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Mover las fichas

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¡Tenemos libro nuevo!

Laura Sámano, una maestra polivalente con la que estuve trabajando en mi centro, acaba de publicar su libro: «Mover las fichas: Cómo sacar partido a los juegos de mesa para llevarlo a la vida cotidiana» y he tenido el privilegio de participar escribiendo el prólogo.

El libro aborda el entrenamiento de las funciones ejecutivas a través de los tradicionales juegos de mesa. Teniendo en cuenta que el desarrollo de las funciones ejecutivas es una asignatura pendiente de la mayoría de las escuelas, la autora aborda esta temática de una forma muy amena a través de Alexander, el personaje que nos acompañará a lo largo de la narrativa.

En definitiva, es un libro perfecto para docentes, familias y estudiantes de cualqueira de las ramas de ciencias de la educación.

Laura Sámano es maestra de primaria, con mención en inglés y pedagogía terapéutica, además de psicopedagogía y máster en atención a las necesidades educativas especiales de infantil y primaria.

Autor: Javier Gaviño

Fuente: Ideas para profes

COSAS QUE NUNCA HARÍAS A UN ADULTO

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COSAS QUE NUNCA HARÍAS A UN ADULTO

  • Obligarle a darte un beso.
  • Obligarle a terminarse la comida de su plato.
  • Obligarle a ir al baño antes de subir al coche.
  • Obligarle a recoger su despacho…
  • Darle un beso aún si se aparta de ti.
  • Tocarle o pellizcarle la mejilla.
  • Tocarle el culo o el pelo sin pedirle permiso.
  • Limpiarle una mancha en la cara con tus dedos mojados en tu saliva…
  • Dejarle llorar y no consolarle si te mira fijamente.
  • Pedirle que preste su coche, su teléfono, su ordenador a otro adulto que acaba de conocer.
  • Decirle que hable cuando prefiere escuchar.
  • Hacerle repetir una y otra vez su nombre, su edad, los colores, los números…
  • Amenazarle con tirar su ordenador o cosas personales si no las saca del comedor.
  • Amenazarle con no ir a practicar su deporte favorito si no ayuda en las labores de casa.
  • Amenazarle con no ver su serie o película favorita si no hace algo que tu quieres.
  • Amenazarle en no comprarle algo que desea o necesita si no termina de cortar el césped el sábado por la mañana…

¿PORQUÉ SEGUIMOS TRATANDO A LOS NIÑOS COMO NUNCA TRATARÍAMOS A UN ADULTO?

Un niño merece el mismo respeto que un adulto !!!!!

Feliz día.

Fuente: Yvonne Laborda

¿QUÉ TIPO DE VIOLENCIA HUBO EN NUESTRA INFANCIA?

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En tu infancia pudo haber varios tipos de violencia…

Podemos hablar principalmente de dos tipos: Una más visible (violencia activa) y otra completamente invisible (violencia pasiva)…
Algunos ejemplos serían: 

– VIOLENCIA ACTIVA (la más visible):golpes, bofetadas, palizas, patadas, duchas frías, gritos, abuso sexual, insultos, humillaciones…

– VIOLENCIA PASIVA (la más invisible): desprecios, silencios, dejarnos de hablar, rechazo, castigos, amenazas, hacernos el vacío, ignorarnos, chantaje emocional, quejas, victimismo, críticas, juicios, abuso emocional psicológico…

Aparentemente podemos pensar que la violencia activa es peor, que deja más huellas y heridas, que lastima más o que incluso es más difícil de sanar. No obstante, no siempre es así ya que la violencia activa es más fácil de ver y reconocer.

Nadie niega una paliza o un abuso o un grito. Está allí y se identifica. No se puede negar. Lo que nos deja más herida y secuelas a largo plazo es lo que negamos.

Cuando no somos conscientes de algo es cuando lo solemos perpetuar una generación más. Lo que más lastima y provoca futuras reacciones emocionales automáticas es todo aquello que negamos y mandamos a la sombra para no sufrir al revivirlo y recordarlo.

Negar y olvidar los hechos y las experiencias vividas en infancia ayuda al niño a sobrevivir, pero no al adulto a sanar. 

Transformar, nombrar y sanar la violencia visible es más posible, fácil y rápido ya que la identificamos. La violencia pasiva suele quedar negada, invisible y nos deja con una gran sesión de confusión.  

La violencia pasiva al ser invisible, nadie la nombra y incluso se niega. Es silenciosa y puede pasar totalmente desapercibida si nadie toma conciencia, ni le hace de testigo al niño que la padece. 

La violencia pasiva al no ser nombrada no existe para la psique infantil. El niño no la puede identificar, por tanto nos deja más vulnerables, con más huellas y heridas, más inseguras y dependientes emocionalmente sin saber, ni comprender porqué nos sentimos así.

Podemos incluso llegar a pensar que como no hubo abusos sexuales, ni palizas, ni maltrato explícito en nuestra infancia que la pasamos felices.

Esto no es verdad (en absoluto) desde la vivencia real infantil de la niña que fuimos. No tener la presencia de mamá, recibir su rechazo, que nos ignorará, que antepusiera sus necesidades a las nuestras la mayor parte del tiempo, tener que complacerla, mirarla, agradarla, obedecerla, que siempre estuviera ocupada, que nunca tuviera tiempo para nosotras, que la molestásemos cuando necesitábamos estar con ella… y un largo etc…  sí era violento para la psique infantil. 

