No es posible planear el amor. Nunca.

Y para deshacerte de esas ”relaciones difíciles» que te puedo decir… ¿entra a un curso de pintura country? ¿ayuda a los huérfanos? Deja a tu pobre cerebro en paz y a ese hombre, bueno, él estaría lleno de problemas incluso sin estar a tu lado.

Autor: Una mujer con experiencia en el tema.

Fuente: http://genial.guru/psicologia/carta-de-una-mujer-sabia-para-las-jovenes-568/

Siria: polvorín en Medio Oriente

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¿Qué está pasando en Siria?

Tras soportar décadas de gobiernos autoritarios, los pueblos de varios países de Medio Oriente alzaron sus voces en protesta y derrocaron a sus líderes, en lo que se ha llamado la Primavera Árabe.

En Egipto y Túnez, las revueltas fueron rápidas y decisivas. En Libia, las protestas desataron una breve guerra civil que concluyó con la muerte de Mouammar Kadhafi.

Siria es otra historia. El padre del presidente Bashar al Asad gobernó el país durante treinta años, durante los cuales modernizó el país, pero a costa de una brutal represión. Bashar asumió el poder luego de su muerte en 2000 y al principio dio señales de ser un mandatario diferente. Pero a la primera señal de disidencia, restringió la libertad de expresión, cerró la economía y dejó en claro que la democracia no estaba en sus planes.

Tuvieron que pasar otros doce años de represión para que miles de personas salieran a las calles para exigir reformas, siguiendo el ejemplo de egipcios y tunecinos. La represión continuó y las protestas se multiplicaron. El ejército respondió disparando contra los manifestantes, cientos murieron y miles más fueron arrestados. La posibilidad de una resolución pacífica murió con los manifestantes.

Poco después, comenzaron a surgir grupos pequeños de rebeldes alzados en armas. Desde entonces, gobierno y rebeldes se hayan enfrascados en una guerra que ha cobrado más de 60 mil vidas en los primeros dos años de conflicto.

¿Cuáles son las raíces del conflicto?

Después de la Primera Guerra Mundial, los ingleses y franceses  fijaron las fronteras de Medio Oriente, agrupando a muchas etnias y religiones diferentes en los mismos territorios. La secta musulmana de los alawitas, ha tenido el poder en Siria desde la década de los 70, pese a representar apenas un doce por ciento de la población. Con el objetivo de mantener al país fuera de las manos de extremistas, los Asad favorecieron a su secta y aplastaron a todos los que los desafiaron.

¿Por qué ha durado tanto el conflicto?

Desde que empezó esta guerra se supo que sería larga, ya que los grupos rebeldes eran pocos, mal armados y desunidos. Lo único que tenían en común es un profundo odio a Asad. Mes tras mes, los grupos aumentaron en hombres y armamento, pero no ha sido suficiente para derrocar al gobierno, el cual recibe ayuda de Irán, Rusia y el grupo Hezbolá.

Muchos grupos rebeldes han abusado, asesinado y desplazado a civiles a nombre de la revolución. Sus atrocidades han hecho que muchos sirios se pregunten si el remedio es peor que la enfermedad.

¿Por qué no están haciendo nada los Estados Unidos, Europa y la ONU?

Principalmente porque Rusia y China han bloqueado cualquier acción contra Asad. Rusia y China tienen intereses en China y sus líderes piensan que la Primavera Árabe no ha traído seguridad y estabilidad a la región. Estados Unidos no quería intervenir porque no encontró un grupo que comparta su ideología. Pero después de comprobar que Asad usó armas químicas, la Casa Blanca anunció que entregará armamento a los rebeldes.

¿Qué pasará ahora?

Los expertos creen que Asad será derrotado. La pregunta es cuánto tiempo tomará. Aunque los principales grupos rebeldes han firmado una alianza, ésta se podría romper después de que derroquen a Asad. La lucha por el poder podría llevar a una nueva guerra civil e incluso a una división del país. El conflicto también podría expandirse a países como Turquía, Líbano e Irak, amenazando la frágil estabilidad de Medio Oriente.

Sin importar el resultado, quien asuma el poder en Siria heredará un país en ruinas, una economía destruida, una población dividida y el reto de cumplir las promesas de la Primavera Árabe.

