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¿Por qué se atraen los polos opuestos?

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Las diferencias ponen chispa a la relación, pero también a los conflictos. Por eso, muchas parejas prefieren esconderlos. La más saludable, sin embargo, es ponerlos sobre la mesa, como estas parejas.

Bien sabido es que el amor es ciego. Y por eso pasa lo que pasa. Que una vegetariana estricta que no puede (literalmente) ni tocar la carne se enamora de un carnívoroargentino; que un catalán recorre miles de kilómetros para encontrar a su media naranja rusa (y aguanta todos los brindis con vodka que su amor merece); que una católica y un musulmán se enfrentan juntos a los prejuicios de sus familias o que una contable maniática de la organización y de la planificación pase por alto que al hombre de su vida le gusta desbaratar todos los planes.

Entonces, ¿las diferencias unen o separan? La psicóloga Ana Villarrubia, directora del Centro de Psicología Aprende a Escucharte (Madrid), lo tiene claro: «Nos han de complementar; de lo contrario, no seríamos capaces de construir una pareja con nadie, o tendríamos solo relaciones poco enriquecedoras. De hecho, son tanto las semejanzas como las diferencias las que nos guían en el proceso de elección: nos gusta estar con alguien afín, pero al que también admiramos por cosas que no tenemos y que podemos aprender».

Pero hay escollos difíciles de salvar. Sobre todo, los que provienen de costumbres arraigadas, adquiridas en la niñez. Religión, política, alimentación, normas de educación… Contra esos obstáculos chocan las parejas de diferentes nacionalidades. «Hay un refrán que dice que cada casa es un mundo. Pero ¿qué pasa si en cada casa hay dos mundos?», la reflexión la propone Carmen Giró, periodista y autora de ‘Familias globales: un hogar, dos culturas’ (Ed. UOC). La investigación para su libro la ha llevado a ser testigo de la convivencia de decenas de familias con distintos lugares de procedencia.

Una pareja, dos culturas

«En términos generales asegura, cuando una pareja mixta inicia su andadura es porque las diferencias atraen. Las viven como una oportunidad de enriquecerse». En España, según las últimas cifras disponibles, de 2013, el 18% de los matrimonios cuenta con un cónyuge extranjero. Y eso sin contar las parejas que conviven sin papeles de por medio ni las que se casaron en otro país. En 1996, los matrimonios mixtos eran solo el 5%. «Es un fenómeno creciente, por la mayor movilidad y las tecnologías, que acortan distancias», señala Giró.

Josep Piñol y Yulia Tereschuk, catalán él y rusa ella, son una de esas parejas. Sus costumbres dispares han llevado a algunos malentendidos desde aquella primera cita a la que él se presentó sin flores (inadmisible falta de tacto para las rusas). Luego han venido otros, nacidos de la convivencia. «Al principio no podía entender cómo era posible que no le gustase nuestra sopa de remolacha, el borsch. Ahora comprendo que cada uno se acostumbra a la comida de donde vive. Eso sí, cuando estoy enfadada con él, ¡le hago una cazuela enorme!», cuenta Yulia con humor.

La periodista Carmen Giró se ha reído mucho con malentendidos lingüísticos y culturales. Pero también ha sido testigo de asuntos duros. «La religión y las diferencias de raza son los puntos de conflicto más grandes, ya que la pareja tiene que superar los prejuicios de los que les rodean. Pero la convivencia lo suaviza todo; se acaba viendo a la persona, no la nacionalidad ni el color».

Amir y Eva prefieren usar nombres supuestos para no ahondar más en los problemas familiares que su amor ha generado. Él es paquistaní y musulmán, y ella, española y católica. Juntos están aprendiendo a ser tolerantes con las creencias del otro, pero no han logrado que sus parientes lo hagan. La familia de él no la acepta, y la de ella, aunque le tiene cariño, no puede evitar «miedos y prejuicios».

Prejuicios, una palabra incómoda para todos. «Se alimentan del miedo que nos lleva a no arriesgarnos a comprobar su veracidad. Por eso se combaten solo con voluntad y flexibilidad: acercándonos a la realidad con la posibilidad de que nuestras hipótesis sean refutadas», asegura la psicóloga.

Discutir sin herir

El amor ciego de los primeros compases va abriendo los ojos poco a poco. Las diferencias se hacen más evidentes y son cada vez más necesarios el diálogo y el acuerdo. Aunque muchas parejas optan por el camino del medio, hacer la vista gorda y evitar el conflicto, la experta recomienda no cerrar los ojos a las diferencias: «No soy partidaria de que existan tabúes en la pareja advierte la psicóloga, aunque no es necesario meter el dedo en la llaga a menos que sea de forma constructiva. Es conveniente hablar explícitamente de todo lo que afecta a la intimidad y a la convivencia, pero no es positivo remover heridas si no es para proponer soluciones o alternativas».

Amor (anti)carnal

Alba Salgado López y Luis Alberto Rapela.
Ella es vegetariana; él, un argentino que adora la carne.
Sus gustos culinarios son radicalmente opuestos. Alba come frutas y verduras, legumbres, cereales… Para Luis, la carne es el principal sustento. «Lo importante es no querer convencer al otro de nada, aceptar que es algo en lo que sois distintos y decidir si podéis vivir con ello. Nosotros sabemos que sí; pero si lo dejáramos me costaría aceptar otra pareja omnívora», asegura Alba.

Y eso que la pasión, entre ellos, ha obrado milagros: «Por amor he cocinado con carne, aunque no hay amor que me pueda hacer comerla». Él dejó su país por ella, pero no su dieta.»Hago al menos un asado a la semana, con mollejas, chorizo criollo, morcillas…». La compra, la cocina, salir a cenar… Motivos de conflicto hay a diario, pero «el pacto más importante que tenemos es no tocarnos las narices el uno al otro», dice Luis.

Lo más complicado son las reuniones familiares. «Cuando salimos con mi familia, tenemos que aclarar que Alba no come carne. Y eso en Argentina sigue siendo difícil». Para ellos, el balance es positivo: «Hemos aprendido sobre respeto y tolerancia dice Alba, a discutir sin atacarnos, a cocinar recetas nuevas para el otro… y he creado un blog, Mi carnívoro y yo». Luis también subraya las ventajas: «No nos hace incompatibles. Al revés: ¡Yo hago el asado, ella la ensalada y los amigos, encantados!».

Desde Rusia con amor

Josep Piñol y Yulia Tereschuk.
Él es español y ella, rusa: choque de mentalidades y tradiciones.
Yulia nació en Biskek, capital de Kirguistán, y se mudó a Rusia para acabar sus estudios.En ambos países están sus raíces y su familia. Allí se forjaron las costumbres que hoy trata de adaptar a su nueva vida en Barcelona, donde vive desde 2006.

Yulia y Josep llevan ocho años casados y son padres de una niña de cinco, Valeria. «Nuestros conflictos se basan en nuestra distinta mentalidad» dice Yulia. «Vengo de un país que ha vivido bastantes cataclismos. En los años 90 teníamos limitaciones en la alimentación y en mi casa tirar pan, aunque sea seco, es un pecado enorme. Si tratas la comida sin respeto volverás a pasar hambre. Eso es una lucha con mi marido, porque él no para de tirar cosas que aún pueden servir».

Las familias de Yulia y Josep se han entendido bien. Ella se siente aceptada, querida e integrada, pero eso no evita los choques culturales. «Cuando me mudé, mis parientes y amigos empezaron a venir a visitarme. Yo, por supuesto, les ofrecía mi casa (en mi país, lo contrario es de mala educación). La tolerancia de mi marido duró, pero un día me dijo que nuestra casa parecía un hotel».

