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PEJ 2022: Cerca de 12.000 jóvenes europeos inundan Santiago de Compostela

Cantos, alegría y presencia pacífica de miles de adolescentes y adultos jóvenes en la Tumba del Apóstol

Casi 12.000 jóvenes, mayoritariamente españoles pero también procedentes de otros países de Europa, se reúnen hasta mañana domingo en Santiago de Compostela. Una cifra récord para esta PEJ (Peregrinación Europea de Jóvenes), que no se celebraba desde 2010.

Como viene siendo habitual en estas concentraciones multitudinarias de jóvenes católicos, el ambiente de convivencia pacífica y alegre, sin problemas de orden público, es la tónica estos días en la ciudad del Apóstol.

PEJ 2022

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Desde el 2 de agosto, miles de jóvenes llegados por alguna de las 11 rutas oficiales del Camino de Santiago, participan en este evento, al que se le ha querido dar un fuerte acento vocacional. Pero además de los momentos lúdicos (conciertos, etc), la organización apostó en esta ocasión por ofrecer formación cristiana a los jóvenes. Se trataron temas como la sexualidad, las sectas o los medios de comunicación, impartidos por líderes eclesiales expertos.

Otro de los atractivos de esta PEJ ha sido la fuerte implicación de los obispos españoles. 55 prelados se han implicado personalmente, participando en los actos previstos e impartiendo catequesis.

Se trata del primer evento multitudinario de jóvenes organizado por la Iglesia española después de la pandemia. Inicialmente la celebración de la PEJ estaba prevista para inicios de agosto de 2021; pero la extensión del año santo a 2022 por decisión del Papa para facilitar la obtención del jubileo en medio de la pandemia, llevó al traslado también del encuentro de los jóvenes.

Las Peregrinaciones Europeas de Jóvenes dieron comienzo tras el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud Santiago 1989 con el papa Juan Pablo II. Se celebran coincidiendo con el Año Santo Compostelano (que tiene lugar cuando el 25 de julio coincide en domingo), convocadas por la Archidiócesis de Santiago, en colaboración con la Subcomisión de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Española.

Mensaje del Papa Francisco

El Papa Francisco ha querido apoyar esta peregrinación con el envío el cardenal António Martos, obispo emérito de Leiría, como legado pontificio. La designación del purpurado portugués refuerza indudablemente la conexión de la PEJ con la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Portugal en 2023.

En su mensaje a los jóvenes a través del cardenal Martos, el Papa insistió en la educación para la paz, testimonio imprescindible de los católicos en el siglo XXI. En su misiva, con fecha del 15 de julio pasado, el pontífice exhorta a los jóvenes «a ser alumnos de la paz; para que, con su testimonio, de palabra y de obra, los pueblos, que caminan en tinieblas, vean la luz, gocen con júbilo y alegría; y se alegren en el encuentro con Aquel, que fortalece los reinos y los consolida con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre».

2022, el verano de los jóvenes

Después de la pandemia, este verano 2022 la Iglesia en varios puntos del planeta está volviendo a «tomar la temperatura» de la pastoral juvenil; con la mirada puesta en el Sínodo de la Sinodalidad y, como es de prever, en la próxima Jornada Mundial de la Juventud 2023.

Además de la PEJ 2022, cabe destacar otros eventos multitudinarios dirigidos a los jóvenes este verano. Por un lado, el congreso Journeying Together en Chicago (EE.UU.), celebrado a finales de junio y que por primera vez ha reunido a jóvenes de varias procedencias étnicas. Por otro, el 33 Festival Juvenil que reúne justo estos días en Medjugorje (Bosnia-Herzegovina) a más de 50.000 jóvenes de todo el mundo, y que también ha contado con participación española en la persona del cardenal Omella, arzobispo de Barcelona, encabezando a un grupo de peregrinos de la archidiócesis.

La PEJ 2022 coincide también con una importante recuperación de las peregrinaciones a Santiago de Compostela, que después del parón de dos años por la pandemia podría marcar un record histórico de visitas en este año.

La lavadora que debes adquirir este 2022

No siempre tienes tiempo de ir a la lavandería, mucho menos, quieres pasarte toda la noche tallando tu ropa. Por eso, tener una lavadora en casa es la mejor inversión que puedes hacer.

Te traerá ahorros importantes de tiempo y dinero, también significa comodidad y seguridad. Por eso, aquí te presentamos los modelos que debes conocer que te ayudarán muchísimo en tu día a día.

En la actualidad, una lavadora ya no significa un gran gasto y es precisamente lo contrario. Los siguientes modelos que te presentamos te encantarán por su increíble diseño, útiles funcionalidades y el respaldo de una marca confiable.

Ya sea que busques una lavadora eléctrica o una lavadora y secadora que haga todo por ti, te presentamos los mejores modelos del mercado.

¿Qué características debe tener una lavadora en 2022?

La más grande y duradera

Esta lavadora automática de 19kg, modelo LHA9120WGAB0, es simplemente increíble. No solo se destaca por su acero inoxidable y esbelto perfil, también por su tambor con almohadillas que cuida las telas, al tiempo que lava la ropa de manera uniforme.

Su función Fuzzy control permite a la lavadora saber cuánta ropa hay y, por lo tanto, ser más eficiente en ahorrar energía. Por otro lado, el filtro de pelusa y el agitador antibacterial son características que evitarán que termines cepillando o añadiendo productos adicionales que pueden dañar tu ropa.


Sin embargo, lo más destacable son sus innovadores ciclos de lavado, entre ellos se destaca el Hand Wash, que imita el lavado a mano haciendo que la tina gire en la misma dirección que el agitador, reduciendo así el desgaste de las telas.

El otro es Quick Wash, para prendas que necesitan un tratamiento rápido. ¡Apenas toma 15 minutos! Además, es ideal para emergencias.

Cuenta entre sus ciclos con el modo delicado para las telas más ligeras como algodón, toallas, sábanas y muchos otros ciclos especiales que se ajustarán a lo que buscas, incluso, el de autolimpieza. Aunque no menos importante es su modo ecológico, con el que además de cuidar tu ropa, estarás cuidando el planeta.

Una lavasecadora que haga todo por ti

El modelo Haier CHAC2186NXGG0 es primeramente una lavadora 12kg. En segundo lugar, además de ser una lavadora eléctrica, también es secadora.

Así es, tendrás todos los beneficios de una lavandería en casa y lo mejor, sin preocuparte por mover la ropa. ¡Sólo mete toda tu ropa y olvídate de ella hasta que esté lista!


Es importante mencionar que su funcionamiento es silencioso y eficiente, porque utiliza una tecnología de microvapor para reducir arrugas y un gabinete de ondas de agua que reduce aún más el sonido.

El aspecto más importante, es el hecho de que no usa una banda, es decir, el tambor está unido directamente al motor. Esto posterga los mantenimientos y evita el cambio de esa refacción. 

Su función ABT evita la proliferación de bacterias y microorganismos, mientras que el Dual Spray remueve la suciedad y manchas, también se encarga de las molestas pelusas.

El tambor con almohadillas cuidará tu ropa, evitando que se desgaste. De igual forma, la tallará de manera uniforme y alargará la vida de tus prendas, dejándolas mucho más limpias.

Respecto al secado, cuenta con el modo de centrifugar, el cual deja la ropa apenas húmeda. Los ciclos de secado terminarán el trabajo, aún si se trata de edredones que cuentan con su propio ciclo, o incluso de pantalones de mezclilla. Esto sin descuidar las telas más importantes como la de tu bebé o la posibilidad de personalizar los tiempos y temperatura.

Conclusión

Una lavadora automática o eléctrica, más que un lujo, ¡es una necesidad! Olvídate de pasar los preciados momentos en casa tallando o saliendo a tender la ropa en lugar de disfrutar el tiempo con tus seres queridos.

Cualquiera de estos dos modelos, cambiará de manera positiva tu calidad de vida y te devolverá el tiempo para las cosas en verdad importantes.

Fuente: Unsplash

Adicta al sexo y las drogas, hoy rescata a mujeres que abortarían y a sicarios arrepentidos

Del suelo levanta a mujeres, a niños e incluso a hombres tirados por las calles que son adictos al alcohol y a las drogas. María Guadalupe “La Madrina” va por las noches a través de callejones y lugares donde la luz no penetra las tinieblas del mal.

upita llega hasta los basureros, los picaderos y debajo de los puentes, buscando a seres humanos en huesos, consumidos por sus vicios y pecados. Su misión la ha llevado a confrontarse con cárteles y distribuidores de droga, y ha logrado rescatar a mujeres y hombres sicarios que han cometido los peores actos.

Pero a ella no le importa: se los lleva a todos, los adopta, los baña, los cura, los alimenta, los abraza, los escucha, limpia sus lágrimas y ora mientras ellos, en su llanto, buscan salvación, perdón y misericordia.