 

 

 

 

 

Cómo meditar

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El objetivo principal de la meditación es concentrarse y poco a poco relajar la mente hasta liberar la conciencia. Según vayas progresando, notarás que puedes meditar en cualquier momento y en cualquier lugar, con lo cual lograrás la paz interior pase lo que pase a tu alrededor. El presente artículo te presentará los conceptos básicos de la meditación, lo que te permitirá comenzar tu viaje hacia la luz.

 

Prepárate para meditar

 

  1. Elige un ambiente tranquilo. La meditación debe practicarse en un lugar tranquilo y silencioso. Esto te permitirá enfocarte exclusivamente en esta tarea y evitará que los estímulos externos invadan tu mente. Busca un lugar donde no te interrumpan durante la meditación, ya sea durante 5 minutos o media hora. No es necesario que el lugar sea tan grande, el vestidor de tu habitación o incluso tu oficina pueden servir, siempre y cuando sea un lugar privado.
  • Para quienes recién empiezan en el mundo de la meditación, es muy importante evitar cualquier distracción externa. Apaga la televisión, el teléfono o cualquier aparato que haga ruido. Si pones música, elige canciones tranquilas, repetitivas y de armonías suaves, de modo que no te desconcentre. Otra opción es encender una pequeña fuente de agua, pues el sonido del agua corriendo puede ser muy relajante.
  • El espacio de meditación no tiene que ser completamente silencioso, por lo que no es necesario recurrir a unos tapones para los oídos. El sonido de la podadora de césped o de un perro ladrando no deberá evitar una adecuada meditación. De hecho, estar consciente de estos sonidos sin dejar que dominen tus pensamientos es un aspecto importante para lograr una meditación exitosa.
  • Muchas personas prefieren meditar al aire libre. Siempre y cuando no te sientes cerca de una carretera muy transitada o de algún sitio ruidoso, podrás sentir paz a la sombra de un árbol o sobre el césped en tu rincón favorito del jardín.

 

  1. Ponte ropa cómoda. Uno de los principales objetivos de la meditación es tranquilizar la mente y bloquear los factores externos, cosa que podría ser difícil si no estás cómodo porque llevas puesta ropa ajustada o incómoda. Ponte ropa suelta y quítate los zapatos cuando medites.
  • Ponte un jersey o chaqueta si piensas meditar en un lugar frío. Si no lo haces, el frío que puedas sentir consumirá tus pensamientos y es probable que prefieras detener tu práctica rápidamente.
  • Si estás en tu oficina o en un lugar donde no te puedes cambiar de ropa fácilmente, haz un esfuerzo por estar lo más cómodo posible. Quítate los zapatos, tus calcetines y la chaqueta, abre el primer botón de tu camisa y quítate el cinturón.

 

  1. Decide durante cuánto tiempo deseas meditar. Antes de comenzar, debes decidir durante cuánto tiempo meditarás. Si bien las personas que ya practican la meditación recomiendan tener sesiones de meditación de 20 minutos dos veces al día, las personas que recién comienzan pueden meditar lapsos cortos como 5 minutos una vez al día.
  • Además debes intentar meditar cada día a la misma hora: ya sea 15 minutos en la mañana al comenzar el día o 5 minutos a la hora de almuerzo. No importa la hora que elijas, pero intenta que la meditación sea una parte impostergable en tu rutina diaria.
  • Una vez que hayas decidido cuál será tu horario de meditación, cúmplelo. No te rindas simplemente porque sientes que no funciona. Te tomará tiempo y práctica meditar de forma exitosa. Por lo pronto, lo más importante es seguir intentando.
  • Aunque quieras tomar el tiempo de tu meditación, no te recomendamos ver constantemente el reloj. Puedes programar una alarma suave que te avise cuando tu práctica tenga que acabar o programa tu práctica para que finalice con cierto evento, por ejemplo, cuando tu compañero se levanta de la cama o cuando el sol empieza a iluminar cierta parte de la pared.

 

  1. Realiza estiramientos. La meditación implica sentarse en cierto lugar durante un periodo de tiempo, así que es importante minimizar la tensión o presión antes de comenzar. Hacer estiramientos ligeros durante algunos minutos ayudará mucho a que te relajes y preparará tanto tu mente como tu cuerpo para la meditación. Además evitará que te concentres en algún punto de dolor en lugar de despejar tu mente.
  • Recuerda estirar el cuello y los hombros, especialmente si has estado sentado frente a una computadora, y no olvides estirar también la espalda baja. Estira las piernas, especialmente la zona interna de los muslos. Verás que te será muy útil cuando medites en la postura de loto.

