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Cuando los hijos saben que uno de los padres dirá “sí”

“Mi hijo de 15 años prefiere pedirle los permisos a su papá, pues sabe que es más probable que él diga ‘sí’ sin pedir detalles. Yo termino siendo la “mala” porque insisto en saber con quién va o llamo a los padres de la casa donde tendrá lugar la fiesta. Mi esposo dice que debemos tenerle confianza. ¿Cómo debemos actuar?”

Los padres enfrentamos el reto de mantener un balance entre los privilegios y la seguridad de nuestros hijos. Cuando uno de los dos es más protector y propenso a preocuparse, tiende a imaginar de manera más vívida los peligros que encontrará su hijo fuera de casa. El adolescente percibe de inmediato cualquier fisura en la unidad paterno/materna y se arrima hacia aquel de sus padres que sea más proclive a darle libertades. A fin de minimizar las fuertes emociones y los conflictos que surgen al tomar decisiones con respecto a los hijos, sigan estos pasos:

Hablen sobre el compromiso que ambos tienen con su matrimonio y con su rol de padres. Tanto su hijo como su relación se verán beneficiados si logran presentar un frente unido en cuanto a las reglas de la casa. Compartan los pensamientos que cruzan por sus cabezas cuando les pide un permiso. Ejs.: “Solo quiere divertirse”, “Hay que tenerle confianza”, “Me odiará si le digo que no”, “Sé que va a haber alcohol en la fiesta”… y platiquen sobre la forma de mitigar esas inquietudes.

Consideren el nivel de desarrollo de su hijo. La adolescencia es un periodo de inseguridad en el que los chicos desean pertenecer al grupo que parezca traerlas todas consigo y se sienten invulnerables a todos los peligros. Averigüen qué piensa, espera y sueña su hijo. Pregúntenle cómo puede convivir con sus amigos sin ponerse en riesgo ni causarles una excesiva preocupación. (Acéptalo: siempre te vas a preocupar, aunque sea un poco).

Decidan con anticipación los permisos básicos con los que ambos padres se sientan cómodos en determinados escenarios y prométanse que presentarán sus decisiones como equipo. Déjenle saber a su hijo cómo funcionan las reglas que aplican para fiestas y salidas. Cuando los sorprenda con un plan que no encaje en los permisos preestablecidos, respondan: “Hablaré con tu padre/madre de esto y luego te daremos una respuesta.” Después discútanlo en privado.

Establezcan mecanismos para expresar su mutuo respaldo. Una forma es dejar que el padre más estricto hable primero y que el otro lo apoye: “Tu madre/padre dijo que no y yo estoy de acuerdo.” Si su hijo presenta un argumento razonable, díganle que lo van a considerar de nuevo y háganlo en privado. Si cambian de opinión, que sea el padre más estricto quien le dé la buena noticia, a fin de ayudar a balancear la concesión.

Acuerden de antemano cómo actuar ante cualquier actitud o comportamiento negativo, de modo que su hijo perciba que se apoyan el uno al otro. Ej.: “No es correcto que le hables de esa manera a tu madre/padre y esta es la consecuencia…”

Conversen con su hijo sobre situaciones hipotéticas. Eso les reafirmará que será capaz de tomar buenas decisiones en circunstancias difíciles o riesgosas. Ej.: Saquen de manera casual en la conversación escenarios sobre los que hayan sabido sin mencionar nombres. Pregunten a su hijo qué hubiera hecho él en tal o cual situación. Si su respuesta es razonable, déjenle saber que les complace su forma de pensar y añadan algunas sugerencias. Si su respuesta no es satisfactoria, sugieran posibles consecuencias y pregúntenle qué otra cosa podría hacer en vez de eso.

Sepan que construir confianza y carácter lleva su tiempo. Háganle saber a su hijo que mientras más confiable demuestre ser, más confianza le van a tener. Quieren que se divierta, pero también lo aman y por ende, su seguridad es su principal preocupación. A veces deben tomar decisiones difíciles, pero al apegarse a las reglas le demuestran su amor, aun cuando se topen con una expresión de tristeza, decepción o enojo. No doblarse ante la presión cuando las cosas no les parecen seguras es una habilidad que esperan que su propio hijo ejercite cuando se aventure en el mundo.

Cuando sea necesario, busquen ayuda profesional, lo cual es muestra de amor, no de debilidad
Un terapeuta los puede ayudar a formular sus preocupaciones y conflictos, con el objeto de encontrar soluciones que funcionen para todos.

Ante la duda, recuerden que los adolescentes suelen admitir que los padres demasiado permisivos no se preocupan lo suficiente por sus hijos. Así que, muy en el fondo, saben que a veces un “NO” es en realidad un “SÍ” al profundo amor que sienten por él.

