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La impactante fotografía del Papa Francisco en África que conmueve a la red

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En su gira por África, el papa Francisco dejó una imagen sobrecogedora que ha dado la vuelta al mundo. La fotografía fue tomada en el momento en el que el sumo pontífice bendice a un niño enfermo en un hospital pediátrico de Bangui, capital de la República Centroafricana.

Durante su gira por África el papa Francisco visitó un hospital pediátrico de Bangui, capital de la República Centroafricana, donde fue retratado por los fotógrafos en una actitud conmovedora junto a un niño enfermo, informa el portal ACI Prensa.

La fotografía se propagó por las redes, siendo miles los usuarios que se han declarado emocionados por el tierno gesto del papa. El papa bendijo a los niños enfermos cama por cama y saludó a sus familias que se encontraban en el hospital.

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La visita a este hospital no fue prevista con antelación y, de forma inesperada, fueron trasladadas a sus instalaciones cajas con medicinas donadas por el hospital Bambino Gesù de Roma, informa la oficina de prensa de la Santa Sede.

Tras su gira de seis días por África bajo un fuerte operativo de seguridad, Francisco finalizó hoy su viaje, en el curso del cual ha proclamando su mensaje de paz.

Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/192950-impactante-fotografia-papa-francisco-africa

Rosa Parks, la mujer negra que desafió a la América blanca

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En 1955, Rosa Parks tenía 42 años. Afroamericana, natural de Montgomery, Alabama, e hija de un carpintero y una maestra de escuela. De profesión, costurera. Pero además, secretaria y ayudante en la Asociación Nacional para el Avance del Pueblo de Color.

En aquellos años, los negros sufrían en EEUU la humillación -especialmente en el sur- de no poder compartir con los blancos los mismos lugares públicos: escuelas, restaurantes, salas de espera… la segregación llegaba al punto de que en los baños se mostraban letreros de «sólo blancos» o, directamente, «negros no». Las leyes Jim Crow, heredadas de la esclavitud del siglo XIX, fueron diseñadas para que los afroamericanos se sintieran inferiores y así mantenerlos marginados de la sociedad.

Gente como Rosa Parks tenía claro que las cosas podían cambiar. El 1 de diciembre de 1955, cogió un autobús público para volver a su casa. Por entonces, los vehículos estaban señalizados con una línea: los blancos adelante y los negros detrás. Así, la gente de color subía al autobús, pagaba al conductor, se bajaba y subía de nuevo por la puerta trasera.

En el asiento equivocado

Parks se sentó en los asientos del medio, que podían usar los negros si ningún blanco lo requería. Cuando se llenó esa parte, el conductor le ordenó, junto a otros tres negros, que cedieran sus lugares a un joven blanco que acababan de subir. «Éste ni siquiera había pedido el asiento», dijo después Parks en una entrevista a la BBC. Los otros se levantaron, pero ella permaneció inmóvil.

El autobusero trató de disuadirla. Debía ceder su asiento, es lo que marcaba la ley. «Voy a hacer que te arresten», le dijo el conductor. «Puede hacerlo», respondió ella. Cuando la policía le preguntó que por qué no se levantaba, contestó con otra pregunta: «¿Por qué todos ustedes están empujándonos por todos lados?».

Condenada pero libre

«Mientras más obedecíamos, peor nos trataban», asegura Parks en sus memorias. «Aquel día estaba fatigada y cansada. Harta de ceder». Por el lance del autobús, Rosa Parks pasó la noche en el calabozo, acusada de perturbar el orden público y pagó una multa de catorce dólares. Sin embargo, el caso trascendió y acabó por dar voz a los movimientos por el fin de la segregación que ya habían comenzado a hacerse notar.

Indignado y hastiado, un joven y desconocido pastor bautista llamado Martin Luther King organizó una oleada de protestas contra la segregación en los autobuses públicos de Montgomery que duró 382 días. Los treinta mil afroamericanos que participaron hicieron marchas de hasta nueve kilómetros, y cuando les preguntaban cómo se sentían, algunos respondían: «Mis pies, cansados. Mi alma, ¡liberada!».

Mientras, el caso Parks llegó a la Corte Suprema del país, que declaró que la segregación era una norma contraria a la constitución estadounidense, que declara iguales a todos los individuos de la nación. Un año después, el gobierno abolió cualquier tipo de discriminación en los lugares públicos.

Fuente: http://www.publico.es/culturas/rosa-parks-mujer-negra-desafio.html

Cerco al yihadismo

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François Hollande, un líder francés y europeo a la altura del reto que enfrenta, está cosechando casi a diario importantes frutos en su esfuerzo para poner en pie una coalición internacional contra el Estado Islámico. El objetivo es claro y concreto, como manifestó ayer en el homenaje a las víctimas del atentado de hace dos semanas: destruirlo.

El respaldo mostrado por Barack Obama, Angela Merkel, David Cameron y Matteo Renzi, entre otros en Occidente, así como la sintonía con la Rusia de Putin, tiene una innegable tracción para muchos otros países que se están sumando a esta coalición, bien como expresión de sus convicciones o por un pragmatismo que les lleva a no quedarse fuera del empeño más importante de la comunidad internacional realizado hasta la fecha contra esta amenaza global. Un impulso que va más allá de las declaraciones, tal como han demostrado el británico Cameron y la alemana Merkel; el primero ha propuesto al parlamento autorizar el bombardeo de posiciones del Estado Islámico en Siria, mientras que la segunda ha anunciado su disposición a enviar aviones y buques que colaborarán con las tropas francesas.