 

  1. Siéntate en una posición cómoda. Como se mencionó antes, es muy importante que estés cómodo mientras meditas, por lo que es esencial que encuentres la mejor posición. Generalmente, la meditación se practica sentándose sobre un cojín en el suelo, en posición de loto o medio loto. A menos que tus piernas, cadera y espalada baja sean muy flexibles, la postura de loto tiende a doblar la espalda baja y evita que haya un equilibrio en el torso por la parte de la columna. Elige una postura que te permita tener el equilibrio necesario para que permanezcas derecho.
  • Sin embargo, puedes sentarte sin cruzar las piernas, sobre un cojín, una silla o una banca de meditación. Tu pelvis deberá estar lo suficientemente inclinada hacia adelante para que tu columna esté centrada sobre las dos zonas óseas de tus glúteos. Este punto sostendrá tu peso. Para inclinar la pelvis en la posición adecuada, siéntate en el borde delantero de un cojín grueso o coloca algo de aproximadamente 8 a 10 cm (3 a 4 pulgadas) de grosor debajo de las patas posteriores de una silla. Las bancas de meditación generalmente están hechas con un asiento inclinado. Si tu banca no es inclinada, coloca algo debajo para inclinarla hacia adelante aproximadamente 1 cm (1/2 pulgada).
  • Lo más importante es que estés cómodo, relajado y que tu torso esté equilibrado de modo que tu columna soporte todo tu peso desde la cintura.
  • Inclina la pelvis hacia adelante. Luego, comenzando desde la parte baja, coloca las vértebras de tu columna de forma que descansen una sobre otra y soporten todo el peso de tu torso, cuello y cabeza. Se necesita práctica para encontrar la posición que te permita relajar el torso casi completamente y solo un leve esfuerzo para mantener tu equilibrio. Cuando sientas tensión, relaja esa zona. Si no puedes relajarla sin dejar la postura, verifica la alineación de tu postura e intenta retomar el balance de tu torso de modo que el área afectada se relaje.
  • La posición tradicional de las manos consiste en colocar las manos sobre tu regazo, con las palmas hacia arriba, con la mano derecha encima de la izquierda. Sin embargo, también puedes dejar reposar las manos sobre las rodillas o dejarlas sueltas a ambos lados. Elige la posición que prefieras.

 

  1. Cierra los ojos. La meditación puede realizarse con los ojos abiertos o cerrados, aunque como principiante lo mejor sería que intentes meditar con los ojos cerrados. Esto bloqueará cualquier estímulo visual externo y evitará que te distraigas, ya que estarás enfocado en la tranquilidad de tu mente.
  • Una vez que te acostumbres a la meditación, podrás probarla con los ojos abiertos. Esto puede ser muy útil si sientes que vas a quedarte dormido, que te concentras demasiado con los ojos cerrados o si vienen imágenes desagradables a tu mente (lo que les sucede a muy pocas personas).
  • Cuando mantengas los ojos abiertos, deberás hacerlo “suavemente”, es decir, sin enfocarte en nada en particular. Sin embargo, no deberás entrar en trance o quedarte con la mirada pegada a algo. El objetivo es sentirse relajado, pero alerta.

 

Prácticas de meditación:

 

  1. Sigue tu respiración. Lo más básico y universal de todas las técnicas de meditación es la respiración. La meditación con respiración es un gran punto para empezar tu práctica. Elige un punto sobre tu ombligo y enfócate en ese punto con la mente. Siente cómo crece y se encoge tu abdomen al inhalar y exhalar. No hagas un esfuerzo consciente para cambiar tu patrón de respiración, solo respira normalmente.
  • Intenta enfocarte únicamente en tu respiración. No pienses en tu respiración ni la evalúes de alguna manera (por ejemplo, pensar que una respiración fue más corta que la anterior). Simplemente intenta conocerla y estar consciente de ella.
  • Algunas imágenes mentales que pueden ayudarte son: imaginar una moneda colocada en el punto sobre tu ombligo subiendo y bajando con tu respiración, una boya flotando en el océano subiendo y bajando al ritmo de tu respiración o una flor de loto posada sobre tu vientre, abriendo sus pétalos cada vez que tomas aire.
  • No te preocupes si tu mente comienza a divagar, eres todavía principiante y como en todo, llegar a ser bueno para meditar requiere de práctica. Solo haz un esfuerzo para volver a concentrarte en tu respiración e intenta no pensar en nada más. Elimina todo pensamiento y despeja tu mente.

