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Anímalo a tomar riesgos saludables

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Los adolescentes están llenos de energía y de idealismo, aunque a veces no lo demuestren. Si tienes uno en casa, no pelees con él, guíalo. Impúlsalo a tomar riesgos sanos. Él podría desarrollar un cerebro más fuerte y valiosas habilidades en el proceso.

En el cerebro de los adolescentes, la luz de seguir ADELANTE brilla mucho, pero la de CUIDADO y ALTO no. Por eso son más propensos a tomar riesgos. Al guiar a tu hijo hacia retos sanos podrás ayudarlo a madurar y distraerlo de tomar riesgos negativos.

La psicóloga Lynn Ponton afirma: “Hay dos cosas claras sobre los adolescentes: van a tomar riesgos y sus padres se sienten aterrados por ello”. No es para menos. Un estudio de Teens Today demostró que muchos padres piensan que los riesgos tomados por los adolescentes incluyen: manejar imprudentemente, tomar hasta emborracharse, usar drogas, sexo irresponsable, etc., todo negativo.

Sin embargo, hay riesgos sanos como practicar un deporte de aventura, comenzar un pequeño negocio o participar en un concurso de talentos, que no ponen a un adolescente en peligro, pero requieren que arriesgue algo (fallar, críticas, etc.). En el proceso, él ganará confianza en sí mismo, valor y las habilidades para planear y resistir impulsos.

 Enseña a tu hijo a enfocarse en riesgos sanos

Hay muchas oportunidades sanas y baratas, como unirse a un equipo de algún deporte o presentarse a una audición. Trata de encontrar ideas en la biblioteca, la escuela, un club, las parroquias o asociaciones con fines comunitarios o altruistas.

Una vez que se decida por algo, puede que necesite ayuda para comenzar. Recuerda que sus habilidades de planeación y estrategia todavía no están desarrolladas, pero no te sobrepases. Darle mucha ayuda podría destruir su autoestima.

Que entienda las consecuencias de los riesgos negativos

Riesgos negativos como experimentar con drogas, sobrepasar el límite de velocidad, copiar en un examen, robar, conducir con copas o ir en un auto con un conductor borracho, usualmente tienen consecuencias negativas. Muchas veces, los adolescentes no resisten la tentación y creen que nada malo les va a pasar.

La importancia de hacer una diferencia

Cuando un adolescente invierte tiempo y energía en una causa en la que cree, llega a ver y sentir su impacto en el mundo. También adquiere práctica en planeación y preparación de proyectos, lo que le servirá en el futuro y le ayudará a fortalecer su carácter.

 Ayúdalo a enfocarse en sus propios intereses

La mayoría de los adolescentes están llenos de entusiasmo, pero cortos de ideas específicas. Reflexionar juntos puede ayudarlos a encontrar la actividad perfecta para ellos. Aquí hay algunas preguntas para comenzar:

Si tuvieras un año para cambiar el mundo, ¿qué harías? ¿Y si solo tuvieras una semana? ¿O un día?

Si pudieras regalar un millón de pesos, ¿a quién se lo darías y para qué?

¿Qué piensas que ayudaría a tener un mejor lugar para vivir?

Si tu hijo dice algo que viene de la nada como: “Quiero volar en un planeador alrededor del mundo para hacer reflexionar a la gente sobre la contaminación del aire”, no digas nada. Escribe la idea en un papel y continúa. Así es como funciona el proceso.

Mira lo que hacen otros adolescentes

Si tu sesión resulta inútil, consulta con escuelas, parroquias, clubes o asociaciones civiles. Puede haber docenas de opciones cerca de casa, como servir en comedores comunitarios, leer a ciegos, alfabetizar, enseñarle habilidades de computación a personas de la tercera edad, participar en alguna causa ecológica; o no tan cerca, como ayudar a construir casas para gente de escasos recursos.

Si ninguna de tus ideas lo inspira, hay miles de recursos en Internet para voluntarios adolescentes. Así que cuando él encuentre algo que le guste, ayúdale con preguntas como: “¿A quién vas a llamar para ofrecerte como voluntario?, ¿cuánto tiempo quieres aportar?, ¿cómo llegarás allí?,¿qué ropa, habilidades o herramientas necesitas?”.

