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Universitarios tienen vocabulario de 200 palabras

 Los jóvenes logran expresarse con un acervo muy reducido de vocablos.

CIUDAD DE MÉXICO. Los universitarios mexicanos hacen un pobre uso del idioma español y llegan a tener un vocabulario cotidiano de tan sólo 200 palabras, aseguró hoy un especialista de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Esto se debe a la falta de lectura y a la influencia de los medios de comunicación, en particular los principales programas de televisión, que se ciñen a “una moda” de hablar con muy pocas variantes, dijo el director del Departamento de Letras de la institución, Arnulfo Herrera.

Explicó que los jóvenes logran expresarse con un acervo muy reducido de vocablos, utilizando una misma palabra con diferentes significados, pero añadiéndole diferente entonación y sentido.

Algunos de estos términos recurrentes son mexicanismos como “güey” (tipo, individuo), “neta” (verdad), “chido” (excelente, sensacional) u “onda” (asunto, tema).

El académico destacó la importancia que el dominio verbal tiene para el pensamiento y lamentó que “la gente no se percata de esto hasta que lo requiere; por ejemplo, al leer a un filósofo o querer expresar una idea”.

Herrera no hizo mención de ninguna encuesta para sustentar su hipótesis.

Herrera dijo que “nadie en su sano juicio puede creer que una lengua pueda defenderse, pues son organismos vivos que morirán algún día o se transformarán en otras”.

Fuente: EL INFORMADOR

Tarjeta de débito en línea: ¿cómo funcionan y de qué manera solicitar una?

No hay nada misterioso en torno a una tarjeta de débito en línea. Con sus logotipos de Visa y MasterCard, puede parecer que se hacen pasar por tarjetas de crédito, pero la gran diferencia es que no extraen dinero de la misma fuente. Mientras una utiliza lo depositado en una cuenta corriente, la de crédito usa lo que el banco le “presta”.

Asimismo, al tener una tarjeta de débito en línea se tiene la opción de obtener efectivo cuando se realiza una compra. Esto es como acceder a un cajero automático al mismo tiempo que se compra: simplemente se consolidan las transacciones.

Como se puede ver, el proceso básico de una transacción con tarjeta de débito en línea no es complicado. Pero, ¿por qué elegiría usar una tarjeta de débito en lugar de una de crédito?

Tarjetas de débito vs. tarjetas de crédito

La mayor ventaja de las tarjetas de débito sobre las tarjetas de crédito es que no necesitas preocuparte por las tasas de interés, las facturas mensuales ni los cargos financieros. Esto es debido a que una tarjeta de débito usa solo el dinero que realmente tiene y no se acumula una deuda inmanejable al usarla, como podría hacerlo con el uso no controlado de una tarjeta de crédito.

Las tarjetas de crédito, después de todo, acumulan intereses sobre los saldos impagos. A menos que se paguen por completo los plazos estipulados, siempre terminará pagando más por un televisor, por ejemplo, de lo que realmente cuesta.

Los límites de las tarjetas de crédito suelen ser bastante altos, a veces significativamente más elevados que el saldo mensual promedio en la cuenta corriente. Si no se  tiene cuidado, el saldo de puede crecer sin control. El límite de su tarjeta de débito, por otro lado, es lo que se tenga disponible en la cuenta corriente.

Otra de las ventajas de la tarjeta de débito es lo fácil que es adquirir una. Se puede obtener prácticamente cualquier cuenta corriente y lo mejor es que la mayoría de las veces no requiere una investigación sobre el historial crediticio del interesado.

Una cuestión de conveniencia

Según un estudio de la Junta de la Reserva Federal de Estados Unidos, el 88,1 % de los titulares de tarjetas de débito utilizan tarjetas de débito por su comodidad, mientras que solo el 5,8 %  las usan para vincular sus hábitos de gasto.

Sin duda, es algo que debería ir cambiando, pues son verdaderamente una gran herramienta para debitar los gastos mensuales y llevar un registro más claro de lo que se ha gastado y en qué.