 

  1. Repite un mantra. La meditación con repetición de un mantra es otra forma común de meditación, que consiste en repetir un mantra (un sonido, palabra o frase) una y otra vez hasta que cree un silencio en tu mente y te permita entrar a un estado de meditación profunda. El mantra puede ser cualquiera que elijas, siempre y cuando sea fácil de recordar.
  • Algunos mantras buenos para comenzar son: uno, paz, calma, tranquilidad y silencio. Puedes utilizar la palabra “om”, que significa “yo soy” en sánscrito
  • En sánscrito, la palabra “mantra” significa “instrumento de la mente”. El mantra es un instrumento que crea vibraciones en la mente, las cuales te permiten desconectarte de tus pensamientos y entrar en un estado profundo de conciencia.
  • Al meditar, repite una y otra vez el mantra en silencio y deja que la palabra o frase susurre en tu mente. No te preocupes si tu mente divaga, simplemente retoma la concentración y vuelve a repetir la palabra.
  • A medida que entres a un grado de conciencia más profundo, repetir el mantra podría dejar de ser necesario.

 

  1. Concéntrate en un objeto visual simple. De modo similar al mantra, puedes utilizar un objeto visual simple para llenar tu mente y poder alcanzar un nivel de conciencia más profundo. Esta es una forma de meditación con los ojos abiertos, que mucha gente considera más sencilla cuando encuentra algo en qué enfocar la mirada.
  • El objeto visual puede ser el que desees, incluso a muchas personas les agrada mirar la llama de una vela. Otros posibles objetos son los cristales, las flores y las imágenes o estatuas de divinidades como Buda.
  • Coloca el objeto a la altura de los ojos, de modo que no tengas que esforzar el cuello y la cabeza para verlo. Mira solo el objeto hasta que tu visión periférica comience a atenuarse y el objeto absorba tu visión.
  • Una vez que estés totalmente concentrado en el objeto, sin otro estímulo que llegue a tu cerebro, deberás sentir una sensación de profunda serenidad.

 

  1. Practica la visualización. Esta es otra conocida técnica de meditación, que consiste en crear un lugar tranquilo en tu mente y explorarlo hasta llegar a un estado de completa calma. Puede ser cualquier lugar que te agrade, pero no tiene que ser totalmente real, puede ser único y personalizado.
  • El lugar que visualices puede ser cálido, una playa de arena fina, una pradera llena de flores, un bosque tranquilo o incluso una habitación cómoda con una chimenea. Deja que el lugar que elijas sea tu santuario.
  • Una vez que hayas entrado a tu santuario, explóralo. No es necesario que “crees” tu entorno, ya está ahí. Permite que se presente en tu mente.
  • Da a tu visualización sonidos y aromas de tu entorno, siente la refrescante brisa en tu rostro o el calor de las llamas calentando tu cuerpo. Disfruta del espacio todo el tiempo que desees, permitiendo que se expanda naturalmente y que se torne más real. Cuando estés listo para concluir, respira profundamente unas cuantas veces y abre los ojos.
  • Recuerda que puedes volver al mismo lugar la siguiente vez que medites con visualizaciones o simplemente puedes crear un nuevo lugar. Cualquier espacio que crees será único para ti y será un reflejo de tu personalidad.

 

  1. Relaja tu cuerpo. Este procedimiento implica enfocarse en cada parte del cuerpo individualmente y relajarla de forma consciente. Esta es una técnica de meditación sencilla que te permite relajar la mente mientras relajas el cuerpo.
  • Cierra los ojos y elige un punto inicial en tu cuerpo, generalmente son los dedos de los pies. Concéntrate en la sensación que percibas en los dedos de los pies, haz un esfuerzo consciente por relajar cualquier músculo que esté contraído y libera toda tensión o presión. Una vez que tus dedos estén completamente relajados, ve a los pies y repite el proceso de relajación.
  • Continúa con el procedimiento por todo el cuerpo, yendo hacia arriba, desde los pies, pasando por las pantorrillas, las rodillas, los muslos, los glúteos, la cadera, el abdomen, el pecho, la espalda, los hombros, los brazos, las manos, los dedos, el cuello, el rostro, las orejas y la parte superior de la cabeza. Tómate todo el tiempo que desees.
  • Una vez que hayas completado la relajación de cada parte de tu cuerpo, concéntrate en tu cuerpo como un todo y disfruta de la sensación de calma y relajación que has logrado. Enfócate en tu respiración durante algunos minutos antes de concluir tu meditación.

