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¿Pasar mucho tiempo en las redes sociales empeora la depresión y ansiedad?

Es hora de que empecemos a ver más allá un simple promedio de horas de uso y que hagamos un análisis más concienzudo de nuestros patrones de conducta con una tecnología que ha llegado para quedarse.

Nuevo estudio cuestiona la idea de que pasar mucho tiempo en las redes sociales empeora la depresión y ansiedad

Uno de los temas más frecuentes cuando se habla de salud mental de los niños y adolescentes es el tiempo que pasan al frente de las pantallas. Dichas consideraciones son validas teniendo en cuenta que estas tecnologías han traído una serie de cambios en nuestros hábitos de conducta. En números: el tiempo que los adolescentes le dedican a las redes sociales se ha incrementado en un 62.5% desde el año 20121 y en promedio los adolescentes pasan 2.6 horas al día revisando las redes sociales.

Al no entender bien cual es el efecto que esto podría causar en la salud de los adolescentes y basados en una serie de estudios que sugerían que pasar mucho tiempo al frente de la pantalla puede incrementar el riesgo de sufrir depresión y ansiedad, se publicaron guías y se prepararon charlas que ponen énfasis en la restricción del uso del celular y las redes sociales.

Pero no todos los investigadores estaban de acuerdo con estas recomendaciones y argumentaron que los datos utilizados tenían deficiencias metodológicas que no permiten establecer con precisión una relación entre la cantidad de tiempo en las redes y su efecto en la salud mental. Estos investigadores alertaron que para obtener el tiempo promedio y bienestar de los niños y adolescentes las investigaciones se basaron en reportes de los padres. Estos informes no suelen ser muy fiables porque son maleables a la percepción de los padres y no son síntomas clínicos en sí; Los análisis tampoco categorizaban la información entre los dispositivos que usaban los niños y adolescentes. No importaba si se la pasaban 3 horas viendo tv o 3 horas usando una tableta; otra restricción importante, y relacionada con la anterior, es que las guías se basaron en estudios que solo evaluaban el tiempo de uso pero no consideraban la función de la conducta, cómo las usaban o para qué. Esta es una limitación importante que no se puede dejar de lado porque una persona puede pasar mucho tiempo en las redes haciendo scroll mientras que otra puede pasar la misma cantidad de tiempo interactuando con sus amigos, planificando actividades y compartiendo con ellos. Lo que incrementa su sentido de pertenencia con su grupo de pares y lo compromete en actividades que son importantes para él o ella.

Para intentar descifrar esta relación y evitar algunas de las limitaciones anteriores, la Dra. Sara Coyne y su equipo de la Universidad de Brigham Young University desarrolló un estudio longitudinal de 8 años de duración, que fue publicado en la revista Computers in Human Behavior. En esta investigación Coyne y su equipo pusieron a prueba las siguiente pregunta: ¿La depresión y/o ansiedad de los adolescentes empeorará si pasan más tiempo en las redes sociales?https://37eb1873d2025883b0ee8bb24bd3ca4f.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html

¿La respuesta? No. La investigación no encontró que el tiempo que pasaban en las redes sociales empeorara o mejorara ni los síntomas depresivos ni los ansiosos.

ESTA INVESTIGACIÓN NO PUDO ENCONTRAR EVIDENCIA QUE APOYE LA HIPÓTESIS DE QUE PASAR MUCHO TIEMPO EN LAS REDES SOCIALES INFLUENCIA LA SALUD MENTAL A LARGO PLAZO

La investigación evaluó a a 500 adolescentes que tenían entre 13 y 20 años de edad. A diferencia de estudios anteriores esta investigación no se basó en los reportes de los padres sino que evaluó directamente las respuestas a un completo cuestionario que los adolescentes respondían una vez al año durante un lapso de 8 años. Y también se les aplicó escalas para evaluar los síntomas depresivos y de ansiedad. Los resultados fueron analizados a nivel individual, lo que permitió evaluar minuciosamente si existe o no alguna correlación entre las dos variables.

Al analizar los resultados los investigadores encontraron que los adolescentes de 13 años reportaron una media de uso de 31-60 minutos por día. Esto incrementaba a medida que iban entrando en la adultez alcanzando una media de 2 horas por día. Las niñas reportaron pasar más tiempo en las redes que los niños. Los adolescentes también reportaron menos niveles de síntomas depresivos y ansiedad, pero estos niveles también incrementaron durante la adolescencia. En general, las niñas reportaron mayores síntomas depresivos y de ansiedad que los varones.

Por otro lado, no hubo asociación entre el tiempo que pasaban usando las redes sociales y la salud mental de los participantes. La mayoría de los adolescentes aumentó el tiempo que usaba las redes pero no se incrementó el riesgo de depresión ni de ansiedad. Tampoco se encontró una relación inversa. Los autores concluyen que esta investigación no pudo encontrar evidencia que apoye la hipótesis de que pasar mucho tiempo en las redes sociales empeore o mejore la salud mental a largo plazo.about:blank

Por supuesto los investigadores no están diciendo que hay que darle rienda suelta a los adolescentes sin establecer limites que los ayuden a no desenfocarse de sus responsabilidades como las de la escuela o el hogar, sino que es hora de que empecemos a ver más allá un simple promedio de horas de uso y que hagamos un análisis más concienzudo de nuestros patrones de conducta con una tecnología que ha llegado para quedarse.

Referencia bibliográfica: Sarah M. Coyne, Adam A. Rogers, Jessica D. Zurcher, Laura Stockdale, McCall Booth. Does time spent using social media impact mental health?: An eight year longitudinal study. Computers in Human Behavior, 2019; 106160 DOI: 10.1016/j.chb.2019.106160

Fuente: Psychcentral

Le dije adiós a la Procrastinación y logré superar mi depresión

Hola, me llamo Cinthia y mi historia es una de superación. Una historia que demuestra que con esfuerzo y dedicación puedes superar la procrastinación y pasar a la siguiente etapa de tu vida.

Quiero que aprendan de mi historia, que vean mis pasos e intenten no repetirlos en sus vidas. La procrastinación es una sombra que te va cubriendo poco a poco sin que te des cuenta y, cuando menos lo esperas, te encuentras retrasando todo lo importante para ti y perdiendo oportunidades únicas en la vida.

El comienzo

Una vez que comprendí qué era la procrastinación, me di cuenta de que era algo que había practicado toda mi vida. Desde tareas insignificantes en casa o tareas de la escuela que debía entregar, siempre hacía todo al último minuto, a pesar de los consejos de mis padres y maestros.

Al no poder eliminar este mal hábito, obviamente continuó y fue evolucionando conmigo, aunque todavía no se había convertido en algo que me impidiera vivir, al menos no todavía. La procrastinación me acompañó en toda mi vida universitaria, aunque solo pensé que era parte de la experiencia y nunca pensé que podría eliminarla de ella.

Los efectos de la procrastinación

Como dije, la procrastinación me ha acompañado en casi toda mi vida y nunca ha tenido ningún efecto negativo en mi vida, a excepción de algunas desveladas intentando terminar algún trabajo y al terminarlo, siempre terminaba satisfecha conmigo misma.

Sin embargo, pronto me di cuenta de que la procrastinación no solo podía afectarme a mí, también podía afectar a todos mis seres queridos y las personas que estaban relacionadas conmigo.

Los principales afectados era mi familia, ahora mis acciones tenían un efecto enorme en las vidas de otras personas, mis hijos y mi pareja.

Mucha de mis responsabilidades en la casa y como madre se veían retrasadas o aplazadas, lo cual ocasionaba muchos problemas a mis hijos y mi esposo, como el corte de servicios básicos por haber olvidado pagar la factura y luego tener que pagar costos extra por reconexión.

La procrastinación se había vuelto mi acompañante y sabía que, si lograba expulsarla de mi vida, entonces todo empezaría a mejorar poco a poco, solo debía intentarlo, pero era tan complicado que volvía a recaer en lo mismo.

Y todo fue empeorando como una avalancha, cada vez que tenía una responsabilidad sentía una gran ansiedad por hacerla, pero mi procrastinación siempre superaba mi voluntad.

Mi ansiedad y enojo conmigo mismo me convirtieron en una persona huraña y que estaba constantemente de mal humor, mi propia familia prefería alejarse que pasar tiempo conmigo. Fue un momento terrible en mi vida del cual no me siento orgullosa.

La advertencia

El tiempo siguió su curso, los años pasaron y mi procrastinación era como un tumor en mi cuerpo que se rehusaba a ser retirado, era un cáncer que estaba acabando mi vida y mi relación con las personas que más amaba. Me había vuelto una extraña para mi familia, pero todo cambió cuando mi pareja tomó una decisión radical.

Mi esposo me advirtió que, si no lograba cambiar mi vida y mi actitud, entonces ocurriría algo que nunca me habría imaginado, nos divorciaríamos y nuestra familia se terminaría.

A pesar de todo, mi esposo y mi familia se mantuvieron a mi lado y me apoyaron durante todo el proceso.

¿Y cuál fue el primer paso para poder superar algo como la procrastinación? Buscar un terapista, ese fue el primer paso en mi viaje para superar este horrible hábito. Mi terapista me ayudó mucho a descubrir cómo se relacionaban todos mis sentimientos y actitudes, cuáles eran las causas y consecuencias de mis acciones, sin embargo, una cosa es saber lo que tienes y otra cosa es combatirlo.

Una de las primeras soluciones que intentamos fueron los antidepresivos, los cuales me ayudaron por un tiempo, pero los efectos secundarios eran más potentes que la solución que brindaban y me sentía todo el tiempo ida y desapegada de todo.