Elegir usar una tarjeta de débito

Las tarjetas de débito son mejores para compras pequeñas y comunes: unos tacos cuando agarra hambre o la botella de agua de la tienda de la esquina mientras se camina hacia la playa en un día caluroso.

Cuando se trata de artículos grandes como computadoras, televisores y muebles, por lo general es mejor usar una tarjeta de crédito. El principal motivo es que las grandes compras pueden hacer una gran mella en las finanzas, pues es probable que no se pueda pagar todo en una sola vez. Repartido en varios meses de pagos con tarjeta de crédito, el costo de un artículo grande se vuelve más manejable.

Las tarjetas de débito son convenientes tanto para el cliente como para el comerciante. Los cheques pueden ser molestos para escribir, engorrosos para depositar y lentos para liquidar. Por el contrario, las transacciones con tarjeta de débito generalmente se liquidan dentro de las 24 horas.

Además, los establecimientos comerciales aceptan tarjetas de débito con más frecuencia que cheques, y las empresas generalmente pagan menos para procesar pagos con tarjeta de débito que para hacerlo con las de crédito.

FUENTE IMÁGENES: UNSPLASH

Harvard confirma la razón por la que no debemos bañarnos todos los días

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Una nueva investigación de la Universidad de Harvard ha confirmado el motivo por el que no debes bañarte a diario.

La higiene personal es una de las partes más importantes en el día a día de una persona. Ducharnos y asearnos todos los días del año es algo que ha ido ganando cierto peso con el paso del tiempo, sin embargo, la Universidad de Harvard asegura que esta práctica no es tan saludable como todos pensábamos.

Esta investigación liderada por el doctor Robert H. Shmerling, editor de Harvard Health Publishing, confirma que para muchas personas bañarse está más relacionado a los hábitos y normas sociales que con un beneficio real de higiene.

De esta manera, asegura que entre las principales razones para darnos una ducha diaria se encuentran las preocupaciones del olor corporal, el dárnosla para espabilarnos por la mañana o luego de cualquier actividad física.

Harvard confirma cada cuanto tiempo debemos de ducharnos

En palabras del investigador de la Universidad de Harvard, no existe un tiempo concreto de cuando debemos de ducharnos, pero en la mayoría de personas es suficiente varias veces por semana. De hecho, también aseguró que es necesario reducir las duchas a menos de cinco minutos centradas en ingle y axilas.

Eso sí, si la persona se encuentra sucia o sudorosa por otras razones, lo ideal es ducharnos nada más sentir que nuestro olor corporal se ha agriado un poco. En este sentido, debemos de mirar por nuestra higiene y darnos una ducha lo antes posible.

“Sin embargo, cuando se trata de preocupaciones sobre la salud, no está del todo claro que una ducha diaria consiga mucho. De hecho, una ducha diaria puede incluso ser perjudicial para su salud”, escribió el médico en su artículo.

Precisamente, asegura que para que la piel esté sana necesita mantener una capa de grasa y un equilibrio de bacterias y microorganismos, mismos que se pierden al lavar y restregar el cuerpo con agua caliente, como ocurre en todas las duchas.

Esto son los problemas de bañarnos frecuentemente

Entre los problemas que puede provocar ducharnos o bañarnos todos los días se encuentran los siguientes:

  • La piel seca y agrietada puede provocar que las bacterias y los alérgenos produzcan infecciones de la piel y reacciones alérgicas.
  • La piel puede secarse, irritarse o picar.
  • Los jabones antibacterianos pueden matar las bacterias normales alterando el equilibrio de los microorganismos en la piel y fomentando la aparición de organismos más resistentes a los antibióticos.
  • Daña la memoria inmunológica, ya que el sistema inmune necesita una cierta cantidad de estimulación por microorganismos normales, suciedad y otras exposiciones ambientales para crear anticuerpos protectores.

De hecho, desde Harvard afirman que los baños o duchas todos los días pueden reducir la capacidad del sistema innmunológico de hacer su correcto trabajo.

Autor:  Daniel Saldaña

Fuente: tododisca

¿Cómo cuidar tu dinero ante la peor inflación de los últimos 20 años?