 

  1. Prueba la meditación al caminar. Este tipo de meditación es una forma de meditación alternada que consiste en observar el movimiento de los pies e ir tomando consciencia de la conexión entre tu cuerpo y la tierra. Si planeas llevar a cabo sesiones largas de meditación sentado, te recomendamos hacer una pausa con una medicación caminando.
  • Elige un lugar tranquilo para practicar tu meditación al caminar, donde haya la menor cantidad de distracciones posible. El espacio no tiene que ser muy amplio, pero deberás poder caminar por lo menos siete pasos en línea recta antes de tener que voltear. Si es posible, quítate los zapatos.
  • Mantén la cabeza erguida, la mirada hacia el frente y las manos juntas frente a ti. Da un paso lento con el pie derecho. Olvídate de toda sensación en el pie e intenta concentrarte en el movimiento. Después de dar el primer paso, detente por un momento antes de dar el siguiente paso. Solo un pie deberá estar en movimiento cada vez.
  • Cuando llegues al final del camino, detente completamente con los pies juntos. Luego, gira sobre el pie derecho y da la vuelta. Continúa caminando en dirección contraria, con los mismos movimientos pausados de antes.
  • Mientras practiques la meditación caminando, intenta concentrarte únicamente en el movimiento de tus pies, del mismo modo que te concentraste en el movimiento de tu respiración durante la meditación con respiraciones. Intenta despejar tu mente y concentrarte en la conexión entre tus pies y la tierra.

 

La meditación en tu vida diaria

  1. Practica la concentración en tu vida diaria. La meditación no tiene que limitarse a las sesiones en las que la practicas, también puedes practicar la concentración que esta implica en tu vida diaria.
  • Por ejemplo, en momentos de tensión, intenta tomarte unos cuantos segundos para enfocarte únicamente en tu respiración y despejar tu mente de cualquier pensamiento o emoción negativos.
  • También puedes practicar esta concentración mientras comes, siendo consciente de la comida y de las sensaciones que experimentas mientras comes.
  • Sin importar lo que hagas en tu vida diaria, ya sea que estés sentado frente a una computadora o barriendo el piso, intenta concentrarte en los movimientos de tu cuerpo y cómo te sientes en ese momento. Esto significa vivir conscientemente (mindfullness).

 

  1. Lleva un estilo de vida saludable. Un estilo de vida saludable puede contribuir a que realices sesiones de meditación más efectivas y con mayores beneficios. Así que intenta comer sano, hacer ejercicio y dormir mejor. Además debes evitar ver mucha televisión, beber o fumar antes de meditar, ya que estas actividades pueden nublar tu mente y no permitirán que logres el nivel de concentración necesario para una buena meditación.

 

  1. Lee la Biblia. Las Sagradas Escrituras pueden ayudarte a entender con mayor profundidad la palabra de Dios y a encontrar la paz interior y el entendimiento espiritual.
  • Si deseas, puedes tomar algunos mensajes de sabiduría que te impacten de algún texto espiritual o sagrado y reflexionar sobre este durante tu siguiente meditación.

 

  1. Asiste a un retiro espiritual.

 

  1. Intenta meditar a la misma hora todos los días. Es importante que hagas un esfuerzo por realizar tu práctica de meditación a la misma hora cada día. De este modo, la meditación se convertirá rápidamente en parte de tu rutina y sentirás sus beneficios con mayor profundidad.
  • Las primeras horas de la mañana son las mejores para meditar, antes de que tu mente se sumerja en la tensión y las preocupaciones del día.
  • No te recomendamos meditar justo después de comer, ya que podrías sentirte incómodo, lo que interferirá en tu concentración.

 

  1. Piensa que la meditación es un viaje. El propósito de la meditación es calmar la mente, lograr la paz interna y con el tiempo alcanzar una dimensión espiritual mayor, con frecuencia simplemente entendida como el ser.
  • Sin embargo, es importante tomar en cuenta que puede tomar años de práctica lograr un gran nivel de conciencia. Esto no es tan importante.
  • La meditación es un viaje, similar a escalar una montaña, donde cada paso que des te llevará más cerca de la cima.
  • Cuando comiences, no deberás sentirte muy preocupado por la calidad de meditación. Siempre y cuando te sientas más calmado, más feliz y con más paz al final de la práctica, sabrás que tu meditación fue exitosa.