Pero todo cambió un día, mi esposo estaba buscando soluciones por internet y milagrosamente encontró una página web que hablaba sobre la procrastinación y cómo superarla, pero antes de ofrecerme algún producto o servicio, lo primero era responder una serie de preguntas respecto a mi procrastinación.

El cambio inicial

Mi esposo y yo decidimos llenar el formulario y lo hicimos siendo lo más honestos que pudimos, después de terminar la encuesta, la página me ofreció un plan personalizado de tres meses que afirmaba que me ayudaría paso a paso a superar mis problemas ocasionados por la procrastinación.

Después de tantos años de inventos y soluciones milagrosas que nunca habían funcionado, ambos estábamos muy recelosos de este sitio web y creímos que sería igual que los demás y tampoco funcionaría. Sin embargo, no teníamos nada que perder, ya lo habíamos intentado todo e intentar algo más no me causaría más daño, así que decidimos aprovechar la gran oferta que nos estaban ofreciendo.

El primer día en mi plan personalizado fue bueno, poco a poco empezamos a diagnosticar mi tipo de procrastinación y los consejos que me dieron empezaron a ayudarme. Sin embargo, fue muy complicado poner en práctica todo lo que me decían y no empecé a sentir cambios en mi vida hasta después del primer mes. Pero cuando llegaron, debo admitir que me sentía como otra persona.

Superando la procrastinación

¿Cómo empecé a cambiar y a superar mi procrastinación? El programa me ayudó a cambiar por completo los hábitos y actitudes que tenía en mi vida y me enseñó a cambiar por completo cómo estaba llevando mi vida hasta ese momento. Puedo decir que hacerlo me salvó la vida.

Una vez que empecé a ver resultados, mi autoestima empezó a elevarse con cada día que pasaba y mi motivación y ganas llegaron a un punto en el cual me sentía imparable. Ya no era la madre y la esposa que se olvidaba de todo y luego estallaba de mal humor contra todos, ahora estaba preparada para todo y me anticipaba a todas las situaciones.

Mi vida cambió por completo en lo personal y profesional. Y todo cambió gracias a ese día cuando mi esposo estaba navegando en internet.

Te recomiendo que realices la encuesta inicial de Virtue Map si deseas darle un cambio radical a tu vida. Recibirás tu plan personalizado en solo unos minutos y los precios que te ofrecen son impresionantes.

No temas lanzarte al ruedo y realizar el programa, la procrastinación es algo que debes combatir y, si no lo haces, va a dominar tu vida.

Fuente: Virtue Map

El lado oscuro del cerebro

Pilar Quijada

“En el más remoto confín de la China vive un Mandarín inmensamente rico, al que nunca hemos visto y del cual ni siquiera hemos oído hablar. Si pudiéramos heredar su fortuna, y para hacerle morir bastara con apretar un botón sin que nadie lo supiese, ¿quién de nosotros no apretaría ese botón?”– Chateubriand

En la obra La barca sin pescador, Alejandro Casona se inspiró en la cita anterior de Chateubriand  para explorar el lado oscuro de la naturaleza humana. Ricardo Roldán, el protagonista de “La barca”, decide hacer un pacto con el diablo. Este propone al arruinado empresario devolverle las riquezas a cambio de que cometa un crimen y de quedarse con su alma.

¿Parece algo lejano que solo ocurre en el teatro? Tal vez no, porque según varios estudios, todos llevamos dentro un dictador en potencia capaz de llevar a cabo los actos más crueles, sobre todo, si encuentra un”diablo” que le exima de responsabilidades. Y más si el poder (de cualquier tipo) está por medio. No hay más que mirar alrededor…

El poder corrompe, asegura la sabiduría popular. Pero, haciendo un análisis “darwinista” podríamos preguntarnos si realmente todos sucumbimos a la tentación del poder o si determinadas personas tienen más facilidad para llegar a puestos en los que les resulta más fácil mostrar rasgos de su carácter que estén ligados a comportamientos poco deseables como falta de empatía o escasa compasión. Una reflexión interesante en este 2015, en el que se conmemora el 70 aniversario de la liberación de Auschwitz.

Los psicólogos se han interesado desde hace tiempo por esta cuestión: ¿el poder cambia a las personas, o acceden al poder las personas más propensas a cambiar?. No sólo se han interesado en cómo influye el poder en quien lo ejerce, sino también en cómo reaccionan ante determinadas órdenes los que están subordinados a él. El primero en abordarlo fue psicólogo en la Universidad de Yale Stanley Milgram. En los años sesenta del pasado siglo,Milgram decidió poner a prueba la obediencia “ciega” a una autoridad, aun cuando las órdenes dictadas por esta entraran en conflicto con la conciencia personal.

Su experimento comenzó en 1961, unos meses después de que Adolf Eichmann, principal responsable del genocidio judío en Polonia, fuera juzgado y sentenciado a muerte en Jerusalén por crímenes contra la humanidad durante el régimen nazi en Alemania. Con la excusa de participar en un experimento sobre aprendizaje, Milgram reclutó a voluntarios que a los que dijo que debían administrar descargas eléctricas a un supuesto alumno que tenía que memorizar un listado. Se trataba, en el fondo de “ayudarle” a memorizar mejor. Y para ello, cada vez que el aprendiz se equivocaba debía recibir una descarga eléctrica que iba incrementándose en cada fallo posterior.

Crueldad inesperada

En realidad el aprendiz era un compinche, como muchas veces ocurre en los experimentos que hacen lo psicólogos. Y tenía que simular dolor de la forma más real con cada supuesta descarga,que en realidad no recibía, obviamente. Pero lo importante del experimento fue que ante las insistencias del investigador, el 65% de los voluntarios que aplicaban las supuestas descargas, aunque se sentían incómodos ante el dolor que mostraba el infeliz aprendiz, llegaban a darle el máximo castigo, de 450 voltios, que teóricamente le llevaba casi al coma.

Aunque a los 75 voltios casi todos los participantes se ponían nerviosos ante los gritos de la persona que trataba de memorizar con poco éxito la lista, ninguno de los voluntarios se negó rotundamente antes de alcanzar los 300 voltios, límite al cual el alumno «compinchado» dejaba de dar señales de vida. A partir de ahí, algunos seguían adelante con los castigos, aunque declinaban cualquier responsabilidad. Curiosamente, ninguno de los participantes fue a la habitación acristalada en la que estaba el aprendiz para interesarse por él.

Los resultados sorprendieron al propio Milgram, que suponía que sólo un 10% aplicaría el voltaje máximo y que no sospechaba a priori que alguno de los participantes pudiera llegar a un comportamiento tan cruel. «Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros (…) La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio», explicaría después Milgram.

Una interpretación a este comportamiento extremadamente cruel fue que los voluntarios se veían a sí mismos como agentes ejecutivos de una autoridad que consideraban legítima y que la estructura jerárquica favorecía que se descargara la responsabilidad en la persona que tenía el rango superior o el poder. Y esto hace surgir una inquietante pregunta,¿ante una orden de la autoridad que considerásemos injusta, seríamos capaces de no acatarla, o llegaríamos a los extremos del experimento de Milgram?

El dictador que llevamos dentro

«La Ola» (108 minutos, Dennins Gansel, 2008) es una película alemana inspirada en un suceso real que tuvo lugar en 1967. En el otoño de ese año, Ron Jones, un profesor de historia de un instituto de Palo Alto, en California —«Cubberley High School»— quiso dar respuesta básicamente a la pregunta anterior, aunque formulada de otra manera, por uno de sus alumnos: «¿Cómo es posible que el pueblo alemán permitiera que el partido nazi exterminara a millones de judíos?»

Para responder a esta cuestión Jones decidió hacer un experimento con la participación de sus alumnos. Instituyó un régimen de extrema disciplina en su clase, restringiéndo a los alumnos sus libertades y haciéndoles formar en unidad. Ante el asombro del profesor, los alumnos se entusiasmaron hasta tal punto que a los pocos días empezaron a espiarse unos a otros y a acosar a los que no querían unirse a su grupo. Tras cinco días, Jones tuvo que interrumpir el proyecto, con el que pretendía demostrar a sus alumnos la dimensión real y los peligros de la autocracia.

La cárcel de Stanford

Aún habría una tercera comprobación, en 1971, de la crueldad a la que podemos llegar, en este caso el experimento de la cárcel de Stanford. Estuvo dirigido por el psicólogo social Philip Zimbardo. En esta ocasión reclutaron a universitarios de clase media para participar en un experimento que simulaba una prisión. Los voluntarios recibían por ello una paga que a día de hoy equivaldría a unos 70 euros diarios.

La mitad de los reclutados fueron asignados mediante el lanzamiento de una moneda a interpretar el papel de carceleros y la otra mitad el de prisioneros. El experimento tampoco pudo acabarse en esta ocasión. La prisión fue instalada en el sótano del departamento de Psicología de la Universidad de Stanford, que había sido acondicionado como cárcel ficticia. Un investigador asistente sería el «alcaide» y Zimbardo el «superintendente». A los pocos días se les fue de las manos por la crueldad ejercida por los reclusos y carceleros.

Seguimos igual

Se puede pensar que los tiempos han cambiado y que esos comportamientos no volverían a repetirse ahora… El experimento de Milgram, el inicial, fue repetido en 2009. Y los resultados fueron los mismos.

Así lo expresaba en 2010 Zimbardo, que ha seguido investigando en el tema: “Nuestros hallazgos reflejan los de Milgram en el nivel de obediencia obtenido para condiciones comparables. Por lo tanto, a pesar de los muchos cambios culturales que se han producido en estas décadas en la sociedad occidental, nuestros datos demuestran que las tasas de obediencia han permanecido comparables y predecibles”.

