Inicio Blog Página 41

Millennials: qué salió mal con la generación que pasó de ser ambiciosa a ser infeliz

0

Autor: Paula Adamo Idoeta

La primera generación que vivió con computadoras personales, teléfonos inteligentes, internet y el flujo global de información desde una edad temprana tenía grandes expectativas para sí misma: con más años de educación que sus padres y con una composición más diversa socialmente, los millennials soñaron con más prosperidad e impacto global que muchas generaciones anteriores.

Sin embargo, las encuestas internacionales muestran que los millennials, cuya edad actualmente oscila entre los 26 y los 40, más o menos, tienen más probabilidades de endeudarse que sus antepasados y tardan más, en promedio, en dejar la casa de sus padres o en alcanzar los hitos tradicionales de la vida adulta, como comprar una propiedad o un automóvil.

Esta desconexión entre la expectativa y la realidad ha convertido a los millennials en el blanco de memes o comentarios despectivos en internet sobre su aparente «fracaso», «pereza» o mayor dependencia de sus padres.

Y para empeorar las cosas, la generación millennial ahora recibe las miradas desdeñosas de la generación Z, la que le sigue, y para quienes gran parte de lo que se asocia con millennials es visto como vergonzoso.

La respuesta de muchos investigadores es, ante todo, que la culpa no es exactamente de los millennials: es principalmente el estado de la economía.

«La generación millennial se convirtió en adulta en los primeros días de los teléfonos inteligentes y la conectividad. Entonces, de alguna manera, estaban en el lugar correcto en el momento adecuado para desarrollar grandes ideas sobre su papel en el mundo», explica Jason Dorsey, experto en perfiles de millennials y presidente de la empresa estadounidense Centro de Cinética Generacional, que analiza los hábitos globales de los millennials y la generación Z.

«Sus padres les dijeron que tendrían éxito, que tenían un amplio acceso a la educación en comparación con las generaciones anteriores, y había una gran sensación de conexión y de impacto».

Pero esta generación enfrentó grandes recesiones, como la que arrastró al mundo luego de la crisis financiera de 2008 a 2009.

«En muchos sentidos, los millennials estaban posicionados para tener mucho éxito, o eso se les dijo. Y la realidad es que muchos millennials han atravesado algún tipo de gran recesión, con despidos masivos, inflación, estancamiento de los salarios y aumento del costo de vida», continúa Dorsey.

La generación «más desafortunada en la historia de EE.UU.»

El discurso del experto está respaldado por algunos datos estadísticos.

En EE.UU. un informe de junio de 2020 de The Washington Post nombró a la generación millennial como «la más desafortunada en la historia de EE.UU.»

«Teniendo en cuenta la crisis actual (la pandemia de covid-19), los millennials, en promedio, han experimentado un crecimiento económico más lento desde que ingresaron al mercado laboral que cualquier otra generación en la historia del país», dice el informe.

«Los millennials llevarán estas cicatrices económicas por el resto de sus vidas, en forma de ingresos más bajos, menor prosperidad e hitos de vida retrasados, como la adquisición de una vivienda».

Ahora en la pandemia, aunque la generación más afectada por la falta de trabajo es la más joven, las tasas de desempleo también son altas entre los millennials.

Y este grupo de personas también coincide con un grupo de edad que ya había sido muy golpeado por la crisis económica de 2015.

Los hitos de cada generación

Por supuesto, cada generación enfrenta desafíos propios y lo que Dorsey llama «momentos decisivos»: eventos que marcan a una generación de manera que influyen en sus miedos, opciones educativas y de vida, valores y percepciones del futuro.

La generación «silenciosa» (nacida entre 1928 y 1945), por ejemplo, estuvo profundamente marcada por la Segunda Guerra Mundial.

Luego, los baby boomers (1946-64) vivieron eventos globales como la Guerra de Vietnam o la llegada del hombre a la Luna.

La generación X (1965-1980), que vino después, vio el final de la Guerra Fría y el avance del sida.

La actual generación Z (nacida entre mediados y finales de la década de 1990), a su vez, seguramente estará fuertemente influenciada por su experiencia en la pandemia actual.

Además, generaciones enteras pueden verse afectadas por eventos de magnitud local, como terremotos, epidemias o eventos políticos traumáticos.

Entonces, ¿qué distingue a la generación millennial?

Los puntos clave, dice Jason Dorsey, son el aumento considerable en el costo de vida (particularmente en la educación y, en muchas ciudades del mundo, la vivienda) y el alcance cada vez más global de eventos que podrían no haber tenido tanto impacto si no vivéramos en un mundo tan interconectado.

«Hasta la llegada de GenZ, los millennials eran la generación más similar (entre sí) en el mundo. ¿Significa que las personas son iguales? No. Pero sí significa que tienen muchas similitudes en su forma de pensar sobre la comunicación, entretenimiento, cultura, participación en la política», dice el especialista.

«Las economías están mucho más conectadas, al igual que los sistemas bancarios y las cadenas de suministro. Y, si nos fijamos en los empleos, muchos de los grandes empleadores son multinacionales. Así que la generación tiene una sensación de interconexión que antes no existía», agrega.

«Los millennials se han vuelto más conscientes de los eventos globales porque el flujo de información y la interconexión han significado que algún evento que no era necesariamente global terminó volviéndose global».

«No me refiero a la categoría de eventos como las guerras mundiales, sino a la idea de que una crisis bancaria en un país tiene un efecto tan grande en otros y se extiende por todo el mundo. Eso es muy significativo», indica Dorsey.

«Economía compartida» e inseguridad laboral

Para colmo, los millennials enfrentan una inseguridad laboral más acentuada que la que siente la generación de sus padres en general.

Los ajustes fiscales, la flexibilización de las normas laborales, la competitividad en el mercado laboral y el avance de la economía compartida -con sus beneficios y problemas- son algunas de las circunstancias que hacen que los millennials tengan una vida profesional en ocasiones más flexible y abierta a la creatividad; otras veces más incierta y precaria.

«Los millennials se han convertido en adultos con un tipo de contrato empleado-empleador muy diferente al de la generación anterior», explica Dorsey.

«Nuestras encuestas muestran que no esperaban trabajar en una sola empresa durante toda su vida, o tener el mismo empleador por el resto de sus vidas. (…) Así que hay una sensación de entusiasmo y libertad, la idea de que ‘puedo crear mi propia carrera’, pero al mismo tiempo existe la desventaja: los empleadores pueden no ofrecer los mismos beneficios que antes en seguros, seguros de salud, etc.»

«La responsabilidad de esto termina pasando del empleador al millennial. En algunos casos esto funciona bien, en otros, no «, dice.

«Lo mismo ocurre con la economía colaborativa. La idea de que ‘puedo usar mi automóvil cuando quiera transportar personas’ me da una gran flexibilidad, pero ¿este trabajo no me impedirá tener un trabajo más formal? ¿terminará esto eliminando los empleos más formales?»

«No tengo respuestas, pero son innovaciones que tienen lados positivos y negativos, y los negativos impactan desproporcionadamente a una generación más que a otra», expresa Dorsey.

Esto también se refleja en fenómenos como el de las «personas físicas», y la informalidad de los trabajadores.

Son los reveses en este conjunto de circunstancias los que hacen que los millennials se sientan frustrados, dice Jason Dorsey.

«Se enfrentaron con estos desafíos que los obligaban a posponer muchas cosas (logros): retrasar su carrera, su matrimonio, tener hijos, comprarse una casa, ahorrar para la jubilación… Comenzaron a sentir que muchas metas u objetivos que se habían marcado ellos mismos fueron reprimidos».

«E incluso los más afortunados que seguían trabajando y avanzando tenían la sensación de que había muchas fuerzas en su contra», prosigue Dorsey.

«Se puede argumentar que esta generación, debido a elementos fuera de su control, siente que las cosas están más lejos de su alcance que en generaciones anteriores».

Los puntos fuertes de los millennials

Pero no todo es malo para esta generación, ni mucho menos: están más abiertos a la diversidad y más conscientes del impacto de sus hábitos de consumo que las generaciones anteriores, por ejemplo.

También es la primera generación que comienza a tomar medidas contra la desigualdad salarial y laboral de género, aunque Dorsey cree que es probable que los cambios más profundos quedaron a cargo de la generación Z.

Los millennials también valoran mucho el espíritu empresarial, en promedio, más que sus padres o abuelos.

«Fue la (primera) generación que vio a los emprendedores como mentores o inspiración. En otras generaciones, (la inspiración) podría haber venido de los directores ejecutivos de grandes empresas, jefes de gobierno u ocupantes de otros roles».

«Pero los millennials se convirtieron en adultos en un momento en que internet colocaba a los emprendedores en pedestales», explica Dorsey.

«Además, los millennials pueden iniciar negocios en internet de forma mucho más barata. Sin embargo, lo que hemos visto es que muchos millennials abren negocios en paralelo con otros trabajos (como un suplemento de ingresos)».

Otra curiosidad: Dorsey ha visto en su investigación un número cada vez más grande de millennials mayores, aquellos en sus cuarenta y tantos, que reconsideran sus opciones profesionales y buscan nuevas direcciones en sus carreras, algo que muchos de sus padres podrían no haber considerado cuando tenían esa misma edad.

«Parte de esta (reevaluación profesional) se debe a la etapa de la vida, y muchos millennials que se sienten desilusionados con sus caminos ahora están considerando otras opciones para la segunda mitad de su carrera», señala Dorsey.

«Otra parte de esto se debe a la pandemia, que tiene a muchos millennials pensando profundamente sobre lo que es importante para ellos y cómo pasan su tiempo, incluido el equilibrio entre el trabajo y la vida personal y el propósito de su vida».

«Esto se traduce en buscar otras carreras u otros estilos de trabajo».

En general, dice Dorsey, él y otros investigadores generacionales son «muy optimistas sobre los millennials».

«Los millennials tienen grandes habilidades, son relativamente jóvenes, se beneficiarán de cualquier recuperación económica que se presente en los próximos años y tienen mucho tiempo por delante para tomar decisiones y encontrar su propósito», señala.

«Por un lado, tuvieron mala suerte, pero por otro lado, todavía tienen tiempo para sacar provecho».

«Y en muchos países los millennials representan la mayoría de la fuerza laboral actualmente activa y la generación más grande en puestos gerenciales. Están contribuyendo activamente a la economía», agrega.

Las divisiones entre generaciones, de la «silenciosa» a la Z

Finalmente, puede ser que las nomenclaturas generacionales suenen a broma o a mera curiosidad.

Pero para los investigadores, estas divisiones son muy importantes: «son una herramienta para analizar los cambios en las opiniones a lo largo del tiempo», explica en un texto Michael Dimoch, presidente del Pew, un importante instituto de investigación estadounidense.

«Estos recortes son una forma de que entendamos cómo las diferentes experiencias formativas (como eventos globales y cambios tecnológicos, económicos y sociales) interactúan con el ciclo de vida y el envejecimiento para dar forma a la visión que las personas tienen del mundo».

El Pew define a los millennials como aquellos que nacieron entre 1981 y 1996.

En el caso del Centro de Cinética Generacional de Jason Dorsey, este intervalo es ligeramente diferente: entre 1977 y 1995.

Más que el año inicial en sí, la generación está determinada «por su contacto inicial con la tecnología, que vivan en áreas urbanas o suburbanas, el nivel de ingresos y educación de sus padres, porque (debido a esto) cada persona puede ser introducida a la tecnología más tarde o más temprano», explica.

«Pero concluimos (la generación del milenio) en 1995 debido al 11 de septiembre, que fue muy impactante en muchas partes del mundo. Y los que nacieron después de 1995 no recuerdan el 11 de septiembre».

Fuente: bbc News

No vacunarse pudiendo hacerlo es un acto irresponsable e insolidario

0

Autor: Jaime Septién 

Entrevista al doctor Julio Tudela, especialista en bioética personalista y miembro del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia

El doctor Julio Tudela es farmacéutico, miembro del Observatorio de Bioética del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de Valencia. Reúne en su ejercicio profesional y académico el rigor científico y la concepción del personalismo aplicado a la bioética.

Esta conjunción de valores hace que la voz de Tudela sea una voz calificada para esclarecer el actual debate sobre las vacunas contra el coronavirus, la necesidad de vacunarse, la posible objeción a hacerlo. Y, algo muy, importante, la responsabilidad de mirar por el bien de los demás al tiempo que se responsabiliza la persona por el bien propio.

– Doctor Tudela, ¿cómo definiría usted, en pocas palabras, el personalismo bioético?

Mejor, la bioética personalista. Ésta constituye una propuesta para el análisis y valoración ética de la actividad y los avances científicos relacionados con la vida humana o su entorno.

Se fundamenta en una sólida argumentación antropológica, situando a la persona humana, su inalienable dignidad y derechos, en el centro del debate ético, por encima de cualquier otra consideración de orden práctico, económico o científico.

Buscar el bien de la persona

Además, aporta al debate bioético la capacidad de discernir qué propuestas suponen un mejor bien para el individuo y cuáles no, a diferencia de otras corrientes bioéticas en las que una jerarquización en la elección de las opciones disponibles se ve comprometida, precisamente, por la ausencia de una antropología sólida de base.

–¿Cómo sería posible convencer a los que se niegan a vacunarse desde la base del personalismo bioético?

El primer principio de los que definen la bioética personalista es la defensa de la vida física. En base a este principio y dadas las numerosas evidencias científicas bien contrastadas sobre la capacidad de las vacunas para la COVID-19 disponibles para reducir enormemente el riesgo de muerte o complicaciones graves de la enfermedad, si la vacuna está disponible, constituiría una violación de este principio, por omisión, el negarse a la vacunación arriesgando la propia vida en caso de contagio.

