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2016, astronómicamente intenso para el cielo de México

2016 será un año intenso en el cielo de México, el calendario astronómico permitirá sacar constantemente los telescopios en casa para observar los movimientos de los planetas y las estrellas.

En este año que empieza habrá tres lluvias de estrellas, la primera del 1 al 5 de enero; la segunda llamadas Perseidas o lágrimas de San Lorenzo del 11 al 13 de agosto y las Gemínidas o lluvias de la virgen, que son las más intensas ya que caen alrededor de 120 meteoros por hora.

En 2016 habrá 12 lunas llenas, en 2015 hubo 13 y en 2018 habrá 14.

El 23 de marzo y el 18 de agosto habrá eclipse de luna.

Este año la primavera entrara el 19 de marzo a las 22:29 horas, de acuerdo con Eddie Salazar, astrónomo del Instituto tecnológico de Mérida.

«Se insiste en que la primavera comienza el 21 de marzo y eso es ya obsoleto completamente, dejo de ser 21 de marzo en 197, hace 43 años que no es 21 de marzo», explicó Eddie Salazar, astrónomo del Instituto Tecnológico de Mérida.

En enero, agosto y octubre habrá conjunciones de planetas, esto sucede cuando Venus, Júpiter y Saturno están más cerca de la tierra, pero también se observarán e oposiciones una en mayo y otra en marzo y junio, esto se da cuando Saturno, Júpiter y Marte están más lejos de la tierra.

Del 22 al 24 de mayo y del 18 al 20 de Julio habrá Cenit, que es cuando el sol se posiciona en una horizontal exacta y ningún objeto vertical produce sombra.

Los mayas forman parte de una de las civilizaciones más importantes de la humanidad, precisamente por sus conocimientos astronómicos.

«Eclipses, la tabla de eclipses, el movimiento del sol, el movimiento de la luna, el movimiento de Marte, es donde se encuentra más rico el conocimiento astronómico maya», añadió Eddie Salazar, astrónomo del Instituto Tecnológico de Mérida.

En 13 zonas arqueológicas de 9 estados del país se registrarán fenómenos arqueoastronómicos, que dan cuenta de los avances astronómicos de las civilizaciones prehispánicas de México.

 

FUENTE: http://noticieros.televisa.com/mexico-estados/1512/2016-astronomicamente-intenso-cielo-mexico/

CARTA A LOS REYES MAGOS

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El Ratón

Carta a los Reyes Magos

Por Alejandra Goicoechea

Quiero escribir una carta
como aquéllas de mi infancia;
por sobre tendrá un zapato
que dejaré bajo el árbol
de Navidad, en la estancia.

Cuidando la ortografía,
como en los días de antaño,
escribiré en un papel
que me he portado muy bien
en el transcurso del año.

Voy a pedir a los Reyes
una cálida sonrisa
para ponerla en la cara
de los que olvidan llevarla
por estar siempre de prisa.

Y una canasta de aquéllas
que multiplican los panes
para que coma, no el vago,
sino el que no halla trabajo
a pesar de sus afanes.

Un cofre de tiempo libre
para aquella pobre madre
quien a sus hijos descuida
porque juega la partida
en casa de su comadre.

Y un poco de agilidad
será ideal para el papá
que alega estar ya muy viejo
para sentarse en el suelo
con su hijo para jugar.

No estará de más pedir
(y le va a hacer mucha gracia)
para el abuelo gruñón
una buena grabación
con escenas de su infancia.

Además será muy útil
un pincel con pegamento,
con el fin de unir a hermanos
que se encuentran separados
a raíz de un testamento.

Pido cajas de almidón
para padres y maestros
que, por credo o por pereza,
han suplido la firmeza
con modernos argumentos.

Pero debe estar mezclado
con un tanto de melaza;
para que no sienta el niño
una falta de cariño
en la escuela o en la casa.

Quiero pedirles también
un gran frasco de lejía;
la mezclaré con la tinta
de la pluma del guionista
que escribe pornografía.

Y con la misma sustancia
he de blanquear muchos guantes;
ése será mi regalo
para las ávidas manos
de múltiples gobernantes.

Para terminar les pido
que haya paz en esta tierra,
porque para el mundo entero
el amor es más certero
que los tiros de la guerra.

Quiero escribir una carta
como en mi infancia lejana.
hoy vienen los Reyes Magos
y yo tendré mis regalos
mañana por la mañana.

Reyes Magos

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Historia

Los magos de oriente son personajes citados en la Biblia, en el Nuevo Testamento. Es poco lo que realmente se sabe de ellos: se ignora cuantos eran y de qué tierras proceden. Escrituralmente, solo es sabido de ellos que cuenta el Evangelio de Mateo:

Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? (Mateo 2,1-2).

Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. (Mateo 2:11, versión Reina-Valera 1960).

La tradición cuenta que vinieron de Oriente, en número de tres, que iban guiándose por una estrella que les condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciendo oro (presente conferido a los reyes), incienso (empleado en el culto en los altares de Dios) y mirra (un compuesto embalsamador para los muertos). Antes de llegar, en la ciudad de Jerusalén, encontraron al gobernador Herodes el Grande, quien astutamente les conminó a que, de regreso, hablaran con él para darle noticia del sitio exacto donde se encontraba dicho niño, para poder ir él también a adorarle. (En realidad, lo que quería era darle muerte, por eso ordenó la matanza de los inocentes).

La historia sigue contando cómo un ángel se apareció a los tres reyes magos y les advirtió del peligro que corría Jesús si ellos obedecían el deseo de Herodes. Así pues, no volvieron por el mismo sitio.

