Por Emilio Clemares Lozano
Si dentro de la propia Cataluña existe desinformación acerca de la legitimidad de los argumentos con los que una parte de esa comunidad autónoma pretende justificar su separación de España, cuanto más fuera de sus fronteras. Por esa razón nos acercamos a Emilio Clemares Lozano, doctor en Historia de España, quien escribió para Mira un interesante artículo que habla sobre algunas de las perlas que salpican el «particular» relato de la historia que difunde la Generalitat a través de su portal oficial de Internet.
La Web oficial del GAC (Gobierno Autonómico de Cataluña) dice: «Cataluña fue un reino, la Casa de Barcelona se anexionó Aragón en 1137″, y el «rey de Cataluña», Jaime I el Conquistador, creó los «Países Catalanes».
En su afán por hacer valer un pretendido carácter histórico de «nación» y de «estado» catalán, el sitio de la Generalitat se explaya en un relato en el que vapulea la realidad y llega a afirmar que adquirió la soberanía del Reino de Aragón en 1137. Una suerte de supuesta «anexión» -en los rótulos de uno de sus vídeos utiliza expresamente este término- que choca con la verdad histórica y con lo que reflejan los archivos regios de la Edad Media, en los que nunca aparece Cataluña como reino, sino únicamente como Condado de Barcelona.
En 1137, el Rey Ramiro II de Aragón pactó el matrimonio de su hija Petronila con el Conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV. Ramiro II (padre de Petronila) no otorgó el título de rey al catalán, sino únicamente le reconoció el de Príncipe, por la vía de este matrimonio. Así, Petronila queda como única titular del Reino, y en documentos oficiales librados por ella se refiere a su marido exclusivamente como Conde de Barcelona. Por mucho que no quieran reconocerlo, los reyes de España son, han sido y serán Condes de Barcelona.
La verdad histórica es que cuando Ramiro II dispuso unir en matrimonio a su hija Petronila con el Conde de Barcelona, dictó una declaración en 1137 en la que, lejos de «ceder la soberanía» de Aragón a Cataluña -como afirma la web de la Generalitat-, el rey aragonés dejó claro cómo se hacía esa unión: «Yo seré Rey, señor y padre en el citado reino y en todos los condados hasta que me plazca».
Casi un siglo después, el Rey Jaime I se expresa oficialmente como «Rey de Aragón y de Mallorca y de Valencia, Conde de Barcelona y de Urgel». Desde el matrimonio entre la Reina Petronila y el Conde Ramón Berenguer IV, Cataluña quedó como un territorio más de la Corona de Aragón. Sin embargo, la web de la Generalitat llega a asegurar que «en 1137, el Rey Ramiro II de Aragón cedió la soberanía de su reino y la mano de su hija, Petronila, al Conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV. Nada que ver con el auténtico pacto matrimonial.
Para eludir el hecho de que las tierras catalanas eran en realidad parte de la Corona de Aragón, la web de la Generalitat acuña otro término: «confederación catalano-aragonesa», que gusta alternar con otra invención nacionalista, la «Corona catalano-aragonesa». La realidad es que jamás existieron tales hitos históricos y no son más que la hilazón de una mentira tras otra.
Lo anteriormente expresado les permite hilar, en un ejercicio digno del mejor “tramposo”, la base y el discurso para, en otra parte de esa historia difundida por la Generalitat, presentar al Rey de Aragón Jaime I «el Conquistador» como un falso rey catalán: Jaime I de Cataluña. En otra sección de la misma página oficial se muestra un vídeo, elaborado por el propio Gobierno catalán, en el que se habla de «La expansión del Casal de Barcelona por el Mediterráneo». En él se elogia a Jaime I “El Conquistador”, pero en ningún momento se le cita como Rey de Aragón. La omisión ayuda a dejar el poso -falso- de que se trataba de un rey catalán y de que Cataluña era reino.
En el mismo vídeo se llega a afirmar (mentir) que «Jaime I es un monarca muy importante para la historia de Cataluña», porque «conquistó cuatro reinos y creó lo que denominamos los Países Catalanes». A renglón seguido asegura que, con él, «los dominios de Cataluña se extendieron por todo el Mediterráneo», que «tras Mallorca y Valencia llega Sicilia», y que años después se incorporarían a esos «dominios de Cataluña» Cerdeña y Nápoles.
Otra mentira: Jaime I creó los «países catalanes». Relata un vídeo oficial colgado en la web de la Generalitat que «conquistó cuatro reinos y creó lo que denominamos los Países Catalanes». Eludiendo por completo a la Corona de Aragón, a la que pertenecían los territorios de la actual Cataluña, el mismo montaje asegura que «los dominios de Cataluña se extendieron por todo el Mediterráneo». Incluye como tales a Mallorca, Valencia, Sicilia, Cerdeña y Nápoles. La web de la Generalitat gusta de pregonar términos de nuevo cuño como «Confederación catalano-aragonesa» o «Corona catalano-aragonesa».