Si tu hijo pierde el rumbo, no te metas inmediatamente para ayudarlo. Déjalo luchar un poco para encontrar una solución, ya que esto hará que su cerebro se fortalezca. Si se ha desalentado o pesa más la flojera en él, aliéntalo. Si aun así no recupera la motivación, probablemente tiene una buena razón. A lo mejor su vida ya está muy llena de actividades u obligaciones, y el voluntariado lo estresa más. Si es el caso, déjalo así. Él tiene muchos años por delante para dejar su huella en el mundo.

Mira lo que hacen otros adolescentes

Si tu sesión resulta inútil, consulta con escuelas, parroquias, clubes o asociaciones civiles. Puede haber docenas de opciones cerca de casa, como servir en comedores comunitarios, leer a ciegos, alfabetizar, enseñarle habilidades de computación a personas de la tercera edad, participar en alguna causa ecológica; o no tan cerca, como ayudar a construir casas para gente de escasos recursos.

Si ninguna de tus ideas lo inspira, hay miles de recursos en Internet para voluntarios adolescentes. Así que cuando él encuentre algo que le guste, ayúdale con preguntas como: “¿A quién vas a llamar para ofrecerte como voluntario?, ¿cuánto tiempo quieres aportar?, ¿cómo llegarás allí?,¿qué ropa, habilidades o herramientas necesitas?”.

Si tu hijo pierde el rumbo, no te metas inmediatamente para ayudarlo. Déjalo luchar un poco para encontrar una solución, ya que esto hará que su cerebro se fortalezca. Si se ha desalentado o pesa más la flojera en él, aliéntalo. Si aun así no recupera la motivación, probablemente tiene una buena razón. A lo mejor su vida ya está muy llena de actividades u obligaciones, y el voluntariado lo estresa más. Si es el caso, déjalo así. Él tiene muchos años por delante para dejar su huella en el mundo.

 

Lectura recomendada:

Cómo educar hijos sin adicciones.

María Elena Castro, Jorge Lanes, Mónica Margain. PAX.

ISBN:9786074382730

www.casadelibro.com.mx

 

Logros invisibles de México

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El presidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas, Richard Fisher, ha señalado a México como un caso de éxito del que podrían aprender muchos países, empezando por Estados Unidos.

Aseguró que es tiempo de ver que México no es solo crimen, migración ilegal y frustración económica. También es una especie de milagro de estabilidad y recuperación.

Fisher resaltó los siguientes puntos:

 

1.   México se recuperó con rapidez de la crisis de 2008. Su producto interno bruto creció 5.5% en 2010 y 3.9% en 2011, después de desplomarse 6.2% en 2009.

2.   La producción total volvió a su nivel previo a la crisis, después de 12 trimestres, un año antes que EU.

3.   La producción industrial de México sobrepasó su nivel anterior a la crisis al empezar 2011. La producción industrial de EU sigue 3.3% por debajo de su nivel de diciembre de 2007.

4.   El déficit público de México fue de 2.5% en 2011. El de EU, de 8.6%.

5.   La deuda de México se mantiene estable en 27% del PIB. La de EU es de 98% y sigue creciendo.

6.   El comercio exterior se ha disparado en México. En 1980 representaba 17% del PIB de México, hoy representa 61%. Y 80% de las exportaciones mexicanas ya no son petroleras, sino de bienes manufacturados.

7.   La declaración de autonomía del Banco de México en 1993 tuvo un efecto duradero sobre la política monetaria y sobre la inflación. Antes, el promedio de inflación anual en México era de 43%. Ahora es de 4.4%.

8.   México se ha vuelto creíble en los mercados financieros. Hoy puede emitir y vender bonos garantizados a 20 y 30 años, cuando en 1995 nadie le compraba nada a más de 27 días.

 

“Todo este acomodo virtuoso de las finanzas ha sucedido frente a nuestros ojos y en nuestros bolsillos durante estos años. Pero no lo queremos ver y no lo vemos. Fisher piensa que EU y Europa tienen mucho que aprender de México en estas materias, y que los mexicanos deben estar orgullosos de sus logros y ser motivo de inspiración para otros países”, aseguró en Mileno Héctor Aguilar Camín.

Momento de terminar

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Es increíble cuando nos encontramos en una relación de noviazgo o de ‘mejores amigos’ que es tan maravillosa como la soñamos; sin embargo, cuando descubrimos que las cosas no son como deberían, es preciso reconocerlo para terminar a tiempo.

Existen tres aspectos muy importantes para identificar cuando cada uno debe seguir su propio camino:

 

•    Diferentes expectativas.

¿Piensas en casarte algún día y a tu pareja no le interesa? ¿Estás deseando formalizar la relación pero tu pareja prefiere que los dos sigan tratando a otras personas?

