InicioDesarrolloEspiritualidadOrigen, significado y mística de la Pascua de Resurrección

Origen, significado y mística de la Pascua de Resurrección

Por Fernando Guerra Villasana

Hija querida:

La Semana Santa es la semana de la Pasión de Cristo, cuando se conmemora el vía crucis, la muerte y la resurrección de Jesús. Recuerda siempre que ésta es la fiesta más importante de la cristiandad, puesto que recordamos la misión de cristo en la tierra Almu, misión que es un ejemplo para que todos los seres humanos sigamos como derrotero de vida.

Jesús, en su vida ejemplar de 33 años, realizó acciones empáticas, compasivas, altruistas, amorosas y sanas. Él murió cumpliendo su divina misión, que fue mostrarle al ser humano que la relación con Dios puede ser buena, como buena también puede ser la relación con uno mismo y entre las personas.

Jesús hizo el bien e hizo sentir bien a las personas, y es el ejemplo que nos dejó para seguirle, también ese resultado es lo que él se llevó al morir, y por eso le recordamos y le alabamos. Ese es el camino que hay que seguir para nuestra evolución y nuestra trascendencia en la tierra hija, y para el recuerdo de los vivos y nuestra santificación.

Los actos de espiritualidad que hacemos los creyentes en esta Semana Mayor, oficialmente llamada ´Pascua de Resurrección’, se orientan a la redención (liberación) y el perdón de los pecados, así como a la purificación del alma.

La palabra ‘pasión’ proviene de ´passio´, que en Latín significa ´soportar grandes sufrimientos´. Aquí te describo qué se recuerda y se celebra en cada día de la Semana Santa:

1. El Domingo de Ramos representa la entrada de Jesús a Jerusalén donde todo el pueblo lo recibe y lo alaba como nuestro Dios, es por eso que se llevan las palmas a la iglesia para ser bendecidas,

2. El Lunes Santo se recuerda cuando Jesús cenó en Betania con el resucitado Lázaro. Jesús fue ungido –en presagio de su muerte– de los pies con perfumes por María. 

3. El Martes Santo se recuerda porque Jesús vaticinó la traición de Judas Iscariote, y el apóstol Pedro negó a Jesús tres veces, también predicho por Jesús.

4. El Miércoles Santo se hace un llamado a los fieles por la conversión y la penitencia.

5. El Jueves Santo se bendicen los Santos Oleos que se usan para las confirmaciones en la fe, para los catecúmenos (quienes se instruyen para apenas recibir el bautismo) y para los enfermos. Se recuerda la celebración de la Cena de Pascua, o última cena, con la instauración de la primera eucaristía o primera misa, donde Jesús se quedó con nosotros y nos dejó su cuerpo y su sangre a través del pan y el vino, e instauró también el sacerdocio. En este día se recuerda también el ritual del lavado de los pies como Jesús hizo con cada uno de sus apóstoles en muestra de humildad, compasión, altruismo, generosidad y servicio. Esa noche Jesús se fue a orar y meditar toda la noche al Huerto de los Olivos, cuando fue aprendido a la mañana siguiente.

6. El Viernes Santo se honra la pasión y muerte de Cristo en la cruz para la salvación de todas las almas. Es el día en que Jesús se presenta para interrogatorio ante Herodes (El rey árabe y consorte de los judíos) y Pilatos (El gobernador romano de Judea). Se le martiriza imponiéndole una corona de espinas después de ser flagelado, pero Jesús no cede, entonces se le condena a morir clavado en una cruz de madera. En tus manos encomiendo mi espíritu´ dijo Jesús a su Padre. Este día representa la esperanza del ´perdón´, que Dios padre entrega a las personas, por medio del Hijo. El día se conmemora con un viacrucis solemne en muchas partes del mundo.

7. El Sábado Santo o Sábado de Gloria es un día de luto. Jesús está en las tinieblas, en el inframundo. En este día se acostumbra mantener una vigilia pascual y encender velas en espera del Domingo de la resurrección de Jesús.

8. El Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua es el día más importante y más alegre para la Cristiandad, pues se celebra el regreso de Jesús de las profundidades del Universo.

En aquellos tiempos, y hasta nuestros tiempos, y coincidiendo con la Semana Santa, el pueblo judío celebra la huida de Egipto, éxodo comandado por el profeta Moisés durante 40 años atravesando el desierto, iniciándo la huida con la apertura del Mar Rojo para que pasara el pueblo elegido hacia la tierra prometida, liberándose así de la esclavitud em la que vivia. La tradición cuenta que este hecho ocurrió durante la primera luna llena de primavera. Ese día se fijaba de acuerdo al calendario lunar, y no al calendario solar, y es por eso que cada año cambia también la fecha de Semana Santa hijita. Jesús también nos trae la liberación del pecado y de la muerte sin Dios.

Es importante conocer, querida hija, que desde tiempos inmemoriales, antes de las civilizaciones egipcia o mesopotámica, muchos pueblos celebraban ya las fechas de la primera luna llena como la fecha en que el sol realmente calentaba la tierra y se podía empezar a sembrar con la confianza de que las plantas renacerían a la vida, con la seguridad de que el sol proveería el ´resucitar´ del alimento para procurar la vida. Aquella gente ya mataba un cordero, como símbolo y sacrificio petitorio realizado para asegurar el tener para comer y vivir. Algunas religiones siguen sacrificando un cordero en estas fechas. Jesús mismo y sus apóstoles se reunieron en la última cena para celebrar la Pascua judía, y debieron haber sacrificado un cordero como habitualmente se hacía en la tradición judía, pero todo cambió cuando Jesús anuncia su auto sacrificio como el Cordero de Dios, y los cristianos nunca más volvimos a sacrificar un cordero vivo, sino que recordamos a Jesus todos los años para renacer nosotros también en su ejemplo. 