 

Consejos

  1. No permitas que tu voz interna se escabulla y entre en tu mente. Obsérvala, no la asocies con tu meditación.
  2. Es fácil perder la noción del tiempo cuando se medita. Estar preocupado por el tiempo puede ser un elemento distractor durante la meditación. Algunas personas consideran mejor programar una alarma para que suene cuando termine el tiempo de meditación. Elige una alarma suave. Si es muy ruidosa, el aviso que anticipa el final podría distraerte.
  3. Cuando no estés meditando, haz un esfuerzo por ser gentil tanto respecto a tu humor como a tus pensamientos. Notarás que te sentirás más calmado, feliz, con la mente más ágil durante los días que meditaste y notarás que estas cualidades decrecen cuando no medites.
  4. No esperes resultados inmediatos. El propósito de la meditación no es convertirte en un experto de la noche a la mañana. La meditación funciona mejor cuando se realiza por sus propios beneficios, sin buscar solamente los resultados.
  5. Meditar durante largos periodos de tiempo ha demostrado tener muchos resultados favorables y su práctica continua vale la pena. Algunos de los beneficios son: incrementa la consciencia y concentración, reduce la tensión, proporciona un estado de ánimo más calmado y relajado, mejora la memoria e incrementa la materia gris (neuronas) en varias partes del cerebro.
  6. Opta por lo que funcione mejor para ti. Lo que funciona para algunos puede incluir algunas técnicas que no funcionen para ti. No dejes que eso te desanime. Recuerda, ¡relájate!
  7. Si deseas meditar y te sientes exhausto, cansado, adolorido o simplemente tenso, al punto de que intentas meditar pero no puedes, intenta hacer algo relajante. Da un paseo o sal a correr, luego date un baño. Esto ayudará a que liberes las tensiones. Luego, vuelve a intentarlo.
  8. Con una buena postura, te será más fácil respirar, ya que tus pulmones tendrán más espacio. De hecho, notarás cómo la mayoría de los músculos del torso te ayudan a respirar mejor, desde el músculo en la base de la pelvis, hasta los músculos del cuello, centrados en el músculo principal para la respiración, el diafragma. Los músculos trabajarán un poco para ayudar al diafragma. Si lo notas, es una buena señal de que estás en la postura adecuada. La postura adecuada es fácil y cómoda. Casi podrás sentir que estás flotando.
  9. Si te cuesta meditar durante el periodo de tiempo que elegiste, prueba meditar por un tiempo durante lapsos menores. Casi cualquier persona puede meditar durante un par de minutos sin que le sobrevengan pensamientos que lo interrumpan. Entonces, a medida que las aguas de tu mente se calmen, poco a poco prolongarás tus sesiones de meditación, hasta que logres el periodo de tiempo deseado.
  10. Algunos beneficios de la meditación no son tan perceptibles para la mayoría de las personas, por ejemplo, poder dormir, luchar contra las adicciones o combatir las perturbaciones mentales.
  11. Recuerda que debes meditar totalmente descalzo sin zapatos y sin calcetines.

 

Fuente: wikihow.com

 

Cómo orar

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Método 1: Técnicas para orar

 

  • Ora diariamente en un lugar habitual y en un horario regular. Busca horarios y lugares regulares en los que puedas descansar y tomar tiempo libre para orar. Por ejemplo, busca un lugar tranquilo en el edificio del trabajo en donde puedas ir a orar durante los recesos. También puedes salir a la naturaleza y buscar un lugar cerca de un gran árbol en algún parque. Puedes marcar un horario habitual en tu agenda para ir a este lugar.
  • Establece una alarma diaria en tu teléfono o crea un correo electrónico recordatorio que se repita.
  • Ve al lugar en el que haces tus oraciones y siéntate ahí hasta que estés listo para orar.

 

  • Adopta la postura que te haga sentir más cómodo. Por ejemplo, arrodillarse, cruzar los brazos enfrente de uno y cerrar los ojos para orar, es una posición que se recomienda.
  • Prueba diferentes posturas dependiendo de dónde estés. Por ejemplo, si oras en un parque puedes cruzar las piernas y poner las manos en las rodillas.

