Inicio Blog Página 86

Descubierto en México el sitio arqueológico bajo el agua más grande del mundo

Sac Actún tiene casi 350 kilómetros de largo y alberga evidencia de los primeros pobladores de América, de la cultura maya y de fauna extinta.

Uno de los rincones del inframundo maya ha salido a la luz. El mayor sistema de cuevas inundadas del que se tenga registro ha sido descubierto en Tulum, en la Riviera Maya de México. Un grupo de exploradores del proyecto Gran Acuífero Maya ha hallado que los sistemas de Sac Actún y de Dos Ojos están conectados, lo cual ha abierto un nuevo pasadizo en un laberinto subterráneo que mide alrededor de 347 kilómetros. Los investigadores encontraron cientos de objetos arqueológicos que dan visos de los primeros pobladores de América, la cultura maya y de animales extintos. «Esta inmensa cueva representa el sitio arqueológico sumergido más importante del mundo», asegura Guillermo de Anda, especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y director de la investigación.

Chichén Itzá Maya

Los cenotes(del maya dzonoot), como se conoce en México a los inmensos hundimientos acuíferos u ojos de agua, ocupaban un lugar central en la cosmogonía maya, explica De Anda. Eran el inframundo y el tercer nivel del universo maya, después del cielo y la tierra, pero sin una connotación negativa como el infierno del cristianismo. «Es una región muy poderosa, mágica, donde reina lo sobrenatural, donde habitaban los dioses y las deidades, donde convive lo bueno y lo malo, y era también de donde surgían los hombres», relata el investigador. Los cenotes, eran en palabras de De Anda, el escenario principal del mito de la creación de esa civilización, que se extendió desde el sureste de México hasta Honduras y El Salvador.

Los hallazgos de la investigación dan cuenta de ese sentido místico. Se encontraron restos de vasijas de cerámica maya, objetos que datan de la época de la Colonia y contextos funerarios o sacrificiales, que los investigadores aún analizan. Había también restos humanos y de una gran cantidad de animales como elefantes, perezosos gigantes, osos, tigres y caballos antiguos. «Es un túnel del tiempo, que nos trasporta en algunos casos a entre 12.000 y 10.000 años atrás», señala De Anda. El difícil acceso a los cenotes ha ayudado a que los materiales arqueológicos se conserven en condiciones óptimas para su estudio, sin alteraciones ni desgaste por el contacto de los hombres.

Los investigadores del Gran Acuífero Maya han necesitado de 10 meses para descifrar la conexión entre ambos sistemas de cuevas inundadas, lo que han descrito como una “intensa” temporada de trabajo que comenzó en marzo del año pasado. Algunos miembros del equipo, como el buzo jefe Robert Schmittner, han pasado más de 20 años recorriendo las galerías bajo el agua y 14 años buscando la conexión entre las grandes cavernas. «Habíamos estado muy cerca antes, en alguna ocasión nos quedamos a un metro de conectar ambos sistemas», comenta Schmittner. «Era como recorrer las venas de un cuerpo, un laberinto de caminos que se unían y se separaban y teníamos que ser muy cuidadosos», agrega el buzo sobre los pasajes de agua, que en algunos casos solo tenían un metro de profundidad y en las partes más hondas alcanzan los 120 metros bajo tierra.

Los exploradores han realizado el hallazgo el pasado 10 de enero y, al estar unidos, el «nuevo» sistema ha adoptado el nombre de Sac Actún (del maya cueva blanca), el más grande de los dos y el sistema Dos Ojos ha dejado de existir. Sac Actún era hasta hace un par de días el segundo mayor sistema de cenotes, detrás de Ox Bel Ha que se traduce al español como tres caminos de agua, mide unos 270 kilómetros y también se encuentra en la Riviera Maya.

Pese al hallazgo, los investigadores continúan la titánica labor de encontrar las conexiones de Sac Actún con otros dos grandes sistemas subterráneos. Se calcula que tan solo en el norte de Quintana Roo, en la península de Yucatán, hay 1.400 kilómetros subterráneos de agua dulce, repartidos en 358 sistemas, de acuerdo con la encuesta espeleológica del sureño estado mexicano. Los próximos pasos del grupo de trabajo incluirán el análisis del agua subterránea y el estudio de la diversidad, así como la adopción de medidas que ayuden a conservar el sitio.

La antidemocracia de las redes

La antidemocracia de las redes

Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
Raymundo Riva Palacio
ee

Las redes sociales cambiaron al mundo. Transformaron la forma como se lee, informa, entretiene, compra, hace negocios, y cambiaron las estructuras verticales de control y poder, por la horizontalidad. Las redes sociales permitieron democratizar lo que antes, mediante los medios de comunicación, se filtraba, procesaba y jerarquizaba. Pulverizaron a los intermediarios y se convirtieron en atractivas y veloces formas de comunicarse. El mundo ideal donde todos se hablan directamente, sin discriminaciones sociales ni selecciones darwinianas, donde uno vale uno sin importar quién sea o a quién represente, fue demasiado ideal para que dejara de ser utópico. El mundo digital puede estar densamente poblado de románticos, tautológico y churchilliano, donde abundan quienes saben mucho de muchas cosas que no son ciertas. Ingenuo o emocional, ese mundo se ha vuelto presa fácil de quien aprovecha su fuerza para encaminarlo hacia donde lo desea.

Los hay de todo tipo. El lunes, Tim Wu, profesor de Derecho de la Universidad de Columbia, escribió un artículo en The New York Times donde dijo que vivimos una Edad de Oro para el hostigamiento de la prensa, la propaganda y los esfuerzos coercitivos para controlar el debate político. Hay un nuevo tipo de censura y abierta manipulación del discurso político, donde según Wu, disentir no es posible. “En lugar de eso, los censores más sofisticados del mundo, incluidos Rusia y China, han pasado una década desarrollando herramientas y técnicas que se han vuelto importaciones no deseadas en Estados Unidos, con resultados catastróficos para nuestra democracia”, subrayó. Tanto, que cada vez hay más evidencia de que el gobierno ruso, a través de sus legiones de hackers en el mundo, fueron capaces de aprovechar el dinamismo de las redes sociales y su inclinación a lo que más se ajuste a su pensamiento, abierto o estrecho, ideologizado o ignorante, para modificar el curso de la elección presidencial en esa nación y llevar a la Casa Blanca a Donald Trump.

El gobierno de Vladimir Putin, dijo Wu, fue entre los primeros en reconocer que la palabra podría ser utilizada como una herramienta de supresión y control, donde a través de sus “brigadas en la red”, frecuentemente llamadas “ejército de troles”, diseminaron noticias progobierno ruso, generaron noticias falsas y coordinaron oleadas de ataques sobre críticos de Moscú. Peter Pomerantsev y Michael Weiss publicaron un ensayo en 2013, donde argumentaron cómo el Kremlin emplea la información como un arma y una herramienta para confundir, chantajear, desmoralizar y paralizar. Viejos maestros de la propaganda, las redes sociales, donde el éxito del modelo de negocio depende de lo viral de sus contenidos, se convirtieron en sus mejores vehículos de distribución, que demostraron su efectividad en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que tienen volcados en preocupación y búsqueda de antídotos a la clase política, ante realidades que han rebasado a los gigantes de la tecnología, que educados en una cultura de libertades, jamás pensaron que esos valores serían manipulados para conculcar lo que han construido por más de 200 años.

Al iniciar este miércoles una audiencia en el Capitolio, donde participaron los ejecutivos de Facebook, Twitter y YouTube, el senador Mark Warner dijo: “Agentes rusos están intentando infiltrar y manipular las redes sociales para secuestrar nuestra conversación nacional y hacer que se enojen los estadounidenses, que nos enfrentemos unos a otros y que socavemos nuestra democracia. Lo hicieron durante la campaña presidencial de 2016. Lo siguen haciendo ahora. Esta amenaza no es nueva. Los rusos han realizado una guerra de información durante décadas, pero lo que es nuevo es el advenimiento de las herramientas de las redes sociales con el poder de magnificar propaganda y noticias falsas en una escala inimaginable en los días del Muro de Berlín”.

El manual ruso, describió Werner, “es simple y formidable”. Opera de esta forma: Sus agentes desinforman a través de miles de cuentas falsas, grupos y páginas en una amplia variedad de plataformas. Esas cuentas falsas inyectan contenido en Facebook, Instagram, Twitter, YouTube, Reddut, Linkedln y otras. Cada una de esas cuentas invierten meses para desarrollar cadenas de gente real para seguir y para que les guste su contenido, impulsadas por herramientas como anuncios pagados y robots automatizados. La mayoría de sus seguidores reales, no tienen idea de que están atrapados en estas redes. Estas redes son utilizadas más tarde para empujar y distribuir desinformación, incluidos correos electrónicos robados, propaganda manejada por el Estado (como RT y Sputnik), noticias falsas y contenido que divide a la sociedad.

En Estados Unidos, ochenta mil mensajes rusos en 120 páginas creadas en San Petersburgo en Facebook, alcanzaron a una tercera parte de los estadounidenses, de donde salieron 120 mil contenidos colocados en Instagram. En Twitter, el 15% de alrededor de 48 millones de cuentas, eran falsas o automatizadas, y durante la campaña presidencial dos mil 752 cuentas controladas por agentes rusos y más de 36 mil robots, tuitearon un millón y medio veces en la elección. En YouTube, la plataforma preferida de RT, se descargaron más de mil videos relacionados con la guerra cibernética rusa. En 1988, los intelectuales de izquierda Noam Chomsky y Edward Herman escribieron un libro seminal sobre proaganda, a través de la cual, argumentaban, se construían consensos para gobernar. Hoy sigue siendo lo mismo, pero el control es trasnacional, que es lo que buscó Putin. No hay que ignorar en México lo que está sucediendo en el mundo. El 2018 está cada vez más cerca.

 

La antidemocracia de las redes EL TREN QUE VIENE… O QUE YA NOS PASÓ POR ENCIMA

La erótica reforma fiscal de Trump

Por José María Gay de Liébana
La erótica reforma fiscal de Trump
Donald Trump lleva un año como presidente y su tan anunciada reforma fiscal llegó a última hora, en ese típico sprint que siempre caracteriza la aprobación al límite de los proyectos legales. En la recta final del ejercicio, Trump vio la luz verde a su propuesta, aunque, eso sí, con ligeros recortes, porque tampoco se trataba de que la Cámara diera el visto bueno tal cual a una normativa de fuste tributario. Cualquier bajada de impuestos, desde luego, da alas a los contribuyentes, contagia de ilusiones e imprime un renovado vigor en la economía.
¡Ojalá alguien en nuestro país pensara que bajando los impuestos la recaudación tributaria puede aumentar! Pero como nuestras mentes pensantes son cerradas y tozudas, siempre irán en contra de la corriente que el sentido común impone. Bajar impuestos no necesariamente es sinónimo de caída en la recaudación tributaria. Las grandes potencias europeas cuestionan la reforma fiscal de Trump, porque sus gerifaltes son de los que creen que el ratio de presión fiscal —impuestos y cotizaciones sobre producto interior bruto— indefectiblemente tiene que ser cada vez más alto.