Era doloroso para nosotras, pero NADIE nombró este hecho. Nadie nombró lo solas, desamparadas y desesperadas que estábamos, ni lo mucho que nos faltó mamá, por tanto esa vivencia fue ignorada y negada.

Parece que no existía desde lo intelectual para nosotras pero sí la vivimos y experimentamos desde lo emocional. Sí pasó, sí estuvimos solas y abandonadas. Sí hubo violencia pasiva aunque nadie la nombrara.

No obstante, todo nuestro cuerpo emocional si lo recuerda y lo demuestra, por ejemplo, a través de expresarlo con nuestras reacciones emocionales automáticas contra nuestros propios hijos o nuestra pareja. También lo veremos a través de nuestra inseguridad, nuestra rabia, ira, enfado y malestar interno. 

El primer paso para poder cambiar, mejorar, transformar y sanar todo esto es no negarlo y tomar conciencia de nuestra verdad. Sea la que sea. La verdad no es mala ni buena, simplemente es la que es. 

Son muchas centenares las madres que he ayudado a lo largo de todos estos años a sanar sus propias infancias.

Quizás tu infancia fue feliz de verdad, y tuviste una madre presente, atenta, cariñosa, jugaba contigo, te escuchaba y te respetaba.

Quizás hayas negado vivencias para sobrevivir o quizás seas totalmente consciente del grado de violencia que has sufrido.

Lo verdaderamente importante no fue todo lo que te pasó o te hicieron, sino cómo te afectó, qué hiciste con ello, cómo te sigue afectando y qué puedes hacer hoy para sanar y mejorar tu vida. 

Fuente: Yvonne Laborda

Dejarles ser ahora. El futuro ya vendrá

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Muchos tenemos la impresión de que sino forzamos a los niños o no les motivamos o no les hacemos trabajar duro no llegaran a ser «alguien» en la vida o en un futuro. Para muchos adultos la vida quizás sea dura o quizás, simplemente, es que la ven y la viven como dura por que la miran desde esa prespectiva. Aún teniendo o viviendo una vida difícil no es suficiente razón ni excusa valida para hacerles a ellos (los niños) la vida imposible o difícil. Si les forzamos dejan de tener interés por tanto pierden toda motivación intrínseca (la que viene de dentro, de nuestro corazón) .

He oído alguna vez decir a algún padre/madre: «Yo tengo que madrugar e ir a trabajar todos los días, hacer cosas que no me gustan…, pues ellos también tienen que prepararse para lo que les tocará vivir en esta vida». Alguien que habla y piensa así ya da por sentado que su hijo/a también va a tener un trabajo que no le guste, que madrugar es «malo», y lo peor de todo es la imagen que proyecta de infelicidad y negatividad hacia su hijo/a. Lo único que le esta enseñando este/a padre/madre a su hijo es que hacerse mayor no es algo agradable y que uno debe esperar de antemano no ser muy feliz y deber hacer cosas que no nos gusten.

Si queremos adultos felices, que vivan la vida que quieren vivir, enamorados, que amen aprender y que sean realmente ellos mismos y no lo que sus padres un día planearon para ellos debemos dejar que los niños sean niños de niños: AHORA, y dejar de prepararlos para algo que quizás no llegue nunca. Una necesidad futura no es en si una necesidad autentica. No podemos saber de ninguna manera que va a necesitar una persona a los 15, 20, 30 o incluso 40 años. Es absolutamente imposible saberlo.

Vivamos nuestra vida lo más felizmente posible. Que nos vean felices y con ganas de hacer cosas. Si amamos nuestro trabajo y ellos lo ven y lo sienten así no pensaran jamás que trabajar es algo malo, monótono, aburrido, pesado… Trabajar podría llegar a ser, si nos lo proponemos, algo por lo que sentirnos útiles: hago algo por alguien, ayudo… Aunque tengamos un trabajo considerado «inferior» por otras personas, bien seguro que ellas no lo haría pues aquí estamos nosotros para servirles y hacerlo por ellas con ilusión. Bien seguro que ellos con su trabajo también nos sirven directa o indirectamente. Hay muchos doctores, abogados, ingenieros… (por citar algunos trabajos considerados superiores) muy infelices y tristes y por el contrario somos muchas las mamás que educamos en casa felices y contentas (por citar una profesión considerada inferior: ama de casa). De nosotros depende. Ese es el mejor mensaje que les podemos mandar a nuestros hijos hoy. Que hagan lo que hagan lo importante es cómo se sienten al hacerlo y no lo que otros puedan pensar.

No podemos cambiar el mundo pero si podemos cambiar la visión que tenemos de el. Y también podemos cambiar «nuestro» mundo y así atraer hacia nosotros más de lo que deseamos, necesitamos y queremos.