 

  • Expresa gratitud y habla con Dios, ya que él es tu padre y te ama.
  • No exijas cosas, en vez de eso, pídele ayuda para tener guía, paz y alivio. Cuando ores a Dios a través de Jesús, termina la oración diciendo “en el nombre de Jesús”.

 

  • Trata de hacer que cada dedo de tus manos representen una parte importante de la vida que necesite atención en la oración. Reza por tu familia, por tus profesores, por los funcionarios del gobierno, por los pobres y por ti mismo.
  • El pulgar puede representar a tu familia y a las relaciones cercanas que te respaldan. Es el dedo más robusto y por eso representa a la familia.
  • El dedo índice, como un dedo que señala, puede ser el dedo que represente a la guía en tu vida o puede representar a los que te muestran el camino y te ayudan. Por ejemplo, pueden ser los jefes, los pastores, los profesores, los mentores, los amigos e incluso los que te proveen de atención médica, como los doctores y las enfermeras.
  • El dedo medio es el dedo más largo en tu mano y se puede usar para recordarte que ores por las personas que tienen poder en tu país y en el mundo: los funcionarios de gobierno, los líderes mundiales, los políticos, etc.
  • El dedo anular es el dedo más débil y, por eso, puede recordarte orar por las personas que sufren pobreza y cualquier enfermedad que quisieran no tener.
  • El último, el meñique, te representa a ti. No te olvides de orar por ti.

 

  • Experimenta con formas de orar para saber cuál funciona mejor para ti. Usa objetos o reproduce música para que puedas concentrarte en tu oración. Por ejemplo, si eres una persona visual, ora mientras observas una pintura hermosa. También puedes leer un libro o escribir en un diario. No trates de adaptarte a ningún molde de lo que crees que una oración debe ser.
  • Tal vez necesites hacer algo con las manos mientras haces la oración. Puedes usar una cuenta de rosarios y repetir oraciones por cada cuenta o puedes bosquejar flores en tu cuaderno mientras oras.
  • También puedes cantar tus oraciones. Cantar oraciones puede ser una manera jubilosa de expresar tus sentimientos de una forma externa.

 

Método 2: Reza el Padre Nuestro

 

  1. Debes conocer el contexto del Padre Nuestro. Esta oración está dirigida a Dios; sin embargo, en Juan 10:30, Jesús dice “Yo y mi Padre somos uno”.
  • El Padre Nuestro se encuentra en Mateo 5:7. Estos pasajes también contienen el sermón de la montaña y las bienaventuranzas (bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados). El sermón de la montaña trata de la importancia que Dios pone en la vida interna en contraste al hecho de tener una religión de apariencias.
  • Por ejemplo, en Mateo 6:5, Jesús dice “Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres”.

 

  1. Por ejemplo, escoge ir a tu habitación, cerrar la puerta y orar ahí a Jesús. Esta es una de las instrucciones de Jesús en Mateo 6:6 sobre cómo orar. Jesús continúa diciendo “…y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”. Busca una habitación o un lugar privado en el que puedas estar a solas y ora a Dios ahí. Siéntete reconfortado por la presencia de Dios “que ve en lo secreto”.
  • Este no es el único lugar en el que puedes orar. También puedes “orar sin cesar” (en cualquier lugar en el que estés puedes estar en oración) como Pablo escribió en 1 de Tesalonicenses.

 

  1. Mantén coherente la recitación del Padre Nuestro. Jesús en Mateo 6:7 dice “Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería”. Durante este tiempo las personas pueden orar por medio de ciertos rituales, recitaciones y conjuros, pero tú no necesitas eso para orar a Jesús.
  • Además, no necesitas hablar de tus problemas cuando recitas el Padre Nuestro. Cuando ores en general o en un momento distinto, puedes hablar con Jesús acera de tus problemas.
  • Jesús continúa el versículo anterior con esta advertencia en el versículo 8: “Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis”.