Parece ser que por el hecho de que el relato evangélico indicara que trajeron tres dones (oro, incienso y mirra), se dio por sentado que eran tres los personajes que los traían. Aunque también en algún momento las distintas tradiciones han señalado que eran dos, cuatro, siete y hasta doce.

La primera vez que surge el nombre con que hoy conocemos a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes. Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Melchor, Gaspar, Baltasar…

Poco a poco la tradición ha ido añadiendo otros detalles a modo de simbología: se les ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad y representantes de las tres edades del hombre.

La llegada de los Reyes Magos es un tema tratado también en los Evangelios Apócrifos. Según la tradición esotérica aplicada al cristianismo, estos personajes procedían del lugar donde se encontraba el Preste Juan.

Otra leyenda cuenta que después de la Resurrección de Jesús, el apóstol Tomás los halló en Saba (India), que fueron bautizados y que se les consagró obispos; después fueron martirizados en el año 70 y fueron depositados en el mismo sarcófago. Los restos fueron llevados a Constantinopla por Santa Elena. Posteriormente, Federico I Barbarroja, en el siglo XII, las trasladó a Colonia, donde hoy reposan sus cenizas con las coronas que supuestamente llevaron durante su existencia.

Actualmente en la catedral de Colonia, se veneran los supuestos restos de los Reyes Magos en una urna dorada colocada en el altar mayor.

Si bien parece contradictorio que practicantes de la magia (severamente amonestada tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento) sean admitidos como adoradores del Mesías, el término griego no era utilizado preponderantemente para referirse a los hechiceros; se utiliza, en este caso para referirse a hombres sabios (cual se los llama en diversas versiones de la Biblia en inglés), o más específicamente, hombres de ciencia. De hecho, también poseían conocimiento de las Escrituras (Mateo 2:5-6).

San Mateo nos deja ver que eran astrónomos que conocían con precisión el movimiento de la estrella. Aunque bien intencionados, su visita es causa de turbación general y del celo de Herodes (2:3). A pesar de ser anciano y de haber reinado ya por más de treinta años, Herodes les ruega que averigüen el sitio preciso del nacimiento del Mesías (2:8) con el fin de acabar con su potencial sucesor. Los sabios, que no sospechan esto, encuentran al Niño, al cual adoran y obsequian oro, incienso y mirra (2:11), pero prevenidos por un ángel (2:12), no regresan con Herodes. Iracundo, el rey manda a matar a los niños menores de dos años. Para entonces, José ha sido avisado en sueños (2:13) de huir a Egipto con los suyos.

A partir de ese relato, tanto la Iglesia Católica como el vulgo en general han ido elaborando una historia sobre los hechos y la personalidad de estas tres figuras, incluyendo el presunto estatus real.

Desde muy antiguo el tema de los Reyes Magos ha sido ejecutado por artistas pintores y escultores. Les han representado en número de tres, cuatro, y en algún caso (pocos) en número de dos. Actualmente existe en el mundo un monumento a la figura de los reyes magos, se encuentra en la localidad alicantina de Ibi, España.

Fuente: http://reyesmagos.yaia.com/historia.html

¿El Fin de la Unión Europea?

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¿Qué hacer cuando el deseo de independencia de una región amenaza la unión político-económica de 28 países? Justo ese dilema es el que tiene en las manos el gobierno Español con la región de Cataluña estos días. A eso hay que sumarle la presión que tienen por la cobertura mediática que se le ha dado al asunto y ¡voilá! Tenemos una crisis de identidad nacional que amenaza a la Unión Europea.

La verdad, la situación que viven nuestros primos españoles y catalanes está medio complicada. Nosotros en tierras mexicanas de este lado del charco podemos dimensionar la situación solo si lo planteamos regionalmente. Imaginemos que un buen día el gobierno de Nuevo León (gobernador y congreso trabajando juntos, aunque eso sería rarísimo) decidiera que quiere independizarse de México. Que el 7.1% que aporta al PIB nacional es suficiente para mantenerse autónomamente y que a partir de hoy va a generar sus propias leyes, su propio sistema tributario y pues “gracias totales” a la República Mexicana, pero Nuevo León ahora va a ser un país independiente.

¿Polémico, cierto? Con un poco más de contexto histórico, esa es precisamente la decisión que se tomó esta semana en el parlamento de Cataluña y que le puso los pelos de punto al gobierno Español. Siendo objetivos, ambos actores en este cuento tienen puntos válidos. En el caso de España, Cataluña es una de las regiones más prósperas del país, aporta 1/5 del PIB nacional y representa únicamente el 16% de la población total. El movimiento independentista de Cataluña data desde hace más de 1,000 años, pero justamente tomó fuerza gracias a la reciente crisis económica (recordemos la fuertísima crisis de desempleo por la que pasó el país) que se vivió en Europa estos años.

2012 fue quizá el año en que se agravó la relación Cataluña-España, y fue, como en cualquier tipo de relación, un problema de comunicación. Artur Mas, el equivalente al gobernador de Cataluña, solicitó a Mariano Rajoy, el equivalente al presidente de España, que la región redujera su contribución (que recordemos, es bastante considerable) de impuestos al país. Rajoy se negó a negociar y ahí empezó todo. Mas se juntó con amigos políticos ligeramente más radicales y su estilo de política se acentuó.