(La Dra. Lynda S. Madison es psicóloga clínica, autora y directora de FOCCUS, Inc. USA., especialista en temas relacionados con niños, familias y matrimonios.)

¿Por qué el rock despierta al animal que llevas dentro?

 

No hay duda de que el rock es altamente estimulante. Pero ¿existe alguna causa detrás de este fenómeno que no sean los requintos de las guitarras y el estrepitoso repiqueteo de las baterías?

UCLA Center for Behavior, Evolution and Culture de los Angeles, Ca. De acuerdo con algunos científicos, el rock saca el animal que tenemos dentro porque recrea el sonido primitivo de la llamada sexual o de auxilio, aludiendo a cierto tipo de comportamiento.

Los sonidos abruptos, ásperos y discordantes, las distorsiones aleatorias y los repentinos cambios de frecuencia producidos por los instrumentos, así como los gritos y las expresiones de los cantantes, tan característicos del rock, son similares a las señales de peligro o de excitación generadas por los animales en su estado natural, por lo que producen ansiedad, estado de alerta y mucha adrenalina en el público.

La música que disfrutamos, sea cual sea su naturaleza, activa los centros nerviosos asociados con los comportamientos de recompensa. Por el contrario, la música que nos desagrada activa otras regiones cerebrales, como la amígdala, una larga estructura gris enterrada en el prosencéfalo, asociada con el estado mental de la persona y sus respuestas subjetivas a la emoción, frecuentemente relacionadas con eventos que provocan estados afectivos negativos.

Los movimientos rítmicos del cuerpo que surgen como respuesta a la música son un atributo humano universal dirigido por los circuitos neuronales que involucran el complejo sistema motor de ganglios basales.

La música es ciertamente energetizante y estimulante, aunque unas veces puede ser maravillosa y otras terriblemente distractora. Pero lo más sorprendente es que se trata de un canal de comunicación único y universal del ser humano, que no distingue edad, credo, raza ni nacionalidad.

Así que más que preguntarnos si el rock despierta al animal que tenemos dentro, debemos cuestionarnos si, aun cuando aluda a nuestros instintos más básicos, el rock logra sacar al ser humano que todos llevamos dentro.

(Alan Harvey es profesor de Anatomía, Fisiología y Biología Humana en la Universidad de Western Australia).

¡Viva Ray Bradbury!

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Novelista, poeta y visionario, Ray Bradbury se convirtió en el escritor de ciencia ficción más querido de América gracias a sus obras  “Crónicas marcianas” y “Farenheit 45”.

La productiva y versátil imaginación de Bradbury —que murió este verano a los 91 años en Los Ángeles— nos dejó 27 novelas, más de 600 relatos, muchos poemas y varios guiones de películas memorables, como “Moby Dick”, y otras basadas en sus propios libros, como “Fahrenheit 451”, una cinta provocadora y cruda.

Cualquier libro de Bradbury es recomendable por su rasgo lírico. Se consideraba a sí mismo «un narrador de cuentos con propósitos morales», y sus obras a menudo producen en el lector una angustia metafísica, desconcertante, en las que finalmente asoma la esperanza. Su tema recurrente es cómo la tecnología puede llegar a destruir a la humanidad afectando su psicología.

Fue en su madurez que los lectores se percataron de cuán visionario era Bradbury: Predijo los cajeros automáticos y las cámaras de vigilancia mucho tiempo antes de que se convirtieran en parte de nuestra vida diaria. Por la manera como la tecnología y los robots están progresando, no tardarán en existir la casa domótica que protagoniza el cuento “Agosto 2026: Vendrán lluvias suaves” y la guardería futurista descrita en “La pradera”, donde una máquina reproduce en las paredes y el techo las imágenes (en 3 dimensiones, color y alta definición), los sonidos y los olores de una sabana africana.

Bradbury no pudo asistir a la universidad por razones económicas, pero se formó de manera autodidacta a través de los libros, comenzando a publicar sus primeros cuentos en revistas en 1940.

 

En 2001, Ray Bradbury presentó varios consejos para que los jóvenes se animen a escribir:

•            No empieces escribiendo novelas: Toman mucho tiempo. Empieza tu vida de escritor creando una serie de historias cortas, hasta una por semana. Tomate un año para hacerlo; es simplemente imposible escribir 52 malas historias cortas seguidas. Bradbury esperó hasta los 30 años para escribir su primera novela, “Farenheit 451”.

•            Puedes amarlos, pero no puedes ser ellos: Ten esto en cuenta cuando intentes, consciente o inconscientemente, imitar a tus autores favoritos.

•            Examina historias cortas de calidad.

