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Del vientre a la muerte

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Aprender a vivir nos puede llevar toda la vida. Por eso es tan importante tener buenos maestros y los mejores guías en este camino que nos lleva desde la concepción hasta la tumba. Eso representa el  libro de Del vientre a la muerte. El viaje de la vida: una lección, una guía y una sabia y cálida compañía en el viaje de la vida.

 

Con la sencillez de los grandes maestros, el profesor Chandra Choubey nos hace reflexionar sobre los temas fundamentales de la vida, al mismo tiempo que nos hace un suave, pero grave, llamado a apreciarla en todo su valor y darle el sentido que tiene e, indudablemente, merece.

 

Nos invita a que vivamos la vida de tal forma que no tengamos que “dar patadas en la tumba”, porque nos hayamos dado cuenta demasiado tarde de todo lo que dejamos de lado. Y su invitación va acompañada de pequeñas joyas de sabiduría que nos pueden servir de guía en nuestro camino: “Valora lo que tienes antes de que puedas perderlo”, “no juzgues porque cuando juzgas, humillas y ofendes; cuando ofendes, la gente te deja de querer y, después…se deja de querer”, “no existe un atajo para ser felices”, etc. Difícilmente se puede ser más claro en las ideas y sencillo en la expresión.

 

El profesor Choubey, nacido a la ribera del Ganges, es heredero de la milenaria cultura de la India, en la que se formó personal y profesionalmente. Desde hace años reside en México en donde, también, ha abrevado de la sabiduría de las culturas antiguas. El conocimiento y la experiencia lo han convertido en un especialista en materias trascendentes como la espiritualidad, la comunicación entre los seres humanos, el desarrollo personal o la inteligencia emocional.

 

Este texto nos invita a hacer cosas en la vida que valgan la pena, “realicemos los deberes, escuchemos a nuestra conciencia, vivamos con principios, no usemos la violencia ni verbal ni física, aceptemos nuestros errores, no culpemos a los demás, abandonemos el ego, no juzguemos, vivamos con visión, con virtudes; pero sobre todo, con la verdad: el amor y la acción”.

 

 

“No vivas tu vida como otros quieren. Recuerda: sólo la vas a vivir una vez”, dice el profesor Choubey, y agrega: “Así que hagamos algo que valga la pena. Realicemos los deberes, escuchemos a nuestra conciencia, vivamos con principios, no usemos la violencia ni verbal ni física, aceptemos nuestros errores, no culpemos a los demás, abandonemos el ego, no juzguemos, vivamos con visión, con virtudes; pero, sobre todo, con la verdad: el amor y la acción. Hagamos algo antes de que sea demasiado tarde”.

 

Del vientre a la muerte es un tesoro. Es una de esas obras, por su calidad escasas, dirigidas a todo público lector y destinadas a dejar huella en la vida de cada quien. Su valor no radica en la novedad; no pretende decirnos algo nuevo o distinto a lo que ya sabemos. Su valor radica en la sencillez con la que nos lleva reflexionar sobre el sentido de nuestra vida y la emotividad con la que nos persuade a no perder más tiempo.

 

El profesor Chandra forma a los futuros empresarios y hombres de negocios, consciente de que el éxito en lo profesional, para que sea sólido y sustentable, debe apoyarse en una sólida formación personal; ahí es a donde apunta este libro.