Justo este año los partidos pro-independentistas ganaron mayoría en el Parlamento Catalán, y esta semana, con una ventaja de 72 votos a favor versus 63 en contra, se aprobó una Declaración de Independencia contra España. Saaaay whaaaa…? Sí, los catalanes se les van. Naturalmente el gobierno Español impugnó la Declaración ante el Tribunal Constitucional, el equivalente a la SCJN de aquí. Pero ahí no termina la cosa, hay un loophole legal con el se les avecinan grandes dolores de cabeza a los negociadores, dentro de la recién aprobada Declaración se especifica que Cataluña y su Parlamento se desligan completamente del Tribunal Constitucional (y de todas las leyes de España, para variar), así que lo que decidan en Madrid, well… Les vale cheese.

Seríamos muy ingenuos al pensar que esta situación se va a resolver simplemente sentándose en una mesa a negociar, una confrontación legal (que puede terminar con muchos políticos catalanes en la cárcel) es lo mínimo que se va a detonar de todo esto. ¿Cómo afecta este desacuerdo doméstico el equilibro de la Unión Europea? Bueno, tenemos al proyecto unificador más ambicioso y delicado del mundo bajo presión económica, social y cultural con la reciente crisis que acaba de vivir, la extrema situación de Grecia, el descontento de los miembros con el dilema de los refugiados de medio oriente y de pronto, el  movimiento de independencia de Cataluña en España, a gritos, como lo es, amenaza lo que el proyecto Europeo representa. Es el particularismo contra el colectivismo. Cataluña es en este momento ejemplo e impulsor para todos los países y regiones que, con las polémicas decisiones recientes de Unión Europea, buscan independizarse.

¿Qué hará el gobierno Español para mantener a Cataluña conforme? ¿Qué posturas tomarán los países dentro de la Unión Europea respecto al deseo de independencia, completamente válido, de uno de sus miembros? ¿Qué consecuencias sufrirá Cataluña si decide llevar esto al extremo? Estimados, el viejo continente está a punto de darnos una clase sobre Democracia en el siglo XXI, agárrense.

Fuente: http://pcritico.com/el-fin-de-la-union-europea/

La Rosca de Reyes, orígenes y simbolismo de la tradición

Llega el seis de enero y con el la costumbre de partir la Rosca de Reyes y continuar así con las celebraciones iniciadas en diciembre del año pasado.

Según Los 5 Sentidos Culinarios, la Rosca de Reyes es “un pan elaborado con una masa dulce de harina, entre otros ingredientes, tiene forma ovalada, y es adornado con rodajas de fruta cristalizada, escarchada, o confitada de colores variados. También puede rellenarse de nata o crema, y en la actualidad puede ser de moka”.

Varias investigaciones aseguran que el origen de la Rosca de Reyes se encuentra en Francia, donde se creó una gran rosca que en su interior escondía un haba y que daba privilegios y trato especial al que la encontraba.

La costumbre de la Rosca de Reyes, señala la fuente mencionada arriba, llegó por “los cristianos de Palestina a Europa y después a América. Representa el cierre de los festejos navideños y el hecho de encontrar un muñeco escondido le da emoción a la ‘reunión’- En la actualidad, en Francia, el pan que se come lleva el nombre de galette des Rois o torta de Reyes, tiene una forma plana y es de pasta de hojaldre. En España se llama Roscón de Reyes, se hace con agua de azahar y va decorado con frutos secos, muy similar a la rosca mexicana”.

Cabe señalar que tanto la forma como cada uno de los elementos de la Rosca tiene un significado, pues de acuerdo con el sitio Cultura Colectiva, la forma ovalada de la rosca “simboliza el amor de Dios, que no tiene principio ni fin; las frutas cristalizadas representan la gracia traída por Jesucristo, aunque otros más señalan que son las joyas de los reyes que significan amor, paz y felicidad, o las distracciones del mundo que impiden al hombre acercarse a Dios. El haba se cambió por la figura del niño Jesús, la que con anterioridad estaba elaborada de porcelana y ahora es de plástico para resistir el calor, y el que ésta permanezca escondida al interior del pan simboliza cuando María y José escondieron a Jesús del rey Herodes, quien ordenó matar a todos los niños pequeños cuando supo que había nacido el ‘Rey de Reyes’; el cuchillo, entonces, representa el peligro de muerte al que estaba expuesto Jesús”.

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Fuente: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1074251.la-rosca-de-reyes-origenes-y-simbolismo-de-la-tradicion.html

El manejo de las emociones con los niños y jóvenes de ahora

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Si bien los retos específicos de cada madre/padre con sus hijos son distintos (y cambian conforme crecen, ¿o no?), gran parte de nuestra tarea gira en torno a cómo manejar de la mejor manera el intenso mundo de las emociones que viven y mueven a nuestros niños. Nuestros hijos desarrollan habilidades para reconocer, entender y manejar sus emociones en gran medida a partir de cómo nosotros reconocemos y respondemos ante lo que ellos expresan. Cuando los niños aprenden a manejar sus emociones, también se vuelven más capaces de manejar su comportamiento.

Tanto los padres como los adultos que les cuidan pueden brindar apoyo y guía invaluables para su desarrollo emocional. Si como padres cultivamos una relación sana y consciente con nuestras propias emociones, nos será más posible, aunque no siempre sea fácil, guiar de manera amorosa, serena y segura a nuestros maravillosos niños de ahora.