El mejor impacto del paquete normativo aprobado en Estados Unidos se concentra en el impuesto sobre sociedades, un impuesto que en muchos países se está retocando a la baja por varios motivos; entre ellos, para evitar la fuga de sociedades hacia otros territorios con fiscalidad más tierna y apacible, para acabar con la triangulación fiscal que las multinacionales llevan a cabo jugando con sus subsidiarias domiciliadas en zonas de baja tributación, para animar la inversión en el propio país que conlleve la creación de empleo y que la actividad se acelere… Hasta ahora el tipo de gravamen del impuesto sobre sociedades en Estados Unidos era del 35% y la reducción aprobada lo rebaja al 21%. Por consiguiente, las empresas norteamericanas, que en estos años están cosechando suculentas ganancias que redundan en sus elevadas cotizaciones bursátiles y en generosos repartos de dividendos, saben que desde ahora sus beneficios se gravarán en menor cuantía y el excedente libre de impuestos, que se aplica a distribuir dividendos y a aumentar las reservas, crecerá. Lo uno lleva a lo otro: si las acciones cotizaban con júbilo hasta el momento, con mayor entusiasmo cotizarán en este arranque de año.

Con ser trascendental esa bajada del tipo del impuesto sobre sociedades, el extremo descollante del asunto viene dado por el interesante aliciente que se promulga para la repatriación de beneficios hacia Estados Unidos. Hasta ahora, cuando una compañía multinacional norteamericana repatriaba las ganancias obtenidas fuera de Estados Unidos, tributaba sobre las mismas, en el momento de su repatriación, el 35%. Mientras que si no las repatriaba, el efecto del impuesto sobre beneficios era exactamente el mismo, es decir, su resultado antes de impuestos se veía aminorado por la carga tributaria, pero con un detalle singular: el impuesto quedaba diferido hasta que se procediera a la repatriación.
 Así que, por un lado, se reflejaba el coste fiscal en la cuenta de pérdidas y ganancias, gravando al 35% el beneficio antes de impuestos, pero, por el otro lado, se contabilizaba en el pasivo no corriente el impuesto diferido que no se liquidaba hasta que tales ganancias no se llevaran a Estados Unidos. En suma, que no se pagaba el impuesto sino que quedaba aparcado hasta el día de la repatriación. Pues bien, el meollo nuclear de la reforma legislativa de Trump viene dado por la importante reducción de la tasa de repatriación que se fija en el 15,5%, por debajo incluso del nuevo tipo de gravamen del 21%.

Consecuencias

Por lo pronto, que todos aquellos beneficios embalsados en forma de reservas, pero cuyos fondos monetarios permanecen fuera de Estados Unidos, pasan a estar gravados al 15,5%, con lo cual la partida de pasivo que registra en el balance el impuesto sobre beneficios diferido automáticamente, al cierre de 2017 al haber sido aprobadas las nuevas medidas antes de fin de año, disminuye su saldo. A ver si soy capaz de aclararlo. Imaginemos que una compañía norteamericana ganó 100 millones de dólares antes de impuestos y registra en su cuenta de pérdidas y ganancias el efecto del impuesto sobre sociedades al tipo del 35%, 35 millones de dólares. Como los beneficios nos lo repatría a Estados Unidos, en su balance, en el pasivo a largo plazo, figura un impuesto sobre beneficios diferido por esos 35 millones de dólares vinculados a unas ganancias que de momento permanecen, por ejemplo, en Dublín.

Con la nueva legislación, esa hipotética compañía ajusta su pasivo por impuesto diferido a 15,5 millones de dólares. ¿Qué pasa con la diferencia hasta alcanzar los 35 millones que estaban contabilizados? Es un ajuste positivo en la contabilización del impuesto sobre sociedades y, por lo tanto, dependiendo de la alternativa contable, o las reservas de la compañía aumentan en 19,5 millones de dólares – 35 millones menos 15,5 millones – o se realiza un ajuste en la cuenta de pérdidas y ganancias que bien podría registrarse al cierre de 2017. Y desde ahora, suponiendo que se obtenga un beneficio de 100 millones de dólares fuera de Estados Unidos, su gravamen por impuesto sobre sociedades no será de 35 millones sino de 15,5 millones; en otras palabras, que el excedente neto obtenido por la empresa pasará de 65 millones netos a 84,5 millones.

¿Qué consecuencias entraña, pues, ese nuevo planteamiento tributario? Que el resultado del ejercicio 2017 se incrementa a consecuencia del ajuste fiscal y que los pasivos exigibles se contraen por el mismo motivo. Pero si eso es lo concerniente a la cuenta de pérdidas y ganancias y al balance, ahora viene el trasiego del dinero. Se habla de que las grandes multinacionales norteamericanas tienen una tesorería de en torno a 1,4 billones de dólares fuera de Estados Unidos y solo las grandes tecnológicas concentran sobre los 500.000 millones de dólares lejos de allí. Para ser exactos, al cierre de 2016, los fondos monetarios de Apple, Alphabet, Microsoft, Amazon y Facebook ascendían, según sus respectivos balances, a 508.897 millones de euros. Solo Apple, a la cual se toma como referencia usual, lucía unos fondos monetarios a 30 de septiembre de 2017 —fecha de cierre de su último balance— de casi 270.000 millones de dólares.

Gana EEUU

Una parte más o menos grande de esas sumas de dinero —con el incentivo fiscal de tributar al 15,5%— se moverán desde los lugares en que actualmente se encuentren depositadas hacia Estados Unidos llegando a, digamos, Nueva York. Con tantos billetes, ¿qué se hará? Por lo pronto, reducir parte de la deuda que las grandes compañías hayan contraído para poder pagar dividendos en Wall Street al estar, hasta hoy, su liquidez a buen recaudo lejos de América. En segundo lugar, a repartir dividendos y poner en marcha programas de recompras de acciones que devienen en aumentos de rentabilidad para los inversores que permanezcan vinculados a la empresa y hacer efectivas sus plusvalías para los accionistas que opten por vender parte de sus títulos. No solo eso, además, al mejorar los beneficios generados por la compañía se satisfarán retribuciones o pluses extraordinarios a los empleados. De hecho, Boeing ya ha dotado 300 millones de dólares para ello.

Lo mejor del caso es que se calcula en unos 200.000 millones de dólares la suma que recaudará el fisco norteamericano. Los ahorros fiscales anuales de los que se beneficiarán a partir de ahora las multinacionales norteamericanas rondarán los 150.000 millones de euros. Por cierto, ¿qué se hará además con tanto dinero en cashpor parte de un gran número de conglomerados norteamericanos? Invertir y crear empleo y, a la vez, aumentar salarios. No obstante, para algunas entidades, principalmente financieras, que acumulan créditos fiscales en los activos de sus balances, la disminución del tipo del impuesto sobre sociedades repercute negativamente en la cuantía de tales créditos fiscales por aquella misma regla de tres que antes explicábamos a propósito del impuesto diferido. Algunos bancos verán cómo sus activos sufren un severo ajuste de algún que otro millardo de dólares. En contrapartida, desde 2018 la tributación de sus beneficios será más laxa y, en consecuencia, el excedente repartible aumentará.

La historia de esa reforma fiscal de Donald Trump, con todo, no acaba aquí. Algunas de las grandes compañías europeas que también están en Estados Unidos se plantearán la posibilidad de reubicar parte de sus actividades empresariales en suelo norteamericano. Éste es el caso de los gigantes automovilísticos alemanes que desde hace años fabrican varios de sus modelos en Estados Unidos. De confirmarse esa perspectiva, las inversiones se concentrarían allí y la creación de empleo también.Sumemos a ello la vía de desregulación en la que insiste Trump y los ajustados costes de energía que se dan en Estados Unidos. Por consiguiente, Estados Unidos gana una baza de competitividad frente a Europa y Japón. Entretanto, acá, en Europa, nuestras autoridades arremeten con dureza contra el paquete fiscal de Donald Trump. ¿No sería mejor que actuaran en pro de la economía europea en vez de poner tantas trabas y colocar tantos obstáculos burocráticos, de fustigar tanto a nuestras empresas, de cargarlas de absurda legislación en su afán desmedido por regularlo todo y exigir tributaciones tan elevadas?

Fuente: https://okdiario.com/opinion/2018/01/12/erotica-reforma-fiscal-trump-1680679

¿Cuál es el “minuto de oro” de tu día?

gaudilab – Shutterstock
Cada día, el GPS interior nos ayuda a recolocar nuestros valores y a reorientarnos hacia lo más importante de nuestra vida

Los Pirineos son una cordillera que hace de frontera natural entre Francia y España. Dispone de numerosos picos por encima de los 3,000 metros, lo cual ya es una buena meta. No es el campamento base del Everest, vale, pero está bien. En el área pirenaica central hay más de 100 picos: ¡no hay boca para tanto bocadillo! A los montañeros se les salen los ojos de las órbitas solo de pensar cuál atacarán al día siguiente.

Un verano, un grupo de amigos anunció que iban a hacer uno de los picos más difíciles, no por la altura sino por el recorrido. Prepararon con entusiasmo la pequeña mochila (frutos secos, bebida, ropa de repuesto porque amenazaba tormenta ese día y poca cosa más). Todavía no habían llegado a nuestras vidas los teléfonos móviles.

Amaneció, salieron de la casa rural y, cómo no, los comentarios eran de lo más positivo: en unas horitas iban a estar de vuelta con el trofeo de caza. La exhibición de “pecho lobo” no podía ser más grande. Transcurrió el día… Y fueron pasando las horas.

A eso de las 8 de la tarde, no habían dado señales y creí que habrían parado a la vuelta en algún bar de pueblo a celebrar el 3.000 con unas cervezas. A las 10 de la noche ya resultaba algo raro. Hete aquí que a las 2 de la madrugada sonó el teléfono. “Estamos en Francia, en tal pueblo, ven a recogernos”. La voz de mal genio era inconfundible. A esas horas mejor no preguntes más: tomas el coche, y comienzas el recorrido por carreteras secundarias, mal peraltadas, casi sin indicaciones. Llegué al pueblo y supe que no debía preguntar qué había ocurrido porque el orgullo herido daba gritos en el silencio. ¡Pero si eran unos expertos montañeros!

Nadie había consultado el plano

Transcurrieron dos días hasta que alguien comenzó a explicar qué había sucedido: todos se creían muy hábiles y nadie sacó el plano de la mochila. (Uno confesó después que ni siquiera se lo había llevado).