•            Llena tu cabeza: Para acumular los cimientos intelectuales de tus futuras metáforas, haz un pequeño curso de lectura antes de dormir: lee una historia corta, un poema y un ensayo. Los ensayos deben venir de una diversidad de campos. Al cabo de cientos de noches tendrás la cabeza llenísima.

•            Deshazte de los amigos que no creen en ti: ¿Se burlan de tus ambiciones como escritor? Bradbury sugiere que los “despidas”.

•            Vive en la biblioteca. No vivas en tu maldito computador. Bradbury puede no haberse graduado de la universidad, pero su apetito insaciable por leer le permitió “graduarse de la biblioteca” a los 28 años.

•            Escribe con alegría. En su mente, “escribir no es un asunto serio”. Si una historia se empieza a sentir como un trabajo, táchala y empieza una que no se parezca.

•            No planees hacer dinero. Él y su esposa —quién hizo un voto de pobreza al casarse— llegaron a los 37 años antes de poder costear un auto.

•            Anota 10 cosas que ames y 10 cosas que odies. Después escribe sobre lo primero y “mata” lo segundo — también escribiendo sobre ello. Haz lo mismo con tus temores.

•            Solo tienes que escribir cualquier cosa que tengas en la cabeza. El escritor recomienda “la asociación de palabras” para romper los bloqueos creativos.”

Tono humano… que no falte en tu hogar

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En México, la forma de subsistir de más de un millón setecientas mil mujeres es trabajando en hogares ajenos, donde tienen a su cargo las tareas domésticas y el cuidado de niños y ancianos. Algunas son tratadas con cordialidad, mientras que otras simplemente son “usadas”. Unas son consideradas parte de la familia y otras, esclavas legales.

Una “señora de su casa” debe ser capaz de crear un ambiente de hospitalidad y afabilidad, así como tener el nivel para transmitir ese “tono humano” a los hijos, a fin de que lo practiquen entre sí y con las personas de servicio.

La educación no es solo un conjunto de formas, es algo más profundo que lleva a respetar y valorar al ser humano. Esto no se aprende con lecciones, sino que es una forma de vida. De esta manera, la persona se hace consciente de su propia dignidad y de la dignidad de quienes lo rodean (incluyendo al personal de servicio).

El “tono humano” es el estilo del carácter que se refleja en la conducta individual y social. Solo si entendemos lo que esto implica y hacemos que toda la familia lo viva, podremos incorporar a las personas que nos ayudan en nuestro estilo de vida. La persona que respeta a los demás y a sí misma, posee un “tono humano” elevado que se manifiesta en cada circunstancia y ocasión a través del lenguaje, los modales, el trato y valores como el orden, la higiene, la amabilidad, la delicadeza, la comprensión, la sencillez, la sobriedad, la templanza, la prudencia y la justicia.

El “tono humano” lleva a crear una atmósfera agradable, acogedora y formativa. Independientemente de las condiciones socioeconómicas, la casa debe de estar siempre limpia, pulcra, ordenada y cuidada. Y se deben atender de modo puntual y eficiente los servicios propios del hogar (comida, comedor, lavandería, limpieza, mantenimiento, etc.).

Los empleados domésticos son una ayuda invaluable, incluso se dice que son “la alegría del hogar”. La cuestión es si como “señoras” estamos a la altura, no solo para pagar lo justo y dar instrucciones, sino para hacerlos sentir parte de nuestra familia, respetando sus costumbres y tradiciones. Además, hay muchos aspectos en los que una persona de servicio doméstico puede recibir mejor capacitación: cuidado de la ropa, manejo de alimentos, procesos de limpieza y hospitalidad. Una “señora” sabrá guiar de la mano a quien le asiste para que ejerza sus actividades con mejores resultados.

El bienestar de los empleados domésticos es una responsabilidad de sus patrones, por lo que durante el tiempo que presten sus servicios en su hogar, están obligados a ocuparse de su salud (prevención y atención de enfermedades y accidentes), de su instrucción básica y de su formación moral.

El horario para los empleados de servicio debe comprender periodos de trabajo y descanso, así como una sana y libre utilización de sus horas libres, ya que en muchas casas son obligados a permanecer encerrados entre semana, prácticamente como esclavos.

La forma de tratar a la gente que nos asiste depende del concepto de “persona” que tengamos: ¿La consideramos tan valiosa como nosotros mismos o nuestros hijos? No solo son seres humanos con igual dignidad, sino que en nuestras manos está que crezcan como personas.

Fuente: yoinfluyo.com

 

Reflexiona antes de votar

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El voto implica una responsabilidad moral: los dictados de nuestra conciencia y nuestra fe no pueden estar separados de nuestras opciones políticas, ya que estas pueden contradecir la justicia y la verdad.