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La inflación seguirá aumentando y te restará poder de compra, advierten expertos.

La mejor estrategia que pueden adoptar los asalariados para defender su poder adquisitivo ante la escalada de precios de los últimos 20 años consiste en cuidar su empleo, prepagar deudas y no adquirir nuevos préstamos, además de hacer un balance de los ingresos para no dejar que los gastos los superen.

Economistas aconsejan, en la medida de lo posible, elevar ingresos y lograr ahorros suprimiendo los llamados ‘gastos hormiga’, pero también evitando desperdicios de luz o agua en el hogar.

Los expertos advierten que la inflación seguirá aumentando en diciembre y podría concluir 2021 por encima de 7 por ciento anual, lo que sin duda restará poder de compra al consumidor, a quien le espera nuevamente una difícil cuesta de enero de 2022.

El asesor empresarial y patrimonial, Pedro Tello, expone que cuando de administrar mejor nuestro dinero se trata, la primera pregunta que debemos responder es: “¿estoy gastando menos o más de mis ingresos?”.

Después se debe hacer una lista con dos columnas de prioridades de gasto: en la primera columna, se pueden poner las erogaciones ineludibles, como la luz, alimentos, gasolina, renta y colegiaturas; en la segunda columna, los gastos que podrían resultar superfluos en un momento de recorte de ingresos, como pueden ser los servicios de TV o cine de paga, para prescindir de aquellos que no son básicos.

“Si tienen una deuda, páguenla, sobre todo si son a tasa variable porqué el interés cada vez subirá más, y si reciben un aguinaldo, anticipen pagos”, recalca.

Inversión contra inflación

Juan Luis Ordaz, director de Educación Financiera en Citibanamex, expresa que ante la elevada inflación debemos proteger el dinero, invirtiéndolo, buscando generar más ingresos, o teniendo una administración adecuada, para que el efectivo no se esfume.

Para evitar que el dinero se vaya, primero es necesario conocer el ingreso y el gasto. Lo más adecuado es tener un registro diario de nuestras percepciones y gastos, para tomar decisiones adecuadas con él, porque muchas veces no sabemos en qué lo estamos empleando.

Podemos hacer una clasificación por grandes rubros, por ejemplo, lo que estoy gastando en transporte, en despensa, educación, etcétera.

“Hay gastos que son ineludibles, pero otros pudieran ser innecesarios; hay estudios que señalan que el 10 por ciento del gasto de los mexicanos pudiera tratarse de erogaciones hormiga”, indica.

“Se pueden generar ahorros en la misma casa, en ocasiones no nos damos cuenta que estamos gastando de más: por ejemplo, podemos apagar la luz siempre que no la utilicemos, enjabonar los trastes todos a la vez y luego enjuagarlos todos; son medidas que podemos tomar dentro del hogar para poder ahorrar”, abundó.

Si se tienen ahorros monetarios las personas deben definir en qué instrumentos financieros invertirlos, analizando previamente cuándo se va a necesitar el dinero y el riesgo que estén dispuestos a tomar.

Si lo único que se quiere es proteger el dinero para que no pierda poder adquisitivo ante la inflación, se pueden buscar instrumentos de ahorro e inversión que aseguren que el rendimiento sea igual o mayor al alza de los precios.

Autor: Felipe Gazcón

Fuente: El Financiero

Mover las fichas

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¡Tenemos libro nuevo!

Laura Sámano, una maestra polivalente con la que estuve trabajando en mi centro, acaba de publicar su libro: «Mover las fichas: Cómo sacar partido a los juegos de mesa para llevarlo a la vida cotidiana» y he tenido el privilegio de participar escribiendo el prólogo.

El libro aborda el entrenamiento de las funciones ejecutivas a través de los tradicionales juegos de mesa. Teniendo en cuenta que el desarrollo de las funciones ejecutivas es una asignatura pendiente de la mayoría de las escuelas, la autora aborda esta temática de una forma muy amena a través de Alexander, el personaje que nos acompañará a lo largo de la narrativa.