Carta de un Alumno a su Maestro

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Enséñame cómo aprender y no qué aprender, enséñame a pensar y no tan solo qué debo pensar. Así desarrollaré mi inteligencia y no simplemente mi memoria.
Señálame mis cualidades y reconoce mis habilidades. Esto me hace sentir valioso y me estimula a esforzarme y trabajar mejor.
No me insultes con palabras ni con gestos despectivos. Me siento menospreciado y sin ánimo para corregir mis fallas o debilidades.
Ten en cuenta mi esfuerzo y mi progreso, no solo mis resultados. A veces con poco esfuerzo logro mucho, pero es más meritorio cuando pongo todo mi empeño así logre poco.
No me examines tratando de reprobarme, ni te ufanes de haberlo logrado. Mis notas deben reflejar mi desempeño y no lo harán si las utilizas para desquitarte.
Anota lo que hago bien y no solo lo que está mal. Cuando subrayas mis éxitos, y nos mis fracasos, me siento motivado a seguir mejorando.
Cuando me corrijas o me recrimines hazlo sin herirme ni humillarme. Si me atacas como persona deterioras mi autoestima y no mejoras mi disciplina.
Confía en mí y demuéstrame que lo haces. Cuando me repites la misma cosa una y otra vez, me doy cuenta de tu desconfianza y esto me puede precipitar a fracasar.
Trátame con cariño y con la misma habilidad y cortesía que a cualquier amigo. Esto me hará admirarte y a la vez me llevará a respetarte.
No me amenaces, y si lo haces, cúmplelo. Si no cumples lo prometido aprenderé que haga lo que haga siempre puedo salir eximido.
No me ruegues ni me implores que me porte bien. Te obedeceré cuando me lo exijas con firmeza y sin hostilidad.
Procura hacer clases amenas e interesantes en las que yo pueda participar. Me aburro cuando todo es rutina, sólo tú hablas y yo nada puedo aportar.
Cuando te hagas preguntas no me contestes “eso ya lo expliqué”. A veces tus explicaciones no son claras o suficientes para mí, y si te pregunto es porque quiero entender y aprender.
No demuestres preferencias. Cuando alabas a algunos e ignoras a otros, deterioras nuestras relaciones como amigos y pasamos a ser enemigos.
Cuando me criticas para corregirme, me defiendo y no acepto mis defectos, Solo si admito mis fallas procuraré corregirlas. Ten en cuenta que aprendo más de quien aprecio que de quien me desprecia.
No aceptes mis excusas ni mis ruegos para que me perdones el incumplimiento de mis tareas. Si asumo las consecuencias de mis fallas aprendo a responsabilizarme por mis deberes.
Escucha lo que te digo con atención e interés. Si me ignoras o me callas cuando trato de expresarme, entiendo que mis ideas son tontas y concluyo que mi inteligencia es poca.
No me compares con mis compañeros ni con mis hermanos en años anteriores. Recuerda que no soy igual a nadie, y que aunque no tengo las mismas cualidades, también tengo grandes virtudes.
Trata de conocerme y de apreciarme como persona. Sabiendo mis habilidades particulares podrás ofrecerme oportunidades para triunfar. Además, al sentirme capaz e importante para tí, crecerá el concepto que forme sobre mí.
No me tengas miedo ni temas ser firme conmigo. Es importante hacer respetar tu derecho a enseñar y el de mis compañeros a aprender. Cualidades y no simple en cuenta que antes que ser un buen ser humano.
Ayúdame a desarrollar mi mente mis capacidades. Ten un buen estudiante, debo ser un buen ser humano.

Pecados capitales de una madre

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Por La Hijadelmaiz

La pecadora sería yo si dijera que me forjó una mala madre.

Al día de hoy sigue dando cátedra de sabiduría, de energía de quinceañera a los 70 y de don de mando porque sí.

Sin embargo, siempre me pregunté por qué cometía una serie de pecados, imperdonables a los ojos de una niña. Lo siento madre pero esto para mí era no tener madre (consciente de los traumas que deja).

Los 7 pecados de mi madre:

• PECADO 1 La Estilista entusiasta

¿Quién te dijo que cortarme el cabello armada de puras ganas y nulo conocimiento era algo de lo que podías sentirte orgullosa? Esas tijeras para cortar papel digamos que no eran lo más adecuado. Tu argumento de que el salón de belleza era exclusivo para señoritas nunca me terminó de convencer.

•PECADO 2 El Tupperware región 4

Ya sé que en algún tiempo los productos de Tupperware eran objetos lujosos, pero de eso a darme agua de naranja en un frasco de Knorr Suiza o de Crema Alpura en el lunch escolar, hay mucha diferencia. Tu explicación de que su apariencia evitaba el robo de un vaso bonito era muy pobre.

