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Abstinencia sexual y fidelidad, temas tabú

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La abstinencia sexual y la fidelidad conyugal son consideradas como un “tabú” en algunos medios hoy en día. Para muchos son blanco de burlas mientras que otros, por temor a ser criticados, prefieren callar.

No obstante, en Uganda se recomendaron estas dos medidas a toda la población y bajaron drásticamente los índices de enfermedades venéreas y SIDA. ¿Por qué? porque se deduce lógicamente que las personas se ponen en peligro de adquirir estos padecimientos por la promiscuidad sexual.

Tradicionalmente, la Iglesia recomienda acudir a la poderosa intercesión de la Santísima Virgen María para luchar en las tentaciones contra la pureza. Los novios deben poner todos los medios para llegar castos (limpios de cuerpo y alma) al matrimonio y, hasta entonces tener las relaciones conyugales para fundar una familia. Por su parte, los casados deben cuidar todas las medidas de prudencia para vivir cada día más enamorados y ser muy fieles a su compromiso matrimonial.

Y es que entre los solteros y casados que viven bien la pureza y controlan adecuadamente sus impulsos naturales, se encuentran las personas más maduras y centradas. Lo contrario sucede con los que llevan una vida sexualmente desordenada que con frecuencia caen en “sexoadicciones” y requieren de la ayuda de un psiquiatra para salir de su dependencia.

¿Qué decir a los que han caído en infidelidad? Que nunca es tarde para rectificar. Que acudiendo al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) pueden ser absueltos y recomenzar, viviendo una vida limpia de acuerdo con el plan de Dios.

¿Y qué de los que guardan el celibato apostólico o la virginidad? Es decir, fieles laicos, religiosos o sacerdotes que habitualmente han tenido durante su adolescencia, novias o novios, pero que un día se encontraron con el Amor de Dios, con mayúscula, se sintieron cautivados y se entregaron completamente al servicio del Señor.

Me viene a la memoria la Escuela de los Hermanos Lasallistas (Ciudad Obregón, Sonora) donde hice mis estudios hasta el último semestre de la preparatoria. Todos sabíamos perfectamente que los Hermanos estaban cien por ciento consagrados a Dios. Y nos daban un testimonio maravilloso con su alegría, entusiasmo y buen humor. Me resulta imborrable el recuerdo de un Hermano, de origen cubano, que en cuanto escuchaba música tropical -como llevaba el ritmo en la sangre y había sido muy “fiestero” en su adolescencia- comenzaba a bailar, sonriendo, poniendo ambiente y aplaudiendo. Naturalmente, todos los de la prepa formábamos un círculo alrededor de él, llevando también el ritmo con las palmas y nos invitaba a que bailáramos. No faltó el compañero que le preguntó a este Hermano cubano por qué estaba tan alegre si no tenía novia ni esposa. Y sin dudarlo, respondió: “¡Porque estoy enamorado de Dios y eso es mucho más grande y hermoso!”

Lo digo deliberadamente ahora que se ataca tanto a los sacerdotes, religiosos y monjas, a quienes por un puñado de enfermos mentales que han cometido aberraciones, se ha pretendido juzgar de un modo injusto y nada objetivo. Millones de personas a lo largo de XXI siglos del cristianismo han vivido su celibato con una enorme alegría, buen humor, celo por difundir el mensaje evangélico y han dejado una huella impresionante de santidad.

Quien vive unido a Dios y a su Madre, la Virgen María, y cumple fielmente los Mandamientos del Señor, particularmente en lo relativo a la Santa Pureza, viviendo según su vocación el celibato, la virginidad, la abstinencia sexual y la fidelidad conyugal, experimenta una alegría y una paz que este mundo es incapaz de dar.

 

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Mexicano vs. La Selva

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¿Preocupado por la felicidad de tus hijos?

Jackson Brown es un padre preocupado por la felicidad de su hijo y por ello le escribió estos “consejos” cuando este se fue a estudiar a la Universidad, lejos de su casa. Su hijo decidió fotocopiarlos y los distribuyó entre sus compañeros. Los mensajes tuvieron tanto éxito, que una editorial le pidió autorización a Brown para editar un libro con ellos, Life’s Little Instruction Book, una publicación que rápidamente se convirtió en un best seller traducido a varios idiomas.
Hijo:
• Cásate con la persona correcta. De ésta decisión dependerá el 90% de tu felicidad o tu miseria.
• Observa el amanecer por lo menos una vez al año.
• Estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos.
• Ten un buen equipo de música.
• Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa.
• Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.
• Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa.
• Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución.
• Maneja coches que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una buena casa.
• Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.
• No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe.
• Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche (dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza).
• Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir.
• Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.
• Haz lo que creas que sea correcto, sin importar lo que otros piensen.
• Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejará hacerlo.
• Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas.
• Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.
• Recuerda el viejo proverbio: sin deudas, no hay peligros ni problemas.
• No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios.
• Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a tu prójimo. El que no vive para servir, no sirve para vivir.
• Acude a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno.
• Confía en la gente, pero cierra tu coche con llave.
• Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también ‘el gran riesgo’.
• Nunca confundas riqueza con éxito.
• No pierdas nunca el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios defectos.
• No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices.
• Aunque tengas una posición holgada, haz que tus hijos paguen parte de sus estudios.
• Haz dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan en las fotos.
• Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes.
• No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.
• No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.
• Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida encima de él.
• No confundas confort con felicidad.
• Nunca compres nada eléctrico en una feria artesanal.
• Escucha el doble de lo que hablas (por eso tenemos dos oídos y una sola boca).
• Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos.
• Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos.
• Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.
• Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta mientras lo recorres.
• Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.
• La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo.

