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El reto de un nuevo mundo

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Aunque el encargo de ilustrar una nueva edición de Harry Potter pueda parecer a ojos profanos lo más parecido a ganar el gordo de la lotería dentro del mundo de la ilustración, la realidad esconde una lectura mucho más perversa. Lo que puede entenderse como la posibilidad de llegar a millones de lectores es también un pedido envenenado con la más mortífera de las toxinas: la entregada pasión del fandom.Jim Kay, elegido para dar forma gráfica a la nueva y exquisita edición de las aventuras del joven mago, tenía ante sí el reto apasionante de un texto dado al virtuosismo gráfico más elaborado y al delirio, capaz de mezclar desde referencias de costumbrismo casi dickensiano a la fantasía más desatada.

Pero también debía lidiar con dos pesadas losadas: por un lado, la imagen persistente en las retinas de los lectores de las portadas de Cliff Wright, responsable de esa imagen de joven despierto de gafitas redondas que acompaña inexorablemente cualquier intento de imaginar al personaje fuera de las páginas escritas (para desesperación, todo sea dicho, de los aficionados al cómic, que siguen viendo en la imagen de Harry Potter un remedo de Timothy Hunter, el personaje protagonista de Los libros de la magia, una miniserie de Neil Gaiman y John Bolton creada casi un lustro antes de la aparición de la primera novela de Rowling). Por otro lado, la aplastante y omnipresente imaginería derivada de las adaptaciones cinematográficas, que han fagocitado cualquier intento de generar una desviación del canon de la gran pantalla.

La respuesta de Kay ante las dificultades ha sido, hay que reconocerlo, pragmática. Sus trabajos previos revelan un dibujante que es capaz de mostrar desde la radicalidad de un Ralph Steadman hasta la relajante sencillez de Eric Ravilious, una plasticidad que le permite realizar un trabajo eficaz en el que opta por diluir toda personalidad propia: las nuevas ilustraciones de Harry Potter tienen ese punto de déjà vu que tranquilizará al fandom más conservador de las místicas esencias con ecos del ya mencionado Wright, pero en el que se reconoce también sin problemas la influencia de los diseños cinematográficos, se supone que para acercar a los libros a aquellos que quieran hacer el poco habitual camino inverso de la pantalla al libro. E incluso, si se quiere, se puede descubrir hasta un puntito de John Bolton y Dave McKean en la única rebeldía que parece permitirse el autor.

Con el poco espacio que le quedaba a Kay para la creatividad, poco más se le podía pedir.

Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/05/actualidad/1444062113_387250.html

Un premio bien dado

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Hay varias formas de interpretar el Nobel de la Paz de este año al Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino. La más evidente, en clave interna, privilegia el reconocimiento a una excepcionalidad, la de la transición democrática de Túnez, que sigue adelante a pesar de los enfrentamientos políticos, las brechas sociales, la crisis económica, la inestabilidad regional y la lacra del terrorismo. También, en cierta medida, se reconoce el carácter pionero del levantamiento popular tunecino de enero de 2011. La portavoz del comité del Nobel, Kaci Kullman Five, así lo ha expresado, y es notorio que sea esta institución la que destaque el valor de la experiencia tunecina en un momento en que todas las instancias internacionales dan por enterrada la Primavera Árabe y sucumben a la retórica sobre el Estado Islámico, los refugiados y la estabilidad.

Pero caben más interpretaciones, en parte más sutiles. Una es la que ha hecho Houcine Abassi, secretario general de la Unión General de Trabajadores Tunecinos, una de las organizaciones del Cuarteto premiado, quien ha señalado que «este premio es un mensaje a la región sobre la fuerza de la negociación y el diálogo». Que uno de los protagonistas llame la atención sobre la clave interárabe no solo revela un sentimiento, sino la necesidad que el mundo árabe tiene de un futuro común. La precaria estabilidad de Túnez es inviable si el actual contexto regional se perpetúa, no solo por la amenaza yihadista dentro y fuera de sus fronteras, sino porque la historia ha demostrado la dependencia estructural de los sociedades árabes entre sí. Recuérdese, sin ir más lejos, el «efecto dominó» con que se explicaron los levantamientos sucesivos en Túnez, Egipto, Yemen, Bahréin, Libia, Siria… Esta dependencia interárabe tiene más que ver con la llamada «sociedad civil», a la que el Nobel de este año reconoce «un papel fundamental en los procesos de democratización», que con la política gubernamental de cada país.