•PECADO 3 El desarrollo fallido

De acuerdo, los niños suelen dejar sus prendas a veces en semanas a causa de su crecimiento, pero comprarme zapatos deportivos 2 números arriba de mi talla no fue buena idea, me tropezaba y lucían como zapatos de payaso a cada paso. Fueron a dar a la basura y nunca me ajustaron porque muchos años después sigo calzando del número 3, no del 5.

•PECADO 4 ¿Feliz cumpleaños?

Feliz, feliz, lo que se dice feliz no hace a una niña recibir de obsequio de cumpleaños un necesario, aunque decepcionante, uniforme escolar.

•PECADO 5 La niña pilón

Tener una hija con 10 años de diferencia de los mayores no ha de ser tarea fácil, ¿pero guardar su ropa para heredármela? Madre, explícame qué tiene que ver vestirse como John Travolta en la era Timbiriche.

•PECADO 6 La piratería nunca ha sido buena

Gracias hermana por regalarme la majestuosa casa de Barbie, pero madre con esas “Barbys” de mercado sin articulaciones, ¿cómo iba a sentar a mis muñecas en esos lujosos sillones?.

•PECADO 7 Medicina rudimentaria

¿Realmente estabas convencida de poner en manos de un médico de nombre Primitivo la salud de tu familia? Imagina a una criatura de 4 años escuchar la frase: “mañana tienes cita con el Doctor Primitivo”, quien dicho sea de paso resultó ser todo un ángel Primitivo.

Gracias mamá, valió la pena ser tan pecadora, te perdonamos estos y todos los demás, gracias a ellos valoramos cada cosa por elemental que sea hoy en día…

Y tu mamá, ¿qué “atrocidades” cometió?

Fuente: Yahoo Noticias

¿Qué hacen los jóvenes por la vida?

En los Estados Unidos, muchos jóvenes se han comprometido entusiastamente para dedicarse a la promoción de la vida humana.

La organización “Generation Life”, por ejemplo, está constituida y dirigida por gente joven a fin de difundir entre todos los jóvenes un contundente mensaje a favor de la vida y de la castidad, porque creen firmemente que al resolver la causa fundamental del aborto, éste será erradicado.

Uno de estos jóvenes compartió su testimonio: “Al terminar una presentación pro-vida en una escuela secundaria de Filadelfia, un estudiante me dijo que siempre se había considerado a sí mismo un error, con una existencia sin valor alguno, pero que ahora se daba cuenta de lo equivocado que estaba.

Es maravilloso que una ponencia sobre la dignidad de todo ser humano desde su concepción hasta la muerte natural, pueda ser el catalizador que transforme la vida de una persona”.

Estos jóvenes se han convertido en líderes y ponentes que se esfuerzan por construir una cultura de vida mediante diversas actividades:

 

•    Propugnan en contra de la pena de muerte.

•    Testifican sobre las facilidades que se dan para el aborto.

•    Liderean manifestaciones pro-vida y ‘forman’ a más promotores.

•    Visitan distintas ciudades en los Estados Unidos y en países en desarrollo.

•    Visitan clínicas y hospicios.

•    Asisten a clubes de jóvenes y a programas extraescolares en zonas de pocos recursos.

•    Trabajan en centros de maternidad y de sanación post-aborto.

•    Promueven el matrimonio y la vida en familia.

Construir una cultura de vida constituye un ambicioso y noble propósito, al cual todos estamos llamados por el bien común y en contra de tantas injusticias que ocurren en la actualidad.

Hay mucho que hacer y la pugna por la defensa de la vida no es empresa fácil, pero los jóvenes han demostrado tener una gran fuerza y es esperanzador que sean ellos quienes están a cargo de este movimiento pro-vida.

 

Y tú, ¿qué haces por la vida?

Por una mentalidad “sustentable”

Todo comienzo trae consigo un halo de esperanza y renovación, por lo cual la llegada de un nuevo año es sinónimo de búsqueda de objetivos enfocados en mejorar nuestros puntos más débiles. Dentro de mis propósitos figura un cambio de actitud hacia lo que me rodea, y con esto no me refiero únicamente a ser más positivo o menos enojón, sino a un cambio de mentalidad a fondo.