En definitiva, que la gente corriente puede ser inducida a comportarse mal con los demás, llegando incluso a cometer actos atroces.

Fuente: ABC

¿Qué es lo que los adolescentes realmente necesitan de sus padres hoy?

Algunas cosas sobre la crianza de los hijos ya no son como antes, pero hay algunos aspectos fundamentales que todos los padres modernos deberían tener en cuenta

Cerith Gardiner

¡La sociedad ha estado cambiando a un ritmo tan rápido que a veces es un poco difícil mantenerse al día! Así que imagina lo desconcertante que debe ser para los jóvenes de hoy en día, mientras navegan hacia la edad adulta.

Lo que habría funcionado en el pasado podría no ser muy adecuado hoy, pero por otro lado, faltan algunos elementos clave de antaño; y, por supuesto, algunos fundamentos que los adolescentes deben adquirir y que siguen siendo necesarios en nuestra sociedad moderna.

Como madre de cuatro hijos, dos adolescentes y dos adultos jóvenes, ha sido un proceso de aprendizaje. Mi infancia de vivir en una tranquila ciudad de campo, sin los últimos dispositivos, está muy alejada de la vida de mis hijos que crecieron en una ciudad importante con tecnología digital, ¡pero he aprendido mucho!

Aquí hay algunas cosas que creo que los adolescentes necesitan de los padres para convertirse en grandes adultos. Si tiene otras ideas, ¡me encantaría que me las compartieras en la sección de comentarios!

1 LOS PADRES SON PADRES, Y NO BUENOS AMIGOS

Cada vez es más común que padres e hijos tengan una relación un poco confusa, con énfasis en ser amigos. Sin embargo, es importante construir una relación en la que se respete el vínculo padre-hijo y los niños conozcan sus límites. Cuando más claros son los límites, más fácil es educar a un niño y enseñarle respeto.

2 QUE TRABAJEN PARA CONSEGUIR LO QUE QUIEREN

No hay duda de que nuestra sociedad actual está impulsada por el consumo. Y cuando damos a nuestros hijos un pequeño regalo cada vez que vamos a la tienda, no los estamos ayudando.

Esa necesidad de gratificación instantánea debe transformarse en paciencia. Si quieren tener una bicicleta nueva, entonces necesitan ahorrar dinero, hacer las tareas del hogar, o tener un poco de espíritu emprendedor y ponerse a cortar césped o cuidar niños. Una vez que comiencen a ver las recompensas de su trabajo, sus esfuerzos se multiplicarán y tendrán una verdadera sensación de logro y realización.

3 PASAR DE LA EXIGENCIA A LA GRATITUD

Necesitamos inculcar en los adolescentes que sus expectativas deben ser realistas. Sí, pueden esperar que si trabajan duro en la escuela sean recompensados con buenas calificaciones. Pero es importante desarrollar un sentido de gratitud desde el principio.

Si salimos con nuestros hijos, no deben esperar un helado, pero si obtienen uno, deben sentirse agradecidos.

Puede parecer obvio, pero muchos padres cansados caen en la trampa de ceder y darles a los niños lo que quieren, solo para tener un poco de paz y tranquilidad. Aquí es donde tienes que ser fuerte, de hecho, ¡más fuerte que el deseo de tu hijo de comer ese helado! Es difícil. Es agotador. Pero sin duda servirá a un propósito mayor.

4 BUENOS MODALES

La gente a menudo lamenta la falta de educación en los niños de hoy. Sin embargo, cabe señalar que hay muchos jóvenes maravillosos que tienen modales impecables y un fuerte deseo de ayudar a los demás.

Aunque ya no vivimos en una sociedad en la que los hombres se quitan el sombrero cuando saludan a alguien, aún podemos pensar en quitarnos las gafas de sol cuando nos detenemos a charlar con alguien (aunque sea solo para ese «hola» inicial). Aún podemos alentar a nuestros hijos a que cedan sus asientos a alguien que lo necesite más, ya sea una mujer embarazada, una persona mayor o alguien con una discapacidad.

Los modales comienzan en casa, así que da ejemplo agradeciendo a tus hijos si hacen algo, dejándoles la puerta abierta y preguntándoles con cortesía.

5 PERMISO PARA COMETIR ERRORES

En gran parte debido a Internet, estamos muy lejos de ser perfectos. (¡Algo con lo que las generaciones anteriores no tuvieron que lidiar!) Entonces, si tu hijo comete un error, tómate el tiempo para hablarlo. ¿Qué ha aprendido de su error? ¿Cómo puede evitar hacerlo de nuevo? Permítele poner las cosas en perspectiva y aumentará su autoconfianza.

6 SENTIRSE SEGURO

El hogar de un niño debe ser su refugio seguro y un lugar tranquilo. Esto es especialmente cierto para aquellos que viven en grandes ciudades donde puede haber una atmósfera de estrés y agresión.

Más que nada, sentirse seguro proviene de saberse amado. Saber que pueden cometer sus errores, que pueden compartir sus éxitos y que siempre habrá alguien para apoyarlos y amarlos incondicionalmente, será de gran ayuda.

7 BUENOS EJEMPLOS DE GENTE DE FE

Cuando la religión se ha convertido en objeto de burla (a la cara u on line), a veces es difícil ponerse de pie y profesar la fe. Pero los niños pueden aprender de las personas que conocen y aman.

Ya sean miembros de la familia, miembros clave de la comunidad, personas admirables en la esfera pública o los miles de hombres y mujeres santos de la Iglesia, hay muchas personas excelentes que les mostrarán a tus hijos cómo vivir una vida de fe.

Fuente: Aleteia

GIRONELLA: EL ESCRITOR QUE LUCHÓ CONTRA TODA ESPERANZA

Sin duda, José María Gironella ha dejado una honda huella en sus lectores y en el mundo literario de su época. Es admirable que teniendo tantas adversidades en su vida (pobreza extrema, la depresión de su padre, la suya propia, etc.), haya podido superarlas y convertirse en un destacado y brillante escritor.

Raúl Espinoza Aguilera

Me ha impresionado la biografía del literato José María Gironella. Escritor español que se enfrenó con muchas dificultades en su vida. Fue hijo de una familia muy humilde. De niño se dedicó a múltiples oficios debido a la pobreza extrema en que vivían en su familia. Trabajó como empleado en una farmacia, luego en una tienda de comestibles, como obrero en una fábrica de licores, como botones de un banco, etc.

Su abuelo era zapatero. Su padre era fabricante de tapones de corcho y padecía de profundas depresiones que aparentemente superaba, pero volvía a recaer. Todo parecía indicar que Gironella profesionalmente nunca podría destacar.

Este conocido autor nació en Gerona, Barcelona, España, en diciembre de 1917. Fundamentalmente fue un escritor autodidacta, porque carecía de medios económicos para estudiar en una universidad. Le sorprendió el estallido de la Guerra Civil Española (1936-1939) y se opuso a la ideología de los principales dirigentes de este movimiento, porque no estaba de acuerdo con la Segunda República que, primero fue moderadamente socialista, y luego, se fue radicalizando hasta convertirse en un gobierno de extrema izquierda (marxista). El político Francisco Largo Caballero, quien fuera por unos años Ministro de Defensa, se hacía llamar “el Lenin español”. El novelista debido a ello huyó a Francia y ingresó de nuevo por la zona nacionalista de Francisco Franco entrando a la ciudad de San Sebastián y se enlistó en las filas del ejército nacionalista.

Al observar de cerca los pormenores de esta contienda fratricida, concibe la idea de escribir una Trilogía de novelas sobre esta Guerra. Primero publicó “Los Cipreses Creen en Dios” (1953), que presenta todo el ambiente sociopolítico previo a esta conflagración. Al terminar la contienda, publica “Un millón de muertos” (1961) y en la posguerra envía a la editorial “Ha Estallado la Paz” (1966). Los tres volúmenes fueron un éxito editorial, particularmente “Los Cipreses Creen en Dios”. En 1986 publica otro gran éxito: “Los Hombres lloran Solos” (1986).

Este novelista tenía la característica de ser un hombre tosudo. perseverante y un voraz lector de Literatura. Influyó en su pensamiento Giovanni Papini con su “Historia de Cristo”, quien con su humanismo cristiano impregnó claramente en todas sus obras. También fue un ferviente admirador de Fiódor Dostoyevski.

Pero de forma inesperada le sobrevino una fuerte depresión. Tuvo que retirarse de su actividad literaria para recibir un tratamiento médico. Tuvo la impresión que ya no podría escribir jamás, por haber recibido como herencia paterna esta dura enfermedad. Comenzó a perder casi toda esperanza sobre su posible recuperación.

Pero comentábamos que este escritor tenía una gran fortaleza y tenacidad. Así que observó con cuidado las indicaciones del doctor, tomó puntualmente sus medicinas y pronto recuperó su capacidad de escribir.

Esta situación me hace recordar al célebre escritor inglés, Graham Green (1904-1991), quien fue galardonado con la Orden de Mérito del Reino Unido. Sufría de profundas y prolongadas depresiones. Y por increíble que parezca, confesaba que el hecho de irse a países con graves conflictos sociales y en esa zona a de peligro ponerse a redactar una novela particularmente truculenta y dramática, le hacía olvidar completamente su depresión y afirmaba que eso le servía como una eficaz terapia.