No es tan difícil soltarnos. Lo primero y más importante, en mi opinión, es confiar en ellos. No ciegamente sino con total certeza de que ellos saben mejor que nadie lo que necesitan en cada momento de su vida tanto a nivel emocional (caricias, contacto, brazos, mirada, besos, palabras de amor: TE QUIERO…) como cognitivo (letras, números, conocimientos varios…). Casi siempre vamos a tener la sensación, impresión… de que algo no va del todo bien, o que esto con mi hijo no funciona por que es tan… o tiene tal… o cual… pero, sinceramente, pienso que no tenemos ni la más remota idea de lo que es SER siendo niño. A ninguno de nosotros (quizás alguno) se nos dejó SER plenamente de niños por lo tanto es muy difícil que nosotros podamos saber que es eso y poder soltarnos y confiar. Es más fácil repetir los mismos patrones que hacerlos de nuevo (continuar agarrados). Salirse del rebaño es muy difícil, a menos que estemos dispuestos a cuestionar todo, todo el tiempo. Dentro del rebaño nos sentimos más protegidos y seguros que fuera de el. Pero, y los niños, ¿dónde se sienten mejor? ¿Qué queremos realmente para ellos? ¿Qué continúen siento replicas nuestras y nosotros de nuestros padres y nuestros padres de nuestros abuelos…? o dejarlos SER y disfrutar de verlos y estar allí presentes en cuerpo y alma para cuando nos necesiten, nos pidan y así puedan tener la certeza de que jamás estan solos sino que compartimos la misma vida pero no la vivimos de la misma manera.

Los niños que piensan por si mismos se las arreglan, también, por si mismos. Son más autónomos, más independientes, llegan a tener más recursos, saben pedir ayuda cuando la necesitan o rechazarla cuando no la quieren o no la han pedido Si no controlamos lo que piensan tampoco hace tanta falta controlar su comportamiento. Cuando uno ES y dejado SER no tiene tanta necesidad de aprobación, admiración… uno se siente más seguro. En resumen, cuando nos sentimos bien nos comportamos, también, bien. Un niño que se siente mal, automáticamente, se porta «mal». Querer cambiar la conducta de un niño sin primero averiguar la causa que ha provocado ese comportamiento no lleva a nada positivo. Si eliminamos la causa eliminaremos, también, el comportamiento indeseado. Ya no habrá motivo para comportarse así. Conclusión: Si le hacemos sentir bien se portara bien. Parece que no pueda ser tan simple, ¿verdad? Pues, es así de simple pero casi siempre queremos que hagan o dejen de hacer sin ni siquiera preocuparnos por lo que puedan estar sientiendo o necesitando en ese mismo instante. Es (siempre) más importante lo que nosotros queremos y sentimos en ese momento.

Fuente: Yvonne Laborda

¿Esto que hacemos es Unschooling o no?

No hay una forma correcta o incorrecta de practicar el Unschooling.