Si sus expectativas sobre la relación son diametralmente distintas, deben ser honestos: lo que cada uno merece es lo que cada uno está dispuesto a dar, ni más ni menos. Quien está dispuesto a dar debe recibir y quien solo busca diversión, solo eso merece tener.

 

•    Diferentes valores.

¿Son compatibles en cuanto a nivel económico se refiere? ¿Sueñas con tener hijos y él o ella no soporta a los niños? ¿La familia es igual de importante para los dos? ¿Qué hay con respecto a la fe? ¿Comparten los mismos valores y tienen metas compatibles?

Este tipo de diferencias en las parejas puede llevar al fracaso cualquier relación; sobre todo cuando se trata del tema de los hijos.

Algunas discrepancias entre dos personas pueden ser saludables porque llevan a estrechar la relación y a crecer como individuos. Pero hay otras que causan más daño que beneficio porque dejan resentimientos, enojo, frustración y dolor. Considera aquello que para ti ‘DEBE SER’ una pareja, y si en eso no coinciden: NO VA A FUNCIONAR. Eso no quiere decir que uno valga menos que el otro, solo significa que ninguno es la persona adecuada para el otro.

 

•    Diferentes sueños.

¿Has tenido que comprometerte de manera que algunos de tus sueños personales quedan excluidos? ¿Sientes que te asfixias pero no tienes el valor para cambiar?

Todos tenemos sueños y algunos implican a otras personas, como es el matrimonio y los hijos; otros son sueños más individuales, como estudiar y ejercer una carrera, o terminar un maratón. Mientras más estrecha y formal es una relación, más impactarán tus sueños a la otra persona, y es natural que tengas que hacer ajustes; a veces hasta tendrás que renunciar a ciertos sueños por el bien de la relación. Pero la relación correcta es aquella en la que los dos están dispuestos a sacrificar un poquito sus sueños y a ceder otro poco por los sueños del otro, ganando ambos la alegría de estar juntos.

Los rompimientos son parte de la vida. Es importante ser cuidadosos con el tiempo y el corazón de cada uno, y evitar seguir en una relación por la que se tienen que sacrificar los valores.

Mientras más tiempo se permanezca en ese tipo de relación, mayor será la frustración. No hay que tener miedo a hacer un análisis objetivo, y si la realidad es que ven el horizonte de distinta forma, hay que ser lo suficientemente fuertes para reconocerlo y pacientes para esperar hasta encontrar a la persona adecuada.

 

Personas de carácter

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¿Qué pensamos cuando decimos que alguien es persona
de carácter?

Quizá la adaptación firme de su voluntad en una dirección, la lealtad personal hacia unos principios que no ceden a las conveniencias del momento, la perseverancia en obedecer a la voz de su conciencia, o quizá la independencia de su criterio frente al qué dirán.

Hay muchas definiciones de carácter: Un modo de obrar siempre consecuente cuyos móviles son principios firmes, constancia de la voluntad en el servicio del ideal reconocido como verdadero, perseverancia en plasmar un noble concepto de la vida, y muchas más.

 

¿Qué puede hacer un padre o una madre para que sus hijos sean personas de carácter?

Primero –y es más importante de lo que parece– tendrás que definir qué principios y qué ideales quieres que tengan tus hijos.
A continuación, tendrás que procurar que vayan comprendiendo la importancia que esto tiene para su vida y, sobre todo, que entiendan que nadie podrá hacerlo en su lugar. Y como en las ideas no cabe la imposición, conviene que lo hables de vez en cuando con tus hijos, que suelen ser más razonables de lo que parecen. Y cuando lo hagas, esfuérzate en hablarles normal. A los chicos les gusta que se dirijan a ellos de modo natural y con voz suave. A muchos adultos les encanta hablarles con aire paternalista, si no es que además, en tono subido y autoritario. Pero ellos agradecen mucho que se les hable de modo normal, como a los mayores. Después tendrás que determinar de qué modo van a acostumbrarse a obrar según esos principios. Porque lo más difícil no es formular principios rectos, eso se consigue con relativa facilidad; hay que persistir en ellos a pesar de las cambiantes circunstancias de la vida, porque buenos proyectos tenemos todos, pero luego hay que llevarlos a la práctica, que es difícil. Y conseguir que los hijos los lleven también a la práctica, es más difícil todavía.
Empieza por cosas pequeñas.