Josep, por su parte, relata lo que supuso para él conocer a su familia política en Rusia: «Comí con su abuela, tíos, primos… Todos beben chupitos de vodka desde el principio de la comida hasta el final. Llenan los vasos, alguien se levanta a brindar y se lo toman de golpe. A los cinco minutos se levanta otro y hace lo mismo. Para mí fue difícil seguirles el ritmo», cuenta. Su mujer replica: «Por algo es fiesta, ¿no? Aquí son más aburridos».

Planes, para qué os quiero

Ángel Riazae Itziar Lora.
Ella planifica; a él le gusta improvisar.
Llevan seis años juntos y acaban de tener a su primer hijo, Ian. Y son muy distintos: a Ángel le gusta el rock; a Itziar, el pop. Él prefiere la montaña y ella, la playa. Él es del Madrid y ella, del Barça. Y, sobre todo, a Itziar le gusta planificar y a Ángel, no. «Le encanta desmontarme los planes», puntualiza Itziar.

Si salen de viaje, ella establece lo que harán semanas antes de partir. Pero, al llegar, Ángel lo pone todo patas arriba: «Me gusta más ir viendo sobre el terreno. Claro que eso te lleva a discusiones, también te hace replantearte las cosas y tener una visión más amplia», aclara. Ella admite el lado positivo: «Gracias a él, he hecho cosas que no me habrían pasado con alguien más parecido a mí».

En su caso, las diferencias han servido de imán. «Nos han hecho una pareja más fuerte y hemos aprendido». Y en lo importante se comunican bien. «Llevamos el dinero juntos y lo hablamos todo. Con el niño, igual», dice Itziar. Según Ángel, «el respeto y la comprensión son básicos. Y dedicarle tiempo a la pareja». «Y la paciencia», sonríe Itziar.

Cuestión de fe

Amir y Eva.
Él es paquistaní y musulmán; ella, española y católica no practicante.
Los padres de Amir tienen una tienda de alimentación halal (permitida para musulmanes) en Londres. «Él llegó siendo niño. Aunque es practicante, su modo de vida es occidental». Lo cuenta su novia, Eva, una española instalada en Londres para estudiar diseño que prefiere usar un nombre falso y evitar las fotos. «Cuando lo conocí no vi a un musulmán, sino a un chico».

Se enamoraron y comenzaron los problemas. «Su familia no acepta que vivamos juntos ni que se case con una no musulmana. Hemos discutido porque me tuvo escondida. Hasta quiso que me convirtiera. Yo quería que diera la cara por mí y tardó». Incluso se separaron un tiempo. «Mis padres tampoco se lo tomaron bien. Decían que sería un maltratador o que si teníamos hijos se los llevaría… Creo que en el fondo saben que es bueno, pero el miedo puede más. No es que nos hayan repudiado, pero sí nos hemos distanciado de nuestras familias».

Juntos son felices: «Solucionamos los roces. Él tiene una educación machista, pero intenta cambiar. Yo no soy religiosa y procuro controlar mi pasotismo. Él cumple con el islam de la manera que quiere y yo no me implico, pero lo acepto y lo respeto». Con el tiempo han terminado por evitar hablar de la familia para no discutir. «El tema de los hijos también lo vamos aplazando porque somos jóvenes, pero cuando llegue el momento sé que volverán a surgir las diferencias».

Claves para que venza el amor

Para que las diferencias no envenenen una relación, Ana Villarrubia, experta en terapia de pareja, recomienda poner en marcha estas estrategias:

Comunicación emocional y empatía. En la medida en que sean capaces de comprender desde qué experiencias y aprendizajes vienen las diferencias, también serán más capaces de tolerarlas.
Habilidades de negociación. No se sale plenamente victorioso de un conflicto en pareja. Si el problema se resuelve bien, ambos pierden y ganan algo. Para eso hay que saber ofrecer soluciones, pero también se debe renunciar a algo.
No hay que idealizar al otro. Si uno de los miembros de la pareja pone al otro en un pedestal, la decepción está asegurada. Nunca se conocerán… ni se entenderán.
Flexibilidad, tolerancia y aceptación. Al centrarse en las diferencias, uno se convierte en criticón. A nadie le gusta que le señalen sin parar sus puntos malos… sobre todo, si quien lo hace es tu pareja.​
FUENTE: http://www.mujerhoy.com/psico-sexo/pareja/atraccion-polos-opuestos-diferencias-918016112015.html

Los 10 mejores libros de 2015

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Babelia ha preguntado a una cincuentena de críticos y colaboradores cuáles son los mejores libros de 2015. Cada miembro de este jurado, formado por 24 hombres y 22 mujeres de España y América Latina, ha elegido sus mejores cinco opciones, a las que han adjudicado 5, 4, 3, 2 y 1 punto. La lista refleja un escenario variado de autores de distintos orígenes y de géneros. Destaca el reconocimiento de las memorias y diarios, así como del ensayo, un papel menor que otros años para la narrativa, y un espacio para la poesía. A continuación, los libros más puntuados. 

1 Los diarios de Emilio Renzi. Años de formación. Ricardo Piglia. Anagrama

Los años de formación de un artista adolescente son narrados en estos diarios donde Emilio Renzi cuenta al detalle su educación formal y sentimental, transitando por una Argentina idílica, artística y política. En una escena inicial se cuenta una anécdota en la que Renzi conversa con Jorge Luis Borges y ante un comentario Borges lo descubre como escritor. Renzi (más que un alter ego de Piglia, un reflejo) va transformándose en aquello que Borges ha descubierto en él. Entre el asombro y el descubrimiento, Emilio Renzi es el mejor Piglia, el lúcido, el de la palabra precisa y la anécdota de largas consecuencias. Iván Thays

2 Farándula. Marta Sanz. Anagrama

Es el mundo de la farándula, pero es también el otro lado de la medalla, oculto a la mirada exterior, el que recorre la novela de Marta Sanz que lleva ese nombre. Espectáculo inquietante de una sociedad de consumo que lame varias heridas, la precariedad del empleo, la vulnerabilidad física, o la soledad del mundo globalizado en la lógica del mercado y el éxito individual. La autora nos muestra las grietas por las cuales se escapa el gas tóxico del desarraigo que domina el mundo del espectáculo, como si la superficie lisa de la imagen fuese también la risa sardónica de otra realidad que se yergue contra la falsedad de bienestar, contra la “sociedad del espectáculo”, esmaltada por la publicidad. Una ética de la novela realista que construye a partir de estas vidas tan brillantes como fatuas. Patricia de Souza

3 Diarios (1956-1985). Jaime Gil de Biedma. Edición de Andreu Jaume. Lumen

Coincidiendo con la reedición de lasMemorias de Carlos Barral, uno de sus grandes “compañeros de viaje”, se publican los diarios completos del poeta de la llamada Escuela de Barcelona que más huella ha dejado. Hasta ahora sólo habíamos podido leer Retrato del artista en 1956.Ahora se le suman Diario de moralidades. 1956-1965, Diario de 1978 y Diario de 1985. Reunidos, constituyen ante todo la biografía moral, amén de intelectual, del poeta que en el fondo quería ser poema, del despertar de la vocación literaria a la amenaza de la muerte, encarnada en la enfermedad del siglo XX, el sida. M. Ángeles Cabré

4 La guerra no tiene rostro de mujer. Svetlana Alexiévich. Traducción de Yulia Doblovolskaia y Zahara García González. Debate