Francia se ha puesto a la cabeza de una empresa que deja fuera de juego los vagos argumentos que se refugian en el “que alguien haga algo”. Ese alguien no es uno, sino muchos y de manera activa. Todos los países están obligados a realizar un ejercicio que no es solo de solidaridad con Francia, sino también —y fundamentalmente— de autodefensa. No se trata de esperar a que París proponga y dé detalles, sino de tomar la iniciativa y asumir responsabilidades realistas y proporcionadas, como están haciendo ya varias democracias occidentales.

En esta lucha global contra el yihadismo es necesario no perder de vista un punto fundamental expresado también ayer por Hollande cuando aseguró que “Francia seguirá siendo Francia”. En la confrontación entre democracia y barbarie, la primera no puede convertirse en una víctima y perder su naturaleza. Se trata de defender una forma de vida que respeta la libertad individual para creer, opinar y actuar de manera pública e independiente según el criterio de cada uno. Un modelo que ha proporcionado los márgenes de libertad y bienestar más amplios de la historia de la humanidad. Es un desafío que va mucho más allá de lo puramente bélico.

En este compromiso no sobra nadie. Por eso es muy importante que siete partidos políticos españoles se hayan sumado al pacto antiyihadista suscrito por el PP y el PSOE el pasado mes de febrero. La unidad a todos los niveles es el primer paso para que el combate contra el Estado Islámico tenga posibilidades de éxito. La presencia de Podemos como mero observador en la ceremonia de la firma —una actitud positiva— expresa al tiempo un distanciamiento que no debería permitirse una fuerza que pretende gobernar España. Del mismo modo, un momento tan importante hubiera merecido sin duda la presencia del presidente del Gobierno y del líder del PSOE. Si no hay nada más importante que la unidad, hay que saber transmitirlo a la sociedad.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/11/27/opinion/1448647484_853741.html

Du y Zhou: un amor que ha superado las barreras más difíciles

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Un anciano chino ha atendido a su esposa en la cama durante los 56 años que llevan casados.

El diario británico Daily Mail introduce la historia de Du y Zhu, que recoge del diario chino People´s Daily Online, afirmando que «en ocasiones, la gente más normal es capaz de demostrar el amor más grande».

Es el caso de su protagonista, Du Yuanfa, un granjero de la pequeña aldea de Sunjiayu, en la provincia de Shandong, al este de China. Tiene 84 años y lleva 56 cuidando de su esposa Zhou Yu´ai, de 76, en una emocionante peripecia vital que deja así de ser conocida sólo para sus vecinos.

Prácticamente toda su vida matrimonial

Du y Zhou contrajeron matrimonio en 1959, él con 28, ella con 20. Pero sólo llevaban cinco meses casados cuando la joven se quedó repentinamente paralizada a consecuencia de una enfermedad de muy mal pronóstico.

Du trabajaba en las minas de carbón de la cercana localidad de Tai´an cuando un día recibió carta de su familia: «Tu mujer está enferma y obligada a estar en cama». Regresó y comprobó, efectivamente, la parálisis total de Zhou, que le impedía realizar cualquier tarea personal o doméstica. Tenía el cuerpo agarrotado, las cosas se le caían de las manos y había que alimentarla en la boca.

A partir de entonces Du comenzó un duro recorrido de un hospital a otro, llevando a Zhou en silla de ruedas, por ver si había solución para su problema, pero fue en vano. Les dijeron que estaría de por vida obligada a estar en cama, y además no podría quedarse embarazada.

Una determinación inquebrantable

Fue entonces cuando algunos amigos sugirieron al hombre que se divorciase de ella para empezar una nueva vida, pero Du se negó y le dijo a su mujer: «No te preocupes, te cuidaré siempre».

Lo primero que hizo fue dejar su trabajo como minero para instalarse por su cuenta, trabajar en el campo y poder atenderla cada día a tiempo pleno en el lecho al que la joven quedó atada.

Desde entonces y hasta hoy han vivido en una casa de piedra de mobiliario muy simple y donde Du hace todas las tareas del hogar, desde la cocina a la cama donde, bien envuelta por el frío, yace Zhou.

La felicidad de la entrega

Y Du no se da por vencido en cuanto a encontrar una cura para su mujer, o al menos un alivio a sus padecimientos. Si se entera de alguna nueva receta basada en hierbas, sale a la montaña, recoge los ingredientes, la prepara… y la prueba él antes, por si acaso es venenosa.

La generosidad de los vecinos de la zona, conocedores de su dedicación, les ha ayudado todos estos años, pues les facilitan comida y medicinas.

Pero Du reserva para sí la labor más amorosa: lavar, alimentar y masajear la carne de Zhou para que se mantenga viva. Es la historia de un matrimonio que se aproxima ya a los sesenta años y les hace a ambos tremendamente felices.

PAW PATROL ENTRA EN ACCIÓN

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Todos los días Bahía Aventura vive aventuras con  complicaciones. La misión de Paw Patrol es mantener la seguridad y resolver los contratiempos.