He oído todo tipo de comentarios sobre qué es y qué no es el Unschooling. Que manía tenemos con querer hacer o practicar algo siguiendo no sé qué pautas o formas… Algunas mamás me han preguntado que si proponer alguna que otra actividad valdría. Que si eso se podría seguir llamando Unschooling. No pasa nada por proponer siempre y cuando el niño tenga la libertad de escoger hacerlo o no. «Y si le enseño las consonantes, vocales, los números, le pongo sumas…» «Eso se consideraría unschooling o ¿no?.» Yo le preguntaría a la mamá si ha sido el niño quien primero ha mostrado interés por las letras o números o si ha sido ella la que quiere enseñárselo. Si el niño ha mostrado primero ese interés, ¿Qué problema hay con mostrarle lo que parece interesarle?. Muchos piensan que si una mamá o papá es Unschooler no da clases, no enseña… Confundimos cosas, creo yo. Unschooling no es algo que se haga al niño o algo que no debamos hacer al niño. Supongamos que tenemos a dos madres explicando a sus hijos respectivamente cómo se escribe su nombre o cuantas monedas de 10 céntimos hacen un euro o por qué es mejor hacer algo así a asa. Ahora os digo que una es unschooler y la otra no. No olvidemos que las dos dicen y hacen lo mismo en los dos ejemplos. ¿Cómo es posible, sino se diferencian en nada?, dicen lo mismo, ponen los mismos ejemplos, utilizan los mismos materiales… La única y principal diferencia esta en el interés y motivación intrínseca del niño, en este caso su hijo. La mamá Unschooler le está explicando las letras que forman su nombre por que su hijo lleva unos días preguntando por esos signos y quiere saber cómo se utilizan para formar su nombre. La otra mamá piensa que ese es un buen momento para sentar al niño y empezar a enseñarle las vocales luego las consonantes y luego le dirá que hay que juntarlas… Pero ese niño aun no había preguntado ni mostrado interés por las letras si no que ha sido la mamá con toda su buena intención y voluntad la que ha decidido que los lunes es el mejor día de la semana para hacer lectro-escritura ya que su hijo va a cumplir los 6 dentro de poco. Nadie dice que lo que hace la segunda mamá esté mal. Simplemente esa forma de enseñar no es respetar el ritmo natural del niño ni sus intereses y/o necesidades si no las muestras, eso no es Unschooling. En cambio la primera mamá todo y parecer que hace lo mismo, no podemos olvidar, omitir el gran detalle de que primero el nene/a ha «pedido», ha mostrado interés, ganas de saber… Y lo mismo sucedería con lo de las monedas. Si un niño lleva tiempo, días… interesado en el dinero, ve a su mamá ir a comprar, da y recibe dinero… A veces solo da una moneda pero luego le devuelven 3 de más pequeñas y de distinto color. Se fijan en todo y un buen día sale la pregunta del millón: ¿por qué hay monedas grandes y pequeñas?, ¿por qué te dan cambio?, ¿Qué vale más el papel o la moneda?, ¿Cuántas monedas pequeñas se necesitan para hacer un euro?…Lo que no sería, tampoco, Unschooling es dejar al niño con sus dudas y no hacer lo posible por responderle y/o ayudarle a resolverlas. Cuando decimos, defendemos y constatamos que aprenden solos de una forma natural, no nos referimos a que les dejemos solos y sin apoyo, ni guía, ni consejo. Con eso queremos decir que no hace falta dividir el conocimiento en asignaturas y decidir nosotros qué y cuándo dárselo para que ellos vayan aprendiendo mates, lengua, historia… si no que todo ese interés por el conocimiento ya sale por si solo a medida que lo van necesitando o se van interesando en ello. Simplemente viviendo y viendo. Seguramente el orden y ritmo en que toda inquietad va saliendo no coincida en absoluto con el currículo escolar y es por esa simple razón que pensamos que debemos dárselo nosotros primero o antes. Muchos padres tienen la sensación de que si se les deja esa libertad por saber y aprender según sus intereses y ritmos se van a perder algo cuando en realidad les estamos quitando todo el gusto de descubrirlo por ellos mismos. El verdadero y único saber viene de dentro, de lo que realmente nos interesa o de lo que un buen día necesitamos saber para obtener algo. El llegar a saber o dominar algo después de haber tenido, primero, el deseo de saberlo es uno de los placeres más valiosos de este mundo. Da mucha satisfacción. Y, en mi opinión, es el mejor (por no decir único) camino para mantener esa curiosidad innata que tenemos todos los seres humanos por aprender. Si no hubiera un currículo escolar, ¿haríamos lo mismo con ellos?, ¿y si nos olvidamos del currículo hasta la edad de 12 o 14?. Siempre estamos a tiempo de dar el conocimiento que se supone que deberían saber. Por cierto, se puede saber quienes son todos esos «expertos» que tienen el poder de decidir qué es lo que nuestros hijos deben o no saber y cuando. Que, por cierto, muy pocas veces coincide con lo que realmente les interesa y/o necesitan. Si todos respetásemos esos ritmos y confiásemos más en los procesos naturales de aprendizaje nos sorprenderíamos de todo lo que son capaces de querer saber antes de esa edad. Quizás para entonces todos nos habríamos convertido en Unschoolers y ya nos sería más fácil seguir en ese camino. Dándoles esa oportunidad de elección sobre su querer saber y la libertad necesaria para poder explorar con seguridad, es el único modo de dejarles ser ellos mismos al máximo con el mínimo de interferencias por nuestra parte y saber y aprender a escucharse y poder decidir en un futuro y tomar serias decisiones sobre qué es lo que quieren o no en la vida. De hecho ese, en mi opinión, es el conocimiento más difícil y valioso de obtener y precisamente no lo obtenemos haciendo lo que otros nos digan o manden si no siendo libres para poder escoger.

¿Te gustaría poder acompañar a tus hijos en su aprendizaje para potenciar sus verdaderas pasiones y talentos?

¿Te estás planteando practicar la educación sin escuela (homeschooling o unschooling ) y buscas inspiración y apoyo?

¿Tu familia ya vive sin escuela y quieres ampliar tu visión y recursos para continuar creciendo?

¿Te estás planteando no llevar a tus hijos a la escuela o desescolarizarlos?

Fuente: Yvonne Laborda

LA VIOLENCIA VERBAL ES ABUSO EMOCIONAL

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Recuerda que las palabras en infancia se nos quedan grabadas en la psique, en el ALMA y el CORAZÓN. Lo que mamá o papá nombra es la verdad absoluta para el niño. 

Cuanto peor tratamos a un niño, peor persona pensará que es. El niño no puede pensar que su madre no le está respetando, pero que en verdad sí merece ser respetado.

Si no le respetamos creerá no ser merecedor de dicho respeto o amor…Si le gritas, si le humillas, si le criticas, si le insultas, si le amenazas… te estás comunicando VIOLENTAMENTE. La comunicación violenta es abuso emocional y nos deja una herida emocional y espiritual (Herida Primaria).

La violencia verbal lástima igual o más que la violencia física. Incluso más al no ser nombrada como tal y parece ser invisible. Cuidemos nuestro tono de voz y cuidemos nuestras palabras.

Si alguna vez tienes una reacción emocional automática contra tu hijo, te invito a disculparte y a explicarle que has sido TU quien se ha descontrolado y que «eso» es algo TUYO y no SUYO… Él no es el responsable de tu descontrol, tu eres la única responsable de lo que haces y dices. Nombra QUÉ te pasa a ti, nombra TU verdadera necesidad y libera a tu hijo de la carga negativa de tu VIOLENCIA.

Autor: Sara Acratart

Fuente: Yvonne Laborda

Deja ir a la gente que no está lista para amarte (Anthony Hopkins)

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Deja ir a la gente que no está lista para amarte. Esto es lo más difícil que tendrás que hacer en tu vida y también será lo más importante. Deja de tener conversaciones difíciles con personas que no quieren cambiar. Deja de aparecer para las personas que no tienen interés en tu presencia. Sé que tu instinto es hacer todo lo posible para ganar el aprecio de los que te rodean, pero es un impulso que roba tu tiempo, energía, salud mental y física.