La utilización de la buena literatura para hacer periodismo no es nueva. Lo es que a alguien le concedan el Nobel por ello. Lo hizo García Márquez, que se sentía periodista antes que nada. Hace poco coincidieron Gabo desde América Latina y Kapuscinski desde la vieja Europa, y ambos confluyeron. Una síntesis es la bielorrusa Alexiévich. De ella se han traducido al castellano una crónica sobre Chernóbil, la historia de los millones de mujeres que combatieron en el Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial y la destrucción de la URSS en la vida de los verdugos y las víctimas. El mínimo común es el fracaso de la transformación del hombre antiguo en el Homo economicus. Con sólo una grabadora y una pluma, Alexiévich escribe novelas corales, de no ficción, sobre seres traumatizados por situaciones excepcionales a los que da voz y que cuentan la parte no heroica de sus vidas. Joaquín Estefanía

5 Sumisión. Michel Houellebecq. Traducción de Joan Riambau. Anagrama

Distopía cercana. Un profesor de la Sorbona se enfrenta al cambio. Entre la acción y la reflexión, narra la rendición que lleva a la conversión de Francia al islam. ¿Cómo? Francia 2022. El Frente Nacional va a ganar las presidenciales. Para evitarlo se une la izquierda a un partido musulmán. Vencen, nihilismo convertido en mandato. La civilización es dominio de lo salvaje, mientras que el desprecio al otro, a la mujer, es sumisión. No hay juicio, sí perfecto juego de la tensión narrativa para iluminar la tempestad. ¿Cómo? “… una especie de duda generalizada, la sensación de que no había nada de qué alarmarse”. Esther Bendahan

6 Eso. Inger Christensen. Traducción de Francisco J. Uriz. Sexto Piso

(Según sus editores) una cosmogonía, pero también un ejercicio de crítica política, una reflexión aguda y dolorosa acerca del empleo, una celebración de todo lo que existe. En un año con libros notables de Esperanza López Parada, Carlos Pardo y Rafael Espejo (por mencionar sólo españoles), Eso, de Inger Christensen, destaca por permitir acceder a su lector al lugar “donde idioma y mundo se tocan fructifican de- / forman o sea lo que sea lo que se hacen mutuamente”, que es el lugar del que proviene toda la poesía de relevancia; también (y particularmente) la que resiste intentos como éste de explicarla. Patricio Pron

7 La ley del menor. Ian McEwan. Traducción de Jaime Zulaika. Anagrama

¿Qué sucede cuando el código moral de un individuo se opone al de su sociedad? ¿De qué manera podemos defender a una persona de sus propias acciones perniciosas? ¿Cómo saber cuándo un adolescente es responsable de sus actos? ¿Cuál es la función de nuestras leyes y cómo diferenciarla de la de nuestras normas éticas individuales? En éste, su último libro, Ian McEwan destila estas vastas preguntas en novela ejemplar para nuestro preocupante siglo. La ley del menor es a la vez la crónica de un conflicto familiar y una lúcida exploración del rol de la justicia en nuestra sociedad. Una vez más, McEwan confirma su posición como el mejor y más ambicioso novelista de su generación. Alberto Manguel

8 Freud. En su tiempo y en el nuestro. Élisabeth Roudinesco. Traducción de Horacio Pons. Debate

Sigmund Freud, el padre de la interpretación de la conducta humana y para quien el psicoanálisis era el único compromiso político posible, fue víctima de un mal uso de su propia medicina. Su biógrafo oficial y uno de sus discípulos más brillantes y fieles, Ernest Jones, lo interpretó demasiado ensimismado y apegado a las drogas. Otros, como Peter Gay, no tuvieron acceso a los archivos freudianos conservados en la Biblioteca de Washington, abiertos en 2010, año en que Élisa­beth Roudinesco comienza su investigación para escribir el retrato social, intelectual y científico de un hombre cuya complejidad fue paralela a los clásicos, cuyas lecturas le enseñaron la humanidad indispensable para descender a los infiernos de la conciencia. Ángela Molina

9 Cicatriz. Sara Mesa. Anagrama

Cicatriz es una novela distinta. Está escrita en presente, un presente seco que la dota de una veladura de frialdad. Es la historia perversa de una obsesión doble, la de un hombre que accede a la vida de una mujer a través de Internet y la de una mujer que se deja atraer por la curiosidad. Es la irrupción a distancia del azar en una vida insatisfecha donde la irrealidad consentida destruye aún más que la realidad. Es una suerte de negativo de la vida en pareja y del fetichismo consumista. La narración se apoya sobre todo en detalles implacables. Una verdadera revelación. José María Guelbenzu

10 La mujer de pie. Chantal Maillard. Galaxia Gutenberg

Todo empieza con una imagen que a todos nos puede resultar familiar: la del ser querido, tumbado en la quietud de una cama enferma, y en el minuto exacto que antecede a la oscuridad. Chantal Maillard rememora la escena de la muerte de su madre en las primeras páginas de La mujer de pie —ese libro que es a veces ensayo, a veces poema, a veces diario— no para lamentarse, ni para dolerse, sino para preguntarse qué es el duelo y cuántas heridas harían falta para derribar a este cuerpo nuestro al que ella, a pesar de todo, ha aprendido a mantener en pie. Luna Miguel

 

Del 11 al 20

11. La niña perdida.Elena Ferrante. Traducción de Celia Filipetto Isicato. Lumen.

12. La habitación de Nona. Cristina Fernández Cubas. Tusquets.

13. La familia Karnowsky. Israel Yehoshua Singer. Traducción de Rhoda Henelde y Jacob Abecasís. Acantilado.

14. En movimiento. Una vida. Oliver Sacks. Traducción de Damià Alou. Anagrama.

15. Cynthia Ozick. Cuentos reunidos. Traducción de Eugenia Vásquez Nacarino. Lumen.

16. La muerte juega a los dados. Clara Obligado. Páginas de Espuma.

17. Tierra negra / El Holocausto como historia y advertencia. Timothy Snyder. Traducción de Paula Aguiriano, Inés Clavero, Irene Oliva y David Paradela. Galaxia Gutenberg.

18. Por las fronteras de Europa / Un viaje por la narrativa de los siglos XX y XXI. Mercedes Monmany. Galaxia Gutenberg.

19. Aquí. Richard McGuire. Traducción de Esther Cruz. Salamandra.

20. Virginia Woolf. La vida por escrito. Irene Chikiar Bauer. Taurus.

 

 

FUENTE: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/12/17/babelia/1450366041_247687.html?id_externo_rsoc=FB_MX_CM

Carta de un padre a su hija

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¿Qué es lo que un padre quiere para el corazón de su hija? Esta carta describe lo que un hombre espera que su pequeña encuentre al crecer.

«Si algún día llegas a leer estas palabras quiero pedirte unos minutos de tu tiempo para tratar de explicarte.

No puedo pedirte que te enamores de un extraño, eso es absurdo; pero quiero pedirte que, al momento de entregar tu corazón, lo hagas a sabiendas de que quien está a tu lado, es un hombre que sabrá amarte y apreciarte por la mujer que eres.

Quiero pedirte que te enamores de un hombre de verdad; uno que te persiga con la mirada como un león hambriento; y que se pierda en el brillo de tus ojos, aún en la oscuridad. Enamórate de un hombre para el cual tú seas la única mujer en este mundo; y que sea capaz de construirte un castillo, aunque solo tenga un lápiz y papel.

No puedo pedirte que te enamores de un hombre que lo haga todo; sin embargo, te pido que te enamores de un hombre que esté dispuesto a hacerlo todo por ti.

Quiero que te enamores de un hombre con la suficiente hombría para cocinar por las noches, o cuándo estés cansada. Un hombre que pueda coser un botón de tu blusa favorita, para que puedas llegar a tiempo a esa reunión; y, por qué no, que te diga al oído que: todo estará bien.

Enamórate de un hombre que valore a Dios, a la familia y los amigos. Pues en la vida, necesitará de todos ellos. Y, si es un ladrón, procura que te robé solo algunos besos; pues ya te habrá robado el corazón.