Por ello, hay que optar por aquellas propuestas que promuevan los valores de un verdadero humanismo, que pongan a la persona y su dignidad humana en el centro del servicio del quehacer político, por encima de los intereses particulares de los partidos o de sus ideologías.

 

Antes de votar, analiza qué partidos y candidatos promueven lo siguiente:

• La educación entendida no sólo como transmisión de conocimientos, sino como una formación integral que promueva los diversos valores de la convivencia humana: el respeto, la fraternidad, la corresponsabilidad, la justicia, la integridad; para que cuando llegue el momento de asumir las responsabilidades ciudadanas, los individuos sean capaces de contribuir a la construcción de una nación en la que haya justicia, seguridad y paz.

• El fortalecimiento de la familia, teniendo en cuenta que el matrimonio constituido entre un hombre y una mujer es la base de la sociedad humana y cristiana, impulsando la educación de las nuevas generaciones en los valores morales y cívicos para su integración en el desarrollo social de nuestro país.

• El combate a la injusticia social –presente en las desigualdades sociales y en la pobreza en la que vive sumida más de
la mitad de la población del país– mediante la generación de empleos justamente remunerados, programas sociales libres de paternalismos y clientelismos políticos que fomenten una cultura de trabajo, solidaridad, compromiso comunitario y ahorro.

• La lucha contra la cultura de la corrupción, que debe partir de un historial limpio de los candidatos, un compromiso tangible de sus partidos por combatir y repudiar la deshonestidad, así como propuestas que desalienten y sancionen rigurosamente esta práctica que hoy, por hoy, es el cáncer que consume al país y corrompe a las nuevas generaciones que ven en este mal algo natural o necesario.

• Iniciativas para el desarrollo económico del país, que requiere una serie de reformas constitucionales aplazadas una y otra vez por los intereses partidistas que frenan injusta e irresponsablemente el desarrollo de las futuras generaciones.

• El combate al crimen organizado, que es deber irrenunciable del Estado, respetando en todo momento los derechos humanos y la salvaguarda de la paz social, no sólo con el uso legítimo de la fuerza, sino mediante una educación para la paz
–basada en los valores morales y cívicos–, que rehaga el tejido social y nos conduzca a una reconciliación nacional.

• El cuidado, la protección y la integración social de las personas más vulnerables: ancianos, indígenas, niños y discapacitados, combatiendo toda discriminación, maltrato y marginación.

• El cuidado de la ecología y la preservación de los recursos naturales de la nación, sensibilizando en su cuidado, combatiendo su explotación y contaminación, y educando a las nuevas generaciones en la responsabilidad de los bienes de la tierra que nos han sido confiados por Dios.

• El respeto a la vida, el primero de todos los derechos, desde el momento de la concepción hasta su fin natural. Los católicos debemos estar atentos al compromiso de los candidatos y de sus partidos con la vida.

• La libertad religiosa, derecho humano fundamental que beneficia en primer término, a la pluralidad de los creyentes para expresar libremente su fe y, sólo en segundo lugar, a las instituciones que los agrupan.

 

La política es un ejercicio de poder que se justifica en la medida en que se ponga al servicio del bien común, de la impartición de la justicia y de la construcción de la paz.

La Iglesia Católica nos llama a participar activamente en las próximas elecciones mediante la emisión de un voto consciente y responsable. Y después, nos exhorta a vigilar que las autoridades electas cumplan sus promesas y compromisos.

Pidamos al Espíritu Santo su luz para que sepamos discernir y emitir nuestro voto conforme a nuestra conciencia cristiana, eligiendo responsablemente a los gobernantes que necesita nuestro país.

 

 

Prometo vivir contigo mientras esto funcione

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» Pepe y Juana, estamos aquí reunidos para celebrar sus votos cohabitacionales. Pepe, puedes mirar a los ojos de tu pareja y con toda la sinceridad que puedas mostrar, repite después de mí: Yo Pepe…

 

» Yo Pepe…

» te tomo a ti, Juana, como mi concubina,

» te tomo a ti, Juana, como mi concubina,

» para tener sexo contigo,

» para tener sexo contigo,

» para hacerte responsable de la mitad de los gastos,

» para hacerte responsable de la mitad de los gastos,

» para complacerte y tomar ventaja de ti,

» para complacerte y tomar ventaja de ti,

» de hoy en adelante o durante el tiempo que funcione nuestro acuerdo.

» de hoy en adelante o durante el tiempo que funcione nuestro acuerdo.

» Seré más o menos fiel a ti…

» Seré más o menos fiel a ti…

» mientras mis necesidades sean satisfechas y nada mejor llegue a mi vida.

» mientras mis necesidades sean satisfechas y nada mejor llegue a mi vida.

» Y si llegamos a romper,

» Y si llegamos a romper,

» eso no significa que esta relación no fue especial para mí.