Dios no sale de vacaciones

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Y les dice:

“¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?

Pero ellos callaban.“

Marcos 3, 4

Quizá cuando leas estas palabras ya estés de vacaciones o estés por salir a disfrutar de un merecido descanso. Entonces es un buen momento para dedicar dos minutos, sólo dos, a pensar algo para lo que nunca tenemos ni buscamos, tiempo.

Ante la avalancha de problemas hay quien piensa que Dios también se ha ido de vacaciones, que se ha tomado un descanso, dejado el mundo a la deriva y por eso estamos como estamos. Pero no es así, no se ha ido; todo lo contrario: Él no toma vacaciones, está presente, atento a lo que nos ocurre en todo momento y actuante en nuestro favor, aunque a veces no lo sepamos ver.

“Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28, 16-20) nos prometió Jesús. No nos dijo “todos los días, menos en vacaciones” ni tampoco “todos los días, de lunes a viernes” o “todos los domingos”. Dijo “todos los días”. O sea que hoy no está fuera, lejos o descansando, sino que se encuentra aquí, con nosotros, contigo y conmigo, aunque tú y yo no estemos en el mismo lugar, que para algo Dios todo lo puede. Lo que parece es que quienes no estamos somos nosotros. Nos vamos de vacaciones también de Él, o lo enviamos a Él de vacaciones.

Sí, las vacaciones son para descansar, relajarnos, desconectarnos, pero, ¿también de Él? ¿como una más de nuestras tareas?

Tener tiempo, estar relajados, tranquilos, desconectados, es -si queremos- la mejor ocasión para estar cerca de Dios. Por eso, te propongo diez mandamientos para estas vacaciones:

1.  Amarás a Dios sobre el descanso, la playa, el sol, el campo, las fiestas; en fin, sobre todas las cosas.

2.  No tomarás el nombre de Dios como pretexto para quejarte de las incomodidades o prometer lo que no cumplirás.

3.  Santificarás estas vacaciones, descansando sanamente, disfrutando sin excesos ni abusos.

4.  Honrarás a tu padre, a tu madre y a toda tu familia, procurando no tener discusiones ni crear problemas.

5.  No matarás el tiempo de manera ociosa e inútil, sino con un descanso creativo y enriquecedor.

6.  No cometerás actos impuros ni contra tu cuerpo ni el de los demás, o la naturaleza misma.

7.  No robarás el tiempo, las energías, el cariño de quienes te rodean, con actitudes caprichosas y egoístas.

8.  No mentirás ni te dedicarás al cotilleo, el chismorreo y a hacer pedazos a los demás con tus palabras.

9.  No permitirás pensamientos o deseos incorrectos aunque los bañadores de tu entorno te inciten a ello.

10.       No desearás beneficios o bienes excesivos, sino los que tú y tu familia realmente necesiten en estas vacaciones.

Ahora que si esto se te hace mucho, basta con que veas con atención a tu alrededor y de todo corazón Le digas ¡Gracias!, porque seguro te escuchará, pues está ahí, contigo, pero no de vacaciones.

 

Georges Moustaki

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Moustaki dejó huella en la cultura popular como uno de los más sensibles creadores de canciones de las últimas décadas. Políticos, actores y músicos rindieron homenaje al “poeta” y “artista comprometido”, que murió a los 79 años el pasado 23 de mayo, en Niza, Francia.

 

Fue un músico multinstrumentista (guitarra, acordeón y piano, pero principalmente guitarra) y un cantautor políglota (principalmente hablada en francés, pero también en griego, inglés, portugués y ocasionalmente, en árabe, español, italiano, alemán, yidis y hebreo).

Nacido en Alejandría, Egipto, en el seno de una familia judeo-griega originaria de la isla de Corfú, el Métèquemás famoso de la canción francesa llegó a París en 1951 y fue nacionalizado francés en 1985. Llevaba unos años retirado de los escenarios debido a una enfermedad incurable de bronquios que le impedía cantar y se dedicaba a la escritura y la pintura.

