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Charles Bukowski para principiantes, 7 libros que debes leer

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Hasta su muerte ocurrida en Los Ángekes en 1994, a sus 73 años de edad, Charles Bukowski escribió más de 50 libros que incluyeron cuentos, poemas, relatos cortos y novelas.

A Bukowski se le ha reconocido, entre otras cosas por su forma de escribir grotesca, cruda, irónica, soez y con humor negro, que lo hicieron el símbolo del llamado «realismo sucio», su escritura está fuertemente influida por la atmósfera de la ciudad donde pasó la mayor parte de su vida, Los Ángeles, California.

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Si bien fue más prolífico en poemas y cuentos, sus novelas son parte autobiográficas y en ellas están protagonizadas por su alter ego, Henry Chinasky. Entre los temas más recurrentes en su obra están las mujeres, el alcohol, las apuestas, la muerte, el sexo y la falta de trabajo.

Si has escuchado hablar mucho de Charles Bukowsli (Andernach, Alemania, 16 de agosto de 1920), pero en realidad has leído nada de él, aquí te damos cinco recomendaciones que te pondrán al tanto del trabajo de este autor sin tener que leer sus decenas de libros.

‘Escritos de un Viejo Indecente’

Es un compilado de cuentos que puede introducir muy bien a Bukowski, a sus temas recurrentes de sexo, mujeres, alcohol y al estilo crudo al escribir, y a tener un panorama general de lo que le gusta narrar.

Estos relatos fueron hechos para la revista underground ‘Open City’, con ellos se convirtió rápidamente en una celebridad. En ellos se puede sentir su brutalidad, su salvaje y tierno sentido del humor y su tremenda sinceridad. Se nota a un Bukowski borracho, enloquecido, atrapado en una sociedad cuyos presuntos valores le asquean y con ello consigue conectar inmediatamente con el lector a través de su estilo descarnado y escueto.
‘Cartero’ o ‘Post Office’

Se trata de la primera novela de Bukowski y desde aquí aparece su alter ego Henry Chinaski.

En ‘Cartero’ describe los 12 años en que fue empleado en una sórdida oficina de correos de Los Ángeles hasta que decide renunciar  y mantenerse de apostar en las carreras de caballos y, al final, vuelve al servicio postal para trabajar de distribuidor.

De forma totalmente autobiográfica, este libro cuenta cómo Chinaski/Bukowski abandona la miserable seguridad de su empleo, a los 49 años, para dedicarse exclusivamente a escribir y logra terminar justamente este título.
‘Mujeres’

Esta novela la escribió en 1979 y cuenta las andanzas del protagonista Henry Chinaski, un escritor exitoso de 50 años, y su proceso de autoconocimiento que lo conducen al verdadero amor después de un maratón sexual con incontables mujeres, pasando por grandes borracheras que ponen al protagonista en situaciones decadentes frente a sus amantes.

Las mujeres se le ofrecen en los recitales de poesía, le escriben cartas procaces, le telefonean sin cesar. Y Chinaski las quiere todas, quiere desquitarse de sus largos años de forzadas abstinencias.

La novela está escrita en primera persona en un estilo claro y directo, de hecho, describe los actos sexuales de forma bastante explícita. Aquí se puede ver por qué Bukowski es “el viejo indecente” que es.
‘La senda del perdedor’

Una novela autobiográfica, contundente como un preciso golpe de box, que nos muestra una visión bien distinta del “sueño americano”, una visión “desde abajo”, desde los pisoteados y humillados: la infancia, adolescencia y juventud de Henry Chinaski, en Los Ángeles, durante los años de la Depresión y la Segunda Guerra Mundial.

En la trama, un padre brutal finge todos los días acudir puntualmente al trabajo para que sus vecinos no sospechen que está desempleado, él tiene una esposa a la cual golpea, pero que siempre está de su lado y un tío a quien busca la policía. Aquí se refleja un mundo de jefes y de superiores aterrorizados por otros superiores.

En otro drama autobiográfico, el joven Chinaski tiene que aprender las reglas implacables de una durísima supervivencia.

Con este texto, Bukowski muestra un personaje con una ausencia total de ilusiones, pero que evita la autocompasión, más bien busca crear en el lector una fraternidad con todos los chinaskis, todos los underdogs de la “otra América” de los patios traseros, los bares sórdidos, las oficinas de desempleo.
‘La máquina de follar’

Es de los libros que dieron fama a Bukowski y una crítica favorable por lo provocativo del contenido al exponer sus vivencias y locuras de la vida cotidiana a lo largo de 22 relatos cortos.

Por medio de escenas cotidianas y aspectos de la vida como el alcoholismo, el sexo y la enfermedad, tratándolos con naturalidad pero también con surrealismo sucio, provoca un morbo importante en el lector.

Las historias transcurren en barrios degradados, con protagonistas fracasados y hundidos, siguiendo una misma receta: pobreza, alcoholismo, y un profundo vacío existencial, todo con una buena dosis de un vocabulario soez y su respectiva carga de sarcasmo e ironía. Mucha diversión al final de todo.
‘Factótum’

En los libros anteriores ya descubrimos los temas favoritos de Bukowski: mujeres y sexo, alcohol y un poco del trabajo deprimente, pero este libro abunda más en este tema que también fluctuó mucho en su propia vida.