Los medios de comunicación se han encargado de alterar nuestra escala de valores, incentivando la “compra” de símbolos de “status” que dan una sensación de efímera “felicidad”. ¿Cuál es el problema de vivir con una mentalidad así? Que estos símbolos de status son adictivos: al comprar una cosa queremos otra, y siempre habrá un nuevo artículo en los escaparates.

Al creer que estos antivalores son el camino para “ser feliz”, olvidamos que la verdadera felicidad se encuentra en la cultura del esfuerzo, donde la felicidad ES la forma de vida.

La lógica de muchos comerciales, independientemente del lo que anuncien, es la misma: “En esta temporada que subiste unos kilitos de más, toma esta nueva pastilla, resultados inmediatos con cero esfuerzo…”

Ya que pasó la temporada de compras y más compras, te invito a que pienses qué ha sido de todo lo que compraste. Quizá algunas cosas ya estén en el basurero y otras en el fondo del clóset. Si somos objetivos, no necesitamos demasiadas cosas para vivir y ser felices. ¿Por qué no preocuparnos por ser mejores en lugar de por acaparar más?

Mi mayor sueño para este año es que tomemos conciencia de que somos instrumentos del gran sistema natural que Dios creó, mismo que para funcionar de manera adecuada necesita estar al servicio de toda la creación.

No seamos nuestros propios depredadores. Si somos capaces de mantener una mentalidad “sustentable”, seremos capaces de transmitirla a la organización más importante del planeta: la familia.

 

Ponte lista

¿Te has preguntado si eres una mujer demasiado inteligente, preparada, ambiciosa, determinada, exitosa, intimidante… simplemente “demasiado” para un hombre?

Entonces debes formar parte de la nueva generación de SWANS –“Strong Women Achievers, No Spouse” (mujeres fuertes y exitosas, no esposas) –que describe la Dra. Christine B. Whelan en su libro “Why Smart Men Marry Smart Women” (Por qué los hombres inteligentes se casan con mujeres inteligentes).

Las SWANS son un contingente creciente de adultas jóvenes para las que el sueño de casarse es un destello que parece palidecer poco a poco. Sin embargo, la Dra. Whelan sostiene que esta clase de mujeres sí se casan, pero con hombres que son atraídos precisamente por sus atributos: inteligencia, motivación y éxito. Aunque a decir verdad, saberlo no ayuda mucho durante la espera. Si eres como yo, seguramente querrás saber qué puedes hacer para realizar tu meta en vez de esperar sentada a que llegue el hombre indicado. Después de todo, somos mujeres fuertes y triunfadoras. Siendo yo misma una ex SWANS, puedo compartir algunos consejos que recogí a lo largo del camino:

 

1. Sé tan deliberada para planear una relación amorosa como lo eres para planear tu carrera.

Si anhelas casarte, tanto como triunfar en tu profesión, date tiempo para ello. Desarrolla desde ahora hábitos que puedan enriquecer una relación seria, como son: compromiso, flexibilidad y generosidad. Y en vez de separar tus sueños en compartimentos, colocando tu educación y tu profesión por delante del matrimonio, aprende a perseguirlos en conjunto. Por ejemplo, mantente abierta para conocer muchachos mientras estudias, lucha para conseguir un trabajo que te guste y viaja. Evita al “novio ausente” –aquel que se queda en la oficina hasta las diez de la noche, rara vez responde tus llamadas y repite el estribillo “estoy muy ocupado”– y no modeles tu propio comportamiento de esa manera.

 

2. Eres inteligente, así que relaciónate con inteligencia.

Desperdicié más tiempo del que debí en tipos sin potencial. A veces teníamos ideas muy distintas acerca del matrimonio; algunos no querían hijos; otros no concebían una esposa que hiciera algo más que cuidar la casa y los niños. Estos factores son importantes para la felicidad a largo plazo, por lo que no te sientas obligada a continuar saliendo con alguien que no comparta tus sueños y tus valores.