» eso no significa que esta relación no fue especial para mí.

» Porque te amo casi tanto como me amo a mí mismo,

» Porque te amo casi tanto como me amo a mí mismo,

» me comprometo a cohabitar contigo en tanto esto funcione,

» me comprometo a cohabitar contigo en tanto esto funcione,

» sin hijos que estorben nuestros respectivos proyectos de vida.

» sin hijos que estorben nuestros respectivos proyectos de vida.

 

»           En el nombre del sexo, las opciones y el egoísmo… amén. Pepe y Juana, quiero ser el primero en felicitarlos. Los declaro oficialmente cohabitantes. Les deseo lo mejor y sinceramente espero que esto funcione. Y ahora Pepe, puedes… bueno, ustedes ya saben qué hacer…

 

Perspectivas económicas y políticas de México

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¿Por cuál candidato estarías dispuesto a apostar dinero en esta contienda electoral? ¿Cuánto dinero? El tema no es por quién vas a votar, sino la perspectiva de quién va a ganar.

La mayoría cree que va a ganar Enrique Peña Nieto porque ha visto lo que afirman las encuestas, que en las últimas semanas muestran un cruce de preferencias en el segundo lugar de la disputa.

Mucha gente se pregunta qué es lo que según las encuestas mantiene a EPN a la cabeza en las preferencias del electorado, siendo que el año pasado la economía mexicana creció un 4% y generó 600 mil empleos formales. Pocos países pueden presumir eso hoy (fuera de México consideran a Calderón un excelente presidente y ensalzan los resultados de su gobierno en materia económica); pero entre los mexicanos la imagen de Calderón ha ido a la baja en los últimos meses, le ha pegado el tema de la guerra contra el narcotráfico (que muchos ven como suya y no del país). Más allá de los hechos, el 82% de los mesicanos opina que estamos peor en economía; el 79% que estamos peor en seguridad (aunque la epidemia de violencia esté concentrada en 200 municipios); y el 75%, que estamos peor en política.

A pesar de que México está en un periodo de crecimiento, en mucha gente hay un ánimo de cambio. Esto tiene que ver con el cansancio de tener el mismo gobierno. Hasta en los matrimonios felices ocurre, también con los gobiernos. El candidato del PRI ha capturado ese ánimo de cambio y para muchos es la opción. ¿Por qué?

El 42% del electorado tiene menos de 35 años y ha vivido su vida adulta con gobiernos del PAN, no del PRI, como sus padres. Ven a Echeverría y a López Portillo como a Moctezuma o Cuauhtémoc. Aunque a las generaciones mayores nos cueste entenderlo, muchos jóvenes creen que votar por el PRI representa un cambio. Lo cual hace que esta elección presidencial sea muy distinta a las dos anteriores. En el 2000, a estas alturas ya habían empatado Labastida y Fox. En 2006, ya estaban parejos Calderón y López Obrador, y la diferencia final fue de poco más de un punto.

Frente a esta “percepción” de que se necesita un cambio, para muchos, al representar al partido gobernante, lo único diferente en Josefina Vázquez Mota es que es mujer, aunque poco ha explotado este factor de género para atacar por ambos flancos.

El ánimo de cambio de una gran parte de la población lo capturó muy rápido EPN frente a AMLO, quien después del 2006 dejó de ser una opción para muchos de sus seguidores. La estrategia de EPN está diseñada desde el 2009 y se ha dedicado a administrar su ventaja, a nadar de muertito y a tratar de minimizar en lo posible la probabilidad de cometer errores (mientras que el PAN perdió demasiado tiempo en elegir un candidato).

El problema de AMLO es que radicalizó su posición. El 20% lo tiene endiosado, pero ese piso es también su techo. Intentó la estrategia de moverse hacia el centro con un discurso moderado y conciliador (“república amorosa”), y nombró a un gabinete mandando el mensaje de que elegirlo a él es elegir a Juan Ramón de la Fuente, Ebrard y Cárdenas. El problema es que el promedio de edad en su gabinete es de 63 años, siendo que 65 años es la edad de jubilación; diez de sus secretarios entrarían en su programa de apoyo a la tercera edad. Siendo este un país de jóvenes, es difícil que se sientan muy identificados con ese gabinete.

De pronto, al escuchar a López en el debate uno se pregunta “¿qué pasó con la república amorosa?”. El discurso contradictorio produce lo que en comunicación se llama “resonancia”: ¿rijoso, combativo o amoroso? El peor escenario es que AMLO quedara en segundo lugar, porque seguiría dando guerra por un buen rato, aduciendo un nuevo complot (teatro que ya empezó a montar).