Ahora, en esta que es su segunda novela, recrea sus años de juventud en 1944, cuando Henry Chinaski salta de un empleo a otro, todos sórdidos, duros, sin sentido, emborrachándose a muerte, con la obsesión de tener relacione sexuales e intentando materializar su vida de escritor.

Ofrece una visión brutalmente divertida y melancólicamente horrorizada de la ética del trabajo, de cómo doblega el alma de los hombres.

Este libro fue adaptado en una película del mismo nombre protagonizada por Matt Dillon en 2005.
‘Pulp’

No es una novela que represente muy bien a Bukowski, de hecho se sale del estilo cotidiano de él, pero por eso mismo te recomendamos que la leas al final de estos básicos, en parte eso y además porque fue la última que escribió.

Este libro es una parodia y un homenaje a todas las “pulp fictions” escritas, recurre a la tragedia y al humor, a la literatura y a claves de la más pura y dura realidad, a lo real y a lo surreal.

La trama sigue al detective privado Nicky Belane en su intento de rastrear al autor clásico francés Céline y al escurridizo Red Sparrow. La caza de Belane lo adentra cada vez en las aventuras suburbiales a lo largo de la ciudad, pero la historia incluye ocasionalmente elementos sobrenaturales y de ciencia ficción.

Fuente: http://entretenimiento.terra.com/cultura/charles-bukowski-para-principiantes-7-libros-que-debes-leer-sobre-el,a84763beb7e5486c4a919de1d75245861h0bRCRD.html

Síndrome de alienación parental ¿manipulación o traición?

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El Síndrome de Alienación Parental (SAP) se caracteriza principalmente por el rechazo, sin ninguna justificación, por parte de un hijo hacia alguno de sus padres. Pero lo particular de esta situación es que ese sentimiento de desamor no se da de manera “natural”, sino que es «programado» por el otro progenitor con quien el niño (a) convive o pasa la mayor parte del tiempo.

Fundamentalmente, en este desorden los hijos son usados sin consideración, ignorando el daño psicológico permanente que el progenitor alienador les está causando. Es así como muchos nos preguntamos: ¿Es posible que un padre utilice indiscriminadamente a un hijo con el único fin de buscar venganza o de dañar al otro progenitor?

Desarrollo del SAP: Madre vs Padre
Habitualmente, este desorden se desarrolla en situaciones de separación o divorcio, en el que, lógicamente, la custodia física y moral de los hijos está en juego. Es de esta forma que el progenitor que es responsable del hijo(a) la mayor parte del tiempo (alienador), incita en sus hijos sentimientos de odio, rechazo y denigración hacia el otro progenitor (alienado).

El alienador hace el papel de víctima delante de sus hijos, rol en el cual le echa la culpa al otro progenitor por la separación, haciendo sentir a sus hijos como traidores si desean relacionarse con el padre rechazado.En esta patología, el alienador realiza aquello que se considera un “lavado de cerebro” a su hijo, quien llega al punto de mentir o realizar falsas declaraciones en contra del padre alienado para no perder el afecto del progenitor con quien convive.

Consecuencias del SAP: Psicológicas y Físicas
En el Síndrome de Alienación Parental, el alienador es consciente de las acciones que realiza y el efecto que dichas acciones tienen en el ex cónyuge; sin embargo, ignora que usar a su hijo(a) para causar daño al otro progenitor deja cicatrices irreparables en el bienestar del niño. Así, el menorpuede llegar a padecer graves perturbaciones en su comportamiento porque su propia capacidad de razonar ha sido manipulada.

Veamos cómo se manifiestan algunos daños en los hijos que viven esta situación:

• Alteración en la estabilidad emocional: es una de las principales consecuencias del SAP, caracterizada por un sentimiento de ansiedad y estrés, que algunos niños experimentan cuando están en contacto con el progenitor alienado (aquel del que se lo ha “alejado” emocionalmente).

 

• Trastornos en los hábitos cotidianos, como son la alimentación y el sueño:el niño se siente confundido e incapaz de afrontar la situación. Este estado de ánimo a su vez no le permite conciliar el sueño o comer adecuadamente.

• Perturbaciones en la conducta, reflejadas en un aumento en la agresividad de sus acciones hacia los demás. Esto lo hace para captar su atención y manifestar las emociones que no puede expresar libremente.

Cómo lidiar con el SAP
Los expertos recomiendan que el menor continúe el contacto con el progenitor alienado. Esto aseguraría que la relación entre padre (o madre) e hijo no se vea del todo extinta. Es recomendable, de igual manera, no hacer reproches o criticar la conducta del menor porque esto sólo exacerbaría el SAP.

Como es lógico, la solución definitiva del Síndrome de Alienación Parental depende principalmente de un cambio de mentalidad del progenitor alienador.Este cambio va a contribuir a que el menor y el progenitor alienado vuelvan a tener una relación estable que se les fue negada por la actitud negativa del otro progenitor. Normamente este cambio no es fácil, razón por la cual puede ser necesaria la asistencia psicológica para el padre alienador y, mejor aún, para todos los familiares involucrados, tanto adultos como niños.

Manipular a un hijo nunca es aceptable bajo ningún concepto, pero especialmente cuando la estabilidad emocional y psicológica del pequeño está en juego. El fin simplemente no justifica los medios.