Lupita se los ofrece a Dios para que los convierta en seres relucientes de su gracia. Pero María Guadalupe “La Madrina” tiene una historia oscura: fue violada de niña por su propio primo, y parte de su vida la pasó ideando cómo matar a su violador.

Su camino fue de perdición. Sus heridas y adicciones al sexo, al alcohol y a las drogas casi la llevan a la muerte y a una condena segura.

Conoce la historia de “La Madrina”, que fue rescatada de lo más profundo del abismo de las tinieblas: de las drogas, de la prostitución, del alcohol y de la perdición total.

«Mi nombre es María Guadalupe Reséndiz Robles. Nací en Querétaro (México), pero mis padres son de El Capulín, Guanajuato.«

-Dios te ha dado muchos talentos.

Soy licenciada en Administración de Empresas, consejera y terapeuta en adicciones y tengo mucha competencia en esa área. Tengo 48 años y hoy en día soy directora de un centro de tratamiento contra las adicciones. Soy soltera, nunca me casé por la Iglesia y tengo dos hijos.

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Lupita con sus dos hijos, cuando estos eran pequeños.

Chucho Picón – Aleteia

-¿En qué contexto creciste?

Vengo de una familia tradicional, católica. Soy la número 16 en la familia. Murieron cinco hermanos y ahora somos once. Estudié la primaria en Guanajuato, parte de la secundaria y estuve en el coro de la iglesia.

A los 12 años, estando en la secundaria, tuve una crisis de ira y me trajeron a Querétaro a seguir estudiando. En la universidad ya tenía a mis hijos. Dentro de nuestra familia había muchas carencias, desde la económica hasta la afectiva. Mis padres pertenecían al Movimiento Familiar Cristiano y mi padre ayudaba en la iglesia, pero dentro de la familia había mucha violencia, rechazo, abandono, alcoholismo, adicciones y maltratos físicos.

Lo que me distraía era ir a la escuela, ir al catecismo y estar en el coro. Era lo que me hacía feliz, pero también experimentaba mucho la depresión y la ansiedad por la violencia dentro de la familia y porque fui violada a los seis años.

¿Quién generaba la violencia?

Mis hermanos, y también la escuela. Mi papá era un hombre que todo el tiempo trabajaba y nunca nos faltó comida, aunque fuera sencilla. Mi mamá se dedicaba solo a la casa y las necesidades que, en mi caso, se convirtieron en exigencias. 

¿Qué te decían tus hermanos?

Había maltrato físico y lo que hoy conocemos como bullying, y eso fue generando inseguridad dentro de mí.

En el pueblo a mi papá le decían “El Borrego” y a mí me decían “La Borreguita” a manera de burla. Por la violencia y la ansiedad que sentía desde muy corta edad me orinaba en la cama a los ocho o nueve años, y, como tenía poca ropa, así me iba a la escuela y eso generaba más burlas. De verdad, la economía estaba mal.

¿Nos podrías compartir un poco más de la situación dramática que viviste a los seis años?

Desde los cuatro años me sentía acosada por uno de mis primos. Sentía que no era normal la manera en la que se me acercaba. Yo vivía carente de abrazos por parte de mi padre y de mi madre, porque ellos así fueron educados.

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Llevando una vida de mujer católica, Lupita ha encontrado la fuerza para ayudar a otras personas.

Chucho Picón – Aleteia

Con ese primo siempre me sentía insegura, me causaba ansiedad. Cuando él llegaba a la casa me sentía ansiosa y temblorosa y tenía mucho miedo de que se me acercara. Después comenzó a acercarse, a abrazarme y me decía “Manzanita”, porque en el pueblo hacía mucho frío y las mejillas se me ponían rojas.

Con el tiempo me fue tocando, me mandaba llamar para hacerle algún mandado y yo llegaba con mucha ansiedad porque sabía lo que me iba a hacer. Él era mucho mayor que yo, tendría unos 19 años, ya era un adulto que sabía lo que estaba haciendo.

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María Guadalupe tuvo una conversión de sus adicciones. Ahora vive muy unida a Dios y la Virgen.

Chucho Picón – Aleteia

De alguna manera, porque me daba cosas que yo no tenía, me compensaba; pero sabía que no era bueno.

En una ocasión se lo dije a uno de mis primos. Le dije que no me dejara sola porque me daba miedo. Mi papá y mi mamá se iban los martes a vender a otros municipios y era cuando más sufría porque él iba a la casa simulando que se preocupaba por nosotros, cuando en realidad era un acosador y un violador. Hasta que un día se dio la violación física y me dijo que no podía decírselo a nadie porque no me iban a creer y él me iba a matar. A mis seis años vivía con miedo y ansiedad todo el tiempo.

Había una estufa vieja en el huerto de la casa y todo el tiempo me la pasaba ahí escondida. En una ocasión me acerqué a una de mis hermanas, pero no me atreví a decírselo porque él ya me había infiltrado el miedo. Al saber que llegaba, que iba a estar sola, quería que la tierra me tragara.

¿Te destruyó por completo?

Sí, porque empecé a odiar. Mi corazón se llenó de odio. Sentí que odié a Dios, a mi padre, a mi madre, a mis hermanos por ser más grandes y no haberme protegido. En la escuela me desquitaba, les pegaba a los niños y niñas que se metían conmigo.

Llegué a encontrar revistas, no pornográficas, pero de vaqueros y traileros, y uno de mis hermanos me encontró y me dijo palabras altisonantes que yo no conocía, como si yo estuviera viéndolas con morbosidad, pero yo no pensaba en eso.

Él, el hombre que me hizo daño, abrió mi mente y la distorsionó, porque practiqué mi sexualidad desde niña; no porque haya sido una mala persona, sino porque me torcieron con la conducta y con la habilidad que me dieron.

Después, otra prima que tenía atracción por el mismo sexo, me acosaba; yo ya tenía entre nueve y diez años y, desgraciadamente, nadie me creía porque era rebelde y agresiva en la escuela. 

«A mis diez años mi mente estaba torcida, veía todo con morbosidad por esa acción sexual de que había sido víctima.»

¿A muy corta edad tu forma de ver el sexo cambió?

Sí. A mis diez años mi mente estaba torcida, veía todo con morbosidad por esa acción sexual de que había sido víctima. Así como a mí me acosaron, yo también acosaba a hombres y mujeres, con premios, con secretos. Para mí ya era adrenalina el estar buscando los “jueguitos”, las cartitas. Hasta la manera de vestirme comenzó a cambiar. Yo sabía que podía controlar con mi sexualidad. Mi mente planeaba ser modelo, ser una escort. Me llegué a prostituir y a tener sexo por dinero.

A los 17 años me embaracé. Al principio tenía la idea de un matrimonio y casarme para toda la vida, pero desgraciadamente elegí mal, elegí a una persona enferma igual que yo y no funcionó.

Me separé y empecé a experimentar con mujeres y con hombres, y me di cuenta de que a través del sexo podía obtener seguridad económica y emocional, porque por primera vez me sentía querida y amada. Era la única sensación de amor que yo concebía. Llegué a pensar que la atracción que tenía hacia las mujeres era algo normal y maravilloso, pero muchas veces me causaba vergüenza.

«Empecé a prostituirme»

Entonces empecé a abandonar a mis hijos por irme a los bares, a los antros y a otras ciudades, y empecé a prostituirme. Estaba en una empresa en donde tenía mucho poder, pero hice cosas malas; me corrieron y en ningún otro lado me contrataban porque me boletinaron.

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Por fin Lupita ha encontrado la paz y la alegría, lejos de la vida de prostituta que tuvo en el pasado.

Chucho Picón – Aleteia

Al necesitar dinero me metí a trabajar de mesera y ahí empezó mi camino con la adicción al sexo, a las drogas (anfetaminas) y al alcohol. Me di cuenta de que con la prostitución podía volver a tener seguridad económica. Me daba mucho miedo no tener dinero. 

Todas las personas con las que me involucraba consumían cocaína. Empecé a tener el concepto de alcoholismo social cuando me involucré con personas de alta sociedad y era dama de compañía. Caí en las redes del alcohol. Empezó a ser una adicción y no podía parar ni una semana.

EINES

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En cinco años el alcohol acabó conmigo, acabó con mi trabajo, con mi dignidad, con mis hijos, con muchas parejas que tuve y que querían ayudarme; pero a mí no me interesaba, y no me interesaba porque era lo único que conocía como felicidad. Alguien que quisiera quitarme la botella o el consumo de drogas era mi peor enemigo. Prefería perder todo a mí alrededor.

AITOR

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¿En qué momento tocas fondo?

Después de experimentar tanto sexo con tantas personas llegué a sentir un vacío existencial. Cuando llegaba a un antro decía: “Con ese me voy a ir esta noche” y me iba. Estaba con él, me despertaba a su lado y sentía un vacío tan terrible que me la pasaba llorando en el hotel.