La realidad de la Historia: el Rey Jaime I era el titular de la Corona de Aragón, Cataluña nunca tuvo dominios en el Mediterráneo porque no tuvo entidad regia diferenciada. No pasó de ser uno de los territorios que quedaron incorporados al Reino de Aragón como consecuencia de la expansión de este a lo largo de la historia. Fue la Corona de Aragón la que fue extendiendo sus dominios por la Península y el Mediterráneo, primero con el Rey Jaime I y luego con sus descendientes, que mantuvieron siempre la misma condición de reyes de la Corona de Aragón.
Jamás existieron los «Países Catalanes» ni la «Confederación catalano-aragonesa» o la«Corona catalano-aragonesa», términos acuñados por el nacionalismo catalán, a los que la Generalitat recurre con frecuencia en su particular relato histórico. Los dominios del Mediterráneo lo fueron exclusivamente de la Corona de Aragón.
Más mentiras: se remontan a la Edad media para crear ese “imaginario Reino Catalán”. Según la web de la Generalitat, el linaje de Wifredo el Velloso (siglo IX) fue «el embrión de la Corona de Aragón, al unir su destino al reino aragonés en virtud de los problemas dinásticos que sufría esta monarquía». «Ramón Berenguer I, Conde de Barcelona, es prácticamente Rey de Cataluña; su poder sobre el resto de condados no hace sino aumentar». «A partir de Ramón Berenguer IV, los condes de Barcelona también serán reyes de Aragón», fruto de una supuesta «anexión» del Reino de Aragón al «reino» de Cataluña. Y Jaime I (siglo XIII) fue «rey de Cataluña y Aragón».
La verdad histórica es que en el siglo IX, el norte de Cataluña era un territorio dividido en condados. El linaje de Wifredo el Velloso nunca fue «embrión» de la Corona de Aragón, sino una línea hereditaria de dominios condales. Así se llega al Conde Ramón Berenguer IV, que incorporó esos territorios condales al dominio del Reino de Aragón cuando el rey aragonés Ramiro II casó a su hija Petronila con Ramón Berenguer IV.
El pacto matrimonial fue nítido al respecto. Y los documentos reales posteriores así lo destacan también. El Reino de Aragón se anexionó por la vía del matrimonio el Condado de Barcelona y configuró la Corona de Aragón, y no al revés -la Generalitat sostiene la falsa e imaginativa tesis de que la anexión fue a la inversa, que un condado, el de Barcelona, se anexionó un reino, el de Aragón. Por ejemplo, ante el nacimiento del hijo de Petronila y Ramón Berenguer IV, la reina firma un documento en el que deja claro que ella es la titular del reino, no su marido, al que se refiere exclusivamente como «Conde de los barceloneses».
La web de la Generalitat se refiere a Jaime I como «rey de Cataluña y Aragón», tratando de equiparar la condición histórica del Reino de Aragón a un supuesto reino de Cataluña que jamás existió. El propio Jaime I -y fue norma extendida por todos los monarcas de la Corona de Aragón- se expresó en todo momento como «Rey de Aragón y de Mallorca y de Valencia, Conde de Barcelona y de Urgel».
Quinta mentira: el “Estado Catalán”. Dice la web de la Generalitat que Cataluña era un «Estado» hasta que Felipe V acabó con él… Sobre la etapa de la Guerra de Sucesión (1701-1713) se afirma que «la apuesta de Cataluña en favor de Carlos de Austria y contra Felipe V, en el conflicto sucesorio por la Corona Española, supuso la pérdida de todos los derechos y de las instituciones de gobierno que tenía como estado dentro de la monarquía hispánica». Los nacionalistas presentan la Guerra de Sucesión y los posteriores Decretos de Nueva Planta de Felipe V como un episodio de represión sufrido por el «país».
La realidad de la Historia: Cataluña no tuvo nunca la consideración real de «Estado». No pasó de ser uno más de los dominios de la histórica Corona de Aragón.
Sexta Mentira: Cataluña y el Nuevo Mundo (América). La web de la Generalitat informa que Cataluña «ya era un ‘país europeo’ cuando se descubrió América. Cataluña, como otros países europeos, operaba comercialmente con América desde Sevilla y Cádiz porque «el Nuevo Mundo, por orden de Isabel la Católica, se incorporó en exclusiva al Reino de Castilla».
La realidad de la Historia: ni antes, ni durante ni después del reinado de los Reyes Católicos, Cataluña tuvo la consideración de «país europeo» ni, por tanto, operó como tal en el comercio con América. Cataluña era una parte más de la histórica Corona de Aragón. Y el comercio con Las Indias fue un Monopolio de Castilla que lo realizó a través de Sevilla, ciudad que tenía la “dignidad otorgada por los RR.CC. de ser la ciudad que centralizaba ese comercio.”
Aragón y mucho menos Cataluña, como simple principado y condado, tuvo jamás trato alguno con las Américas y mucho menos en condición de estado.
Parece mentira que ir a favor de algo inconstitucional y alegal sea algo natural, mientras que expresar la defensa de la ley y la Constitución parezca que dé hasta miedo. Ya es hora de manifestar en libertad, con argumentos válidos y sin complejos, la verdad.