En definitiva, es un libro perfecto para docentes, familias y estudiantes de cualqueira de las ramas de ciencias de la educación.

Laura Sámano es maestra de primaria, con mención en inglés y pedagogía terapéutica, además de psicopedagogía y máster en atención a las necesidades educativas especiales de infantil y primaria.

Autor: Javier Gaviño

Fuente: Ideas para profes

COSAS QUE NUNCA HARÍAS A UN ADULTO

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COSAS QUE NUNCA HARÍAS A UN ADULTO

  • Obligarle a darte un beso.
  • Obligarle a terminarse la comida de su plato.
  • Obligarle a ir al baño antes de subir al coche.
  • Obligarle a recoger su despacho…
  • Darle un beso aún si se aparta de ti.
  • Tocarle o pellizcarle la mejilla.
  • Tocarle el culo o el pelo sin pedirle permiso.
  • Limpiarle una mancha en la cara con tus dedos mojados en tu saliva…
  • Dejarle llorar y no consolarle si te mira fijamente.
  • Pedirle que preste su coche, su teléfono, su ordenador a otro adulto que acaba de conocer.
  • Decirle que hable cuando prefiere escuchar.
  • Hacerle repetir una y otra vez su nombre, su edad, los colores, los números…
  • Amenazarle con tirar su ordenador o cosas personales si no las saca del comedor.
  • Amenazarle con no ir a practicar su deporte favorito si no ayuda en las labores de casa.
  • Amenazarle con no ver su serie o película favorita si no hace algo que tu quieres.
  • Amenazarle en no comprarle algo que desea o necesita si no termina de cortar el césped el sábado por la mañana…

¿PORQUÉ SEGUIMOS TRATANDO A LOS NIÑOS COMO NUNCA TRATARÍAMOS A UN ADULTO?

Un niño merece el mismo respeto que un adulto !!!!!

Feliz día.

Fuente: Yvonne Laborda

¿QUÉ TIPO DE VIOLENCIA HUBO EN NUESTRA INFANCIA?

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En tu infancia pudo haber varios tipos de violencia…

Podemos hablar principalmente de dos tipos: Una más visible (violencia activa) y otra completamente invisible (violencia pasiva)…
Algunos ejemplos serían: 

– VIOLENCIA ACTIVA (la más visible):golpes, bofetadas, palizas, patadas, duchas frías, gritos, abuso sexual, insultos, humillaciones…

– VIOLENCIA PASIVA (la más invisible): desprecios, silencios, dejarnos de hablar, rechazo, castigos, amenazas, hacernos el vacío, ignorarnos, chantaje emocional, quejas, victimismo, críticas, juicios, abuso emocional psicológico…

Aparentemente podemos pensar que la violencia activa es peor, que deja más huellas y heridas, que lastima más o que incluso es más difícil de sanar. No obstante, no siempre es así ya que la violencia activa es más fácil de ver y reconocer.

Nadie niega una paliza o un abuso o un grito. Está allí y se identifica. No se puede negar. Lo que nos deja más herida y secuelas a largo plazo es lo que negamos.

Cuando no somos conscientes de algo es cuando lo solemos perpetuar una generación más. Lo que más lastima y provoca futuras reacciones emocionales automáticas es todo aquello que negamos y mandamos a la sombra para no sufrir al revivirlo y recordarlo.

Negar y olvidar los hechos y las experiencias vividas en infancia ayuda al niño a sobrevivir, pero no al adulto a sanar. 

Transformar, nombrar y sanar la violencia visible es más posible, fácil y rápido ya que la identificamos. La violencia pasiva suele quedar negada, invisible y nos deja con una gran sesión de confusión.  

La violencia pasiva al ser invisible, nadie la nombra y incluso se niega. Es silenciosa y puede pasar totalmente desapercibida si nadie toma conciencia, ni le hace de testigo al niño que la padece. 

La violencia pasiva al no ser nombrada no existe para la psique infantil. El niño no la puede identificar, por tanto nos deja más vulnerables, con más huellas y heridas, más inseguras y dependientes emocionalmente sin saber, ni comprender porqué nos sentimos así.