«Me sentí usada»

Un día me involucré con una persona emocionalmente, lo que yo no quería, y con él me iba a casar porque me emocioné mucho. Se comportaba conmigo como un caballero. Sin embargo, me fue infiel dos veces y eso me hizo tocar fondo: me sentí usada, vacía, triste y resentida con todos los hombres. Buscaba venganza, pero terminaba saboteándome y lloraba todas las noches.»

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María Guadalupe con una nieta, hija de una de las mujeres que ha adoptado.

Chucho Picón – Aleteia

En una ocasión mi mamá se dio cuenta de que estaba bebiendo porque, al reunirme con ellos, me ponía muy violenta. Ella una vez me dijo: “Yo sé que te vas a morir, pero lo único que puedo hacer es pedir por ti como santa Mónica por san Agustín”. Yo le decía: “San Agustín, tú y tu Dios se pueden ir al infierno”.

«Toqué fondo»

Finalmente, cuando cumplí 25 años, casi terminé en un psiquiátrico por el consumo de anfetaminas y alcohol. El psiquiatra me pidió que me mantuviera abstemia por un mes, pero no podía y en ese momento toqué fondo: consumía pastillas para dormir, me despertaba y seguía bebiendo.

En ese tiempo, una de mis hermanas, que regresó al camino del catolicismo, me llevó a la oración en el templo de la Santa Cruz. Ella ayuda y es catequista, una mujer maravillosa que ha salido adelante y que me decía: “No sé cómo lo voy a hacer, pero yo sé que Dios te va ayudar así como a mí me ha ayudado”. Las veces que paraba de consumir era porque estaba con una persona que creía que me iba a ayudar.

Mi hermana se llevó a mis hijos por cómo me veían y ese día tuve una visión. Pensaba que estaba en delirio porque estoy diagnosticada con el límite de personalidad, es decir, sin consumir estoy totalmente loca y debo llevar un tratamiento de por vida.

Estaba en la sala de mi casa y vi un catrín muy guapo que me decía que tomara y, de repente, vi que no era un catrín, que era una boa a la que le decía: “Pues también toma tú”, y le aventé las botellas. Quedé inconsciente, terminé en el hospital y ahí estuve tres días por una sobredosis y nadie de mi familia supo, sólo una amiga que oraba mucho por mí.

Después de estar hospitalizada, me di cuenta de que estaba aventando las botellas a la ventana y que estaba discutiendo con el Enemigo. Él me decía que ya me tenía y que era de él.

Deseos de morir

Cuando estaba en el hospital deseaba morirme. Ya no quería despertar, pues llegué al límite de no sentirme feliz, no encontraba sentido a la vida. Cuando quedé inconsciente tuve un sueño: estaba en una cueva acostada sobre una piedra, desnuda, y veía todo el pasaje de mi vida desde niña, todo mi sufrimiento, cuando me violaron, y estaba muy enojada con Dios.

«Sentí un golpe en mi pecho y dije: ‘Si en realidad existes, ayúdame’.”

Y del otro lado veía a mis hijos tristes y a mis padres, y sentí un golpe en mi pecho y dije: “Si en realidad existes, ayúdame”. Vi a lo lejos una luz y sentí un temor que, hasta el día de hoy, no sé descifrar.

Rechazando la ayuda

Desperté y entré en depresión. Empecé con la abstinencia y viví los ataques y los delirios. Después de unos días me fui a trabajar y me encontré con un cantante, con el cual trabajé, y él ya estaba en el movimiento de Alcohólicos Anónimos (AA), ya tenía tres años sin consumir y yo no lo podía creer porque era adicto a la cocaína. Me preguntó: “¿Cómo estás?”. Yo pesaba 49 kilos en ese momento. Le dije: “Bien”, pero él me respondió: “No, no estás bien”. Me invitó a una junta. Era un anexo, pero al principio me dijo que era un lugar en donde él iba a cantar.

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Fachada de COFOE, el centro donde atiende a sicarios, prostitutas y personas adictas que buscan ayuda para cambiar de vida.

Chucho Picón – Aleteia

No me dijo la verdad porque no iba a aceptar la ayuda, él me conocía muy bien. Llegué a la junta y no volví a beber jamás, pero vinieron otros procesos.

Había otros asuntos que sanar

Vino un proceso de cuatro años de haber tapado la botella, y de involucrarme con un hombre y con otro. Pero yo seguía teniendo los mismos deseos con hombres y eso me causaba mucha vergüenza.

Hay un paso maravilloso en el programa de AA que dice: “Hasta que el defecto te vuelva desgraciado”. Toqué fondo otra vez y volví a sentirme peor que cuando consumía y nada más tenía dos opciones: una, retomar el programa o beber hasta esperar mi amargo fin. Entonces, acudí con un padrino veterano de muchos años, para colmo guadalupano; fue muy cauteloso y me dio el librito de los Cinco Minutos y ese librito me empezó a encaminar.

Entonces empecé a hacer el programa de manera personal, admití que era adicta al alcohol, a las drogas, a las relaciones destructivas y al sexo, y me di cuenta de que necesitaba la guía y el control de Dios en mi vida. Me di cuenta de que había recuperado mi voluntad.

Mi padrino me dijo: “Entrégale esa voluntad a Dios, porque tú no puedes hacer nada con tu voluntad”. Y hay un tercer paso que dice: “Decidimos entregar nuestra vida y nuestra voluntad”, y cuando yo decidí entregarle mi vida y mi voluntad, estuve dispuesta, porque toqué fondo y fue muy doloroso. Fue entonces cuando Dios hizo un cambio en mí, fue la gracia.

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La confesión supuso un antes y un después en su vida.

Chucho Picón – Aleteia

El padrino y el momento de la confesión

-¿Te confesaste?

Por supuesto. Hice un inventario moral, un inventario de toda mi vida. Lo que soy es por mi padrino, que en paz descanse. Dios lo puso en mi vida y en mi camino. Él me dijo: “Vamos a hacer un quinto paso donde admites ante Dios, ante ti y ante otro ser humano la naturaleza exacta de tus defectos de carácter, tu egoísmo, tu deshonestidad, tu temor mal manejado, la inconsideración que has tenido hacia los demás. Te sugiero que te confieses”.

Los que hemos practicado las relaciones con el mismo sexo debemos aceptar que vivimos en una neurosis, una inseguridad extrema y un vacío terrible, que es lo que deberíamos decir en lugar de promocionar otras cosas.     

«Fue maravilloso porque fui sintiendo en mi corazón algo sanador.»

Yo no me quería confesar porque no lo había hecho desde mi primera Comunión, pero mi padrino me hizo una cita y me mandó a la iglesia de san Agustín con un sacerdote viejito.

El día de mi cita mi padrino me llevó a la puerta de la iglesia. Yo iba con gafas, gorra y pants para que nadie se diera cuenta de que estaba ahí. El sacerdote salió vestido de blanco y me dijo: “¿La alcohólica?”, y yo dije: “Sí”. Me pasó, puso una silla enfrente de mí y en cuanto me dijo “Ave María Purísima” comencé a temblar y no podía hablar.

Él me miró, me preguntó cosas, comencé a llorar y fue maravilloso porque fui sintiendo en mi corazón algo sanador, como si alguien estuviera protegiéndome y comencé a decirle todo lo que había hecho sin parar de llorar.

Fue algo maravilloso, porque en el momento en que me impuso las manos sentí el perdón. Por primera vez en mi vida me sentí perdonada por Dios; cerré los ojos, sentí sus manos calientes y me imaginé a Jesús en la cruz perdonándome mis pecados.

El padre me dijo: “Te felicito, gracias. Ve hacia el Santísimo y ahí vas a recibir indicaciones”. Fui y esperé a que alguien me dijera qué hacer, pero sólo vi una cruz, a Jesús escurriendo de sangre, ese que yo me imaginé cuando me impuso las manos, y me arrodillé. Sentí como si Él me dijera “Te amo”. Sentí tanto amor dentro de mí que le dije: “Señor, si Tú me permites sentir esto todo el tiempo, yo te entrego todo lo que Tú quieras”. Ahí estuve cerca de una hora, salí y quería decirle a todo el mundo lo que sentía en ese momento y comencé a ver el cielo y los árboles como si estuvieran flotando.

Llegué al grupo en donde estaba militando, les regalé mi experiencia y todos se burlaron de mí. En ese tiempo yo fumaba dos cajetillas de cigarro diarias, porque tenía mucha culpa y me quería hacer daño inconscientemente.

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En las sesiones de COFOE trata de ayudar a las mujeres que se prostituían o pensaban abortar.

Chucho Picón – Aleteia

Empecé a arreglarme de diferente manera, a cuidarme, a no crear prejuicio con mis compañeros, a respetarlos, a ver a las mujeres no como una competencia sino como mis hermanas. Ya no pude estar en ese lugar porque era muy juzgada, pero ya tenía mucha fuerza.

Mi padrino me regaló un DVD con la vida de san Agustín y me aconsejó ver sobre la vida de los santos. Entonces empecé con una lucha espiritual muy fuerte. A las tres de la mañana me despertaba porque tocaban a mi recámara, comencé a sentir miedo y al rezar el rosario mis manos temblaban. La lujuria y la ira me dominaban.