Aquí detallamos algunos puntos importantes sobre cómo brindar apoyo y fomentar el desarrollo emocional óptimo en nuestros niños: 1. Valida la experiencia emocional del niño. Escucha a tu hijo y reconoce sus emociones. Ve más allá del asunto que describe. ¿Cuál es la necesidad real que está expresando? Si tú lo entiendes, será más fácil que lo acompañes a que él pueda entender qué le pasa, qué está sintiendo y por qué lo siente. Este tipo de apoyo le ayudará a manejar sus emociones. Cuando tu hijo no comunica lo que siente pero notas que le está pasando algo, puedes preguntarle: “Te veo triste… ¿quieres hablar?” “Suenas enojado, cuéntame ¿qué pasó?” Sentirá tu empatía y tu sensibilidad, y si está listo para hablar lo hará. Hacer esto requiere de mucha sensibilidad, respeto y sobre todo autoconocimiento. Validar su experiencia no es estar encima del niño cada vez que siente algo. Es dejarle sentir que estás presente para cuidarlo y darle el apoyo que necesita. Esto le dará seguridad, ya que sabrá que puede contar contigo para ayudarle a entender lo que siente, que muchas veces puede ser confuso y frustrante.

En la adolescencia las emociones son todo un tema. Sírvase decir que las emociones son válidas siempre; lo que no siempre es válido es lo que hacemos a partir de que sentimos alguna emoción. Si le acompañamos al joven a comprender lo que está sintiendo y por qué lo está sintiendo, probablemente pueda modificar alguna conducta inaceptable que esté manifestando. 2. Usa las emociones como oportunidad para conectar, aprender y enseñar El momento en que un niño expresa sus sentimientos es una ventana maravillosa hacia su mundo interno – ¡y también hacia el tuyo! Tienes la oportunidad de verte ante ese espejo que es tu hijo, que te recuerda cómo fuiste antes de tener miedo a expresarte o a ser juzgado, en aquel tiempo cuando eras mucho más libre y espontáneo… ¿te acuerdas todavía? Si no lo recuerdas, ¿qué le pasó a tu niño(a)? ¿Cómo fue recibida tu espontaneidad y tu chispa de vida por el mundo adulto? Porque, y esto es muy importante, en la inmensa mayoría de los casos nos convertimos en lo que nos hicieron cuando fuimos niños. Así como te trataron, así tratas tú hoy, aunque te choque.

Como padres, primero necesitamos aprender a conectar con nuestras emociones y aprender a manejarlas. De otra manera podemos intentar aconsejar a nuestros hijos, decirles qué hacer y cómo hacerlo, pero lo que van a modelar es nuestro ejemplo. Sus patrones de respuesta emocional serán muy parecidos a los nuestros (en ocasiones adoptan el patrón opuesto, pero no nos queremos extender demasiado…) Por eso la paternidad es la gran oportunidad para aprender sobre nosotros mismos y transformar eso que ya no queremos. Y el amor inmenso que sentimos por nuestros hijos, nos impulsa hacia esa transformación que tanto necesitamos y anhelamos… aunque nos dé miedo. 3. Enfoca su energía emocional hacia la resolución del problema En muchas situaciones nuestras emociones surgen para empoderarnos para crear una respuesta o una solución ante la situación que enfrentamos. También es así en los niños, de hecho con mayor frecuencia. ¿Has visto a un pequeño “defendiendo” a su juguete, el cochecito o la muñeca que le quieren quitar porque “tiene que lavarse las manos” o porque “lo tiene que compartir”? Para el adulto esto puede no tener importancia, pero para el niño se trata de seguir su impulso de vida, y esta es su necesidad más importante. Para poder ayudar al niño a resolver su situación, primero necesitamos entenderla. Por ejemplo: dos niños de 4 años se pelean por un juguete, tu hijo y el del vecino. Quizás lo que le quieres enseñar a tu hijo es que “tienes que aprender a compartir”, porque si no lo hace será un egoísta toda la vida. Pero él está haciendo suya la experiencia de ese juguete. No podrá compartirlo sanamente hasta haber completado su exploración; una vez termine soltará el juguete y pasará a su siguiente experiencia. Forzarlo antes de tiempo sólo genera una sensación de confusión, rabia e impotencia que se convierte en el muy conocido “berrinche”. ¡Claro! Está reafirmando la validez de su necesidad. No está siendo “mal educado”. ¿Será que habrá otro juguete que pueda compartir, y no el que está usando en ese momento? ¿Habrá otra cosa que esté en proceso de explorar, que puedas ayudarle a sustituir con menos frustración? ¿Cómo le ayudas a reconocer la necesidad de su amigo sin invalidar la suya? Eso es ayudarle a ver el problema y resolverlo sintiéndose bien consigo mismo y con su entorno. Para ayudarle a enfocar su energía emocional, necesitamos ver hacia dónde está dirigida su atención y cuál es su necesidad en ese momento. ¿Es explorar, retar sus límites físicos, quizás necesita seguridad (y por eso te busca insistentemente), o socializar… En especial cuando hablamos de niños pequeños, como adultos nosotros proveemos el contexto para que puedan cubrir sus necesidades de manera segura. Con adolescentes el tema es un poco más complejo, pero el proceso se basa en los mismos principios. – Ya sabemos que lo quieres rescatar, pero esa es tú necesidad, no la suya. – Cuando le pides que deje de tocar la guitarra o de hablar por teléfono y que se ponga a estudiar, claro que esto calmaría tu ansiedad de que no le vaya bien en los exámenes (y por lo tanto, en la vida). Por supuesto que es importante para su futuro.