Podemos incluso llegar a pensar que como no hubo abusos sexuales, ni palizas, ni maltrato explícito en nuestra infancia que la pasamos felices.

Esto no es verdad (en absoluto) desde la vivencia real infantil de la niña que fuimos. No tener la presencia de mamá, recibir su rechazo, que nos ignorará, que antepusiera sus necesidades a las nuestras la mayor parte del tiempo, tener que complacerla, mirarla, agradarla, obedecerla, que siempre estuviera ocupada, que nunca tuviera tiempo para nosotras, que la molestásemos cuando necesitábamos estar con ella… y un largo etc…  sí era violento para la psique infantil. 

Era doloroso para nosotras, pero NADIE nombró este hecho. Nadie nombró lo solas, desamparadas y desesperadas que estábamos, ni lo mucho que nos faltó mamá, por tanto esa vivencia fue ignorada y negada.

Parece que no existía desde lo intelectual para nosotras pero sí la vivimos y experimentamos desde lo emocional. Sí pasó, sí estuvimos solas y abandonadas. Sí hubo violencia pasiva aunque nadie la nombrara.

No obstante, todo nuestro cuerpo emocional si lo recuerda y lo demuestra, por ejemplo, a través de expresarlo con nuestras reacciones emocionales automáticas contra nuestros propios hijos o nuestra pareja. También lo veremos a través de nuestra inseguridad, nuestra rabia, ira, enfado y malestar interno. 

El primer paso para poder cambiar, mejorar, transformar y sanar todo esto es no negarlo y tomar conciencia de nuestra verdad. Sea la que sea. La verdad no es mala ni buena, simplemente es la que es. 

Son muchas centenares las madres que he ayudado a lo largo de todos estos años a sanar sus propias infancias.

Quizás tu infancia fue feliz de verdad, y tuviste una madre presente, atenta, cariñosa, jugaba contigo, te escuchaba y te respetaba.

Quizás hayas negado vivencias para sobrevivir o quizás seas totalmente consciente del grado de violencia que has sufrido.

Lo verdaderamente importante no fue todo lo que te pasó o te hicieron, sino cómo te afectó, qué hiciste con ello, cómo te sigue afectando y qué puedes hacer hoy para sanar y mejorar tu vida. 

Fuente: Yvonne Laborda

Dejarles ser ahora. El futuro ya vendrá

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Muchos tenemos la impresión de que sino forzamos a los niños o no les motivamos o no les hacemos trabajar duro no llegaran a ser «alguien» en la vida o en un futuro. Para muchos adultos la vida quizás sea dura o quizás, simplemente, es que la ven y la viven como dura por que la miran desde esa prespectiva. Aún teniendo o viviendo una vida difícil no es suficiente razón ni excusa valida para hacerles a ellos (los niños) la vida imposible o difícil. Si les forzamos dejan de tener interés por tanto pierden toda motivación intrínseca (la que viene de dentro, de nuestro corazón) .

He oído alguna vez decir a algún padre/madre: «Yo tengo que madrugar e ir a trabajar todos los días, hacer cosas que no me gustan…, pues ellos también tienen que prepararse para lo que les tocará vivir en esta vida». Alguien que habla y piensa así ya da por sentado que su hijo/a también va a tener un trabajo que no le guste, que madrugar es «malo», y lo peor de todo es la imagen que proyecta de infelicidad y negatividad hacia su hijo/a. Lo único que le esta enseñando este/a padre/madre a su hijo es que hacerse mayor no es algo agradable y que uno debe esperar de antemano no ser muy feliz y deber hacer cosas que no nos gusten.

Si queremos adultos felices, que vivan la vida que quieren vivir, enamorados, que amen aprender y que sean realmente ellos mismos y no lo que sus padres un día planearon para ellos debemos dejar que los niños sean niños de niños: AHORA, y dejar de prepararlos para algo que quizás no llegue nunca. Una necesidad futura no es en si una necesidad autentica. No podemos saber de ninguna manera que va a necesitar una persona a los 15, 20, 30 o incluso 40 años. Es absolutamente imposible saberlo.