Y no menos importante, en tercer lugar, es la lectura del Nobel en clave europea. Por una parte, porque el premio al Cuarteto tunecino devuelve la atención al origen del problema en un momento en que la gestión inmediata de la crisis de los refugiados acapara la agenda en Europa. Y el origen es la demanda de libertad, pan y justicia social de las sociedades árabes que, siendo difícil, es posible: Túnez lo demuestra. Por otra parte, porque cuando las opciones militares cobran cada vez más fuerza el premio a este grupo, nacido de un compromiso de la sociedad civil, muestra por dónde ha de transitar el camino en la búsqueda de soluciones a los enfrentamientos armados en Siria, Libia, Yemen, o a dictaduras camino de la consagración, como la de Egipto. De Europa se sigue esperando su compromiso y su solidaridad.

Luz Gómez es profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid.

Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/10/09/actualidad/1444395894_244347.html

La bielorrusa Svetlana Alexiévich, premio Nobel de Literatura

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La escritora bielorrusa Svetlana Alexiévich, de 67 años, es la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2015. El dictamen de la Academia sueca destaca «sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo». Escritora y periodista, ha retratado en lengua rusa la realidad y el drama de gran parte de la población de la antigua URSS, así como de los sufrimientos de Chernóbil, la guerra de Afganistán y los conflictos del presente. Es muy crítica con el Gobierno bielorruso. «Respeto el mundo ruso de la literatura y la ciencia, pero no el mundo ruso de Stalin y Putin», ha dicho la autora en una rueda de prensa en Minsk, tras el anuncio del galardón.

Nacida en Ucrania, hija de un militar soviético, de origen bielorruso. Cuando su padre se retiró del Ejército, la familia se estableció en Bielorrusia y allí ella estudió periodismo en la Universidad de Minsk y trabajó en distintos medios de comunicación. Se dio a conocer con La guerra no tiene rostro de mujer, una obra que finalizó en 1983 pero que, por cuestionar clichés sobre el heroísmo soviético y por su crudeza, solo llegó a ser publicada dos años más tarde gracias al proceso de reformas conocido por la perestroika. El estreno de la versión teatral de aquella crónica descarnada en el teatro de la Taganka de Moscú, en 1985, marcó un hito en la apertura iniciada por el dirigente soviético Mijaíl Gorbachov.

Muy influida por el escritor Alés Adamóvich, al que considera su maestro, Alexiévich aborda sus temas con técnica de montaje documental. Su especialidad es dejar fluir las voces -monólogos y corales- en torno a las experiencias del «hombre rojo» o el «homo sovieticus» y también postsoviético. La obra de Alexiévich gira en torno a la Unión Soviética para descomponer este concepto en destinos individuales y compartidos y, sobre todo, en tragedias concretas. Alexiévich  se mueve en el terreno del drama, explora las más terribles y desoladas vivencias y se asoma una y otra vez a la muerte. En 1989 publicó Tsinkovye Málchiki (Los chicos de cinc) sobre la experiencia de la guerra en Afganistán. Para escribirlo se recorrió el país entrevistando a madres de soldados que perecieron en la contienda. En 1993, publicó Zacharovannye Smertiu (Cautivados por la muerte) sobre los suicidios de quienes no habían podido sobrevivir al fin de la idea socialista. En 1997, le tocó el turno a la catástrofe de la central nuclear de Chernóbil en Voces de Chernóbil, publicado en castellano en 2006 por Editorial Siglo XXI, que reeditó el año pasado Penguin Random House.

El año pasado lanzó El tiempo de segunda mano. El final del hombre rojo, publicado en alemán y en ruso. En este nuevo documento, Alexiévich se propone «escuchar honestamente a todos los participantes del drama socialista», dice el prólogo. Afirma la escritora que el «homo sovieticus» sigue todavía vivo, y no es solo ruso, sino también bielorruso, turcomano, ucraniano, kazajo… «Ahora vivimos en distintos Estados, hablamos en distintas lenguas, pero somos inconfundibles, nos reconocen en seguida. Todos nosotros somos hijos del socialismo», afirma, refiriéndose a quienes son sus «vecinos por la memoria». «El mundo ha cambiado completamente y no estábamos verdaderamente preparados», dijo en una reciente entrevista a Le Monde. Atrapada aún en el espacio soviético, Alexiévich indaga con angustia y sufrimiento sobre el fin de una cultura, una civilización, unos mitos y unas esperanzas.

Crítica con el régimen del presidente bielorruso Alexandr Lukashenko, la escritora reside la mayor parte del tiempo en el extranjero y últimamente lo hace en Alemania, donde su último libro ha tenido un enorme impacto.

Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/08/actualidad/1444297840_159906.html

Cómo ser padre de un adolescente y no morir en el intento

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¡Que no te agarre desprevenido! Aprende a leer las señales de que tu hijo se está convirtiendo en aborrecente, perdón, adolescente:

  1. Cuando, dándote por vencido, te vas a dormir antes que él.
  2. Cuando de corregir su dicción, pasas a corregir su léxico.
  3. Cuando en su recámara aparece un bafle y en tu mente, términos como “estridente”, “irreverente” y “decadente”.
  4. Cuando lo invitas al cine y prefiere quedarse en casa frente a la computadora.
  5. Cuando en vez de juguetes, pide un iPhone en su cumpleaños.
  6. Cuando deja de hacer cara de asco si tiene que saludar a un congénere del sexo opuesto.
  7. Cuando adivinas que su respuesta a lo que sea, será: “¡AASHHH!”.
  8. Cuando todo lo que digas, no digas, hagas, no hagas, vistas, escuches o veas, sea motivo de burla.
  9. Cuando le divierte referirse con apodos a sus maestros.
  10. Cuando se burla de la lonchera de Bob Esponja de su atormentado hermanito.
  11. Cuando los amigos usurpan tu papel de héroe en su vida.
  12. Cuando el fin de semana se despierta a mediodía.
  13. Cuando te odia por haber dicho su nombre en diminutivo.
  14. Cuando tus lociones, gel para pelo, desodorante y rastrillo, incluidos tus tenis, cambian de dueño y domicilio permanentemente.
  15. Cuando la nariz, las orejas y la boca le empiezan a crecer más rápido que el resto de la cara; y los brazos y las piernas se empiezan a estirar antes que el resto del cuerpo.
  16. Cuando se convierte en unicornio durante la noche.
  17. Cuando el barro en la nariz y reprobar de año adquieren la misma importancia.
  18. Cuando al llegar despertarlo, el cuarto huele a feromonas.
  19. Cuando perdonas a tus padres por lo que hasta ahora habías considerado una reacción injusta y exagerada de su parte, porque les contestaste igual que te está contestando ahora tu ‘querubín’.
  20. Cuando pasas de convivir a conmorir con tu hijo.

Cada vez que sientas que tus fuerzas flaquean, cierra los ojos y repite este mantra:

Lo mejor de la adolescencia, es que es temporal.

John Lennon: una biografía en cartas

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Como Mozart, John Lennon era bastante pícaro, además de escatológico. Y, por supuesto, al igual que el niño prodigio de Salzburgo, un genio…

Así se deduce de sus cartas. Si algo hacía compulsivamente John Lennon era escribir. Desde niño tomó ese hábito en gran medida impuesto por su tía Mimi, que en realidad fue su madre y su padre. Lo educó, y quiso convertir a John en un chico serio y en un caballerete agradecido.

Gracias a que mantuvo la costumbre, hoy podemos conocer grandes rasgos de su carácter y detalles de su atribulada biografía —desde las gracias que le daba a sus tías por los regalos de Navidad a las más que agresivas pullas que dirigió a Paul y Linda McCartney tras la separación de The Beatles— por medio de las epístolas, postales y notas que envió a sus íntimos. Su amigo el escritor Hunter Davies las ha reunido por primera vez en Las cartas de John Lennon (Libros Cúpula).

Davies pasó muchas horas al lado de John Lennon. Gozaba de su confianza y fue autor de una biografía autorizada de The Beatles. Hace poco tiempo, en previsión del 50º aniversario del grupo en 2012, convenció a Yoko Ono de que había llegado el momento de retratar a su marido por medio de sus cartas. Lo ha hecho en 250 misivas. Recorren desde la infancia en Liverpool hasta los días previos a su asesinato en Nueva York y arrojan un fiel retrato del personaje que Davies conoció. “Un genio, loco, amable, guarro, tremendo, lleno de talento, eterno buscador, infeliz, feliz, incansable buscador…”, afirma el escritor.

Su soledad, su tristeza, su rabia, su inocencia, su romanticismo, su infantilismo, sus inmadureces, sus rencores, sus amores, sus ligues, sus sueños, su verdad, su escaso apego por el dinero, su enorme generosidad, sus miserias, su ego… Todo eso se deduce de las cartas.

Lennon descarado y Lennon desafiante. Lennon miedoso hasta en su etapa de pleno éxito y Lennon enormemente autocrítico. Lennon impaciente y Lennon sereno. Lennon apóstol y Lennon con los pies en la tierra al tiempo que toca el cielo. Lennon idealista y Lennon realista. Lennon harto, traumatizado, paranoico con las críticas y, finalmente, Lennon en paz consigo mismo.

En estas cartas se revela el empeño en arreglar sus cosas con un padre que vio desaparecer en la infancia, marino errante, fracasado, al que luego su hijo no tuvo inconveniente en mantener junto a su novia de 19 años tras el reencuentro. Pero, eso sí, sin que se enterara su tía Mimi, que lo detestaba. “Sé que va a ser un poco incómodo la primera vez que nos veamos y puede que durante unas cuantas veces, pero creo que todavía hay esperanza para nosotros…”, escribe John el 1 de septiembre de 1967. “No lo divulgues. No quiero que Mimi se vuelva loca. A la prensa quiero decir”.