Quiero que te enamores de aquel que acaricie tu rostro y juegue con tu pelo, así sabrás que su mente está solo contigo. Cualquiera puede decir un “te amo”; pero, el amor se demuestra cada día y en los pequeños: “te quiero”…

Quiero que te enamores de un hombre que procure llenarte de alegría, que te haga sonreír, aún en tus días más difíciles. Enamórate de aquel hombre, que no se aproveché de ti, ni aún en tus momentos de vulnerabilidad. Un verdadero hombre te respetará, incluso, cuando tú no quieras.

Enamórate de un hombre que no haga alarde de los bienes que tiene; sino que sepa apreciar y valorar todo aquello que ha vivido, las personas con las cuáles ha compartido y las experiencias que en la vida ha acumulado.

Enamórate de alguien a quien le guste cocinar y ejercitarse, así tendrás la excusa perfecta para comer tus caprichos; y luego, pasar el tiempo juntos: “quemando esas calorías”. Quiero que te enamores de un hombre que esté dispuesto a llevarte la contraria;  que tenga un punto de vista distinto al tuyo. Así, en la salud, la distancia o la enfermedad, sabrás que siempre podrás contar con alguien que estará a tu lado: a pesar de cualquier diferencia.

Enamórate de un hombre que te tenga presente a cada momento del día;  que te llene la vida de detalles. Un hombre, que jamás te oculte lo que siente y te diga, lo que necesitas saber. Quiero que te enamores de alguien que sepa escucharte, aún en el sórdido silencio del olvidó.

Enamórate de un hombre que sea libre, que sea tuyo; que te amé, y que se deje amar por ti. Enamórate de alguien que, aunque no sea yo, te haga feliz.

Al final, si aún no has comprendido, eres tan digna de este amor tan tuyo y tan mío, que aquél de quién te enamores sabrá, que: sólo un hombre de verdad es digno de ti.

No te conformes con menos…

Nunca bajes el listón de lo alto.

 

Te lo dice: Un hombre enamorado de ti, te amo.

Tu padre».

 

FUENTE: http://www.ninosdeahora.tv/index.php/blog/noticia/412

Stephen Hawking: los extraterrestres están ahí afuera

En un extraño juego psico retórico que la cultura pop ha mantenido históricamente con el avant garde científico y con los programas secretos de ciertos gobiernos, parece increíble que aún haya un sector considerable de la población mundial que duda de la existencia de especies extraterrestres en el universo.

Incluso el mainstream emite cada vez mayores señales de aceptación frente a esta mítica coexistencia de la especie humana con seres extraplanetarios. Ahora toca el turno a Stephen Hawking, uno de los científicos más populares de las últimas décadas, cuyos libros y programas televisivos han alcanzado masivas audiencias. Durante un programa grabado para Discovery Channel, que será transmitido el mes próximo, Hawking ha sido contundente al afirmar la existencia de seres en otros planetas o galaxias.

Fiel ha su pragmatismo científico y a su filia matemática, el científico inglés cuestiona el absurdo egoexistencialismo de los escépticos en torno a la vida extraterrestre. Tomando en cuenta que existen 100 billones de galaxias, cada una conteniendo cientos de millones de estrellas, es ciertamente bizarro descartar la existencia de múltiples formas de vida evolucionada alrededor del universo. “Para mi cerebro matemático simplemente las estadísticas me sugieren que la existencia de aliens es perfectamente racional”, afirma.

Parece que ha llegado la hora de confirmar la transformación del paradigma humano-extraterrestre. Ahora la polémica real no gira en torno al si existe o no vida más allá de nuestro planeta. Las verdaderas interrogantes radican en imaginar dinámicas de interacción o incluso una potencial convivencia con estas especies alienígenas. Hawking enfatiza en que ahora “el verdadero reto esta en imaginar sobre como los aliens son en realidad”. ¿Son cuerpos semitranslucidos parecidos a gigantescas medusas? ¿Son cómicos seres con cabezas de cono? ¿Pueden adoptar la forma humana a su deseo y quizá se desenvuelvan desde hace décadas o siglos entre nosotros?

Pero Stephen Hawking no se detiene ahí. Sino que sugiere que probablemente estas especies extraterrestres no sean necesariamente amigables: “Sólo tenemos que mirarnos a nosotros mismos para observar como la vida inteligente puede evolucionar en algo con lo que quizá no queramos convivir. Me imagino que habitan en naves espaciales masivas después de haber devastado por completo los recursos naturales de su planeta originario. Estos avanzados aliens posiblemente se hayan vuelto nómadas y están en busca de conquistar y colonizar cualquier otro planeta que puedan alcanzar”.

Y más allá de este potencial afán colonizador que Hawking sugiere, también esta el hecho de que un encuentro abierto con estos seres podría traducirse en un desastre de inéditas consecuencias para la raza humana. “Si los aliens nos visitan creo que el resultado podría ser algo parecido a cuando Cristóbal Colón llego a América, lo cual no resulto en ningún beneficio para los habitantes del nuevo continente”.

Via The Telegraph

 

FUENTE: http://pijamasurf.com/2010/04/stephen-hawking-los-extraterrestres-estan-ahi-afuera/

Desarrollo sustentable, ¿discurso político o necesidad urgente?

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En la actualidad existen diversas instituciones educativas, organizaciones de la sociedad civil y dependencias gubernamentales que han dirigido su participación y actuación en la sociedad al marco del desarrollo sustentable. El concepto de sustentabilidad ha permeado todos los aspectos de la ciencia, la política y la vida cotidiana. Se han creado programas gubernamentales y académicos sustentables, proyectos y posgrados en desarrollo sustentable, programas de apoyo al desarrollo rural sustentable, manejo sustentable de los recursos naturales, etcétera; sin embargo, en muchos casos el concepto se pierde en un alegato político y demagógico que no logra que se ponga en práctica y solo queda reducido a algún discurso para crear una relación clientelar entre las clases sociales vulnerables y las elites del poder, que se dicen los impulsores del desarrollo sustentable o sostenible y del progreso en nuestro país.

Definiendo al desarrollo sustentable

El concepto desarrollo sustentable se utiliza en muchos lugares y contextos por personas de diferentes culturas para diversos fines o propósitos. Asimismo, ha sido influido por diferentes puntos de vista debido a la estrecha relación que hay entre los seres humanos, el medio del que somos parte y los sistemas económicos. En este sentido, hablar de una definición única y concreta es casi imposible; no obstante, en este apartado trataremos de precisar cuáles son los términos que integran ese concepto a fin de que podamos entender su significado.

Desarrollo

El desarrollo es un concepto que se utiliza en todas las esferas y países y cuyo primer significado es crecimiento, cambio o mejora en un determinado periodo. Para el Banco Mundial, el desarrollo es la mejora en el bienestar de las personas. La Organización de Estados Americanos lo define como un “proceso constituido por actividades que llevan a la utilización, el mejoramiento o la conservación de bienes y servicios naturales o económicos, con el objeto de mantener o mejorar la calidad de la vida humana”. Así, el concepto hace referencia a todos aquellos aspectos que inciden sobre la calidad de vida de la población incorporando criterios referentes a la calidad de la educación, niveles de salud, distribución del ingreso, acceso a las libertades y derechos fundamentales y bienestar cultural y espiritual.