“Sus canciones han marcado a varias generaciones… Era un hombre con la voz dulce pero con las ideas fuertes”, resumió el presidente francés François Hollande, en un comunicado. Una hora antes, la ministra de Cultura, Aurélie Filippetti, manifestaba su “tremenda tristeza” ante la desaparición de un “artista comprometido que enarbolaba valores humanistas”. “Era la expresión de la belleza del mestizaje cultural”, destacó el exministro de Cultura socialista Jack Lang.

Moustaki conoció y trabajó con todos los grandes de la época, empezando por Édith Piaf, para quien escribió la letra de una de sus canciones más populares, Milord. Escribió más de 300 temas para personalidades como Yves Montand, Juliette Gréco, Dalida, Barbara y Serge Reggiani, para quien compuso temas míticos como Ma liberté. En 1968 compuso e interpretó Le métèque (El extranjero), su mayor éxito: “Con mi acento de extranjero, de judío errante, de pastor griego, y mis cabellos a los cuatro vientos…”.

En enero de 1970 presentó su primer concierto como estrella y a partir de entonces su popularidad no hizo sino crecer. “Era como todos los poetas, alguien diferente”, declaró Pia Colombo, la gran musa del París de Saint-Germain des Près, “era un hombre elegante que tenía una dulzura infinita y luego el talento”.

“La escritura de Moustaki era una suerte de referencia, de una simplicidad aparente; en realidad era una verdadera escritura en profundidad que nos es extremadamente preciada, como la libertad, la soledad”, reaccionó por su parte el cantautor Yves Duteil.

Era conocido por ser un hombre de izquierdas desde su apoyo a la revuelta juvenil de mayo del 68, aunque explicó: “Mi sensibilidad se acerca a los libertarios, a los huelguistas. No a una ideología ni a un movimiento. No tengo ni la vocación ni la misión de imponer mis ideas”.

Moustaki fue un viajero incansable, enamorado de Brasil, cuyos ritmos introdujo también en la canción francesa.  Il y avait un jardín (1971) es uno de sus temas inolvidables: “Había un jardín que llamábamos ‘la Tierra’, bailaba al sol como una fruta prohibida; no, no era el paraíso ni el infierno, ni nada ya visto o ya oído… Había un jardín que llamábamos ‘la Tierra’, era lo bastante grande para acoger a millones de niños; ¿dónde está ese jardín en el cual podríamos haber nacido… dónde está esa casa con todas las puertas abiertas…? “

Conspiración del silencio contra el escritor Ruso Solzhenitsyn

Se cumple un lustro del fallecimiento del escritor, historiador y Premio Nobel de Literatura en 1970, Aleksandr Solzhenitsyn (1918-2008). A sus funerales acudieron miles de ciudadanos en Moscú y le rindieron homenaje de héroe nacional.

Su actividad literaria saltó a la fama internacional cuando en 1962, el entonces Presidente de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (U.R.S.S.), Nikita Kruschev, en una actitud política con la que buscaba distanciarse de su antecesor,  José Stalin, permitió la publicación de su obra ‘Un día en la vida de Iván Denísovich’.

Es el relato de la vida de un prisionero en las estepas siberianas, desde el amanecer hasta el anochecer. Un solo día basta para que el lector se percate de la existencia tremendamente dolorosa de un personaje y de sus compañeros en desgracia,  que vivían en condiciones infrahumanas, malnutridos, con muchos enfermos, padeciendo fríos por debajo de los cero grados; varios son torturados y maltratados. Allí radica la maestría de este escritor, ya que en unas cuantas páginas narra una historia escalofriante que refleja lo que fueron los destierros del régimen del dictador José Stalin.

De inmediato recibió la aclamación tanto en su país como en las naciones occidentales  por ser el  primer autor con la valentía para desvelar esos hechos que hasta entonces habían permanecido ocultos,  o eran un ‘secreto a voces’.

Su siguiente obra, ‘Primer círculo’ fue muy criticada porque hacía un duro análisis  del sistema marxista-leninista. Se le amenazó con expulsarlo de la Unión de Escritores Soviéticos y su obra no fue publicada.

Desde 1945, Solzhenitsyn había sido condenado a ocho años de prisión y destierro en diversas cárceles, por mostrarse en contra del gobierno de Stalin. Tuvo el cuidado de ir guardando -en clave- testimonios de cientos de prisioneros. Tan perseguido era, que sus siguientes obras las iba entregando a familiares y amistades para que las enterraran o  escondieran.

Así pasaron muchos años; él continuó escribiendo y le sobrevino un cáncer de garganta que superó años después. Pero se percató del estado precario e insalubre de los hospitales y escribió su impactante novela ‘Pabellón de Cáncer’, en la que filosofa sobre el sentido de la vida, de la enfermedad y de la muerte.