Después llegaría la reconciliación en toda regla. Pese a que la idea no le hacía la menor gracia tampoco a Dot Jarlett, su ama de llaves, tuvo que ver cómo el viejo Alfred, que entonces trabajaba en la cocina de un hotel, se instalaba un mes después en el ático de su casa con su novia, Pauline.

El concepto paternidad en John Lennon siempre fue un arma de doble filo. La historia se volvió a repetir con su hijo Julian, quien al aparecer Yoko Ono se sintió abandonado: “Fue lo mismo, las relaciones nunca volvieron a mejorar. John lo rechazó, lo lamentó con el tiempo, pero nunca hizo nada para arreglarlo, sobre todo después de que naciera Sean \[su segundo hijo, junto a Yoko\]”, comenta Davies.

Yoko Ono fue la causa de varias rupturas y de nuevas uniones. Aquella enigmática mujer que llegaba del lejano oriente pero había estudiado en EE UU, artista underground, casi 10 años mayor que él, niña pija y criada en una casa donde llegó a haber 30 sirvientes, le robó el corazón y la cabeza a la manera de una Gala. Que la criticaran, que la despreciaran, como sintió que hicieron los McCartney, le sulfuraba.

A Linda y Paul, por ejemplo, hacia 1971, les dice: “Espero que te des cuenta de toda la mierda que tú y el resto de mis amables y desinteresados amigos habéis lanzado contra Yoko y contra mí desde que estamos juntos. Puede que a veces hayáis sido un poco más sutiles o debería decir ‘clase media’, pero no muchas”.

La carta es conocida por los expertos como La bronca de John y surge a raíz de las pullas que McCartney le lanza en su álbum Ram. Para muchos supone la ruptura total y, en ella, Lennon trata de bajar los humos a su compañero sobre el legado y las hazañas del grupo: “No me avergüenzo de los Beatles (fui yo quien lo empezó), excepto de la mierda que aceptamos para hacernos tan grandes. (…) ¿De verdad crees que la mayor parte del arte actual ha surgido debido a los Beatles? No creo que estés tan loco, Paul. Por supuesto que cambiamos el mundo, pero trata de llegar hasta el fondo”.

A Linda no le muestra el más mínimo afecto cuando recuerda cómo le sugirió que guardara silencio respecto al rumor de su separación: “Con tu mezquina y pequeña mente perversa, señora McCartney, tuviste el cuajo de pedirme que guardara silencio. Por supuesto, el aspecto del dinero es importante (para todos nosotros) sobre todo después de toda la mierda que vino de tu loca familia política”.

Y el dinero fue importante, desde luego. Esa y otras cartas se subastan hoy por decenas de miles de euros en el mercado. La de la famosa bronca salió por primera vez en Christie’s en 2001 y 10 años después volvió a aparecer en California. En cuanto a la amistad, el tiempo lo cura todo. Ahora, según el propio Davies y según la misma Yoko Ono confesaba en una entrevista a El País Semanal, la viuda de Lennon y McCartney se llevan mucho mejor, aunque no sean íntimos. “Me harté de ser la bruja”, decía ella.

Pueblo Tepoztlán Pueblo Mágico Morelos Pueblos magicos

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El pueblo de Tepoztlán, localizado en las faldas del Tepozteco, es mencionado, con toda justicia, como uno de los lugares más atractivos del estado de Morelos. Probablemente mucho de su encanto se deba a la multifacética oferta turística que ofrece a sus visitantes. Antiguas tradiciones y la sabiduría que le ofrece una rica confluencia de manifestaciones culturales: esoterismo, tesoros prehispánicos, tesoros virreinales, contracultura, ecoturismo, deportes extremos etc; Tepoztlán es una garantía de satisfacción viajera porque siempre tiene algo que ofrecer, a cada específico sector del público.

Otro aspecto que se debe ponderar con relación a Tepoztlán, es la sencillez con la que sus moradores llevan su vida cotidiana. El acervo arquitectónico con el que cuenta, hace que los turistas olviden el estrés y se dejen llevar por una época de antiguos fulgores y leyendas. Su cálido clima, es ideal para desarrollar largas caminatas en las calles del pueblo. Tepoztlán se perfila como un excelente sitio de descanso para los habitantes de la Ciudad de México. También es perfecto como punto de inicio para explorar otras comunidades de esta zona del estado de Morelos.