En el fondo, las mujeres solemos saber cuando un hombre es “el bueno” o cuando por el contrario, solo va a drenar nuestro tiempo y nuestro corazón. Sé lo suficientemente fuerte para retirarte cuando este sea el caso, aun si ello implica que camines sola durante más tiempo antes de encontrar a tu pareja definitiva.

 

3. Confía en ti.

Aunque todavía ningún hombre haya aceptado el reto de ganar tu corazón, no lo dudes, es un premio que vale la pena. No eres “demasiado”, tampoco eres poca cosa. Cualesquiera que sean tus habilidades, personalidad, intereses o talentos, están combinados de forma única en tu persona. No tomes eso a la ligera. Confianza no es arrogancia; es la callada seguridad de que tú eres exactamente lo que el mundo necesita.

 

4. El hecho de que puedas hacer todo lo que quieres, no significa que debas hacerlo.

Al igual que nosotras, los hombres que piensan en el matrimonio suelen saber cuando una mujer tiene potencial. Un hombre seguro de sí mismo no se sentirá intimidado por una mujer exitosa; en cambio, dará media vuelta si su forma de conducirse o de vivir no refleja los valores que busca en su futura esposa.

Mientras que el ícono del feminismo Gloria Steinem declaró: “Una mujer necesita un hombre tanto como un pez necesita una bicicleta”, yo he descubierto que mi esposo ha impulsado mi carrera y me ha brindado más oportunidades en la vida, no menos. Siendo una SWANS, aprendí que dejar que mi hombre me ayude es una manera de honrarlo y de permitir que me ame. No me resta identidad como mujer, no pone en duda mis habilidades ni frena mis sueños como yo temía. ¡Mito derribado!

La vida no suele suceder exactamente de acuerdo con lo planeado, pero no por eso renuncies a tus sueños ni endurezcas tu corazón. La experiencia me ha demostrado que si usas la cabeza y el corazón se pueden tener ambas cosas: la carrera que quieres y el hombre que amas.

Las mujeres necesita amor, los hombres respeto

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Las palabras pueden ser poderosas a la hora de construir o destruir relaciones. Según el psicólogo Philip Mango, las “palabras de reafirmación” son una de las cinco principales puertas de entrada al amor: “Los hombres se sienten particularmente amados cuando reciben afirmación o admiración por su carácter, no por sus logros. Por su parte, la mayoría de las mujeres se sienten amadas cuando son apreciadas por lo que ellas son como personas.”

Las mujeres necesitan amor; los hombres necesitan respeto, afirma el Dr. Mango. Este descubrimiento puede ser la llave de una relación feliz. Los psicólogos explican que los hombres responden mejor cuando son alabados por su carácter de forma específica y personal. En un reciente artículo, el Dr. Allen Berger compartió: “Siempre es mejor el reconocimiento por la pasión que existe en el interior de un hombre, que por lo que hace o lo que gana. Si se le reconoce su compromiso con la excelencia o su tenacidad para perseguir un sueño, estará agradecido.”

Tan grande es su necesidad de afirmación y admiración, que al satisfacerla se puede incentivar la cortesía y la caballerosidad en un hombre. “Que la reafirmación sea personal y específica”, recomienda Berger. “Dile algo como: <<Cuando me acercaste la silla en el comedor, me hiciste sentir especial. Gracias.>>”  Si una mujer gusta de recibir esa clase de trato,  una cuantas palabras de afirmación serán consideradas muy valiosas por su pareja.

Navegar en cualquier tipo de relación puede resultar muy confuso en ocasiones. Pero hay algunos indicadores para saber cómo interactuar o comportarse. Estas sugerencias de reforzamiento positivo pueden abrir una brecha en la oscuridad y aumentar el entendimiento acerca de lo que una mujer y un hombre valoran, de modo que su pareja pueda ofrecérselo.

 

Ayuda a tus hijos a desarrollar su inteligencia moral

Para educar a los hijos no basta conocer cómo funciona el cerebro y la dinámica de las emociones. Es preciso ayudarlos a distinguir en dónde está el bien y a tratar de ponerlo en práctica.