Cuando empiezas a luchar por una vida con alegría, interés y compromiso, no todo el mundo estará listo para seguirte a ese lugar. Eso no significa que tengas que cambiar lo que eres, significa que debes dejar ir a las personas que no están listas para acompañarte.

Si eres excluido, insultado, olvidado o ignorado por las personas a las que les regalas tu tiempo, no te haces un favor al seguir ofreciéndoles tu energía y tu vida. La verdad es que no eres para todo el mundo y no todos son para ti.

Esto es lo que hace tan especial cuando encuentras a personas con las que tienes amistad o amor correspondido. Sabrás lo precioso que es porque has experimentado lo que no lo es.

Cuanto más tiempo pasas tratando de hacerte amar por alguien que no es capaz, más tiempo pierdes privándote de la posibilidad de esa conexión con alguien más.

Hay miles de millones de personas en este planeta y muchas de ellas se van a encontrar contigo, a tu nivel de interés y compromiso.

Cuanto más sigues involucrado con personas que te utilizan como cojín, una opción de segundo plano o un terapeuta para su sanación emocional, más tiempo te alejas de la comunidad que deseas.

Tal vez si dejas de aparecer, no te busquen. Tal vez si dejas de intentarlo, la relación termine. Tal vez si dejas de enviar mensajes, tu teléfono permanecerá oscuro durante semanas. 

Eso no significa que arruinaste la relación, significa que lo único que la sostenía era la energía que solo tú dabas para mantenerla. 

Eso no es amor, es apego. Es querer dar una oportunidad a quien no lo merece! Tu mereces mucho, existe gente que no debe estar en tu vida, te darás cuenta.

Lo más valioso que tienes en tu vida es tu tiempo y energía, ya que ambos son limitados.  A lo que le des tu tiempo y energía, definirá tu existencia.

Cuando te das cuenta de esto empiezas a entender por qué estás tan ansioso cuando pasas tiempo con personas, en actividades, lugares o situaciones que no te convienen y no deben estar cerca de ti, te roban energía.

Empezarás a darte cuenta que lo más importante que puedes hacer por ti mismo y por todos los que te rodean es proteger tu energía más ferozmente que cualquier otra cosa.

Haz de tu vida un refugio seguro, en el que solo se permiten personas “compatibles” contigo.

No eres responsable de salvar a nadie. No eres responsable de convencerles de mejorar. No es tu trabajo existir para la gente y darles tu vida!

Porque si te sientes mal, si te sientes obligado, serás la raíz de todos tus problemas por tu insistencia, temiendo que no te devuelvan los favores que has concedido. Es tu única obligación el darte cuenta que eres el amo de tu destino y aceptar el amor que crees merecer.

Decide que te mereces una amistad real, un compromiso verdadero y un amor completo con personas saludables y prósperas. Luego espera y mira lo mucho que empieza a cambiar todo y cambiará, eso es seguro, con gente positiva y de buena energía, no pierdas el tiempo con gente que no vale la pena, el cambio  te dará el amor, la estima, la felicidad y la protección que te mereces.

Autor: Anthony Hopkins

Fuente: Yvonne Laborda

¿NOS VUELVE ESTÚPIDOS LA POLÍTICA?

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Ideología de izquierdas y de derechas, de conservadores y progresistas… Ambas posturas implican la elección de un complejo sistema implícito que puede mantenerse oculto. Hay expertos que sostienen que la elección política puede venir de lo más profundo de nuestros genes.

Estados Unidos nos permite estudiar la polarización política y aprender. He copiado el título de un artículo de Ezra Klein –How Politics Makes Us Stupid– basado en las investigaciones de Dan Kahan (Universidad de Yale). Demuestra que todo partidismo político ciega para ciertas evidencias. Paul Krugman, premio Nobel de Economía, comentando el artículo, sostiene que los prejuicios ciegan más a los conservadores que a los progresistas. Los conservadores, claro, dicen lo contrario. Haidt, subtitula su gran libro La mente de los justos por qué la política y la religión dividen a la gente sensata y opina que la política se ha convertido en un juego maniqueo, dado que cada partido se encierra en su «mentalidad tribal», demoniza al otro y utiliza el «razonamiento motivado» que no busca la verdad, sino justificar la propia opinión. Las preferencias políticas no se eligen libremente. Todos debemos ser conscientes de que muchas veces estamos seguros de cosas que desconocemos. Fuera engreimientos ideológicos. Los pintores de batallas tenían que elegir su punto de observación para representar un asunto tan complejo. Unos, como Paolo Uccello se introducían en el fragor de la pelea, y pintan una confusión furiosa. Otros, se alejaban para pintar el campo de batalla entero y la evolución de los regimientos. El Panóptico sigue este método. Los combates, físicos o dialécticos, sólo se perciben contemplando desde fuera el juego de los adversarios. La polarización política en Estados Unidos ocupa las portadas de los diarios. Dos grandes fuerzas se están enfrentando. Me interesa comprender lo que las diferencia, con la ayuda de la psicología política, disciplina que tiene gran tradición en Estados Unidos. ¿Por qué unas personas son republicanas y otras demócratas o, para adoptar una terminología más universal, conservadoras o progresistas, de derechas o de izquierdas? Ambas posturas implican la elección de un complejo sistema implícito que puede mantenerse oculto si no nos empeñamos en revelarlo. Tanto la mentalidad conservadora como la progresista defienden ideas cuya relación resulta difícil de percibir. George Lakoff se preguntó qué podían tener en común distintas tesis republicanas: la oposición al aborto, la defensa de la pena de muerte, la oposición al ecologismo, al cambio climático, al control de armas, o al salario mínimo. Los demócratas los han acusado de defender la vida del no nacido, pero negarse a aprobar programas de asistencia sanitaria al ya nacido. Los conservadores piensan que las ayudas sociales son inmorales porque minan la disciplina y la responsabilidad del individuo. Hablan de disciplina y resistencia, mientras que los progresistas hablan de preocupación por los débiles, de justicia social, de necesidades y ayudas.