La pregunta importante (que tantas veces pasamos por alto): ¿qué le está haciendo falta, además de calificaciones aceptables? ¿Hacer más de lo que ama? ¿Orientación – saber qué es lo que le encantaría hacer? ¿Sentirse más seguro? Una vez más, ayúdale a reconocer su necesidad real. Entonces podrá enfocar su energía, con tu apoyo, en crear una solución. ¡Y verás como regresa ese brillo de entusiasmo! 4. Aprende a marcar límites Los límites tienen dos funciones: (1) proteger y brindar seguridad, e (2) indicar qué es apropiado y qué no en cuanto al comportamiento, especialmente en las relaciones. ¡Este es todo un tema! Se dice mucho sobre límites, y hay cualquier cantidad de libros al respecto. Dedicaremos una entrada del blog más adelante a este tema tan platicado. Te compartimos dos puntos importantes, poco mencionados y poco comprendidos en el manejo de límites: Procura, de ser posible (no siempre lo es), encontrar un “sí” para cada “no”. Ejemplo: “No puedes salir a correr a la calle, pero en una hora iremos al parque.” (Necesidad: expandir su energía, retar los límites de su cuerpo.)Ejemplo: “Estos dulces no son buenos para ti. ¿Quieres cocinar un postre conmigo en casa?” (Necesidad: comer algo dulce. Problema: gratificación instantánea y adictiva, sin valor nutritivo. Solución: fortalecer el vínculo, involucrar su energía en crear lo que desea.) Establece un ritmo. Hay un tiempo y un espacio para cada cosa. De la misma manera en que existe el día y la noche, el ritmo de tu hijo debe contener espacios para la acción y para la calma.

El ritmo se establece dependiendo de la edad y las necesidades específicas de la etapa en la que está cada niño. No por ser adolescente ya no existe ritmo, ¡al contrario! El ritmo apoya a que los niños o jóvenes se sientan contenidos y seguros. Saben con qué contar. Cuando el ritmo de cada día está muy bien establecido, deja de ser necesario marcar límites constantemente o perseguirlos como “policía”.Para establecer un buen ritmo, necesitas primero adoptarlo tú. Qué evitar hacer con las emociones de tus niños: 1. No invalides sus emociones. No le digas que no sienta lo que siente: “No te enojes/asustes/llores…” Esto le envía un mensaje muy negativo al niño. Le estás diciendo que sus emociones están mal, y que él está mal por tenerlas y sentirlas. Es la mejor manera de volverlos insensibles emocionalmente. Eventualmente sus emociones brotarán, probablemente en la adolescencia, y no será bonito. Tampoco bromees sobre sus emociones, o le hagas sentir ridículo o culpable. “¿Ay, vas a llorar por eso?”, “no seas gallina”, “qué fea te ves así”, “así no te quiero”, etc. Esto mina su confianza en sí mismo. En lugar de “fortalecerlo”, estás logrando que se desconecte de sus emociones. Este es el camino hacia la neurosis – la desconexión con quién realmente soy. 2. No le mientas para evitar su reacción emocional. Decirle cosas como “No va a pasar nada”, cuando sabes que sí, causará una reacción todavía mayor. Peor aún, ¿cómo va a confiar en ti la próxima vez? Es muy importante comunicarle la verdad a tu hijo en la forma en que mejor la pueda entender, aún cuando se trata de una situación difícil. 3. No lo ignores Algunos padres lo hacen con la esperanza de que “ya se le pasará” o “va a dejar de hacerlo”. Esto le comunica al niño que sus emociones no son importantes, y a la larga impactará negativamente en su manejo de las mismas. Aprender a manejar efectivamente nuestras emociones es un trabajo de vida. No hay una materia para desarrollar la Inteligencia Emocional (¿alguien recibió una calificación en esa materia?), y además es algo que se aprende principalmente en casa. Mamá, papá, es tu responsabilidad.

Puedes aprender a usar las emociones como el combustible que te impulsa y llena de riqueza tu vida, y transmitir esto a tus hijos. O ser víctima de un vaivén emocional turbulento, como el que aprendemos a apreciar en las telenovelas (¡qué horror!). La vida puede ser una experiencia mágica. O un infierno. Dependerá en gran medida de en dónde vivas emocionalmente.

Fuente: http://www.ninosdeahora.tv/index.php/blog/noticia/8

Los grandes expertos no dudan: "Los Reyes Mago son Melchor. Gaspar y Baltasar, vaya pregunta más tonta"

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Esta noche ha habido murmullos de pisadas reales en las terrazas, en las ventanas, en los pasillos, en los salones… Murmullos de caravanas de pezuñas, pasos breves de los pajes; niños que jurarían, que juran, haber oído, con la respiración contenida y abrazados a las sábanas, el roce de los mantos de armiños, el crujido de los picaportes bajo los dedos enguantados y cubiertos de alhajas, el rechinar mágico de las puertas, un escalón que cede, el viento en un canalón, una voz diferente, un susurro real, un relincho lejano…

Esta noche, millones de niños, ante la amenaza del carbón o del olvido, han prometido no levantarse, guardar silencio, no asomarse, dormir, soñar… Antes del alba, quizá hace unos minutos, se han despertado antes que siempre y han sentido que la casa estaba más silenciosa que nunca, que olía diferente, a un aroma secreto; que las puertas del pasillo estaban cerradas y que algo mágico había detrás de aquel silencio. Han sido millones de niños los que se han acercado aullando al cuarto de sus padres, arriba, arriba, que han venido los Reyes y todos en pie, sin zapatillas, vamos, vamos, todos en fila india por el pasillo precintado en penumbras hasta la puerta del salón. Y ahí, un año más, el padre se ha detenido prolongando la emoción unos segundos más, sólo unos segundos. Ha girado la manilla muy despacio, ha asomado la vista por apenas una rendija, ha vuelto a cerrar la puerta, se ha girado hacia sus hijos y ha soltado un admirado: «¡ooohhh!». Y los niños, con la boca abierta como peces, temblor en las piernas y el corazón a ciento treinta pulsaciones, no han podido más. Los padres han cedido el paso y los pequeños se han asomado a un salón que para los demás sería oscuro, no para sus ojos de gatos curiosos.Y ahí, encima de los sillones, en el suelo, al lado de los zapatos relucientes, junto al cubo de patatas vacío (¡los camellos, mamá, los camellos!), bajo las copas de champagne apuradas… han encontrado los focos de emisión de ese aroma mágico, los regalos traídos desde lejanas tierras por Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente.