Paw Patrol es dirigida eficazmente por Ryder un joven policía,  y su equipo de cachorros: Chase, Marshall, Rubble, Zuma, Rocky y Skye. Estos cachorros tienen puestos de trabajo del mundo real: uno es bombero, el otro oficial y también hay un trabajador de la construcción.  Ellos son tan valientes y astutos como su líder.

Paw Patrol entra al rescate con el sonido de “aullido” en busca de auxilio.

Ryder montado en su motocicleta recorre velozmente las calles. Rocky utiliza su camión hibrido color verde y Ruble maneja concentrado su camión perforador de color amarillo. Ambos camiones con sus propios sonidos y luces salvan a los habitantes de Bahía Aventura de los peligrosos que los acechan.

A pesar de ser tan intrépido y capaz, Ryder tiene que prepararse a través de un fuerte entrenamiento. Así Ryder llega temprano al centro de entrenamiento de rescate donde ya lo esperan sus compañeros Chikaletta & Itty Bitty Kitty. Existe ahí mismo una casa para perros donde puede descansar después de un largo día.

Paw Patrol tiene además un camión, donde pueden subir todos en equipo para auxiliar con rapidez a todos sus amigos.

Pero no sólo trabajo es lo que hace Paw Patrol. También tiene la misión de divertir y hacer reír a todos los niños. Por eso Paw Patrol y RevistaMira.com te darán un regalo esta Navidad. Síguenos en Twitter @RevistaMira donde vendrán toda esta semana las sencillas instrucciones para que puedas ganar estos divertidos juguetes para los reyes del hogar. Tus hijos podrán pasar una Navidad muy Paw Patrol con @RevistaMira ¡No dejes de seguirnos!

Misión: Bienestar

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La Boticazul es el segundo proyecto  empresarial de Loren Burr. El primero fue una fábrica de ropa infantil que fundó en 1985, con tan solo 23 años. A pesar de su juventud, poseía las cualidades que le ayudaron a posicionar su marca ‘Loren Burr’ entre las más prestigiadas del país: perseverancia, responsabilidad, optimismo y visión clara del negocio.

El espíritu emprendedor de Loren la ha llevado a incursionar en otro campo: la salud y la belleza; aventura a la que se lanzó recientemente con sus hijas Alejandra y Mariana, lo que la convierte en una experiencia muy enriquecedora para todas.

Todo negocio debe ser rentable, pero si lo único que busca es producir dinero termina por no ser un buen negocio. Loren lo tiene muy claro. La Boticazul tiene una misión: ofrecer a las personas la oportunidad de mejorar su nivel de bienestar al consumir productos de salud y belleza, tanto de líneas mexicanas como internacionales, fabricados bajo estrictas normas de ética y calidad, que además generen un impacto positivo en el medio ambiente.

La selección de los productos de  La Boticazul es muy estricta, ya que deben cumplir con varios requisitos:

  • Certificación de orgánicos
  • Estar libres de parabenos y residuos  tóxicos
  • No realizar pruebas en animales
  • No dañar el medio ambiente
  • Favorecer un comercio justo

A la fecha, La Boticazul tiene dos cafeterías con tienda en Campeche 276 y Ámsterdam 244, así como presencia en los centros comerciales Patio Santa Fe, Pabellón Polanco y Metrópoli Patriotismo.

Si quieres conocer todo lo que puedes encontrar en La Boticazul, mira aquí: http://laboticazul.com

16 cosas que nadie te dice sobre perder a un ser querido y que deberías saber

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1. Jamás superas la pérdida. Aprendes a vivir con el dolor, pero recordando siempre los buenos momentos.

2. A veces no te agradarán los comentarios que te hagan, pero solo tratan de ayudarte. Nadie quiere hacerte daño.

3. Puede que tus seres queridos se unan, como jamás lo habían hecho antes.

4. No necesitarás que te digan que quienes se marchan se quedan en tu corazón. Lo sentirás así siempre.

5. Jamás sabrás qué habría pasado si todo hubiese sido diferente, pero a veces es mejor que las cosas pasen tal como sucedieron.

6. Nadie te culpa, ni nadie lo hará.

7. Es normal que sientas ira o quieras estar a solas por algunos momentos, tienes todo el derecho a hacerlo.

8. Quédate con los momentos que viviste junto a esa persona y deja de enfocarte en los “si hubiese tenido más tiempo”.

9. La muerte saca a la luz lo mejor de las personas, o lo peor, y hay que estar preparado para ambos.

10. Te encontrarás con distintas profundidades de amor que jamás habías conocido.

11. Quizá tus prioridades se re ordenen y tus expectativas en la vida cambien.

12. A veces tendrás incluso más fuerza que antes para lograr tus sueños, pues tienes un motivo de inspiración.

13. No volverás a ser la misma persona de antes, y eso es normal.

14. Aprenderás a vivir desde el corazón y a aprovechar mejor tu tiempo con los que más quieres.

15. Aquello que se siente como el final de todo, en realidad es un nuevo comienzo.

16. Jamás olvides que el amor siempre se mantiene intacto, incluso después de la muerte.

Fuente: http://www.upsocl.com/estilo-de-vida/16-cosas-que-nadie-te-dice-sobre-perder-a-un-ser-querido-y-que-deberias-saber/

Una nueva República en Argentina

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Desde aquella contribución de V. O. Key en 1955, el análisis electoral se benefició por el concepto de “elección crítica”. El mismo captura un escenario en el que se produce un masivo realineamiento de las preferencias electorales de la sociedad, una transferencia de votos de un partido a otro que desafía la tendencia histórica. Cristaliza en dichas elecciones una nueva coalición, ya sea por cambios en las agendas, en la demografía, en las reglas de juego o en la conformación del sistema de partidos, entre otros.