Fuente: http://lamenteesmaravillosa.com/sindrome-de-alienacion-parental-manipulacion-o-traicion/

¿Por qué es importante la convivencia padre-hijo

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El papel del padre después del nacimiento del bebé.
Muchas notas de prensa se han escrito respecto a los permisos por paternidad planteados en la Reforma Laboral. Sin duda, es una noble intención cuya meta es trascender el papel, crear una cultura orientada al involucramiento de los hombres en la crianza temprana de los hijos, papel que hasta hoy, ha estado designado sólo a la mujer.

La escasa participación del hombre respecto al cuidado de los hijos, es una realidad histórica que debe cambiarse: “el papá necesita saber lo importante que es para la mamá y para el bebé su presencia y su interés en el ejercicio de la paternidad”, comenta la Psicóloga Aleida Guajardo, presidenta del Centro Integral Padres-Bebés (CIPABE) A.C.

Muy pocas personas saben que existen “conductas paternales” determinadas por factores bioquímicos. Al respecto, la doctora Guajardo nos explica “existen estudios en especies animales para determinar esta conducta. En el caso de los humanos varones, se dice que mostrar ternura hacia el bebé y cargarlo tiene un substrato hormonal, generado por la disminución de testosterona y un aumento en la prolactina y el cortisol, sustancias que influyen químicamente en las funciones cerebrales para que el padre esté más alerta respecto a las necesidades y el cuidado del bebé”.

El papel de “padre” comienza aún antes de que nazca el bebé. El involucramiento del varón respecto a su nuevo rol es de suma importancia para fortalecer el desarrollo óptimo del bebé en gestación. “Por lo general, la reacción del hombre frente al embarazo de su pareja puede clasificarse de 3 maneras – como nos explica la especialista en psicoterapia infantil-:

Papá observador: es el que se queda en la periferia respecto al embarazo, es decir, está presente pero no realiza acciones que demuestren su interés. Tiene un alto grado de control de sí mismo, de sus emociones y de su involucramiento emocional, lo que no quiere decir que no le importe.

Papá reactivo: el que participa, el que quiere estar presente en todo lo relacionado al embarazo. Participa en el hospital favoreciendo el alojamiento conjunto, ayudando en el cambio de pañal, carga al bebé, lo arrulla y sostiene emocionalmente a la mamá.

Papá instrumental: es el que se ve a sí mismo como la persona que ayuda a que todo salga bien (hace arreglos para las consultas prenatales, cuida que el entorno del hospital sea el adecuado, por ejemplo), sus emociones son obvias y no teme demostrarlas”.

La relación y el amor que siente un padre por su hijo son tan importantes para su alegría, éxito social y académico, como lo es la relación con la madre. De ahí que, aún cuando el padre no puede experimentar lo que la mujer siente al parir, sí puede involucrarse más a fondo en el proceso, demostrando que la experiencia no es sólo de la mujer sino de los dos. “La función masculina no es hacer de madre, sino cuidar y garantizar que a su bebé no le falte una. El papá se convierte en compañero de una madre que cría y que necesita de un entorno seguro, apacible y tranquilo para la crianza del bebé” comenta la especialista en Educación Perinatal Gabriela Oria y enfatiza “se ha demostrado que la presencia del padre en el niño es de vital importancia para su desarrollo mental y emocional, debido a que la identidad masculina se configura a través de relación con otros hombres, específicamente con el padre y la constante interacción dentro de esta relación”.

Culturalmente, la imagen tradicional que se tiene del padre no ha permitido a muchos hombres acercarse plenamente a sus hijos. En otras palabras, el padre es visto como proveedor y como autoridad. El amor en cambio, se considera una característica esencialmente materna. Percepción que ha provocado que muchos hombres abandonen su parte emocional, porque lo débil, lo blando, lo cariñoso es asociado con lo ” femenino”.

Lo cierto es que la paternidad también puede cambiar la imagen que un hombre tiene sobre sí mismo y ayudarles a descubrir sus propios valores y a establecer prioridades. Puede, también reforzar la autoestima si se asume y se enfrenta de manera adecuada las responsabilidades y retos que la paternidad les plantea: “el padre puede aprender de sus hijos y madurar mediante ese aprendizaje”, subraya la educadora perinatal con más de 40 años de experiencia.

Sin duda, el ejercicio de la paternidad implica una gran inversión de tiempo y de compromiso por parte del hombre y no hay un manual que le indique cómo hacerle frente, “no hay reglas establecidas, cada papá va construyendo la relación con su hijo de la manera que entiende, dándose la ibertad y el espacio para ensayar distintas maneras de estar con el hijo, tratando de encontrar siempre, la mejor manera de construir y de experimentar el privilegio de ser padre”, puntualiza Gabriela Oria.

Aleida Guajardo

Psicoterapeuta de padres y niños

Especialista de TAD (THINK ACTION DEVELOPMENT) en fortalecimiento del vínculo entre padre e hijos.

Street Style

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Marcan tendencia en ‘street style’, sus seguidores las adoran y las marcas les prestan cada vez más atención. Se han convertido en un fenómeno que trasciende fronteras y que tiene su epicentro en Internet y en las redes sociales.