Este magnífico Pueblo Mágico, es un destino de fin de semana de primer nivel, ya que, entre otras ventajas- como su relativa cercanía con la Ciudad de México-, cuenta con muchos hoteles y posadas de accesible costo y satisfactorios servicios. También ponderables son los abundantes restaurantes que existen en Tepoztlán, en cuyos menús, con frecuencia, se incluyen platillos prehispánicos y otros con ciertos toques vanguardistas. Tomar sesiones de temazcal en este pueblo, es algo imperdible, así como también contemplar el firmamento nocturno asperjado de estrellas, desde las terrazas de las posadas.

Probablemente no se puede afirmar que se conoce a fondo Tepoztlán, si no se tiene la experiencia de subir al famoso cerro del Tepozteco. Y la contemplación en su cima del pequeño templo dedicado al dios Tepoztecatl, se complementa perfectamente con una visita al Museo de Arte Prehispánico “Carlos Pellicer Cámara”, un rincón diminuto pero realmente valioso, inaugurado por el ilustre poeta tabasqueño, para exhibir las riquezas prehispánicas de Tepoztlán.

Tres sitios más, complementan un abanico de opciones turísticas vasto y rico: visitar el mercado popular del sitio, para degustar antojitos tradicionales, insectos comestibles y dulces artesanales; explorar el sobrio pero bello Ex Convento de la Natividad y finalmente, aventurarse en el fascinante Parque Nacional El Tepozteco, en donde resalta la variedad de su fauna y su flora.

Qué visitar en Tepoztlán Pueblo Mágico

En el valle de Tepoztlán se encuentra la zona arqueológica del Tepozteco, Axitla, a unos pasos de los manantiales y de la Cruz en la que se bautizó al último monarca de la región, la Iglesia de San Miguel, donde hay un Kiosko muy bonito, las tiendas de artesanías, hay una galería, el ex convento de Nuestra Señora de la Natividad que es un museo y su estructura ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad.

Cómo llegar a Tepoztlán Pueblo Mágico

Para llegar a “Tepoz” como comúnmente se le conoce, la mejor ruta es llegar a la Ciudad de México y de ahí partir, ya que vía carretera hay muchas rutas:

Puedes llegar por la carretera Cuernavaca-Tepoztlán (libre); la autopista de cuota México-Cuautla; también puedes tomar la vía libre México-Cuernavaca y en la entrada de Cuernavaca, tomar la carretera libre a Tepoztlán o tomar la vía Xochimilco-Oaxtepec, pagando únicamente la caseta número 25, de Oacalco Morelos.

Si es en transporte público, desde la ciudad de México: en la terminal del Sur en la Ciudad de México, hay salidas de autobuses directos; desde Cuernavaca, también hay buses que te llevan directo.

Ahora que si sales, Cuernavaca debes tomar la carretera Cuernavaca – Tepoztlán, pasando por poblados como Ocotepec, Ahuatepec y Santa Catarina. Son unos 30 minutos y la ruta es para quienes vienen de estados como Guerrero o Michoacán (pasando por Cuernavaca).

Desde Cuautla, toma la autopista hacia la Ciudad de México (por «La Pera») y después de la caseta de cobro de Oacalco, la siguiente salida es a Tepoztlán. Esta ruta es para vienen desde Puebla, Veracruz y todo el sureste mexicano.

Información relevante de Tepoztlán Pueblo Mágico

Si te gusta ir de campamento, cerca de ahí se encuentra un parque que se llama Meztitla y pertenece a la Asociación de Scouts, ahí se puede acampar de forma segura y está muy cerca del centro de Tepoztlán.

Las calles de éste hermoso pueblo, son en su mayoría empedradas y es un sitio rocoso, así que debes prepararte para caminar entre rocas, la lluvia y el frío de las tardes que es agradable.

Actividades principales en Tepoztlán Pueblo Mágico

Camping, paseos en bicicleta de montaña, paracaidismo, paseo en globo, recorrido al cerro del Tepozteco.

Más información en: http://www.tepoztlan.com/

Fuente: http://www.pueblosmexico.com.mx/pueblo_mexico_ficha.php?id_rubrique=289

John Lennon, LA FACETA IGNORADA

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John Lennon es uno de los músicos y compositores más reconocidos de la década de los sesenta, quien formó parte del grupo The Beatles y después destacó como solista.

Él y Paul McCartney compusieron canciones que dieron la vuelta al mundo: Day Tripper, Love me do, I Want to Hold Your Hand, A Hard’s Day Night, I Feel Fine, Norweigan Wood, In My Life, Yellow Submarine, We Can Work It Out, Girl, Ticket to Ride y un largo etcétera que vendieron una cantidad inédita de copias y los hicieron millonarios.

Con la acertada dirección de su manager Brian Epstein y del arreglista musical George Martin se generó la llamada Beatlemanía, con miles de fanáticos que esperaban ansiosos sus nuevas grabaciones.