«Los demócratas acusan a los republicanos de no tener compasión, y los republicanos acusan a los demócratas de que les falta amor a la libertad»

Los demócratas americanos acusan a los republicanos de no tener compasión, y los republicanos acusan a los demócratas de que solo tienen compasión y les falta amor a la libertad, valoración del esfuerzo personal, lealtad y patriotismo. Las diferencias se manifiestan también al tratar el tema de la desigualdad. Hace ya muchos años que Norberto Bobbio consideró que el modo de concebirla era la principal diferencia entre derechas e izquierdas. Las derechas creen que es un hecho natural e irremediable; la izquierda, que es una creación social y una injusticia. En Estados Unidos, una parte importante del electorado republicano piensa que el pobre es responsable de su pobreza. Las diferencias continúan presentándose en la idea del Estado (mínimo para los conservadores y máximo para los progresistas), de la libertad (puramente negativa para unos y positiva para otros), del bien común o de la justicia social (para los republicanos, una trampa para justificar la injerencia del Estado), del patriotismo (nacionalismo republicano frente a multilateralismo demócrata). El enfrentamiento se manifiesta en dominios muy diferentes. En educación, por ejemplo, con el choque entre escuela antigua y escuela nueva. Como detallé en El bosque pedagógico, se han consolidado dos modelos de educación que mutuamente se han descalificado y caricaturizado. Por un lado, el modelo conservador, individualista, privatizador, que antepone la calidad a la equidad, desconfía del Estado y pone la libertad de enseñanza por encima del derecho a la educación. Además, insiste en que la educación moral debe ser decidida en exclusiva por los padres, confía en evaluaciones y reválidas, hace depender toda mejora del esfuerzo personal, y piensa que la única forma de mejorar la educación es fomentando la competencia y sometiendo la escuela a la dinámica de la oferta y demanda propia del mercado. Defiende el aprendizaje de contenidos, la disciplina en la escuela, la autoridad del maestro,  el aprendizaje individual y el concepto de deber. El modelo progresista, por otro lado, es comunitario, aboga por la defensa excluyente de la escuela pública, antepone la equidad a la calidad y el derecho a la educación a la libertad de enseñanza. Confía en el Estado no solo como garante de la educación sino como su administrador principal, creyendo que una educación cívica universal debe estar garantizada por él y desconfiando de las evaluaciones y reválidas. Piensa que la cultura del esfuerzo olvida la influencia socioeconómica en los resultados, y considera que el mercado es un enemigo de la equidad educativa. Defiende el aprendizaje de habilidades, la creatividad, la democracia escolar, las pedagogías cooperativas y el concepto de derecho.

«Hay expertos que sostienen que la elección política puede estar genéticamente influida»

Como síntesis de sus respectivos modelos, derechas e izquierdas han elaborado su propio relato. En el caso americano, la narrativa demócrata según Christian Smith (Moral, Believing Animals) puede resumirse así: «Hubo un tiempo en que la gran mayoría de los seres humanos sufría en sociedades e instituciones sociales injustas, insalubres, represivas y opresivas. Estas sociedades tradicionales eran censurables debido a su profunda desigualdad, a la explotación y al tradicionalismo. Pero la noble aspiración humana de autonomía, igualdad y prosperidad batalló incansablemente contra las fuerzas de la miseria y de la opresión, y con el paso del tiempo logró establecer sociedades modernas, liberales, democráticas, capitalistas y bienestaristas. Si bien las condiciones sociales de nuestros días tienen el potencial de maximizar la libertad individual y el placer de todos, hay mucho trabajo por hacer para desmantelar los poderosos vestigios de desigualdad, explotación y represión. Esta lucha por conseguir una buena sociedad, en la que las personas son iguales y libres para perseguir su felicidad autodeterminada, es la única misión por la que vale la pena dar la vida».

En cambio, la narrativa republicana, tomada de los discursos de Reagan, dice así: «Hubo un tiempo en el que Estados Unidos fue un faro brillante. Después llegaron los progresistas y erigieron una enorme burocracia federal que esposó la mano invisible del mercado. Subvirtieron nuestros valores estadounidenses tradicionales y se opusieron con insistencias a Dios y a la fe. En lugar de exigir que la gente trabajase para ganarse la vida, extrajeron el dinero de los laboriosos estadounidenses y se lo dieron a drogadictos con Cadillac y a reinas del bienestar. En lugar de castigar a los criminales, intentaron entenderlos. En lugar de preocuparse por las víctimas de los delitos, les preocupaban los derechos de los delincuentes. En lugar de adherirse a los valores estadounidenses tradicionales de familia, fidelidad y responsabilidad personal predicaron la promiscuidad, el sexo prematrimonial y el estilo de vida gay, y alentaron una agenda feminista que socavó los roles familiares tradicionales. En lugar de mandar fuerzas contra quienes hagan el mal en todo el mundo, recortaron el presupuesto militar, faltaron el respeto a nuestros soldados, quemaron nuestra bandera y apostaron por la negociación y el multilateralismo. Entonces, los estadounidenses decidieron recuperar su país de manos de aquellos que intentaban socavarlo».