Sustentabilidad

En la década de los ochenta se introduce en la literatura ecológica el término de “sustentabilidad” para calificar el desarrollo y el crecimiento económico, especialmente referido a los países en vías de desarrollo, sensibles a los problemas ambientales. Una de las definiciones más conocidas de tal concepto es “la habilidad de lograr una prosperidad económica sostenida en el tiempo, protegiendo al mismo tiempo los sistemas naturales del planeta y proveyendo una alta calidad de vida para las personas”. No obstante que esta definición es una de las más completas, tiene el problema de utilizar el término sostenido, que en algunos casos implica “sostener” un proceso artificial–por ejemplo, un monocultivo de caña de azúcar–; pero esta producción es mantenida a través del uso de agroquímicos, lo que no la hace sustentable o sostenible; sin embargo, si la cambiamos por “economía sostenible”, la definición resulta muy completa.

Tipos de sostenibilidad

Sostenibilidad ecológica. Se refiere al ecosistema que mantiene las características que le son esenciales para la sobrevivencia en el largo plazo, con un énfasis particular en las especies, poblaciones y ecosistemas.

Sostenibilidad económica. Se refiere al manejo y gestión adecuada de los recursos naturales que permiten que sea atractivo continuar con el sistema económico vigente.

Sostenibilidad social. Se refiere al proceso en el cual los costos y beneficios se distribuyen de manera adecuada, tanto entre el total de la población actual (equidad intrageneracional) como con la población futura (equidad intergeneracional).

Desarrollo sustentable

La primera definición utilizada y difundida ampliamente es la que se utilizó en el informe Brundtland en 1987, donde se considera al desarrollo sustentable como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de que las futuras generaciones puedan satisfacer sus propias necesidades”.

Sin embargo, la definición anterior resulta demasiado amplia y generalizada, por lo que una más concreta es: “El proceso de cambio continuo de aplicación local, regional o global que responde a objetivos y metas universales de transformación social apropiada, para satisfacer las necesidades de bienes y servicios de una población o conjunto de poblaciones, por tiempo indefinido, sin degradar irreversiblemente la capacidad productiva de la tierra, el patrimonio natural y su habilidad para mantener la población de un lugar”.

De acuerdo al análisis de conceptos realizados con anterioridad, podemos utilizar de forma indistinta los términos sustentabilidad, sostenibilidad y desarrollo sustentable, pues para fines prácticos significan lo mismo.

¿Por qué es necesario?

En un primer momento, la huella ecológica constituyó un buen indicador cualitativo y cuantitativo del impacto del hombre sobre la naturaleza y, por ende, una magnífica referencia para comprender la necesidad de aplicar estrategias y políticas orientadas a la sustentabilidad. La huella ecológica se define como la superficie promedio necesaria para suministrar los materiales, la energía y las interacciones ecológicas vitales para la satisfacción de las necesidades de la especie humana, sean estas referidas a una localidad, una región, una actividad o grupo social, o el conjunto de la humanidad. Tal indicador nos demuestra que un norteamericano promedio necesita de 9 a 10 hectáreas promedio para mantener su actual nivel de vida, los Países Bajos tienen una huella ecológica de 3.32 hectáreas, mientras que un habitante de la India requiere de 0.38 hectáreas por habitante.

Entre 1980 y 2000 la población mundial total creció de 4,400 millones a 6,000 millones. El Banco Mundial pronosticó que para 2015 se agregarían por lo menos otros mil millones de personas, con lo que el total sería de casi 7 mil millones. Hoy, en 2011, la población actual, según el Population Reference Bureau (PRB) de Estados Unidos, es de 6,914,947,397. En el año 2003 se calculó que a una tasa de crecimiento poblacional humano de 1% anual, el tiempo de duplicación del tamaño poblacional en el mundo sería aproximadamente de 70 años, pero actualmente el PRB estima una tasa de crecimiento global anual de 2.6%.

De acuerdo al Informe sobre Desarrollo Humano 2007-2008, el estado de Texas, con 23 millones de habitantes, registra emisiones de alrededor de 700 Mt de dióxido de carbono, el 12% del total de emisiones de Estados Unidos, cifra superior a la huella total de dióxido de carbono que deja la región del África subsahariana, lugar donde viven 720 millones de personas. La huella ecológica de los 19 millones de habitantes del estado de Nueva York es superior a 146 Mt de dióxido de carbono que dejan los 766 millones de habitantes de los cincuenta países menos adelantados del mundo.

Estos últimos datos nos dan una idea del impacto actual que causarán al planeta los países en función de su nivel del desarrollo, de continuar con su actual nivel de vida.

Algunos autores sostienen que si cada habitante del mundo en desarrollo dejara la misma huella ecológica que el habitante promedio de los países de ingreso alto, se necesitarían seis planetas como la Tierra. La cifra aumenta a nueve planetas con los actuales niveles de emisiones de carbono per cápita de Estados Unidos y Canadá. En este orden de ideas, una solución posible sería colonizar el universo para satisfacer el capricho del hombre, algo que parece imposible mientras no se descubran nuevos mundos para que la raza humana pueda habitarlos, así como la tecnología de punta necesaria para la transportación masiva hasta ellos.

La huella ecológica en México es de 2.5 hectáreas por habitante; actualmente somos más de 108 millones y, según las proyecciones elaboradas por el Consejo Nacional de Población, la población seguirá creciendo hasta alcanzar cerca de 123 millones en el año 2040, para posteriormente empezar a descender lentamente. Mientras tanto, el país se caracteriza por una excesiva desigualdad, pobreza, desempleo, deficiente apoyo a la investigación científica y tecnológica y una dirección de desarrollo neoliberal. Las políticas de corte neoliberal forman parte de un sistema en el cual el Estado se retira de sus obligaciones sociales y se llega a una economía de libre mercado.

En países en vías de desarrollo como el nuestro, la copia de este modelo ha conducido a una excesiva importación de productos, en detrimento del sector primario, lo que ha generado el aislamiento y olvido de sus habitantes, quienes deben deforestar sus bosques y selvas para recurrir a la búsqueda de otras alternativas, como la siembra de cultivos exóticos en el mejor de los casos, o la migración a las grandes urbes o al extranjero. El efecto de estas acciones es una mayor miseria y marginación y el rompimiento del tejido social de la población rural mexicana.

 

 

La aplicación

Una característica de la sustentabilidad que se hace en el gobierno es que se basa en la sustentabilidad económica, donde los proyectos se enfocan a resolver el problema que representa una sola variable, sin integrar, por ejemplo, los aspectos sociales, ecológicos y culturales a los económicos. El doctor Rodrigo Medellín ya señalaba en 1993 que “en México somos capaces de tumbar las paredes del primer piso de una casa para construir el segundo piso”; es por ello que en la actualidad es verdad que muchos proyectos han logrado una sostenibilidad desde el punto de vista económico, pero a costa del sacrificio de la sostenibilidad ecológica y social.

Para lograr un verdadero desarrollo sostenible es importante que se considere la inclusión de ciertas variables ambientales, como el uso y aprovechamiento de los recursos naturales de forma racional y equilibrada, de manera que no se destruyan ni degraden los ecosistemas ni las especies que los habitan; se debe buscar asimismo la eficiencia y el crecimiento económico y la distribución justa y equitativa de los ingresos para mejorar el bienestar de la población.

Otras variables sociales que deben abordarse son la equidad de género, la inclusión de todos los estratos de la sociedad, la generación de empleos basados en las habilidades de la población local y la valoración de los derechos humanos de esa población, tomando en cuenta su identidad, tradiciones, costumbres, saberes, prácticas y técnicas utilizadas por las diferentes comunidades. Los factores tecnológicos apropiados deben aplicarse de acuerdo con la naturaleza, necesidades y potencialidades del medio geográfico, ecológico y cultural, además de atenderlas formas y reglas que rigen el escenario internacional.

En esta problemática compleja y dado lo multifacético de las soluciones, se requiere del trabajo inter y transdisciplinario integrado mediante grupos que apliquen los diferentes enfoques del conocimiento.