Una clienta muy buena del diablo

Mi padrino me dijo: “Lupita, eras una clienta muy buena del Maligno y vas a tener muchos ataques, te sugiero que a partir de ahora comiences a vivir tus sacramentos”.   

Sacramentos y una aventura de amor hacia los demás

Los domingos iba al templo de San Francisco y conocí a un sacerdote maravilloso que extraño mucho, el padre Luis Vilchis, que fue mi director espiritual por seis años y me ayudó a trabajar todas las presencias que tenía. Me confesaba una vez al mes, comulgaba a diario, ayunaba y, sobre todo, empecé a servir a los demás. Empezó todo este cambio que es una aventura de amor hacia los demás.

¿Recibiste oraciones de liberación?

Sí. Me mandaron con un sacerdote e iba una vez al mes.

-¿Quién estuvo detrás de tu rescate?

Dios me permitió que yo viviera todo eso, porque ha sido un proceso largo y doloroso. La mayoría de los adictos quisiéramos una recuperación instantánea, pero no existe porque la conversión es 24/7.  Quien me empezó a encaminar espiritualmente fue mi padrino, que me enseñó mucho sobre mi religión.

Pero todo esto no hubiera sucedido si no hubiera estado en el programa de Alcohólicos Anónimos. A mí ese programa me ayudó a reconciliarme con mi religión y todo lo que vivo en el programa es lo mismo que me llevó a mi religión. El día de hoy hago lo que todo católico debe hacer, que es evangelizar, transmitir el mensaje.

Hoy mis amigos y amigas son religiosas, sacerdotes y mis hermanos adictos también lo son.Mi cambio también ha sido gracias a las oraciones de mi madre.

¿Qué pasó con tu primo? ¿Hablaste con tu familia?

Una Navidad fui a ver a mi madre. Ya había muerto mi papá, y por casualidad me lo encontré en una panadería, lo vi de lejos y ya no sentí rencor. Él me dijo: “Hola”. Le di la mano y le dije: “Te perdono por todo el daño que me hiciste en el pasado, deseo de todo corazón que tú también ya te hayas perdonado, que Dios te dé paz y tranquilidad del alma”. Y lo único que sentí cuando me abrazó fueron sus lágrimas. Tenía que darse cuenta de que había hecho algo malo. 

-¿Nunca pensaste denunciarlo?

Llegué a pensar en matarlo y lo planeaba. Cuando bebía me acordaba mucho de eso y odiaba a quien no me protegió. Mi familia lo sabe pero no se dice nada. Uno de mis hermanos hoy está en el mismo programa que yo, ya está por cumplir ocho años y me da gusto que haya recibido el mensaje.

Mis hijos aún tienen etapas difíciles y he aprendido a respetar, pero tengo fe y sé que ellos también algún día verán esa luz maravillosa; todavía les falta tocar un fondo.

Después de todo esto fundaste una organización para ayudar a otros. Cuéntanos al respecto.

Después de siete años de haber dejado de consumir, estando en el programa y formada en mi religión, no sabía qué hacer. Trabajaba en una empresa coreana y me ofrecían irme a trabajar a otro país. Siempre tuve buenos puestos, pero nada de eso le daba sentido a mi vida. Entonces fui con un sacerdote y me propuso abrir esta casa que se llama “Conversión, fortaleza y esperanza”, un centro de tratamiento contra las adicciones, en donde recibimos personas desde los 15 hasta los 60 años, hombres y mujeres.

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Una de las sesiones para hombres que piden apoyo para salir de su vida de adicción o su trabajo de sicario.

Chucho Picón – Aleteia

Hace diez años se abrió con la gracia de Dios porque yo no tenía ni un peso. Abrí mi closet, vendí lo que tenía y comencé a comprar cosas. Otra persona que es laica me ayudó a comprar otras cosas y empezó este trabajo que es una aventura maravillosa.

«En una ocasión le “compré” una chica embarazada a un vendedor de drogas, le compré su libertad, y ese niño el día de hoy tiene siete años.»

A los seis u ocho meses tenía diez internos. A algunos los recogí de la calle. Recogía a embarazadas adictas, que son mis preferidas, a mujeres que no tenían donde vivir.Lo que yo quería era servir porque eso es el verdadero amor. En una ocasión le “compré” una chica embarazada a un vendedor de drogas, le compré su libertad, y ese niño el día de hoy tiene siete años. 

De cariño te dicen “La Madrina”.

Sí, me dicen “La Madrina”. Tengo muchos ahijados y muchos nietos espirituales. Mujeres embarazadas que han querido abortar han llegado aquí. En una ocasión platicaba con una chica que fue traslada del penal de Puebla para su recuperación, porque había intentado matar a un hombre.

El caso de una chica que no llegó a abortar

Ella me decía que tenía derecho al aborto, que tenía tres meses de embarazo y que se había embarazado antes de entrar al penal. Un día le toqué la pancita, el bebé se movió y ella se emocionó, pero seguía con dudas. Me puse a orar por ella, recibió toda la atención, escuchó el corazón de su bebé y aceptó tenerlo. Fue una niña y ahora tiene cuatro años.

Te has enfrentado con gente peligrosa para poder rescatar adictos, ¿te han amenazado?

Sí. He convivido con sicarios, con gente que se dedica a vender droga, con mujeres sicarias. Los primeros años tenía mucho miedo, pero el padre me decía: “Dios te los mandó, quiere que tú los acerques”.

Conviví con dos mujeres sicarias y una de ellas no podía creer que yo le dijera “Te creo”, pues se consideraba una mala persona. Yo le decía que en ella veía el rostro de Jesucristo y se levantó y empezó a llorar. Le dije que no la juzgaba y la aceptaba tal cual. Hoy tiene once meses sin consumir, estaba tratando de reintegrarse y por seguridad se ha tenido que ir.

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Dormitorio para las mujeres que necesitan un lugar de acogida.

Chucho Picón – Aleteia

Un sicario que había matado a su padre

¿Has logrado convertirlos?

Sí. Hay uno que tiene ocho años sin consumir drogas.  Hizo muchas cosas malas: mató a muchas personas, incluido su padre; desaparecía personas y fue manipulado al grado de que lo hacían comer carne humana. Él pidió la misericordia de Dios, estaba muy necesitado de su amor. Yo le entregué al Santísimo su historia y le pedí que lo ayudara.

«No tengo carro, no tengo novio, no tengo ni siquiera casa, pero tengo el sentido de la vida y ganas de ir al Paraíso,  de ir al Cielo. Lucho para ir al Cielo y para ello ofrezco mi castidad.»

Un día me dijo que lo llevara al Santísimo, pero ese día coincidía con una Hora Santa de jóvenes y lo llevé. Me dijo que quería confesarse y fui a buscar al padre y lo confesó. Me gusta entregar así a las personas, ellos le dan el sentido a mi vida. No tengo carro, no tengo novio, no tengo ni siquiera casa, pero tengo el sentido de la vida y ganas de ir al Paraíso,  de ir al Cielo. Lucho para ir al Cielo y para ello ofrezco mi castidad.

-¿Crees que Dios te mandó lo más duro?

A finales de enero de este año tuve la amenaza de un cártel. Me llamaron por teléfono y me dijeron que vendrían al Centro, me mandaron fotos de cuando salía a correr, de mis nietos y de mis hijos, y me dijeron que me iban a matar. Hice una querella, mandaron algunas patrullas y dejé de hacer algunas actividades porque es algo que nunca te esperas. 

En febrero me marcaron y me dijeron que venían para acá y les dije: “Esta bien, pero sólo me llevarán a mí”. Estuve esperando todo el día con mi rosario y le decía a Dios: ‘¿Por qué no te siento, Señor? ¿Dónde estás?’. En ese momento un amigo sacerdote me mandó un audio que explicaba el momento en que Jesús estuvo en el Huerto de los Olivos, y pensé que estaba viviendo lo que Jesús vivió y lo tomé como mi viacrucis. Yo no quería dejar de servir por miedo.

Para contactar a María Guadalupe “La Madrina” escribir a: cofo2012@gmail.com. También puedes entrar en la página de Facebook Grupo Fortaleza y Esperanza AC.

Ellos necesitan de tu ayuda para sostener el Centro de Rehabilitación COFOE y poder rescatar a más mujeres en riesgo de abortar y hombres con adicciones.

Fuente Aleteia

Ver a tus hijos crecer y que sean buenas personas, eso es tener éxito

Muchos padres pueden alardear de los logros académicos, las posesiones o la belleza física de sus hijos, pero tú alardea antes que nada de la buena persona en la que se ha convertido tu hijo

La mayor dicha para una madre es que su familia sea feliz y son capaces de darlo todo para que así suceda, dando todo lo que tienen a su alcance. La felicidad vienen acompañada de optimismo y esperanza. Familia siempre tratará de brindarte bienestar como tu amiga, confidente, consejera y aliada.