En 1956 se le permitió salir en libertad pero fue confinado al centro de la U.R.S.S., a una ciudad llamada Riazán. Ya había producido otras obras como ‘La casa de Matriona’. También comenzó a escribir ‘Agosto de 1914’ y otras obras de carácter histórico, cuentos, poemas en prosa, y la que se considera su gran obra de denuncia contra el sistema político opresor: ‘Archipiélago Gulag’, que no era sino una metáfora que usó Solzhenitsyn para relatar los cientos de lugares de reclutamiento repartidos por el extenso territorio de la Unión Soviética donde no se respetaban los más elementales derechos humanos. Se cometían atrocidades de todo tipo, torturas e injusticias; se podría resumir en una frase: ‘un verdadero infierno’, que este escritor quiso plasmar a lo largo de su obra literaria. (Por ejemplo, alrededor de 80 millones fueron enviados a estas deportaciones y menos de la mitad regresaron con vida).

Solzhenitsyn tuvo la suerte de encontrarse con una editora que le ofreció –de forma clandestina- publicar sus obras en Inglaterra, Francia e Italia. El mundo occidental sufrió una especie de ‘terremoto’ o fuerte sacudida al leer sus novelas y cuentos. Nunca se imaginaron hasta dónde habían llegado las atrocidades de José Stalin.

En 1970 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura pero temió ir a Estocolmo a recibirlo porque sospechaba que ya no se le permitiría regresar a su patria. A pesar de ello, el 13 de febrero de 1974, la Unión Soviética decidió enviarlo al exilio.

En Occidente fue aclamado como héroe durante años, por su vida y sus obras. Y cuando fue invitado a diversos foros internacionales de varios países, como la Universidad de Harvard, declaró abiertamente que el materialismo hedonista había destruido a toda una civilización que se encontraba sin recursos morales, que no se interesaba más que en el placer y el bienestar material, que había perdido sus auténticos valores y que con pena observaba a una juventud degradada y a millones de seres humanos que en Occidente arrastraban una existencia sin sentido porque carecían de Dios, de una religión, de una moral, de virtudes y de valores sólidos.

Fue entonces cuando ‘la bomba estalló’ y se declaró la llamada ‘conspiración del silencio’, porque ya nadie se interesó por sus obras ni por invitarlo a más conferencias.

Se refugió entonces, con su familia, en Vermont (Estados Unidos) y continuó escribiendo, hasta que en 1994, una vez que había caído el Muro de Berlín (1989), recuperó su ciudadanía rusa y el Presidente Vladimir Putin lo invitó a radicar en Moscú. Continuó escribiendo ensayos y obras para tratar de mejorar la condición socioeconómica y religiosa de su patria.

No obstante este deliberado silencio –que todavía persiste- contra este brillante escritor ruso, su obra perdura como una muestra patente de cómo un hombre fue capaz de arriesgar su propia vida y la de su familia, para delatar hechos lamentables y graves injusticias que no podían quedar en el olvido. Por ello, aunado a su indiscutible calidad literaria, se le considera entre los grandes escritores de la Literatura Universal.

 

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De poder, dinero y otras adicciones.

¿Qué pasa cuando el poder político considera a las personas como súbditos acríticos y dóciles, el poder económico convierte a las personas en consumidores adictos, y el poder mediático manipula a las personas para que satisfagan el control indebido que ejercen el poder político y económico?

El ‘tecnosistema’, nos dice Alejandro Llano, es un conglomerado político-económico-mediático, integrado básicamente por el Estado, el mercado y los medios de comunicación social. Según Llano, lo negativo del tecnosistema que se ha implantado sobre gran parte del mundo y rige a millones de personas, reside en su ‘carácter mecánico y funcionalista’, en el ‘consumismo y la tecnocracia’. (Humanismo Cívico, Editorial Ariel, Barcelona, 1999).

Giovanni Sartori denuncia con vehemencia la manipulación que ejercen los medios informativos sobre las personas para inducirlas a ser dóciles súbditos de la ‘videocracia’: El ‘video-niño’ obedece las órdenes que se traducen en votos a favor de políticos clientes de las empresas televisivas, en gran parte porque es incapaz de pensar, decidir y actuar libremente (Homo videns, Editorial Taurus, México, 1997).

Hoy en día las industrias del entretenimiento global imponen ideas, valores y estilos de vida sobre miles de millones de personas en una ‘batalla cultural’ que describe Frédéric Martel como un intento para controlar ‘las palabras, las imágenes y los sueños’ (Cultura Mainstream, Editorial Taurus, México, 2011).

Y es quizá en la manipulación política, económica y mediática donde encontramos un ambiente favorable a la proliferación de adicciones que aquejan a la sociedad del siglo XXI. La Real Academia de la Lengua habla de una adicción como un hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos, o bien, habla de una afición muy grande a algo. (Diccionario esencial de la lengua española, Real Academia Española de la Lengua, España, 2006).