 

Siembra un pensamiento –dice Toth– y segarás un deseo, siembra un deseo y recogerás una acción, siembra una acción y cosecharás una costumbre, siembra una costumbre y segarás el carácter. De pequeños pensamientos y acciones, va tejiéndose la suerte de la vida.

Podríamos decir que el éxito está en descubrir la natural sucesión educativa:

Motivación en los valores.

Actos favorables.

Arraigar las virtudes.

Consolidar el carácter.

 

“Quien en nombre de la libertad renuncia a ser el que tiene que ser, ya se ha matado en vida. Su existencia consistirá en una perpetua fuga de la única realidad que podía ser”.

José Ortega y Gasset

 

Los Vulbos

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Los Vulbos es un grupo formado por cinco talentosos jóvenes mexicanos de entre 20 y 24 años que hace cuatro años se unieron con un solo objetivo: alcanzar sus sueños y hacer carrera en el mundo de la música.

Esta nueva propuesta muestra cómo se puede incursionar en este mercado a pesar de que la industria tradicional de la música está en crisis. Han cambiado algunas de las formas de dar a conocer a los artistas y su música. Ahora la promoción en las redes sociales (FB, Twitter, Geek) es fundamental para su crecimiento, lo mismo que las opciones para ofrecer su música a través de Internet en la modalidad de downloading y streaming, como Itunes, Youtube,  Spotify y CD baby, entre otros, que están sustituyendo el mercado físico. Esto ha representado una gran oportunidad al alcance de los nuevos artistas.

Hace poco más de dos años, Los Vulbos se encontraron con la compañía de música independiente “Baktun 13 Music Group”, iniciando la aventura de grabar su álbum debut  “Sin Miedo a Caer”. Además del trabajo en las redes sociales y el mundo digital, iniciaron su promoción en el estado de Nuevo León con un buen número de actividades y la programación de las estaciones de radio más importantes. Hoy cuentan con seguidores en toda la República Mexicana e incluso en Estados Unidos, Centro y Sudamérica.

Decidieron llamar a la agrupación Los Vulbos porque un bulbo es un dispositivo que transmite energía y sonido; únicamente sustituyeron la “B” por la “V” en el nombre por cuestiones de estética y como una forma de representar el movimiento de cambio al que pertenecen. Sus influencias musicales varían desde el bossa nova hasta el rock y el pop.

Juan Gualberto “Gualo” Hernández (guitarra acústica y voz) estudia producción musical, tiene 20 años, compone y siempre ha sentido una gran fascinación por la música, sobre todo ritmos sofisticados y tan diversos como bossa nova, samba, rock, pop y jazz; César Sanmiguel (bajo y coros) estudia mercadotecnia, tiene 20 años, su primer guitarra fue una que pertenecía a su fallecido padre y a los 6 años inició sus clases de guitarra eléctrica, pero ante la necesidad de la decidió aprender a tocar el bajo, lo que gracias a su oído musical logró fácilmente; Emilio Ocejo (teclados) estudia economía, tiene 20 años, le apasiona la música, la lectura y tocar el piano. Sus influencias musicales son muy variadas y van desde la rumba y el flamenco, hasta el jazz; Guillermo “Zurdo” Silva (batería y percusiones) tiene 24 años y fue el último de los integrantes que llegó a Los Vulbos después de varios años de tocar con otras bandas locales. Su pasión es la batería y es fanático de los e-sports, videojuegos y la cultura oriental; en especial le gusta la música, J-Rock, las melodías y estructuras; Mauricio Cuéllar (guitarra eléctrica y coros) estudia diseño industrial, tiene 19 años y gusta de realizar experimentos musicales con diferentes instrumentos y amplificadores.

Su primer sencillo es “Eternamente”, un tema que con su sencillez ha hecho que los chavos se identifiquen de inmediato con su letra y lo pegajoso de su música. Te invitamos a que lo escuches y así apoyes al nuevo talento que sigue surgiendo de manera independiente como contraparte de la profunda crisis que vive la Industria de la Música “tradicional” en todo el mundo.

 

Conócelos en su página oficial:

www.losvulbos.com

Youtube: LosVulbosMx

Twitter: @losvulbos

Facebook : Los Vulbos

Geek: @losvulbos

Los Vulbos te regalan su CD
“Sin miedo a caer”

Solo manda un mail a revistamira@prodigy.net.mx que diga:

Sin miedo a caer, tu nombre, apellidos y teléfono.

¡Hazlo hoy!

Existencia limitada.