¿Cómo aparecía Lennon en público?

Habitualmente alegre. Cantando se veía eufórico y le daba el toque wild al grupo. En las entrevistas de prensa destacaba por sus ocurrencias ingeniosas, hacía de bufón junto con Ringo Starr, era irónico e irreverente con la nobleza inglesa; se le veía feliz.

Se le recuerda como infatigable luchador por la paz y la fraternidad universal, y en contra de los conflictos bélicos: Imagine, Happy Christmas, (War is Over), Give Peace a Chance…El entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, en numerosas ocasiones trató de expulsarlo del país por su abierta postura contra la guerra de Vietnam.

Pero detrás de esa ‘máscara’ de alegría, Lennon llevaba a cuestas una gran tristeza, soledad y angustia que externó en su rítmica canción: Help!, en que dice: ¡Auxilio! Necesito a alguien. /Ya no estoy tan seguro de mi mismo. / Ayúdame, si puedes, /porque me siento deprimido. (…) / De vez en cuando,/ me siento tan inseguro…

¿Cómo se comportaba en su vida ordinaria?

Fue estudiante revoltoso, rebelde, indisciplinado y reñía con sus compañeros de clase. De adulto, fue «golpeador» de mujeres, alcohólico, acostumbraba consumir diversas drogas (LSD, cocaína, heroína, mariguana…) y tenía cambios bruscos de carácter: agresivo y –por sistema– en contra del establishment. Se declaró ateo y le devolvió a la reina de Gran Bretaña su condecoración de Sir por los servicios prestados a la Corona Real. Estaba a favor de la paz, pero recibió la influencia comunista, como lo refleja su melodía Power to the People. Le gustaba fotografiarse desnudo con su esposa Yoko Ono, como manifestación antibelicista. Era tremendamente celoso (“Jealous Guy”). Tenía un afán compulsivo y patológico de componer continua y afanosamente canciones que debían ubicarse en los primeros lugares en las listas de popularidad, y cuando no ocurría, caía en profunda depresión. Era sarcástico e hiriente en sus comentarios. Nunca le perdonó a Paul McCartney que se separara y grabara su música como solista, y que después formara el grupo musical Wings. Paul argumentó que la conflictiva y violenta convivencia con John era insostenible, que había cambiado notablemente –ya no era el alegre y fraterno amigo de la adolescencia– y que él causó la desintegración de The Beatles.

¿Qué ocurría en realidad con Lennon?

Muchas de sus a ctitudes denotaban la intención de provocar notoriedad y eran producto de sus constantes cambios de ánimo, debidos a su inestabilidad emocional.

Acudió a un psiquiatra que le sugirió que grabara melodías a modo de musicoterapia y que transparentara los motivos de su profundo dolor. Fue cuando salió a la luz pública su canción Mother (1970), en la que externa: “Madre, / me tuviste, / pero yo nunca te tuve. / Yo te quise, / pero tú nunca me quisiste. / (…) Padre, / tú me abandonaste, / pero yo nunca te abandoné. / Yo necesitaba mucho de ti, / pero tú nunca me necesitaste. / Así que / yo solo quiero decirles, / adiós, adiós. / Niños, no hagan / lo que yo hice. / Ni siquiera podía caminar / y traté de huir. / (…) ¡Mami, no te vayas! /¡Papi, regresa a casa!”

¿A qué se refería concretamente John?

A que su padre, Alfred –marino mercante–, fue un gran ausente. Lo trató pocas veces en su vida. Su madre, Julia –inmadura y un tanto desequilibrada–, ‘regaló’ a John a su hermana Mimí, casada con el granjero George Smith. Luego de muchos conflictos, los padres de Lennon se separaron. John recordaba tormentosamente que a los cinco años su padre le exigió –estando su madre presente– que eligiera con quién viviría. John dirigió sus pasos hacia su padre, pero ante el llanto de su madre cambió de opinión y nunca volvió a ver a su padre. Julia entregó a John a la custodia de Mimí y George, y se dejaron de frecuentar porque estaba embarazada de otro hombre y John le estorbaba en su nueva relación. Su madre murió en 1958, atropellada por un conductor ebrio.

La orfandad, el abandono, el olvido y la falta de cariño, le provocaron profundos traumas. Fue un acierto que acudiera al psiquiatra, pero a los pocos meses interrumpió su tratamiento.

Con su primera esposa, Cynthia Powell, tuvo un hijo y repitió el perverso círculo vicioso: no sentía afecto hacia Julian porque veía en él a la mujer que detestaba. Julian lloraba desconsolado y se desahogaba con Paul McCartney, quien le compuso la célebre melodía: Hey, Jude, en que le canta: “No reacciones mal, / mejor toma una canción triste, / y cámbiala por otra más alegre. / (…) En cuanto dejes tu dolor, / darás oportunidad a que entre la alegría en tu corazón y esa felicidad irá creciendo y creciendo…”. En realidad, Paul no podía hacer más que tratar de consolar al pequeño Julian.