O por todos esos factores al mismo tiempo. Una elección es verdaderamente crítica cuando produce cambios hacia el futuro, transformaciones que estructuran un nuevo sistema político. Key, que estudiaba el sur estadounidense de mediados del siglo XX, no sabía que estaba escribiendo sobre la Argentina de 2015. Ocurre que es la primera vez en casi un siglo —99 años— que un presidente democrático no tiene origen Radical ni peronista. Mauricio Macri acaba de hacer historia en muchos sentidos.

Un partido de poco más de una década de existencia llega al poder, el PRO. Qua partido, se constituye en el centro de gravedad del sistema mismo, el gran equilibrador. Dependerá del PRO si su socio de la coalición, la histórica Unión Cívica Radical, seguirá existiendo como tal o será licuada, dada su condición de socio menor. También si esa gran tienda heterogénea y desorganizada —esa identidad fluida que llamamos peronismo— retornará a los principios democráticos con convicción o se quedará en su actual limbo kirchnerista.

El PRO se consolida como el partido urbano por excelencia. Esencial base social democrática, ese voto de clase media, con educación superior al promedio, liberal, con aspiraciones de movilidad y progresista, le pertenece. No hay más que mirar, elección tras elección, su sostenido crecimiento en las diez ciudades mas importantes del país para concluir que allí está su plataforma natural de sustentación.

Esta elección también viene a resolver un cierto Talón de Aquiles de la democracia argentina. Para muchos, el origen de los recurrentes golpes militares obedecía a que, a partir de la crisis de los treinta, la burguesía no tuvo un partido con chances concretas de ganar. Así, transformó a la institución militar en su partido político. Y como diría Barrington Moore, sin burguesía—y yo agrego ahora, “interesada en la democracia”—no hay democracia.

Si el PRO es el partido de los creídos de Barrio Parque, como diría Scioli, y de la derecha, parafraseando a Cristina Kirchner, entonces debe decirse que en un país con una derecha históricamente autoritaria, filo fascista y anti-semita hasta los huesos, ello es un lujo y un milagro de la historia al mismo tiempo. Porque si el PRO es la derecha, con lo cual disiento pero solo para seguir el argumento, es una derecha moderna, liberal y democrática. En todo caso, seria una derecha progresista.

Pero la geometría política no es una buena categoría de análisis. Mucho menos para el PRO, que recrea hoy los temas del 83 de Alfonsín—la democracia y la constitución republicana—y los combina con los temas del 58 de Frondizi—el crecimiento sustentado por la agregación de valor y el impulso modernizador como filosofía de gobierno. Por cierto que no hay nada conservador en ello.

Esta elección también resuelve, ¡finalmente!, la gran crisis de representación de 2001. Un nuevo partido surge y llega al poder. Aquella crisis dijo “que se vayan todos”, esta elección dice “que venga Mauricio Macri”. Si es el caso, el kirchnerismo ha sido una mera transición autoritaria de un régimen democrático, el del 83, a otro, el que surge hoy. En otras palabras, si Argentina fuera Brasil o Francia, esta sería una nueva república.

Dejo al lector la tarea de elegir el número para la república que ha nacido este 22 de noviembre de 2015. Según dice su himno nacional, ¡Al gran pueblo argentino, salud!

Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/23/mexico/1448238090_560504.html

Un 30 de noviembre de 1835 nace Mark Twain

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Narrador, periodista y conferenciante estadounidense, nacido en la pequeña localidad de Florida (en el estado de Missouri) el 30 de noviembre de 1835 y fallecido en Redding (Connecticut) en 1910. Aunque su verdadero nombre era el de Samuel Langhorne Clemens, es universalmente conocido por su pseudónimo literario de Mark Twain, nombre que adoptó a finales de los años cincuenta a raíz de sus experiencias como aprendiz de piloto fluvial en el río Mississippi. Considerado, en principio, como un simple humorista dotado de gran capacidad para llegar a los lectores merced a su espléndido uso del habla coloquial como lenguaje literario, mostró después tal habilidad para captar los arquetipos míticos de la América de su juventud y crear algunos de los personajes más memorables de la narrativa norteamericana, que a la postre ha pasado a la historia de la Literatura universal como el escritor más popular de su país y el padre de la prosa coloquial estadounidense.

Vida y obra
Nacido en el seno de una familia típica de la clase media rural norteamericana, desde los cuatro años de edad residió en el pequeño pueblo de Hannibal, en donde vivió una infancia feliz en contacto permanente con el río Mississippi que lo regaba y con los barcos fluviales que lo visitaban constantemente. Con el paso de los años, las experiencias acumuladas durante este período infantil y juvenil junto al gran río (entre 1839 y 1853) habrían de dejar una huella indeleble en la obra literaria de Mark Twain, quien contribuyó poderosamente a forjar la dimensión mítica y aventurera del Mississippi en la imaginación colectiva de sus compatriotas.