De aquella anécdota todavía nos reímos ahora, porque salir andando de buena mañana de España y aparecer por la noche en Francia previo paseo por un 3.000 no es lo más habitual. Además, ahora hay paravientos, tejidos tecnológicos y calzado ultraligero pero por aquel entonces, todo era bastante más rústico.

Hacer examen a lo largo de la vida

Cuento esto de perderse en el monte porque me ha servido mil veces pararecordar lo importante que es ir haciendo examen a lo largo de la vida. Y no cuando uno se presenta para sacar el carné de conducir o para las oposiciones. Me refiero a la evaluación tipo GPS, esa voz que te dice “recalculando ruta”. Y te lo dice a diario.

Pasamos mucho tiempo escribiendo objetivos y haciendo planes, pero poco revisando qué estamos haciendo para conseguirlos. Así crece el negocio de las agendas (cada año compramos una para comenzar con buen pie) y nos detenemos para saber cuál es la más adecuada a nuestra personalidad: la que me ofrece Google, la de esa app, esta de papel que me cabe en el bolso, esta que separa por colores, esta que usó Hemingway… La compras, la estrenas, la pones a punto. Pero la Moleskine (o la que cada uno escoja) no te hace el trabajo a partir del 2 de enero.

Hacer examen nos ayuda, en primer lugar, a un acto previo, que es haber hecho propósitos, habernos marcado unos objetivos que recogen el sentido de nuestra vida. No estoy hablando de objetivos puramente laborales como conseguir más ventas en el próximo trimestre (eso el Excel de la empresa te lo marcará), o físicos (dejaré de fumar) sino de algo que va más allá: cómo quiero tratar a mi familia, cómo hago por mejorar como persona en el trabajo, qué medios pongo para hacer más agradable la vida de las personas que dependen de mí, cómo soy como jefe o cómo soy como empleado, cómo me implico en el barrio y en las asociaciones locales, cómo debería ser mi carácter…

El sentido de nuestra vida puede, eso sí, completarse con objetivos parciales que sí pueden incluir el no fumar, adelgazar o alcanzar un mejor sueldo. Lo uno no quita lo otro. 

Ximena Salazar-CC

¿Cuántos propósitos podemos hacer al año? Los que quieras, pero recuerda que en esto se cumple el “menos es más”Uno, dos o tres como máximo. Si haces un propósito es más fácil que te acuerdes de él. Nuestro cerebro tiende a recordar mejor aquello que no excede de 3. Además, si consigues los 3 objetivos, tranquilo: como al jugar en la Play, subes de nivel y a por otros 3.

Piensa bien tu meta: no hablamos de no fumar o de adelgazar sino de lo que te hará ser mejor persona. Piensa bien qué necesitas, porque no es que vayas a hacer tú un favor a la sociedad con ello sino que te lo vas a hacer a ti mismo.

Eugenio Marongiu – Shutterstock

Poner freno a mi peor defecto

Cómo encuentro una meta acertada para mí: mírate desde fuera y a la vez mírate hacia dentro, en tu interior. ¿Cuál es tu defecto dominante? El sábado dije por teléfono a un amigo que era tozudo y anoche dije a otro que era un quejica. Y los dos me comentaron lo mismo: “todo el mundo me lo dice”. Óyeme, si todo el mundo te lo dice, ¿no será que tienen razón? Dales las gracias porque otros se van a un gabinete de psicología y les cuesta sus buenos euros llegar a la misma conclusión.

Escribe las cosas. Aunque no seas muy de escribir, te ayudará a fijar las ideas porque ver tu defecto dominante en negro sobre blanco lo fijará en la memoria. Acto seguido sube el primer escalón: escribe una meta que te ayude romper ese defecto. No digo que a desaparecer, pero sí a romperle las piernas. Si eres un codicioso, decide qué vas a hacer cada mes por los demás expresado en dinero. Haz cuentas sobre cuánto necesitas y cuánto crees que necesitas dar para ser generoso. Una frase de Teresa de Calcuta te ayudará: “Amar es dar hasta que duele”. Hasta que duele el bolsillo, por ejemplo. Haz una suscripción mensual, comprométete.

Y ahora comienza tu tarea a partir del segundo día: comprobar cada noche cómo va tu vida. No solo tu meta sino tu vida entera. Para ello, va bien hacerse unas preguntas y tomar nota de las respuestas. Ya sé que da mucha pereza sobre todo para los que son A, es decir, a los que les gusta madrugar pero a partir de las 10 de la noche tienen los plomos fundidos.

A por el “minuto de oro”

Para hacer un examen diario de cómo vamos y si estamos alterando la ruta prevista, hay que ser constantes: busca tu “minuto de oro” como el minuto de oro de los partidos de fútbol. ¿Antes de cenar? ¿Justo después? ¿Cuando me voy a acostar? ¿Mientras me lavo los dientes? ¿Cuando ya estoy en la cama y he apagado la luz?  Up to you. Resérvate ese minuto (que van a ser dos o cinco, pero no más).

El examen ha de ser breve. No quieras empezar con muchos bríos y profundidades, porque a los 15 días dirás que no tienes tiempo. Baltasar Gracián, un autor barroco español, dijo que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Ni Stephen Covey ni sus 7 hábitos de la gente altamente efectiva han superado a ese señor, creo yo.

© Shutterstock

Un cuestionario sencillo

Hazte un cuestionario simple. Te doy un ejemplo y tú ves si te funciona o te lo customizas:

  1. ¿Qué he hecho bien?
  2. ¿Qué he hecho mal?
  3. ¿Qué podía haber hecho mejor?
  4. ¿Cómo va mi meta?

Pueden ser esta preguntas u otras, las que tú consideres que te hacen dar un 360 grados en versión reducida. En cuanto tengas las respuestas, dale al botón ON como si fuera una máquina de hacer zumos. Queremos un smoothie ya. Y ese smoothie será una meta para el día siguiente. Ojo, es un smoothie: no un acorazado Potemkin ni un bombardero.

Estamos hablando de una “medicina natural” que nos oxigenará y nos dará vitaminas. Ponte metas realistas, asequibles, que no te carguen de pesimismo: si ya al pensarlas, te agotan, olvídalas.

Una nota que anima: ¿has visto que si cada día te empeñas en una pequeña meta, al cabo del año son 365 aspectos en los que has tratado de mejorar? Si querías ser menos perezoso y más puntual y lo has intentado, seguro que ya estás más cerca de que seas como el Big Ben. Y si no, no pasa nada: luchar por ser mejor ya nos hace mejores de por sí, así es la condición humana. No importa si “fracasamos”. 

¿Olvidas algo?

Releo el texto y pienso “sí, de acuerdo” pero falta algo, ¿verdad?

Hemos hecho el examen, hemos visto nuestras victorias y nuestras derrotas, lo anotamos, hacemos un propósito para mejorar al día siguiente. Pero falta… ¡dar gracias! Gracias al comenzar el examen por un día más de vida y por todo lo bueno que hemos recibido (haz un poco de memoria y verás). Gracias al acabar porque tengo un horizonte por delante, un panorama en el que muchas personas me esperan: mi familia, mis amigos, la gente con la que me cruzo por los pasillos de mi empresa, a la que encuentro en el autobús o por la calle. Sería injusto si me pusiera triste y dijera que todo, absolutamente todo me va mal.

Myronovych

Buscar aliados

Y para que el examen funcione mañana al cien por cien, hay que pensar en los aliados. ¿Quién me va a ayudar a mí a sacar adelante mi meta?Una amiga, mi novio, mi colega de trabajo. “No dejes que me duerma en la biblioteca” o un “¿me dejas que te invite al cine si esta semana no tengo broncas con nadie del instituto?” pueden ser un gran aliciente (obsérvese que vas a ser  quien invita al cine).

Al examen acudimos por primera vez con ganas de comernos el mundo. Luego llega Paco con las rebajas -no tengo tiempo, estoy cansado, es muy aburrido, ¿seguro que me sirve?- y finalmente hay una expresión voluntaria de querer llegar a buen puerto, ya sea en un año o en los que haga falta. Tener paciencia con uno mismo es un arte, pero es una forma saludable de ser constantes. ¿Olvidaste hacer examen este año? No esperes al 1 de enero. Mañana, como dice la canción de Serrat, puede ser un gran día.

Fuente: Aleteia

 

La lista de humildad de Madre Teresa

La lista de humildad de Madre Teresa

Foto ROSLAN RAHMAN / AFP Mother Teresa (L) gives her blessing to a child at the Gift of Love Home on October 20, 1993, in Singapore. The 1979 Nobel Peace Prize winner is on a stop-over while enroute to China where she will set up a fist home for Chinese handicapped children in Shanghai. AFP PHOTO ROSLAN RAHMAN / AFP / ROSLAN RAHMAN

Maneras prácticas de cultivar un espíritu ligero y humilde

Madre Teresa de Calcuta tenía una manera muy práctica de hablar y enseñar lo que sabía. Aquí están sus consejos para cultivar la humildad en nuestras vidas.

“Estas son algunas formas en que podemos practicar la humildad:

Hablar lo mínimo posible de uno mismo.

Mentalizar los propios quehaceres.

No querer gestionar la vida de los demás.

Evitar la curiosidad.

Aceptar contradicciones y correcciones alegremente.

Pasar por encima de los errores de los demás.

Aceptar insultos y heridas.

Aceptar se despreciado, olvidado y no gustar.

Ser amable y gentil, incluso bajo provocación.

Nunca pisar la dignidad de alguien.

Escoger siempre lo más difícil”.

– Madre Teresa, The Joy in Loving: A Guide to Daily Living

¿Ser humilde es ser tonto?

Por Dolors Massot

La humildad auténtica es fecunda y genera muchos beneficios en la persona y en su entorno laboral, familiar y social.

La imagen popular del humilde da como para que, en principio, nadie quiera serlo. Suelen presentarlo, en la publicidad y en las series, como el ingenuo al que es fácil tomar el pelo.

Es primo hermano del friki y del nerd (empollón). No consume marcas, no se impone, no brilla por nada, pasa desapercibido, no hace la competencia en el trabajo porque no tiene ambición y es fácil aprovecharse de él sin que lo note.

Ese perfil de supuesto humilde más bien suele ir con la cabeza gacha, una media sonrisa de bondad angelical y nunca levanta la voz.

Vaya. ¡Qué error creer que eso es la humildad auténtica!

Por suerte, alguien de una escuela de negocios se puso a inspeccionar qué era de verdad aquello de ser humilde ¡y le pareció muy provechoso para el mundo de la empresa!

Hay headhunters que entre los valores que persiguen en un directivo está la humildad. Veamos por qué.