La familia son quienes estuvieron y estarán contigo en las buenas y en las malas. El poder apreciar el consejo de un padre, el abrazarle y sentir que todo estará bien es una sensación única y a veces tan efímera que se siente como si fuera un instante.

Solo hay algo que a los padres les ocupa: la felicidad de su familia. Únicamente quieren por encima de todo que puedan alcanzar la plenitud y no importa el cómo, casi siempre lograrán lo que necesitas para tu crecimiento. ¿Y cómo hacerlo? Reconociendo a tus hijos, sobrinos o nietos y mostrándoles que son buenas personas.

Aprende a reconocer que eres buena persona

Muchas veces la gente se pierde y no reconoce sus capacidades y esto los lleva crear falsas imágenes. Ya sea que tengas sobrinos o niños en la familia, la mejor forma de que sean buenas personas es hacérselos saber. Y quizá como adulto esta información podría ser útil para ti, porque siempre hay que reconocer lo bueno que tenemos:

  • Disfruta del bien de sentirte querido. Cuando tengas la oportunidad de sentirte visto, escuchado, apreciado, querido, valorado o amado, tómate una docena de segundos o más para saborear esta experiencia, dejando que llene tu mente y tu cuerpo, hundiéndote en él mientras se hunde en ti.
  • Reconoce la bondad en tus actos de pensamiento, palabra y obra. Estos incluyen intenciones positivas, poner freno a la ira , refrenar los impulsos adictivos, extender la compasión y la ayuda a los demás, valor y determinación, amor, coraje, generosidad , paciencia y la voluntad de ver e incluso nombrar la verdad, sea lo que sea.

Sé un ejemplo

Siente la bondad en el centro de tu ser. Esta es una honestidad y benevolencia fundamentales. Está ahí dentro de todos, no importa cuán oscurecido. Puede sentirse íntimo, impersonal, quizás sagrado. Una fuerza, una corriente, un manantial en tu corazón.

Ver la bondad en los demás. Reconocer su bondad te ayudará a sentir la tuya. Observe todos los días pequeños actos de justicia, amabilidad y esfuerzo honorable en los demás. Siente las capas más profundas detrás de los ojos, los anhelos internos de ser decente y amoroso, de contribuir, de ayudar en lugar de dañar.

Aprender que vivimos en un mundo donde hay cosas que no podemos controlar y esforzarnos por aquellas que podemos cumplir, una lección que los padres se han grabado a fuego. Ahora es tu turno de compartir y reconocer la bondad de tus hijos, nietos, sobrinos en un mundo que necesita mejores personas.

Fuente

¿Qué es un portafolio de inversión?

Descubre qué y para qué sirve un portafolio de inversión. Conoce cómo se arma y lo que debe tener para que sea lo más rentable posible.

Si estás interesado en empezar a invertir en la bolsa de valores, te contamos lo que necesitas saber para dar el primer paso. Lo primero es conocer qué es un portafolio de inversiones y para qué sirve.

Un portafolio de inversión -como su nombre lo indica- se compone de todas las inversiones que una empresa o persona tiene en su poder. Este combina distintos activos financieros de renta variable y renta fija.

Sigue leyendo y descubre todo lo que se requiere tener en cuenta al momento de conformar un portafolio de inversión, ejemplos del mismo y más información de gran utilidad.

Características de un portafolio de inversión

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de conformar el portafolio de inversiones es definir el perfil del inversor y el riesgo que estás dispuesto a asumir para conseguir la rentabilidad esperada.

Dentro del perfil de riesgo hay que tener en cuenta la cantidad de dinero que el inversor está dispuesto a arriesgar, además del plazo en el que espera recuperar -en el mejor de los casos- la inversión u obtener rentabilidades. Cuanto mayor es el plazo (meses u años), menor será el riesgo de la inversión.

También debes tener en cuenta los tipos de activos, ya que no todos se caracterizan por la misma volatilidad. No es lo mismo un bono soberano de Estados Unidos que las acciones de una empresa China.

En base a estas características, el perfil del inversor puede clasificarse en conservador, moderadamente conservador, moderado, moderadamente agresivo y agresivo.

Ya definido el perfil de riesgo, el inversor debe definir los objetivos que espera conseguir con un portafolio de inversiones. Para esto es importante fijar una rentabilidad representada por un porcentaje del capital invertido.

El próximo paso es determinar los activos que van a conformar el portafolio de inversión. Lo más importante aquí es diversificar, es decir, tener una buena cantidad de instrumentos -de distinta índole- y que sean de diferentes sectores económicos.

Activos que componen un portafolio de inversión

Dependiendo del perfil del inversor, un portafolio de inversión puede contener distintos activos:

  • Bonos: son títulos que emiten tantos empresas como países para captar dinero, ya sea para financiar cosas o expandir su negocio. El inversor cobra una renta (a pagar en un determinado tiempo según las condiciones de emisión) y el capital (dinero total invertido) una vez que vence el bono. Esto significa que el inversor cobra el monto total invertido y un interés. El riesgo de dichos activos es que la empresa o el país tenga problemas financieros y reestructure el pago de los bonos.
  • Acciones: son títulos emitidos por empresas, que representan una porción de la compañía. Las acciones se comercian en la bolsa de valores de cada país y su valor está determinado por la oferta y demanda de los compradores, basados en el accionar de la empresa y números de los balances financieros que debe presentar cada cierto tiempo.
  • CFD: llamados Contratos por Diferencia o Contracts For Difference (en inglés) son un tipo de derivados que permiten invertir con poca cantidad de dinero y hacerlo tanto al alza como a la baja.
  • Futuros: el contrato de futuros es un acuerdo entre dos partes (inversores) que se comprometen en una fecha futura establecida y a un precio determinado, intercambiar un activo que puede ser físico, financiero o alguna materia prima como oro, petróleo, etc.

Además, se puede invertir en fondos comunes de inversión, que cuentan con un portafolio diversificado y los cuales son regulados por una gestora de bolsa para proteger el dinero de los inversionistas.

Si todo lo que leíste hasta ahora llamó tu atención y continúas interesado en sumergirte en el universo de las inversiones, te damos una recomendación adicional.

El último consejo, y no menos importante, es que tu portafolio de inversión debe contar con activos financieros que se adapten a lo que esperas obtener en cuanto rentabilidades.

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La triste historia de una de las cantantes de ABBA, hija de un macabro proyecto nazi de eugenesia racial

Anni-Frid Lyngstad nació como producto de la lebensborn, el programa pensado por el líder de las SS, Heinrich Himmler

Por Marcelo Raimon

Es el grupo pop sueco más famoso de todos los tiempos. Fueron un suceso mundial en los años 70 y volvieron a grabar canciones el año pasado para encarar un tour mundial. Su nombre ABBA, es un anagrama a partir de las iniciales de sus integrantes. Todos han sufrido golpes a lo largo de los años. Agnetha, “la rubia”, tiene problemas de fobias y su madre se suicidó en 1994. Su ex esposo, Bjorn, otro de los miembros del cuarteto, se convirtió en un adalid de los pagos electrónicos después de que uno de sus hijos sufriera un robo. Y Benny, el que luce barba en las fotos antiguas del grupo, es un ex alcohólico.

Pero es Anni-Frid Lyngstad, más conocida como Frida, “la morocha” del grupo, la que tiene detrás un pasado de vergüenza, horror y angustia.

ABBA, en una foto de los años 70. El grupo sueco anunció su regreso después de 35 años.

Es la historia que recuerda que Frida nació en Noruega en noviembre de 1945, poco después de la retirada de las tropas nazis que ocupaban ese país y como consecuencia de un “programa” que alentaba la procreación de hijos entre soldados alemanes y mujeres arias o nórdicas, pertenecientes a las razas “superiores” según los delirios de Hitler.

El programa era conocido en alemán como Lebensborn, que se puede traducir como “fuente de vida”, y fue creado en 1935 por el propio Heinrich Himmler, líder de las SS y uno de los principales responsables del Holocausto y de varias iniciativas de limpieza étnica de los nazis. La asociación Lebensborn, que contaba con oficinas centrales en Munich, tenía como meta revertir la caída de la tasa de nacimientos en Alemania, y sus métodos se fueron ampliando con el paso de los años y el avance de las tropas nazis en Europa.

El programa contaba con guarderías para atender a los hijos producto del programa y planes de compensación financiera para las mujeres “rubias y sanas” de los países ocupados que accedieran a tener hijos con los ocupantes.

Muchos niños eran «cedidos» por las madres que aceptaban los requerimientos del programa y otros eran directamente secuestrados. Para los nazis eran difíciles de resistir los niños rubios, rozagantes y de ojos azules que aparecían a su paso.

En un primer momento promovía la «producción» de hijos de oficiales nazis, quienes podían demostrar con cierta facilidad su «pureza racial», pero luego los organizadores del Lebensborn alentaron también a los soldados comunes a sumarse a este plan.