Cuando el joven Samuel Langhorne Clemens contaba doce años de edad (1847), el repentino fallecimiento de su padre sumió a la familia en una delicada situación económica que obligó al futuro escritor a abandonar sus estudios para comenzar a ganarse la vida con el fruto de su trabajo. Alentado, ya desde aquella temprana edad, por una firme vocación literaria, orientó su andadura laboral hacia el lugar que mejor podía permitirle el desarrollo de esta afición (una imprenta), donde comenzó a trabajar como aprendiz de tipógrafo; poco tiempo después, inició su fecunda carrera periodística por medio de la publicación de algunos artículos en el rotativo local que dirigía su hermano, y, ya con el grado de oficial impresor, entre 1853 y 1857 escribió su primera obra literaria, The Snodgrass Letters, una serie de cartas costumbristas que fueron apareciendo en el periódico Keokuk Post entre 1856 y 1857, firmadas por un tal Thomas Jefferson Snodgrass (primer pseudónimo literario del joven Samuel L. Clemens).

Sin embargo, la poderosa atracción que el río seguía ejerciendo sobre el novel escritor impulsó a éste a abandonar momentáneamente sus ocupaciones periodísticas y literarias para enrolarse en el buque Alex Scott en calidad de aprendiz de piloto fluvial, oficio que ejerció desde 1857 hasta que, a comienzos de los años sesenta, el estallido de la Guerra de Secesión le forzó a formalizar su alistamiento en el bando confederado (1861). Durante esos cuatro años a bordo del barco de vapor, Samuel L. Clemens no sólo experimentó numerosas vivencias que pronto habrían de suministrarle abundante material para sus obras de creación literaria, sino que aprendió y asimiló el lenguaje de las gentes del río hasta el extremo de adoptar como pseudónimo, poco tiempo después, una de las expresiones más habituales de los navegantes que lo surcaban (mark twain, que puede traducirse por algo así como ‘par de marcas’, era una acuñación jergal que los pilotos fluviales usaban al verificar sus sondeos, con la que venían a indicar que la profundidad del lugar explorado era de dos brazas).

Al igual que el de impresor, Mark Twain obtuvo también el título de piloto fluvial, pero el estallido de la guerra civil norteamericana le apartó bruscamente del río. Sin embargo, su intervención en la contienda bélica fue bastante fugaz, ya que en 1862 emprendió, en compañía de su hermano Orion, el primero de una larga serie de viajes por todo el territorio norteamericano, en el transcurso de los cuales el joven autor de Missouri se convirtió en uno de los conferenciantes más requeridos y aplaudidos de su tiempo. Comenzó, empero, por instalarse en Nevada en compañía de su citado hermano, con el que se enroló en diferentes aventuras mineras de las que ambos obtuvieron escaso provecho (si se exceptúa el hecho de que el escritor pudo añadir a su ya variopinto currículum profesional la actividad de buscador de oro).

En vista de su fracaso como minero y aventurero, el escritor decidió recuperar su anterior oficio periodístico. Así, a partir de 1862 comenzó a publicar frecuentemente sus colaboraciones en el rotativo Virginia City Territorial Enterprise, periódico emblemático de una de las ciudades mineras más prósperas de Nevada (Virginia City, actualmente reducida a la categoría de «ciudad fantasma»), en el que, al año siguiente, hizo definitivamente célebre su recién adoptado pseudónimo de Mark Twain. Dada la brillantez de sus artículos -que, sirviéndose por lo general del humor y la ironía, reflejaban a la perfección el carácter y la mentalidad de sus conciudadanos-, el escritor de Missouri pronto se vio inmerso en una vertiginosa carrera periodística que le condujo durante el resto de su vida, sin solución de continuidad, de un diario a otro, y que le permitió al mismo tiempo conocer casi todos los rincones de su país y, en su condición de corresponsal, buena parte del mundo (anduvo destinado en Polinesia, en las islas Sandwich, en Italia, en Alemania y en otros muchos puntos de Europa).

Su verdadero asentamiento como periodista tuvo lugar en 1864, año en el que Mark Twain se afincó en la ciudad californiana de San Francisco para colaborar en varios rotativos y revistas locales. Un año después, una de sus primeras narraciones breves, el relato humorístico titulado The celebrated jumping frog of Calaveras County (La famosa rana saltarina del condado de las Calaveras, 1865), fue recogida por la prensa neoyorquina, circunstancia que le proporcionó un merecido reconocimiento literario en todo el país. A partir de entonces, la fama de Mark Twain experimentó una trayectoria ascendente que pronto le situó a la cabeza de los autores más conocidos de su tiempo, en buena parte debido a su constante presencia en los principales diarios norteamericanos.