Extendiendo el sentido expuesto, la adicción puede ser ese hábito de quien se deja dominar por algo que es superior a la persona que lo padece. Inteligencia y voluntad quedan nubladas frente al impulso irresistible y arrollador de quien es dominado por el objeto de su adicción. Puede ser una droga, bebidas alcohólicas, la moda, el juego, el peligro, la violencia, la tecnología, los objetos de lujo o la fama.

En el mundo del ‘video niño’ adulto, que ve pero no piensa, que compra compulsivamente y que obedece a la ‘videocracia’, llevando al poder a los candidatos promovidos por la industria televisiva, que acepta sin chistar los modelos de vida que le imponen las industrias globales fílmica, televisiva, discográfica o editorial, las adicciones proliferan y son sustento importante de la viabilidad del ‘tecnosistema’.

Estado, Mercado y medios de comunicación social son importantes y necesarios, pero solo se justifican en el marco de una sociedad de personas libres, que con inteligencia y voluntad son capaces de vivir según sus convicciones, sueños y aspiraciones legítimas y auténticas. Las adicciones son el resultado de desequilibrios personales y sociales, de afectaciones, limitaciones, reducciones en las condiciones materiales y espirituales necesarias para el desenvolvimiento armónico de la persona y de la comunidad.

En sus causas, las adicciones son multifactoriales. Pero es indignante que las adicciones sean propiciadas, fomentadas, creadas y aumentadas para garantizar la explotación política y económica, la manipulación ideológica, la dominación absoluta de gran parte de la humanidad. En el fondo de la cuestión está la lucha por la dignidad de la persona humana, el ejercicio de sus libertades y derechos, el cumplimiento de sus obligaciones, y la necesidad de crear un entorno social que propicie el desarrollo armónico e integrado de las personas, y el cumplimiento de sus aspiraciones, vocaciones y destinos.

*El autor es Director del Centro de Cultura Humanística A.C.

@yoinfluyo

 

¿Por qué no eres más feliz?

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Es curioso cómo muchas personas piensan que la felicidad es algo reservado para otros.

Corremos el peligro de pensar que la felicidad es como una ensoñación que no tiene que ver con el vivir ordinario y concreto. La relacionamos quizá con los grandes acontecimientos, con disponer de una gran cantidad de dinero o tener un triunfo profesional o afectivo deslumbrante, o protagonizar hazañas extraordinarias, y no suele lograrse con eso.

La prueba es que la gente más rica o poderosa, o más atractiva o mejor dotada, no coincide con la gente más feliz.

¿Eso no es un tópico algo antiguo? Como si para ser feliz hubiera que ser pobre, miserable y desafortunado.

De entre los pobres, miserables y desafortunados, unos son felices y otros no. Y entre los ricos y poderosos, los hay también felices e infelices; para verlo, basta con echar una ojeada a las revistas del corazón.

Eso demuestra precisamente que la felicidad y la infelicidad provienen de otras cosas, de cosas que están más en el interior de la persona. Conviene pensarlo y hacérselo pensar a los jóvenes, ahora que están trazando sus planes de futuro.

Chéjov decía que la tranquilidad y la satisfacción del hombre están dentro de él mismo y no fuera. Que el hombre vulgar espera lo bueno o lo malo del exterior, mientras que el hombre que piensa lo espera de sí mismo.

Muchas veces sufrimos o nos embarga un sentimiento de desánimo o de agobio, o de fatiga interior, y no hay a primera vista una explicación externa clara porque no hemos tenido ningún contratiempo serio, ni tenemos hambre, ni sed, ni sueño, ni nos falta la salud ni las comodidades que son razonables.

Son dolores íntimos y si investigamos, llegamos a descubrir que están causados por nosotros mismos. Muchas de las quejas que tenemos contra la vida, si nos examinamos con sinceridad y valentía, nos damos cuenta de que provienen de nuestro estado interior, de cosas muy secundarias, del egoísmo.

Pasamos penas grandes por contrariedades mínimas. Cuántas veces, por ejemplo, una persona puede estar decaída y desalentada, con una tristeza que le dura a lo mejor varias horas o varios días, simplemente porque su equipo, al que sigue con tanta pasión, ha perdido tontamente un partido de futbol, o por pequeños y tontos contratiempos del lugar de trabajo o de la clase. O por esos disgustos familiares que también empiezan por una tontería. Suelen ser cosas pequeñas que, por separado, se entiende que no deberían producir tanto disgusto.

Piensa en las causas. Piensa si esa infelicidad puede provenir de acostumbrarse a ver con tanto dramatismo las pequeñas derrotas personales. Derrotas, además, que con el paso del tiempo y vistas en el conjunto de la vida, pueden resultar victorias.

¿Qué quieres de mí?