Pensar en el posible daño a otros

El balance beneficio/riesgo de las vacunas autorizadas es claramente beneficioso. Contribuyen, por tanto, de manera eficaz a reducir la mortalidad y morbilidad, así como las graves secuelas que pueden aparecer tras la enfermedad.

Pero, además, otros principios de la bioética personalista, como el de sociabilidad y subsidiariedad y el de libertad y responsabilidad, sitúan las decisiones libres de las personas en un contexto de responsabilidad; es decir, supeditadas a sus posibles consecuencias, tanto sobre el que toma las decisiones como sobre sus semejantes. Pues estos pueden llegar a sufrir algún tipo de daño como consecuencia de nuestras propias decisiones libres.

Este es el caso de la vacuna contra la COVID-19: negarse a recibirla no solo pone en riesgo la propia vida y la salud, sino que sitúa a las demás personas con las que se puede entrar en contacto en un riesgo innecesario y evitable.

Desde el Personalismo podemos afirmar que, dadas las evidencias científicas disponibles hoy, negarse a vacunarse constituye un acto irresponsable e insolidario. A los pacientes que me consultan sobre este tema siempre les respondo: “no piense en usted para decidir si se vacuna o no; piense en aquellos que enfermarán o morirán porque usted pueda contagiarlos si no se vacuna”.

Libertad y responsabilidad

–En su práctica clínica, ¿ha enfrentado usted personas que tengan reticencia a vacunarse? ¿Es posible convencerlas de vacunarse con cifras, testimonios, valores sociales, o resulta muy difícil hacerlas entender y va a ser necesaria una normativa como la de Macron en Francia?

El debate sobre la obligatoriedad de las vacunas permanece abierto y no existe consenso al respecto. El difícil equilibrio, sobre el que ya he hablado anteriormente, entre la libertad individual y la responsabilidad solidaria, hace que no nos sea lícito tomar cualquier decisión en el ejercicio de nuestra libertad. Específicamente cuando nuestras decisiones pueden amenazar los derechos de los otros.

Desde el análisis científico sosegado, los motivos para aceptar las vacunas son numerosos e incontestables. Las evidencias sobre su eficacia y seguridad se acumulan a medida que pasa el tiempo. Las personas bienintencionadas que se acercan sin prejuicios a estas evidencias podrán aceptar sin dificultad los numerosos beneficios que supone la vacunación.

Pero tres son las grandes dificultades para lograr que la población acepte vacunarse: la primera es la ignorancia, el desconocimiento de las mencionadas evidencias. La segunda, los prejuicios o posiciones adoptadas por criterios no científicos que hacen difícil abrirse a otras posibilidades.

Y en tercer lugar la contaminación informativa, es decir, la proliferación de informaciones erróneas, acientíficas e injustificadas que inducen a error a muchas de las personas que dudan y no acuden a fuentes confiables, sino a medios de difusión social muy influyentes pero muy poco veraces.

Información rigurosa

Ofrecer información científica rigurosa que incluya los datos sobre la eficacia de las vacunas y los posibles efectos desastrosos de la pandemia sobre aquellos que se niegan a vacunarse, constituye un deber del mundo científico, sanitario y político, además de tratar de desenmascarar las informaciones sesgadas o falsas sobre el tema.

–¿Cómo –frente a la pandemia—se trasluce una “antropología defensora de la dignidad de la persona”?

En primer lugar, esta pandemia ha puesto al descubierto lo mejor y lo peor de la naturaleza humana. Los actos de solidaridad y entrega, a veces heroica, de los que han servido a los enfermos desde múltiples ámbitos; o de aquellos investigadores que no han escatimado esfuerzos en encontrar remedios contra la enfermedad; son un exponente del valor de la vida humana y su inalienable dignidad, que merece que se dediquen para su protección todos los medios y esfuerzos posibles.

En segundo lugar, el drama de la escasez de los recursos para combatir la pandemia, ha mostrado la dramática necesidad de elegir y descartar a los pacientes cuando no existen respiradores o camas disponibles en los hospitales.

La necesidad de atender a todos por igual, independientemente de su edad o estado de salud, ha sido defendida por muchos de los que, desde una antropología cierta, reconocen como dignas a todas las personas, sin importar sus condiciones particulares.

No abandonar a los vulnerables

Pero, en tercer lugar, también hemos asistido a agresiones a la dignidad personal en las situaciones en las que los enfermos han sido abandonados en su soledad o descartados innecesariamente. O cuando los países ricos han acumulado recursos sanitarios en perjuicio de los países más pobres, en los que la pandemia se extiende sin control con tasas inaceptables de mortalidad y dramática carencia de recursos.

–¿Qué se puede hacer –pienso en Latinoamérica—para enfrentar estos obstáculos hacia el destino universal y el acceso responsable de la vacuna?

Frente a estas actitudes, deben promoverse los gestos de solidaridad entre naciones destinados a compartir los recursos pero también entre los individuos, que reconociendo en cada individuo por débil y dependiente que sea, un ser personal único y digno, dedican sus cuidados y esfuerzos a su bien, no solo físico sino también psíquico y espiritual, tal como reconoce el personalismo que entiende a la persona como un ser complejo llamado al equilibrio en sus dimensiones; ésta es la antropología cierta.

Fuente: Aleteia

El problema básico en el mundo hoy

0

Autor: Ayn Rand

1. ¿Cuál es el problema básico en el mundo hoy?

El problema básico en el mundo hoy es elegir entre dos principios: Individualismo y Colectivismo. El Individualismo mantiene que el hombre posee derechos inalienables que no le pueden ser arrebatados por ningún otro hombre, ni por cualquier número, grupo o conjunto de hombres. Por lo tanto, cada hombre existe por su propio derecho y para su propio bien, no para el bien del grupo.

El Colectivismo mantiene que el hombre no tiene derechos; que su trabajo, su cuerpo y su personalidad pertenecen al grupo; que el grupo puede hacer con él lo que quiera, de la forma que quiera, por cualquier motivo que el grupo haya decidido que es su propio bien. Por lo tanto, cada hombre existe sólo por permiso del grupo y para el beneficio del grupo.

Estos dos principios son las raíces de dos sistemas sociales opuestos. El problema básico del mundo hoy en día es la elección entre estos dos.

2. ¿Qué es un sistema social?

Un sistema social es un código de leyes que los hombres observan para que sea posible la convivencia entre ellos. Dicho código debe tener un principio básico, un punto de partida, de lo contrario no puede ser elaborado. El punto de partida es la pregunta:

¿Es el poder de la sociedad limitado o ilimitado?

El Individualismo responde: el poder de la sociedad está limitado por los derechos individuales e inalienables del hombre. La sociedad sólo puede crear leyes que no violen estos derechos.

El Colectivismo responde: el poder de la sociedad es ilimitado. La sociedad puede crear las leyes que desee e imponérselas a cualquier uno en la forma que desee.

Ejemplo: bajo un sistema de Individualismo, un millón de hombres no pueden dictar una ley que disponga matar a un hombre, en beneficio de quienes legislan. Si a pesar de todo lo matan, están violando la ley – que protege su derecho a la vida – y son castigados.

Bajo un sistema de Colectivismo, un millón de hombres (o cualquiera que alegue representarlos) pueden dictar una ley que disponga matar a un hombre (o a cualquier minoría), siempre que ellos crean que se beneficiarían con su muerte. El derecho a vivir de ese individuo no se reconoce.

Bajo el Individualismo, es ilegal matar a un hombre y es legal que él mismo se proteja. La ley está de parte de un derecho. Bajo el Colectivismo, es legal que la mayoría mate a un hombre y es ilegal que éste se defienda. La ley está de parte de un número.

En el primer caso, la ley representa un principio moral.

En el segundo caso, la ley representa la idea de que no hay principios morales, y que los hombres pueden hacer lo que les plazca, siempre que sean lo suficientemente numerosos.

Bajo un sistema de Individualismo, los hombres son iguales ante la ley en todo momento. Cada uno tiene los mismos derechos, da igual que se encuentre solo o que esté acompañado por otro millón de hombres.

Bajo un sistema de Colectivismo, los hombres tienen que juntarse en grupos unos contra otros – y el que pertenezca al grupo más grande en un momento dado tiene todos los derechos, mientras que el perdedor (el individuo o la minoría) no tiene ninguno. Cualquier hombre puede ser un amo absoluto o un esclavo indefenso – dependiendo del tamaño de su cuadrilla.

Un ejemplo del primer sistema: los Estados Unidos de América (véase la Declaración de Independencia).

Un ejemplo del segundo sistema: La Rusia soviética y la Alemania nazi.

Bajo el sistema soviético, millones de campesinos o “kulaks” fueron exterminados por ley, una ley que se justificaba con el pretexto de que era para beneficiar a la mayoría, la cual el grupo gobernante afirmaba que era anti-kulak. Bajo el sistema nazi, millones de judíos fueron exterminados por ley, una ley que se justificaba con el pretexto de que era para el beneficio de la mayoría, la cual, según afirmaba el grupo gobernante, era anti-semita.

La ley soviética y la ley nazi fueron el resultado inevitable y consistente del principio de Colectivismo. Cuando se aplica en la práctica, un principio que no reconoce ni la moralidad ni los derechos individuales no puede resultar en nada más que brutalidad.

Ten en cuenta esto cuando trates de decidir cuál es el sistema social apropiado. Tienes que empezar por contestar la primera pregunta. O el poder de la sociedad es limitado, o no lo es. No puede ser ambas cosas.

3. ¿Cuál es el principio básico de los Estados Unidos?

El principio básico de los Estados Unidos de América es el Individualismo.

América fue construida sobre el principio de que el Hombre posee Derechos Inalienables;

•que estos derechos le pertenecen a cada hombre como individuo – no a “hombres” como grupo o colectivo;

•que estos derechos constituyen el patrimonio incondicional, privado, personal e individual de cada hombre – no el patrimonio público, social y colectivo de un grupo;

•que estos derechos le son otorgados al hombre por el hecho de su nacimiento como hombre – no por una acción de la sociedad;

•que el hombre goza de estos derechos, no por la colectividad, ni para la colectividad, sino contra la colectividad – como una barrera que la colectividad no puede traspasar;

•que estos derechos constituyen la protección del hombre contra todos los demás hombres;

•que sólo en base a estos derechos pueden los hombres tener una sociedad de libertad, justicia, dignidad humana y decencia.

La Constitución de los Estados Unidos de América no es un documento que limita los derechos del hombre – sino un documento que limita el poder de la sociedad sobre el hombre.

4. ¿Qué es un derecho?

Un derecho es la protección a la acción independiente. Un derecho es aquel que puede ser ejercido sin permiso de nadie.

Si tú existes solamente porque la sociedad te permite existir, entonces no tienes derecho a tu propia vida. Un permiso puede ser revocado en cualquier momento.

Si antes de emprender cualquier acción tienes que obtener el permiso de la sociedad, entonces no eres libre, te sea concedido ese permiso o no. Solamente un esclavo actúa bajo permiso. Un permiso no es un derecho.

No cometas el error, en este punto, de pensar que un trabajador es un esclavo y que él mantiene su empleo por permiso de su patrón. No lo mantiene por permiso, sino por contrato, es decir, por un acuerdo mutuo y voluntario. Un trabajador puede dejar su empleo. Un esclavo no puede hacerlo.

5. ¿Cuáles son los derechos inalienables del hombre?

Los derechos inalienables del hombre, son: la Vida, la Libertad y la Búsqueda de la Felicidad.

El Derecho a la Vida significa que el hombre no puede ser privado de su vida en beneficio de otro hombre ni de ningún número de otros hombres.

El Derecho a la Libertad significa el derecho del Hombre a la acción individual, a la elección individual, a la iniciativa individual y a la propiedad individual. Sin el derecho a la propiedad privada no hay acción independiente posible.

El Derecho a la Búsqueda de la Felicidad significa el derecho del Hombre a vivir para sí mismo, a elegir lo que constituye su propia felicidad privada, personal e individual, y a procurar conseguirla, siempre que él respete ese mismo derecho en los otros. Significa que el Hombre no puede ser forzado a dedicar su vida a la felicidad de otro hombre ni a la de cualquier número de otros hombres. Significa que la colectividad no puede decidir cuál ha de ser el objetivo de la existencia de un hombre ni prescribir la elección de su felicidad.

6. ¿De qué forma respetamos los derechos de los otros?

Puesto que el Hombre tiene derechos individuales inalienables, esto significa los mismos derechos son disfrutados por cada hombre, por todos los hombres, en todo momento. Por consiguiente, los derechos de un hombre no pueden y no deben violar los derechos de otro.

Por ejemplo: un hombre tiene derecho a vivir, pero no tiene el derecho a quitarle la vida a otro. Tiene derecho a ser libre, pero no el derecho a esclavizar a otro. Tiene derecho a buscar su propia felicidad, pero no el derecho a decidir que esta felicidad se base en la miseria (o el asesinato, o el robo o la esclavitud) de otro. El propio derecho en virtud del cual él actúa, determina el mismo derecho de otro hombre y le sirve de guía para saber lo que él puede hacer o no hacer.

No cometas el error del ignorante que creen que un Individualista es un hombre que dice: “Haré lo que me venga en gana a costa de todos los demás”. Un Individualista es un hombre que reconoce los derechos individuales inalienables del hombre – los suyos propios y los de los otros.

Un Individualista es un hombre que dice: “No voy a gobernar la vida de nadie – ni voy a dejar que nadie gobierne la mía. No voy a dominar ni ser dominado. No seré amo ni esclavo. No me sacrificaré por nadie, ni sacrificaré a nadie por mí”.