Rescatando “lo nuestro” como modelo de sostenibilidad

La idea de la integralidad no es nueva.
Paradójicamente, cuando hablamos de innovación, nos referimos a reconocer, revitalizar y reutilizar los conocimientos de la manera en que lo hacían las culturas mesoamericanas que practicaron el desarrollo sustentable hace cientos o miles de años a través de un profundo respeto a la naturaleza, de la que se consideraban parte, y no entes superiores con capacidad para dominarla y recrearla. La milpa múltiple y los agroecosistemas son los mejores ejemplos de sustentabilidad en las comunidades indígenas que aún tienen arraigadas prácticas ancestrales; de ellos obtienen recursos para alimentar a sus familias, para allegarse de otros productos a través del intercambio o trueque, o bien para la venta de productos excedentes para generar recursos económicos.

Una opción viable para alcanzar la sustentabilidad ambiental de nuestro país es que los habitantes de las zonas rurales, campesinos mestizos e indígenas, sobre todo donde se concentra la biodiversidad, cuenten con opciones para desarrollar actividades productivas que les hagan posible mejorar sus condiciones de vida en armonía con la naturaleza, conservando y ampliando así nuestro patrimonio cultural. En este sentido, es necesario promover el manejo y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, el desarrollo de ciertas actividades productivas alternativas como el ecoturismo y el comercio justo, así como incentivar la compra de productos que provienen de estas comunidades, especialmente aquellos con valor agregado, producto de la integración de empresas comunitarias para dar ese valor agregado, y comercializar las materias primas que se obtienen dentro de sus ejidos, desde los productos agropecuarios, forestales y artesanías, hasta otros poco conocidos que se generan dentro de los ecosistemas, con nichos especiales de mercado y que tienen un valor importante para la conservación de los recursos naturales. Un excelente ejemplo de esto último es la oferta de semillas de especies nativas para la restauración de los ecosistemas hoy degradados, dando así un paso seguro hacia un biocomercio sostenible.

 

FUENTE: https://www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol24num3/articulos/desarrollo/

Decálogo para una visita ideal a un recién nacido (y a su mamá)

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El respeto al descanso del bebé y de la madre son imprescindibles.

La llegada de un bebé a la familia es una auténtica fiesta que llena de felicidad a todos sus miembros. Abuelos, tíos, primos, amigos… todos están deseando conocer al recién llegado y colmarlo de atenciones. Sin embargo, durante los primeros días es importante tener en cuenta una serie de cuestiones para que las visitas no resulten un incordio.

Lo principal es tener en cuenta que tras el parto, tanto la madre como el bebé se encuentran agotados. El nacimiento de un bebé requiere de un esfuerzo físico muy relevante y duradero en el tiempo tanto de la madre como del bebé por lo que lo primero que tienen que hacer ambos es descansar, para lo que necesitan un entorno tranquilo. Sin embargo, también es comprensible el deseo de los allegados de compartir este momento tan importante y emotivo para todos.

1. Espera: Una vez recibida la gran noticia del nacimiento tendréis muchas ganas de salir corriendo a conocer al bebé y a felicitar a la familia. Sin embargo, lo mejor es dejar que transcurran las primeras 24 horas para que todos puedan descansar.

2. Avisa: Llama al acompañante de la mamá para avisar de que queréis ir de visita y así aseguraos de que no habrá otros familiares o amigos. Esa persona os podrá decir cuándo es el mejor momento para ir.

3. Organización y límites: Antes del parto los padres pueden hablar con las personas más allegadas para indicarles cuáles son sus deseos respecto a las visitas. Además, si a pesar de avisar os encontráis con más visitas o durante la vuestra llegan otras personas, lo ideal es ir dejando paso para que no se acumulen. Esto vale tanto para el hospital, donde existen normas para las visitas como para la casa, donde en ocasiones, los padres se sienten desbordados al tener que atender a las visitas y al recién nacido después de pocas horas de sueño.

4.- Visitas cortas: Lo mejor es que las visitas duren en torno a 30 minutos. Tiempo suficiente para felicitar a los papás y para conocer al recién nacido, hacerle fotos y charlar un rato sobre cómo ha ido todo. Pasados los primeros días habrá tiempo para compartir una merienda o para pasar un buen rato acompañando a la familia.

5. Lactancia: Iniciar y consolidar la lactancia es una labor, si bien natural, compleja en la que inciden numerosos factores. Así, si la madre tiene que amamantar al bebé en el hospital, lo mejor es abandonar la habitación para que ella se sienta cómoda y para propiciar el entorno más tranquilo posible. En casa, ofreced también intimidad a la madre y ved con naturalidad que la madre se retire a su habitación para la lactancia. Tened en cuenta que los primeros días el bebé puede mamar más de una docena de veces en sólo 24 horas.

6. Mensaje mejor que llamada: Si habéis decidido esperar para esa primera visita pero aun así queréis poneos en contacto con la madre, lo ideal es enviar un mensaje de felicitación ya que lo podrán contestar cuando se sientan con fuerza, descansados y tengan tiempo, sin necesidad de la atención inmediata que requieren las llamadas.

7.- Consejos vendo: Tanto si la mamá es primeriza como si ya tiene más hijos, no se debe llegar contando todo lo que se sabe sobre la maternidad y los primeros días tras el parto. Abrumar a la madre con consejos puede estresarla en lugar de ayudarla. En todo caso, se le puede ofrecer colaboración poniéndose a su disposición si lo necesita. Dejarle claro que estás ahí para cuando lo necesite le resultará reconfortante y acudirá cuando le haga falta.

8. Coger en brazos: Los recién nacidos son muy sensibles a los estímulos, por eso es mejor evitar los besos o cogerlos en brazos durante los primeros días de vida. En cualquier caso, siempre hay que preguntar a los padres antes de coger a los bebés y lavarse siempre las manos. También se recomienda no utilizar perfumes o maquillaje para no manchar al bebé ni incomodarlo con los aromas.

9. Volver a ir: Los primeros días basta con una visita, ten en cuenta que muchas personas querrán conocer al recién nacido. Si a pesar de todo no te puedes resistir, lo recomendable es no superar las dos visitas.

10. Respetar el descanso y las rutinas diarias: Si ya has llamado los padres te habrán indicado cuándo es el mejor momento para visitar, pero es importante respetar las horas de la comida, de la cena y el descanso de la familia. Ten en cuenta que a partir de las ocho de la tarde suele llegar el momento del baño del bebé, de la toma y posiblemente de la cena de los padres, así que procura no ir a partir de esa hora y si estás allí, recuerda que habrá llegado la hora de marcharte.

 

FUENTE: http://www.mujerhoy.com/ser-madre/bebes/decalogo-para-visita-ideal-863595032015.html

Raras fotos vintage a color de mujeres en las calles de París en la década de los 40

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Parisian Women from between 1930s and 1940s (1)

Estas imágenes recientemente publicadas muestran supuestamente la jovialidad y el glamour retrospectivo de la vida parisina de la época de los años 30 y 40 del siglo pasado. Las fotos fueron tomadas por el fotógrafo francés André Zucca con una cámara Agfacolor, algo poco común en ese entonces.

Es notable cómo algunas de estos looks podrían estar actualmente en la vanguardia de la moda –la moda, que es una marea con olas que vienen y van.

Hay una especial nostalgia de ese París aparentemente despreocupado, de parejas en las calles, con amor y luz… pero sólo aparentemente, puesto que algunas de estas imágenes fueron tomadas durante la ocupación nazi. Zucca ha sido acusado de hacer propaganda pro nazi con estas imágenes en las que muestra una vida normal, no sin sonrisas, cuando una violenta ocupación estaba teniendo lugar. Según comenta Ian Buruma en The New York Review of Books, “Zucca no era nazi, sólo quería continuar su vida como había sido antes”.