Ser mujer hoy.

“Hoy el día me vivió, yo no lo viví”. Cuántas veces nos rebasan las circunstancias, las actividades cotidianas y los problemas, y son ellos, los que dirigen nuestras acciones. ¿Hacia dónde voy? ¿cómo soy?, ¿qué quiero cambiar o mejorar en este momento de mi vida?

 

“Ser mujer hoy”, busca ser ese alto en tu camino: una guía para que día con día puedas reflexionar y mejorar en los diferentes ámbitos en los que te desarrollas como mujer (esposa, madre, trabajadora, ciudadana), y hagas de tu vida de tu vida el proyecto más importante.

Hoy, la mujer estudia, trabaja, ocupa puestos públicos y privados, cambio que me parece maravilloso, ya que tenemos más oportunidades y espacios que los que tuvieron nuestras mamás y abuelas.  Sin embargo, en este tránsito me he dado cuenta que nos enfrentamos al grave riesgo de hacer a un lado nuestro papel insustituible como esposas y madres, olvidándonos de nuestra verdadera esencia femenina.

La mayoría de las mujeres queremos o tenemos que trabajar, pero deseamos también formar una familia.  Surge entonces ese gran conflicto entre familia y trabajo, ya que una gran realidad es que los mejores años como mujeres en el trabajo, coinciden precisamente con los mejores años para ser madre.

Equilibrar no es tarea fácil, pero tampoco imposible.  Es por ello que el libro “Ser Mujer Hoy” explora situaciones que vivimos las mujeres en el ámbito familiar, profesional y social, así como reflexiones y recomendaciones que pueden ayudar a la mujer a descubrir su misión en la vida, a vivirla y gozarla; a ser mejor en compañía de los demás, potencializando los talentos individuales y fortaleciendo sus relaciones en sus diferentes roles femeninos.

El tipo de feminismo que realmente valora tanto a la mujer como al hombre y, por tanto el que más beneficia a nuestra sociedad, es el feminismo en equilibrio, donde las mujeres en lugar de buscar una óptica feminista luchamos por una óptica femenina, en la cual se contempla al hombre y a la mujer como un todo.

La dinámica familiar ha cambiado: el esquema en que la mujer se encargaba del hogar y de la educación de los hijos, en tanto el hombre figuraba como el proveedor económico de la familia, ya no es común.

Reconozcamos que la mujer necesita del hombre y viceversa, por lo que ella lo debe involucrar en la paternidad, en la educación de los hijos, para que su intervención no sea sólo biológica sino total.  La mujer y el hombre somos un complemento no una competencia; iguales tanto en dignidad como personas, como en los derechos y responsabilidades que vivimos.

Conozcamos y vivamos nuestras diferencias, para lograr una sociedad más humana y un México mejor.

 

LUCIA  LEGORRETA

Autora “Ser Mujer Hoy”. LID Editorial.

www.lucialegorreta.com

cervantes.lucia@gmail.com

¿Por qué se llega al suicidio?

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Desde hace algunos años ha ido aumentando la importancia de este problema de salud pública. En el mundo se registran hasta un millón de suicidios cada año. Pero ¿realmente nos hemos involucrado lo suficiente como para saber por qué se llega al suicidio?

Gracias a los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se sabe que en México la relación de suicidios entre hombres y mujeres es de 5 a 1; es decir, hay muchos más hombres que mueren por esta causa. También se sabe que hay una alta incidencia de suicidios en pacientes con enfermedades psiquiátricas (depresión, esquizofrenia, trastornos de ansiedad o alimentarios). Otro dato importante es que México es un país conformado en su mayor parte por gente joven, y que precisamente los adolescentes están en el grupo de alto riesgo de cometer suicidio. Es por eso que debemos enfocar nuestro esfuerzo en conocer las razones que llevan a los jóvenes a situaciones de riesgo, y lo más importante, reconocer si nuestros hijos manifiestan los signos de alerta para detectarlos oportunamente.

Las principales causas de suicidio en nuestro país son: depresión, problemas familiares, sociales o económicos, pérdidas familiares o sentimentales, abuso sexual, abuso físico y bullying, así como enfermedades graves o incapacitantes.

La personalidad del sujeto suicida suele tener los siguientes rasgos: impulsividad, agresividad, fragilidad emocional,  autoconcepto de ser “perdedor”, sentimientos de derrota ante situaciones estresantes, sentirse sin posibilidad de ser “rescatado” por alguien más, abandonado o no apoyado al pedir ayuda y sobre todo, la percepción de que es imposible escapar, tienen “visión en túnel” y están convencidos de que la única salida o luz que hay al final de ese túnel es la muerte.