Un Colectivista es un hombre que dice: “¡Juntémonos, camaradas… y entonces cualquier cosa vale!”.

7. ¿Cómo determinamos si un derecho ha sido violado?

Un derecho no puede ser violado excepto por la fuerza física. Un hombre no puede privar a otro de su vida, ni esclavizarlo, ni impedirle buscar su felicidad, si no es usando la fuerza contra él. Siempre que se le obligue a un hombre a actuar sin su propio consentimiento libre, personal, individual y voluntario, su derecho ha sido violado.

Por lo tanto, podemos trazar una línea divisoria bien definida entre los derechos de un hombre y los de otro. Es una división objetiva – no sujeta a diferencias de opinión, ni a la decisión de la mayoría, ni a los decretos arbitrarios de la sociedad. Ningún hombre tiene el derecho a iniciar el uso de la fuerza física contra otro hombre.

La regla de conducta práctica en una sociedad libre, en una sociedad de Individualismo, es simple y bien definida: no puedes esperar ni exigir ninguna acción de otro hombre, excepto con su consentimiento libre y voluntario.

Que nadie se deje engañar en este punto por un viejo truco Colectivista que dice así: no existe la libertad absoluta, de ninguna manera, puesto que no eres libre de asesinar; la sociedad limita tu libertad al no permitirte asesinar; por lo tanto, la sociedad tiene el derecho de limitar tu libertad de cualquier forma que crea conveniente; por lo tanto, olvídate de la ilusión de libertad – libertad es lo que la sociedad decide que sea.

No es la sociedad, ni ningún derecho social, lo que te prohíbe matar – sino el derecho individual inalienable de otro hombre a vivir. Esto no es un “término medio” entre dos derechos – sino una línea divisoria que preserva ambos derechos intactos. La división no se deriva de un edicto de la sociedad – sino de tu derecho individual inalienable. La definición de este límite no es establecida arbitrariamente por la sociedad – sino que está implícita en la definición de tu propio derecho.

Dentro de la esfera de tus propios derechos, tu libertad es absoluta.

8. ¿Cuál es la función apropiada del gobierno?

La función apropiada del gobierno es proteger los derechos individuales del hombre; esto significa proteger al hombre contra la fuerza bruta.

En un sistema social adecuado, los hombres no utilizan la fuerza unos contra otros; la fuerza sólo puede ser usada en defensa propia, es decir, en defensa de un derecho violado por la fuerza. Los hombres delegan en el gobierno el poder de usar la fuerza como retaliación, y solamente como retaliación.

El tipo de gobierno apropiado no inicia el uso de la fuerza. Usa la fuerza solamente para responder a aquellos que han iniciado su uso. Por ejemplo: cuando el gobierno arresta a un criminal, no es el gobierno quien viola un derecho; es el criminal el que ha violado un derecho, y al hacerlo se ha situado fuera del principio de los derechos, donde los hombres no tienen otro recurso contra él más que el empleo de la fuerza.

Pero es importante recordar que todas las acciones definidas como criminales en una sociedad libre son acciones que implican el uso de la fuerza, y sólo tales acciones son respondidas con la fuerza.

No os dejéis confundir por expresiones chapuceras como: “un asesino comete un crimen contra la sociedad”. No es a la sociedad a la que el asesino asesina, sino a un hombre individual. No es un derecho social el que él quebranta, sino un derecho individual. Él no es castigado por lesionar a una colectividad. No ha lesionado a toda una colectividad: ha lesionado a un hombre. Si un criminal le roba a diez hombres, sigue no siendo a la “sociedad” a quien le ha robado, sino a diez individuos. No hay “crímenes contra la sociedad”, todos los crímenes se cometen contra hombres específicos, contra individuos. Y es precisamente el deber de un sistema social adecuado y de un gobierno adecuado, el proteger a un individuo contra un ataque criminal: contra la fuerza.

Cuando, sin embargo, un gobierno se convierte en el iniciador de la fuerza, la injusticia y la corrupción moral ocasionadas son verdaderamente indescriptibles.

Por ejemplo: cuando un gobierno Colectivista le ordena a un hombre a trabajar y lo ata a un empleo bajo pena de muerte o prisión, es el gobierno el que está iniciando el uso de la fuerza. El hombre no ha ejercido violencia contra nadie – pero el gobierno emplea la violencia contra él. No hay ninguna justificación posible para semejante proceder, en teoría. Y no hay otro resultado posible en la práctica – excepto la sangre y el terror que puedes observar en cualquier país Colectivista.

La perversión moral implicada aquí es esta: Si los hombres no tuvieran gobierno ni sistema social alguno, tendrían que subsistir puramente por medio de la fuerza y luchar unos contra otros en cualquier caso de desacuerdo; en tal situación, un hombre podría tener una probabilidad justa contra otro hombre: pero no tendría probabilidad alguna contra otros diez. No es contra un individuo que el hombre necesita protección, sino contra un grupo. Y a pesar de todo, en semejante estado de anarquía, aunque cualquier pandilla mayoritaria intentaría hacer lo que quisiera, una minoría aún podría plantarles cara valiéndose de cualquier medio disponible. Y la pandilla no podría imponer su dominio por mucho tiempo.

El Colectivismo está un nivel más abajo que la anarquía salvaje: le quita al hombre incluso la oportunidad de defenderse. Hace que la violencia sea legal, y la resistencia a ella, ilegal. Le otorga la sanción de ley a la fuerza bruta organizada de una mayoría (o de cualquiera que alegue representarla), y convierte a la minoría en un impotente e indefenso objeto de exterminio. Si puedes pensar en una perversión de la justicia más malvada que esta, indícala.

En la práctica, en realidad, cuando una sociedad Colectivista viola los derechos de una minoría (o de un hombre individual) el resultado es que la mayoría pierde también sus derechos, y se encuentra en manos del poder total de un pequeño grupo que gobierna puramente por medio de la fuerza bruta.

Si quieres entender y tener muy clara en tu mente la diferencia entre el uso de la fuerza como represalia (como es usado por el gobierno de una sociedad Individualista) y el uso de la fuerza como política primaria (como es usado por el gobierno de un la sociedad Colectivista), aquí tienes el ejemplo más sencillo de ello: es la misma diferencia que entre un asesino y un hombre que mata en defensa propia. El tipo apropiado de gobierno actúa bajo el principio de auto-defensa del hombre. Un gobierno Colectivista actúa como un asesino.

9. ¿Puede haber un sistema social “mixto”?

No puede haber un sistema social que sea una mezcla de Individualismo y Colectivismo. Una de dos, o los derechos individuales son reconocidos en una sociedad, o no lo son. No pueden ser reconocidos a medias.

Lo que pasa con frecuencia, sin embargo, es que una sociedad basada en el Individualismo no tiene el valor, la integridad y la inteligencia de atenerse a su propio principio de forma consistente en todas sus aplicaciones prácticas. Por ignorancia, cobardía o apatía mental, esa sociedad dicta leyes y acepta reglamentaciones que contradicen su principio básico y que violan los derechos del hombre. En la medida de tales violaciones, la sociedad comete injusticias, perversidades y abusos. Si estas infracciones no se corrigen, la sociedad se hunde en el caos del Colectivismo.

Cuando veas una sociedad que reconoce los derechos del hombre en algunas de sus leyes pero no en otras, no la consideres un sistema “mixto” y no concluyas que un término medio entre principios básicos, opuestos en teoría, puede ser viable en la práctica. Tal sociedad no funciona; simplemente se está desintegrando. La desintegración lleva tiempo. Nada se derrumba en pedazos súbitamente – ni un cuerpo humano ni una sociedad humana.

10. ¿Puede una sociedad existir sin un Principio Moral?

Mucha gente hoy día tiene la pueril noción que la sociedad puede hacer lo que le plazca; que los principios son innecesarios, que los derechos son sólo una ilusión y que la conveniencia es la guía práctica a la acción.

Es verdad que la sociedad puede abandonar los principios morales y convertirse en un rebaño corriendo ciegamente hacia su destrucción. Así como es verdad que un hombre puede degollarse en cualquier momento que desee hacerlo. Pero un hombre no puede hacer eso si desea sobrevivir. Y la sociedad no puede abandonar los principios morales si espera existir.

La sociedad consiste en un gran número de hombres que viven juntos en el mismo país y que se relacionan entre sí. A menos que haya un código moral definido y objetivo, que los hombres comprendan y observen, éstos no tienen manera de tratar unos con otros – ya que ninguno puede saber lo que puede esperar de su vecino. El hombre que no reconoce moralidad alguna es un criminal; no puedes hacer nada al tratar con un criminal, salvo tratar de romperle el cráneo antes de que él te lo rompa a ti. No hay ningún otro lenguaje, no existen otras normas de conducta aceptadas mutuamente. Hablar de una sociedad sin principios morales es proponer que los hombres vivan juntos como criminales.

Todavía observamos, por tradición, tantos preceptos morales, que los damos por descontados y no nos damos cuenta de cuántas acciones son posibles en nuestra vida diaria, gracias a los principios morales. ¿Por qué es seguro el que puedas entrar en una tienda atestada de gente, hacer una compra y salir de nuevo? La multitud a tu alrededor necesita mercancías también; la multitud podría fácilmente dominar a las pocas vendedoras, saquear la tienda y quitarte tus bolsas así como tu billetera. ¿Por qué no lo hacen? No hay nada que los detenga y nada que te proteja – excepto el principio moral de tu derecho individual a la vida y a la propiedad.

No cometas el error de pensar que las multitudes se refrenan simplemente por el miedo a la policía. No habría suficientes policías en el mundo si los hombres creyeran que es correcto y práctico el saquear. Y si los hombres creyeran esto, ¿por qué los agentes de policía no podrían creerlo también? ¿Quiénes, entonces, serían los policías?

Además, en una sociedad Colectivista el deber de la policía no es proteger tus derechos, sino violarlos.

Ciertamente sería lo conveniente para la multitud saquear la tienda – si aceptamos la conveniencia del momento como una regla de acción válida y apropiada. Pero, ¿cuántas tiendas, cuántas fábricas, granjas u hogares tendríamos, y por cuánto tiempo, bajo esta norma de la conveniencia?

Si descartamos la moralidad y la sustituimos por la doctrina Colectivista del poder ilimitado de la mayoría, si aceptamos la idea de que la mayoría puede hacer lo que le plazca, y que cualquier cosa hecha por una mayoría está bien, porque la hace una mayoría (siendo ésta la única norma del bien y el mal), ¿cómo pueden aplicar los hombres esto en la práctica a su vida real? ¿Quién es la mayoría? Con relación a cada hombre en particular, todos los demás hombres son miembros potenciales de esa mayoría que puede destruirlo a voluntad en cualquier momento. Entonces, cada hombre y todos los hombres se convierten en enemigos; cada uno tiene que temer y sospechar de todos los demás; cada uno debe tratar de robar y asesinar primero, antes de que le roben y lo asesinen a él.

Si crees que esto no es más que teoría abstracta, échale una mirada a Europa para tener una demostración práctica. En la Rusia soviética y en la Alemania nazi, los ciudadanos privados hicieron el trabajo más detestable de la G.P.U. y de la Gestapo, espiándose unos a otros, entregando a sus propios parientes y amigos a la policía secreta y a las cámaras de tortura. Este fue el resultado en la práctica del Colectivismo en teoría. Esta fue la aplicación concreta de ese depravado y vacío slogan Colectivista que les parece tan altisonante a los que no piensan: “El bien común está por encima de los derechos individuales”.

Sin derechos individuales, ningún bien común es posible.

El Colectivismo, que coloca al grupo por encima del individuo y les dice a los hombres que sacrifiquen sus derechos para el bien de sus hermanos, acaba en una situación en la que los hombres no tienen más alternativa que temer, odiar y destruir a sus hermanos.

Paz, seguridad, prosperidad, cooperación y buena voluntad entre los hombres, todas estas cosas consideradas socialmente deseables, sólo son posibles en un sistema de Individualismo, en el que cada hombre está seguro de poder ejercer sus derechos individuales y tiene la certeza de que la sociedad está ahí para proteger sus derechos, no para destruirlos. Entonces cada hombre sabe lo que puede o no puede hacerles a sus vecinos, y lo que sus vecinos (ya sea uno o un millón de ellos) pueden o no pueden hacerle a él. Entonces es libre de tratar con ellos como amigo y como igual.

Sin un código moral, ninguna sociedad humana apropiada es posible.

Sin el reconocimiento de los derechos individuales, ningún código moral es posible.

11. ¿Es “el mayor bien para el mayor número” un Principio Moral?

“El mayor bien para el mayor número” es uno de los slogans más corrompidos que se le han impuesto a la humanidad.

Este slogan no tiene ningún significado concreto y específico. No hay forma de interpretarlo con benevolencia, pero sí muchas formas en que se puede utilizar para justificar los actos más depravados.

¿Cuál es la definición de “el bien” en este slogan? Ninguna, excepto: lo que sea bueno para el mayor número. ¿Quién, en cada caso específico, decide lo que es bueno para el mayor número? Por supuesto, el mayor número.

Si consideras esto moral, tendrías que estar de acuerdo con los siguientes ejemplos, que son aplicaciones exactas de este slogan en la práctica: que cincuenta y uno por ciento de la humanidad esclavice al otro cuarenta y nueve; que nueve caníbales hambrientos se coman al décimo; que una turba de linchamiento asesine a un hombre al que consideran peligroso para la comunidad.

Habían setenta millones de alemanes en Alemania y seiscientos mil judíos. El mayor número (los alemanes) apoyaba al gobierno nazi, que les decía que su mayor bien estaría servido exterminando al menor número (los judíos) y arrebatándoles su propiedad. Este fue el horror conseguido en la práctica por un slogan malvado aceptado en teoría.