Quadri es uno de los escándalos más grandes de esta campaña, un embuste, una farsa de Elba Esther Gordillo (los puntos que obtenga servirán para mantener el registro de su partido y seguir recibiendo millones del IFE).

Centrada la atención en la elección presidencial, estamos olvidando que el próximo 1 de julio se disputarán en las urnas 2104 puestos de elección popular, entre los que están: 500 diputados, 128 senadores, 6 gobernadores, 1 jefe de gobierno del D.F., 808 alcaldes y 1 presidente de la República. El futuro del país se juega ese día.

Una mayoría de oposición en las cámaras ha producido gobiernos débiles que no han podido pasar las reformas estructurales que le urgen al país (y que por cierto AMLO no considera necesarias). ¿Qué pasaría si ganara el PRI la Presidencia pero perdiera la mayoría en el Congreso? Que la oposición tendría entonces el poder de bloquear todas sus iniciativas, como lo hicieron sus propios legisladores en los últimos sexenios del PAN.

Si ahora la mayoría en las Cámaras es del mismo partido del presidente y se utiliza esta ventaja para bien, podremos avanzar en las reformas; si la utilizan para “regarla”, les damos una patada en las próximas elecciones y los sacamos del gobierno.

 

Extracto de la conferencia impartida por Leo Zuckermann para los clientes de Banca Privada de Grupo Financiero Multiva, en el Hotel Camino Real de Polanco.

Matándome suavemente

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Los padecimientos crónicos relacionados con el estilo de vida cimbran los sistemas mundiales de salud.

Las enfermedades crónicas, muchas de las cuales se pueden prevenir, fueron responsables del 63 % de las 57 millones de muertes ocurridas en el mundo tan solo en 2008. Y desde entonces, este fenómeno causado por estilos de vida poco saludables ha ido en aumento tanto en los países ricos como en los pobres.

Lo peor del caso es que sabemos perfectamente lo que estamos haciendo mal: comer demasiado y cosas poco saludables, beber en exceso, consumir más calorías de las que quemamos, fumar, estar frente a la pantalla mucho tiempo y no hacer ejercicio.

Más allá de las campañas masivas que informan lo que es bueno o malo para la salud, lo que hace falta es un poco de sentido común para darnos cuenta de que nuestro cuerpo se ha convertido en un basurero viviente, siendo el espejo el que nos alerta de nuestra necesidad de moderación. El problema es que esto nos confronta con la cruda verdad: no solo estamos fuera de forma físicamente, también parece que estamos incapacitados para cuidar de nuestra propia salud.

¿Cuántas personas menores de 50 años han oído acerca de la virtud de la templanza? ¿Cuántas han sido educadas para ejercitarla? En cambio, ¿cuántos jóvenes y niños están siendo criados bajo la premisa de la gratificación instantánea? Desde pequeños aprenden que con un poco de persistencia logran pasar todo el tiempo que quieran frente a una pantalla o tomar tantos refrescos como apetezcan.

Esa actitud complaciente de los padres los lleva más tarde a condonar formas más degradantes y peligrosas de autoindulgencia; por ejemplo, cuando hacen creer a los adolescentes que está bien dejarse llevar por sus impulsos sexuales mientras usen condón. Entonces, ¿por qué razón negar otra clase de impulsos? ¿Por qué limitar sus antojos en los establecimientos de comida rápida? ¿Por qué no abusar del alcohol o probar las drogas?

Según la Dra. Margaret Chan, directora general de WHO (Organización Mundial de la Salud),  “las grandes corporaciones, ricas y poderosas, están movidas por intereses comerciales, por lo que están lejos de ser amigables con la salud (…).

“Lo que necesitamos –dice la Dra. Chan– son leyes que controlen a estas industrias demoniacas (tabaquera y alimentaria), establecimientos que vendan productos frescos en vez de comida chatarra, un diseño urbano que incentive a la gente a transportarse a pie o en bicicleta, áreas de esparcimiento seguras y medicamentos esenciales accesibles”.

Ciertamente se necesitan todas esas cosas. Pero también algo básico: hace falta una filosofía de la vida y no solo de la salud. No es accidental que la actitud irresponsable hacia el propio cuerpo se haya incrementado al mismo tiempo que ha declinado el reconocimiento de su Creador.

Incluso muchas personas que se dicen cristianas parecen no saber que el quinto mandamiento “No matarás” obliga a respetar y cuidar nuestro cuerpo, porque simplemente no nos pertenece. No es un pedazo de propiedad a nuestro nombre, sino que lo recibimos como parte del regalo de la vida por el que al final debemos rendir cuentas. Este tipo de argumentos parece ofender a muchos hoy en día, cuando está de moda pensar que cada quien tiene el derecho de hacer lo que quiera con su propio cuerpo. La doctrina del “derecho” a elegir argumenta que nuestro cuerpo es una propiedad privada sobre la cual tenemos jurisdicción absoluta, hasta el punto de poder  disponer de otra vida humana si esta se encuentra dentro de nuestra matriz.