Muchos padres de familia se acercan a los profesionales de la salud mental para conocer los signos de alarma que deben monitorear en sus hijos. Las principales manifestaciones de que algo malo sucede son: cambios súbitos en la rutina (de conducta, de amigos, en las calificaciones o en las situaciones sociales), aburrimiento o inquietud repentinos, incapacidad para estar solos o resolver situaciones por sí mismos que antes no representaban reto alguno, alcoholismo,  abuso de sustancias, promiscuidad, actos delictivos, búsqueda constante de riesgo o peligro, conducta autodestructiva, sensación de “vacío” o “falta de sentimientos”, falta de identidad propia, dificultad para expresar o manifestar sentimientos, frecuentes experiencias de derrota o fracaso, muestras de autoagresión (cortarse o quemarse), enojo excesivo e inexplicable, sensación de desamparo, disminución importante o interrupción de la comunicación con sus padres,  menoscabo en la autoestima, fra-
gilidad emocional y baja tolerancia ante la frustración, entre otras.

La buena noticia es que hay factores protectores que pueden ser útiles en la prevención del suicidio en los jóvenes, que están orientados a aumentar la autoestima asociada al autocontrol, así como a elevar la percepción que el joven tiene de la relación con sus padres y  de que recibirá apoyo cuando busque ayuda, consejo o consuelo.

La protección debe ser temprana para fortalecer los factores protectores y dotar con mejores herramientas a los individuos para enfrentar diversas situaciones.

Debe tener varios niveles: Socialmente, se debe cambiar la visión general de la “salud mental” para que sea vista como una parte más de la salud integral del ser humano, evitando las implicaciones morales, religiosas e incluso legales que la estigmatizan. A nivel escolar, es labor de profesores, entrenadores y profesionales de la salud, ayudar a los niños y jóvenes a conocerse mejor, y hacerles sentir que ante la presencia de alguna duda o malestar tienen la opción de pedir y recibir ayuda oportuna. A nivel de medios de comunicación, se debe tratar con mucho respeto y delicadeza el tema del suicidio para evitar el efecto de imitación ante las noticias de algún evento de este tipo. Finalmente, a nivel familiar, los padres deben involucrarse en la educación de sus hijos, siendo acompañantes y observadores de su crecimiento y desarrollo, haciéndoles sentir que cuentan con su apoyo y que sin invadir su individualidad y privacidad, están cerca de ellos por si los necesitan.

Ante la sospecha de conducta o ideación suicida es imprescindible acudir con un profesional de la salud mental, ya que el tratamiento incluye una combinación de medicación supervisada, psicoterapia y en muchos casos, si es necesaria, hospitalización.

Ciudad posible

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Nunca ha sucedido nada que no haya sido primero soñado.

Todos nos quejamos de lo mismo en las grandes ciudades: el tráfico, la contaminación o la poca cultura cívica en los más variados temas. Siempre vemos “al otro” como el culpable de nuestros problemas, sin pensar en lo mucho o poco que estamos haciendo para que las cosas cambien.

Hoy en día, vemos a las políticas públicas como algo ajeno a nosotros: “¡Qué hagan lo que quieran mientras no me afecten a mí!” Y caemos en un grave error, pues el hecho de vivir dentro de una ciudad nos coloca en una sociedad que está a mi servicio cuando me proporciona protección, compañía, información o entretenimiento; pero que de igual forma, demanda otras obligaciones de mí como ciudadano, y una de ellas es la participación ciudadana.

Hace unos días caminé afuera del Colegio Miraflores y vi que la calle estaba muy sucia. Entonces recordé que hace tres años, ante tal problema, muchos alumnos del Miraflores salimos un domingo a barrer la avenida en la que se ubica el Colegio. Y para sorpresa de algunos, la actividad fue divertida porque estábamos conviviendo con amigos, sólo que en lugar de hacerlo en otro sitio, estábamos en la calle. Qué curioso que salir a jugar a la calle sea visto como algo raro en nuestros días, mientras que nuestros papás lo hacían todo el tiempo hace algunos ayeres.