Si queremos facilitarles el camino que los hará “moralmente inteligentes”, hay que aclararles el concepto de bondad moral, que no es algo abstracto, sino un modo concreto de comportarse siguiendo la regla de oro de tratar a los demás como nos gustaría que nos traten a nosotros.

A esto se une la importancia del ejemplo, pues los niños entenderán el bien en la medida en que lo vean en acción en sus padres. Los valores están para ser vividos o no se entienden. Muchas veces la incoherencia de los adultos deja sumidos a los niños en la confusión causada por mensajes contradictorios.

Los niños son modelados en el inicio de su vida por los valores de los adultos que los rodean. El hecho de que no hayan desarrollado el habla ni la capacidad de razonar, no significa que no necesiten una formación moral basada en que aprendan el “sí” y el “no”.

Los niños de pocos meses pueden desafiar a los adultos que los rodean “exigiendo” determinadas respuestas, pero si se le da a un bebé todo lo que pide, se le está enseñando a no esperar nunca una negativa y esa no es una buena preparación para la vida.  Se malcría a un bebé cuando se le hace pensar que el mundo gira totalmente alrededor de él, y nunca es demasiado pronto para enseñarle a distinguir lo que está bien de lo que está mal.

Cuando los niños asisten a la escuela primaria ya son capaces de utilizar el lenguaje, lo cual es clave para su desarrollo moral. En la naturaleza del niño de esa edad está el preguntar y preguntar, proporcionando a quien dirige sus preguntas la oportunidad de brindar respuestas directas e indirectas, a través de lo que sugieren o recomiendan, de las historias que les cuentan, de los recuerdos que comparten y de las experiencias que les ofrecen como ejemplos. El gran desafío de padres y educadores es responder a las innumerables preguntas que hacen los niños, que ya pueden reflexionar en silencio sobre lo que han preguntado, pueden intentar ser buenos y ponderar cuán “buenos” son.

Los niños son capaces de poner a prueba las creencias y valores de los adultos, y detectan con facilidad su capacidad para comprometerse con lo que creen. De ahí la confusión en la que pueden caer cuando se encuentran ante mensajes morales cruzados o contradictorios, y por eso es fundamental que perciban coherencia en sus padres.

Mientras que los discursos morales abstractos se olvidan fácilmente, lo que se enseña por medio del ejemplo -y eso ocurre todo el tiempo, casi sin darnos cuenta- permanece en ellos para siempre.

Enamorado de otra

“Perdóname pero estoy enamorado de otra”, así finalizó la noche de ayer.

Sentí como un balde de agua fría cuando me lo confesó, aunque dentro de mí, ya lo sabía. No era tan cariñoso como antes, ni detallista, ni reía conmigo ni buscaba la oportunidad para tomarme de la mano. Platicábamos poco.

Quise saber si ella era más joven, si era bonita, si tenía una profesión, si trabajaba, si era soltera o divorciada. Callada me solté a llorar y después, apenado me dijo: “No llores pues creo que no me amas…o ¿sí?”

Sí, sí lo amaba y me llenaba de desilusión, de frustración, de enojo, escuchar que estaba enamorado de otra. Sentí cómo mi corazón se partía en pedazos y yo solo podía decir entre sollozos: “Lo sabía, lo sabía, lo sabía”.

Lo vi venir y no hice nada por evitarlo:

  •  Sabía que no lo procuraba como antes.
  •  Sabía que cuando él quería platicarme algo, yo lo interrumpía con asuntos de casa o pleitos de los niños, o peor aún, le cambiaba el tema para comentarle el “chisme” de mi amiga.
  •  Sabía que cuando me arreglaba, lo hacía porque había un evento con mis amigas, pero no para gustarle a él.
  •  Sabía que cuando me invitaba al cine a ver una película que se le antojaba, si no era de mi agrado, le decía que mejor nos quedáramos a ver la tele.
  •  Sabía que ya no lo impulsaba como antes ni expresaba mi admiración por él.
  •  Sabía que por ‘evitar problemas’ había dejado pasar algunos detalles, y ‘no tuve’ el tiempo para platicar y evitar que se generara rencor. No había comunicación como antes.
  •  Sabía que habíamos dejado de orar juntos y no reíamos de trivialidades.
  •  Sabía que no hacía nada por mantenerlo enamorado y nos había cubierto la rutina.
  •  Sabía que si él cometía un error yo lo transformaba en algo enorme.
  •  Sabía que cada día le exigía más y le agradecía menos.
  •  Sabía que había dado por hecho que estaríamos ‘juntos y felices para siempre’.