Pascua es entonces el paso de la muerte a la vida. La Pascua ya se celebraba en Egipto siglos antes de Jesucristo, con otro significado en esa mitología, claro, pero coincidía en el día. La palabra Pascua proviene del hebreo ´Pesáh´ (Pronunciado como: Pésaj), que quiere decir ´salto´ o ‘paso´, o ´transición´ –a la libertad a través de la apertura del Mar Rojo– que otra vez, recuerda el ´salto de fe´, el paso entre la vida y la muerte, la transición entre el evolucionar o el repetir eternamente la misión en la vida hasta superar las pruebas que el Universo nos pone, el salto entre el creer en Dios o el no traspasar lo que se conoce únicamente con la razón, la libertad entre el actuar ante la ley de Dios o el no hacerlo, el paso entre el salvarse y trascender para uno mismo, para la humanidad y para el Universo, o el continuar sin construir, sin aportar y seguir penando. La Pascua es el paso de la obscuridad a la luz, de la muerte a la vida, es la libertad que uno se provee para dejar de ser esclavo y ser libre, es el viaje espiritual para atravesar el desierto y dejar de ser solamente materia para revivir en la luz y en el espíritu eterno y bueno. En este paso, Jesús nos da la oportunidad de seguirlo a través de su ejemplo y estar entonces junto a Dios. 

En muchas partes del mundo se realizan procesiones que personifican el camino de dolor que Jesús hizo hacia su crucifixión, así como su muerte y su resurrección. Se hacen también penitencias, ayuno y abstinencia. 

Almudena hija, así como el nacimiento de Jesús celebrado en el día de la Navidad, del cual ya hablamos el mismo día de Navidad, nos trae como mensaje el nacimiento y la renovación espiritual de uno mismo para buscar ser siempre una mejor persona, así también la pasión o muerte de cristo nos conduce a reflexionar sobre la vida en la virtud y en la bondad que uno debe llevar para siempre hacer el bien y dejar un sentimiento bueno en las personas, pues es lo que dejaremos en los vivos cuando la muerte nos lleve, y ese recuerdo espiritual de quien nos recuerda bien es el alimento nuestro en el más allá, que genera un contacto espiritual y virtuoso entre los vivos, entre los muertos, entre los vivos y muertos, y en todo el Universo.

Algunas de los viacrucis, procesiones y celebraciones más significativas que yo he visto son estas mi niña: Semana Santa en Sevilla, con 57 cofradías participando en procesión de nazarenos y vírgenes, es la celebración de Semana Mayor más hermosa del mundo, con mas de 60,000 espectadores, pocos de ellos abonados en sitios reservados. Las saetas que se cantan desde los balcones al paso de nazarenos y vírgenes ponen la piel de gallina; la abuela disfrutaba mucho de esta tradición, lo mismo que doña Cayetana Fitz. El viacrucis del Cristo de Iztapalapa en la Ciudad de Méjico. La celebración de Semana Santa de la tribu Tarahumara. Las procesiones de viernes santo en Taxco, en San Luis Potosí y en Querétaro. Es muy impresionante el Via Crucis alrededor de la Basílica de San Pedro en Roma, así como la Santa Misa de Domingo de Resurrección en el Vaticano. En Florencia el Scoppio del Carro es tirado por bueyes blancos desde la plaza del Prato hasta la Catedral. En Bormio, localidad de Sondrio, al norte de Italia es curioso el rito donde se sacrifican aún cinco corderos en gran fiesta. También es interesante la pagana tradición del Easter Egg Hunt en los Estados Unidos, donde se esconden huevos de gallina decorados para los niños en recuerdo antiguo de la entrada de la primavera.

Ama hija la Semana Santa entonces, pues representa tu oportunidad voluntaria para salir de la esclavitud de lo material y pasar a la libertad de lo espiritual. Representa tu elección de pasar a la luz, pero antes descendiendo y ´muriendo´ en tu inframundo, pasando por tu extenso desierto en meditación y soledad, para resurgir en paz contigo misma sin ataduras al mundo, sin miedos, sin apegos, sin culpas falsas, sin maldad y sin mentiras que solamente te lastiman a ti y no escapan a los ojos de Dios… ni a los tuyos por cierto. 

Renace para escucharte, y para actuar con empatía, compasión, altruismo y crecimiento en conciencia. La Pascua de Resurrección representa el salto de fe, el salto de valor y de esfuerzo que tienes que dar antes de que se produzca el milagro de que Dios te ´abra el Mar Rojo´ y te quite de enfrente todos los obstáculos que hay en el camino a tu libertad, de tu evolución, de tu trascendencia y de tu salvación. 

Así como el nacimiento de Jesús celebrado en el día de Navidad nos trae como mensaje la renovación espiritual de uno mismo para tener la fuerza de ser en todo momento una mejor persona, así la pasión o muerte de Cristo, su entrega por amor a nosotros, nos conduce a reflexionar sobre la vida en la virtud y en los actos específicos de bondad que uno debe hacer, iniciando con el perdón, para dejar un mejor mundo, y siempre buenos sentimientos en las personas, pues eso es lo que dejaremos entre los vivos cuando la muerte nos lleve, y ese contacto espiritual de quien nos recuerda bien es el alimento nuestro espíritu en el más allá, alimento espiritual que genera un ´contacto ‘ virtuoso entre los vivos, entre los muertos, y en todo el Universo.

El domingo renuévate y resucita en espiritualidad mi pedacito de cielo.

Te amo hijita.

– Papi

Fuente: Fer Guerra

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