En efecto, en 1866 viajó hasta Hawai para enviar desde allí varias colaboraciones epistolares a diferentes rotativos y revistas del país, y poco después hizo lo propio, en calidad de corresponsal ambulante, desde los territorios de la Alta California. Su extraordinario ingenio y su gran facilidad de palabra le permitieron compaginar por aquellos años estas ocupaciones periodísticas con una incesante actividad como orador, y pronto fue celebrado en todos los foros en que disertaba como uno de los caricaturistas más certeros y sutiles de su época. A la consolidación de esta imagen de Mark Twain como un implacable humorista capaz de reflejar, con unos pocos trazos de gran eficacia expresiva, todos los tópicos de la sociedad norteamericana de su tiempo (la confianza ciega en el futuro, el optimismo ingenuo y pueril, la gazmoña inocencia puritana y el afán de riquezas como único objetivo vital), contribuyeron también, al lado de sus artículos y conferencias, sus grandes obras literarias, en las que, desde sus comienzos como escritor, hizo uso de un agudo instinto natural para reflejar la lengua coloquial de sus compatriotas.

Su fama como humorista recibió el espaldarazo definitivo a finales de los años sesenta, cuando salió de la imprenta el libro titulado The Innocents Abroad (Los inocentes en el extranjero, 1869), obra en la que Mark Twain recopiló sus cartas escritas durante el viaje que, dos años antes, había realizado a Tierra Santa. Ante la buena acogida deparada a esta obra por parte de la crítica y los lectores, en 1870 Mark Twain decidió abandonar el periodismo profesional para centrarse en el cultivo de la creación literaria y en su feraz recorrido como conferenciante (ocupación la que se mantuvo en activo hasta 1906, cuando ya había rebasado los setenta años de edad). Aquel mismo año de 1870, el escritor de Missouri contrajo nupcias con Olivia Langdon y se afincó en Hartford (Connecticut), en donde, entre ciclo y ciclo de conferencias, apenas tuvo tiempo de residir durante varios meses seguidos. A pesar de ello, su esposa -a la que Mark Twain hace referencia en algunos de sus escritos por medio del apelativo afectivo de «Livy»- desempeñó en todo momento un papel destacado en la vida y la obra del escritor, al que censuró sus frecuentes transgresiones verbales hasta lograr que, sin salir de ese registro coloquial que tan bien dominaba, puliera los defectos gramaticales de su estilo. Twain mostró siempre un profundo amor hacia su adorada «Livy», con la que vivió durante treinta y cuatro años.

A comienzos de los años setenta, el autor de Missouri reflejó sus experiencias en el Lejano Oeste en una novela titulada Roughing it (1872), ambientada en Nevada y California. Por aquel tiempo, una vez asumida su decisión de consagrarse de lleno a la literatura, Mark Twain había comenzado a frecuentar el trato con algunas figuras relevantes del panorama literario e intelectual norteamericano, como el poeta, narrador, periodista y dramaturgo neoyorquino Francis Bret Harte, a quien la crítica especializada en el estudio y análisis de la obra de Twain atribuye el influjo decisivo para que el entonces autor novel escribiera el ya mencionado relato humorístico La famosa rana saltarina del condado de las Calaveras (Harte, que también había contratado a Mark Twain para que publicara un artículo semanal en el periódico The Overland Monthly, del que era director, acabaría luego enemistándose seriamente con su antiguo protegido). Otro de los autores que influyó notablemente en estos primeros pasos de la carrera literaria de Mark Twain fue el novelista de Ohio William Dean Howells, cuya influencia se hizo sobre todo patente en The Gilded Age (La edad dorada, 1873), una novela en la que el narrador de Missouri contó con la colaboración de C. D. Warner para reflejar las intrigas y corrupciones que dominaban la vida cotidiana de la capital del país, a través de las turbias especulaciones de un militar insensato e imprudente.

La madurez literaria de Mark Twain, presente ya en la narración citada en el parágrafo anterior, comenzó a arrojar sus mejores frutos a mediados de aquella década de los años setenta, cuando el autor publicó una de sus novelas más famosas, The Adventures of Tom Sawyer (Las aventuras de Tom Sawyer, 1876), a la que, tras la aparición de Life on the Mississippi (Vida en el Mississippi, 1883), se sumó luego la que estaba llamada a convertirse no sólo en su obra maestra, sino en la gran novela estadounidense del siglo XIX: The Adventures of Huckleberry Finn (Las aventuras de Huckleberry Finn, 1884). Tanto en estas tres narraciones como en la novela posterior Pudd’n head Wilson (Wilson el cabezón, 1894), Mark Twain recuperó gran parte de sus recuerdos infantiles y juveniles relacionados con el pueblo de Hannibal y sus navegaciones fluviales, para sumergirse en una deslumbrante estética realista (el «realismo twainiano») que le permitió retratar a la perfección el espíritu y las costumbres de su época.

En los años que transcurrieron entre la publicación de estas cuatro novelas salieron de los tórculos otras espléndidas narraciones de Mark Twain, algunas tan celebradas por críticos y lectores (y tan homenajeadas, muchos años después, por el Séptimo Arte) como The Prince and the Pauper (Príncipe y mendigo, 1882) y, sobre todo, A Connecticut Yankee in King’s Arthur Court (Un yanqui en la corte del rey Arturo, 1889), un relato histórico y humorístico en el que el escritor de Missouri retrocedió hasta el pasado medieval para reflejar un mundo que, pese a sus problemas y contradicciones, conservaba unos valores éticos que parecían haberse esfumado en la América de finales del siglo XIX. Entre tantas obras de ficción, también tuvo ocasión de publicar una nueva recopilación de sus anécdotas y recuerdos viajeros (A Tramp Abroad, 1880).