Uno de esos soldados comunes fue el sargento Alfred Haase, de 24 años, estacionado en Noruega, uno de los escenarios favoritos de los impulsores del Lebensborn.

Haase llegó en 1943 a la base levantada en el pueblo de Ballangen, en el norte de Noruega, donde ya existía una filial de Lebensborn. Aunque estimulado por los preceptos del programa de reproducción racial, el sargento fue un poco más “romántico” que los oficiales de las SS: “conquistó” a Synni Lyngstad, de 18 años, con una bolsa de papas -un verdadero tesoro durante la guerra- y mantuvo una relación de meses con la joven noruega.

Cuando Haase marchó de regreso a Alemania, en 1945, Synni estaba embarazada y ya nunca volvería a ver al sargento. Frida, que iba a nacer el 15 de noviembre de ese año, fue concebida pocos meses antes de la derrota de los nazis, mientras los alemanes todavía mandaban en Noruega, y llegó al mundo cuando el Lebensborn ya había sido desmantelado, Hitler suicidado y Berlín caído.

Una historia desoladora entre historias terribles, Frida nació cuando el mundo comenzaba a conocer mejor la barbaridades nazis y cuando ya no había organizaciones o familias «arias puras» que pudieran hacerse cargo de los niños del Lebensborn.

Insultada y despreciada por sus vecinos, Synni escapó a Suecia junto con su madre, Agny, y con Frida a cuestas. Synni moriría pocos años después, dejando a la futura cantante de ABBA al cuidado de su abuela.

“Frida” nació en Noruega en 1945, poco después del fin de la ocupación nazi
«No tenía muchos amigos, yo pensaba que todo acerca de mí estaba mal, que no había nada en mí que mereciera ser amado», contaría Frida muchos años después en las pocas entrevistas en las que habló sobre el tema. Su madre le había dicho que su padre era un soldado alemán que murió ahogado. Pero ese no es argumento suficiente para una vida de película, faltaban más elementos.

En 1977, cuando ABBA estaba al tope de los rankings musicales de todo el mundo, una joven en Alemania, fanática del grupo sueco, se enteró de que la cantante de cabello oscuro era la hija de un soldado alemán llamado Alfred Haase.
¿Podría ser que su amada estrella pop fuera la hija de su tío, que también se llamaba Alfred Haase? ¿Y que había estado destacado en Noruega durante la guerra?

El ex sargento vivía en ese entonces en Stuttgart, junto con su esposa y dos hijos. Y, sí, gracias a la inquietud de aquella seguidora alemana de ABBA, Frida se enteró de que su padre estaba vivo.

Se arregló un encuentro entre ambos. Quedaron en contacto por algún tiempo, pero no funcionó para Frida. «Es difícil, hubiera sido distinto de haber sido una niña o una adolescente» al momento del reencuentro, confesó la cantante.
La política de la Lebensborn fue promovida por el régimen nazi en los países que fue conquistando para contrarrestar la baja tasa de natalidad alemana y formentar la pureza racial aria
La política de la Lebensborn fue promovida por el régimen nazi en los países que fue conquistando para contrarrestar la baja tasa de natalidad alemana y formentar la pureza racial aria

«No puedo realmente conectarme con él y amarlo como si hubiera estado con nosotras mientras yo crecía«, completó Frida, quien -poco después- caería en una larga depresión.

A principios de siglo, cuando los niños nacidos en el marco del Lebensborn se hacían mayores, varios de los sobrevivientes que conocían su origen empezaron a organizarse. Un grupo de aquellos nacidos en Noruega presentaron en 2008 un reclamo ante la Corte Europea de Derechos Humanos para que el Gobierno de Oslo asumiera su responsabilidad. La Corte rechazó la causa, pero el Gobierno noruego les ofreció un resarcimiento económico… de 10.000 dólares.

Frida, por su parte, parece decidida a intentar dejar atrás ese pasado. “Se le pidió varias veces en los últimos años que se involucre con el grupo de sobrevivientes del Lebensborn, pero ella no quiere”, cerró la puerta una de las voceras de la cantante.

En todo caso, Frida tuvo algo de “suerte”, la de saber quiénes fueron sus padres y de crecer en su propia familia, a diferencia de los miles de otros niños Lebensborn que nunca supieron de dónde venían o que debieron crecer con familias apropiadoras.

Se estima que por lo menos 7.500 niños nacieron en el marco del Lebensborn en Alemania y otros 10.000 en Noruega. El programa tuvo también «clínicas» en Polonia, Francia, Luxemburgo, Bélgica y Holanda durante la ocupación.

Todo esto sin contar las decenas de miles de niños que fueron robados por los nazis en los países ocupados.
Unos 7.500 niños nacieron en el marco de la Lebensborn en Alemania y otros 10.000 en Noruega
Unos 7.500 niños nacieron en el marco de la Lebensborn en Alemania y otros 10.000 en Noruega

Se trata de una historia “conmocionante y profundamente perturbadora”, afirma Tim Tate, el periodista británico autor del libro Hitler’s Forgotten Children, que estudia el desarrollo y las consecuencias del Lebensborn en Alemania.
«La idea de que el valor de una persona es dictado por su sangre o bagaje racial es aborrecible«, añadió el investigador en una entrevista por correo electrónico con Infobae.

Tate -quien preparó el libro junto a Ingrid von Oelhafen, una sobreviviente del programa- recordó que fue sobre la locura de la eugenesia, la “filosofía” que promueve la “mejora racial” a través de la manipulación de poblaciones, que se construyeron el Holocausto o el Lebensborn.

“En muchos sentidos son dos caras de una misma moneda -dijo-. Y, aunque no llegó siquiera cerca de los niveles de muerte y sufrimiento provocados por el Holocausto, el Lebensborn derivó de exactamente los mismos principios y provocó terribles consecuencias”.

Aunque resulte difícil de entender en la actualidad, la eugenesia no brotó en el vacío. «Sería placentero decir que se trató solamente de la locura de la Alemania nazi -dice Tate-. Pero, lamentablemente, el concepto de eugenesia era muy popular en todo el mundo en la primera mitad del siglo pasado».

Esa popularidad, añadió, incluso “pudo haber jugado un papel en la reluctancia del mundo a confrontar la evidencia de los crímenes nazis”. “Hay que entender de qué se trataba el nazismo, que ellos tenían una mirada racial del mundo, era su visión primaria, se veían como la raza superior, como los amos del planeta”, coincide Robert Rozett, el director de las bibliotecas de Yad VaShem, el museo del Holocausto en Jerusalén.
El Gobierno noruego compensó con 10.000 dólares a cada niño nacido como parte de Lebensborn, pero el tema permanece mayormente acallado
El Gobierno noruego compensó con 10.000 dólares a cada niño nacido como parte de Lebensborn, pero el tema permanece mayormente acallado

Los nazis «creían en la eugenesia, en ‘mejorar’ la raza aria, de la misma manera en que se ‘mejora’ una raza de perros o ganado», agregó el historiador.

Según Rozett, “Lebensborn es parte de esa mirada: lo que querían era que los arios y los arios nórdicos, como ellos los llamaban, tuvieran más y más niños”.

En la lógica de los nazis, la expansión de su régimen necesitaba, por ejemplo, el petróleo que podían obtener en Rusia, el trigo para expropiar en Ucrania, y los niños rubios de ojos celestes que pudieran «producir» en los países ocupados.
Extrañamente, la historia del Lebensborn nunca fue objeto de mucha investigación. Una de las razones, explicó Tate, es que los archivos de la organización fueron destruidos.

Por otro lado, “desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, al menos dos sucesivos Gobiernos alemanes intentaron, a menudo con mucho éxito, esconder la verdad sobre el programa, incluso en perjuicio de quienes fueron sus víctimas”, añadió.

Oscurecidos quedaron, entonces, los orígenes de miles de niños nacidos en Europa durante la guerra. Y también la dinámica y las razones detrás de los programa de eugenesia de los nazis.

Además de “defender los valores de la libertad” frente a ideologías como las de Hitler y sus acólitos, sería bueno también, expresó Rozett: “Ver qué tipo de ciencia queremos, en especial si miramos atrás y vemos estos ejemplos tempranos de ‘ingeniería étnica’”.

En un momento de la historia en el que la ciencia avanza a velocidad supersónica, continúa: “Tenemos que ser claros sobre lo que queremos en nuestra sociedad”. “Creo que no queremos dedicarnos a ‘criar’ gente ‘mejorada’”, sigue Rozett.

“Hay muchas cosas que todavía no se discuten, y Lebensborn es una luz de advertencia” en ese escenario, completó el historiador.

Fuente

Leer es un superpoder que todos podemos desarrollar

Lo que desincentiva la lectura no es la pereza, sino toparnos con aburridísimas notas de prensa, caóticos sitios Web o contenidos sin emoción ni sentimiento.

Por Dolores Carbonell

El decir popular asegura que “la gente no lee”, y que por esa razón hay que usar pocas palabras y muchas fotos y dibujitos.