Las blogueras de repercusión internacional, más que ‘it girls’, son prescriptoras de moda. Las reglas del juego han cambiado. Ahora son ellas las musas que inspiran a los diseñadores.

Dos mexicanas se encuentran entre las top ten bloggers con mayor influencia en el mundo de  la moda:

Andy Torres es la joven mexicana residente en Amsterdam que hace cinco años puso en marcha el fashion blog Stylescrapbook (http://stylescrapbook.com/). Ayudante de varios estilistas y fotógrafos, ha ido forjando su propio estilo y se ha convertido en una referencia, siendo una invitada habitual en las fashion weeks de medio mundo. Ha trabajado con numerosas revistas de moda especializadas de renombre internacional.

Julie Sariñana, una mexicana asentada en Los Ángeles, es Sincerely Jules, (sincerelyjules.com) un blog fundado en 2009 que ya es una referencia en el mundo de la moda. En el home aparece un mosaico de imágenes con las ‘Insta-Jules’, con ‘mini day-to-day’ moments. Sus outfit, viajes, experiencias y pensamientos tienen cabida en el blog de esta fashion blogger, que ha colaborado con firmas como Mango y con publicaciones de moda. Sus looks son muy chic, con un toque personal, y en ellos le gusta incluir marcas de bajo costo.

Huasca de Ocampo: Encanto y tranquilidad con olor a bosque

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Sólo hay que recorrer 38 kilómetros desde la ciudad de Pachuca e internarse en la sierra para llegar a este interesante destino que forma parte del Corredor de la Montaña hidalguense. Entre un magnífico paisaje boscoso sobresale este poblado famoso por sus antiguas haciendas de beneficio, sus historias de duendes, su gastronomía, sus peñas y barrancos, su lindo centro empedrado y, sobre todo, por encontrarse muy cerca de una de las maravillas naturales de México: los Prismas basálticos.

Conoce más

Pedro Romero de Terreros comenzó la explotación de las minas de Real del Monte alrededor de 1743. La producción fue tan vasta que se construyeron tres haciendas de beneficio: San Miguel, San Antonio y Santa María Regla. Su riqueza llegó a ser la mayor de su época, por lo que se le dio el título de conde de Regla.

Lo típico

Los artesanos de este poblado destacan por las piezas de alfarería colorada, como platones, jarritos y ollas típicas de la región; instrumentos de cocina tallados en madera y algunos muebles. Podrás adquirirlos en los portales, al lado de la Iglesia de San Juan Bautista.

Rumbo a San Juan Hueyapan, visita la fábrica de Rompopes San Juan, elaborados por la familia Lugo desde hace más de 20 años; son muy conocidos en la región por su gran calidad.

Fuente: http://www.mexicodesconocido.com.mx/huasca-de-ocampo-pueblos-magicos-de-mexico.html

Deja de gritar

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Como madre, le doy un gran valor a cada nota que recibo de mis hijas, ya sean garabatos indescifrables o cartas con caligrafía perfecta. Pero el Día de la Madre recibí de mi hija de 9 años un poema que significó mucho para mí. De hecho, la primera línea me hizo contener el aliento mientras cálidas lágrimas se deslizaban por mi rostro.

«Lo importante de mi mamá es… que siempre está ahí para mí, incluso cuando me meto en problemas.»

Verás, esto no fue siempre así.

En el medio de mi vida extremadamente distraída, comencé una nueva práctica que era muy diferente a mi comportamiento usual. Me convertí en una gritona. No lo hacía siempre, pero eran momentos que vivía muy intensamente, como cuando se infla demasiado un globo y éste explota, causando sobresalto y temor.

Pero ¿qué me hacía perder la calma ante mis hijas de 3 y 6 años? ¿Era que ella insistía en buscar tres collares más y sus anteojos favoritos cuando ya estábamos llegando tarde? ¿Era que quería servirse sola su cereal y tiraba la caja entera en la mesa de la cocina?

¿Fue que ella se tropezó y rompió un ángel de vidrio que era muy especial para mí, a pesar de haberle dicho que no lo tocara? ¿Fue que luchó como un boxeador para no dormirse justo en el momento en que yo más necesitaba paz y tranquilidad? ¿Será porque las dos pelearon por cosas insignificantes como por ejemplo, quien era la primera en salir del coche o la que tenía más salsa de chocolate en su helado?

Sí, eran ese tipo de cosas típicas que les suceden a los niños que me irritaban hasta el punto de hacerme perder el control.

No es fácil reconocer esto. Así como tampoco es fácil revivir esa etapa de mi vida, porque, siendo honestos, me odiaba a mí misma cuando me sucedían esas cosas. ¿En qué me había convertido que tenía que gritar a las dos preciosas personitas que más amaba en la vida?

Déjame contarte como era mi vida en aquel entonces:

Mis distracciones: el uso excesivo del teléfono, la sobrecarga de compromisos, mis extensas listas de tareas y la búsqueda de la perfección me estaban consumiendo. Gritarle a los que amaba fue el resultado directo de la pérdida de control que estaba experimentando en mi vida.

Inevitablemente, me derrumbé. Y lo hice precisamente en la intimidad de mi hogar, en la compañía de aquellos que eran lo más importante en mi vida.