Las grandes ventas alcanzadas por casi todas las novelas citadas en los dos últimos párrafos no impidieron que Mark Twain, por culpa del excesivo tren de vida que llevaba por aquellos años y de sus pésimas inversiones financieras, incurriera en una grave depresión económica que le condujo incluso hasta la bancarrota. Acosado por las deudas, a duras penas consiguió salir de tantas estrecheces merced a un largo y fatigoso ciclo de conferencias que se vio obligado a impartir por todo el mundo cuando andaba alrededor de los sesenta años de edad, circunstancia que le sumió en el agotamiento físico y mental, al tiempo que acentuaba en su carácter ese poso pesimista que, desde la aparición de Life of Mississippi (1883), había ido apoderándose del autor de Missouri hasta estallar, definitivamente, en 1896, cuando sufrió la desgracia de perder una hija. Con la publicación de Personal Recollections of Joan of Arc (Recuerdos personales de Juana de Arco, 1896), Following the Equator (Siguiendo el Ecuador 1897) y The man that corrupted Hadleyburg (El hombre que corrompió Hadleyburg, 1900), Mark Twain obtuvo beneficios suficientes para saldar sus numerosas deudas, pero no logró superar su hondo pesimismo, que en 1904 se vio bruscamente incrementado con el fallecimiento de su amada «Livy».

Viudo, pobre y desolado, aún tuvo ánimos para pronunciar algunas conferencias y abordar la continuación de la que sería su obra postrera, una novela que, concebida bajo el título de The mysterious stranger (El misterioso extranjero, 1916) y comenzada a redactar en 1898, dejó inconclusa en el momento de su muerte. En esta obra póstuma, el hondo malestar en que se movían los personajes de Mark Twain desde la publicación de The Adventures of Huckleberry Finn alcanza cotas de intensa amargura, con lo que la novela se convierte en el mejor exponente del pensamiento agnóstico y pesimista que amargó sus últimos años de existencia.

Dos obra maestras
En líneas generales, toda la producción literaria de Mark Twain revela la personalidad lúcida y crítica de un autor que tomó como punto de partida los modelos realistas (y, entre ellos, su instrumento más verosímil: el slang o la lengua coloquial americana) para ofrecer una brillante disección de la sociedad, las costumbres y los valores morales de su tiempo. Desde sus orígenes de escritor eminentemente humorístico, el narrador de Missouri supo, además, cifrar en la comicidad de muchos de sus personajes y situaciones los rasgos más característicos de aquella sociedad a la que pretendía describir, aunque en sus últimos años de vida la tristeza y amargura de su propia existencia dejó un notable reflejo en su obra literaria tardía. En cualquier caso, no son estas piezas postreras las que mejor caracterizan la creación artística de Mark Twain, sino las dos novelas ambientadas en el mundo rural y fluvial que el escritor había conocido en su infancia y juventud, y centradas en las peripecias picarescas de dos muchachos que pronto se convirtieron en dos de los personajes más célebres de la literatura universal: Tom Sawyer y Huckleberry Finn. En ambas narraciones, los protagonistas se enfrentan a una serie de pruebas, problemas y vicisitudes que, dentro de una amplia casuística que va desde la diversión al dramatismo, configuran el universo de los jóvenes de su edad. Pero, en el fondo, más allá de las peripecias personales de Sawyer y Finn, en estas dos novelas de Mark Twain palpitan las inquietudes y aspiraciones de una joven nación en permanente conflicto, todavía convulsa por los efectos devastadores de los problemas raciales, las diferencias sociales y la feroz e inútil guerra civil.

Las aventuras de Tom Sawyer.
La novela, publicada en 1876 bajo el título de The Adventures of Tom Sawyer, narra las peripecias de un puñado de muchachos sureños centrándose en la figura de Tom Sawyer, chaval alegre y despierto que siempre se muestra entusiasmado ante la posibilidad de protagonizar cualquier aventura. Tom, que vive en la pequeña y apacible ciudad de San Petersburgo (Missouri) en compañía de su bondadosa tía Polly y su tímido y retraído hermano Sid, tiene por compañero inseparable a otro muchacho de su edad, el audaz, enérgico y divertido Huckleberry Finn, quien resulta ser el complemento ideal para las ansias de aventura de su amigo.

En una de sus correrías, ambos muchachos son testigos del crimen cometido por el indio Injun Joe, quien apuñala al médico del lugar hasta causarle la muerte, y luego culpa del asesinato a Muff Potter, un pobre borracho muy conocido en la localidad. En el transcurso del juicio, la nobleza y el valor de Tom Sawyer le animarán a superar sus temores para conseguir que el acusado sea declarado inocente. El verdadero asesino, desenmascarado por el muchacho, logra evadirse.

Poco después, Tom Sawyer, su «novia» Becky Thatcher y Huckleberry Finn, que habían tomado parte en una excursión escolar, se alejan del grupo de alumnos hasta extraviarse en un paraje desconocido para ellos. Durante tres días, los chavales permanecen refugiados en una cueva, desde donde descubren el escondrijo de Injun Joe y espían al indio fugitivo. Al ser rescatados, Tom y Huck revelan su descubrimiento, por lo que son recompensados con el tesoro que había almacenado el indio, quien ha aparecido muerto en el lugar descrito por los chicos.