No obstante, yo voy a salir en defensa de la lectura, porque me consta que las personas sí leemos cuando algo nos interesa, como en los siguientes casos:

  • Cuando deseamos informarnos sobre un tema candente o relevante.
  • Cuando debemos decidir qué carrera nos conviene estudiar.
  • Cuando se trata de investigar un tema que nos apasiona; entonces devoramos lo que encontramos en libros, Internet u otros medios.

Aunque quizá las cifras hayan sido ya superadas en este 2017, basta observar los resultados de dos encuestas realizadas en 2015 para descubrir que la gente lee más de lo que pensamos. Los datos que arrojan ambas investigaciones son significativos e indican que, basura o no, las personas leemos libros, revistas y periódicos quizá más que nunca.

Otro hallazgo es que el 59% de las personas compra libros, a pesar de que las descargas gratuitas en medios electrónicos crecieron un 11.6%.

De acuerdo con la Primera Encuesta Nacional sobre Consumo de Medios Digitales y Lectura, aplicada a jóvenes de entre 12 y 29 años y universitarios, 8 de cada 10 jóvenes gustan de la lectura y leen principalmente a través de sus teléfonos celulares.

Se está registrando un mayor acercamiento a la lectura por elección propia. Esta ya no es concebida únicamente como el consumo de libros de contenido literario.

Es un hecho que hoy tenemos una capacidad de elección sin precedentes con respecto a los contenidos que podemos leer. Lo cual significa que se modifican los accesos a la información y los hábitos de consumo de noticias, literatura y cualquier clase de mensajes, pero no se confirma la creencia popular de que la gente no lee.

Lo que sucede es que muchas personas abandonan la lectura cuando se topan con páginas Web mal hechas y caóticas; con notas de prensa que no supieron captar la atención desde su encabezado o sus primeras líneas; con contenidos poco claros y mal escritos; con documentos que no son lo que prometen; con mensajes que buscan vender a la primera de cambio, sin responder a las necesidades del lector; y un largo etcétera.

En conclusión, las personas sí leen si logras interesarlas, si tocas sus fibras sensibles y estableces una narrativa que responda a sus inquietudes.

Al final, somos palabras

Los seres humanos somos esencialmente palabras, lenguaje y comunicación (aun en la era digital). Como ha señalado César Antonio Molina, columnista del diario español El País: “Nuestra inteligencia es lingüística, pensamos con palabras. Con palabras nos comunicamos y son ellas las que organizan nuestras propias acciones. Solo pienso en la medida en que soy capaz de expresar mi pensamiento en palabras: interiormente o hacia los demás. Pretender sustituir la palabra por aparentes equivalencias no es sino una forma falaz y taimada de empobrecer nuestra inteligencia”.

Existen pruebas científicas de los beneficios de la lectura:

  • Resultados de resonancias magnéticas revelan la alta conectividad que se produce en el cerebro y en el área asociada al lenguaje mientras leemos un libro.
  • Neurólogos recomiendan a sus pacientes mayores la lectura diaria en voz alta como un camino probado para mejorar su memoria y estado de alerta.
  • Estudios, como el de un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Emory, en Atlanta, señalan que la lectura reduce el estrés y aumenta la inteligencia emocional, al igual que el desarrollo psicosocial, el autoconocimiento y la empatía.
  • Entidades como School of Life, centro londinense de biblioterapia, prescriben libros para ayudar a superar conflictos como la ruptura o el duelo.

Que leemos mucha basura y que quizá hoy lo hacemos más que nunca, también es cierto. Pero dadas las evidencias, prefiero mil veces a un fan del Libro Vaquero (siempre habrá la posibilidad de que su entrenamiento en la lectura lo lleve eventualmente por mejores caminos de calidad literaria) a alguien que no puede sentarse cinco minutos a leer una historia y que anda por la vida sin entender bien a bien a su prójimo porque lleva a cuestas un vocabulario de apenas 300 palabras.

Compartimos la frase de la actriz y cantante Leonor Watling: “Leer siempre me ha parecido un superpoder”, porque tiene toda la razón.

El olvido de la filosofía

Pese a la omnipresencia de conceptos filosóficos, existe quien piensa que tenemos muy poca necesidad de cultura y, en concreto, ninguna necesidad de la más aparentemente inútil y menos rentable de las expresiones culturales: la filosofía.

La indiferencia ante la filosofía, una disciplina clave en la historia de la humanidad, tiene consecuencias en la sociedad actual.

Es difícil encontrar una sola disciplina científica, técnica, social o artística cuyos expertos no acaben empleando conceptos filosóficos cuando de lo que se trata es de llevar dichas disciplinas al extremo. Desde la arquitecta hasta el sociólogo, del físico a la abogada, del cocinero a la economista… todos echan mano de la filosofía cuando deciden profundizar en sus disciplinas.

Baste poner algunos ejemplos: cuando un cocinero habla de deconstruir una tortilla de papa, alude a un término acuñado por el filósofo Jacques Derrida. O cuando una arquitecta proyecta una construcción, sus ideas se materializan: no transmiten la misma cosmovisión una vivienda unifamiliar, un rascacielos de cristal o un bloque de viviendas sociales. O cuando un abogado defiende a un cliente, presupone la noción de sujeto de derecho. Las leyes nos dicen mucho acerca de la visión que una sociedad tiene sobre los sujetos que la forman (un tema que apasionaría a un sociólogo). En las sociedades en las que rige la pena de muerte, por ejemplo, la idea que se tiene del individuo y el valor que se le otorga a la vida es muy distinta a aquellas donde la pena de muerte ha sido derogada. Cuando el físico Stephen Hawking dice que “la creación espontánea es la razón de que exista algo, en vez de nada, de que el universo exista, de que nosotros existamos” no está haciendo ciencia, sino filosofía (y bastante ramplona, por cierto).

La filosofía es el pensamiento de todos los otros mundos posibles que están en éste.

Sin embargo, pese a esta omnipresencia de conceptos filosóficos, existe quien piensa que tenemos muy poca necesidad de cultura y, en concreto, ninguna necesidad de la más aparentemente inútil y menos rentable de las expresiones culturales: la filosofía. Lo pensaba en los años noventa el líder republicano estadounidense Newt Gingrich, quien hizo todo lo posible por suprimir el Fondo Nacional para las Artes y el Fondo Nacional para las Humanidades. No lo consiguió. Lo que le ocurría a Gingrich le pasa a mucha otra gente que no termina de ver por qué el Estado (y mucho menos la iniciativa privada) debe invertir en pensamiento. Cuando son el legislador y el gobernante los que no son capaces de ver la importancia de la filosofía. Y cuando no entienden demasiado bien lo decisiva que para una sociedad puede ser esa disciplina, entonces llegamos a la situación actual.

El futuro se presenta sombrío. Quizá por vez primera en la historia vivimos en tiempos de miedos globales: terrorismo, catástrofes naturales, hambrunas, pandemias… La desgracia ha comenzado a deslocalizar sus sucursales. Ante el constante bombardeo mediático de estas realidades, el olvido de la filosofía arrastra a las personas
hacia las respuestas esotéricas, prelógicas y acientíficas, cuando no al fanatismo
religioso o totalitario.

Retos para cada individuo

A diario nos encontramos con dilemas morales que requieren de un razonamiento ético. También nos enfrentamos a situaciones límite sobre las que se ha interrogado la filosofía durante milenios: la muerte, la búsqueda de la felicidad, los límites de la libertad, la construcción de la identidad individual y colectiva… Estos retos afectan a cada individuo, con independencia de su extracción social o formación académica. “La filosofía es para los profanos. Siempre lo fue, ningún filósofo escribió para colegas. Son muchas las personas que desean saber algo más y para ello escuchan programas de radio o de televisión en los que encuentran algo de filosofía, y siguen cursos en los que se les propone un acceso posible a los términos filosóficos”, apunta Maite Larrauri, profesora de esta asignatura en centros públicos de enseñanza media durante 36 años y coautora de la colección de libros Filosofía para profanos (Tàndem Edicions).

Sin embargo, la natural curiosidad de muchas personas que no han tenido la oportunidad de entrar en contacto con la disciplina acaba canalizada en libros de autoayuda. Las listas de superventas se ven copadas por estas temáticas cuya raíz profunda, irreconocible para la mayoría de los lectores, se halla en la filosofía. Y así, junto a autores de éxito, vemos proliferar todo tipo de gurús y coaches, muchas veces admirados por esos defensores de las necesidades del mercado que, paradójicamente, no ven necesaria la Filosofía en los planes de estudio.