Hasta que un triste día…

Mi hija mayor se había subido en un taburete y estaba buscando algo en la despensa cuando accidentalmente tiró un paquete entero de arroz en el piso. Una lluvia de diminutos granos se esparció en el suelo. Al ver eso, los ojos de la pequeña se llenaron de lágrimas. Y fue ahí cuando pude ver el miedo en sus ojos al prepararse para el regaño violento de su madre.

“Me tiene miedo”, pensé con la más dolorosa comprensión que te puedas imaginar. “A mi hija de seis años le asusta mi reacción ante un inocente error.”

Con una profunda pena, me di cuenta que no quería vivir así el resto de mi vida y que no era la madre que quería para mis hijas.

A las pocas semanas de ese episodio toqué fondo. Fue un momento de dolorosa toma de conciencia que me impulsó en un viaje de liberación para desprenderme de las distracciones y comprender lo que realmente importaba en la vida. Fueron dos años y medio de ir reduciendo lentamente los excesos y las distracciones electrónicas…dos años y medio de liberarme de los estándares de perfección inalcanzables y de esa voz interna, guiada por las presiones sociales, que me decía “hazlo todo”.

Cuando fui abandonando mis distracciones internas y externas, la ira y el estrés que tenía reprimidos dentro de mí lentamente se fueron disipando. Más alivianada, fui capaz de reaccionar ante los errores y malas acciones de mis hijas de una manera más tranquila, compasiva, y razonable.

Por ejemplo, comencé a decir cosas como: “Es sólo jarabe de chocolate. No pasa nada, puedes limpiarlo y la mesa de la cocina estará como nueva” (en vez de lanzar una mirada furiosa y poner los ojos en blanco).

Me ofrecí a sostener la escoba mientras ella barría un mar de cereales que cubría el piso.(En lugar de quedarme de pie junto a ella con una mirada de desaprobación y absoluta molestia.)

La ayudé a pensar donde podrían estar sus lentes (en vez de quejarme por su irresponsabilidad).

Y en los momentos en que el agotamiento y la rabia estaban a punto de ganarme, entraba en el cuarto de baño, cerraba la puerta y me tomaba un momento para respirar profundamente y recordarme a mí misma que son niños, y los niños cometen errores. Así como yo también los cometía.

Con el tiempo, desapareció el temor que una vez brilló en los ojos de mis hijas cuando estaban en problemas. Y gracias a Dios, me convertí en un refugio al cual acudir en tiempos difíciles, en vez de ser un enemigo de quien huir y esconderse.

No sé si hubiera escrito sobre esta profunda transformación si no fuera por el incidente ocurrido el último lunes. En ese momento saboreé cuan abrumadora puede ser la vida y cómo las ganas de gritar pueden apoderarse rápidamente de mí. Estaba terminando los últimos capítulos del libro que actualmente estoy escribiendo y mi computadora se trabó.

De pronto los últimos tres capítulos que había estado corrigiendo desaparecieron frente a mis ojos. Pasé algunos minutos tratando de volver a la última versión del manuscrito. Cuando eso falló, intenté buscar si tenía guardada una copia de seguridad en la computadora. Al darme cuenta que nunca iba a recuperar el trabajo, me dieron ganas de llorar, y aún peor… quise rugir como un león.

Pero no pude porque ya era la hora de recoger a los niños de la escuela y llevarlos a natación. Con gran moderación, cerré mi laptop muy tranquila y me recordé a mí misma que podría haber tenido un problema mucho peor que volver a escribir estos capítulos. Entonces me dije: no hay absolutamente nada que pueda hacer sobre este problema en este momento.

Cuando mis niños entraron al auto, inmediatamente se dieron cuenta que algo andaba mal. “¿Te pasa algo, mamá?” Me preguntaron al unísono, después de haber tomado un vistazo de mi pálido rostro.

Sentí ganas de gritar: “¡Perdí tres días de trabajo en mi libro!”

Tuve ganas de pegarle un puñetazo al volante porque el último lugar donde deseaba estar era en el auto. Quería ir a casa y arreglar mi libro, no llevar a las niñas a natación, escurrir sus trajes de baño mojados, peinar sus cabellos enredados, hacer la cena, lavar los platos y acostarlas.

Pero en lugar de eso, dije con calma: “Me pone mal hablar en este momento. Perdí parte del libro que estoy escribiendo. Y no quiero hablar porque me siento muy frustrada”.

“Lo sentimos mucho”, dijo la mayor. Y entonces, como si supieran que yo necesitaba soledad, se quedaron tranquilas todo el tiempo que estuvieron en la piscina. Durante el resto del día estuve más calmada que nunca, no les grité e hice mi mayor esfuerzo para no pensar en el asunto del libro.

Al final del día, después de acostar a mi hija menor me senté al borde de la cama de la mayor para conversar un rato con ella.

“¿Piensas que podrás recuperar tus capítulos?”, me preguntó.

Y ahí fue cuando comencé a llorar, no tanto por los capítulos perdidos, ya que sabía que los podría reescribir. Sino que mi angustia tenía más que ver con lo agotador y frustrante que puede ser escribir y editar un libro. Había estado tan cerca del final. Sentir que se me había arrebatado esa posibilidad fue increíblemente decepcionante.