Graham Green en 1940 publicó su célere novela “El Poder y la Gloria”, sobre la persecución religiosa en el estado de Tabasco, México. El entonces gobernador, Tomás Garrido Canabal, estaba empeñado en aniquilar a la religión católica en esa entidad como consecuencia de la Guerra Cristera. Clausuró iglesias, quemó retablos e imágenes, prohibió que los curas celebraran Misas, etc. En la novela relata la historia de un sacerdote católico que se encuentra en ese estado durante la década de 1930. Y el gobernador se dedicaba a perseguirlo y hacerle la vida imposible, pero al final vence la ejemplar fe de este presbítero.

Por otra parte, Gironella, también publicó: “Los Fantasmas de mi cerebro” (1958), alusiva a su depresión. “Mujer, levántate y anda” (1962), “Personas, ideas, mares” (sobre sus viajes, 1963), al igual que “El Japón y su duende (1964), “China, una lágrima innumerable”, sobre la revolución de Mao-Tse-Tung”, “En Asia se muere bajo las estrellas” (1968).

La novela por la que recibió el “Premio Planeta” fue “Condenados a vivir” (1971). Además, un libro que tuvo particular éxito editorial fue “100 españoles y Dios” (1969). Publicó muchas otras obras de sus viajes y experiencias vitales, así como otras más novelas.

¿Por qué fueron exitosas las novelas de José María Gironella? Por su gran amenidad. Se documentaba rigurosamente para escribir sus obras. Tuvo una técnica realista tradicional y, dominaba el estilo directo, matizado a veces por el lirismo.  Se le considera como un escritor de “La Generación del ’50”.

Gironella contrajo matrimonio con Magdalena Castañer en 1946, a quien la amaba entrañablemente. Un año antes había publicado su libro de poemas “Ha llegado el invierno y tú no estás aquí”. En la que había dedicado muchos poemas a su novia Magdalena.

Recuerdo que cuando leí su novela “Los Cipreses Creen en Dios” me di cuenta que era una de esas obras que atrapan inmediatamente al lector. Presenta a los diversos grupos que actuaban en la zona nacionalista, como: los falangistas, los carlistas, los admiradores de José Antonio Primo de Rivera que fue un abogado y político español, primogénito del dictador Miguel Primo de Rivera y fundador de la Falange Española. Primo de Rivera fue un destacado representante del fascismo y tuvo muchos seguidores por su ideología. Murió al inicio de la Guerra Civil Española, fusilado por una supuesta “conspiración y rebelión militar contra el Gobierno de la Segunda República”.

Además, Gironella ambienta muy bien a las otras asociaciones y tendencias que surgieron en el frente nacionalista. Esta obra, sin duda, requirió de mucho trabajo de investigación y documentación.

Cuando leí “100 españoles y Dios” pude constatar la diversidad de opiniones en los ciudadanos españoles sobre el Ser Trascendente. A través de sus entrevistados el autor se plantea numerosas e importantes cuestiones, como: ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Por qué existe la libertad en las personas, capaces de hacer mucho bien o mucho mal? ¿Por qué existen el dolor, las enfermedades y las guerras? ¿Cuál es la explicación de la presencia del mal en el mundo? ¿Por qué todas las personas necesariamente tendremos que morir? ¿cuál es la raíz última de la esperanza humana? Y así sucesivamente continúan sus vitales cuestionamientos.

Sin duda, José María Gironella ha dejado una honda huella en sus lectores y en el mundo literario de su época. Es admirable que teniendo tantas adversidades en su vida (pobreza extrema, la depresión de su padre, la suya propia, etc.), haya podido superarlas y convertirse en un destacado y brillante escritor.

Falleció en Arenys de Mar, provincia de Barcelona en enero de 2003., víctima de una embolia. Fue galardonado con el Premio Nadal y el Premio Nacional de Literatura. También fue miembro de Real Academia Europea de Doctores y recibió, a título póstumo, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, por los méritos contraídos en los campos de la cultura e investigación.

La importancia de la figura paterna en la educación de los hijos

Estabilidad familiar y desarrollo social

Padres en crisis

El gran énfasis que durante años se ha puesto en conseguir la emancipación de la mujer ha provocado un fenómeno colateral con el que nadie contaba: un oscurecimiento de lo masculino, cierta indiferencia, cuando no desprecio, hacia los varones y una inevitable relegación de éstos a un segundo plano. Esta situación, si bien puede ser lógica – han sido muchos los siglos de dominación masculina – , no debe ser ignorada o minusvalorada, pues una crisis del varón nos conduce – igual que si se tratase de la mujer – a una crisis de la sociedad entera.

Mientras las mujeres, tras siglos de lucha, están logrando situarse en el lugar que les corresponde conforme a su dignidad y derechos, los hombres parecen estar más desubicados que nunca. Los cambios provocados por el feminismo han dejado un paisaje social prácticamente irreconocible generando novedades ciertamente confusas, como el nuevo papel del hombre en la sociedad y muy especialmente del padre en la familia actual.

La función paterna ha sido devaluada progresivamente. Existe un convencimiento social generalizado de que el padre y la madre son intercambiables. El modelo social ideal y dominante ahora es el consistente en la relación madre-hijo. Y el padre se considera prescindible (existe una tendencia generalizada a pensar que los padres no son necesarios para el correcto crecimiento y desarrollo personal de los hijos) o bien solo es valorado y aceptado en la medida en que sea una especie de segunda madre, una “mamá-bis”; papel éste exigido por la sociedad y en muchas ocasiones por las propias mujeres que les recriminan no ser capaces de cuidar, atender o entender a los niños exactamente como ellas lo hacen.

La profesora de estudios de la mujer del Wellesley College, Rosanna Hertz, afirma con rotundidad que los padres simplemente no son necesarios. El núcleo familiar es el constituido por la madre y el hijo. Los hombres en el mundo actual están obsoletos.

En la misma línea, Peggy Drexler, profesora de la Universidad de Cornell, en su libro: “Educando a los niños sin hombres”, mantiene la bondad de criar a los hijos sin la presencia de un padre, por madres solteras o parejas de lesbianas.

La masculinidad/paternidad está bajo sospecha y es tratada con hostilidad. En este ambiente, madres solteras, abandonadas, separadas o divorciadas intentan criar solas a sus hijos, en ausencia absoluta de un modelo paterno, con la creencia infundada de que ellas se bastan y sobran.

Esta incomprensión hacia los hombres y sus especificidades está trayendo una serie de efectos perversos cuyas consecuencias todavía no hemos comenzado a percibir con claridad en España donde las políticas, medidas administrativas y simpatías sociales, siguen dirigiéndose exclusivamente hacia las mujeres; ignorando la profunda crisis por la que atraviesa la figura del padre capaz de provocar un desequilibrio en la sociedad de consecuencias muy graves en un corto plazo si no se toman medidas antes de que sea demasiado tarde.

La importancia del padre en el equilibrio personal de los hijos

Uno de los más destacados sociólogos de Estados Unidos, el Dr. David Popenoe, afirmaba recientemente lo siguiente: “Los padres son mucho más que simplemente los segundos adultos del hogar. Los padres implicados traen múltiples beneficios a los niños que ninguna otra persona es capaz de aportar”.

La poderosa influencia de un padre sobre sus hijos es única e irremplazable. Los estudios demuestran una serie de diferencias cualitativas entre los niños que han crecido con o sin padre. Los niños que se han beneficiado de la presencia de un padre interesado en su vida académica, emocional y personal, tienen mayores coeficientes intelectuales y mejor capacidad lingüística y cognitiva; son más sociables; tienen mayor autocontrol; sufren menos dificultades de comportamiento en la adolescencia; sacan mejores notas; son más líderes; tienen la autoestima más elevada; no suelen tener problemas con drogas o alcohol; desarrollan más empatía y sentimientos de compasión hacia los demás; y cuando se casan tienen matrimonios más estables.

Problemas actuales

1- Ausencia física del padre biológico

Estados Unidos es el país con más madres solas del mundo desarrollado. Según estadísticas recientes, uno de cada tres niños crece sin padre (dos de cada tres, si nos referimos a niños pertenecientes a minorías). Las «familias sin padre» constituyen la tendencia demográfica más perjudicial de esta generación, el daño de mayor gravedad causado a los niños: las investigaciones demuestran que hay 24,7 millones de niños norteamericanos en esta situación (36,3%) un número mayor que el de americanos afectados por cáncer, Alzheimer y SIDA juntos.

El Dr. Wade Horn, fundador de la National Fatherhood Initiative (NFI) afirma que hoy en día 25 millones de niños norteamericanos tienen más posibilidades de ver un padre en la televisión que en su propio hogar.

Aproximadamente un 40% de niños norteamericanos nacen actualmente fuera del matrimonio, lo que normalmente significa muy poca o ninguna relación con el padre biológico.

Según Blankenhorn, en este siglo la sociedad se dividirá prácticamente al 50% en dos grupos diferenciados, no por razón de raza, clase o religión, sino: uno, constituido por aquellos niños y jóvenes que han recibido los beneficios (psicológicos, sociales, económicos, educativos y morales) de la herencia vital de la presencia de un padre implicado en la familia; y otro, formado por aquellos que carecieron de ella.

2. Ausencia psíquica o padre desentendido de la familia

Actualmente, muchas familias sufren el denominado por los psicólogos “síndrome de la función paterna en fuga”: aunque el padre está presente físicamente no ejerce su papel. Por el contrario,

prevalece un matriarcado social y educativo, que perjudica el correcto y equilibrado desarrollo de los hijos al favorecer personalidades individualistas y narcisistas, pues la madre y su función paterna no es por lo general capaz de limitar los deseos de omnipotencia del niño.