Vuelvo a la pregunta del principio. He indicado –inevitablemente con trazo grueso– los dos modelos. ¿Por qué elegimos uno u otro? Sería tranquilizador decir que porque nos convencen los argumentos a favor, pero no parece que suceda así. Primero elegimos y después intentamos justificar la elección. Con las personas nos ocurre algo parecido. Nos caen simpáticas o antipáticas y, solo después, intentamos buscar las razones de esos sentimientos. Hay expertos que sostienen que la elección política puede estar genéticamente influida. Hatemi y sus colegas, a partir del análisis del ADN de 12.000 personas, han creído descubrir un componente genético en esa elección. No es que haya un ‘gen demócrata’ o un ‘gen republicano: el asunto es más sutil. La distribución de neurotransmisores en un individuo le hacen más sensible a las amenazas y al miedo, o más propenso a disfrutar con la novedad. Diferentes pruebas en Estados Unidos muestran que los republicanos valoran más la seguridad y el orden, mientras que los demócratas disfrutan más con la novedad, el cambio y la búsqueda de emociones.

«Conviene reconocer los potentes sistemas de autodefensa con que protegemos nuestra propia imagen»

Los estudios realizados a partir de los modelos de personalidad corroboran esta visión. Moscovici, A.Chirumbolo, Sensales y otros han visto la correlación con lo que se denomina ‘apertura a la experiencia’, ‘responsabilidad’ y, en especial con el ‘locus de control’. Este último punto me parece muy interesante: ante un hecho, hay personas que insisten en la responsabilidad individual (locus de control interno) y otros que insisten en la responsabilidad social (locus de control externo). Los primeros tienden a ser de derechas y los segundos de izquierdas. Al explicar algunos temas sociales como la pobreza, el paro o la enfermedad, las personas conservadoras hacen referencia a la responsabilidad individual, mientras las personas de izquierdas tienden a usar explicaciones de tipo social. En otras palabras, las personas de derechas tienden a sentirse más responsables de lo que les ocurre, a creer que pueden controlar los acontecimientos y que son menos vulnerables y, además, suelen considerar adecuadas las ayudas que la sociedad ofrece a los grupos más desfavorecidos. Por el contrario, las personas de izquierdas, cuyo estilo de atribución es externo, se sienten más expuestas a eventuales riesgos que no pueden controlar (como el paro), tienden a juzgar insuficientes las ayudas que la sociedad ofrece a quienes tienen dificultades y consideran que la injusticia social es el origen del malestar de estas personas. Lakoff cree que por debajo de cada uno de los sistemas implícitos hay un modelo de familia. El conservadurismo se basa en el modelo del padre estricto, mientras que el progresismo gira en torno al modelo del progenitor atento. Tomo en serio esas investigaciones. Acepto que las preferencias están en muchas ocasiones inconscientemente determinadas. Por eso, he propuesto que respecto a ellas debemos adoptar la misma actitud que con las ilusiones ópticas: no podemos evitarlas, pero tampoco debemos creer en ellas. Por ejemplo, vemos que el Sol se mueve en el cielo, pero ahora sabemos que no es cierto. Debemos desmitificar muchas de las ideas con que definimos nuestra visión política. Conviene reconocer los potentes sistemas de autodefensa con que protegemos nuestra propia imagen. La filosofía occidental salió fortalecida por la acción de tres grandes críticos: Sócrates, Descartes y Kant. Mi objetivo no es ‘enseñar’ a nadie, sino aprender de la experiencia. Steven Pinker –que me parece el investigador que sabe más psicología en la actualidad– tras analizar los fallos cognitivos que provoca el partidismo, sugiere una solución: «Una aproximación más racional a la política consiste en tratar a las sociedades como experimentos en curso y aprender las mejores prácticas con amplitud de miras, con independencia de la parte del espectro de la que procedan». Estoy tan de acuerdo que cuando me he atrevido a soñar en un partido político ‘ideal e improbable’ le fijé como primera prioridad no enrocarse en ideologías y estar aprendiendo siempre.

Autor: El Panóptico José Antonio Marina

Fuente: Ethic

Civilizaciones de la historia antigua

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Antes del panteón de los antiguos dioses griegos y egipcios, existieron los dioses mesopotámicos del Medio Oriente, en los actuales Irak e Irán.

En concreto, los Anunnaki, los dioses de los antiguos sumerios, eran los más poderosos del panteón y decretaban los destinos de la humanidad.

Pues bien, las milenarias imágenes sumerias, suelen mostrar a sus dioses con un misterioso bolso ancestral que también aparece representado en otras antiguas civilizaciones mesoamericanas y en Göbekli Tepe, el lugar de culto religioso más antiguo del mundo descubierto hasta ahora (11.500 años)

¿Cómo es posible encontrar tantas similitudes entre las civilizaciones que habitaban la tierra hace miles de años y que estaban separadas por miles de km y de años?