  • La humildad real es la del que trata de conocerse a fondo. Se hace un 360 grados, sabe cuáles son sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Si hace un DAFO en un proceso de selección, llena enseguida las Debilidades, Aptitudes, Fortalezas y Obstáculos. Y al mismo tiempo lo hace sin miedo. Se tiene tomadas las medidas.
  • El humilde se sabe consciente de limitaciones, pero al mismo tiempo tiene clara idea de cómo somos las personas: nadie es perfecto, todos somos mejorables si queremos.
  • El humilde quiere ser mejor, por tanto pondrá los medios para serlo. Ahí está una diferencia importante con el orgulloso, que no asume sus defectos; y con el pesimista, que no se ve capaz de cambiar a mejor.

Westend61/Getty Images

La auténtica humildad creo que puede ser comparada con el bambú. En apariencia es frágil, delgado y poca cosa. No hace sombra a nadie. Sin embargo, crece, oxigena el ambiente y es flexible.

  1. Crece: la persona humilde se enriquece con valores en el terreno familiar, personal, laboral… Siempre busca cómo mejorar y tira de sí misma hacia arriba.
  2. Oxigena el ambiente: crea a su alrededor una buena conversación pública, es buen ciudadano, mejora su calidad de vida y la de las personas que lo rodean.
  3. Es flexible: cuando llega un vendaval, así como muchos árboles crujen y se rompen, el bambú se orienta de tal forma que deja pasar la tormenta y sigue en pie. Claro que la nota y es consciente del problema, pero su fortaleza está en hacer un esfuerzo para adaptarse al cambio sin perder las raíces ni el tronco.

Ser humilde se consigue cuando uno tiene habilidad en hacer examen y pronto valora las cosas que tiene por delante: ¿mi vida me lleva a mi objetivo? ¿esto me hará feliz? ¿me ayuda en el camino de la vida que pretendo? ¿o es un espejismo? ¿sintoniza mi conciencia con lo que luego llevo a cabo? Y llegamos a un punto importante: aceptar que no somos perfectos.

A nadie le gusta que le pongan el foco sobre los defectos, pero es que hemos de ser nosotros mismos también quienes nos conozcamos a fondo.

No hay que tener miedo a escanear el interior, a sumergirse e ir descubriendo cómo tenemos nuestro “fondo marino”. A veces será una barrera de coral, pero otras veces encontraremos aspectos negativos. Hay que ser valiente y llevarlos a la superficie para extraerlos y arreglar lo que haga falta.

Humildad es aceptar en qué nos hemos convertido y poner los medios para salir de esa situación. A veces, hará falta una grúa para remover todo eso. Y hay que ponerle nombre a esa grúa: pedir perdón, rectificar, buscar la ayuda de otros, reconocer en público o ante una persona concreta lo que hemos hecho mal, luchar contra una adicción… Asumir que hay un presente que no nos gusta pero que es real.

Humilde es la persona que pide ayuda. Contar con alguien que nos hace acompañamiento espiritual. No hablo de coach profesional sino de coach que guía en lo fundamental. Mi mejor coach puede ser mi madre o mi padre, un hermano, un primo, un amigo íntimo, un sacerdote, un sicólogo, un siquiatra… Es, eso sí, alguien que nos ve desde fuera pero va a nuestro favor porque nos quiere y quiere para nosotros la felicidad.

A veces nos tratará con guantes de seda, pero otros será preciso un bisturí. Y el humilde es quien sabe mostrar la herida para que limpien el pus: que le recuerden cómo se manifiesta su vanidad, qué tanto de pereza tiene, por qué no controla su ira…

Con esas características no da miedo convivir con una persona de carácter fuerte o con alguien que mete la pata, porque es muy tranquilizador ver que acepta lo que se le dice y observar cómo resuelve cada conflicto con humildad (unos lo hacen a los cinco minutos y otros necesitaremos algo más de tiempo, ejem).

El humilde reconoce sus fallos y con el paso del tiempo vemos que mejora. ¿Y cómo se reconoce eso desde el primer día? Porque muestra alegría y da las gracias, muestra empatía y se compadece.

AP Photo-Bebeto Matthews-AI
Teresa de Calcuta junto a Lady Di, en Nueva York

Facilita las cosas poder “visualizar” a una persona que nos resulte modelo de humildad. Conozcan su vida, lean su biografía, estudien cómo se desenvolvía ante las situaciones que se le plantearon… No hay un modo único de ser humilde, pero sí coincide siempre que los humildes presentan rasgos comunes como:

  • Desprenden humanidad, en el sentido de que a su alrededor el clima es agradable: entiéndase familia, vecindario, población, amistades, sector profesional, empresa… Y tienen sentido del humor.
  • Animan a otros, puesto que no buscan el beneficio único de sí mismos. Crean escuela, forman a los de alrededor, transmiten experiencia con generosidad, valoran lo que hacen los demás… Son motor para otros.

¿Puede ser alguien líder siendo humilde? Desde luego que sí. El líder atrae como un imán y mueve a actuar. El tiempo, además, da la razón al humilde porque consolida sus obras y se ven mejor los frutos de aquello que fue construyendo, quizá sin alharacas.

Para ser humilde, no tengas miedo de pedir lo que necesitas, ni de dar gracias, ni de elogiar a quien lo merece ni de pedir perdón cuando hayas obrado mal.

Fuente: Aleteia

 

Amor descorporizado. Realidades ultramodernas

«El significado de la metáfora erótica es ambiguo. Mejor dicho, es plural. Dice muchas cosas, todas distintas, pero en todas ellas aparecen dos palabras: placer y muerte.» -Octavio Paz

Este texto reflexiona sobre el concepto de amor descorporizado dentro de una realidad virtual, mismo que puede ser expresado como una peculiaridad del siglo XXI. Esto permite establecer una crítica a la concepción material del cuerpo como pasión. Podemos determinar los límites desbordados que la fusión entre ser humano y tecnología plantean como nuevos horizontes para los encuentros amorosos.

Descorporización como aquello que ha perdido el cuerpo, que no constituye una materia, sino una posibilidad. Ese es el modo en que se manifiesta el amor sobre el cual queremos derivar una reflexión, considerando su expresión virtual, su presencia en las redes de Internet.

En muchos sentidos, esta reflexión surge de un artículo que publicó la agencia de viajes Condé Nest Traveler y que abría una información titulada sobre la Creación del mapa del mundo de las relaciones a distancia,[1] es decir, de aquellas relaciones amorosas que no dependen necesariamente de la cercanía y no están condicionadas por la temporalidad; relaciones que se han mantenido viajando para diversos encuentros en un rango importante de tiempo: entre 10 y 46 años. Estas experiencias viven en las redes, en todos los sentidos. No se atan a las geografías, de aquí la referencia a un amor descorporizado.

El concepto de amor descorporizado dentro de una realidad virtual puede ser expresado como una peculiaridad del siglo XXI y establecerse como una crítica a la concepción material del cuerpo, así podemos mencionar que los límites desbordados de la fusión entre ser humano y tecnología plantean nuevos horizontes donde:

“[…] el cuerpo tiene su razón de ser en la concepción cristiana sobre la carne. La carne es lo perecedero y corruptible, condiciona y degrada, en este sentido, el cuerpo es una traba para la perfección humana y un obstáculo que sujeta al pensamiento y le impide ser libre y volar. La razón configurará siluetas cuando el cuerpo desaparezca del tiempo-espacio virtual”.[2]

El cuerpo toma de la tecnología un soporte que le permite plantear la posibilidad de una relación amorosa (esto desde la encrucijada que cuestiona los ideales del amor tradicional cara a cara como figura de la pasión ideal) para ser sustituido por el amor de texto, proyectado como la pasión discursiva que es recreada en la gama de las posibilidades virtuales. La permanencia o el desenlace de este amor descorporizado está en mantener un diálogo que fluye entre los patrones del realismo dibujado por Meillassoux,[3] lo cual nos llevaría a confundir facticidad y contingencia: “La contingencia designa la posibilidad, para alguna cosa, de perseverar o de desaparecer indiferentemente […] la contingencia designa entonces un saber, el saber que poseo acerca del efectivo carácter perecedero de una cosa determinada… [en contraste] la facticidad aplica solo a lo que está en el mundo […]”.[4] Así mismo, el potencial del lenguaje estructurado presenta un hecho que no puede simbolizarse en un sólo sentido, pues la práctica del fenómeno desborda la representación que tenemos del mismo[5] a partir de palabras ya dichas con referentes ya asumidos.

Por lo tanto, la cuestión es identificar en las redes no sólo la contundencia de la presentación del amor descorporizado como palabra, sino como fenómeno. De esta manera, se puede plantear la problemática del amor sin cuerpo como una posibilidad de la generación que ha fusionado en su vida la tecnología para crear nuevos significados, haciendo que la expresión del amor se vea desabordada más allá del cuerpo, de ahí la diferencia con las posibilidades de recrearse a sí mismo, al otro y al nosotros en las redes.

Siguiendo en este punto a Meillassoux, retomamos su idea de que el aporte de la filosofía es la invención de argumentaciones extrañas; así, el tema de la contingencia como el elemento que designa la posibilidad de ser en-sí de las cosas nos permite traer el fenómeno del amor descorporizado como una expresión posible del amor-pasión y, por consiguiente, una posibilidad de un ser-nosotros.

El amor dialogado entre dos receptores explícitos en Internet se refiere aquí, entonces, a la necesidad de asociar diversas prácticas amorosas cargadas de concepciones culturales, las cuales se centran en la observación de un fenómeno sentimental-comunicativo como algo físico. De este modo, las nuevas expresiones y límites de la proyección del cuerpo, vitalizado por las experiencias en las redes de Internet, se vuelven prácticas que promueven la idea de que, si bien el amor (dentro de su polisemia) es de fácil acceso en los sitios de encuentro de las redes virtuales, es una opción que logra consumarse en las mismas y trasciende la intensidad de su expresión y la temporalidad.

Esta idea de los posibles encuentros amorosos en Internet se basa en modelos de interacción y de algoritmos diseñados para el movimiento e intercambio de oportunidades, las cuales ofrecen una serie de opciones y diversidades expresivas que permiten el desarrollo de las relaciones amorosas más allá de la inmediatez del cuerpo. El dinamismo del mercado de las ilusiones (y, por ende, del amor descorporizado) coloca los encuentros de citas de compañía, el sexo de oportunidad y los mercados formales de comercialización del cuerpo al margen de las redes que ofrecen pornografía y espectáculos amorosos en tiempo real. De esta manera, las interacciones de las relaciones a distancia, la duración de las mismas y la distancia entre los implicados son fenómenos presentados como referentes en un mapa de interacciones a distancia:


Fuente: http://www.traveler.es 01/06/16

La idea se ilustra en esta imagen, que refiere un imaginario documentado de la intensidad de las relaciones a distancia, señaladas por millas y conectividad. De ahí que las implicaciones sobre las posibilidades de existencia de relaciones de amor descorporizado se remitan a documentar la intensidad, la oportunidad, la correlación entre las personas y una realidad llena de interioridades que expresan diversas imágenes del para-nosotros, concepto planteado en la relación del círculo correlacional de Meillassoux.