La gran pérdida cultural no es del padre en sí mismo, sino de la paternidad como función insustituible y esencial. Sufrimos actualmente lo que David Gutmann denomina la desculturización de la paternidad», cuyo principal y más patente resultado es la fragmentación de la sociedad en individuos atomizados, aislados unos de otros, y extraños a las necesidades y bienestar que demanda la familia, la comunidad y la nación.

3. Padres que desean implicarse, pero no saben cómo ejercer correctamente la paternidad

Asumen modelos de-construidos, afeminados o maternales que no les corresponden y no les satisfacen; actúan como colegas de sus hijos (esto último especialmente en parejas separadas).

La sociedad ha devaluado progresivamente la función paterna y ha rechazado la figura del padre como limitador o instancia de frustración del hijo. El modelo social ideal y dominante es el consistente en la relación madre-hijo. Y el padre solo es valorado y aceptado en la medida en que sea una especie de “segunda madre”; papel éste exigido en muchas ocasiones por las propias mujeres que les recriminan no cuidar, atender o entender a los niños exactamente como ellas lo hacen. Los hijos captan estas recriminaciones y pierden el respeto a los padres a los que consideran inútiles y patosos en todo lo que tenga que ver con la educación y crianza de los niños.

Reina la idea roussoniana de que la dirección y el consejo paterno impiden el crecimiento corporal y anímico del niño. En este clima social imperante el padre siente su propia autoridad como un lastre y su ejercicio le genera mala conciencia, por lo que intenta ir de “amigo” de su hijo en lugar de ejercer la función paterna que le corresponde.

Los padres de parejas separadas o divorciadas que solo ven a sus hijos algún fin de semana, acaban cambiando la relación padre-hijo por una relación de “colegas”. En lugar de ayudar con los deberes o formar en valores llevan a sus hijos de compras, al cine o a cenar.

Los estudios demuestran que en muchos casos los padres divorciados poco a poco van perdiendo el contacto hasta que finalmente dejan de ver a sus hijos definitivamente.

Los perversos efectos de la devaluación de la paternidad

El efecto de la ausencia de padre en la salud y bienestar de los niños es muy negativo. Diversos estudios muestran cómo la carencia de padre está en la base de la mayoría de los problemas sociales actuales más urgentes, desde la pobreza y la delincuencia, hasta el embarazo de adolescentes, abuso infantil y violencia doméstica.

Jóvenes violentos, agresivos, asociales

Existe una relación directa entre la ausencia del padre y determinados problemas sociales actuales de carácter muy grave. Como señala el Dr. Dobson, sin la guía y dirección de un padre, la frustración de los muchachos les conduce a variadas formas de violencia y comportamiento asocial.

Hace treinta años se pensaba que los motivos principales de las conductas conflictivas de los chicos se encontraban en la pobreza o discriminación. Hoy se sabe que la ausencia de padre está en la base de la inmensa mayoría de estas actitudes asociales.

El padre, habiéndose ausentado, física o psíquicamente, no juega ya su papel de “separador” que es el que, precisamente, permite al niño diferenciarse de la madre, y se produce una insana mutua interdependencia. Así, es probable que en la adolescencia el niño utilice la violencia-transgresión para afirmar su propia existencia. Las madres no logran hacerse obedecer e incluso en ocasiones llegan a ser agredidas por un hijo al que no han puesto límites. El niño que ha tenido una relación excesivamente estrecha con su madre, acaba sintiéndose “devorado” por ésta, la ve como un impedimento a sus deseos de autoafirmación y masculinidad y suele reaccionar contra ella con desprecio y agresividad. Gurian advierte de la sólida relación estadística existente entre los niños problemáticos y violentos y los niños sin padre.

En este sentido, señala Cordés, quien busca los motivos de la predisposición hacia la violencia solo o principalmente en factores socioeconómicos se queda en la superficie del problema. Se queda satisfecho con una teoría de socialización de cortos vuelos (H.D. Köning); infravalora el influjo de la familia y el enorme efecto del comportamiento paterno, pasando por alto la influencia decisiva de las relaciones intrafamiliares.

El niño que no ha experimentado el conflicto edípico – chocar con el padre y sus corolarios sociales – tiene muchas posibilidades de lanzarse en su juventud a comportamientos asociales, violentos, agresivos e incluso a tendencias homosexuales. Estos jóvenes no encuentran el límite a su psicología que impone la presencia de la función paterna que les ayuda a interiorizar el sentido de la ley y en consecuencia, como no saben “cómo pertenecer”, roban, agreden y son violentos para ocupar, a la manera primitiva, un territorio.

La negación de la función paterna pone en peligro a toda la sociedad. En ausencia del padre, surge una relación de pareja entre la madre y el hijo que perjudica el equilibrio psíquico de ambos. Una vez adolescentes, muchos de aquellos niños no tienen otro medio de probar su virilidad más que el de oponerse a la mujer-madre, incluso por medio de la violencia. En palabras de Anatrella: “cuando el padre está ausente, cuando los símbolos maternales dominan y el niño está solo con mujeres, se engendra violencia”.

El psicólogo forense Shaw Johnson nos muestra cómo la investigación demuestra que no hay nadie más capacitado para frenar la agresión antisocial de un muchacho que su padre biológico. Algunos trabajos de investigación sugieren que la función paterna tiene una influencia crítica en la instauración y desarrollo de la capacidad de controlar los impulsos en general y el impulso agresivo en particular, es decir, la capacidad de autocontrol. Esta relación entre función paterna y control de impulsos tiene posiblemente un papel importante en las adicciones (Stern, Northman & Van Slyk, 1984). De hecho el 50% de los toxicómanos en Francia y en Italia provienen de familias monoparentales (Olivier, 1994).

Estos niños, luego en la edad adulta tendrán dificultad para ejercer debidamente la paternidad por falta de ejemplos masculinos. Según el sociólogo Peter Karl, los niños que pasan más del 80% el tiempo con mujeres, luego en la madurez no saben cómo actuar como hombres. Estos jóvenes crecen como padres deformados porque a ellos mismos se les privó de un comportamiento paterno ejemplar. Y es absolutamente erróneo pensar que la función materna puede llenar ese vacío. El padre es la “no-madre” que ha de mostrar al hijo cómo funciona el mundo y cómo ha de encontrar su lugar en él. Debe ser el “puente humano” que une al hijo con la vida pública de compromiso y responsabilidad.

Fracaso escolar, problemas de salud física y mental

Según el Dr. Muñoz Farias, los niños que crecen sin una figura paterna, generalmente evidencian trastornos en la adolescencia porque no encuentran una identidad: “Los jóvenes sufren de inseguridad, soledad y depresión, que pueden plasmarse en el fracaso escolar, consumo de drogas vagancia. En definitiva, no tienen la capacidad para controlar sus impulsos y no pueden autorregularse”, opina el psiquiatra infantil.

Varios estudios demuestran que la ausencia del padre, física o simplemente psíquica, puede tener efectos devastadores sobre los muchachos, incluyendo problemas de salud serios, ya que su  sistema inmunológico se ve afectado por el estrés que genera tal situación de desamparo, y ello a pesar de los esfuerzos de las madres en estos casos para compensar las carencias afectivo-educativas desde el ángulo paterno.

Ronald y Jacqueline Angel, investigadores de la Universidad de Texas, publicaron un trabajo en 1993 en el que evalúan los resultados de todos los estudios cuantitativos que analizaron los efectos de la ausencia paterna: «El niño que crece sin padre presenta un riesgo mayor de enfermedad mental, de tener dificultades para controlar sus impulsos, de ser más vulnerable a la presión de sus padres y de tener problemas con la ley. La falta de padre constituye un factor de riesgo para la salud mental del niño.

Datos y cifras de la crisis de paternidad

La mayoría de los datos expuestos a continuación han sido extraídos de estadísticas y estudios realizados en EEUU. La falta de datos en España da una idea del desconocimiento y falta de interés por este grave asunto en nuestro país.

  • Los adolescentes sin padre se embarcan antes y en mayor medida en experiencias sexuales.
  • Tienen mayor riesgo de abusar de drogas como el alcohol y la marihuana.
  • Tienen más posibilidades de sufrir enfermedades mentales y suicidarse.
  • Sufren más proporción de abandono escolar y criminalidad.
  • Estos efectos se agudizan cuando se trata de niños que experimentaron el divorcio de
  • sus padres siendo menores de cinco años.
  • En EEUU, el 29.7% de los niños sin padre y el 21.5% de los hijos de padres divorciados que viven solo con su madre han repetido al menos una vez curso, en comparación con el 11,6 % de los que viven con su padre y su madre biológicos.
  • También acceden menos a la Universidad.
  • Un estudio realizado sobre 156 víctimas de abusos sexuales mostró que la mayoría pertenecían a familias sin padre.
  • La mayoría de los niños con carencias afectivas por parte de su padre sufren problemas de identidad sexual y emocionales, como ansiedad y depresión. En general necesitan más ayuda psiquiátrica.
  • El 80% de los adolescentes en hospitales psiquiátricos provienen de familias rotas.
  • En 1988, un estudio realizado sobre niños de preescolar en tratamiento psiquiátrico en los hospitales de Nueva Orleans descubrió que cerca del 80% provenían de hogares sin padre.
  • Son menos solidarios y empáticos y tienen significativamente menos capacidad intelectual.
  • El 43% de los muchachos en prisión crecieron en hogares monoparentales31. El 72% de los chicos que han cometido algún asesinato y el 60% de los que cometieron violación crecieron sin padre.
  • El porcentaje aumenta cuando se refiere a niños y jóvenes de color.
  • Las alteraciones de sueño, como pesadillas y terrores nocturnos, suelen comenzar entre uno y tres meses desde que el padre desaparece del hogar.
  • Son más agresivos, tienen menos autocontrol y escaso sentido de culpabilidad.
  • El 63% de los suicidios de jóvenes se dan entre muchachos sin padre.
  • El 90% de los niños que se van de casa son de familias sin padre.
  • El 85% de los chicos son desórdenes de conducta provienen de familias sin padre.
  • El 80% de violaciones con violencia son protagonizadas por chicos de padres ausentes.
  • Los chicos sin padre protagonizan el 71% del abandono escolar en secundaria.
  • El 75% de los adolescentes en centros de desintoxicación no conocen a su padre.
  • El 70% de jóvenes internados en reformatorios crecieron sin padre.
  • El 85% de jóvenes en prisión provienen de familias en las que sólo estaba la madre.
  • Un punto interesante de este estudio, es que el impacto de una madre ausente respecto de la variable criminalidad es casi nulo, lo que confirma la especificidad de la figura paterna respecto de la conducta transgresora.