Pero, podrías decir, la mayoría en todos estos ejemplos tampoco obtuvo un verdadero beneficio para sí misma. No, no lo obtuvo. Porque “el bien” no se determina contando números y no se logra sacrificando el uno al otro.

Los insensatos creen que este slogan implica algo vagamente noble y virtuoso, que les dice a los hombres que se sacrifiquen por el mayor número de los otros. Si así fuera, ¿debería el mayor número de hombres estar dispuesto a ser virtuoso y sacrificarse al menor número, que sería tan malvado como para aceptar el sacrificio? ¿No? Bueno, entonces, ¿debería el menor número ser virtuoso y sacrificarse al mayor número, que sería malvado?

Los que no piensan asumen que cada hombre que pregona este slogan se coloca generosamente dentro del menor número, para ser sacrificado al mayor número. ¿Y por qué debería hacerlo? No hay nada en el slogan que le ordene proceder así. Es mucho más probable que trate de colocarse dentro del mayor número y empiece a sacrificar a los demás. Lo que el slogan le dice en realidad es que no tiene opción, excepto robar o ser robado, aniquilar o ser aniquilado.

La maldad de este slogan reside en lo que implica: que “el bien” de una mayoría debe ser logrado a costa del sufrimiento de una minoría; que el beneficio de un hombre depende del sacrificio de otro.

Si aceptamos la doctrina Colectivista de que el hombre existe sólo para los demás, entonces es verdad que cada placer del que disfruta (o cada bocado que come) es malvado e inmoral si otros dos hombres lo desean. Pero, sobre esta base, los hombres no pueden comer, ni respirar, ni amar. Todo eso es egoísta. (¿Y qué pasa si otros dos hombres quieren a tu esposa?). Los hombres no pueden convivir en absoluto, y no pueden hacer nada más que acabar exterminándose unos a otros.

Solamente en base a los derechos individuales se puede definir y lograr el bien, sea privado o público. Solamente cuando cada hombre es libre de existir por sí mismo – sin sacrificar a otros para él, ni siendo sacrificado para otros – sólo entonces es cada hombre libre de trabajar para el mayor bien que pueda lograr para sí mismo, por su propia decisión y por su propio esfuerzo. Y la suma total de dichos esfuerzos individuales es el único tipo posible de bien social y general.

No creas que lo contrario de “el mayor bien para el mayor número” es “el mayor bien para el menor número”. Lo contrario es: el mayor bien que él puede lograr por su propio y libre esfuerzo, para cada hombre vivo.

Si eres un Individualista y deseas preservar el estilo de vida americano, la mayor contribución que puedes hacer es descartar de una vez por todas, de tu manera de pensar, de tus discursos, y de tu adhesión, el slogan vacío de “el mayor bien para el mayor número”. Rechaza cualquier argumento, impugna cualquier propuesta que sólo tenga este slogan para justificarla. Se trata de una mina explosiva. Se trata de un precepto de Colectivismo puro. No puedes aceptarlo y decir que eres un Individualista. Decide. Es lo uno o lo otro.

12. ¿El motivo cambia la naturaleza de una dictadura?

El distintivo de un hombre honesto, a diferencia de un Colectivista, es que quiere decir lo que dice y sabe lo que quiere decir.

Cuando decimos que afirmamos que los derechos individuales son inalienables, debemos querer decir exactamente eso. Inalienables quiere decir que no los podemos quitar, suspender, infringir, restringir o violar: nunca, en ningún momento, ni por ningún motivo, sea el que sea.

No puedes decir “el hombre tiene derechos inalienables excepto en tiempo de frío y un martes sí y otro no”, así como tampoco puedes decir que “el hombre tiene derechos inalienables salvo en caso de emergencia” o “los derechos del hombre no pueden ser violados a menos que sea para un buen fin”.

O los derechos del hombre son inalienables o no lo son. No puedes decir algo como “medio-inalienable” y considerarte honesto o en tu sano juicio. Cuando empiezas a poner condiciones, reservas y excepciones, está admitiendo que hay algo o alguien por encima de los derechos del hombre que puede violarlos a voluntad. ¿Quién? Por supuesto, la sociedad – es decir, la colectividad. ¿Por qué razón? Por el bien de la colectividad. ¿ Quién decide cuándo los derechos deben ser violados? La colectividad. Si esto es lo que crees, vete al lado que te corresponde y admite que eres un Colectivista. Y entonces acepta todas las consecuencias que el Colectivismo implica. Aquí no hay término medio. No se puede estar en la procesión y repicando al mismo tiempo. No estás engañando a nadie más que a ti mismo.

No te escondas detrás de frases hechas que no significan nada, como la de “un término medio”. Individualismo y Colectivismo no son dos costados del mismo camino, con un sendero seguro en el centro para ti. Son dos caminos que van en direcciones opuestas. Uno lleva a la libertad, a la justicia, y a la prosperidad; el otro, a la esclavitud, al horror y a la destrucción. La elección está en tus manos.

La creciente difusión del Colectivismo por todo el mundo no se debe a ninguna habilidad especial de los Colectivistas, sino al hecho de que la mayor parte de la gente que se opone a ellos, en realidad también cree en el Colectivismo. Una vez que un principio es aceptado, no es el hombre que está convencido a medias, sino el hombre resuelto el que ganará; no es el hombre menos consecuente en aplicarlo, sino el hombre que es más consecuente. Se empiezas una carrera diciendo: “Tengo intención de correr solamente los primeros 10 metros”, el hombre que dice: “Voy a correr hasta la línea de meta”, va a ganarte. Cuando dices: “Quiero violar los derechos humanos apenas muy poquito”, el comunista o el fascista que dice: “Yo voy a destruir todos los derechos humanos”, te derrotará y ganará. Tú le has abierto el camino.

Al permitirse a sí mismos esta deshonestidad y evasión inicial, los hombres han caído ahora en una trampa Colectivista, sobre la cuestión de si una dictadura es correcta o no. La mayor parte de la gente condena la dictadura de la boca para afuera. Pero muy pocos adoptan una actitud definitiva y reconocen a la dictadura por lo que es: una maldad absoluta en cualquier forma que sea, ejercida por quien sea, en favor de quien sea, dondequiera que sea, en todo momento, y con cualquiera finalidad.

Mucha gente se enzarza en una especie de regateo indecente sobre las diferencias entre una “buena dictadura” y una “mala dictadura”; sobre los motivos, las causas, o las razones que hacen apropiada una dictadura. La pregunta “¿Quieres una dictadura?” ha sido sustituida por los Colectivistas por la siguiente pregunta: “¿Qué clase de dictadura quieres?” Ellos pueden darse el lujo de dejarte discutir de ahí en adelante: ya han conseguido su objetivo.

Mucha gente cree que una dictadura es terrible si es “por un mal motivo”, pero que está muy bien y es hasta deseable si es “por un buen motivo”. Los simpatizantes del comunismo (que generalmente se consideran a sí mismos “humanitarios”) proclaman que los campos de concentración y las cámaras de torturas son malas cuando se usan “egoístamente”, “en beneficio de una raza”, como hizo Hitler, pero que son absolutamente nobles cuando se usan “desinteresadamente”, “en beneficio de las masas”, como hizo Stalin. Los simpatizantes del fascismo (que generalmente se consideran a sí mismos “realistas” empedernidos), proclaman que el látigo y los capataces de esclavos son imprácticos cuando se usan “ineficientemente”, como en Rusia, pero que son realmente prácticos cuando se usan “eficientemente”, como en Alemania.

(Y sólo como un ejemplo de adónde te conducirá en la práctica el principio equivocado, observa que los “humanitarios”, que están tan preocupados por aliviar el sufrimiento de las masas, aprueban, en Rusia, un estado de miseria tal para toda la población, como nunca las masas han tenido que soportar en ningún momento de la historia. Y los duros “realistas”, que se jactan ansiosamente de ser prácticos, aprueban, en Alemania, el espectáculo de un país devastado en la ruina total, el resultado final de una dictadura “eficiente”.)

Cuando entras a discutir sobre lo que es una “buena” o una “mala” dictadura, has aceptado y aprobado el principio de la dictadura. Has aceptado una premisa de maldad total – de tu derecho a esclavizar a otros por lo que tú crees que es bueno. A partir de ahí, es sólo cuestión de quién va a dirigir la Gestapo. Nunca podrás llegar a un acuerdo con tus correligionarios Colectivistas sobre cuál es una “buena” causa para emplear la brutalidad y cuál es una “mala” causa. Tu definición favorita puede que no sea la de ellos. Tú podrías alegar que es bueno matar a los hombres solamente en beneficio de los pobres; algún otro podría afirmar que es bueno matar a los hombres solamente en beneficio de los ricos; tú podrías afirmar que es inmoral matar a alguien, excepto a los miembros de cierta clase; otro podría alegar que es inmoral matar a alguien, excepto a los miembros de cierta raza. En lo que todos estaréis de acuerdo es en matar. Y eso es todo lo que vais a conseguir.

Una vez que propugnas el principio de la dictadura, está invitando a todos los hombres a hacer lo mismo. Si ellos no quieren tu tipo específico o no les gusta tu “buen motivo”, ellos no tienen más opción que aplastarte rápidamente y establecer su propio tipo preferido de dictadura por su propio “buen motivo”, de esclavizarte antes de que tú los esclavice a ellos. Una “buena dictadura” es una contradicción en términos.

El asunto no es: ¿Con qué fin es bueno esclavizar a los hombres? El asunto es: ¿Es correcto esclavizar a los hombres o no?

Hay una corrupción moral atroz al decir que una dictadura se puede justificar por un “buen motivo” o por un “motivo desinteresado”. Todas las tendencias brutales y criminales que la humanidad ha aprendido a reconocer como malvadas e impracticables – durante siglos de una lenta salida de la barbarie – se han refugiado ahora detrás del rótulo de lo “social”. Muchos hombres creen ahora que está mal robar, asesinar, y torturar en beneficio propio, pero que es virtuoso hacerlo en beneficio de otros. Tú no puedes darle rienda suelta a la violencia en provecho propio, dicen, pero adelante, hazlo sin titubear si es en provecho de otros. Quizás la afirmación más repugnante que uno pueda oír es: “Desde luego, Stalin ha matado a millones, pero es justificable, ya que fue en beneficio de las masas”. El Colectivismo es el último reducto de la barbarie en las mentes de los hombres.

Nunca consideres a los Colectivistas como “idealistas sinceros, aunque engañados”. La proposición de esclavizar a algunos hombres en beneficio de otros no es un ideal; la brutalidad no es “idealista”, no importa cuáles sean sus fines. Nunca digas que el deseo de “hacer el bien” por la fuerza es un buen motivo. Ni el afán de poder ni la estupidez son buenos motivos.

Fuente: Objetivismo

Préstamos para jóvenes: cuáles son los requisitos para tramitarlos

Los préstamos para jóvenes son una herramienta muy útil para todas las personas que están comenzando su vida adulta. Y es que este producto, se trata del impulso económico necesario para poner en marcha los proyectos que se tengan en mente.

Hoy en día existen una gran variedad depréstamos para jóvenes tanto de entidades crediticias privadas, como de organismos gubernamentales. Es importante checar cuales son las características de cada uno para elegir el que mejor se amolde a las necesidades que se tengan.  

Requisitos a cumplir

En líneas generales, lo que hay que saber es que de forma obligatoria se tiene que ser mayor de 18 años. 

Por otro lado, es importante ser residente mexicano, contar con un documento de identidad válido y tener una cuenta bancaria en el país. Además, en la mayoría de los casos es crucial demostrar un ingreso mensual fijo que demuestre la capacidad económica con la que se cuenta para devolver el dinero. 

Es importante resaltar el último punto, ya que si no se pueden demostrar ingresos regulares o si no se tiene un trabajo formal, es muy difícil que se otorgue cualquier tipo de préstamo.

pastedGraphic.png

Los intereses y plazos

Al momento de pedir dinero a una entidad financiera se deben de tener en cuenta los intereses que se van a pagar por el crédito. Por lo general, los préstamos para jóvenes emprendedores ofrecen intereses más bajos con el fin de fomentar e impulsar el crecimiento de las personas. 

En materia de plazos, hay que saber que aunque los acreedores brindan la posibilidad de saldar los préstamos en largos plazos, entre más meses transcurran, mayor va a ser la cantidad de intereses que se deberán de pagar. 

Recomendaciones 

Por todos estos puntos, lo ideal antes de embarcarse en un préstamo, es tomarse el tiempo de analizar las ventajas y desventajas del mismo; teniendo en cuenta si se trata de la mejor opción o si quizás no es el momento adecuado. 

Con esto, se hace referencia a tomar dimensión del compromiso que implica un crédito y, a raíz de ello, evaluar si los ingresos permiten solicitarlo. 

pastedGraphic_1.png

La importancia de un presupuesto detallado 

A la hora de solicitar un préstamo, lo ideal es pedir el monto suficiente para cubrir lo que se tiene en mente, ni más ni menos. Para eso, hay que elaborar un presupuesto detallado con el que se pueda conocer cuál es la cifra indicada para enfrentar el proyecto. 

Puede llegar a parecer tentador pedir dinero de más, aunque no es lo recomendable ya que eso significa más cantidad de intereses y mayor deuda. 

Hay que recordar que siempre es mejor solicitar un monto que se pueda afrontar, a uno que sea difícil de pagar. ¿La razón? Es de suma importancia mantenerse al día con el pago de los plazos para tener un buen registro en el Buró de Crédito. Esto permite ir construyendo un buen historial crediticio que impactará positivamente en la solicitud de futuros créditos. 