La Dra. Chan dice que el incremento de las enfermedades crónicas prevenibles llama a una seria reflexión acerca de lo que el mundo considera “progreso”. Tiene razón, pero eso me lleva a pensar que podrá haber progreso cuando organismos como la WHO reconozcan que no solo la industria alimentaria o la del tabaco necesitan ser controladas. Los individuos necesitan tener auto-control.

Cuando la WHO recomiende a los gobiernos que apoyen a las familias y a las instituciones que enseñan a sus miembros a tener control de sí mismos y respeto por su propio cuerpo, sin duda habrán de mejorar los niveles de salud, tanto la física como la emocional y la social.

 

Fuente: MercatorNet

 

Los riesgos de la unión libre

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“Lo contrario de amar no es odiar, es usar”.

Juan Pablo II

No deja de sorprender que el New York Times haya publicado recientemente un artículo que apunta los riesgos de que las parejas vivan en unión libre, siendo una práctica que se presenta tan común.

 

La creencia popular de que cohabitar antes del matrimonio es una manera de evitar el divorcio no es soportada por los hechos, advierte la doctora en Psicología Meg Jay, en especial si la pareja ni siquiera se ha comprometido. Por el contrario, si llegan a casarse algún día, estas parejas tienden a sentirse menos satisfechas con sus matrimonios y más dispuestas al divorcio que aquellas que no vivieron juntas antes de casarse. Estos desenlaces negativos son denominados “efecto de cohabitación”.

La Dra. Jay cita el caso de una paciente, Jennifer, que vivió con su novio durante cuatro años y luego se casó con él. Menos de un año después de la boda estaba buscando un abogado de divorcios, terriblemente desilusionada y preguntándose por qué su matrimonio no había funcionado. La boda le había parecido el paso lógico a dar tras cuatro años de cohabitar con su pareja; acepta que una de las razones que la llevó al altar fue que le era difícil pensar en romper la relación después de tanto tiempo amasando propiedades, perros y amigos en común, aunado al hecho de que ambos ya estaban en sus treintas.

Este caso ilustra del proceso que Jay llama “sliding, not deciding” (deslizarse, no decidir), que en principio lleva a algunos novios “modernos” a vivir juntos y eventualmente a casarse por motivos diferentes del verdadero amor: salir > tener sexo > quedarse a dormir en casa del otro > mudarse juntos porque es más barato, práctico y conveniente > boda.

Sin embargo, compartir gastos y establecer vínculos económicos hace mucho más difícil salirse de una relación que, en principio, alguno o ninguno tenía la certeza de que fuera a durar para siempre. El peor error es eludir el tema y no hablar con sinceridad sobre cuáles son sus verdaderas razones para preferir cohabitar que casarse. Cuando los investigadores hacen esta pregunta a quienes viven en unión libre, descubren que los miembros de la pareja suelen tener distintos motivos y agendas que los llevan a tomar esa decisión, las cuales en muchos casos no son manifestadas al otro, y a veces son incluso inconscientes.

Las mujeres son más proclives a ver la cohabitación como un paso hacia el matrimonio, mientras que los hombres tienden a ver este tipo de unión como una forma de poner a prueba a la otra persona y a la relación, o como una manera de posponer el compromiso. Esta asimetría de posturas que se da entre los sexos se asocia con interacciones negativas y bajos niveles de compromiso, aun cuando la relación desemboque en boda.

Una cosa en la que el hombre y la mujer sí coinciden, es que sus estándares para elegir una pareja para vivir en unión libre son más bajos que cuando buscan conscientemente un/a esposo/a para toda la vida. Después de todo, cohabitar no implica ningún compromiso permanente ante la sociedad, ante la ley o ante Dios, ni siquiera ante la pareja. Es una decisión temporal que no ata a largo plazo y de la que pueden arrepentirse en cualquier momento. Una especie de relación desechable, a prueba de errores.

“Tengo muchos pacientes que desearían no haber desperdiciado años de su juventud clavándose en relaciones que hubieran durado solo unos meses de no haber decidido vivir juntos. Otros aceptan que desean comprometerse con su pareja, pero no tienen del todo claro si eligieron a esa persona de una manera plenamente libre y razonada.

Fundar relaciones en la conveniencia o la ambigüedad puede interferir con el proceso de elección libre y madura de la persona amada. Una vida en común construida sobre el supuesto “tal vez tú resultes el adecuado”, no se percibe tan exitosa como una construida sobre votos hechos a perpetuidad: “Prometo…” o “Te acepto a ti como mi esposo/a…”

Jay afirma que es importante que las parejas discutan honestamente las motivaciones y el nivel de compromiso de cada uno antes de dar pasos en falso dejándose llevar por el enamoramiento, por la inercia de la relación o por la presión del otro.