Ajenos, distantes, a este encuentro único, breve y romántico de la inocencia con la magia, una legión de historiadores con ganas de… se empeña año tras año en publicar libros en los que se remueve el limo en el que se confunden y enriquecen historia, fe, leyenda, tradición y mito hasta «demostrar» que «la Epifanía es un invento», «no eran tres», «no eran reyes», «no venían de Oriente», «no siguieron una estrella» y que, ¡oh!, «no eran magos».

La historia verdadera, los hechos ocurridos hace dos mil años (par de años arriba o abajo) en lo que la Iglesia llama la Epifanía («presentación»), son vagos y no concluyentes, pero son. Sabemos por el evangelista San Mateo que «unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: ¿Dónde está el que ha nacido, el rey de los judíos? Porque hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarle».

San Mateo no dice en ningún momento que fueran tres. El que primero lo concluye así es el Papa San León, basándose en los regalos (estos sí, tres) que le fueron ofrecidos a Jesús. Esta opinión fue compartida por muchos otros teólogos cristianos de la Edad Media apoyándose en interpretaciones de textos bíblicos como el Salmo 71,10 en el que se dice: «Los reyes de Tarsis y de las islas ofrecerán presentes, los reyes de Arabia y Saba le traerán sus regalos, y todos los reyes de la Tierra le adorarán». Tarsis, Arabia y Saba… tres.

En las representaciones artísticas de los primeros cristianos apenas se pueden encontrar testimonios fiables, sobre todo considerando que las primeras pinturas ornamentales en cementerios y lugares de culto cristianos no llegan hasta más de trescientos años después del nacimiento de Cristo. Así, en la representación de la Epifanía que se conserva en el cementerio romano de Domitila, aparecen cuatro magos; en la conservada en el museo Laterano, tres; y en una vasija recogida en el museo suizo de Kircher: ¡ocho! Aunque esto es nada. Si nos basamos en textos asirios, la tradición añade nueve magos más, hasta completar el número sagrado (y divisible por tres) de doce.

¿Cuál es la verdad sobre el número de magos que adoraron al Niño? Este periódico ha consultado con un experto sobre la figura de los Reyes y que, desde ahora y durante el resto de este reportaje, aclarará en exclusiva los puntos más controvertidos de la Historia. Así, Ignacio Zubía, un donostiarra de seis años, se muestra tajante sobre el número de magos que llegaron a Belén de Judá: ¿Los reyes magos son cuatro, cinco, o doce, como dice la tradición ortodoxa para sibolizar los doce días de la Navidad?
– ­Pues tres, claro.

Con esta declaración contundente, damos por concluido el espinoso asunto del número y pasamos al de su categoría profesional. ¿Eran reyes y magos? No hay dogmas en la Iglesia que obliguen a creer en que los hombres llegados de Oriente eran de estirpe real, es más, es un asunto futil. Sin embargo, Tertuliano (abogado cartaginés convertido al cristianismo en el 193 d.C.) así lo cree, basándose en el mismo Salmo que hemos transcrito al tratar la materia del número. Un detalle nimio, pero curioso, viene dado por el nombre hebreo «Melchor», que se traduce como «rey de luz» o «rey blanco». Nada que objetar, por tanto, a la interpretación de Tertuliano; como tampoco al asunto de si eran, o no eran, magos. La palabra griega «magoi» es la referencia. No debería traducirse directamente como «magos» en el sentido actual, sino como algo parecido a un hombre sabio, capaz y dotado, perteneciente a una casta sagrada.

Jefe de los magos
Probablemente ésta fuera la casta de los Medos, que mantenía sobre sus territorios una influencia mucho más religiosa que política y que servían al rey de Babilonia y todas las jerarquías persas como sacerdotes, incluso en tiempos del nacimiento de Cristo (cuando el Imperio Parto dominaba el Oriente). Hay una referencia explícita a un «mago» de estirpe real en la Biblia (Jeremías, 39,3): «Todos los oficiales del rey de Babilonia entraron y establecieron sus cuarteles en la puerta del medio: Nergal-Saresser, príncipe de Samgar, oficial mayor…» Este «oficial mayor» es la intrepretación de la palabra original «rabb-mag», que puede traducirse, directamente, como «mago en jefe» o el primero de la casta de sacerdotes.

Zubía, por su parte, no tiene mayor problema en este asunto:
– ¿Son reyes y magos?
– ­Claro que son reyes, porque llevan coronas. Y magos, porque, porque… si no fueran magos, ¿cómo iban a llevar los juguetes y el carbón a todos los niños? Y lo saben todo.
– ­¿Todo?­
– Sí.
– ­¿Les has visto alguna vez?­
– Noooo… porque si estás despierto no vienen. ¡Ah, bueno, sí! Les vi una vez, en el Palacio ese, eeeh… en el Palacio de San Sebastián. Hablé con el de la barba marrón.­¿Con Gaspar?­ Sí. Y me dijo que sabía que era bueno y que sabía que el nombre de uno de mis aitonas (abuelos) es José Miguel.­
– ¿Y cómo lo sabía?
– ­Porque es mago.