Por último, hay que saber que si bien los préstamos son una excelente herramienta para impulsar proyectos (por ejemplo de estudio o negocio), no siempre se trata de la mejor opción. Todo depende de la capacidad económica que se tenga y el momento financiero en el que cada persona se encuentre. 

Cómo apoyar a tu hijo durante la reapertura de la escuela

0

Consejos para guiar a tu hijo en la transición de la vida familiar a la escuela bajo las restricciones de la COVID-19

Durante la pandemia de la COVID 19, muchas personas han comprobado cómo su vida familiar se alteraba debido a los confinamientos, el cierre de las escuelas y el trabajo a distancia. Numerosas familias han tenido que pasar mucho tiempo juntas en casa, sorteando una situación que generaba estrés e inseguridad. Muchos niños se han acostumbrado a que su padre, su madre o su cuidador estuviera a su lado a cualquier hora del día. Algunos niños solamente conocen este tipo de situación.

Aunque las circunstancias varían mucho según el lugar en el que vivas, si tu familia se está preparando par realizar un cambio en los hábitos diarios debido a la reapertura de las guarderías, las escuelas y las oficinas, a continuación te ofrecemos algunos consejos para facilitar la adaptación de tu hijo.

¿Cómo es la ansiedad debido a la separación?

Entre los síntomas de la ansiedad por separación cabe destacar el llanto y un mayor apego cuando se produce una separación (aunque sea por poco tiempo) o cuando el niño se enfrenta a situaciones nuevas. Esto ocurre sobre todo entre los 6 meses y los 3 años, y es una etapa común del desarrollo de tu hijo. El estrés y la incertidumbre generados por la pandemia de la COVID-19 han llevado a que, en ocasiones, estos comportamientos también se hayan observado en niños de mayor edad.

Los niños suelen empezar a mostrar síntomas de ansiedad debido a la separación cuando los dejas en la guardería o en la escuela. Debido a los sucesos ocurridos este último año, los niños mayores pueden pasar por mayores dificultades cuando se les deja en la escuela, ya que es posible que tengan un sentimiento de inseguridad debido a la COVID-19.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo para que se sienta seguro cuando recupere los antiguos comportamientos?

Puede que para facilitar que tu hijo realice una transición a la escuela sin dificultades, y que tú lleves a cabo tu propia transición al trabajo, tengas que pasar por un proceso que exija tiempo y planificación. Para que la separación sea menos difícil para tu hijo, pon en práctica los siguientes consejos:

Escucha a tu hijo

Tómate en serio sus preocupaciones y habla con él sobre sus inquietudes. En el caso de los niños más pequeños, puedes jugar a representar la forma en que será la vuelta a la escuela o pedirles que hagan un dibujo sobre todas las etapas del proceso, incluido el momento en el que tú vuelves a la escuela para recogerlo.

Ayúdales a prepararse

Aprende las nuevas normas de la vuelta a la escuela y repásalas con tu hijo. Pregúntale a tu hijo cómo se siente ante la idea de regresar a la escuela y no dejes de informar a su profesor si el niño tiene algunas dudas importantes.

Mantén la calma

Recuerda que los niños están pendientes todo el tiempo del comportamiento de los adultos. Para ayudar a tu hijo a relajarse y a sentirse seguro, es importante que tú demuestres un comportamiento tranquilo.

Prepara un plan de despedida

Para evitar que las despedidas supongan una situación difícil para los niños mayores, puedes tomar las siguientes medidas:

  • Intenta que las despedidas sean positivas.
  • Avisa cuando te vayas a ir.
  • Explica de forma clara y breve por qué te vas.
  • Recuerda a tu hijo que volverás a por él.
  • No muestres dudas al marcharte.
  • No regreses hasta la hora prevista.
  • Sigue la misma rutina cada vez que te vayas o dejes a tu hijo.

Mi hijo tiene miedo de volver a la escuela. ¿Cómo puedo ayudarle a sentirse tranquilo?

Algunos niños pueden sentirse nerviosos o mostrarse reacios a volver a la escuela, especialmente si han estado aprendiendo en casa durante meses. Hay que ser sincero: por ejemplo, explícale que es muy posible que se hayan producido ciertos cambios en la escuela. Tranquilízalos con respecto a las medidas que se han puesto en marcha para mantener su seguridad y la de los demás.

Dile que puede ir entrando en calor poco a poco. No tiene que comenzar a tiempo completo de inmediato. Puede que le lleve algún tiempo sentirse cómodo a la hora de jugar de nuevo con sus amigos, y esto es una cuestión completamente normal.

>> Cómo apoyar la salud mental de tu hijo durante la vuelta a la escuela en medio de la COVID-19

¿Cómo puedo comprobar cómo le va a mi hijo sin agobiarle?

Muéstrate activo pero tranquilo. Los niños suelen inspirarse en las emociones de los adultos más importantes de su vida, por lo que es importante que escuches las preocupaciones del niño, que le hables con amabilidad y que le tranquilices. Debes tener en cuenta que sus emociones pueden cambiar y tienes que decirle que se trata de una situación normal.

En cuanto a la forma de comprobar cómo se encuentra tu hijo, depende en gran medida de él. Si tu hijo es reservado, puedes preguntarle “¿Cómo estás?”. Otros niños pueden ser más directos a la hora de revelar sus sentimientos. Tú eres quien mejor conoce a tu hijo, y lo más importante es llevar a cabo estas conversaciones con un sentimiento de compasión y de comprensión.

Fuente: Unicef

Ana Frank, la niña que soñó con ser escritora

0

Autor: José Alejandro Adamuz

En el 90 aniversario de su nacimiento analizamos la vida de la niña que emocionó con la literatura, a través de su famoso diario donde relató de manera directa y sincera el horror nazi.

LA NIÑA ESCRITORA

Es en el último año de la escuela primaria, mira directamente a la cámara y sonríe, cómo no, sonríe, mientras sujeta un lapicero como si escribiera. Seguro que Ana estaba encantada con esta fotografía, ella que soñaba con ser escritora y periodista.

UNA NUEVA VIDA EN ÁMSTERDAM

La familia había emigrado a Holanda. No fueron los únicos. Las autoridades de inmigración holandesas calcularon que entre 1933 y 1934 habían llegado cuatro mil doscientos fugitivos judíos.

DE LA LIBERTAD A LA CLANDESTINIDAD

La familia Frank camina por las calles de Ámsterdam para asistir a la boda de Miep y Jan Gies, los amigos que más tarde les ayudarían a sobrevivir escondidos en la parte trasera de la sede empresarial de Otto Frank. 

UN DOCUMENTO PARA LA HISTORIA

Poco se podía imaginar la pequeña Ana que aquella libreta encuadernada con una tela a cuadros rojos y verdes, recibida por su décimo tercer cumpleaños, acabaría siendo su mejor amiga durante los veinticinco largos meses de encierro. Mucho menos podía imaginar que millones de personas leerían su diario, que acabaría siendo uno de los documentos clave del horror del Holocausto y que sería declarado por la Unesco como Memoria del Mundo.

EL MUNDO REAL: TAN CERCA Y TAN LEJOS

El paso a la clandestinidad de los Frank llegó el 5 de julio de 1942. Cuando Miep Gies cerró tras ellos el paso con la parte trasera de la casa, el exterior quedó lejos. El mundo se redujo para todos a un espacio de apenas cincuenta metros cuadrados ocupado por cinco adultos y tres jóvenes. 

REFLEXIONES PROPIAS DE UN ADULTO

Con muy pocas tareas que hacer en el escondite, Ana se volcó en su diario. Primero, como desahogo con una amiga, pero poco a poco desarrolló una voluntad de estilo, manifestando cualidades literarias. “Mientras la humanidad entera, sin excepción, no sufra una gran metamorfosis, la guerra seguirá haciendo estragos y todo cuanto se ha construido, cultivado y desarrollado volverá a ser cortado de raíz y aniquilado para volver a empezar a continuación.” (3 de mayo de 1944).

EL TERRIBLE FINAL DE LA FAMILIA FRANK

El 4 de agosto de 1944 los Frank fueron delatados y conducidos al campo de concentración de Auschwitz. Las mujeres y las niñas fueron separadas de Otto, quien terminaría por ser el único familiar superviviente. Ana y su hermana Margot murieron de tifus pocas semanas antes de la liberación del campo. 

Los que la trataron la describen siempre sonriendo, con interés por la vida, con ímpetu por vivirla. Dicen que miraba con ojos expresivos, que era vivaracha y que su pelo negro rizado era un vendaval de travesuras. Se conserva una foto en la colección de la Fundación Ana Frank en la que se la ve sentada en su pupitre; es en el último año de la escuela primaria, mira directamente a la cámara y sonríe, cómo no, sonríe, mientras sujeta un lapicero como si escribiera. Seguro que Ana estaba encantada con esta fotografía, ella que soñaba con ser escritora y periodista.

«Millones de personas han leído su diario, que es uno de los documentos clave del horror del Holocausto declarado por la Unesco como Memoria del Mundo

Y lo fue durante todo el tiempo que lo soñó y escribió su diario. Poco se podía imaginar que aquella pequeña libreta encuadernada con una tela a cuadros rojos y verdes, recibida por su décimo tercer cumpleaños, acabaría siendo su mejor amiga durante los veinticinco largos meses de encierro, su querida Kitty: “me cuesta esperar cada vez que llegue el momento para sentarme a escribir en ti. ¡Estoy tan contenta de haberte traído conmigo!”, escribió el 28 de septiembre de 1942. Mucho menos podía imaginar que millones de personas leerían su diario, que acabaría siendo uno de los documentos clave del horror del Holocausto y que sería declarado por la Unesco como Memoria del Mundo.

ÉXODO Y NUEVA PATRIA

Las cosas no iban bien en la República de Weimar: el Crac del 29 llevó a la economía mundial a la quiebra. En Alemania, también creció el paro y la preocupación. Además, en las elecciones del 14 de septiembre de 1930, más de seis millones de personas votaron al que hasta entonces era solo grupo marginal, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, dirigido por Adolf Hitler. Lo que parecía algo improbable se volvió una amenaza.

El 30 de enero de 1933, Paul von Hindenburg, el presidente del Reich, enfermo y debilitado, nombró a Adolf Hitler canciller del Reich. Hitler hablaba de erradicar “el cáncer de la democracia” y señalaba a un enemigo: los judíos. Sin duda, era el momento de marcharse. Otto y Edith Frank, los padres de Ana, planearon emigrar a Holanda. No fueron los únicos. Las autoridades de inmigración holandesas calcularon que entre 1933 y 1934 habían llegado cuatro mil doscientos fugitivos judíos.

En Amsterdam, los Frank se instalaron en el número 37 de Merwedeplain, en un segundo piso. Era un barrio confortable, pero Edith no era feliz y Otto pasaba poco tiempo en casa, dedicando horas a la franquicia de Opekta, dedicada a los gelificantes destinados a la fabricación de mermeladas. En cambio, el entorno de Margot y Ana era más feliz. A pesar de su delicada salud, Ana siempre llevaba la voz cantante en el grupo. Era charlatana y divertida, siempre sonriendo y encajando las bromas, curiosa. Para algunos, también, distraída algo sabionda y rebelde, pero buena chica. Aunque con dificultades, parecía que la vida podría seguir su curso normal, pero ¿era segura Holanda frente a los inquietantes movimientos de Adolf Hitler?

OCUPACIÓN NAZI DE HOLANDA

Hacía meses que las conversaciones giraban alrededor de la política. Cada vez más preocupados, Otto y Edith se plantearon abandonar Ámsterdam. Tal vez ir a Inglaterra, pero las circunstancias al final hicieron que se quedaran. Mientras, el ejército nazi avanzaba imparable por Europa: el 15 de marzo de 1939 cayó Praga, el 10 de mayo de 1940, los Países Bajos y el 1 de septiembre, Polonia. Comenzaba la II Guerra Mundial.

La invasión de Holanda por tropas alemanas cayó sobre sus nuevas vidas como un jarro de agua fría. “Después de mayo de 1940, los buenos tiempos quedaron definitivamente atrás”, escribió Ana en su diario, el 20 de junio de 1942. La vida se alteró de forma precaria después de que incluso la reina Guillermina huyera de Holanda el 13 de mayo de 1940. Un día después, el país comunicó su capitulación y columnas de soldados alemanes entraron desafiantes en Amsterdam, pero por paradójico que pudiera parecer, la empresa familiar por fin daba beneficios ahora que Otto había ampliado el negocio a las especias.

Tan solo siete meses después de la invasión, el padre trasladó la empresa a un nuevo edificio austero de ladrillo visto, el mismo que hoy alberga el museo y la fundación Ana Frank. En realidad, se trataba de dos casas; la primera, con fachada junto al canal, la ocupaban las instalaciones de Opekta y Pectacon, pero había una zona trasera, a la que se accedía por un estrecho pasillo. De momento, Otto Frank decidió subarrendar una zona y con el resto ya vería qué uso le daba.

Las órdenes contra los judíos eran cada día más rigurosas y los nacionalsocialistas estrechaban su control contra el “capital judío”, lo que originó problemas a la empresa de Otto Frank. Ana hizo el listado en su diario de algunas de las medidas aprobadas contra los judíos: “Los judíos deben llevar una estrella de David; deben entregar sus bicicletas; no les está permitido viajar en tranvía; no les está permitido viajar en coche, tampoco en coches particulares…”.

«Ana anotó en su diario: “Los judíos deben llevar una estrella de David; deben entregar sus bicicletas; no les está permitido viajar en tranvía; no les está permitido viajar en coche»

El 9 de febrero de 1941 se realizó la primera redada contra judíos, mientras que el Movimiento Nacionalsocialista Neerlandés seguía haciendo de las suyas. A finales de junio de 1942, un rumor inquietó aún más el sueño de Otto y Edith: los alemanes se proponían deportar a todos los judíos residentes en Holanda. Lo cierto era que por entonces, Adolf Eichmann ya había acordado con Franz Rademacher, encargado de “asuntos judíos”, la deportación de unos cuarenta mil judíos a Auschwitz.