Para mi sorpresa, mi hija se acercó y me acarició el pelo suavemente mientras me decía unas palabras muy tranquilizadores: «Las computadoras pueden ser muy frustrantes», «Yo podría echar un vistazo para ver si podemos recuperar los capítulos.” Y finalmente: «Mamá, tu puedes hacer esto. Eres la mejor escritora que conozco», » Te ayudaré en todo que pueda».

En mis momentos difíciles, allí estuvo ella alentándome, muy paciente y compasiva, sin aprovecharse jamás de mi momento de debilidad.

Mi hija no habría aprendido nunca a ser empática si yo hubiera seguido siendo una gritona. Los gritos apagan la comunicación, rompen los vínculos, hacen que las personas se separen en lugar de acercarse.

«Lo importante es… que mi mamá siempre está ahí para mí, incluso cuando me meto en problemas.»

Lo importante es… que no es tarde para dejar de gritar.

Lo importante es… que los niños perdonan, especialmente si ven que la persona que aman está tratando de cambiar.

Lo importante es… que la vida es muy corta para enojarse por pequeñeces como el cereal derramado o zapatos fuera de lugar.

Lo importante es… que no importa lo que pasó ayer, hoy es un nuevo día. Hoy podemos elegir responder pacíficamente con nuestros hijos. Cuando lo hacemos, le estaremos enseñando a nuestros hijos que la paz construye puentes, puentes que nos llevarán lejos de los problemas.

 

Fuente:  “The important thing about yelling” de Rachel Macy Stafford, publicado en su blog «Hands free mama».

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Visita del papa Francisco a Cuba: cómo fue crecer en un estado oficialmente ateo

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Solo cuando salí de Cuba y viví mi primera Semana Santa entendí cuán alejada había estado mi vida de la religión. Crecer en un país ateo me hizo tener una realidad muy distinta a la mayoría de los países de América Latina.

 

Recuerdo que una amiga, bajo el sol primaveral de Londres, me explicó que en la Pascua se celebraba la resurrección de Cristo.

 

Puede parecer insólito, pero yo no tenía ni idea.

 

Para los que crecimos en Cuba en los 80 la religión era prácticamente inexistente. En la escuela jurábamos lealtad al comunismo y nuestro «rezo» diario era ser como el Che.

 

No recuerdo que en ninguna clase de historia ni de cultura general nos hablaran de religión.

 

De hecho, una de las frases más repetidas en esa época era de Carlos Marx: «La religión es el opio de los pueblos».

 

Años después, en la universidad, cuando los profesores de filosofía hacían referencias al Catolicismo o el Islam, los alumnos aparentábamos saber, apenados de admitir las lagunas en el tema. Para mí era más fácil entender «la concepción científica materialista del universo». La Constitución cubana había declarado con esas palabras el carácter ateo de la isla en 1976.

 

Tiempos difíciles

 

Así que mientras crecí, ni en mi casa, ni en la escuela, ni en la TV se habló de religión.

 

Y si te estás preguntando qué pasaba en Navidad, te cuento: cena familiar la noche del 24 y fiesta esperando el 1 de enero, aniversario de la Revolución. Ninguna mención a Cristo y cero árbol de Navidad.

 

Claro que no todas las familias cubanas eran así.

 

Muchos religiosos tuvieron que esconder sus creencias si no querían perder sus puestos de trabajo o ser expulsados de la universidad. Otros la pasaron muy mal, aunque de eso no se hablaba.

 

Mis dos abuelas, por ejemplo, nunca más volvieron a la iglesia. Antes de la revolución, ambas iban a misa los domingos.

 

Pero las dos se escondían en el pecho sus medallitas de santos: mi abuela materna la Caridad del Cobre, la patrona de Cuba, y la paterna, de San Judas Tadeo, porque según ella concedía milagros.

 

Incluso recuerdo que los niños de mi barrio solíamos jugar a buscar fantasmas en la iglesia, porque el mito era que estaba embrujada.

 

Volver a la Iglesia

 

Cuando cayó el muro de Berlín, algunos de esos vientos de cambio se sintieron en Cuba.

 

Recuerdo cómo a principios de los 90, el Partido Comunista admitió como miembro al primer católico. ¡Aquello fue un acontecimiento!

 

Durante los años duros de crisis económica conocidos como periodo especial, mi abuela volvió a la iglesia. De cada visita regresaba con latas de carne, de atún y medicinas.

 

Recuerdo que cada domingo las colas en la iglesia del barrio – que ya no parecía estar tan embrujada- eran de varias cuadras. Y mis padres empezaron a llevarme a la Misa del Gallo el 24 de diciembre.

 

El papel de las iglesias fue muy importante en aquellos momentos.

 

En 1992 Cuba modificó su Constitución y dejó el ateísmo como política oficial para convertirse en un Estado secular. Y en diciembre empezaron a aparecer árboles de Navidad en las tiendas estatales.

 

Que Cuba se abra al mundo

 

Lo que nunca imaginé pasó en 1998. Un papa hablando de fe en la Plaza de la Revolución.

 

Juan Pablo II hizo varias cosas inéditas: pidió que Cuba se abriera al mundo, nos permitió escuchar por primera vez a clérigos críticos de la realidad cubana en misas que fueron trasmitidas por TV, y nos devolvió la Navidad.

 

A partir de ese año volvió a ser un día feriado.

 

Ahora Cuba es un país con libertad religiosa y la iglesia Católica ha sido protagonista de los cambios más recientes.