Dicho eso recordemos que, pase lo que pase, la vida sigue.

 

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FUENTE: http://pijamasurf.com/2015/11/raras-fotos-vintage-a-color-de-mujeres-en-la-calles-de-paris-en-la-decada-de-los-40/

La rivalidad entre hermanos

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Existen 3 razones principales por las cuales los hermanos se pelean:

Posición – muchos pelean por el lugar que quieren/necesitan ocupar en la familia.

Atención- otros pelean ser vistos por sus padres.

Posesión – también pueden pelear por sus pertenencias, amigos, o por el favoritismo de los padres.

¿Cómo te sientes tú cuando alguien te quita tu lugar? Para un niño pequeño, el sentirse desplazado por otro es muy duro, y debido a que está en contacto con sus emociones y necesidades, tomará acción inmediatamente.

Nuestra tarea más importante en este sentido es: cuidar que cada niño tenga y se le reconozca el lugar especial que le corresponde en la familia.

Cómo reducir la rivalidad entre hermanos:

1.- Reflexiona. ¿De qué manera participas en que se acentúe la rivalidad? Acciones que acentúan: comparar, favoritismo, abandono, violencia física o verbal, engancharte con uno (¿qué espejo es de tu historia?).

2.- Tiempo para cada uno. Cada hijo necesita atención individual. Leer juntos, tomar un paseo, o ir a un mandado son maneras simples de compartir el tiempo con sus hijos.

3.- Conexión y amor. Como regla general: Mientras más lleno de amor y reconocimiento se sienta el hermano mayor, menos necesitará quitarle al menor. Mientras menos violencia física o verbal reciba el mayor, menos necesitará descargarla con el menor.

4.- Individualidad. Apoya a tus hijos a que pasen algo de tiempo solos. No intentes que hagan todo juntos. Recuerda que cada uno puede tener preferencias en cuanto a deportes o actividades. Dale a cada uno su espacio.

5.- Intervención. Da espacio para que resuelvan sus diferencias, siempre y cuando no lleguen a gritos o golpes. Reconóceles cuando la pasan bien, y también cuando resuelven positivamente sus diferencias entre ellos. Cuando no puedan solos, intervén sin juzgar (calificar de “bueno” y “malo”).

Ayúdales a verse mutuamente y a encontrar una solución que atiende las necesidades de ambos.

Recuerda: no importa qué tan bien se comporten los hermanos, ocasionalmente se pelearán o discutirán entre ellos. Cuéntanos cómo te funcionan estos tips para suavizar la rivalidad entre hermanos.

 

FUENTE: http://www.ninosdeahora.tv/index.php/blog/noticia/69

La nueva filosofía la hacen físicos

Hay la filosofía de la ciencia. Sí. Pero hay también la filosofía hecha por científicos, sobre todo físicos cuánticos, que no pretenden hacer filosofía, hasta pueden no conocerla ni tener idea de sus preguntas básicas y milenarias, sino atacar un problema de partículas subatómicas y, con ello, lo sepan o no, responden a las más antiguas y queridas preguntas de la filosofía precientífica: qué es el Ser, cómo probamos una afirmación, qué elementos constituyen la materia y desde cuándo existe, es eterna e increada o fue creada, cómo y por quién y para qué, qué es el tiempo, cómo la materia adquirió conciencia de sí misma, perdura o no después de la muerte, el Bien y el Mal, la Belleza, la Verdad: ¿tenemos algún asidero para develar esas palabras tan mayúsculas?

11-fronteras

Soy de los pesimistas: No. No tenemos sino el cerebro como instrumento para conocer lo que creemos conocer. Y el cerebro es un producto de la evolución necesario para ayudarnos a encontrar comida y evitar ser comidos.

Uno de los padres fundadores de la cuántica, Erwin Schrödinger, plantea al problema del conocimiento de forma inmejorable en una pequeña obra de divulgación: Frente a mi ventana hay un árbol, lo veo por un complejo mecanismo donde están implicados el cristalino del ojo en el enfoque de la luz reflejada, su proyección inversa sobre la retina, la activación de terminaciones nerviosas que conducen los impulsos hasta la zona del cerebro que percibe y las que analizan: “es un árbol”. Otra persona, a mi lado, lo contempla y la proyección lleva a su cerebro la imagen. “Yo veo mi árbol, y la otra persona el suyo (notablemente parecido al mío), pero ambos ignoramos lo que es el árbol en sí. Kant es el responsable de esta extravagancia”, ¿Qué es la vida?, Tusquets, Álef, 1984, p. 137.

El debate entre Roger Penrose y Stephen Hawking, ocurrido luego de un programa de seis meses durante 1994 en el Instituto Isaac Newton de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, y recogido en The Nature of Space and Time, Princeton University Press, 1996, ofrece dos visiones de la relación entre conocimientos y realidad. Dos posturas filosóficas divergentes. Dice Hawking: “Estas conferencias han mostrado con claridad la diferencia entre Roger y yo. Él es un platónico y yo un positivista”. Penrose se pregunta si los fenómenos postulados por las matemáticas en el mundo subatómico corresponden a la realidad. “Eso no me molesta”, sigue Hawking, “no exijo que una teoría corresponda con la realidad porque no sé qué sea eso… Lo único que me importa es que una teoría prediga los resultados de mediciones. Y la teoría cuántica hace esto con gran éxito”.

Desde el primer capítulo, Hawking deja planteado el tema esencial de tres mil años de filosofía: “Acepto el punto de vista positivista de que una teoría de la física es sólo un modelo matemático y que no tiene sentido preguntar si corresponde a la realidad. Todo lo que uno puede preguntar es si ofrece predicciones acordes con observaciones”, op. cit., p 4.

Jonia: Tales, Anaximandro y demás
En la escuela jónica de filosofía el pensamiento racional comenzó a surgir del mundo de los sueños mitológicos. Era el principio de la gran aventura: la búsqueda prometeica de explicaciones naturales y de causas racionales que, durante los dos mil años siguientes, iban a transformar al hombre más radicalmente que los 200 mil años anteriores (Arthur Koestler, Los sonámbulos, p. 22).

Lo repite con una imagen muy bella: Un viento primaveral sopla desde China hasta la isla de Samos, en el Egeo, despertando la conciencia de los humanos. El siglo VI a. C. es “el milagroso siglo de Buda, Confucio, Lao-Tsé, de los filósofos jonios y de Pitágoras”, originario de Samos. La aportación de Oriente, en la que destaca Buda, va por el rumbo de la religión délfica y su culto a Apolo, dios del sol, la luz, la sabiduría. A la entrada del santuario de Delfos estaba inscrito: Conócete a ti mismo. Lo podría firmar Buda. Pero, conocer la naturaleza es el aporte de la vieja Jonia, la costa este del mar Egeo. En ese aspecto no es menor el entusiasmo de Carl Sagan: En el siglo VI antes de Cristo, en Jonia, se desarrolló un nuevo concepto, una de las grandes ideas de la especie humana. El universo se puede conocer, afirmaban los antiguos jonios, porque presenta un orden interno: hay regularidades en la naturaleza que permiten revelar secretos (Cosmos, p. 175).

La humanidad se ha propuesto, una vez, y una sola, en toda la Historia, resolver los enigmas de la naturaleza sin recurrir a dioses ni a fuerzas ajenas al mundo físico, y eso ocurrió en la vieja Jonia del siglo VI antes de Cristo. Jonia, la que nos dio en arquitectura el orden de columnas caracterizado por un capitel que imita un papel que se enrolla en sus extremos, es la patria de la ciencia. De toda la ciencia. El único lugar donde los humanos se propusieron explicar el mundo visible recurriendo sólo al mundo visible. Los dioses podían existir, pero no eran necesarios en esa aventura del pensamiento, como respondería más de dos mil años después Simón de Laplace a Napoleón: “¿Dios? No fue una hipótesis necesaria en mi sistema, Sire”.