Uno de los personajes más destacados de esta obra, el inquieto y urdidor Huckleberry Finn, cobró tal entidad en el desarrollo de la trama que, al cabo de ocho años de la aparición de esta novela, volvió a ocupar los escaparates de las librerías, ahora convertido en el protagonista de sus propias aventuras (o, cuando menos, en la figura humana central de esta nueva novela de Mark Twain, ya que conviene subrayar que el auténtico protagonista de ella es el río Mississippi).

Las aventuras de Huckleberry Finn.
La aparición, en 1884, de The Adventures of Huckleberry Finn (1884) supuso un hito inusitado en la historia de la literatura norteamericana, hasta el punto de que, en la actualidad, cuando ha transcurrido más de un siglo desde el año de su publicación, sigue siendo considerada en los manuales escolares de los Estados Unidos de América como la gran novela nacional. Concebida, en un principio, por Mark Twain como una mera continuación de Las aventuras de Tom Sawyer, a medida que progresa su acción va adquiriendo una entidad propia y un vigor argumental y expresivo que la convierten en una obra maestra completa y autónoma, que puede ser leída y comprendida con total satisfacción por quienes no conocen la novela en la que se originó.

Huck, acosado por la viuda Douglas (que se ha propuesto convertirle en un ser civilizado y, por ende, domesticado y sumiso), no encuentra apoyo alguno en la figura de su padre, un alcohólico despreocupado que sólo muestra algún interés hacia su hijo cuando intenta apropiarse de la parte del tesoro del indio Joe que ha ido a parar a las manos de Huck. El joven se escapa de su casa y, en compañía de otro fugitivo que huye de las condiciones sociales que le rodean, el negro Jim, emprende una navegación en balsa a lo largo del río Mississippi. En sus aguas y orillas, ambos personajes van a vivir una especie de reconciliación del ser humano con la Naturaleza, en medio de una paz interior que se ve frecuentemente turbada por los distintos episodios de que son protagonistas o testigos en las diferentes poblaciones que van hallando en su navegación.

Entre los sujetos que salen a su encuentro están «Duque» y «Delfín», dos farsantes crueles e impostores que, por medio de engaños, capturan al negro Jim y se lo venden a una mujer que, casualmente, resulta ser una tía de Tom Sawyer. Huck, que pensaba que Tom estaba muerto, se reencuentra con su viejo compañero de correrías y urde un plan para liberar a Jim; pero la intentona fracasa y Tom, que ha resultado herido, se decide a revelar un secreto que mantenía oculto a su amigo sólo por su afán de vivir aventuras: la señora Watson, la nueva propietaria de Jim y tía del propio Tom Sawyer, no sólo ha muerto, sino que ha dejado dispuesto en su testamento que el negro Jim sea puesto en libertad. Por su parte, Huck averigua que también ha muerto su padre, por lo que sabe que a partir de ahora podrá vivir tranquilo con el dinero que éste pretendía escamotearle; no obstante, su decisión de volver a su localidad de origen e integrarse en la sociedad se ve turbada por un vigoroso deseo de emprender una nueva fuga hacia otros «territorios libres» como los que ha conocido en el río, es decir, hacia otros lugares que aún estén a salvo de los atropellos del mundo civilizado.

Los episodios referidos y los personajes trazados en Las aventuras de Huckleberry Finnrebasan ampliamente los modelos picarescos que siguió Mark Twain en su planteamiento original para acabar configurando, en el conjunto de la novela, una gran obra de iniciación en la que la presencia constante y totémica del río Mississippi se alza en todo momento contra los peligros que trae el afán desmedido de civilización. Para Huck, hombre libre que, en su amor hacia la naturaleza, muestra su rechazo hacia esa sociedad injusta y atormentada que le rodea, «educación» es sinónimo de «domesticación», y huir equivale a liberarse de los traumas, conflictos y complejos que atribulan a todos sus vecinos; de ahí que incluso su lenguaje, plagado de constantes transgresiones verbales, sea un reflejo del distanciamiento que quiere imponer entre él y la sociedad que le rodea. De hecho, la amplia gama de registros lingüísticos utilizados por Mark Twain en la redacción de esta novela -desde el habla dialectal y colorista del negro Jim, hasta el lenguaje propio de los impostores que lo engañan-, configura una magnífica muestra de la nueva lengua literaria americana propuesta por el escritor de Missouri, quien despliega un amplio abanico de niveles léxicos y gramaticales que, en el fondo, no son sino el reflejo de las distintas edades, mentalidades y clases sociales de una joven América que aún no ha encontrado sus propias formas de expresión.

Por lo demás, la principal diferencia que separa Las aventuras de Tom Sawyer de Las aventuras de Huckleberry Finn estriba en la misma distancia que separa las personalidades de sus respectivos protagonistas. Así, mientras que Tom es un soñador inmerso en un mundo de aventuras que se ha forjado a raíz de sus lecturas de las obras maestras de la literatura universal (como el Quijote y El Conde de Montecristo), Huck es un hombre de acción que, sin necesidad de avivar una y otra vez esa imaginación exaltada que incita a buscar aventuras a su amigo, vive plenamente sumergido en ellas. No busca la aventura persiguiendo experiencias excitantes, sino que la encuentra diariamente a cada paso, en cada lance de su propia vida, concebida siempre en independencia y libertad.

Fuente: http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=twain-mark

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