 

Las iglesias cristianas se multiplican, y los que creen en las religiones afrocubanas y otras como el Islam lo practican abiertamente.

 

El país ha pasado del silencio religioso a la aceptación nacional, hasta el punto de reciclar viejas consignas políticas ahora con mensajes de apoyo al cristianismo para recibir al papa Francisco.

 

Sin dudas un cabio radical impensable en mis años de ateísmo militante.

Las frases del Papa en Cuba

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Francisco es el tercer Papa que visita la isla, luego de que lo hicieran Juan Pablo II y Benedicto XVI.

El domingo ofició una misa en la Plaza de la Revolución de La Habana ante casi un millón de asistentes.

Estas fueron sus frases más destacadas:

«El diálogo y el encuentro deben imponerse sobre el sistema de dinastías y grupos» (sobre relación Cuba-EU).

«El servicio nunca es ideológico, ya que no sirve a las ideas, sino a las personas».

«Servir significa, en gran parte, cuidar la fragilidad. Cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo».

«Quien no vive para servir, no sirve para vivir».

«Cuba es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo, pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza».

«No tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación» (sobre diálogo Colombia-FARC).

«Ser cristiano es luchar y servir por sus hermanos»

«Por favor les pido no se olviden de rezar por mi».

Este lunes el Papa viajó a Holguín donde ofició otra misa multitudinaria, pero ahora en la Plaza Calixto García.

Estas fueron sus frases más destacadas:

«Sé que con esfuerzo y sacrificio la Iglesia en Cuba trabaja para llevar a todos, aun en los sitios más apartados, la palabra y la presencia de Cristo»

«Una mención especial merecen las llamadas ‘casas de misión’ que, ante la escasez de templos y de sacerdotes, permiten a tantas personas tener un espacio de oración, de escucha de palabra, de catequesis y vida de comunidad»

«Son pequeños signos de la presencia de Dios en nuestros barrios y una ayuda cotidiana para hacer vivas las palabras del apóstol Pablo: ‘les ruego que anden como pide la vocación a la que han sido convocados'».

«Sean siempre humildes y amables, sean comprensivos, sobrellevándose mutuamente con amor; esfuércense en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz».

«No se arrugen» y «promuevan la amistad social» fue el pedido que el papa Francisco hizo a la juventud cubana.

Cabe destacar que las ‘casas de misión’ son lugares donde se celebran bautismos, funcionan comunidades estables y se realizan celebraciones sistemáticas, por lo que han sido considerados por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba como «una de las mayores fortalezas de la Iglesia».

Las casas de misión son una iniciativa evangelizadora que nació en la década de los setenta del siglo pasado y, aunque no fueron bien valoradas por las autoridades de Cuba, nunca fueron prohibidas; en todo el país hay actualmente unas 2,330.

De Holguín, el Papa viaja a Santiago para reunirse con obispos cubanos y visitar el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba.

Fuente: http://noticieros.televisa.com/mundo/1509/frases-papa-cuba/

5 maneras en las que estás destruyendo a tu esposo y terminando con tu matrimonio —sin saberlo.

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1. Gastar más de lo que se tiene
Una sabia mujer de mi iglesia, me aconsejó una vez: «Lo mejor que puedes hacer como esposa es vivir dentro de las posibilidades de tu esposo.»

Las esposas demuestran aprecio y respeto verdadero por su esposo al seguir de forma cuidadosa un presupuesto y sacarle provecho a lo que tienen. Se inteligente con tus finanzas.

Quejarse constantemente de no tener suficiente para completar tus deseos fastuosos, o tener deudas en la tarjeta de crédito con cantidades astronómicas es una manera deficiente de decir «gracias» a un esposo fiel que trabaja duro para proveer a su familia.

Sí, puede que no tengas lo suficiente para comprar la bolsa de Kate Spade que has deseado durante meses, pero tu esposo le encantará y apreciará el hecho que lo honres y seas agradecida de lo que el provee.

2. Negatividad constante
Odias tu cabello, el desorden en casa, los vecinos de enfrente, tu torpe compañero de trabajo, la vieja lavadora, y todo lo que se te cruce por el medio. Tan pronto como tu esposo entra por la puerta, Te pones en acción y vuelcas cada pensamiento negativo y molesto que se te cruza por la mente durante el día

¿Puedes imaginarte tener esa carga? La negatividad agota. A los hombres les gusta arreglar cosas; ser acosado de forma constante con quejas, le dificulta resolver tus problemas.

Si hay una cosa que he aprendido del matrimonio es que un buen hombre quiere que seas feliz, y si no puede ayudarte a serlo, él se sentirá infeliz. Está bien tener un mal día de vez en cuando, es comprensible, pero no lo conviertas en una forma de vida.

3. Tener otras prioridades
Cuando tus hijos, tu mamá, tus mejores amigos, tus talentos o carrera están por delante de tu esposo, le envías una mensaje claro de que él no es importante. Imaginalo al recibir ese mensaje tuyo cada día durante muchos años. ¿Qué le pasaría a su autoestima?

Dale a tu esposo el primer lugar.

Aunque parezca contradictorio, creo que te sorprenderías de descubrir que con frecuencia esa es la llave de una grandiosa felicidad en el matrimonio. Es por lo que muchas parejas se están divorciando en la actualidad, porque descuidan el cuidarse y amarse uno al otro y como individuos se colocan a ellos mismos en primer lugar.