Yoko Ono se percató de lo que le sucedía al superstar del rock: era un niño traumatizado por la destrucción de su hogar, cuyas heridas continuaban sangrando y manifestándose a través de sus actitudes agresivas. Ella lo convenció de retirarse por varios años, irse a vivir a Bahamas, construir el hogar que nunca había tenido en compañía de su hijo común, Sean, a quien le compuso una bella melodía titulada: Beautiful Boy, donde se escucha el suave rumor de las olas del mar con un entorno sereno y apacible.

Así que Yoko Ono, considerada por muchos fanáticos como “la intrusa que destruyó la unidad de The Beatles”, tuvo que ser esposa, madre, hermana mayor, confidente, psiquiatra y mejor amiga. Ésa fue la mejor psicoterapia de John.

La prueba es que en 1980 lanzó su último álbum –antes de ser asesinado a tiros por un desquiciado que sufría de megalomanía– Es como volver a empezar, y a través de sus letras se descubre a un Lennon más centrado y maduro.

Lo que nos dejan como aprendizaje los rasgos biográficos de John Lennon es que el desarrollo del ser humano requiere del afecto y cariño del padre y de la madre, que los niños y adolescentes se deben desenvolver dentro de un ambiente familiar cálido, grato y cordial; que se note que los padres se quieren, se comprenden y se perdonan mutuamente, y que se respire un clima de armonía que brinde a los hijos seguridad, paz y estabilidad emocional, para lograr el saludable y acertado desarrollo de su personalidad.

 

 

LA IMPORTANCIA DE LA ABUELA/O EN LA VIDA DE UN NIETO O NIETA Y VICEVERSA.

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La inclusión de la mujer en el circuito laboral llevó a que ambos padres se ausenten del hogar por largos períodos creando como consecuencia el llamado “síndrome de la casa vacía”. El nuevo paradigma implicó que muchos niños quedaran a cargo de personas ajena al hogar o en instituciones. Esta tercerización de la crianza se extendió y naturalizó en muchos hogares.  Algunos afortunados todavía pueden contar con sus abuelos para cubrir muchas tareas: la protección, los traslados, alimentación, el descanso y hasta las consultas médicas.

Estos privilegiados chicos tienen padres de padres, y lo celebran eligiendo todos los apelativos posibles: abu, abuela/o nona/o bobe, zeide, tata, yaya/o opi, oma, baba, abue, lala, babi, o por su nombre, cuando la coquetería lo exige.

Los abuelos no sólo cuidan, son el tronco de la familia extendida, la que aporta algo que los padres no siempre vislumbran: pertenencia e identidad, factores indispensables en los nuevos brotes.
La mayoría de los abuelos siente adoración por sus nietos. Es fácil ver que las fotos de los hijos van siendo reemplazadas por las de estos. Con esta señal, los padres descubren dos verdades: que no están solos en la tarea, y que han entrado en su madurez.

El abuelazgo constituye una forma contundente de comprender el pasodel tiempo, de aceptar la edad y la esperable vejez. Lejos de apenarse, sienten al mismo tiempo otra certeza que supera a las anteriores: los nietos significan que es posible la inmortalidad.  Porque al ampliar la familia, ellos prolongan los rasgos, los gestos: extienden la vida. La batalla contra la finitud no está perdida, se ilusionan.

Los abuelos miran diferente.
Como suelen no ver bien, usan los ojos para otras cosas. Para opinar, por ejemplo. O para recordar.

Como siempre están pensando en algo, se les humedece la mirada; a veces tienen miedo de no poder decir todo lo que quieren. La mayoría tiene las manos suaves y las mueven con cuidado. Aprendieron que un abrazo enseña más que toda una biblioteca. Los abuelos tienen el tiempo que se les perdió a los padres; de alguna manera pudieron recuperarlo. Leen libros sin apuro o cuentan historias de cuando ellos eran chicos. Con cada palabra, las raíces se hacen más profundas; la identidad, más probable.

Los abuelos construyen infancias, en silencio y cada día. Son incomparables cómplices de secretos.

Malcrían profesionalmente porque no tienen que dar cuenta a nadie de sus actos. Consideran, con autoridad, que la memoria es la capacidad de olvidar algunas cosas. Por eso no recuerdan que las mismas gracias de sus nietos las hicieron sus hijos. Pero entonces, no las veían, de tan preocupados que estaban por educarlos.