Estableciendo la imagen como un recurso inmaterial de referencia a las relaciones descorporizadas, podemos enfatizar la idea de un mundo de expectativas construidas y mediadas por la técnica; donde es posible identificar diversas prácticas en las redes, tales como las proyecciones de imágenes eróticas-sensuales, la textualización de sentimientos, la creación de perfiles a la carta, las modas (en el uso de expectativas asociadas al contexto inmediato en que son producidas) y la materialización de encuentros en el ciberespacio. Pero parece que hay un cierto grado de vulnerabilidad que permea las relaciones que se establecen, mismas que dependen de un intrincado cruce de expectativas que incluso resisten y dan cuenta de una alta posibilidad de engaños y falsas ilusiones.

¿Cómo pensar el concepto de amor descorporizado desde un planteamiento ultramoderno desbordado de inmediatez, de virtualidad; recreando las expresiones amorosas que son seductoras por la diversidad, y que se disfrazan en el anonimato de los textos para perpetuarse como diásporas por la duración de los encuentros en las redes de Internet?

La noción de ultramodernidad propuesta aquí se inspira en Marina.[6] Se basa en la idea de que a los ultramodernos les interesan los asuntos de la vida cotidiana: la educación, el arte, la política, la religión, el saber, el crear y, por supuesto, la tríada mágica: el sexo, el amor y la familia, razón por la cual viven del relato, del contar una y otra vez la historia que los une como seres queridos. En este sentido, se trata de narrar detenidamente los acontecimientos importantes que definen la vida.

Los relatos ultramodernos son los textos que plasman la voluntad de salir de uno mismo para ir al encuentro del otro, quien vive en las redes de Internet. La pregunta por esta realidad sin cuerpo pone a prueba el riesgo de la volatilidad virtual y reflexiona sobre la incertidumbre de la expresión del amor-pasión cuando depende de un relato discursivo, de un texto proyectado, de la expresión de la personalidad. El amor así, sin cuerpo, puede ser considerado una experiencia ambigua porque juega con lo posible y representa una aspiración a consumar en lo virtual, un imaginario poderoso sobre el amor que tiene como expresión final un amor intenso, desbordado del cuerpo.

«Si la función primordial del aparato sentimental
es la vinculación del sujeto
con los objetos que precisa para vivir y sobrevivir
¿qué se deriva de esa vinculación?» -Castilla del Pino

En la idea de Marina, podemos recrear que:

“[…] vivimos entre ideas, palabras y sentimientos, y necesitamos que sean tan claros como los manantiales […] la ultramodernidad, un nuevo modelo de inteligencia, que une el rigor y la poesía, el dramatismo y el sentido del humor, la ciencia y el sentimiento, lo abstracto y lo concreto, la historia y el futuro. Aspira a una triple finalidad: explicar, embellecer y transformar la realidad”.[7]

Nos encontramos entre dos líneas de pensamiento para comprender las posibilidades en que se expresa el amor descorporizado: por una parte, la discusión de Meillassoux sobre la contingencia y la facticidad como una forma de abordar la realidad; por otra, el tema de los ultramodernos con Marina, que propone un desplazamiento ético en torno a textualizar la realidad.

Con estos precedentes, el relato de viaje de 600 participantes (Condé Nest Traveler(http://www.traveler.es/06/16) establece un mapa de las relaciones de larga distancia que superan diversas ideas sobre la temporalidad, la accesibilidad geográfica y la limitación económica. Si bien destacan algunos relatos en narrativas de encuentros y rupturas, la idea de un Atlas de las relaciones de larga distancia alimenta la idea del mercado del amor, de los viajes, de la oportunidad de los servicios turísticos; sin embargo, desde el punto de vista filosófico y, específicamente, desde la construcción cultural de la condición amorosa, el problema se centra en abordar un concepto de amor desbordado no sólo por las experiencias en los mundos virtuales de las redes de Internet, sino por la concepción del amor como un objeto de consumo romántico para propiciar la distancia y, por ende, los viajes de encuentro y desencuentro, mismos que no serían posible sin la categoría de anticipación, pues un encuentro amoroso a través de las redes no tiene sentido de duración si no es un deseo anticipado y construido por un para-nosotros.

La literatura en torno a esta reflexión se basa, por decir de alguna manera, en un diálogo entre dos paradigmas que cuestionan el sentido de la realidad y permiten establecer una relación extraña con el tiempo del deseo anticipado. De esta manera, es posible mantener una relación a distancia no como un hecho consumado o fáctico que está a la vista, sino como la anticipación de una condición drástica sobre el otro, sobre el encuentro amoroso con el otro.

El realismo filosófico en la voz de Meillassoux nos ha permitido suponer un relación entre el significado de las palabras, el ser en-sí y el para-nosotros. Esto con la finalidad de comprender la contingencia como un punto de partida para cuestionar si el amor descorporizado es real en el mundo de los encuentros virtuales. Desde esta perspectiva, surge la consideración de un dispositivo práctico que parte desde el mundo exterior a la mente del sujeto; así, la relación del amor descorporizado existe por sí misma; sin embargo, por otra parte, existe en la recreación de un para-nosotros. En este sentido, el amor del que se habla es una expresión, entre muchas otras, de un mundo exterior, de ahí que se pueda comprender y modificar, pues, en alguna medida, vive en-sí y permite construir el para-nosotros permisible. Resulta irrelevante, entonces, si el amor-pasión conceptualizado socialmente entre las personas es concebido tanto en el uso compartido de las coordenadas socio históricas, como en el modo de su presentación de intensidad pasional y número de participantes.

Por otra parte, las corrientes avocadas al uso del lenguaje que viven del consenso en los significados (y que, en nuestro caso, suponen una relación ultramoderna, siguiendo la idea de Marina[8]) y parten de una representación mediadora del sentido del diálogo textual, ponen de manifiesto la aceptación de un interés por los vínculos sociales no sólo como una cuestión de acuerdos entre las subjetividades, sino como el sustento de una realidad que supera la presentación efímera de las entradas y salidas del mundo virtual para contrastarse con el momento presencial en la vida alternativa que construye cada individuo a partir de su propio imaginario de oportunidades de diálogo.

Esta idea permite ilustrar las dicotomías virtual-real, dentro-fuera, interioridad-exterioridad como un ámbito combinado de las desigualdades de la percepción de la temporalidad y la presencia-ausencia. El fenómeno del amor descorporizado permite toda clase de encuentros textuales (exteriorizados con el lenguaje) que exponen la naturaleza esquiva y diversa del mismo.

Facticidad desde el realismo que pone en las cosas mismas su posibilidad de existencia y que se vuelve una estrategia de construcción del vínculo amoroso con el otro, y la textualidad desde un estructuralismo avalado por el sentido ético de ser-nosotros, donde la proyección del otro y el juicio sobre lo que proyecta pueden generar falsas ilusiones y equívocos sobre una relación polisémica en las redes de Internet.

En ambas posturas existe el riesgo latente de que la resolución de la realidad puesta en juego (esto es, la posibilidad del amor sin cuerpo) no siempre presente una contrapartida en la percepción; la apariencia del texto en las redes sintetiza simbólicamente al otro, amado, sin cuerpo, con un amplio margen de equivocación sobre lo que se está presentando, porque finalmente no es sino una emanación virtual de la proyección deseada.

La descorporización de las personas en el mundo Internet es una metamorfosis compleja basada en el principio de relacionalidad cíclica, concepto que cuestiona la linealidad de los discursos y cobija diversos sitios que ofrecen creaciones textuales del amor como un amplio mercado de fantasías y deseos. Esta diversidad de proyecciones es una ventana a un universo creciente que da pie a la presentación de una metáfora clave para esta reflexión: la existencia del cuerpo sin órganos: “El cuerpo sin órganos se opone, pues, no tanto a los órganos como a la organización de los órganos, en la medida en que ésta compondría un organismo. No es un cuerpo muerto, es un cuerpo vivo, tanto más vivo, tanto más bullicioso cuanto que ha hecho desaparecer el organismo y su organización”.[9]

En este mismo sentido, podemos entrelazar la expresión de los sentimientos involucrados: “Nadie hace el amor con amor sin constituir para sí, con el otro o los otros, un cuerpo sin órganos. Un cuerpo sin órganos no es un cuerpo vacío y desprovisto de órganos, sino un cuerpo en el que lo que hace de órganos […] se distribuye según fenómenos de masa”.[10] Esta provocativa propuesta pone en algo intangible –el fenómeno de la masa– la vivencia de lo concreto como un pensamiento materializado que no abandona la cultura, la historia ni la apología del sentimiento amoroso, sino que libera la posibilidad en la expresión de la experiencia misma.

Una idea de mayor claridad en este planteamiento es la posibilidad de resolución desde Deleuze,[11] con quien se afirma que la noción de diferencia no es un concepto, sino un entramado que permite dar cuenta de las palabras desbordadas por los significados presentes. En esta misma línea encontramos manifestaciones de Bauman[12] y un atisbo de acuerdo con Zizek[13] sobre las controversias en el entramado Internet.

Ser-en-sí es una palabra que retomamos en la referencia de Meillassoux, para recrear la posibilidad de un amor sin cuerpo. Es un atisbo a una realidad que va tomando forma en las diversas proyecciones virtuales y que materializa la idea de Bauman[14] de que la vida moderna asume diversas formas unidas por la fragilidad, la temporalidad, la vulnerabilidad y la inclinación al cambio constante.

Así, el planteamiento se enriquece enfatizando esta última propuesta de Bauman[15] para matizar los supuestos amorosos, al asumir una realidad que se va fragilizando desde una complejidad que potencia una confusión entre la vivencia de lo inmediato con lo mediato; este planteamiento, coincide con la idea de Zizek que pone en consideración: “Lo real sobre lo que el ciberespacio pasa los límites es entonces la repudiada fantasmática del apego pasional, la escena traumática que no tiene lugar en la vida real […]”.[16]

Las ideas presentadas , cuestionan una realidad alternativa frágil y fantásmica que permite la concepción de un amor descorporizado, un ser que materializa el erotismo en textos y genera una posibilidad del sentimiento amoroso desde la fusión entre lo tecnológico- humano para resaltar las prácticas que ponen en relieve algunos valores fundantes sobre la humanidad, como lo son: el amor, la ética en la presentación de los sentimientos, la posibilidad de integración de las unidades básicas de reproducción de la sociedad, las parejas, y un repertorio de implicaciones en el cambio de las relaciones sociales, asociadas a los acuerdos de encuentro más allá del cuerpo.

Ciertamente hablamos de posibilidades manifiestas del cuerpo textualizado, de la búsqueda de una metanarrativa amorosa, que permita pensar en los supuestos ontológicos que emergen detrás de la técnica, en las dimensiones del cuerpo en la nueva sociedad tecnológica, es decir un cuerpo humano emergente, fluidificado.