Vivamos nuestra vida lo más felizmente posible. Que nos vean felices y con ganas de hacer cosas. Si amamos nuestro trabajo y ellos lo ven y lo sienten así no pensaran jamás que trabajar es algo malo, monótono, aburrido, pesado… Trabajar podría llegar a ser, si nos lo proponemos, algo por lo que sentirnos útiles: hago algo por alguien, ayudo… Aunque tengamos un trabajo considerado «inferior» por otras personas, bien seguro que ellas no lo haría pues aquí estamos nosotros para servirles y hacerlo por ellas con ilusión. Bien seguro que ellos con su trabajo también nos sirven directa o indirectamente. Hay muchos doctores, abogados, ingenieros… (por citar algunos trabajos considerados superiores) muy infelices y tristes y por el contrario somos muchas las mamás que educamos en casa felices y contentas (por citar una profesión considerada inferior: ama de casa). De nosotros depende. Ese es el mejor mensaje que les podemos mandar a nuestros hijos hoy. Que hagan lo que hagan lo importante es cómo se sienten al hacerlo y no lo que otros puedan pensar.

No podemos cambiar el mundo pero si podemos cambiar la visión que tenemos de el. Y también podemos cambiar «nuestro» mundo y así atraer hacia nosotros más de lo que deseamos, necesitamos y queremos.

No es tan difícil soltarnos. Lo primero y más importante, en mi opinión, es confiar en ellos. No ciegamente sino con total certeza de que ellos saben mejor que nadie lo que necesitan en cada momento de su vida tanto a nivel emocional (caricias, contacto, brazos, mirada, besos, palabras de amor: TE QUIERO…) como cognitivo (letras, números, conocimientos varios…). Casi siempre vamos a tener la sensación, impresión… de que algo no va del todo bien, o que esto con mi hijo no funciona por que es tan… o tiene tal… o cual… pero, sinceramente, pienso que no tenemos ni la más remota idea de lo que es SER siendo niño. A ninguno de nosotros (quizás alguno) se nos dejó SER plenamente de niños por lo tanto es muy difícil que nosotros podamos saber que es eso y poder soltarnos y confiar. Es más fácil repetir los mismos patrones que hacerlos de nuevo (continuar agarrados). Salirse del rebaño es muy difícil, a menos que estemos dispuestos a cuestionar todo, todo el tiempo. Dentro del rebaño nos sentimos más protegidos y seguros que fuera de el. Pero, y los niños, ¿dónde se sienten mejor? ¿Qué queremos realmente para ellos? ¿Qué continúen siento replicas nuestras y nosotros de nuestros padres y nuestros padres de nuestros abuelos…? o dejarlos SER y disfrutar de verlos y estar allí presentes en cuerpo y alma para cuando nos necesiten, nos pidan y así puedan tener la certeza de que jamás estan solos sino que compartimos la misma vida pero no la vivimos de la misma manera.

Los niños que piensan por si mismos se las arreglan, también, por si mismos. Son más autónomos, más independientes, llegan a tener más recursos, saben pedir ayuda cuando la necesitan o rechazarla cuando no la quieren o no la han pedido Si no controlamos lo que piensan tampoco hace tanta falta controlar su comportamiento. Cuando uno ES y dejado SER no tiene tanta necesidad de aprobación, admiración… uno se siente más seguro. En resumen, cuando nos sentimos bien nos comportamos, también, bien. Un niño que se siente mal, automáticamente, se porta «mal». Querer cambiar la conducta de un niño sin primero averiguar la causa que ha provocado ese comportamiento no lleva a nada positivo. Si eliminamos la causa eliminaremos, también, el comportamiento indeseado. Ya no habrá motivo para comportarse así. Conclusión: Si le hacemos sentir bien se portara bien. Parece que no pueda ser tan simple, ¿verdad? Pues, es así de simple pero casi siempre queremos que hagan o dejen de hacer sin ni siquiera preocuparnos por lo que puedan estar sientiendo o necesitando en ese mismo instante. Es (siempre) más importante lo que nosotros queremos y sentimos en ese momento.