La anécdota viene a cuento debido a que cuando barrimos la avenida hicimos un bien común. Pusimos el ejemplo de cómo debía estar la calle por la que caminábamos todos los días y no nos limitamos a criticar su estado, o a pensar únicamente en barrer la entrada de nuestras casas porque de todo lo demás se debe encargar el gobierno. En pocas palabras, uno no cuida lo que no ama y nadie ama lo que no conoce. Si no somos capaces de dar un pequeño extra, involucrándonos e informándonos sobre la situación que nos rodea, ¡seguro que nos quedamos como estamos por el resto de nuestros días!

Unos meses atrás me enteré del movimiento que están haciendo muchas personas para recuperar los ríos de la Ciudad de México. La iniciativa se llama picnic en el río (http://picnicenelrio.org/) y busca rescatar el Río de la Piedad que actualmente está entubado en lo que es el camellón del Viaducto (una calle saturada de tránsito vehicular). Los participantes pasan un ‘día de campo’ ahí, como si ya estuviera el río en perfectas condiciones.

La idea de hacer un picnic nació de la necesidad de llamar la atención de la ciudadanía y el gobierno, sin perjudicar a nadie, haciendo conciencia de qué es lo que hay debajo de las calles que transitamos y que desgraciadamente estamos contaminando.

El proyecto consiste en cerrar los carriles centrales del Viaducto colocando un eje de movilidad masiva, y en su lugar, dar espacio a un río y un parque.

Los ejemplos dados son en dos polos distintos de la sociedad, y ambos tienen mucho valor para mejorar la ciudad en la que vivimos.

No olvidemos que la “ciudad posible” empieza en la mente de cada uno de nosotros. Nuestra obligación es transformar esa posibilidad en realidad.

Lealtad a una promesa

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El Colegio Miraflores cumple 30 años en las instalaciones en las que ha alcanzado la madurez, convirtiéndose en una institución educativa de referencia nacional e internacional.

Muchas son las reflexiones a la luz de la vida, obra y mensaje de la Madre Trinidad, fundadora de la Congregación de las Esclavas de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios, que dio origen al colegio. Es buena ocasión para tener un encuentro con ella y meditar lo que tres décadas significan en cuanto al cumplimiento de la vocación de servicio y misión de amor, desde la Madre Fundadora hasta la más joven de las novicias. Es buena ocasión para hablar de lealtad.

Podemos pensar en el inmenso trabajo diario de treinta años y recordar miles de problemas (invasiones, amenazas, embargos, escasez, deudas, fatiga, etc.). Podemos reconocer el esfuerzo de superación para estar en la vanguardia pedagógica y tecnológica, y hablar de los muchos beneficiados por las obras sociales; podemos detenernos en la solidez humana y riqueza espiritual de la Familia Miraflores: patronos, empleados, maestros, alumnos, religiosas y padres de familia; podemos hacer gozosa memoria de alumnos y exalumnos, y ver estos primeros treinta años desde múltiples perspectivas ciertas; por eso es bueno hablar de lealtad.

La lealtad  se relaciona estrechamente con la fidelidad, el honor y la buena fe; es el cumplimiento de una promesa. La Madre Trinidad prometió al Señor: “Cumpliré vuestra voluntad santísima hasta que me digas: ¡Basta!”. Lo repitió de mil maneras, y lo confirmó con todos y cada uno de los actos de su vida.

Es la promesa que transmitió a sus hermanas religiosas y que las anima cada día. “Quisiera que todas supiéramos entender cómo el Señor manifestó a su indigna sierva la misión que nos confió en las niñas…imprimiendo en ellas, como fuego de amor, el amor de Dios y del prójimo, que regenera al mundo…sin apartarnos de la vida de oración y contemplación”. Las religiosas se han dedicado a cumplir su promesa por encima de problemas, cansancios y decepciones. Y lo han logrado, con vidas dedicadas en cuerpo y alma a la adoración y  la enseñanza.

Es el compromiso de lealtad que han transmitido a toda la Familia Miraflores, que se mantiene fiel a sus principios y unida en torno a sus ideales de amor a Dios y servicio a los demás.

Seguramente la Madre Trinidad contempla el resultado y renueva su compromiso en nombre de toda su congregación que debe estar orgullosa por los frutos logrados y por ser leales a su promesa.

El botellón

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Un asunto desagradable:

Oigo a Paco y a Sara –pongamos que se llaman así– que están en el pasillo, junto a la puerta abierta de mi despacho. Paco de pie y Sara sentada en el suelo, fumando un cigarro entre clase y clase.

—¿Qué vas a hacer en el puente? –pregunta ella.

—No sé… El viernes creo que haremos botellón.