EN LA CASA DE ATRÁS

“Querida Kitty: Desde la mañana del domingo hasta ahora parece que hubieran pasado años. Han pasado tantas cosas que es como si de repente el mundo estuviera patas arriba”, escribió Ana en su diario, el 8 de julio de 1942.

El paso a la clandestinidad de los Frank llegó el 5 de julio de 1942. Era un domingo habitual, salvo porque a eso de las tres de la tarde, llamaron a la puerta. Cuando Edith abrió, vio al cartero. Venía a entregarles una citación dirigida a Margot. La niña tenía dieciséis años y querían que se presentara en la Central del Servicio Obligatorio de Trabajo en Alemania para ser trasladada al campo de concentración de Westerbork.

Doce horas después, se dirigieron en secreto a la sede de la empresa familiar. Caminaron bajo la lluvia con el máximo de prendas que lograron ponerse encima a la vez. La imagen habría pasado por humorística si no hubiera sido tan dramática. Todo había sido preparado con antelación sin que las niñas lo supieran. Una estantería giratoria, como si fuera el truco de un mago, daba acceso a aquella otra parte trasera de la sede empresarial. La ingeniosa idea fue de Johan Voskuijl, que junto a Bep Voskuijl, Johannes Kleiman, Victor Kugler, Jan Gies, quien tenía contactos con la resistencia, y Miep Gies, se convirtieron en los protectores de los escondidos.

“Está claro que no podemos mirar por la ventana ni salir fuera. También está prohibido hacer ruido, porque abajo no nos deben oír”, anotó Ana en su diario, el sábado 11 de julio de 1942.

La niña conmocionada por el repentino giro que tomaba su vida -habían escapado sin siquiera despedirse de sus amigas- vivió aquellas primeras semanas en el escondite como una aventura. Finalmente, pasarían veinticinco largos meses encerrados. Para Ana, una séptima parte de su corta vida.

A pesar de que Otto y Edith habían planeado la logística de víveres y habían trasladado poco a poco todo lo necesario, la vida en el escondite no fue fácil. Justo cuando los adolescentes buscan su propio lugar en el mundo, a Ana le tocó compartir uno reducido con sus padres y tres adultos más, sin apenas intimidad, sin la posibilidad de salir afuera dando un sonoro portazo. Fue sin duda una situación difícil, a la que la niña no tuvo más remedio que adaptarse con cierta madurez. Además, a medida que el tiempo iba pasando, todos perdían la esperanza en una pronta derrota de Hitler.

Con muy pocas tareas que hacer en el escondite, Ana se volcó en su diario. Primero, como desahogo con una amiga, pero poco a poco desarrolló una voluntad de estilo, manifestando cualidades literarias. Ana dejó constancia de todo: las reflexiones sobre la relación conflictiva con su madre, la cada vez más complicada convivencia con los otros escondidos, sus miedos, el terror nocturno por las alarmas antiaéreas que le hacía ir a buscar refugio a la cama de sus padres. Hay pasajes en los que logra expresar ideas tan profundas que aún hoy en día son usadas de modo reivindicativo:

“Mientras la humanidad entera, sin excepción, no sufra una gran metamorfosis, la guerra seguirá haciendo estragos y todo cuanto se ha construido, cultivado y desarrollado volverá a ser cortado de raíz y aniquilado para volver a empezar a continuación.” (3 de mayo de 1944)

DEPORTACIÓN A AUSCHWITZ

La última anotación del diario es una reflexión sobre las contradicciones propias de un adolescente. No pudo proseguir. El 4 de agosto de 1944, a eso de las diez de la mañana, aparcó un automóvil frente al edificio de Prinsengracht del que bajó el sargento de las SS Karl Silberbauer y varios de sus subordinados. Alguien, al parecer una voz femenina sin identificar, había avisado a la Gestapo de que allí había varios judíos escondidos.

Los ocho detenidos recogieron como en estado de trance sus pocas pertenencias a punta de pistola. Al salir a la calle, la luz del sol les deslumbró. Era la primera vez que salían en veinticinco meses. Tras la detención, tanto los ocho judíos escondidos como sus auxiliadores fueron llevados al cuartel general del Servicio de Seguridad. Los primeros fueron conducidos rápidamente a Westerbork, mientras que Johannes Kleiman y Victor Kugler, fueron llevados al campo de concentración para enemigos del régimen por colaborar con ellos. Tiempo después, Otto Frank explicó que Ana no dejó de mirar en todo momento el paisaje, pegada a la ventana. Tal vez pensara que después de tantos meses de encierro, debía aprovechar al máximo el momento, ¿Quién podía imaginar el futuro, a pesar de temerlo?

Pasaron un degradante examen médico en el campo de concentración; como “judíos penados” se vieron forzados a dejar sus ropas y vestir un mono azul de presidiario y usar bastos zapatos de madera. Edith y las dos niñas fueron a parar a un barracón junto a trescientas mujeres más y Otto, aparte, a un barracón de hombres. La disciplina de trabajo para ellos fue más dura que para el resto: Ana, Margot y Edith fueron enviadas a desmontar baterías del ejército alemán. Era un trabajo duro, sucio e insalubre por los vapores del cloruro amónico. A pesar de ello, estaban juntas y llegaban noticias de las derrotas alemanas, lo cual les daba cierta esperanza de ser rescatados.

«Ana y Margot fueron deportadas de Auschwitz a Bergen-Belsen, donde murieron de tifus, en marzo de 1945

Pero la liberación no llegó a tiempo. El 3 de septiembre de 1944, los vigilantes del campo condujeron a mil diecinueve judíos a un tren de vagones para el transporte de ganado. Muchos murieron hacinados. Cuando la carga finalizó, el tren arrancó; el de la familia Frank fue el último que partió a Auschwitz. Tres días y dos noches después, llegaron al fatídico destino. En aquel caos, Otto Frank vio por última vez a Edith y a las niñas.

Otto Frank se libró por poco de morir asesinado en el campo. Los hombres de las SS huyeron ante los soldados del Ejército Rojo que entraron en Auschwitz. Fue el único que sobrevivió de los ocho. Edith murió de inanición el 6 de enero de 1945. Ana y Margot fueron deportadas de Auschwitz a Bergen-Belsen, donde murieron de tifus, en marzo del mismo año. Primero murió Margot y más tarde, Ana, ya sin que nadie la consolara en el mundo. A las pocas semanas, el campo fue liberado por tropas inglesas.

EL DIARIO DE ANA FRANK Y SU PUBLICACIÓN

Después de la detención, Miep Gies recogió los diarios y numerosas hojas sueltas de Ana que los agentes de la SS habían arrojado al suelo en el registro del escondrijo. La mujer los guardó en un cajón sin atreverse a leerlos con la intención de devolvérselos en cuanto regresara tras la guerra, pero el único que regresó fue Otto Frank. Y fue él quien, sorprendido de que Ana hubiera escrito el diario sin que él lo notara durante el encierro, no cejó hasta publicarlo, cumpliendo así con el sueño de la niña.

Fue precisamente Miep Gies una de las primeras personas que valoró la publicación del Diario de Ana Frank. Para ella, la vida y la muerte de Ana Frank no es un símbolo de las víctimas del Holocausto, sino que muestra, en realidad, un destino individual que se repitió en las seis millones de víctimas. La historia que no se puede olvidar de Ana, según Miep Gies, es que el destino de aquella niña que soñaba con ser escritora evidencia la irreparable pérdida de la humanidad como consecuencia del Holocausto. ¿Cuánto no habría aportado a la humanidad Ana Frank? ¿Y todas las otras víctimas?

Fuente: National Geographic

Del placer capitalista de leer

0

Autor: Tere Vale

Una de las frases que más me han conmovido es de Mario Vargas Llosa: “Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado en mi vida”. Toda la razón y enorme sabiduría la que contiene esta sencilla afirmación del gran escritor peruano Premio Nobel de Literatura.

Alexander Romanovich Luria fue uno de los más grandes neuropsicólogos rusos del siglo pasado. Discípulo de Vygotski, es uno de los fundadores de la neurociencia cognitiva, que forma parte de la neuropsicología. Con la publicación de sus dos obras más importantes, La afasia traumática y Las funciones corticales superiores del hombre, basados en su investigación de los casos de heridas cerebrales durante la Segunda Guerra Mundial, se puso a la vanguardia de la neuropsicología mundial. Este destacado científico (ruso, insisto, no neoliberal) postuló hace no más de 60 años que la lectura y la escritura se diferencian fundamentalmente del lenguaje verbal por la forma en que son gestados y construidos dentro de nuestro cerebro.

Desde su punto de vista, y dedicó toda su vida a demostrarlo, el lenguaje oral se forma en etapas tempranas del desarrollo del niño mediante un proceso informal y a través de la relación que establece el pequeñito con adultos poseedores del lenguaje, mientras que la expresión escrita aparece mucho después y es resultado de una enseñanza formal o especializada.

De todo esto, lo más extraordinario que Luria postula, y que a mí aún no deja de asombrarme, es el hecho de que cuando aprendemos algo, especialmente tan complejo como la lecto-escritura, este conocimiento modifica y transforma de manera real, profunda y generalmente permanente el funcionamiento total de nuestro cerebro. Atención, señor Marx Arriaga.

Para el destacado científico ruso (ruso, insisto, no conservador ni neoliberal) el cambio cerebral que se produce al adquirir la capacidad de hablar es absolutamente distinto del que se genera a consecuencia de adquirir la capacidad de leer y escribir. El lenguaje escrito es, desde sus inicios, una actividad organizada en forma voluntaria, que necesita del análisis consciente de los sonidos que componen cada una de las palabras para, una vez hecho éste, se logre la traducción a símbolos gráficos. Respecto de la localización de estas funciones, Luria nos dice: “los sistemas funcionales complejos no pueden localizarse en zonas restringidas de la corteza cerebral o en grupos aislados de células, sino que deben estar organizados en sistemas que trabajan coordinadamente, cada una de las cuales ejerce su papel dentro del sistema funcional complejo, y que pueden estar situadas en áreas completamente diferentes, y, a menudo, muy distantes en el cerebro”.

Por lo tanto, la misión de los neurocientíficos no es localizar dónde se encuentran o dan los procesos psicológicos superiores del humano en áreas específicas de la corteza, sino investigar qué grupos de zonas de trabajo coordinadas del cerebro son responsables de la ejecución de las actividades mentales tan complejas como la lectura. ¡Vaya tarea!

Se necesitan años de estudio y empeño que permitan lograr la consolidación de esas complejísimas actividades cerebrales que hacen posible que usted lea la gran cantidad de tonterias que se dicen en nuestro país todos los días. La lectoescritura cambia la estructura total de nuestro cerebro y la forma en que entendemos y construimos al mundo.

Luria tenía razón, todo está interconectado en nuestro cerebro y por lo tanto oír, ver y articular, y desde luego abstraer, son capacidades fundamentales para este complicado y fascinante asunto de las letras. En resumen, gracias a la lectoescritura el cerebro humano se vuelve más humano que nunca, más complejo y perfecto.

Qué milagroso sería que el Director de Materiales Educativos de la SEP, el señor Marx Arriaga, algún día llegara a comprender esto. Sé que le pido peras al olmo, ya que me resulta incomprensible que una persona de la que depende en buena medida la educación de los niños mexicanos se atreva a decir que: “leer por goce es un acto de consumo capitalista” (SIC).

Que este personaje no haya sido despedido de la SEP fulminantemente después de decirlo y que en México no nos alcemos con fuerza, preocupación y vigor ante una frase tan llena de ignorancia, me acerca a pensar que en verdad estamos en medio del fin de los tiempos. Un verdadero horror marxista.

Fuente: etcétera

Magda Goebbels, la «madre perfecta» del tercer Reich

0

Autor: C. M. Muñoz

La solicita y diligente esposa del ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels, Magda, fue durante mucho tiempo el paradigma de la madre perfecta del nacionalsocialismo. Enferma y profundamente deprimida, al final del conflicto Magda Goebbels terminó envenenando con cianuro a sus seis hijos y poniendo fin a su vida de igual manera.

«Es mejor que mis hijos mueran a que vivan en la vergüenza y el oprobio. Nuestros hijos no tienen lugar en una Alemania como la que habrá después de la guerra». Dicho y hecho, Magda Goebbels preparó a sus seis hijos, cinco niñas y un niño, para la muerte. Ella y su marido, el ministro de propaganda del Reich, Joseph Goebbels, ocultos junto con Adolf Hitler en el búnker de Berlín, indicaron al dentista de las SS, Helmut Kunz, que inyectase morfina a los pequeños para dormirlos y poder así introducirles una ampolla de cianuro entre los dientes. La secuencia exacta de los acontecimientos no está clara, pero el resultado final fue la muerte de los seis pequeños. Después, sus padres también acabaron con sus propias vidas. Esta es la historia de una mujer que ha pasado a la posteridad como una madre despiadada, una especie de moderna Medea que, en este caso, fue capaz de asesinar a sus hijos «por su bien».

¿HIJA DE UN JUDÍO?