Resuelta esta inquietud con éxito por nuestro experto donostiarra (inquietud que ha derramado ríos de tinta en muchas editoriales, interesando a muy pocos). La siguiente y difícil cuestión a plantear es su procedencia, el día de su llegada y sus nombres. No hay duda de que venían de Oriente, tal y como ha quedado escrito por San Mateo, pero, ¿de qué Oriente hablamos?

Oriente real
Antes hemos mencionado la «posibilidad» real de que los magos fueran hombres sabios o sacerdotes medos al servicio del Imperio Parto, que se extendía por lo que es ahora Irán y parte de Irak y Siria hasta Turkmenistán, y que disputaba con Roma el control de Armenia. Con esta base, y para intentar establecer una conjetura fiable sobre su procedencia exacta, hay que entender que los Reyes (magos y tres) no llegaron a Belén hasta muchos meses (probablemente alrededor de un año y medio) después del nacimiento de Jesús. Esto es lógico si tenemos en cuenta que Herodes, asustado después de su encuentro con los magos al comprender que se estaba cumpliendo la profecía de Jeremías: «Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel», y la profecía de Balaam: «Una estrella brillará sobre Jacob y un cetro brotará de Israel», ordena la matanza «de todos los niños de Belén y de todo su territorio, de dos años para abajo, según el tiempo que había calculado por los magos» (San Mateo, 2,16).

Con esta base, la del tiempo transcurrido entre que los magos advierten la «estrella» (Navidad) y llegan a Jerusalén a presencia de Herodes, es lógico pensar que su viaje de ida tuvo una duración cercana al año. Así, y según el ritmo de la caravana de camellos (animal más empleado en la zona para las largas peregrinaciones), se puede concluir que la distancia más probable es la de entre mil quinientos y dos mil kilómetros de distancia, lo que coincide con las fronteras orientales del Reino Parto, más allá de la región de los Medos, al norte de Persia.

Felices adaptaciones
El hecho de que la Epifanía se celebre el seis de enero (sólo 12 días después de la Navidad) no tiene que ser un problema a la hora de creer en la Historia. Las fechas de las celebraciones cristianas nunca han sido fechas reales, sino que son afortunadas adaptaciones de otras fiestas paganas (el 25 de diciembre era la Fiesta del Sol en Roma, día celebradísimo por los ciudadanos del Imperio). Es más, las Iglesias de Oriente celebran el 6 de enero, y todo a la vez, la Navidad, la Epifanía y el bautismo de Cristo. A finales del siglo IV, las Iglesias de Occidente (primero la de Antioquía), «inventan» la Navidad. Su principal responsable: San Juan Crisóstomo.

Este personaje es importante en la Historia de los Reyes Magos. Entre sus escritos, el santo incluye las narraciones de un relator de la región de Ariana (de los confines del Imperio Parto, de las mismas tierras que los Magos y, por tanto, fuente de gran calidad) en las que se asegura que los Reyes volvieron a su patria y fueron bautizados, dedicándose durante el resto de su vida terrenal a la enseñanza de la fe en Cristo. Esta última visión tiene mucho de legendario, sin más.

Gaspar y Gushanasaph
También sin más son los nombres reales de los Magos. La tradición cristiana, y el martirilogio, les atribuye los de «Melchor, Gaspar y Baltasar». Otras tradiciones, si acaso más directas, como la siria, les bautiza como «Larvandad, Hormisdas y Gushanasaph». Da igual cómo se llamen, la verdad es que desde mediados del siglo pasado, Sus Majestades, rescatados del Paraíso de Oriente, deben bajar a la Tierra cada seis de enero. Su cabeza adornada con coronas, envueltos en mantos de armiño, las manos enguantadas…

Sus nombres, por supuesto, no son materia de discusión para Ignacio:
– ­Y se llaman Larvandad, Hormisdas y Gushanasaph, ¿no?
– ­Noooooo. Son Melchor, Gaspar y Baltasar.
– ­¿Y te traen regalos si has sido bueno?
– ­Sí, porque se lo manda el Niño Jesús, que es su jefe. Bueno, a los más pequeños, a los que no saben, siempre les traen regalos; pero cuando eres un poco mayor, si te portas mal, te traen carbón.
– ­¿Y tú has sido bueno?
– ­Sí. Me he portado bien, aunque un poco de carbón no me importa, me gusta.
– ­Y tú, ¿qué les dejas a ellos?
– ­Roscón de reyes; aunque sólo un poquito, porque está tan bueno… Pero como son magos, no les importa.­
– O sea, que son tres.
– ­Sí.
– ­Y son Reyes.
– ­Sííí…
– ­Y Magos.
– ­Que sííííííí…

Lo ha dicho un niño de seis años («recién cumplidos») que esta noche se dormirá muy quieto, atado por los nervios («¡que no estoy nerviosooo!»), y que mañana se despertará envuelto en magia. No hay más que decir.

Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/18276/-los-grandes-expertos-no-dudan.html

A PROPÓSITO DEL BUCEO DE CALIDAD

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El pasado 11 de diciembre Cozumel se vistió de gala para celebrar el Scuba Fest 2015, un festival que busca crear conciencia en la importancia de cuidar los arrecifes así como fomentar el gusto por el buceo de calidad en el lugar más bello del mundo.