Conclusiones

La crisis que sufren los padres en la actualidad es real, visible, patente, está documentada por estudios, investigaciones y estadísticas, y sus consecuencias son graves para el hombre, para la mujer, para la familia y para la entera sociedad. Si el hombre pierde, perdemos todos.

La función materna y la función paterna no son iguales ni intercambiables. Es indiscutible que el desarrollo emocional de los niños está en directa relación con la cariñosa, educativa, disciplinante e imprescindible interacción constante de ambos progenitores.

Las dos figuras, paterna y materna, son indispensables, para el equilibrado desarrollo de la personalidad y para una correcta socialización. Si falta la alteridad sexual, al niño le faltará lo más esencial para su correcto desarrollo psíquico y las consecuencias estamos solo comenzando a percibirlas.

Los niños necesitan modelos masculinos para convertirse en hombres. A partir de los 7 años los niños prefieren la compañía de hombres. Sin embargo, pasan la mayor parte del tiempo de su vida rodeados de mujeres. Cuando se priva a un joven de un modelo adecuado de masculinidad, aquel en sus actitudes tiende a exagerar los estereotipos machistas porque nunca ha recibido la imagen justa y equilibrada de lo que significa ser hombre.

Los niños necesitan personas que les ofrezcan modelos saludables y virtuosos de conducta. El papel del padre en esta tarea es sencillamente esencial. Si el padre está ausente, el chico buscará sus pautas de vida en protagonistas de series de televisión, videojuegos, o en compañeros de colegio equivocados. Los adolescentes precisan de esta atención paterna aún más que cuando eran pequeños, aunque se esfuercen a diario por demostrar lo contrario y traten de mostrarse independientes y autosuficientes.

Especialmente en la adolescencia, los jóvenes necesitan modelos de referencia, que les acompañen en la aventura de buscar sentido a sus vidas y les trasmitan unos valores que les hagan hombres y mujeres del futuro, fuertes y libres. Un padre preocupado por la educación de sus hijos y su correcto desarrollo personal y social, no sólo beneficia a su hijo sino que se beneficia a sí mismo, pues diversos estudios muestran que los padres implicados en la atención a los hijos adolescentes tienen mayor éxito profesional que los que no lo están.

En cuanto al respeto hacia el sexo femenino, el ejemplo del padre es determinante. Lo mejor que puede enseñar un padre a su hijo es a tratar con delicadeza, cariño y consideración a las mujeres por medio del trato que él mismo de a su esposa. Asimismo, la resolución de los conflictos conyugales de forma calmada y pacífica por medio de un diálogo respetuoso, constituye un ejemplo de incalculable valor para los niños, que aprenderán a descartar el uso de la violencia física o psíquica en situaciones de crisis. Las virtudes que un padre demuestra en la relación con la madre constituyen un ejemplo fundamental para los niños en su trato con el sexo opuesto, especialmente durante su adolescencia.

Estos padres estarán enseñando a sus hijos un modelo saludable y digno de masculinidad.

A pesar de la extendida ausencia física del padre y de la devaluación de la función paterna debida a la crisis de identidad que actualmente sufren los varones, las estadísticas muestran cómo, por regla general, van en aumento las cifras de hombres que desean implicarse junto a su mujer y que además de trabajar fuera de casa han asumido con responsabilidad y compromiso la tarea de criar a sus hijos y colaborar en las tareas del hogar45. Sin embargo, muchos de ellos, aunque manifiestan una clara preocupación por el bienestar y por la educación de sus hijos, no saben cómo ejercer correctamente su papel, muchas veces porque las mujeres les exigen un comportamiento según las pautas femeninas, lo que les genera frustración, desánimo e incomprensión.

La colaboración de los hombres en el hogar y crianza de los hijos es un asunto de justicia y de igualdad que precisa de soluciones prácticas pero que se inicia principalmente con un cambio de mentalidad, femenina y masculina y de la entera sociedad, más que con normas jurídicas, o planes administrativos sobre la igualdad.

Los varones sufren una fortísima crisis de identidad en una sociedad que les hace creer que lo masculino pertenece al pasado, que ahora es el tiempo de las mujeres (y sólo de las mujeres).

Necesitan reencontrarse a sí mismos y saber qué significa realmente ser un hombre para ubicarse en el lugar que les corresponde. Para ello debemos situarnos tan lejos de las posturas machistas como de las feministas, en busca de un hombre “nuevo” y dispuesto a buscar y lograr el equilibrio entre su desarrollo profesional y familiar; entre su dedicación al trabajo y las labores del hogar; entre su pasión por su profesión y el amor por su familia.

Las soluciones en este sentido pasan por la necesidad de reforzar el papel de los padres en las familias, de los profesores masculinos en las escuelas, y de líderes con valores que sirvan de modelo a estos “niños perdidos”.

En este sentido, es necesario un cambio en la mentalidad femenina. El hombre no es el enemigo a abatir. Por el contrario, es el compañero, el complemento, la diferencia que enriquece y equilibra a las mujeres. Y viceversa. La mujer debe ceder al varón espacios de dominio en el ámbito doméstico, algo a lo que a veces no está muy dispuesta pues le gusta ejercer el control exhaustivo del hogar y de los hijos. Asimismo, debe valorar adecuadamente la colaboración de su esposo.

También un cambio en la mentalidad masculina es inevitable y necesario. El proceso de integración de la mujer en el espacio público es necesario e irreversible. Pero para ello es imprescindible, además de unas políticas sociales adecuadas, que el hombre asuma su corresponsabilidad para que la mujer no acabe sobrecargada por el mercado laboral y las tareas domésticas. Por ello, el gran reto se propone ahora al varón: a éste corresponde redescubrir la familia, entrar en el hogar, ubicarse en su papel de educador de los hijos. Para ello deberá experimentar una transformación radical y vital, adoptar una nueva actitud, una nueva mentalidad, un replanteamiento de sus prioridades. En este sentido la labor educativa en relación con los varones es fundamental desde las primeras etapas escolares.

Y por supuesto, es asimismo preciso un cambio en la mentalidad social, empezando por reconocer la importancia del hombre en el hogar y su papel insustituible como padre en la educación y crianza equilibrada de los hijos. También, desde el punto de vista económico y profesional, con visión de futuro, igual que se están adoptando medidas de apoyo para que las mujeres accedan más a carreras técnicas, se deberían adoptar medidas para que los hombres se integren en los sectores que están en crecimiento: la educación y la sanidad. En este sentido, debemos ser conscientes de la importancia de una correcta educación de los niños y jóvenes en las escuelas desde los primeros ciclos. Tenemos que educar más las habilidades sociales y la inteligencia emocional de nuestros hijos, ámbitos hasta ahora muy marginados y desatendidos en la educación de los muchachos.

Gobierno y Administración llevan años impulsando y promocionando a la mujer con medidas concretas en el ámbito educativo, profesional e incluso personal. Y esto debe seguir siendo así, pero hay que hacer lo mismo también con los varones. Los responsables políticos deberán tomar medidas paralelas y concretas que se adapten a las nuevas necesidades de los hombres, especialmente en su infancia y juventud.

Todo hombre precisa sentirse necesitado, especialmente por su mujer e hijos. Sin embargo, hoy más que nunca se sienten perfectamente prescindibles. No entienden el sentido de su existencia. Si nadie les necesita, entonces. ¿Para qué están en este mundo? Esto no solo les conduce a la frustración y melancolía, sino que también es potencialmente peligroso para toda la sociedad.

En general, van en aumento las cifras de hombres que desean implicarse junto a su mujer y que además de trabajar fuera de casa han asumido con responsabilidad y compromiso la tarea de criar a sus hijos y colaborar en las tareas del hogar45. Sin embargo, muchos de ellos, aunque manifiestan una clara preocupación por el bienestar y por la educación de sus hijos, no saben cómo ejercer correctamente su papel, muchas veces porque las mujeres les exigen un comportamiento según las pautas femeninas, lo que les genera frustración, desánimo e incomprensión.

Propuesta de medidas

Campañas de concienciación sobre la exclusión social que está sufriendo el padre (especialmente en parejas separadas) y campañas de Reconocimiento social de la labor del padre (diferente, complementaria y equilibradora de la madre).

Es necesaria una campaña de valoración de la figura paterna. La difusión de un nuevo modelo de paternidad moderno, responsable, postpatriarcal y postfeminista, de hombres implicados en las labores del hogar y crianza de los hijos, a la vez que profesionales, pero siempre respetando su estilo masculino de actuación.