Si decides darle prioridad a tu pareja, encontrarás mucha felicidad.

4. Negar afecto físico
Los hombres imploran y necesitan afecto físico con sus esposas. El que rechaces la intimidad de una manera constante los desgasta.

El sexo no debería ser usado como una forma de control sobre tu pareja; debe verse como una herramienta sagrada para acercarlos el uno al otro y a Dios.

El ser amada y necesitada por un esposo amoroso y romántico que quiere compartir algo tan importante y bello contigo — y solo contigo, es una bendición muy grande. Aunque pudiera ser que no siempre tengas deseos, vale la pena ceder (cuando puedas) y disfrutar momentos de unión.

5. No hablar su idioma
A las mujeres nos encanta hacer insinuaciones (creo que es parte de nuestro ADN). No pierdas el tiempo dejando pistas que no entenderá: Háblale claro. Se honesta acerca de tus sentimientos, y no te contengas hasta explotar. Si él te pregunta que sucede, no respondas: «Nada», y luego esperes que él lea tu mente y tus emociones. Sé abierta sobre lo que sientes en verdad.

Fuente: http://familias.com/matrimonio/5-maneras-en-las-que-estas-destruyendo-a-tu-esposo-y-terminando-con-tu-matrimonio-sin-saberlo

Las fortalezas de la familia

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Todos sabemos lo importante que es compartir con los nuestros, pero ¿sabemos, realmente, lo que significa la familia? Sin duda el término es uno de los más conocidos y, paradójicamente, de los menos reflexionados.

A la familia se le considera la “base de la sociedad”, y al investigar sus raíces se comprueba que es la única institución que ha surgido de forma espontánea, en comparación con otras instituciones que han sido creadas por el hombre para cumplir con una finalidad específica (gobiernos, empresas, iglesias, instituciones educativas, entre otras).

La familia surge por sí sola. Esto no es una casualidad, es más la consecuencia de una realidad biológica donde los integrantes menores necesitan de sus padres para crecer y convertirse en adultos, para ser cuidados y educados hasta que puedan valerse por sí mismos.

No todas las familias son iguales, en la mayoría hay papá, mamá e hijos; en otras sólo una de estas figuras con los hijos;  las hay con abuelos o tíos que viven en la misma casa. Puede haber hijos adoptados, hijos de algún miembro de la pareja o bien, parejas sin hijos.

El tiempo nos ha ido transformando y cada familia se organiza diferente, de acuerdo con las edades de sus miembros y sus situaciones particulares. En este sentido, el estudio “Sueños y aspiraciones de los mexicanos”, publicado por la revista Nexos (Febrero, 2011) es muy revelador, pues uno de los puntos centrales fue la percepción de los encuestados acerca de la familia.  Las primeras líneas son interesantes:

“Sin sueño colectivo, sin faro que alumbre un camino, sin confianza en los gobernantes y  los compatriotas que caminan a su lado, los mexicanos encuentran consuelo y esperanza en su familia (…) La familia se encuentra idealizada como el refugio donde los mexicanos sí pueden confiar unos en otros, es el conjunto donde sí se comparten valores, sí se encuentra el apoyo”.

El mismo estudio afirma también, que esta imagen de la familia impide a los ciudadanos percibirse como parte de una colectividad superior a su entorno inmediato (la comunidad, la ciudad, la patria) y al mismo tiempo, ponerse de acuerdo para alcanzar metas en conjunto (para 81 de cada 100 mexicanos antes que el país está su familia).

¿Por qué entonces, escuchamos o decimos frecuentemente que la familia está en crisis? ¿Por qué al hablar de familia nos referimos sólo a los problemas que le aquejan: violencia, infidelidad, divorcio, adicciones, delincuencia, falta de comunicación, entre otros, que hacen pensar que este núcleo social se está fracturando?

¿No sería más adecuado recordar lo que aporta la familia? Las significativas fortalezas que la distinguen como una institución natural y ancestral, donde existe:

  • Derecho a la vida: primer derecho universal de un ser humano sobre todos los demás.
  • Derecho a la educación: aprender, superarse y ser alguien productivo para la sociedad.
  • Se acepta a cada uno como es, sea cual sea su carácter, temperamento o condición física.
  • Se aprende a amar: la primera experiencia de todo ser humano de amar y relacionarse con los demás, la aprende dentro de su familia.
  • Se trasmiten creencias,  tradiciones, hábitos y costumbres.
  • Es la escuela de los valores, ya que dentro de ellas se viven éstos.
  • Es un espacio de apoyo, confianza y solidaridad.
  • Se aprende a vivir en paz y en armonía.

Después de muchos años de estudio podemos afirmar que no hay nada que nos haga suponer la desaparición de la familia, por más que se diga que está en crisis. De hecho, la historia nos confirma lo contrario: los lazos familiares se han revitalizado y transformado, de ninguna manera desaparecido.

Si continuamos viendo a la familia con un enfoque centrado en sus problemas, la percepción será incompleta, pues es parte de su propia naturaleza. Por otro lado, si entendemos sus fortalezas quizá podamos explicar no sólo por qué ha existido hasta el presente, sino también por qué es parte esencial de nuestras vidas.