Así, establecemos la posibilidad de que un ser como –un no-ente corpóreo– amante que se recrea a sí mismo desde relacionalidades, nutridas desde los imaginarios clásicos de la historia natural del amor para hacer posible su proyección, y permitirse consumar diversos ciclos de metamorfosis virtuales, dando cuenta así del uso de las posibilidades que se ofrecen tanto en las redes de Internet en general, como en las comunidades virtuales específicas que se especializan en búsquedas amorosas y permiten al usuario, una vez recreado en textos respecto a sí mismo, formar parte en nuevos escenarios de interacción y recreación amorosa.

 

«Si la función primordial del aparato sentimental
es la vinculación del sujeto
con los objetos que precisa para vivir y sobrevivir
¿qué se deriva de esa vinculación?» –Castilla del Pino

Finalmente, hablamos así de textualidades vivas, asociativas, interactivas que aluden a la conformación de existencias y realidades plurales, colectivas y materializadas en intrincadas redes de conexiones virtuales.

Respecto al amor, la literatura es prolífera, sobre todo cuando hablamos de la historia natural del amor y encontramos en ella múltiples clasificaciones entre los tipos de amores asociados a una gama de sentimientos y emociones. El amor es entendido como un sentimiento, una actividad de la conciencia, una mediación entre el acontecimiento emocional y el pensamiento, mismo que pone en marcha un estado de ánimo específico. Por lo tanto, la disposición de amar da pie a una primera visión de la posibilidad de alcance de lo amado.

El amor descorporizado no deja de ser un sentimiento pleno, producto de una gama de emociones reactivas ante lo inmediato que marcan la piedra de toque para configurar una ontología del amor como existencia efímera; esto es, un sentimiento difuso y errático que se proyecta en el espacio virtual como la oportunidad de un encuentro discursivo en una exposición de lo erótico sublimado. Todo esto desde la intensidad de los encuentros textuales que dependen de su capacidad de despertar emociones en el otro.

La materialización del amor descorporizado como sentimiento requiere integrar cierta permanencia en las expresiones emotivas hacia el otro; de hecho, deben incluir al otro. Es así como el principio de correlación no sólo anuncia el problema de una descorporización del amor, sino el cuestionamiento sobre su existencia heterogénea (entre lo mediato y lo inmediato) como dualidades complementarias. Por consiguiente, tenemos, por un lado, la proyección del amor posible como discurso que se reconoce como una presentación textual, efímera y fragmentada; por otro, la proyección del cuerpo humano como un no-ente corpóreo que se aviva desde el apego pasional, ambiguo e interactivo y hecho posible desde la tecnología para presentarse en tiempo real fluyendo hacia el otro.

La doble posibilidad afectiva, de aceptación y de rechazo sobre el otro, permite al sujeto organizar su entorno para adaptarse; puede decirse así que la vinculación del sujeto con su contexto y la alineación interna de su proyección amorosa compromete un proyecto de modificación del entorno de acuerdo a los deseos y necesidades del sujeto para ser él mismo y ser con el otro.

Sin duda, la idea de un amor virtual, descorporizado, iluminado, fugaz, distante, cimentado en proyecciones textuales resulta un Frankenstein o un Prometeo moderno inspirado en la idea de que, pese a su composición desde lo diverso, arriba a una corporeidad aberrante, ausente. Esta expresión reclama para sí un nuevo espacio en la forma de entender al otro. Esto es una realidad visible en un contexto y efímera en otro, coexistiendo en los modos en que un ser humano se presenta como sujeto amante.

Desde esta perspectiva, finalmente, ser humano y ser sin cuerpo en la realidad virtual son equivalentes. Es una construcción a la carta. El laberinto narrativo lineal se descompone en fragmentos que proyectan el amor como una posibilidad de posesión no sólo de un cuerpo proyectado, sino de un cuerpo imaginado.

El discurso del otro es la narrativa de la realidad posible, es el sujeto textualizado al que referimos cuando reflexionamos sobre un amor sin cuerpo, un amor proyectado, ilusorio, asimilado en las redes y vitalizado en su recurrente reinvención del otro y de uno mismo. El deseo es así: deseo del otro. Es el deseo del texto del otro; la composición de la descarga de las emociones en la proyección de otro.

Estamos ante un amor de tipo discursivo, proyectado a la alteridad, reconocible en las figuras del habla y la escritura, poniendo a prueba la construcción de significado dependiente de los artefactos disponibles, e integrado de la suma de la tecnología y de lo humano que sea susceptible de fusionarse.

Fuente: https://2018.reflexionesmarginales.com/amor-descorporizado-realidades-ultramodernas/

Atendamos la gobernabilidad  

Por Christian Carrillo
“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.” – Winston Churchill

En el umbral del 2018 la clase política tiene que asumir un compromiso cívico y ético para llevar a cada rincón de México paz, crecimiento económico y prosperidad, y así combatir la inseguridad y la desigualdad social que sigue imperando en índices preocupantes en nuestro país.

Foto: niemanlab.org
Foto: niemanlab.org

Este compromiso debe atender la construcción de un modelo de gobernabilidad legítimo, eficiente, estable, transparente y económicamente sólido ajeno a las coyunturas electorales, el cual, debe estar acompañado de una participación ciudadana que contribuya con argumentos, propuestas y sin revanchismos a reducir los índices de corrupción, marginación y el distanciamiento entre ciudadanos, y gobernantes.

En este sentido, la gobernabilidad debe ser entendida como:
“un estado de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas sociales y la capacidad del sistema político (estado/gobierno) para responderlas de manera legítima y eficaz”. (Camou 2001:36)

Por ello, ante la efervescencia del proceso electoral 2018 no se debe limitar ni obstaculizar el trabajo y consolidación de las reformas estructurales, económicas, y de seguridad que deben dar sustento al desarrollo generacional de nuestro país en los próximos 30 años.

Es necesario aferrarnos al camino de la gobernabilidad por la vía democrática, donde la ley, las instituciones, los servidores públicos y centren sus esfuerzos en dar certeza legal y solución a las necesidades primarias de las presentes y próximas generaciones.

Ante este reto, atender la gobernabilidad significa:

  • Fortalecer el Estado Democrático de Derecho a través de la aplicación del binomio: respeto y cumplimiento de la ley; sin que la ley y las instituciones del Estado sean instrumento de represión política.
  • Ejercer la política centrando a la ley y a toda política pública en el mejoramiento de los ciudadanos y de las familias mexicanas para generar un desarrollo óptimo, de calidad y con justicia social.
  • Evitar la búsqueda del poder por el poder y de personajes populistas, y autoritarios.
  • Desarrollar todo mecanismo, proceso e instituciones para articular estrategias en favor de la seguridad y la protección de los Derechos Humanos.
  • Consolidar el desarrollo sostenible para erradicar los niveles de pobreza que aquejan a México y elevar su calidad de vida.
  • Contar con un sistema electoral y judicial donde destaque la imparcialidad independencia de sus decisiones.
  • Ejercer los recursos públicos de manera responsable, solidaria, transparente y sobre todo con justicia social.
Foto: mujericolas.blogspot.mx
Foto: mujericolas.blogspot.mx

En conclusión, México más allá de los tiempos electorales vive momentos de definiciones, como sociedad y como gobierno donde los factores de riesgo sociales, económicos, políticos y de seguridad están más latentes que nunca, si no son atendidos oportuna y adecuadamente podrían detonar un déficit o crisis de gobernabilidad, por lo que, es necesario tomar medidas preventivas con legalidad y con instituciones para lograr un equilibrio dinámico entre las demandas sociales y capacidad de respuesta gubernamental,[1]donde la legitimidad, la eficiencia y la ética pública sean los principios insoslayables de nuestra democracia y sobre todo de la gobernabilidad.

[1] http://www.institut-gouvernance.org/es/analyse/fiche-analyse-334.html

Mexican Times es un medio plural en el que convergen distintos tipos de ideologías, en ese sentido, las opiniones vertidas en la sección #Opinología son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista del medio.

Acerca de Christian Carrillo

Licenciado en Derecho con Estudios de Especialidad en Derecho Constitucional por la UNAM; Diplomados en Análisis y Prospectiva Política y Comunicación y Marketing Político por el Instituto Ortega y Gasset, Capítulo México; Certificate Overview of American Law, por Berkeley Law, University of California; Diplomados en Derecho Electoral, Parlamentario y Derechos Humanos por la UNAM. En la Administración Pública Federal, Director en la SEDATU y Subdirector en la AFSEDF; Asesor Parlamentario en las Legislaturas LX, LXI y LXII en la Cámara de Diputados, y en la III Legislatura de la ALDF; Asesor en Materia de Transparencia y en Vicepresidencia de la Mesa Directiva en la LXIII Legislatura en la Cámara de Diputados; actualmente Asesor en Vicecoordinación de Agenda Legislativa en la Cámara de Diputados.

La seducción narcisista en las redes sociales

Badiou plantea la filosofía hoy en día suturada en cuatro condiciones genéricas: el matéma, el poema, el amor y la política. Para la sutura del amor nombra como mayor representante a Lacan y su abordaje del deseo. Desde el abordaje filosófico y psicoanalítico, ¿es posible reinventar el amor desde las redes sociales? o, ¿son estas en su mismo planteamiento un obstáculo que ofrece todo lo contrario a lo que el amor debería ser?, ¿las redes sociales impiden que el uno pueda pensar en el dos?

En el presente trabajo se buscará exponer los puntos característicos del amor en la virtualidad. En específico, se abordarán los espacios de las redes sociales, sus implicaciones en el amor, la constitución del yo y la relación que se construye con los otros a partir de las herramientas que ofrecen. Todo esto, partiendo de que las redes sociales han desviado las relaciones interpersonales hacia el yo de tal manera que en su seducción alimentan el narcisismo e interrumpen la relación con el otro. En su ímpetu de mostrar, comunicar y acercar, ocultan al verdadero yo, privan al sujeto de un diálogo profundo, humano; lo alejan y alienan. Este dispositivo de poder no utiliza la coacción, sino que se sirve de la seducción para exprimir a sus usuarios en una productividad positiva.

Hablar de amor es, ante todo, un tema ya bastante complicado. Desde Platón hasta los autores más contemporáneos se ha intentado definirlo, describirlo y plasmarlo, pero aún no tenemos un saber final sobre el amor. Esto podemos verlo como una ventaja. Relacionarlo ahora con el tema de las redes sociales amplía su espectro.

Anselm Feuerbech, El banquete (1874)

Anselm Feuerbech, El banquete (1874)

Se propone el abordaje teórico de distintos autores, principalmente, Alain Badiou y Byung Chul-Han. Ambos han ofreciendo diferentes propuestas teórico metodológicas para el análisis de lo virtual y las redes sociales (en este caso, con sus implicaciones sobre el amor), un problema cuyas características, beneficios y complicaciones quizás aún no alcanzamos a comprender en su totalidad.