—¿Y el sábado?

—Dormir.

Se hace un silencio largo.

—¿Y el domingo?

—No sé…

Lo siento; me temo que hoy no seré capaz de escribir un artículo “simpático y optimista “. El botellón es asunto triste.

Ignoro si la terminología y la sintaxis son idénticas en todos lados. En Madrid, “hacer botellón” significa ir por la noche a un jardín o parterre de la ciudad para intoxicarse con otros adolescentes en torno a un número suficiente de botellas.

Guillermo, un chaval flaco, listo y simpático, que parece peinado con una aspiradora, me dice que hay botellones de varios tipos:

—Tenemos el “botellón light” o “pachanguita”, a base de refresco y cerveza, con mucha niña mona, grititos y tal. Luego está el “botellón acampada”, en plan “heavy”. Una pasada. Yo a eso no voy. Y después el más corriente, que dura hasta las tres o las cuatro de la mañana y todos acaban borrachos.

La terminología de Guillermo es aún más expresiva e irreproducible.

—Luego –continúa– está “el botellón precalentamiento” antes de la discoteca… ¿Sabe qué pasa? Que si tienes menos de 18, en la disco no te dan alcohol. Y si te lo dan, te sale mucho más caro. Además, con el ruido y el follón, la única manera de pasárselo bien es entrar ya colocado o tomarte una pastilla.

Alejandra, que escucha atentamente, dice que sí con la cabeza.

—Es que la discoteca es insoportable.

—¿Y por qué vas?

—No sé… Por el ambiente. Tampoco hay muchas alternativas…

En ese momento se incorpora a la tertulia Nacho, que va de marginal, pero en el fondo es un romántico:

—Yo solo me emborracho para volver a casa…

—¿Para volver?

—Sí… Así duermo mejor.

—¿Y tu padre qué dice?

—Nada. Está en la cama…

A estas alturas ya se habían unido tres o cuatro más a la conversación y yo trataba de disimular el profundo desánimo que me iba agarrotando el estómago.

Mis conclusiones, ya digo, no fueron muy alentadoras. Son estas:

Los adictos al botellón que conozco, son chavales normales, encantadores como todos los de su edad. Más que sinceros, son impúdicos; capaces de contar las mayores atrocidades sin apenas conciencia de culpa.

Es inútil explicarles que “el alcohol mata”, que terminarán con el hígado hecho paté y el cerebro de corcho. Ya lo saben. “Los viejos siempre están hablando de lo que nos puede pasar –me dice Sandra–. Y eso no nos importa. Lo importante es vivir el momento”.

A la mayoría de esos chicos todavía no les gusta el alcohol. De hecho ni siquiera beben entre semana. Toman licores dulces y empalagosos –sobre todo las chicas– como quien chupa una paleta. Lo único que buscan es el efecto: la borrachera justa para huir de la realidad. ‘Coger el punto‘, lo llaman. Este es, por supuesto, el mejor camino hacia el alcoholismo.

Ahora tratan de reprimir el botellón a base de reglamentos. Cualquier día inventan un fiscal antibotellón. Ya se sabe, cuando falla el espíritu y se hunden los valores morales, siempre hay alguien que pide mano dura y leyes enérgicas. Pero lo jurídico tiene su ámbito propio y no es este.

El botellón revela hasta qué punto ha calado entre los más jóvenes la mentalidad hedonista. Ellos no tienen toda la culpa; se limitan a llevar hasta sus últimas consecuencias lo que han aprendido. Sienten la atracción de la desmesura, de lo que antes era marginal y ahora lo encharca todo. No les pidamos pues que tengan buen gusto o que sean moderados, su metabolismo se lo impide.

El botellón no tiene alternativas. Es inú-til tratar de buscar expansiones civilizadas para que la tribu hedonista se desfogue cada viernes. Es preciso enseñarles a cambiar de mentalidad; decirles que la vida no se agota en el placer, que hay esperanza, que podemos y debemos dar fruto. Demasiados adolescentes han renunciado a hacer de su vida algo grande. Chicos y chicas resignados con la esterilidad, que necesitan alcohol, ruido o lo que sea, con tal de huir de una realidad que les resulta insoportable.

Ellos no son así. Necesitan elevar el punto de mira para descubrir el espíritu y encontrar a Dios, y pisar, por fin, tierra firme.

—No sé –me dice Guillermo–. ¿Cree usted que podemos cambiar?

—Si no lo creyera, ¿estaría aquí hablando contigo?