Fuente: Yvonne Laborda

¿Esto que hacemos es Unschooling o no?

No hay una forma correcta o incorrecta de practicar el Unschooling.

He oído todo tipo de comentarios sobre qué es y qué no es el Unschooling. Que manía tenemos con querer hacer o practicar algo siguiendo no sé qué pautas o formas… Algunas mamás me han preguntado que si proponer alguna que otra actividad valdría. Que si eso se podría seguir llamando Unschooling. No pasa nada por proponer siempre y cuando el niño tenga la libertad de escoger hacerlo o no. «Y si le enseño las consonantes, vocales, los números, le pongo sumas…» «Eso se consideraría unschooling o ¿no?.» Yo le preguntaría a la mamá si ha sido el niño quien primero ha mostrado interés por las letras o números o si ha sido ella la que quiere enseñárselo. Si el niño ha mostrado primero ese interés, ¿Qué problema hay con mostrarle lo que parece interesarle?. Muchos piensan que si una mamá o papá es Unschooler no da clases, no enseña… Confundimos cosas, creo yo. Unschooling no es algo que se haga al niño o algo que no debamos hacer al niño. Supongamos que tenemos a dos madres explicando a sus hijos respectivamente cómo se escribe su nombre o cuantas monedas de 10 céntimos hacen un euro o por qué es mejor hacer algo así a asa. Ahora os digo que una es unschooler y la otra no. No olvidemos que las dos dicen y hacen lo mismo en los dos ejemplos. ¿Cómo es posible, sino se diferencian en nada?, dicen lo mismo, ponen los mismos ejemplos, utilizan los mismos materiales… La única y principal diferencia esta en el interés y motivación intrínseca del niño, en este caso su hijo. La mamá Unschooler le está explicando las letras que forman su nombre por que su hijo lleva unos días preguntando por esos signos y quiere saber cómo se utilizan para formar su nombre. La otra mamá piensa que ese es un buen momento para sentar al niño y empezar a enseñarle las vocales luego las consonantes y luego le dirá que hay que juntarlas… Pero ese niño aun no había preguntado ni mostrado interés por las letras si no que ha sido la mamá con toda su buena intención y voluntad la que ha decidido que los lunes es el mejor día de la semana para hacer lectro-escritura ya que su hijo va a cumplir los 6 dentro de poco. Nadie dice que lo que hace la segunda mamá esté mal. Simplemente esa forma de enseñar no es respetar el ritmo natural del niño ni sus intereses y/o necesidades si no las muestras, eso no es Unschooling. En cambio la primera mamá todo y parecer que hace lo mismo, no podemos olvidar, omitir el gran detalle de que primero el nene/a ha «pedido», ha mostrado interés, ganas de saber… Y lo mismo sucedería con lo de las monedas. Si un niño lleva tiempo, días… interesado en el dinero, ve a su mamá ir a comprar, da y recibe dinero… A veces solo da una moneda pero luego le devuelven 3 de más pequeñas y de distinto color. Se fijan en todo y un buen día sale la pregunta del millón: ¿por qué hay monedas grandes y pequeñas?, ¿por qué te dan cambio?, ¿Qué vale más el papel o la moneda?, ¿Cuántas monedas pequeñas se necesitan para hacer un euro?…Lo que no sería, tampoco, Unschooling es dejar al niño con sus dudas y no hacer lo posible por responderle y/o ayudarle a resolverlas. Cuando decimos, defendemos y constatamos que aprenden solos de una forma natural, no nos referimos a que les dejemos solos y sin apoyo, ni guía, ni consejo. Con eso queremos decir que no hace falta dividir el conocimiento en asignaturas y decidir nosotros qué y cuándo dárselo para que ellos vayan aprendiendo mates, lengua, historia… si no que todo ese interés por el conocimiento ya sale por si solo a medida que lo van necesitando o se van interesando en ello. Simplemente viviendo y viendo. Seguramente el orden y ritmo en que toda inquietad va saliendo no coincida en absoluto con el currículo escolar y es por esa simple razón que pensamos que debemos dárselo nosotros primero o antes. Muchos padres tienen la sensación de que si se les deja esa libertad por saber y aprender según sus intereses y ritmos se van a perder algo cuando en realidad les estamos quitando todo el gusto de descubrirlo por ellos mismos. El verdadero y único saber viene de dentro, de lo que realmente nos interesa o de lo que un buen día necesitamos saber para obtener algo. El llegar a saber o dominar algo después de haber tenido, primero, el deseo de saberlo es uno de los placeres más valiosos de este mundo. Da mucha satisfacción. Y, en mi opinión, es el mejor (por no decir único) camino para mantener esa curiosidad innata que tenemos todos los seres humanos por aprender. Si no hubiera un currículo escolar, ¿haríamos lo mismo con ellos?, ¿y si nos olvidamos del currículo hasta la edad de 12 o 14?. Siempre estamos a tiempo de dar el conocimiento que se supone que deberían saber. Por cierto, se puede saber quienes son todos esos «expertos» que tienen el poder de decidir qué es lo que nuestros hijos deben o no saber y cuando. Que, por cierto, muy pocas veces coincide con lo que realmente les interesa y/o necesitan. Si todos respetásemos esos ritmos y confiásemos más en los procesos naturales de aprendizaje nos sorprenderíamos de todo lo que son capaces de querer saber antes de esa edad. Quizás para entonces todos nos habríamos convertido en Unschoolers y ya nos sería más fácil seguir en ese camino. Dándoles esa oportunidad de elección sobre su querer saber y la libertad necesaria para poder explorar con seguridad, es el único modo de dejarles ser ellos mismos al máximo con el mínimo de interferencias por nuestra parte y saber y aprender a escucharse y poder decidir en un futuro y tomar serias decisiones sobre qué es lo que quieren o no en la vida. De hecho ese, en mi opinión, es el conocimiento más difícil y valioso de obtener y precisamente no lo obtenemos haciendo lo que otros nos digan o manden si no siendo libres para poder escoger.