 

  1. Medita en el Padre Nuestro. Puedes lees el Padre Nuestro en voz alta o para ti mismo. Léelo lentamente a fin de que el significado de cada verso pueda calar en tu corazón. En Mateo 6:9-13, Jesús dijo “Vosotros, pues, orad de esta manera: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy el pan nuestro de cada día. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén”.
  • “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” te ayuda a dirigir tu atención a Dios, que está más allá de tu capacidad de ver o comprender.
  • “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” te ayuda a formar una actitud de disposición con respecto a tomar parte en lo que se hace en la Tierra y a tener un compromiso con el mundo que te rodea.
  • “Danos hoy el pan nuestro de cada día. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores” significa que confías en la bondad de Dios para proveerte de las cosas que necesitas. También debes olvidar las cosas que la gente necesitada te debe, de manera que no debes exigir el pago. No olvidar las deudas de los pobres es algo que desagrada a Dios, pues Él te perdonó una deuda de pecado que nunca podrías pagar.
  • “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” puede significar diferentes cosas para diferentes personas. No todos comparten las mismas cosas que hacen que desearían no hacer. Sin embargo, sea lo que sea con lo que luches, pide a Dios ayuda para superar esas cosas.
  • “Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás” no se encuentra en los primeros manuscritos; sin embargo, puede cerrar tu oración y hacer que te vuelvas a concentrar en la naturaleza imponente de Dios.

 

Método 3: Benefíciate emocionalmente de la oración

  1. Habla con Jesús acerca del enojo y de las emociones difíciles. Puedes usar tus oraciones a Jesús para contarle sobre las situaciones difíciles que atraviesas en la vida. La oración puede ser beneficiosa para enfrentar emociones como la frustración y el dolor. Si puedes descargar tu enojo durante la oración en vez de en la vida diaria o en tus relaciones, entonces puede convertirse en un apoyo emocional que puedes usar para calmarte.
  • Cuando algo malo te sucede (por ejemplo, si pierdes el trabajo), puedes orar a Jesús para que te ayude a procesar las emociones y encontrar alivio para el estrés. Habla con él de tu frustración, de tu enojo o de tu temor con respecto a esta pérdida.
  • Puedes usar los Salmos como guías para orar a través de las circunstancias difíciles. Por ejemplo, en el Salmo 4, el salmista pide que Dios alivie su angustia.

 

  1. Debes estar seguro de que Jesús te ama. Recuerda que Dios te hizo a su imagen, que Jesús te ama y que su Espíritu te acompaña en el camino. Él quería que escojas el arrepentimiento, que busques agradar a Dios y que le reconozcas en todo lo que hagas, tal y como eres: libre de escoger seguir su plan para la salvación. Cuando te cueste amarte a ti mismo, recuerda que Jesús vino a la Tierra y murió, en parte, debido a su gran amor por ti. Su gracia sobrepasa todo entendimiento.
  • Recuerda lo que dice en Juan 15:11-13: “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto. Este es mi mandamiento:

que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado. Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos”.

 

  1. Comprende con una luz distinta las cosas difíciles que te han ocurrido. En tus oraciones a Jesús tienes una oportunidad de reconsiderar la razón por la que te han ocurrido ciertas cosas. Quizás cuando reconsideres las circunstancias serás capaz de entender cómo Dios ha usado algo malo en tu vida para algo bueno.
  • Por ejemplo, tal vez el hecho de perder tu trabajo te ha permitido pasar mucho más tiempo con tus hijos.
  • Considera las bienaventuranzas. Jesús, en el sermón del monte (Mateo 5:1-12), dice “Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados. Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra”.

 

  1. Concéntrate en tu conexión con Jesús en los momentos duros. Ir a Jesús en oración cuando atraviesas momentos difíciles puede protegerte de las emociones negativas que experimentas. Por ejemplo, si alguien que amas está en cirugía, es probable que necesites tomarte un momento y volver a enfocarte en Jesús y tener alivio y fortaleza en su presencia.
  • Aunque debes usar a Jesús como un apoyo, sigue apoyando a los demás y también permite que los demás te apoyen. Sigue acompañando a tus seres queridos y comparte con ellos la rutina, el gozo y el dolor que tú o ellos experimentan.

 

  1. Piensa en cómo Jesús actuaría en la situación en la que estás. Puede ser útil usar el modelo de Jesús y sus prácticas del amor y la compasión para que puedas tener la comprensión de lo que necesitar enfrentar en la vida. Mientras ores sobre las circunstancias de tu vida, considera las formas en las que Jesús respondería.
  • Si tienes una dificultad en el trabajo con alguien que ha obstaculizado tu carrera al recibir la promoción que deseabas o merecías, puedes pensar acerca de cómo habría respondido Jesús a esa situación. Por ejemplo, en Lucas 6:27, Jesús dice “Pero a vosotros los que oís, os digo: amad a vuestros enemigos; haced bien a los que os aborrecen”.

 

Fuente: wikihow.com