Ese día, Sylvia Earle, encabezó la ceremonia de izamiento de la bandera de buceo más grande del mundo acompañada por Pedro Joaquín Delbois, presidente del festival; autoridades municipales, personal del sector naval, militar y de la base aérea. Los vientos corrían a nuestro favor, el color rojo pintaba al cielo, la sonrisa de Sylvia reflejaba la emoción del momento y la satisfacción de llevar el emblema. La mejor oceanógrafa del mundo cargaba la bandera así como el conocimiento de los mares y la experiencia de las profundidades.

La fiesta no termina ahí. Seguían los reconocimientos. El momento estelar se acercaba, el busto en bronce de Sylvia estaba a punto de ser revelado. Las expectativas eran muchas. La curiosidad era más.

Ahí sobre un pedestal descansaba la obra del maestro Sergio Peraza. Con el temple característico de la oceanógrafa alzo la tela. El busto perfecto y estilizado nos dio el saludo. El pelo no podría parecer más real. Todos aplaudimos. Todos sonreímos. Otra vez nuestros ojos fueron premiados con el arte. Un arte que sería anclado en las profundidades del mar para formar parte del entorno marino. Para ser un arrecife artificial. Para ser un punto de reunión de todos aquellos deportistas amantes del mar y del buceo.

Para aquellos que no gozamos del buceo, el momento de admirar la obra era ese. No perdimos un instante. Fotografiamos el momento para que este quedara vivo en el papel y en nuestra memoria.

Premios y exclamaciones fue lo que se vivió esa noche. Lo demás estaba por venir. Un año más el festival dio el espacio al mar y a sus seguidores.

No corras detrás de alguien que ya sabe dónde estás

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Una vez alguien me dio un consejo que no he querido ni podido olvidar nunca: no corras detrás de alguien que sabe dónde estás, ni siquiera por una exigencia moral. Cuando pregunté por qué debía ser tan radical con mi forma de actuar, lo que me contestaron me ha servido para abrir los ojos en muchos momentos de mi vida.

En primer lugar, me dijeron, ‘no corras detrás de nadie, ni siquiera detrás de ti mismo, porque nadie necesita a alguien detrás, necesita a alguien al lado‘. Después, me afirmaron: ‘si ya no te aporta nada, déjalo ir porque si aún tiene algo que ofrecer a tu día a día, no hará falta que se lo supliques’.

“El secreto no es correr detrás de la mariposa, es cuidar el jardín para que ellas vengan hacia ti.”

-Mario Quintana-

No corras detrás de nadie, ni siquiera detrás de ti mismo
Más abajo hablaremos de qué ocurre al buscar a alguien que no eres tú sin encontrar respuesta pero, ¿y si lo que ocurre es que corres detrás de ti mismo? Parece raro, pero puede pasarte. Muchas veces nos sentimos mejor cuando huimos de lo que nos pasa o dejamos que todo huya al nuestro alrededor.

Cuando corremos detrás de algo que ya no está, estamos corriendo detrás de nosotros mismos y eso nunca es bueno. Es necesario mirar siempre hacia delante, persiguiendo algo que no sabemos dónde está y que queremos encontrar como nuestro futuro. Si corremos detrás de lo que fuimos y no somos, nunca nos superaremos.

En muchas ocasiones no nos atrevemos a parar en seco porque nos da miedo mirar al vacío y reflejarnos en él. Sin embargo, nunca encontraremos vacío siempre que aceptemos que es a nosotros a quienes deberíamos querer primero y para querernos tenemos la obligación de superarnos día a día. Esto mismo ocurre cuando pensamos en nuestra relación con los demás.

Si te necesitan detrás, no te necesitan

Seguro que estás pensando que decir todo esto es muy fácil, pero que en nuestra vida existe ese grupo pequeño de personas que queremos que estén o sigan estando ahí, a pesar de que no quieran que estemos. No es fácil, por ejemplo, aceptar como parece que pueden sacarnos de la vida de otra persona después de haberla compartido.

Sin embargo, por muy complicado que sea, es muy beneficioso que nos recordáramos que para mantener una relación viva el mayor ingrediente que se necesita es el interés. Si no hay interés, no hay relación, porque lo que nos mantiene unidos son las ganas de conocerse recíprocamente, con todo lo que eso conlleva.

“La ausencia paulatina de tu interés por mí, la falta progresiva de tus ‘buenos días’, la elección egoísta de tu lejanía, fueron los que determinaron que no hiciera falta viajar a Macondo; bastaba besar tus labios para sentir… Cien años de Soledad.”

-Gabriel García Márquez-

No podemos sentirnos mal por romper con lo único que nos queda de una relación que está acabada: no te necesitan si no te quieren al lado complementando la vida y tú realmente tampoco lo necesitas. Solo echas de menos algo que ya no es y no puede ser. Entender esto, valorarte y no dejar que te infravaloren es el primer gran paso que puedes dar para avanzar.

Mira dentro, tú sabes dónde no quieres estar

Es exactamente eso. No quieres estar ahí dónde estás esperando a que esa persona se dé la vuelta y te mire. No quieres estar ahí si sabes que no te mira porque no quiere. Mira dentro de ti y reflexiona sobre ello, ¿seguro que no quieres llevar tu propio ritmo?

“Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.”

-Jorge Luís Borges-

Entre otras cosas, crecer es aprender a marcar tu propia dirección y la velocidad de tu vida. Tú eres quien determina cómo cultivar lo que tiene, como dar amor: sabiendo que quien más pierde siempre es el que no sabe recibirlo. Comparte lo que tienes dentro con quien de verdad quiera que lo hagas, pues es la forma más justa de cariño que se conoce.

Fuente: http://rincondeltibet.com/blog/p-no-corras-detras-de-alguien-que-ya-sabe-donde-estas-4141