Por un lado, contemplamos a Badiou planteando la necesidad de reinventar el amor, como un acontecimiento azaroso y un riesgo.[1] Por otro lado, aunque no retomando el tema del amor directamente, Chul-Han describe nuestra sociedad contemporánea como impregnada de una necesidad por mostrar: transparente, pornográfica, excesivamente positiva.[2] Ambas propuestas, sin embargo, están enlazadas en un punto temporal y de problematización del sujeto, un sujeto contemporáneo.

Una reflexión en la que vale la pena hacer hincapié es precisamente en el libro de Byung Chul-Han La sociedad de la transparencia, abordando distintos rasgos característicos que para el autor enmarcan la sociedad contemporánea. Observamos en el capítulo “La sociedad de la exposición” un análisis de la función de esta sociedad positiva y características que marcan la vida en general de nuestra época y que encontramos en redes sociales.

Byung Chul-Han

Byung Chul-Han

Para el desarrollo de este primer punto retomo a Barthes, quien afirma lo siguiente: “En la sociedad positiva, en la que las cosas, convertidas ahora en mercancía, han de exponerse para ser, desaparece su valor cultural a favor; empalidece, se extenúa, desaparece”.[3]

La productividad de la sociedad positiva convierte la vida privada del sujeto en un espectáculo continuo. Reforzada por otras positividades como un “like”, la falta de negatividad no tiene un límite, no hay un momento cúspide; siempre podría ser más, siempre podría ser mejor; no permite la negatividad. Esta economía del placer en un mercado positivo nos lleva a un deseo inalcanzable. Se desea lo que no se tiene y siempre se puede tener más. Toda objetividad se vuelve numérica y comparativa con otros usuarios.

Podemos observar de qué forma las redes sociales promueven la exposición de espacios que en otros momentos se consideraron privados y cómo incitan a la muestra del yo como producto, pero ¿hacia dónde nos lleva esa sobreexposición?, ¿sería posible pensar que somos realmente esa imagen que se está mostrando?, ¿la realidad está compuesta de esos eventos o lo que se expone es otra cosa producida para imitar la realidad, para presentar lo que se quiere ver?, ¿Chul-Han nos habla de esta sociedad pornográfica?[4] Este descubrimiento es totalmente consciente. Provoca un gusto por ser observados, una autodisciplina de la exposición. Un compromiso con mostrar lo privado, lo que nos lleva a otros extremos: los territorios de lo público y lo privado se vuelven cada vez más tenues, con serias consecuencias, todas ellas parecieran tener beneficios para la explotación, el mercado, etc., y no para el sujeto. Así, observamos lo que apunta el filósofo: “La coacción de la exposición conduce a la alienación del cuerpo mismo. Este se cosifica como un objeto de exposición al que hay que optimizar. No es posible habitar en él. Hay que exponerlo, y con ello habitarlo. Exposición es explotación. El imperativo de la exposición aniquila el habitar mismo”.[5]

El cuerpo se ha hecho otro producto. Cosificado y alienado es explotado constantemente. No puede no serlo. Se elimina la negatividad en la sociedad, sin embargo, ¿a qué precio? Al precio del habitar el cuerpo mismo; el cuerpo visto como otro espacio de explotación para la productividad del mercado. Cotidianamente, podemos ver las consecuencias en productos que nos prometen ampliar la juventud: gimnasios veinticuatro horas al día los trescientos sesenta y cinco días al año, medicamentos para aumentar el desempeño físico: el cuerpo a disposición del mercado.

En este caso, no podemos pensar qué pasa con el no-mostrar, pues esa implicación de aparente resistencia tiene también sus consecuencias. Existe en ella una co-acción a quien no muestra. Esa salida de los carriles de la norma de la actualidad levanta sospechas que excluyen al sujeto de la deseada productividad: “Así mismo, en esta necesidad de mostrarlo todo, el no hacerlo coloca al sujeto en una situación desfavorable, no es posible no mostrar, ya que el no mostrar rompe la productividad positiva y el imperativo de la transparencia hace sospechoso todo lo que no se somete a la visibilidad. En eso consiste su violencia”.[6]

Violencia que nos asesta día con día, tan cotidiana y común, implícita en esta práctica en la que estamos inmersos. La invitación a compartir se encuentra abierta en cada momento y la resistencia a aceptarla nos excluye de esta sociedad; por lo tanto, cómo no aceptarla sin reparar en sus consecuencias personales y en las relaciones interpersonales.

Más allá de esto, Chul-Han marca una diferencia importante en el paso del tiempo respecto a la forma de mostrarnos hoy en día: “El mundo no es hoy ningún teatro en el que se representen y lean acciones y sentimientos, sino un mercado en el que se exponen, venden y consumen intimidades. El teatro es un lugar de representación, mientras que el mercado es un lugar de exposición. Hoy, la representación teatral cede el puesto a la exposición pornográfica”.[7]

El exceso de la exposición deviene en una exposición pornográfica, explicita a tal punto que no permite cierto ocultamiento bajo la premisa de mostrarlo todo “tal como es”.

Esto no se ve como una orden, sino más como una invitación, como un acto de libertad: se muestra lo que se quiere mostrar cada vez que se quiere mostrar, incluso a quién se quiere mostrar:

“Mientras que los moradores del panóptico de Bentham son conscientes de la presencia constante del vigilante, los que habitan en el panóptico digital se creen que están en libertad. […] Lo que garantiza la transparencia no es la soledad mediante el aislamiento, sino la hipercomunicación. La peculiaridad del panóptico digital está sobre todo en que sus moradores mismos colaboran de manera activa en su construcción y en su conservación, en cuanto se exhiben ellos mismos y se desnudan”.[8]

Esta construcción está conformada por distintos entes voluntarios que permiten ser vistos, expuestos principalmente por lo que luce como un placer, un modo de distraerse o de gastar el tiempo.

Alain Badiou

Alain Badiou

La seducción narcisista de las redes sociales impide el amor. Lacan nos lanza la siguiente propuesta: “[…] es en el amor donde el sujeto va más allá de sí mismo, más allá del narcisismo”.[9] La frase anterior es digna de una amplia reflexión, pues nos indica que el otro es condición de posibilidad para el amor. Sin la figura del otro, lo que seguimos teniendo no es amor, sino sólo goce. Sin embargo, podemos encontrar que el narcisismo es la base de las redes sociales, pero no es un narcisismo simplemente contemplativo. Su actividad se basa en la seducción que provoca a cada momento la atracción de algo más que nunca llega, que siempre se mantiene un poco más adelante, que nunca podremos saciar.

Badiou, recordando a Lacan, dice que “[…] el otro te sirve para descubrir lo real del goce”.[10] Lo que encontramos en las redes sociales es una exposición constante que nunca llega a saciarse. Todo el tiempo se puede hacer más. Hay, en todo esto, un exceso de positividad que deja exhausto en un mercado volátil y cambiante. No se incluye al otro más que con un sentido utilitarista. Por lo tanto, estamos hablando del otro público que alimenta el narcisismo y no de “otro” que, mediante la relación, haga crecer al yo y haga descubrir lo real del goce. Por el contrario, parece un goce ficticio, la ilusión del goce que encierra al yo en lo uno.

Abordando la dimensión política del amor, Badiou nos hace recordar lo que verdaderamente se opone al amor: “Se podría decir: el principal enemigo de mi amor, aquel a quien debo vencer, no es al otro, es a mí mismo, al “yo” que quiere la identidad contra la diferencia, que quiere imponer su mundo filtrado y reconstruido en el prisma de la indiferencia”.[11]

Tenemos una postura diferente en este caso. El yo puede presentar un autosabotaje hacia el amor, no ir hacia el otro, sino volver hacia sí mismo quedando en lo uno sin llegar al dos, no permitiendo la diferencia y buscando la unidad. Aunado a esto, con las nuevas herramientas virtuales (redes sociales, plataformas para conocer una pareja ideal), el amor puede encontrarse en serios apuros en la actualidad.

René Magritte, Los amantes (1928)

René Magritte, Los amantes (1928)

Sin embargo, ¿qué es lo que nos sigue motivando a hacer nuestra vida pública?, ¿qué nos provoca aislarnos del otro para cosificarnos y explotarnos por medio de la exhibición? Pareciera como si algo nos llevara a hacer lo que ya sabemos, pero, aun así, lo hacemos. ¿Cuál es la fuerza que nos lleva a mostrarnos?

“La seducción de los ojos. La más inmediata, la más pura. La que prescinde de palabras, solo las miradas se enredan en una especie de duelo, de enlazamiento inmediato, a espaldas de los demás, y de su discurso: encanto discreto de un orgasmo inmóvil y silencioso. Caída de intensidad cuando la tensión deliciosa de las miradas luego se rompe con palabras o con gestos amorosos. Tactilidad de las miradas en la que se resume toda la sustancia virtual de los cuerpos (de su deseo) en un instante sutil, como en una ocurrencia -duelo voluptuoso y sensual y desencarnado al mismo tiempo- diseño perfecto del vértigo de la seducción, y que ninguna voluptuosidad más carnal igualará en lo sucesivo. Esos ojos son accidentales, pero es como si estuvieran posados desde siempre en usted. Privados de sentido, no son miradas que intercambian […] signos puros, intemporales […]. Todo sistema que se absorbe en una complicidad total, de tal modo que los signos ya no tienen sentido, ejerce por eso mismo un poder de fascinación extraordinario”.[12]

La seducción, ese juego de observar y ser observado, nos atrae y nos atrapa, conoce de qué forma funciona el deseo: siempre en busca de más. El exponerse necesita del otro, pero solo para el goce, no permite el amor, solo alimenta el narcisismo, un acercamiento que aleja al otro, le permite ver, pero nunca acercarse al yo real. La mirada del otro convierte en espectáculo la privacidad y la seducción conlleva al deseo.

Desde el punto de vista del psicoanálisis podemos retomar el concepto propuesto por Freud y retomado por Laplanche y Pontalis,[13] aquel que designa un estado precoz en el que el niño catectiza toda su libido sobre sí mismo. La catexis es la energía que ponemos en los objetos y muestra la cantidad y forma de afecto con el que libidinizamos los objetos humanos o materiales con los que nos identificamos. Podemos identificar esta etapa con el narcisismo primario, primer narcisismo en que el niño se toma a sí mismo como objeto de amor antes de elegir objetos exteriores.

El primer modo de satisfacción de la libido sería el autoerotismo, es decir, el placer que un órgano obtiene de sí mismo; las pulsiones parciales buscan satisfacerse en el propio cuerpo.