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Poco a poco te vas metiendo en cierta situación hasta que ya no puedes salir de ella. Muchos dicen “es la vida”, “lo que te tocó vivir”; lo cierto es que desde que naces recibes constante información y formación que te encamina a tu misión. Y es que toda profesión está basada en el servicio a los demás. Todos servimos de alguna manera a otros porque los seres humanos existimos para tres cosas: ser felices, servir y compartir.

Un día se me ocurrió decir: “Señor, ¿qué quieres de mí?”. Sé que parece una frase de santo, mártir o de servicio sacerdotal, pero la dije porque necesitaba saber para qué estoy aquí, ¿cuál es mi misión?

Mi educación, las experiencias buenas y desagradables, el haber estado a punto de morir cuando bebé, la carrera que estudié, lo que he leído, aprendido y visto, mis talentos, mi forma de vivir y con quienes vivo, ¿tienen relación con algo más que pasar los días diciendo quién soy, lo que he hecho, que cuento con muchas bendiciones y despierto siempre agradeciendo la oportunidad de estar viva?

Todo pasa por algo, pero ¿qué es ese algo?

“Yo soy” es una frase sencilla compuesta por dos palabras que significan: Dios en acción en mí. Por tanto, todo lo que sale de tu boca, pensamientos y sentimientos relacionados contigo, se refieren a la parte de Dios en ti, a cómo actúa Su creación.

Hablo de mi experiencia que me ha llevado a encontrar respuestas a los por qué y para qué. Estoy segura de que quien analice su vida encontrará muchas respuestas que han estado ahí todo el tiempo.

Las cosas ocurren en el momento perfecto para el Señor. Él guía a cada uno y nos tiene algo que, de descubrirlo, es maravilloso porque nos da plenitud y felicidad.

Soy comunicóloga. Estudié en un colegio mixto y después en uno de educación religiosa. Soy locutor y productor de radio; mexicana, hija de un hombre ejemplar por su enseñanza en nobleza y humildad, y de una mujer amorosa y compartida. Estoy casada con un hombre que Dios puso a mi lado para que hagamos una misión de vida en común. Soy madre porque era necesario vivir esta experiencia para comprender muchas cosas más. Todo se entrelaza.

El conocimiento llega conforme estás preparado para entenderlo y ejecutarlo. Si es el momento pero no has comprendido por dónde ir, vendrán lecciones para que abras los ojos, los oídos, el corazón, la mente y entonces actúes.

Hace varios años, mi tío me pedía ropa que ya no usara para dársela a sus inquilinos: jóvenes que venían del campo sin lugar donde dormir. Mi tío murió hace tres años. La gente que me daba la ropa para entregarla a mi tío seguía dándomela, se acumulaba y entonces comencé a canalizarla a asilos, albergues y lugares donde atienden a personas en situación de calle, y mientras más daba más llegaba.

En ese tiempo tenía un programa de radio llamado “Italianíssimo” que cumplía diez años al aire, pero ¿qué más? Empezaba a pesarme ir todos los sábados a las cuatro de la tarde a presentar música. Ese invierno, de viaje en Canadá, me quedé muda. Lo curioso era que no tenía nada en la garganta pero no pude articular sonido alguno durante casi un mes. Así, en silencio, llegó la claridad mental que necesitaba. Comprendí que tenía que callar para poder escuchar. “¿Para qué tienes un micrófono si no lo usas para comunicar? ¿Qué vas a comunicar?”.

Regresé con la idea de un nuevo programa: “Estar bien”. Era una emisión con temas de desarrollo y crecimiento humano. A la par me reencontré con una prima con la que jamás había platicado. Ella tuvo cáncer y sanó. Hablamos sobre el proyecto del nuevo programa y le comenté que mi marido y yo estábamos pensando en una fundación canalizadora de apoyo. Ella quería ayudar a las mujeres con cáncer y unimos esfuerzos. Nació Fundación Cadena de Sonrisas AC, con cinco socios: mi prima, mi marido, un directivo de Radio 6.20AM (quien nos encomendó llevar la parte social de la emisora), yo y…DIOS. Dejé a Dios al final para resaltar que es el más activo en esta labor.

Cuando Dios vio que necesitábamos apoyo eficiente para coordinar el programa (ahora llamado igual que la fundación) y los donativos de ropa, despensas, juguetes, etc.…nos lo mandó.

Cuando vio la necesidad de una bodega para recibir los donativos…nos la mandó.

Cuando vio que no juntábamos el donativo que nos solicitaban…nos lo mandó.

Cuando vio la necesidad de una camioneta para recoger y repartir los donativos…nos la mandó.

Cuando vio que necesitábamos a alguien con alegría, ganas de servir y una gran sonrisa para llevar los donativos…nos lo mandó.

Ahora solo tenemos que continuar con esto que llamamos nuestra misión.