Más vale anticipar y evaluar qué podría llegar a impulsarnos a cohabitar en lugar de casarnos. Es un grave error pensar que la cohabitación es lo mismo que el matrimonio, y peor aún es verla como una manera de poner a prueba a la otra persona o a la relación.

La envidia, el pecado tonto

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¿Sabías que la principal causa del bullying es la envidia? Descubre la verdad sobre el pecado más tonto, triste y destructivo.

Ella estaba encantada con su vestido de graduación, hasta que descubrió que el de su amiga era más chic. A él le asombró muchísimo haber obtenido tan alta calificación. ¡Un 8 en lógica era algo formidable! Mas “el gozo se fue al pozo” al enterarse de que el compañero con el que había preparado el examen obtuvo 10.

Esto ocurre a todos los que padecen la manía de no disfrutar el bien propio por envidiar el ajeno. Hay quienes podrían ser felices si ignoraran que existen otros más dichosos.

La envidia es la tristeza por el bien ajeno. Es el pecado triste. Otras faltas, como robar, fornicar, etcétera, reportan algún provecho; mas la envidia es un pecado tonto, se comete sin placer y trae solo tortura.

No tolera el envidioso que haya alguien más alto que él en cualquier sentido, y se propone estirarse hasta alcanzar esa estatura. Entonces se toma mil trabajos innecesarios que lo extenúan, lo enferman. No tiene compasión de sí mismo. Mas si siente que su esfuerzo sería inútil y jamás podría superar la altura del otro, procurará por cualquier medio “achaparrar” a su competidor: lo obstaculizará, murmurará de él, le restará méritos, le hará cuanto daño esté en sus manos.

El que se fatiga solo por querer alzarse hasta la altura del otro, se aborrece a sí mismo, y quien se propone bajar al que está arriba, detesta al otro. Siempre odios. La envidia será la gran destructora porque no tiene entrañas de compasión, es el desamor universal. El psicólogo Adler descubrió que el afán de superioridad es un instinto de más profunda raigambre que el sexual. La Biblia lo confirma: el primer crimen fue motivado por celos: Caín mata a Abel porque le es insoportable su superioridad. Más atrás aún, Lucifer, el querubín supremamente dotado, encabeza la rebelión pues no resiste ser inferior ante el Altísimo. La envidia es la pasión de las pasiones.

El complejo de inferioridad consiste en la vaga sensación de impotencia que invade nuestra vida entera, no a causa del reconocimiento de nuestras limitaciones reales, sino de habernos comparado de muy niños con alguien que juzgamos superior y más apto.

No hay nada más amargo que estar conscientes de nuestras impotencias, por eso la virtud que enfrenta esta profunda verdad, la humildad, es la virtud más difícil. Tenemos que aceptarnos como somos y en vez de enfurecernos con nuestras limitaciones, tenernos paciencia y piedad. Hay que tratar de desarrollar al máximo nuestras facultades, mas no al máximo absoluto, sino a aquel que nos es posible, sin exigirnos cruelmente lo imposible. En eso consiste la humildad. El envidioso, por el contrario, no quiere ser el que es, no se gusta, se rechaza. La envidia es la admiración disfrazada. En el fondo, el envidioso quisiera ser como el envidiado, se odia por no serlo y odia al otro por ser quien es.

“Pero, ¿cómo quitarme la envidia si no está en mis manos impedir que me asalte la tristeza por el bien ajeno?”. Primero, reconciliándote contigo mismo, aceptándote como eres, dando gracias a Dios y gozando lo que tienes. Segundo, prohibiéndote compararte con nadie. Nuestra sociedad exaspera y explota en todos los órdenes esa pasión inicua de competencia y luego se asusta, mojigata, de que el odio reine entre los hombres y entre las naciones. En el teatro universal, todos tenemos un papel distinto y en él debemos ocuparnos. Mejor hagamos de nuestra actuación una obra maestra.

No se trata de superar a nadie, sino de superarse uno mismo. Ese sí es un deber: cada uno compare su yo real con su yo ideal: lo que es, con lo que debería ser, ¡Y deje al prójimo en paz!

 

No tengo por qué correr para ganarle a otro. Tal vez ese otro tenga mucha prisa, yo no, yo voy de paseo. No me entristece si alguien se me adelanta, no me alegro si a alguien dejo atrás.  Ni siquiera me doy cuenta.

 

Extracto del libro “Que mis palabras te acompañen”. Autora: Emma Godoy. Editorial: Debolsillo, Edición Especial.