En el sitio arqueológico de La Venta, vemos al Dios Quetzalcóalt con el mismo bolso, los gigantes de Tula en México, llevan uno similar, los Apkallu, siete sabios antiguos mitológicos, también. Y como he dicho antes, en Göbekli Temple pasa igual. En Egipto este bolso era el símbolo de Ankh y hay otros ejemplos incluso en Indonesia, Nueva Zelanda o India.

¿Estaban conectadas todas estas culturas milenarias de una forma misteriosa? ¿Que tenía el bolso o qué representaba?

Hay quien apoya teorías de alienígenas ancestrales que nos visitaron y que serían el origen de las distintas culturas y religiones. El bolso formaría parte de su equipo.

Otras teorías hablan de lanzadores de dardos en el caso de los atlantes de Tula, en el arte asirio se dice que podría contener polvo mágico y en el arte olmeca, hierbas medicinales para colocarse.

Otros hablan de representaciones. En las culturas antiguas, el círculo se asocia con conceptos de espiritualidad y el cuadrado con lo material y la tierra, así que el objeto representaría entonces al Cosmos.

Otros se inclinan a pensar que era un peso del poder, ya que sus portadores eran siempre dioses.

¿Y tú qué opinas? ¿Qué teoría te convence a ti más?

Guía de cómo estudiar en casa.

A partir de la pandemia y del aislamiento social, el estudio en casa se volvió un tema de debate. Porque si bien tiene sus beneficios, un hogar está lleno de distracciones que dificultan la concentración de niños y adolescentes.

Como aún no sabemos cuánto va a durar la pandemia, es muy importante crear condiciones favorables para el estudio en casa. Muchos padres y madres temen que sus hijos pierdan el año escolar. En todo caso, en vez de preocuparse, hay que ocuparse.

Este artículo busca llevar tranquilidad en ese sentido. Hay maneras efectivas de generar un ambiente de estudio propicio en el hogar. Claro que no todas las familias y las casas son iguales. Pero está comprobado que ciertas pautas, si se respetan, ayudan a que los estudiantes mejoren su rendimiento escolar. En algunos casos, incluso, superan el que tenían de modo presencial.

Lo cierto es que esta nueva realidad sigue vigente. Y el tiempo pasa, los hijos crecen y tarde o temprano tendrán que salir al mundo y aplicar lo aprendido. Por eso, con el objetivo de que puedan hacerlo de la mejor manera, dejamos estos consejos para estudiar en casa.

Guía integral para el estudio en casa

Lo primero que hay que hacer es organizarse, estipular los horarios y lugares de estudio y recreación y pactar con el resto de la familia que hay que respetarlos. ¿Cómo? Evitando ruidos e interrupciones. Esta circunstancia obliga a cambiar ciertas costumbres, mover cosas y armarse de paciencia.

Crear un espacio de estudio en casa. Es primordial que el lugar para estudiar sea tranquilo y propicie la concentración. Necesita ser creativo y agradable para que aumente la capacidad de recepción del estudiante. 

Zona de estudio cómoda y bien delimitada. Para empezar, una mesa o un escritorio y una silla confortable, favorecen la concentración. Estos elementos son esenciales. Cada uno debe acomodarse a las medidas justas del estudiante. No son recomendables los sillones y menos las camas, porque adormecen y desalientan el estudio en casa. 

Silencio. Evitar los ruidos y las molestias es clave para que el estudio en casa funcione. Puede resultar útil escribir en un pizarrón los horarios. Es algo que tiene que estar pautado de antemano, pero no viene mal dejar por escrito un recordatorio.

Los útiles, siempre a mano. Cuadernos, biromes, calculadoras, libros, todos los materiales de estudio tienen que estar al alcance. De esa manera, no se pierde tiempo yendo a buscarlos, ni aparecen tentaciones en el camino.

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Aire y luz natural. Sentirse a gusto en el espacio es fundamental. Por eso, es importante sentarse cerca de una ventana o del balcón, así la iluminación natural favorece la visión. Si esta es artificial, que sea cálida. La idea es que la vista no se canse después de tantas horas de lectura. Una buena ventilación también ayuda. Un ambiente propicio mejora la capacidad de atención y la resistencia física.

Orden. Se aconseja tener todo el material a disposición, pero no desordenado, ya que no encontrar lo que se necesita quita tiempo y distrae.

Horario y planificación. Lo ideal es estudiar por la mañana, cuando la actividad mental alcanza su máxima potencia y la concentración aumenta. También, pautar un recreo entre cada tarea para recargar energía favorece la actividad. 

Moverse y alimentarse bien. Ante esta situación, hay que encontrar la manera de terminar reconociendo las ventajas de estudiar en casa. Por ejemplo, se puede disfrutar de comidas caseras hechas en el momento y de salir a hacer ejercicio cuando se necesita. Todo en su justa medida, por supuesto.

Estás son algunas orientaciones para apoyar el estudio en casa. Desde ya que no son las únicas a seguir. Cada uno sabe qué circunstancias hogareñas y familiares vive y buscará la forma de adaptarlas. Eso sí, en todos los casos, padres y madres deben seguir de cerca el estudio de sus hijos y ayudarlos lo máximo posible.

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