Fundación Cadena de Sonrisas A.C. conjuga los verbos Servir y Compartir. Canalizamos el apoyo a casas hogares, asilos de ancianos, albergues para personas en situación de calle y hacemos cadena con otras fundaciones. Los invitamos al programa de radio, conocemos su labor, los visitamos y entonces llevamos los donativos. La gente que nos apoya con los donativos en especie se une a esta Cadena de Sonrisas, pues quien tiene qué comer y se siente cobijado y atendido: sonríe. Y la risa sana penas, dolor, tristeza y enfermedad.

La enfermedad es un proceso de sanación del alma a través de la expresión del cuerpo. Muchos pequeños están en ese proceso. Los niños necesitan saberse aceptados por otros niños, por ello involucramos a los pequeños a que brinden su atención y cariño a los niños hospitalizados a través del voluntariado infantil Manitas en Acción.

Manitas en Acción, formado por niños entre 5 y 13 años, que viven la labor social en casa con el ejemplo de sus padres, saben que parte de su crecimiento personal y espiritual está en ayudar al prójimo.

Como es difícil acercar a los niños directamente a los hospitales, ideamos que hicieran cada mes una actividad manual que comparten con los chicos en el hospital.

Los Manitas, como les llamamos, hacen su manualidad y comparten material para hacer muchas iguales que se mandan al Hospital Federico Gómez, en donde espera Tropa Corazones: jóvenes con los que nos unimos para que ellos hagan la manualidad con los chicos en proceso de sanación. Estamos por comenzar visitas a casas hogares para que los Manitas les lleven juguetes y ropa, y platiquen sobre temas interesantes que atañen a los niños.

Así, los niños hospitalizados y en casas hogares se saben amados y recordados por otros niños, y el amor sana.

Y como el amor sana, apoyándonos en la red social, creamos una Cadena de Oración en donde las personas solicitan unirnos en intención a la fuente del amor: Dios, a quien habremos de agradecerle todo aquello que nos fortalece, lo que nos da y que nos ayuda a continuar de manera tranquila e incluso cómoda. Y qué mejor forma de agradecer sino bendiciendo a los demás… “Cuando bendigo a alguien, me estoy bendiciendo a mí mismo”. Así es nuestra Cadena de Bendición.

El conocimiento es una bendición, te ayuda a desarrollarte y dar lo mejor siempre. Pero muchos talleres, cursos y conferencias no son accesibles económicamente hablando. Como dirían “Ganas hay, pero no hay dinero” Pues si hay ganas, nosotros ponemos la solución: Conferencia por Causa. Es un proyecto que hacemos por mes en donde los profesionistas unidos a Fundación Cadena de Sonrisas AC, nos donan su tiempo y conocimiento para compartirlo con personas que pueden pagar poco. El donativo recaudado se usa íntegramente para comprar lo que un asilo o casa hogar necesita. Cada mes se apoya a una causa diferente gracias a este proyecto.

¡Por cierto!, cuando necesitamos un salón de eventos que nos donara el uso de sus instalaciones…también Dios nos lo mandó.

Servir al prójimo se torna difícil cuando se cruza el ego y le dejamos hablar, cuando dejamos que se exprese esa voz que nos limita y nos pone una y mil excusas para compartir y servir. “¿Por qué habría de ayudarle al otro?” Cuando el ego te pregunte eso, solo contesta “¿Y por qué no?”

Contagia con el ejemplo, agradece lo que tienes y comparte lo que te hace feliz. No temas quedarte con menos. Si tienes es porque has sido bendecido por tu esfuerzo y puedes compartir. Confía y no detengas tu abundancia por miedo a perderla. La humanidad expresa a diario la necesidad de apoyo, servicio, oración y respeto a los demás, a la naturaleza y a los seres vivos.

Basta con observar a los animales para entender muchos procesos de la vida. Un ejemplo: el perro que ofrece fidelidad y amor incondicional a quien lo cuida.

Fundación Cadena de Sonrisas AC tiene un logotipo que es una persona extendiendo las manos y de esas manos sale otra persona que extiende las suyas y así, haciendo una extensión de amor. Hubo quien dijo: “Yo deseo concientizar a las personas sobre el cuidado y la responsabilidad hacia sus mascotas o animales de compañía en abandono”: Huellitas en Movimiento, que dedica su tiempo a pláticas en escuelas para explicar a los niños que un animalito requiere cuidados, difunde información sobre perros y gatos en adopción, y está trabajando en las visitas a asilos para llevar un rato a los perritos y que den un poco de alegría a los ancianos.

Estoy segura de que estamos haciendo lo que debemos. Cuando te das cuenta de que estás en determinado lugar, bajo tal circunstancia y con ciertos talentos o características de personalidad que favorecen algo, debes hacerlo. Puede tratarse de tu misión de vida.

 

Cinthia Villalobos es coordinadora de Fundación Cadena de Sonrisas A.C.