¿Te gustaría poder acompañar a tus hijos en su aprendizaje para potenciar sus verdaderas pasiones y talentos?

¿Te estás planteando practicar la educación sin escuela (homeschooling o unschooling ) y buscas inspiración y apoyo?

¿Tu familia ya vive sin escuela y quieres ampliar tu visión y recursos para continuar creciendo?

¿Te estás planteando no llevar a tus hijos a la escuela o desescolarizarlos?

Fuente: Yvonne Laborda

LA VIOLENCIA VERBAL ES ABUSO EMOCIONAL

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Recuerda que las palabras en infancia se nos quedan grabadas en la psique, en el ALMA y el CORAZÓN. Lo que mamá o papá nombra es la verdad absoluta para el niño. 

Cuanto peor tratamos a un niño, peor persona pensará que es. El niño no puede pensar que su madre no le está respetando, pero que en verdad sí merece ser respetado.

Si no le respetamos creerá no ser merecedor de dicho respeto o amor…Si le gritas, si le humillas, si le criticas, si le insultas, si le amenazas… te estás comunicando VIOLENTAMENTE. La comunicación violenta es abuso emocional y nos deja una herida emocional y espiritual (Herida Primaria).

La violencia verbal lástima igual o más que la violencia física. Incluso más al no ser nombrada como tal y parece ser invisible. Cuidemos nuestro tono de voz y cuidemos nuestras palabras.

Si alguna vez tienes una reacción emocional automática contra tu hijo, te invito a disculparte y a explicarle que has sido TU quien se ha descontrolado y que «eso» es algo TUYO y no SUYO… Él no es el responsable de tu descontrol, tu eres la única responsable de lo que haces y dices. Nombra QUÉ te pasa a ti, nombra TU verdadera necesidad y libera a tu hijo de la carga negativa de tu VIOLENCIA.

Autor: Sara Acratart

Fuente: Yvonne Laborda