Johanna Maria Magdalena nació el 11 de noviembre de 1901 y fue hija de Auguste Behrend, una criada, y al parecer del ingeniero Oskar Ritschel. La pareja se divorció en 1905 y la madre de Magda contrajo segundas nupcias en 1908 con Richard Friedlander, un rico comerciante judío de Berlín al que había conocido una década antes y que según una investigación llevada a cabo en 2016 fue el verdadero padre de Magda (si eso fuese cierto, por las venas de la futura esposa de Joseph Goebbels correría sangre judía). Magda pasó su infancia en una internado religioso de Bélgica, que empleaba unos métodos de educación muy severos, lo que contribuyó a que la joven desarrollase una fuerte personalidad. Al estallar la Primera Guerra Mundial, Magda estudiaba en Berlín, y en esa época curiosamente llegó a sentirse muy atraída por la filosofía budista y defendió la cultura de la no violencia.

«Magda pasaría su infancia en un internado de Bélgica, que empleaba unos métodos de educación muy severos, lo que contribuyó a que la joven desarrollase una fuerte personalidad.

De vuelta del internado, Magda conoció a un atractivo y elegante multimillonario alemán llamado Günther Quandt. Él era un viudo de treinta y ocho años y ella, una jovencita de diecinueve. La pareja se enamoró al instante y 4 de enero de 1921 se casaban en la tranquila ciudad de Bad Godesberg. El matrimonio tuvo un hijo, Harald, ese mismo año. Pero Magda pronto se dio cuenta de su error. La joven se dio de bruces con la realidad de estar atrapada en un matrimonio aburrido, en una familia ultraconservadora y además comprobó con incredulidad que su flamante esposo era un hombre frío y adicto al trabajo. Decepcionada, Magda conoció entonces a un estudiante de origen judío y líder de un grupo sionista llamado Chaim Vitaly Arlosoroff, con quien mantuvo una relación sentimental. Fue el primer acercamiento de Magda al sionismo. Al final, su marido Günther, enfurecido por la infidelidad de su esposa, la acabó echando de casa en 1929.

METAMORFOSIS NAZI

Gracias a la generosa pensión que le pasaba su exmarido, Magda pudo trasladarse a vivir junto a su hijo Harald a una bonita casa en Berlín. Pero en el verano de 1930 la vida de Magda cambiaría para siempre. Joseph Goebbels, el ministro de propaganda nazi, acudía al Palacio de los Deportes de Berlín para pronunciar un discurso. Magda, que por aquel entonces se había convertido en una influyente y rica mujer de la sociedad berlinesa, que buscaba entretenerse de la mejor manera posible, decidió asistir al acontecimiento sin saber que aquello supondría un antes y un después en su vida. Las encendidas soflamas del ministro de propaganda nazi calaron tan profundamente en Magda que tras el acto se afilió al partido y se convirtió en poco tiempo en una de las dirigentes nazis más importantes de su distrito.

«Tras escuchar el discurso de Joseph Goebbels, Magda se afilió al partido y se convirtió en poco tiempo en una de las dirigentes nazis más importantes de su barrio.

Magda empezó a actuar como voluntaria en la sede del partido nazi y acabó siendo secretaria del subjefe del distrito. Fue entonces cuando conoció personalmente a Goebbels, con quien empezó a colaborar archivando todos sus artículos periodísticos. Magda rápidamente se sintió atraída por el jerarca nazi, un hombre con poco atractivo físico (era bajito y arrastraba un pie al caminar), pero del que Magda se enamoró perdidamente. Por su parte, Goebbels también se sintió fascinado por ella, y llegó a escribir en su diario personal: «Hemos hecho un voto solemne el uno al otro: cuando hayamos conquistado el Reich, nos convertiremos en marido y mujer. Soy muy feliz».

FE CIEGA

Si la adoración que sentía Magda por Joseph Goebbels era ciega, cuando conoció a Adolf Hitler su entusiasmo no tuvo límites; ambos forjarían una profunda relación y Magda entró a formar parte del pequeño, pero selecto, grupo de amistades femeninas de Hitler. El füher incluso actuó como padrino de boda del novio cuando la pareja contrajo matrimonio el 19 de diciembre de 1931. Tras su matrimonio, los Goebbels se mudaron a una exclusiva mansión situada en la Reichskanzlerplatz, que con el tiempo se convertiría en el centro de las fiestas y veladas de la burguesía berlinesa y en el núcleo operativo del líder del Tercer Reich. En los años siguientes, la pareja tuvo seis hijos a los que bautizaron con nombres que comenzaban con la inicial del apellido de su «adorado» líder, la «H»: Helga, Hildegard, Helmut, Holdine, Hedwig y Heidrun. Magda fue asimismo la primera mujer en ganar la Cruz de Honor de la Madre Alemana, un galardón que suponía convertirla en un modelo para el resto de madres alemanas que deberían seguir, a partir de entonces, su ejemplo.

«Magda fue la primera mujer en ganar la Cruz de Honor de la Madre Alemana, un galardón que suponía convertirla en un ejemplo para el resto de madres alemanas que deberían seguir, a partir de entonces, su ejemplo.

Pero no todo en la vida de la pareja más famosa de Alemania podía ser perfecto. Una vez salió a la luz una relación extramarital de Goebbels con una joven actriz checa de veintidós años, algo que afectó profundamente a Magda, a pesar de que ella también había tenido algunos escarceos amorosos. Magda Goebbels se sentía muy segura en su relación con el führer, así que no dudó en pedirle que le dejara divorciarse de su esposo. Pero lo que ella no había previsto es que aquella decisión supondría un escándalo y una mancha en la imagen que desde el gobierno se quería dar del nacionalsocialismo, y que sobre todo supondría una deshonra para la imagen del ministro de propaganda. Hitler simplemente dijo: «NO». Aquella tajante respuesta tomó por sorpresa a Magda, que, desconcertada, se dio cuenta de quién tenía la sartén por el mango tanto en Alemania como en su vida.

FIEL HASTA EL FINAL

Desde 1942, Magda la salud de Magda empezó a deteriorarse. Sufría una severa neuralgia, un trastorno que le afectaba el rostro, que le producía agudos espasmos nerviosos que le había dejado paralizada media cara. Magda era entonces una mujer física y mentalmente enferma, con problemas cardíacos y graves episodios de depresión, que no tuvo en ese momento inconveniente en aceptar las ideas del partido en lo que a los judíos se refería, que acabarían desembocando en la infame Solución Final. La esposa de Goebbels las aceptó sin rechistar cegada por su devoción hacia su marido y hacia Adolf Hitler.

«Desde 1942, Magda sufría una neuralgia, un trastorno severo que le afectaba el rostro, producido por agudos espasmos nerviosos que le había paralizado media cara.

El final de Magda Goebbels es bien conocido. Instalada junto a su marido en el búnker de Hitler, decidió acabar sus días junto a los hombres que habían marcado su vida: su marido y el führer. El 1 de mayo de 1945, y tras rechazar en varias ocasiones la posibilidad de huir, o al menos de que lo pudieran hacer sus seis hijos, Magda Goebbels ingirió el mismo cianuro mortal que había utilizado para envenenar a los pequeños, mientras su marido, el ministro de propaganda del caído Tercer Reich, Joseph Goebbels, se pegaba un tiro. Un final digno de la más cruel y atroz tragedia griega.

Fuente: National Geographic

10 lugares científicamente imposibles que realmente existen

0

El Bosque Torcido

El Bosque Torcido de Polonia lleva mucho tiempo atrayendo a los visitantes con afición por lo insólito. La ciencia sugiere que los árboles en forma de J que crecen en su interior son un imposible. Sin embargo, están aquí para que todos los vean, aunque no se pueda explicar la razón de su naturaleza deforme.

Hay innumerables teorías sobre el Bosque Torcido, pero hasta ahora ninguna ha sido probada ni refutada.
Conocido por los lugareños como Krzywy Las, el bosque se encuentra en la franja occidental de Polonia, no lejos de la frontera con Alemania. Algunos creen que los tanques invasores aplastaron los árboles jóvenes durante la Segunda Guerra Mundial, lo que hizo que los árboles en recuperación adoptaran esa extraña forma.

Pero otros han culpado a los extraterrestres, a las fluctuaciones gravitacionales y a la espesa nevada por la que es conocida la región, todo ello sin pruebas ni argumentos convincentes. Es posible que la verdad sea más mundana. Algunos afirman que los árboles fueron manipulados por la mano del hombre para crear formas a medida con fines de construcción.

Kawah Ijen

El volcán activo Kawah Ijen, en la regencia de Banywang (Java), es uno de los volcanes más extraordinarios del mundo. En lugar de producir la habitual lava roja y humo negro, sus actividades subterráneas se traducen en lava azul eléctrico y llamas que se elevan en el aire.

La legendaria lava azul del Kawah Ijen lleva mucho tiempo atrayendo a los curiosos a Java. Aquí, en esta impresionante isla indonesia, las espectaculares erupciones del volcán son un espectáculo para la vista. El fenómeno lleva mucho tiempo fascinando a los científicos. Pero aunque los colores no se pueden cuestionar, la causa subyacente no es como la mayoría cree. La lava aquí no es originalmente azul, sino que se convierte en ella debido a un fenómeno natural. De hecho, el volcán tiene uno de los niveles de azufre más altos del mundo y cuando los gases sulfúricos del volcán entran en contacto con la temperatura del aire por encima de los 360’C, la lava se vuelve azul.

Otro dato interesante sobre este lugar es que alberga una de las explotaciones mineras de azufre más peligrosas del mundo. Las condiciones de trabajo son precarias, y los trabajadores expuestos a los gases tóxicos del azufre durante largos periodos de tiempo desarrollan problemas de salud a largo plazo. ¿Interesado en visitarla? No se aventure aquí por su cuenta. Algo muy interesante es una visita nocturna guiada en grupo al volcán para ver el fenómeno de las llamas azules.

Las luces de Hessdalen

Las Luces de Hessdalen son hermosas, pero desconcertantes. Los científicos llevan mucho tiempo preguntándose por su causa. Sin embargo, a pesar de las numerosas investigaciones y de la gran cantidad de estudios realizados, la razón de este fenómeno noruego sigue siendo desconocida.

Las Luces fueron reportadas por primera vez en la década de 1930 y han cautivado a los visitantes desde entonces. A veces el espectáculo dura sólo unos segundos. Pero en ocasiones, las brillantes luces amarillas, blancas, rojas, verdes y azules pueden brillar durante más de una hora.

Situadas en una zona rural de Noruega, las Luces iluminan un tramo de 11 kilómetros del valle de Hessdalen. Pueden aparecer tanto de día como de noche y parecen flotar a la deriva. Pero nadie sabe por qué, y los científicos se esfuerzan por encontrar una respuesta u ofrecer una explicación. Las Luces de Hessdalen son más frecuentes en algunas épocas que en otras, con un aumento de los avistamientos en la década de 1980, pero menos frecuentes en los últimos tiempos. Esto no hace más que aumentar el misterio en un lugar que sigue confundiendo.

Lago Karachay

¿Está planeando un viaje a Rusia? Este es un lugar que hay que evitar a toda costa. La pintoresca orilla del lago Karachay se considera el lugar más contaminado del planeta. En la década de 1990, las pruebas revelaron que el mero hecho de permanecer cerca del lago durante una sola hora provocaría, con toda probabilidad, la muerte.

El gran problema aquí es la radiación. Durante décadas, los soviéticos trabajaron en un proyecto de bomba atómica de alto secreto en esta remota región. ¿Los residuos radiactivos? Todo fue vertido en el lago Karachay. Conveniente, tal vez. Pero esto tuvo un costo bastante alto.

El paisaje aquí puede ser hermoso, pero también es mortal. La ciencia podría sugerir que tales niveles de radiación son imposibles, pero los chapuceros soviéticos han demostrado lo contrario. El lago se ha rellenado desde entonces, pero los riesgos persisten, ya que el suelo presenta graves peligros para la salud humana. El gobierno ruso ha restringido el acceso, lo que significa que es imposible visitarlo… y no es que uno quiera hacerlo.

Triángulo de las Bermudas

La ciencia sugiere que el Triángulo de las Bermudas es algo más que un mito. Los investigadores racionales se empeñan en afirmar que es cosa del folclore, pero las dudas persisten y todo parece posible. El Triángulo de las Bermudas cubre un área enorme en el Océano Atlántico Norte, que abarca más de 500.000 millas cuadradas.

También se le conoce como el Triángulo del Diablo o el Callejón del Huracán, ya que se dice que innumerables barcos y aviones han desaparecido sin dejar rastro mientras estaban en esta zona. Pero, ¿significa esto que la leyenda es cierta? La ciencia sugiere que la leyenda del Triángulo de las Bermudas es un misterio fabricado, perpetuado por escritores que, a propósito o sin saberlo, se valieron de conceptos erróneos, razonamientos defectuosos y sensacionalismo. Una de las explicaciones atribuye la culpa a los restos de tecnología del mítico continente perdido de la Atlántida, mientras que otra afirma que en la zona pueden existir anomalías magnéticas locales inusuales que confunden las brújulas y hacen que los barcos se pierdan. También existe el mito de que en los triángulos se producen violentas tormentas que hunden los barcos.

El Triángulo es una de las rutas marítimas más transitadas de la Tierra y los expertos creen que no es raro que los barcos se pierdan aquí de vez en cuando. Pero aun así, quienes se adentran en el Triángulo de las Bermudas suelen hacerlo con una profunda sensación de inquietud, ya que la leyenda del triángulo perdura y no está del todo demostrada.

Árbol doble

Los turistas acuden al Piamonte para ver el famoso Árbol Doble de Italia. Aquí, en un lugar muy visitado, entre Grana y Casorzo, un cerezo crece encima de una morera. La ciencia sugiere que algo así no debería ser posible. Pero los hechos son irrefutables. Este lugar, y estos árboles, existen realmente.