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Coherencia de vida ante un mundo tibio

Durante más de dos años me dediqué a leer, a estudiar, a repasar para los exámenes que me darían el grado del que ahora gozo; Maestra en Ciencias de la Familia. Biología celular, antropología, bioética, teología, pedagogía, psicología, filosofía y derecho familiar, son las ramas que tuve que comprender a la perfección para obtener el título que hoy poseo.

Entendí la diferencia entre el medio y el fin, la importancia de la persona humana, la relevancia de advertir la necesidad de ver por el bien superior de la mayoría. Me di cuenta que es imprescindible encontrar una coherencia intrínseca y sobre todo pensar primero en los demás. No obstante, constaté que si uno no se conoce a sí mismo y se autodetermina, todo lo demás no funciona puesto que se relativiza.

Entre tanta información y literatura, y ante tan prestigiado cuerpo docente, entendí la diferencia entre la paternidad responsable y el control de población. Vislumbré que la dignidad humana es única y que no da saltos cualitativos, que la persona humana en cualquiera de sus estadios es merecedora de respeto y que el meollo de todo es el desarrollo natural de todas las cosas.

Constaté y me convencí de que no todo lo técnicamente posible es moralmente aceptable, y confirmé que la ley del más fuerte es la perdición de la humanidad, que en el momento que el hombre abusa de su libertad, se destruye a sí mismo.

Por ello, ahora que han pasado un par de años que me gradué de maestra, lejos de haber dejado el título colgado en una pared, he llevado a la práctica todo aquello que aprendí, que descubrí y que ahora defiendo y principalmente comparto.

Siendo inquieta por naturaleza, ahora curso la Especialidad en Educación Perinatal para ayudar a los matrimonios a vivir un embarazo sano, a tener partos humanizados y un puerperio inolvidable. Parte de ésta incluye la práctica en el campo hospitalario y en eso me encuentro hoy, voy a un hospital materno infantil del gobierno del Distrito Federal para acompañar a las mamás que van a dar a luz.

Llegan nerviosas, solas, con miedo y mucho dolor. Yo las recibo, me presento y les pido me digan su nombre, su historia y les doy mi mano. Las acaricio y las consiento, les hago sentirse amadas, asistidas y sobre todo busco que recobren la seguridad en sí mismas.

Hasta el momento pienso que lo he logrado, me lo han dicho al terminar el alumbramiento: “Gracias por estar conmigo”- El pago más cuantioso que una Doula puede recibir: palabras de agradecimiento y una gran sonrisa. Ver a sus bebés nacer, animarlas y ayudarlas a dar vida, es algo que nunca imaginé que llegaría a hacer, pero es una forma de trascender en los demás, de vivir la caridad en el prójimo de forma desinteresada.

Asimismo he vivido momentos difíciles, he tenido que hablar, que llevar a la realidad todo aquello que aprendí en esos años de intenso estudio; he sido coherente hablando por la persona humana.

Me ha tocado escuchar cómo se le dice a la madre angustiada que su bebé tiene taquicardia y que tendrá que ser sometida a una cesárea. Se le habla de forma brusca y seca, ella llora y siento mi mano apretujada por su miedo e incertidumbre.

A su vez, la ginecóloga le propone en la misma frase que aproveche la intervención para operarse, para mutilarse sus órganos reproductores y ya no tener más hijos –Ya con este es tu tercer hijo, para qué quieres más–.

Los libros, las teorías y las hipótesis tomaron vida. Todo lo estudiado se hizo realidad en ese instante. En ese momento en que sentada en la cama del hospital, tomada de la mano de una madre a quien yo consolaba secándole las lágrimas, a quien no conocía pero que en ese minuto la sentía muy mía; la sangre me comenzó a hervir. –¡Es cierto! ¡El control de población está a la orden del día!– Qué desatino, qué falta de ética, qué tristeza saber que la medicina hecha para curar, en la actualidad busque mutilar una parte sana del cuerpo porque se considera que “ellas no piensan” o “ya somos muchos”.

No se les habla con la verdad, nunca se les dan alternativas ni se les explican los riesgos; se aprovechan de su vulnerabilidad y esto pisotea su dignidad. Se olvidan de que tratan con personas y casi mecánicamente, de forma totalmente deshumanizada, las esterilizan con argumentos falaces y truculentos. Por ello me pronuncié y dije, una vez que controlé el hervor de mi sangre, que no consideraba prudente proponerle lo anterior a esta mujer, ya que se encontraba en estado de shock ante tan angustiante noticia.

Ayudar a personas a dar vida, ha sido una de las mejores experiencias; la aventura que desde hace 38 años comenzó me ha sensibilizado, me ha humanizado, me ha hecho querer hacer más por la humanidad, pero sobre todo, me ha hecho darme cuenta que para ser “irreprochables” como nos propone el Papa Francisco, debemos ser coherentes ante un mundo tibio.

No nos callemos, hablemos y defendamos al más débil.

 

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