Y entonces, me dijo “Sabes, estoy enamorado de aquella mujer que reía, que encontraba soluciones; que ilusionada, usaba un vestido nuevo para salir conmigo. Extraño a la que me sorprendía con la cena cuando regresaba cansado y estresado. Extraño a la que ponía gotitas de lavanda en la almohada, a la que me decía ‘Tú puedes, yo creo en tí; a la que se alegraba cuando yo llegaba temprano a casa y consideraba que era un buen detalle cuando yo la invitaba al cine”.

“Estoy enamorado de aquella mujer con la que todo era posible, que me abrazaba cuando me sentía devastado y me contaba sobre las travesuras de los hijos para hacerme reír, sin planear un castigo severo para ellos de mi parte por estar enojada, sino platicando sobre la mejor forma de guiarlos y aconsejarlos”.

“Estoy enamorado de la mujer que se amaba y no se buscaba defectos cada vez que se ve en el espejo: que si la arruga, que si la cana…”

“Estoy enamorado de la mujer que me inyectaba vida con su forma de ser. Te extraño, regresa por favor porque te amo”.

 

Cinthia Villalobos

Coordinadora de Fundación Cadena de Sonrisas A.C.

contacto@cadenadesonrisas.org.mx

Facebook: Cadena de Sonrisas

Educar para la paz

Los conflictos armados en el mundo dejan millones de huérfanos, familias truncadas, pueblos desplazados, vidas interrumpidas. Pero no solo los conflictos armados truncan vidas. La violencia cotidiana –sea física, verbal o estructural– se extiende en todos los ámbitos de la sociedad.

La paz no es una aspiración, no es un deseo. La paz es más que la mera ausencia de guerra o de violencia. Es la construcción de una realidad en la que cada uno de nosotros pueda convertirse en la mejor versión de sí mismo.

La paz se construye, pero requiere un esfuerzo individual y colectivo; implica estar dispuestos a cambiar hábitos y a trabajar juntos, aprender a convivir, conocernos y aceptarnos.

Con la confianza de que los niños pueden aprender a relacionarse mejor que nosotros los adultos, surgió la idea de Proyecto Paz en el Colegio Miraflores.

Proyecto Paz busca inventar un mejor presente y un mejor futuro, al enseñarles a los niños que existen formas mejores que otras de relacionarse; que el entendimiento y el crecimiento conjunto son posibles; que el diálogo construye puentes y que el conflicto nos enseña mucho acerca de nosotros mismos.

Luego de dar una capacitación previa a los maestros y tener una plática con los papás, iniciamos Proyecto Paz con Asambleas de Grupo en primaria, con el objetivo de que los alumnos tomen conciencia de que forman parte de una comunidad, que solos no llegan a ningún lado y que trabajar en equipo, colaborar y compartir acorta distancias y traza caminos. Seguiremos con estas asambleas cada semana y antes de Semana Santa se impartirá un Taller de Trabajo en Equipo.

Con el trabajo conjunto se busca que los alumnos adquieran las herramientas, cualidades y valores necesarios para comprender que la realidad que hoy vivimos no es la única ni es la mejor; que la apuesta por el diálogo, el entendimiento mutuo y la cooperación no solo es deseable: es viable y accesible.

Es importante educar para la paz a las nuevas generaciones, pues los niños tienen en sus manos la posibilidad de cambiar su mundo.

 

Ana Paula Hernández y Victoria Ocejo son dos exalumnas que imparten las materias de filosofía y literatura, respectivamente, en el Colegio Miraflores:

anapaula@proyectopaz.net

vivi@proyectopaz.net