Jónico
Aunque rompimos sus estatuas,
aunque los expulsamos de sus templos,
de ninguna forma murieron por eso los dioses.
Oh, tierra de Jonia, a ti te aman todavía,
a ti sus almas te recuerdan todavía.
Mientras amanece sobre ti la mañana de agosto
a tu atmósfera pasa el vigor de su vida
y a veces etérea efébica forma,
indefinida, con paso rápido,
sobre tus colinas cruza.

—K. Kavafis (trad. L. G. de A.)

En la construcción del sistema solar por la fuerza gravitatoria de una nube de gases y polvo hasta encender el Sol por fusión de átomos de hidrógeno en helio y, con las pocas sobras, hacer los planetas, Laplace empleaba una sola base y eran las matemáticas de Newton para el comportamiento de la gravitación. Por entonces, en la existencia de esa nube podía escabullirse la idea del Dios creador de la nube de gases. Hasta que, más de 200 años después, nos bastó con el Big Bang… tras el cual todavía los creyentes pueden ver el modo de acción divino, si gustan. O se puede replicar con Sagan: Si de todas formas vamos a necesitar un ser creador increado, que existe desde toda la eternidad, digamos que eso es el universo y nos ahorramos un paso…

Es filosofía. Y tiene repercusiones en la ética y la ley.

El libre albedrío
Entre las víctimas de la relatividad estuvo el tiempo absoluto de Newton. El tiempo dejó de ser un fluir constante e invariable, con independencia de si existían estrellas o galaxias y planetas; el tiempo, en el espacio concebido como un hueco, fluía de forma regular e incesante.

La teoría de la relatividad adquiere ese nombre porque plantea que el fluir del tiempo es relativo: más lento conforme la velocidad se incrementa. Así tenemos, en la teoría de 1905 o relatividad restringida, la que Einstein llama “consecuencia peculiar” de mover uno de dos relojes sincronizados. A su retorno “los dos relojes ya no están sincronizados”, el movido se atrasa con respecto al inmóvil. Parágrafo §4. Physical Meaning of the Equations Obtained in Respect to Moving Rigid Bodies and Moving Clocks.

Esta idea ha sido reelaborada luego, con mayor atractivo, como la “paradoja de los gemelos”: uno de dos gemelos sale en un viaje interplanetario, luego vuelve. A su retorno, su gemelo y los hijos, nietos y bisnietos del gemelo han muerto, los países son otros. Si para él transcurrieron unas semanas, en la Tierra pasó un siglo. ¿Cuánto tiempo pasó? Einstein ofrece la respuesta: 1/2 del tiempo de viaje multiplicado por el cuadrado de la velocidad y eso entre el cuadrado de la velocidad de la luz, op. cit. Dos variables y una constante. Fácil, pero a nadie se le había ocurrido…

Esto conduce a una afirmación asombrosa: al incrementar la velocidad el tiempo transcurre con mayor lentitud. Luego, ¿a qué velocidad el tiempo se detiene por completo? A 300 mil kilómetros por segundo: la velocidad de la luz. Esto es, la luz surgida en el primer instante del Big Bang, que rebotó por entre partículas del plasma primigenio, finalmente se desacopló y comenzó un viaje que no ha cesado. Esa luz, formada por unidades, paquetes, llamados fotones, tiene ahora la misma edad que cuando dio inicio el Big Bang: 0 años. Cero edad. No ha pasado el tiempo. Pero aseguramos que el tiempo fluye en nuestro planeta porque su velocidad no es ni de lejos cercana a la de la luz, aun sumando la rotación, la traslación alrededor del Sol, la rotación de nuestra galaxia o Vía Láctea, la traslación de ésta en el grupo local de galaxias y la expansión del grupo local con toda la expansión del universo descubierta por Edwin Hubble en 1929. La física no lo ve así. Penrose lo dice con claridad: Mi conjetura es que aquí también existe algo ilusorio, y el tiempo de nuestras percepciones no fluye “realmente” en la forma de avance lineal en que lo percibimos fluir. El ordenamiento temporal que uno “parece” percibir es, afirmo, algo que imponemos a nuestras percepciones para poder darles sentido en relación con la progresión temporal uniforme hacia delante de una realidad física externa. La mente nueva del emperador, Conacyt/FCE, p. 523.

Si el fluir del tiempo es ilusorio, también lo es la libertad y el libre albedrío, puesto que se ejercen en el tiempo: hay un antes del crimen y un después. En el antes aún tengo libertad de no cometerlo. Pero si el fluir del tiempo es ilusorio, no existe la libertad necesaria para evitar el crimen, y debe, por tanto, desaparecer el derecho penal: nadie es culpable de lo que hace, así devore a sus hijos como el dios Cronos o ejerza su poder como sacerdote para obligar a monaguillos a realizar actos sexuales que ellos no desean. Nadie es culpable porque no hay libertad y el futuro ya existe. Hitler, Stalin y Castro, así como Sobera de la Flor y Barba Azul no son sino elementos que siguen una partitura escrita desde toda la eternidad e inmodificable.

La ley se reblandece
La Association for Psychological Science ha publicado en su journal (del mismo nombre) un estudio en que se observa que “la exposición a información que disminuya el libre albedrío, incluidas explicaciones de la conducta basadas en el cerebro, parece reducir el apoyo de la gente al castigo”.

Las investigaciones en neurociencias, conocida por lectura de revistas o porque la persona lleva un curso en el tema, resultan en población que propone penas menos severas para criminales hipotéticos. Ven menor culpabilidad.

“No hay consenso académico acerca del libre albedrío, pero nosotros sí hemos visto ya escurrirse en el sistema de justicia y otras instituciones sociales discusiones acerca de procesos cerebrales y responsabilidad, para bien o para mal”, dice el autor del estudio Azim Shariff de la Universidad de Oregón.

Si bien la investigación sugiere que la mayor parte de la gente cree en el libre albedrío, Shariff y sus colegas se preguntan si aumentar la exposición a información acerca del cerebro —pues ésta plantea una versión más mecanicista de la conducta humana— podría tener consecuencias en nuestra forma de razonar acerca de moralidad.

En breve, el equipo plantea la hipótesis, muy verosímil, de que “exponer a la gente a información que disminuya la creencia en el libre albedrío —sea neurocientífica o de otro tipo— disminuiría, a su vez, las percepciones de responsabilidad moral y, en último término, este cambio en las creencias podría influir en cómo piensa la gente acerca del crimen y el castigo”.

Aquí observamos el daño producido por el dualismo, primero el religioso, cristiano: alma-cuerpo donde la conciencia y la libertad están a cargo del alma; luego el filosófico, cartesiano, que no fue sino un cambio de nombres: res cogitans (la cosa pensante) y res extensa (la cosa material) que de alguna forma tenían su interface en la glándula pituitaria porque a Descartes le gustó su colocación en el centro del cráneo, base del cerebro. Y nada más.

Pero si el cerebro toma decisiones propias debidas a neurotransmisores, a conexiones de neuronas que podrían estar dañadas o malformadas, hasta ser hereditarias, la responsabilidad del individuo cesa en la medida en que la fisiología y la química cerebrales explican su conducta. No es un criminal, nomás tiene neurotransmisores alterados…

Si, además, el flujo del tiempo es una ilusión, también lo es el momento en que ocurre la decisión de cometer el crimen: la duda exige tiempo para resolverse. Pero el tiempo no fluye. Luego… no hay de otra. ¿O cómo le hacemos?

 

FUENTE: http://www.nexos.com.mx/?p=21974