No se trata de que se conviertan en “madres-bis” sino de que sean ellos mismos, equilibrando y complementando la acción de la madre en el hogar y crianza de los hijos.

Comprender que el padre biológicamente es un hombre, no una mujer y que, en consecuencia, la forma de cuidar a los hijos y colaborar en el hogar será siempre diferente a la suya; un estilo masculino de actuación que habrá de respetar en todo momento.

Es importante dejar que los hombres colaboren sintiéndose respetados en sus pautas masculinas e actuación. Esto sin duda favorecerá su integración en la vida diaria de la familia, liberará a la mujer de muchas cargas y permitirá la presencia y protagonismo del padre en la crianza de los niños y labores del hogar dando un importante ejemplo a los hijos y favoreciendo el equilibrio de la familia, en la que ambos, hombre y mujer, padre y madre, cada uno a su manera, masculina y femenina, se implican a fondo.

El padre debe comportarse como un padre, no como una madre. Si se sienten valorados, se implicarán en el hogar y corresponsabilizarán en la crianza de los niños además de alcanzar el éxito profesional.

La mujer que simultanea la labor del hogar y su vida profesional es generalmente admirada y recibe reconocimiento social. Con el hombre no sucede lo mismo. Y esto es profundamente injusto.

La colaboración del hombre en las labores domésticas y en la educación de los hijos debe ser reconocida socialmente, pero también y muy especialmente por su mujer, demostrándole admiración, sin críticas, censuras o correcciones constantes. Así se sentirán valorados y colaborarán más fácilmente, sabiéndose necesarios y queridos. Su intervención voluntaria y constante no será más un acto realizado por justicia hacia la mujer, sino fruto del convencimiento personal de que tal labor le ayuda a mejorar como persona y le une más a su mujer y a sus hijos, le enriquece y le proporciona virtudes muy valiosas luego en el ejercicio profesional. De hecho, los padres de familia implicados en la educación y crianza de los hijos suelen ser excelentes profesionales. El cuidado y atención de los hijos hace hombres más plenos y virtuosos. Como afirma, Aparisi, la madurez que los padres adquieren, en términos de trabajo y responsabilidad, simplemente por dedicarse a sus hijos, es un atractivo increíblemente valioso para un líder empresarial con cierta perspectiva de futuro. Los hombres que se tomen en serio su paternidad serán en el futuro los mejores candidatos para cargos de liderazgo político y empresarial.

Campañas de divulgación de la figura del padre “en positivo”: modelos masculinos adecuados de conducta en los medios de difusión (películas, series, vídeos musicales…).

El Dr. Macnamara, tras un análisis exhaustivo de miles de retratos masculinos en los medios de comunicación, encontró que en la mayoría de las ocasiones los hombres aparecen como villanos, agresores, pervertidos y vividores. Mostrando pobres ejemplos de masculinidad para los jóvenes. En muchas series de televisión, el único modelo aceptable de hombre es el afeminado o el homosexual.

Formación de los padres. Nadie nace sabiendo ser padre. Es necesario formarse e informarse. Esta formación debe ir dirigida no sólo a los hombres, sino también a las mujeres para que sean conscientes de que la forma de actuar de un padre no es, ni debe ser, idéntica a la de una madre. Un padre no es una madre-bis, o una madre “defectuosa”. Los padres no necesitan ser “rescatados” de su masculinidad.

También son necesarios programas destinados a ayudar a los padres sin custodia a conectar mejor emocionalmente con sus hijos y mejorar sus relaciones con las madres y mantener relaciones estables y duraderas con su anterior familia en beneficio de los hijos.

Labor educativa con los niños y jóvenes: es importante realizar una considerable labor educativa en este ámbito. No podemos caer en un pre- determinismo biológico y asumir que los chicos “no sirven para esto”. Es asimismo urgente acabar con los estereotipos y prejuicios sociales que impiden a los varones ejercer sus verdaderos derechos a la paternidad y su desarrollo personal pleno en el ámbito familiar. La educación debe y puede influir de forma creativa y enriquecedora en la naturaleza. Por medio del ejercicio de la voluntad, podemos favorecer la creación de hábitos de conducta en los varones, niños y adultos, que favorezcan un cambio gradual de mentalidad y de actitud hacia una colaboración más activa en el hogar y una adecuada valoración de la dedicación a la familia, educar más las habilidades sociales y la inteligencia emocional de nuestros hijos.

Promoción y adecuada valoración de las familias estables: apoyar el reconocimiento social de la estabilidad familiar y prevenir las rupturas mediante cursos de orientación parental.

Para que estas políticas tengan éxito resulta un requisito fundamental favorecer la existencia de matrimonios consolidados y estables48 (las estadísticas demuestran que sólo el 13% de los delincuentes juveniles provienen de familias en las que el padre y la madre biológica están casados.

Por el contrario, el 33% son hijos de padres separados o divorciados y el 44% proviene de padres que nunca estuvieron casados)49. Los estudios muestran de forma reiterada y continua que la relación entre la estructura familiar y la delincuencia es mucho más sólida y relevante que la existente entre raza y criminalidad o pobreza y delincuencia.

El aumento de la fragilidad de las familias comienza cuando un niño nace fuera del matrimonio. Esto se da principalmente en familias que sufren altos índices de pobreza y fracaso académico del niño; problemas que suelen prolongarse en la próxima generación.

Los nacimientos fuera del matrimonio se han incrementado vertiginosamente en los últimos cuarenta años, especialmente entre las minorías y los pobres, los grupos de mayor preocupación.

Hoy, más del 70 por ciento de los niños negros, 50 por ciento de los niños hispanos, casi el 30 por ciento de los niños blancos, y el 40 por ciento de todos los niños nacen fuera del matrimonio, asegurando la persistencia de la pobreza, despilfarran el potencial humano, y el aumento de los gastos del gobierno. La reducción de nacimientos fuera del matrimonio y la mitigación de sus consecuencias debe ser una prioridad de la política social de la nación.

La ciencia social tiene como objetivo iluminar las opciones disponibles para los responsables políticos, promover una mejor comprensión de los problemas sociales y suministrar información fiable sobre los efectos de las posibles soluciones. Y, sin embargo, hasta hace una década, los científicos sociales habían acumulado pocos datos acerca de la maternidad fuera del matrimonio y sus consecuencias para los padres, los niños y las comunidades.

Medidas de conciliación de la vida familiar y laboral para padres. La presencia del padre no tiene porqué ser constante, como tampoco la de la madre, pero hay momentos en los que tiene una especial importancia. Un estudio realizado por el Dr. Blake Bowden, del Hospital Infantil de Cincinnati, sobre una muestra de 527 adolescentes, mostró que aquellos niños cuyos padres desayunaban, comían o cenaban al menos cinco veces a la semana con ellos tenían muchas menos probabilidades de tener problemas en la escuela, alteraciones de conducta o consumo de drogas.

Otra investigación sobre 11.572 adolescentes llegó a la conclusión de que la presencia del padre, temprano por las mañanas, después del colegio y a la hora de la cena y de acostarse, era fundamental para la educación de adolescentes tranquilos y con éxito escolar.

…………

Informe elaborado por María Calvo Charro:

Profesora Titular de Derecho Administrativo de la Universidad Carlos III

Investigadora visitante en la Universidad de Harvard (Massachusets) y

Profesora visitante en la Universidad William and Mary (Virginia)

Autora del libro ‘Padres destronados’, ed. Toro Mítico, 2014

Fuente: https://www.thefamilywatch.org/wp-content/uploads/Informe20151.pdf

Qué significa ser padre hoy

Los padres que han logrado vencer las tradiciones atávicas de ser meros proveedores, comparten el gozo en la crianza de los hijos y hablan de «una nueva dimensión en la convivencia familiar».

El ‘buen padre’, imagen ampliamente difundida por las sociedades de consumo, es la de ‘proveedor’: aquél que satisface todas las necesidades materiales del hogar. Para «que no les falte nada a los hijos» trabaja jornadas dobles y aún los fines de semana. El padre no logra satisfacer las necesidades presentes, cuando ya le han sido creadas otras. Así se desgasta febrilmente, sin darse un respiro para disfrutar lo importante: la experiencia única de ver crecer a los hijos.

A pesar de los iracundos reproches de quienes pretenden perpetuar el tabú inmemorial de que cuando el padre se involucra emocionalmente con el hijo se torna ‘suave como una segunda madre’, y que si participa en el cuidado y atención del hijo se convierte en simple ‘mandilón’, cada día son más los padres presentes en el quirófano en el momento del nacimiento de sus hijos, en los cursos prenatales y de posparto para capacitarse en el cuidado del bebé.

Se necesitan dos para engendrar un hijo. También se necesitan dos para su desarrollo. La intuición femenina permite a la madre establecer una comunicación vital con el hijo desde el momento mismo de su nacimiento. Interpreta las señales de temor en el infante y con mimos lo tranquiliza y conduce suavemente.

La voz del padre es de importancia suma: da seguridad, confianza en el porvenir, establece los límites de la conducta infantil, y cierra el círculo del amor que debe rodear al niño. El padre proporciona un elemento único y esencial en la crianza del hijo y su influencia es poderosa en la salud emocional. La madre le dice: «con cuidado», y el padre le dice «uno más», al estimular al pequeño a subir otro peldaño para que llegue a la cima. Juntos, tomados de la mano, padre y madre guían al retoño en el camino de la vida.

El padre de hoy se abre a las necesidades más sutiles del hijo: las emocionales y las psíquicas. Trasciende la preocupación de sí mismo y sus ocupaciones, y logra ver al hijo en sus propios términos. Propicia el ambiente que le permita el desarrollo de su potencial en un marco de libertad responsable, no de dominación.