CARAVAGGIO (AUTORÍA DUDOSA), NARCISO EN LA FUENTE (1600)

CARAVAGGIO (AUTORÍA DUDOSA), NARCISO EN LA FUENTE (1600)

Por tanto, podemos analizar que con ese juego de la mirada, al ser observado y observar, nos sumergimos en un narcisismo primario, el cual habríamos atravesado tiempo atrás. Sin embargo, la forma de operar de estas redes nos producen una regresión que no permite al sujeto salir de ese estadio: anclado a la vista y contemplación de imagen, se priva del contacto con el otro, le utiliza y le vuelve productivo solo en valor numérico, solo en una forma de aumentar y reforzar el narcisismo, más no como una oportunidad de encuentro, de crear una forma de salir de sí para encontrar al otro. Por el contrario, el usuario queda lapidado en la prisión narcisista del yo y su imagen. Esta visión sería bastante cercana a las sociedades distópicas de las que nos habla Chul-Han. Sin embargo, en Badiou podemos encontrar un poco más de esperanza. Rimbaud nos dice que “el amor está por reinventar, ya se sabe”.[14] Y podríamos, quizá, surcando todos estos dispositivos de producción del mercado, encontrar al dos, superar el narcisismo, si damos una inversión de estos sistemas, si los entendemos y modificamos a nuevas formas que nos sean adecuadas en lugar de adecuarnos a ellos. Ya que, como alguna vez dijo Deleuze al comienzo de su Post-scriptum sobre las sociedades de control: “No hay lugar para el terror ni la esperanza, solo cabe buscar nuevas armas”.[15]

Tendremos nosotros que encontrar estas nuevas maneras, no acostumbrarnos a nuevas formas, sino describirlas y analizarlas para intentar modificarlas y adaptarlas a las distintas subjetividades que encontraremos en este nuevo siglo, pues somos nosotros lo que habitamos este presente. Deleuze termina su texto con palabras contundentes: “Son ellos quienes tienen que descubrir para qué les servirán tales cosas, como sus antepasados descubrieron, penosamente, la finalidad de las disciplinas. Los anillos de las serpientes son aún más complicados que los orificios de una topera”.[16]

 

Bibliografía

  1. Badiou, Alain, Elógio del amor, Paidós, Argentina, 2012.
  2. Badiou, Alain, Manifiesto por la filosofía, Nueva Visión, Argentina, 1990.
  3. Barthes, Roland, La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía, Paidós, España, 1990.
  4. Baudrillard, Jean, De la seducción, Cátedra, España, 2001.
  5. Deleuze, Gilles, Conversaciones, Pretextos, España, 2006.
  6. Han, Byung-Chul, La sociedad de la transparencia, Herder, España, 2013.
  7. Han, Byung-Chul, La sociedad del cansancio, Herder, España, 2012.
  8. Laplanche, Jean & Portalis, Jean-Bertrand, Diccionario de Psicoanálisis, Labor, México, 1996.
  9. Rimbaud, Arthur, Una temporada en el infierno, Moro, Argentina, 2013.
  10. Serrano Barquín, Carolina; Salmerón Sánchez Francisco; Rocha Reza, Sonia; Villegas López, Luis, “De la mirada y la seducción”, Límite 6 (24): 69-82, 2011.
  11. Sibilia, Paula, La intimidad como espectáculo, Fondo de Cultura Económica, Argentina, 2008.

 

Notas

[1] v. Badiou, Alain, Elógio del amored. cit., p. 5.
[2] v. Han, Byung-Chul, La sociedad de la transparencia, ed. cit., p. 19.
[3] Barthes, Roland, La cámara lúcida, ed. cit., p. 43.
[4] v. Han, Byung-Chul, La sociedad de la transparencia, ed. cit., p. 29.
[5] ibídem, p. 30.
[6] ídem.
[7] ibídem, p. 68.
[8] ibídem, p. 89.
[9] Badiou, Alain, Elógio del amor, ed. cit., p. 8.
[10] ídem.
[11] ibídem, p. 19.
[12] Baudrillard, Jean, De la seducción, ed. cit., p. 75.
[13] v. Laplanche, Jean & Portalis, Jean-Bertrand, Diccionario de Psicoanálisis, ed. cit.
[14] Rimbaud, Arthur, Una temporada en el infiernoed. cit., p. 59.
[15] Deleuze, Gille, Conversaciones, ed. cit., p. 151.
[16] ibídem, p. 155.

Impunidad, sistemas anticorrupción y rendición de cuentas: 3 temas a seguir durante las elecciones de 2018

Tres temas a seguir durante las elecciones de 2018

Por Aram Barra

themexicantimes.mx


En el 2018 se espera que un impresionante número de votantes, alrededor de 350 millones de personas, acudan a las casillas de votación en Brasil, Colombia, México, Venezuela, Costa Rica y Paraguay para escoger nuevos presidentes y, en varios casos, nuevos cuerpos legislativos y ejecutivos en lo local. Existen al menos tres temas que vale la pena seguir durante estos seis procesos electorales, a saber:

  1. Impunidad, sistemas anticorrupción y rendición de cuentas

El tema más sonado en América Latina durante el 2017 fue el de impunidad. La opacidad política que plagó nuestra región en años recientes se puede resumir con el infame caso de la empresa Odebrecht, que según el Departamento de Justicia de EE.UU., ha sobornado a funcionarios públicos de 12 países para obtener contratos de desarrollo.

Resultado de imagen para fotos voto

En Guatemala, las recientes movilizaciones públicas en torno al #PactoDeCorruptos desestabilizaron el nuevo gobierno de Morales, al ser acusado por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público de financiamiento ilícito durante su campaña. Demostrando con ello el descontento y capacidad de movilización que el tema tiene en la población.

Quizás el más paradigmático de los casos anticorrupción es el que resultó en la destitución de Rousseff en Brasil. Aunado a una pobre respuesta a las demandas sociales, los brasileños hoy tienen quizás al cuerpo legislativo más corrupto de la región. El 60% del Congreso de Brasil enfrentan cargos por corrupción, tráfico de influencias, soborno, secuestro, homicidio, lavado de dinero y deforestación ilegal. No sorprende que el ejecutivo tenga una aprobación de alrededor de 3% de la población.

En México, la actual legislatura cuenta con 15 diputados que han estado involucrados en procesos penales, 12 señalados por corrupción y ocho tienen denuncias por presuntos nexos con el crimen. También, ocho han sido acusados de presunto enriquecimiento ilícito y a 21 se les ha señalado de uso indebido del cargo. El gobierno está plagado de escándalos de corrupción. Así lo demostró este lunes el gobernador de Chihuahua, Javier Corral. También lo hizo en su momento Animal Político con la investigación de ‘La Estafa Maestra’.

El discurso que logren articular los candidatos de la región para liderar nuevas administraciones transparentes y que rindan cuentas serán no sólo clave en el proceso electoral, sino en comenzar a construir un nuevo sistema político en el que los ciudadanos latinoamericanos podamos creer.

  1. Nuevo paradigma de seguridad y política de drogas

La disputa por el nuevo paradigma de seguridad es uno de los temas más calientes en la agenda regional. Apetece pensar que fue en un pasado distante cuando dictadores como Augusto Pinochet o Jorge Rafael Videla mandataban desde sus cuarteles a sus ejércitos para coartar la libertad de sus ciudadanos. Incluso la historia reciente de conservadores como Felipe Calderón o Álvaro Uribe, con sus políticas militares de “mano dura”, parecen ya lejanas.

Sin embargo, el gobierno golpista de Temer, la muleta militar de Maduro para conservar el poder en Venezuela y la reciente aprobación de una ley de “seguridad interior” en México nos hacen recordar que nuestra región sigue siendo la más violenta del mundo. Casi 4 de cada 10 homicidios del planeta suceden en América Latina. El paradigma actual de seguridad (la represión, el prohibicionismo y el militarismo) no han hecho sino exacerbar la violencia.

La nueva amenaza conservadora que representan Iván Duque en Colombia, José Antonio Meade y Margarita Zavala en México o Jair Bolsonaro en Brasil, son apenas muestras de los discursos que pretenden sofocar la reivindicación por la paz y la libertad. Por el contrario, voces que buscan impulsar procesos de desarme, pacificación y amnistía son ya fuertemente criticadas en El Salvador y en México. El reto se mantiene en convencer a los electorados que el ojo por ojo nos dejará a todos ciegos.

En Colombia, los comicios serán sin duda decisivos para el futuro de los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la construcción de un acuerdo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), aún en proceso. La participación de algunos exguerrilleros a través de Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (con el mismo acrónimo de FARC), da sin duda una connotación especial a las elecciones en ese país.

  1. Participación ciudadana y candidatos independientes

Quizás el tema más interesante por seguir en los procesos electorales es el nuevo impulso de participación ciudadana provocado a lo largo de la región por el hartazgo con las cúpulas partidistas y los políticos de siempre. La llamada crisis de representatividad de los partidos ha producido una nueva generación de candidatos ciudadanos a los que vale la pena seguir la pista, y analizar las nuevas narrativas que proponen.

El acometimiento de Gabriel Boric, Giorgio Jackson y muchos otros líderes estudiantiles en Chile es apenas un ejemplo desde el sur del hemisferio. En Brasil, grupos de ciudadanos han optado por organizarse para resolver los principales problemas de Sao Paulo y Río de Janeiro. Hoy luchan para crear mecanismos de acceso al poder por la vía independiente.

En medio de la crisis de narrativas frescas que ilusionen al votante, en Colombia, tras una “ola verde” trunca con Juan Manuel Santos, emociona la posibilidad de un candidato independiente con “perfil ciudadano” como Sergio Fajardo. El éxito de Pedro Kumamoto en México, es quizás el más conocido del país, pero ahí están también los procesos de Armando Ishikawa en Puebla, Susana Ochoa en Jalisco y Roberto Castillo en la CDMX.

Estas iniciativas emocionan porque retan la práctica política y buscan priorizar lo que importa a los ciudadanos, en congruencia con su propuesta electoral. Devolver al centro de la agenda la importancia de acceder al poder para transformar con un agenda en mano es una revolución pacífica necesaria en América Latina. Si de paso nos podemos deshacer de una generación de políticos rancios y corruptos, pues qué mejor.

Cumplir con el valor de la palabra, ofrecer transparencia, rendición de cuentas y nuevos modelos de seguridad ciudadana y justicia: ahí tres temas de vital importancia para nuestras democracias y que tendrán mucho de que hablar en este 2018.

Mexican Times es un medio plural en el que convergen distintos tipos de ideologías, en ese sentido, las opiniones vertidas en la sección #Opinología son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista del medio.
 Imagen relacionada

Acerca de Aram Barra

Internacionalista por la UDLA México y maestro en política y administración pública por New York University y University College London. Actualmente se desempeña como consultor independiente en temas de salud, seguridad y derechos humanos.