El llamado Árbol Doble de Casorzo -o Bialbero di Casorzo- es toda una anomalía. No es raro que un árbol crezca encima de otro. Pero el crecimiento tiende a ser limitado en estos casos, sin que ninguno de los dos árboles pueda prosperar o alcanzar un tamaño significativo.

Aquí es donde destaca Bialbero di Casorzo, desafiando a la ciencia y demostrando que todo es posible. Se cree que, hace mucho tiempo, un pájaro debió dejar caer un hueso de cereza sobre la morera al sobrevolarla. Esto parece plausible, pero nadie podría haber imaginado que resultaría así.

Río hirviente

La ciencia sugiere que no es posible que un río alcance tales temperaturas. Sin embargo, en las profundidades de la Amazonia peruana, los investigadores han descubierto pruebas de lo contrario. Aquí, en Puerto Inca, el Río Hirviente sigue desafiando las normas científicas.

No está hirviendo del todo. Pero está muy caliente. Situado en la densa selva peruana, el río Hirviente alcanza temperaturas cercanas a los 200 grados Fahrenheit. ¿Está tentado de darse un chapuzón? No debería. Las aguas aquí son lo suficientemente calientes como para quemar – y en algunos casos, matar.

El río Hirviente es un lugar sagrado y los chamanes locales creen que sus aguas tienen poderes curativos. Los científicos llevan mucho tiempo desconcertados y es difícil explicar este lugar. Pero se cree que las fallas submarinas son las responsables de que las aguas se calienten en las profundidades del subsuelo antes de ser empujadas de nuevo a la superficie. El Río Hirviente es uno de los mayores elementos geotérmicos de la Tierra. Es difícil creer que un lugar así exista realmente, pero no se puede discutir la evidencia.

El Pozo Petrificado

En su día se pensó que la brujería estaba en juego en el norte de Yorkshire. Aquí, no lejos de Knaresborough, un pozo que se decía que convertía los objetos en piedra parecía hacer lo imposible. La Madre Shipton -una bruja y oráculo local muy temida- fue culpada de tal brujería. Todavía hay quien piensa que no todo es como debería ser aquí, aunque la ciencia sugiere lo contrario.

La Madre Shipton estuvo asociada a varios acontecimientos trágicos, ya que se encargó de predecir ciertos horrores que, según ella, ocurrirían en el reinado de los Tudor en Inglaterra. El pozo petrificante aterrorizó a la población local en la década de 1600.
Se decía que los objetos que entraban en contacto con sus aguas se convertían en piedra. Desde entonces se ha descubierto que el alto contenido en minerales del agua puede tener un efecto petrificante. No es una buena historia, pero es una explicación más probable que la brujería.

El estanque azul de Hokkaido

Las aguas del estanque azul son de un colorido casi imposible. Situado cerca de la popular ciudad termal de Shirogane Onsen, en Japón, es un lugar que atrae a los que tienen un ojo para lo inusual. El estanque en sí está hecho por el hombre, pero las intrigantes aguas azules brillantes de su interior son naturales.

Sin embargo, también parecen sobrenaturales, y definitivamente podríamos añadir este lago a nuestra lista de lugares que parecen de otro planeta. Los orígenes del estanque se remontan a la década de 1980, cuando el cercano monte Tokachi entró en erupción, amenazando la pequeña ciudad de Biel. Para reducir los riesgos que suponían los flujos de lava y los deslizamientos de lodo, se construyó una presa para ayudar a reforzar las defensas de Biel. Esto hizo que se formaran varios estanques, entre ellos el estanque azul.

La razón principal del tono vibrante que da nombre al Estanque Azul es el alto nivel de hidróxido de aluminio que se encuentra en el agua. Los abedules blancos y los alerces japoneses que se alzan en medio del lago añaden un aura mística al Estanque Azul, y es sin duda un lugar que querrá añadir a su lista de viajes.

Rayo Catatumbo

Todos hemos oído el dicho “un rayo nunca cae dos veces en el mismo sitio”. Pues bien, en el lago de Maracaibo, en Venezuela, los rayos pueden caer hasta 280 veces por hora y durar 10 horas al día. Se trata de un fenómeno atmosférico que se repite una y otra vez y que se denomina “relámpago del Catatumbo”.

Se cree que la topografía y los patrones de viento únicos de la región contribuyen a este fenómeno único, pero la razón exacta no está clara, y es un acontecimiento que sigue desconcertando a las mentes científicas más brillantes del país. Cuando las nubes de tormenta se acumulan en lo alto de la desembocadura del río Catatumbo, uno sabe que le espera un espectáculo.

Y aún hay más. No hay truenos, y los relámpagos se producen en un silencio ensordecedor que puede resultar un poco inquietante. También están los colores, ya que los cielos oscuros se iluminan de rojo, naranja, rosa y azul. Los relámpagos del Catatumbo pueden verse, por término medio, durante 160 días al año, por lo que se trata de un fenómeno natural que exige ser visto. ¿Le interesa? Puede unirse a una excursión nocturna guiada para presenciar el espectáculo y explorar las sabanas tropicales cercanas. Asegúrese de llevar su cámara.

Fuente: Travelden

La isla de pascua, ejemplo de supervivencia desde el siglo XII

0

Autor: C. M. Muñoz

Un estudio multidisciplinar ha descubierto el modo en que los patrones comunitarios de la isla de Pascua contribuyeron a la supervivencia de los rapanui desde el siglo XII hasta su contacto con los europeos.

Dos antropólogos de la Universidad de Binghamton, Carl Lipo y Robert Di Napoli, en colaboración con Mark Madsen, del departamento de Antropología de la Universidad de Washington, Terry Hunt, del Honors College de la Universidad de Houston, y la Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona, han llevado a cabo un estudio sobre cómo los complejos patrones comunitarios de la isla de Pascua contribuyeron a la supervivencia de sus habitantes desde los siglos XII y XIII hasta el contacto con los europeos en el siglo XVIIILos resultados de sus investigaciones se recogen en un artículo publicado en la revista PLOS ONE titulado «La estructura de la población impulsa la diversidad cultural en poblaciones finitas: una hipótesis para patrones comunitarios localizados en Rapa Nui (Isla de Pascua, Chile)».

UN LUGAR EN MEDIO DE LA NADA

La isla de Pascua, o Rapa Nui en el idioma local, es uno de los lugares habitados más recónditos del planeta, situado a unos 1.500 kilómetros de la costa americana. En forma de triángulo, la isla mide tan solo 22 kilómetros de largo y diez de ancho en su punto más amplio. «Lo bueno de la Isla de Pascua es que es un magnífico ejemplo de lo que puede suceder en las poblaciones en casos de absoluto aislamientoPor lo que hemos visto, una vez que los primeros pobladores llegaron a la isla, eso fue todo. No iban a ir a ningún otro lugar y no había nadie más», explica Lipo, profesor de Antropología y Estudios Ambientales en Binghamton.

«Lo bueno de la isla de Pascua es que es un magnífico ejemplo de lo que puede suceder en las poblaciones en casos de absoluto aislamiento, explica Carl Lipo.

Pero a pesar de su pequeño tamaño, en Rapa Nui vivían múltiples clanes y pequeñas comunidades que mantenían entre ellos una estricta separación tanto cultural como física. La evidencia arqueológica ha mostrado grandes diferencias incluso en la fabricación de objetos entre algunas comunidades separadas por tan solo 500 metros de distancia, por ejemplo. Los análisis de ADN e isótopos realizados a los restos de los antiguos habitantes también han demostrado que estos no se alejaron mucho ni se casaron fuera de su clan. Estas pequeñas comunidades pudieron haber sido un baluarte cultural contra un fenómeno genético conocido como «deriva aleatoria», según afirma el estudio.

CONSECUENCIAS DEL AISLAMIENTO EXTREMO

La deriva aleatoria explora la aparición de rasgos en una población a lo largo del tiempo y estudia cómo estos rasgos pueden cambiar. Esto también se aplica a los rasgos culturales, desde palabras y costumbres específicas, hasta las formas de fabricar cerámica, por ejemplo. Algunos rasgos se transmiten a las generaciones futuras; otros no y luego desaparecen. Surgen nuevos rasgos, prácticas o modas, y también persisten o se desvanecen con el tiempo.

«Las cosas cambian potencialmente con el tiempo debido a las diferencias en la forma en que las personas se copian entre sí», explica Di Napoli. Si bien los cambios estéticos pueden no tener un impacto significativo en la viabilidad de una cultura, otro tipo de cambios sí podrían tenerlo. Por ejemplo, si una población es muy pequeña y aislada, algunas tecnologías importantes y estrategias de supervivencia podrían perderse para siempre. «Supongamos que mi padre muere antes de poder enseñarme el uso de algún tipo de tecnología importante y que él es la única persona que sabía utilizarla. Algo así podría tener un impacto negativo en una población pequeña y aislada que nunca va a interactuar con otro grupo de personas que podría volver a introducir esa tecnología en la comunidad».

«Por ejemplo, si una población es muy pequeña y aislada, algunas tecnologías importantes y estrategias de supervivencia podrían perderse para siempre.

Los investigadores creen que eso es lo que sucedió por ejemplo en Tasmania, donde se perdieron algunas prácticas como la pesca que practicaban las poblaciones vecinas en Australia continental. Si bien estas tecnologías perdidas podrían haber demostrado ser beneficiosas para la supervivencia, desaparecieron porque no había suficientes personas para transmitirlas y tampoco había contacto con individuos de fuera del grupo que pudieran haber reintroducido estas técnicas, opinan los expertos.

Existen asimismo evidencias de que el aislamiento extremo puede haber llevado a la desaparición de algunas poblaciones en las llamadas «islas misteriosas» del océano Pacífico. Los registros arqueológicos muestran que sus antiguos habitantes abandonaron estas islas o se extinguieron justo en el momento en que disminuyó la interacción con otras islas vecinas. «Una hipótesis es que a medida que esos lugares se vuelven realmente aislados, se hace demasiado difícil vivir allí, por la razón que sea», explica Lipo.

POBLACIONES Y SUBPOBLACIONES

En los últimos años, los investigadores han construido distintos modelos para estudiar los factores que impulsan los cambios en la diversidad de rasgos culturales a lo largo del tiempo. Un factor importante es la demografía: la cantidad de personas que intercambian ideas entre sí. Pero la estructura de esa población también es importante. Si bien puede parecer contradictorio, las grandes poblaciones en las que todos interactúan entre ellos pueden experimentar una deriva cultural más fuerte, según Di Napoli. «Mientras que si tienes muchas subpoblaciones pequeñas diferentes, terminas manteniendo más diversidad, porque esta se halla ‘secuestrada’ en estos diferentes subgrupos», afirma el investigador.

«Un factor importante es la demografía: la cantidad de personas que intercambian ideas entre sí. Pero la estructura de esa población también es importante.

Las poblaciones tradicionales tienden a ser extremadamente conservadoras y evitan el cambio a menos que haya una buena razón para ello. Después de todo, tomar decisiones equivocadas puede acarrear consecuencias nefastas para la comunidad. «Realmente quieres aferrarte a algo que funcione. Si decides arriesgarte, plantar cultivos al azar en otro lugar y no funciona, se acabó el juego», concluye Lipo.

De hecho, la Isla de Pascua a menudo ha sido vista por los investigadores como un lugar donde las personas tomaron decisiones tan irracionales que les acabaron llevando a su propia desaparición, como talar todos los árboles para construir estatuas gigantes (aunque se ha demostrado que en realidad eso no ocurrió). Cuando llegaron los europeos, Rapa Nui tenía una población total estimada de 3.000 a 4.000 individuos, divididos en un número desconocido de clanes y comunidades. La mayoría de estas comunidades eran probablemente del tamaño de familias numerosas, quizá compuestas por varias docenas de individuos que vivían en un espacio que se extendía algunos cientos de metros.

MODELOS INFORMÁTICOS

Por medio de modelos informáticos, Lipo y Di Napoli exploraron el impacto de los patrones espaciales distintivos de la isla de Pascua en la retención de información cultural. En su modelo, ubicaron comunidades alrededor de los ahu, o grandes plataformas de moáis, que eran grandes centros ceremoniales. Luego configuraron las formas en que estas comunidades podrían potencialmente interactuar y qué efecto tendrían estas interacciones en la persistencia de diversos rasgos culturales. Lo que descubrieron es que cuanto mayor es el número de subgrupos que mantienen una interacción limitada, es más probable que una población retenga información cultural que puede ser beneficiosa para ellos, incluso cuando la población total es bastante pequeña. «Según el modelo de simulación, parece que la estructura de la población es muy importante para impulsar y retener los cambios en la diversidad cultural. Esto podría ser un factor realmente importante para el cambio en la historia de la humanidad en general», afirma Di Napoli.

«Cuanto mayor es el número de subgrupos que mantienen una interacción limitada, es más probable que una población retenga información cultural que puede ser beneficiosa para ellos.

Tras el contacto con los europeos, la enfermedad se cebó en los habitantes de Rapa Nui, muchos de los cuales también fueron esclavizados. En 1877, la población de la isla se redujo a solo 111 individuos. Como resultado, gran parte del conocimiento cultural de Pascua se perdió, incluida la capacidad de interpretar el rongorongo, un sistema de glifos que se utilizó en la isla. Pero han sobrevivido otras tradiciones como las canciones, los bailes e incluso el propio idioma rapanui, que aún hoy hablan los isleños. «Ciertamente se perdió mucho, pero tenían estos mecanismos para valorar las tradiciones orales y poder transmitirlas. Es una supervivencia asombrosa a pesar de las increíbles probabilidades. Se ha escrito mucho sobre el lado negativo de lo que ocurrió en Pascua, pero creo que aún no hemos comenzado a apreciar como se merece el ingenio de la gente que allí vivió», concluye Lipo.

Fuente: National Geographic