Algunos todavía saben jugar a cosas que no se enchufan. Son personas expertas en disolver angustias cuando, por una discusión de los padres, el niño siente que el mundo se derrumba.

La comida que ellos sirven es la más rica; incluso la comprada.
Los abuelos huelen siempre a abuelo. No es por el perfume que usan, ellos son así.

¿O no recordamos su aroma para siempre?

Los chicos que tienen abuelos están mucho más cerca de la felicidad. Los que los tienen lejos, deberían procurarse uno (siempre hay buena gente disponible).

FINALMENTE Y PARA QUE SEPAN LOS DESCREIDOS….

LOS ABUELOS NUNCA MUEREN, SOLO SE HACEN INVISIBLES. NO DEJES DE QUE TU HIJA/O DEJE DE ESTAR, COMPARTIR CON SU ABUELA/O. SIEMPRE TE LO AGRADECERÁ. ELLOS LAMENTABLEMNTE SEGÚN LA LEY DE LA VIDA TIENEN LA PARTIDA MÁS CERCA.-

Éste es un artículo que publicó en uno de los diarios de Córdoba (19/01/2013) el Dr.Enrique Orschanski  Médico pediatra muy reconocido.

Fuente: http://saludyedades.blogspot.mx/2014/03/la-importancia-de-la-abuela-o-en-la.html

George Moustaki

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Moustaki dejó huella en la cultura popular como uno de los más sensibles creadores de canciones de las últimas décadas. Políticos, actores y músicos rindieron homenaje al “poeta” y “artista comprometido” Georges Moustaki, quien murió a los 79 años el pasado 23 de mayo, en Niza, Francia.

Fue un músico multinstrumentista (guitarra, acordeón y piano, pero principalmente guitarra) y un cantautor políglota (principalmente en francés, pero también en griego, inglés, portugués y, ocasionalmente, en árabe, español, italiano, alemán, yidis y hebreo).

Nacido en Alejandría, Egipto, en el seno de una familia judeo-griega originaria de la isla de Corfú, el Métèquemás famoso de la canción francesa llegó a París en 1951 y fue nacionalizado francés en 1985. Llevaba unos años retirado de los escenarios debido a una enfermedad incurable de bronquios que le impedía cantar y se dedicaba a la escritura y la pintura.

“Sus canciones han marcado a varias generaciones… Era un hombre con la voz dulce pero con las ideas fuertes”, resumió el presidente francés, François Hollande, en un comunicado. Una horas antes, la ministra de Cultura, Aurélie Filippetti, manifestaba su “tremenda tristeza” ante la desaparición de un “artista comprometido que enarbolaba valores humanistas”. “Era la expresión de la belleza del mestizaje cultural”, destacó el exministro de Cultura socialista Jack Lang.

Moustaki conoció y trabajó con todos los grandes de la época, empezando por Édith Piaf, para quien escribió la letra de una de sus canciones más populares, Milord. Escribió más de 300 canciones para personalidades como Yves Montand, Juliette Gréco, Dalida, Barbara y Serge Reggiani, para quien compuso temas míticos como Ma liberté. En 1968 compuso e interpretó Le métèque (El extranjero), su mayor éxito: “Con mi acento de extranjero, de judío errante, de pastor griego, y mis cabellos a los cuatro vientos…”.

En enero de 1970 presentó su primer concierto como estrella y a partir de entonces su popularidad no hizo sino crecer. “Era como todos los poetas, alguien diferente”, declaró Pia Colombo, la gran musa del París de Saint-Germain des Près. “Era un hombre elegante que tenía una dulzura infinita y luego el talento”, añadió emocionada.

“La escritura de Moustaki era una suerte de referencia, de una simplicidad aparente, en realidad era una verdadera escritura en profundidad que nos es extremadamente preciada, como la libertad, la soledad”, reaccionó por su parte el cantautor Yves Duteil.

Era conocido por ser un hombre de izquierdas desde su apoyo a la revuelta juvenil de Mayo del 68, aunque explicó: “Mi sensibilidad se acerca a los libertarios, a los huelguistas. No a una ideología ni a un movimiento. No tengo ni la vocación ni la misión de imponer mis ideas”.

Moustaki fue un viajero incansable, enamorado de Brasil, cuyos ritmos introdujo también en la canción francesa.  Il y avait un jardín (1971) es uno de sus temas inolvidables: “Había un jardín que llamábamos ‘la Tierra’, bailaba al sol como una fruta prohibida; no, no era el paraíso ni el infierno, ni nada ya visto o ya oído… Había un jardín que llamábamos ‘la Tierra’, era lo bastante grande para acoger a millones de niños; ¿dónde está ese jardín en el cual podríamos haber nacido… dónde está esa casa con todas las puertas abiertas…?”