No se detiene en la periferia, sino que conoce al hijo de cerca. Lo guía sin agresividad, con firmeza motivada y razonada, por el camino de los valores que desea heredarle. El padre de hoy se ha dado permiso para ver con ojos de amor al retoño de sus entrañas. Advierte en el hijo, más allá de las limitaciones presentes, el cúmulo de posibilidades que está por realizar. Y a su lado goza cada peldaño de su desarrollo.

Fuente: Aciprensa

10 CONSEJOS PARA SER UN MEJOR PAPÁ

Cada tercer domingo del mes de junio celebramos el Día del Padre, un día especial no sólo por la oportunidad de celebrar el día a su lado, sino de reflexionar sobre su papel en la vida social y familiar.
La figura paterna proporciona un elemento único y esencial en la crianza del hijo (a), porque él es quien nos dice ¡intenta una vez más!, estimulándonos a subir otro peldaño para llegar a la cima, para lograr nuestros sueños, para sentirnos seguras (os).

La influencia de un padre es poderosa en la salud emocional de hijas (os), tanto como la figura de una madre. El hombre es tratado muchas veces con sospecha y suspicacia −consciente o inconscientemente− en la vida familiar, sin embargo la paternidad es tan crucial como la maternidad.

Para un hombre, ser padre representa una experiencia gratificante y única al ser parte de la creación de una niña única o un niño genuino, más aún cuando cumple cabalmente su función y lo sabe a través de las recompensas que sólo los hijos pueden dar.

Si eres padre o estás a punto de serlo, ¡muchas felicidades! Recuerda que nuestros actos hablan por nosotros y siempre tienen más peso que las palabras o las buenas intenciones. 

La paternidad es un papel que se vuelve bastante difícil si no ha sido deseada o llevada responsablemente, ya que se debe de “dar vida en plenitud” para transmitirle a ese ser humano amor, amistad, tiempo y protección. Y si bi en es cierto que no hay guías ni manuales que nos digan cómo cumplir nuestra tarea, hay algunos consejos que nos pueden ayudar:

10 CONSEJOS PARA SER UN MEJOR PAPÁ

1. Dale tiempo a tus hijos. Dime a qué dedicas tu tiempo y te diré qué amas. Haz un plan de juegos, salidas, comidas, etc. y separa tiempo en tu agenda para dedicarte única y exclusivamente a tus hijos; ellos nunca olvidarán esos momentos.

2. No escondas tu cariño. Muchos latinos crecimos en una cultura donde no era costumbre que el papá demostrara afecto o que participara en la crianza de los hijos, pero sentir afecto, aceptación y seguridad de parte de un padre ayuda a que los niños desarrollen una buena autoestima.

3. Crea un ambiente de amor y respeto. Además del cariño hacia tus hijos y el tiempo que les dedicas, es importante que ellos vean que tú respetas a su madre, ya sea que tú y ella estén juntos o no. Esto dará a los niños la seguridad y estabilidad que necesitan para desarrollarse.

4. Aprovecha cada oportunidad. Convierte los tiempos de comida, quehaceres de la casa, tareas de la escuela, viajes en el auto y cualquier situación en una oportunidad más de compartir y enseñar a tus hijos valores como: el amor al trabajo, ser agradecidos, la honestidad, servicio, trabajo en equipo, reciclar, etc. ¡Hazlo divertido!

5. Comunícate en forma positiva. Anima a tus hijos a siempre dar lo mejor de sí mismos y resalta sus destrezas y virtudes. Ellos necesitan tu aprecio y aliento. Escucha a tus hijos; conoce sus historias, sus intereses y sus temores; déjales saber que pueden confiar en ti.

6. Lee con tus hijos. Enséñales el amor a la lectura desde muy pequeños. Leer es una de las mejores maneras de garantizar que ellos tengan una vida de éxito. Ya cuando entren a la escuela, ayúdales con las tareas; comparte con ellos la alegría de saber y aprender constantemente.

7. Disciplínalos con amor y paciencia. Pon reglas claras, justas y razonables. Recuerda que el objetivo es que los niños desarrollen un buen comportamiento y carácter. No dejes que el enojo te domine; si es necesario toma tiempo para pensar y discutir con tu pareja la mejor manera de corrección que ayude a los niños a entender la lección y mejorar.

8. Enséñales con tu ejemplo. Tus acciones hablan más fuerte que tus palabras. Tus hijos imitarán tu comportamiento lo quieras o no. Sé consistente en lo que dices y haces. Muéstrate ante ellos honestamente como un ser humano con virtudes y defectos y verás que ellos también aprenderán a confiar en ti y ser honestos siempre.

9. No los sobreprotejas. Déjalos vivir. Es importante que tus hijos sepan que tu amor hacia ellos es incondicional y que pueden contar contigo en cualquier circunstancia, pero ellos también necesitan entender que sus acciones tienen consecuencias y que sus decisiones, buenas o malas, marcarán su destino.

10. Crea memorias, guárdalas, y compártelas con ellos. Los momentos que estás viviendo hoy con tus hijos son la historia de tu familia y pasan tan rápido. No dejes que se te escapen. Toma la foto, graba el video, escríbeles una carta o tarjeta en esas ocasiones especiales. Compartir estas memorias te ayudará a recordarles de dónde vienen y guiarlos hacia dónde van en la vida.

Fuente: https://www.fatherhood.gov/en-espanol/10-consejos-para-ser-un-mejor-papa

“Cerca de ti”: un homenaje a la paternidad

De la productora de Mel Gibson llega una conmovedora película sobre la proximidad de la muerte y la búsqueda de una familia

José Ángel Barrueco

s una proeza que un filme de poco más de 90 minutos de duración se atreva a introducir tantos temas difíciles en su argumento y además lo haga con estilo y sin caer en lo sensiblero ni en lo lacrimógeno: enfermedad, muerte, paternidad, adopción, orfandad. Así es “Cerca de ti (Nowhere Special)”, basado en una historia real y dirigido por el cineasta italiano Uberto Pasolini, autor de la galardonada “Nunca es demasiado tarde” y marido de Rachel Portman, la gran compositora de bandas sonoras.

“Nowhere Special” es una de esas historias que pueden ayudarnos a enfocar ciertos problemas. Que pueden servirnos para aprender, para guiarnos.

CERCA DE TI

A Contracorriente Films

Al principio la cámara nos muestra imágenes de una ciudad en calma: son las fachadas, los escaparates, las cafeterías de Belfast. También observamos los hábitos de quienes pasan por ahí la mañana. John (James Norton), un hombre de 34 años cuyo rostro no parece saludable, está desempeñando su oficio diario: limpia ventanas. La limpieza de los cristales le sirve al director como una metáfora sobre aclarar las cosas para verlas bien, sobre limpiar lo que sobra para observar el entorno con claridad, para distinguir el egoísmo del amor verdadero. Después John va a casa, donde una mujer mayor ha estado cuidando de su pequeño de 4 años, Michael (Daniel Lamont).

Hablarle de la muerte y buscar un nuevo hogar

Poco a poco iremos conociendo datos reveladores sobre John: está enfermo, morirá pronto, es un desarraigado porque se crió sin familiares, la madre de su hijo los abandonó sin dar ninguna pista de dónde encontrarla… John necesita dejar a su pequeño con una familia antes de partir. Se enfrenta, así, a dos problemas: preparar al niño para la pérdida y encontrar un hogar donde le transmitan amor, seguridad y afecto.

Durante parte de su metraje veremos las rutinas propias de un padre responsable y entregado: baña a su hijo, le prepara el desayuno, lo lleva al colegio, le lee cuentos, rezan juntos antes de dormir, trata de enseñarle aspectos importantes de la vida… Pero no sabe de qué manera prepararle para la muerte. Una viuda le aconseja que debería hablarle de ello cuanto antes. La mujer aprendió de su madre que hay vida después de la muerte, y que tras abandonar el cuerpo nuestra energía, nuestro espíritu, permanecen en el aire. John aprovechará que el niño encuentra un escarabajo muerto en la hierba para contarle que todos los seres vivos se extinguen, y para hacerle entender que no es algo triste sino natural.

La otra mitad del metraje consiste en las entrevistas que John mantiene con los candidatos a adoptar a su hijo. Empresa ardua porque nadie le parece ideal o perfecto: ve a personas egoístas, caprichosas o demasiado excéntricas, que no muestran interés por John y Michael (como si les diera igual quiénes son y cuál es su pasado). El padre no busca riquezas ni grandes lujos, sino alguien que le proporcione un hogar.

CERCA DE TI

A Contracorriente Films

Aceptar lo que no podemos cambiar

Durante este período de aprendizaje, también veremos cómo John trata de hacerse a la idea, de aceptar lo inevitable. Su infancia estuvo repleta de hogares de acogida, sin una familia normal, sin las oportunidades que quiere para su hijo. A John le preocupa más el futuro del niño que el presente de su enfermedad, y por eso el retrato que actor y cineasta elaboran en torno a la paternidad resulta necesario y conmovedor. No puede cambiar su futuro, sólo el de Michael. Y en ello enfocará todas sus fuerzas.

CERCA DE TI

A Contracorriente Films

“Cerca de ti” data de 2020, pero es una de esas películas cuyo estreno fue interrumpido por la pandemia y las difíciles condiciones en los cines. Ahora ya puede verse en varias plataformas de streaming. Detrás está Icon Productions, la productora de Mel Gibson, responsable de algunos grandes títulos de las últimas décadas, entre ellas los filmes dirigidos por el actor. No se la pierdan.

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