Este tipo de refugios (en los que nos parapetamos para huir de los miedos que nos han sido inoculados) son una herramienta de control social, según Maite Larrauri: “El miedo tiene inductores, porque de eso sí que algunos sacan rédito. Ahí sí que hay estrategia, aunque no tenga por qué ser muy elaborada. Hace falta bien poco para meter miedo, basta decirle a un niño que tenga cuidado, que se va a caer, para tener ya el terreno ganado. Kant decía que los dos vicios que la humanidad tiene que sacudirse para progresar son el miedo y la pereza. Para suprimir el miedo, hay que suprimir a los tutores (así los llamaba él) que meten miedo. Los que Kant nombraba eran los médicos, los curas, algunos informadores. Sacudirse esas voces de encima, aprender a escucharse a sí mismo deviniendo sujeto de reflexión y de acción ya es un buen camino para superar los miedos. Las mujeres sabemos de lo que hablamos. ¡Cuántas veces hemos tenido que oír amenazas de caídas, cuántas veces esas amenazas nos han paralizado, cuántas veces nuestras caídas han reforzado el ejemplo del miedo! Y, sin embargo, hemos producido el mayor cambio humano esperanzador en el menor tiempo posible”.

Cambio en las sociedades

No nos enfrentamos sólo a miedos y a dilemas morales de carácter necesariamente negativo, también nos vemos emplazados a pensar la incertidumbre, a intentar procesar el cambio acelerado y multidireccional que están viviendo nuestras sociedades. La filosofía nos puede servir para proponer una descripción de lo que acontece y una prescripción de lo que debería acontecer. Esta evolución social se da tanto en la esfera colectiva como en la más profunda intimidad. Los roles de género están en plena fusión, también las categorías tradicionales de identidad de género. A masculino y femenino se suman transgénero, intergénero, agénero, bigénero, demichicas, demichicos, génerofluido, pangénero, neutrosis… (y lo que se les ocurra esta semana).

Las relaciones interpersonales ya no sólo están mediatizadas por construcciones sociales, lingüísticas y culturales: cada vez está más presente la mediación tecnológica, lo que está obligándonos a repensar conceptos tan asentados como los de amistad, familia, pareja, etcétera. “Uno de los grandes interrogantes del futuro inmediato es cómo se articularán las relaciones personales cara a cara, cómo será nuestra convivencia física”, dijo el filósofo Zygmunt Bauman el año pasado en Madrid.

El olvido de la filosofía arrastra a las personas hacia las respuestas esotéricas, prelógicas y acientíficas, cuando no al fanatismo religioso o totalitario.

Las experiencias inmersivas que ofrece la realidad virtual y los entornos artificiales en 3D están llegando incluso a la esfera sexual. Desconocemos aún los dispositivos de simulación y recreación sensorial del futuro; pero no es absurdo augurar que las relaciones sexuales mediadas por la tecnología acaben arrinconando a las relaciones sexuales tradicionales. Ya dijimos en otra ocasión que incluso la relación del individuo con su propio cuerpo está mediatizada por la tecnología: cada vez hay más artefactos dirigidos a la gestión del descanso, del rendimiento físico, del aseo personal o de la autosatisfacción sexual. Esos aparatos, además, recogen y distribuyen información generando enormes yacimientos de datos, el auténtico petróleo del futuro más inmediato. Ninguno de estos escenarios es ajeno a la filosofía, porque la filosofía es el pensamiento de todos los otros mundos posibles que están en éste.

En definitiva, la filosofía nos permite vivir más intensamente, relacionarnos con los demás y con nosotros mismos y, también, conocer nuestras propias limitaciones, individuales y colectivas. Pero nos permite, sobre todo, pertenecernos a nosotros mismos y a nadie más. En realidad, preguntarse para qué sirve la filosofía es igual que preguntarse para qué sirve bailar. Lo importante es que a nosotros nos encanta hacerlo.

Tecnología y abismos generacionales

Se está viviendo el choque generacional más profundo en la historia de la humanidad, en que las palabras son las mismas, pero la cultura y costumbres muy diferentes.

Cambio tecnológico en aceleración

Una distinción peculiar y muy reciente en el tiempo, y muy de moda: distinguir entre diferentes grupos de edad o generaciones. Que si los “baby boomers”, “Generación X”, Milenials, Centenials o, entre las más recientes, la llamada “Generación Z”. Parece, a primera vista, una serie de clasificaciones sin sentido, irrelevante. No lo es porque hay una distancia importantes, en ocasiones abismal, entre los diversos grupos generacionales. La diferencia en el tiempo, la edad, marca experiencias y actitudes. En cierta forma hay personas que parecen venir de planetas distintos, y es que así es.

Por milenios la humanidad vivió en entornos prácticamente inmutables, con las sucesivas generaciones viendo pocos cambios sustantivos, o ninguno. Pobreza, hambre y enfermedad eran lo habitual. El trabajo era duro y el tiempo de ocio bastante escaso. Mujeres y hombres crecían, se reproducían y morían muchas veces sin alejarse en exceso de su lugar de nacimiento. Eso de viajar era algo exótico, apto para los aventureros y hasta amantes del peligro.

El progreso tecnológico constante e imparable, “normal” en los tiempos actuales, inicia con la Revolución Industrial, esto es, poco más de 200 años, unas ocho generaciones. La revolución en materia de comunicaciones y transportes, aparte de avances científicos de todo tipo ha sido extraordinario, y cada vez más rápido. La actual globalización es mucho más estrecha y en muchos casos veloz, con mucho superior a la experimentada hasta los principios del siglo XX. Esa Revolución Industrial tenía ya más de medio siglo vigente cuando Julio Verne imaginó a un excéntrico inglés dando la vuelta al mundo en 80 días (publicó su famoso libro en 1872). La invención del avión llegaría tres décadas más tarde.

No se trata solo de la tecnología per se, sino además de su accesibilidad y precio. Un receptor de radio, una televisión, no solo eran de un tamaño impresionante (literalmente como un mueble) sino inicialmente artículos de lujo. Una línea telefónica era tan cara que muchos vecinos compartían una. La “supercomputadora” más avanzada en el mundo en 1985, la Cray 2, tenía un disco duro de 2GB y costaba unos 40 millones de dólares a precios de hoy.


Mundos totalmente distintos

Por lo que actualmente en cualquier sociedad conviven personas con conocimientos y experiencias muy distintas. Una persona que nació alrededor de 1942 (esto es, de unos 80 años) leyó periódicos, mandó telegramas, utilizó teléfonos públicos y obtuvo su información de libros impresos la mayor parte de su existencia. Usó durante su vida profesional una máquina de escribir (inicialmente manual, posteriormente eléctrica) y papel carbón en abundancia, aparte del propio papel. Para mandar comunicaciones utilizó la carta (correo “normal”), el telégrafo, télex, fax y a continuación correo electrónico, y actualmente alguna aplicación como WhatsApp. Un joven nacido en 2002 puede considerar la mayoría de esos objetos (y con razón) como piezas de museo, elementos de un pasado (a sus ojos) muy lejano, porque en términos tecnológicos realmente es distante.

Generaciones superpuestas, que conviven cotidianamente, vivieron mundos totalmente distintos. Se está viviendo el choque generacional más profundo en la historia de la humanidad, en que las palabras son las mismas, pero la cultura y costumbres muy diferentes. Para uno es normal llamar por teléfono, el otro puede ofenderse porque no le preguntó antes si le podía llamar. Para una persona mayor hay por lo menos cierto respeto, deferencia, ante otro de más edad; aquella mucho más joven está acostumbrada a tratar por igual a personas mucho menores o mayores. No sabe, ni quizá le interese mucho, si una persona con la que trata virtualmente (por juego, trabajo o por una transacción comercial) es de su edad, 20 años menor o 30 años mayor. En décadas recientes ha habido un “aplanamiento” generacional con respecto al trato cotidiano.


Tres generaciones

En ese sentido, pueden distinguirse realmente tres grupos generacionales que coexisten en la actualidad, por llamarlos de alguna manera:

Los “prenet” o “preredes”: nacidos en 1980 o antes, esto es, llegaron a la edad adulta o muy cerca de ella sin la existencia de internet o el correo electrónico (que inició su explosión a partir de 1995). Los más jóvenes entre los “prenet” tienen actualmente más de 40 años.

Los “postnet” o “postredes”: nacidos entre 1980 y 2005. Para ellos internet ya es algo absolutamente normal, con todo lo que ello implica. Los más jóvenes entre los postnet rozan ya la edad adulta.

Los “iphone”: nacidos a partir de 2005, son aquellos que no solo crecen con internet, sino crecientemente rodeados de teléfonos inteligentes. No es que tengan acceso a todo el conocimiento de la humanidad al alcance de sus dedos en una computadora, es que cargan ese computadora en el bolsillo (Steve Jobs presentó el primer teléfono inteligente el 29 de junio de 2007).

Estas son las generaciones que actualmente conviven, se apoyan o chocan, en un mundo que seguirá cambiando a una velocidad todavía más vertiginosa. Quizá la siguiente generación será la “meta”, aquella que tendrá la posibilidad de evadirse por completo al mundo paralelo, pero al cabo inexistente, del llamado metaverso.

Los “postnet” o “postredes”: nacidos entre 1980 y 2005. Para ellos internet ya es algo absolutamente normal, con todo lo que ello implica. Los más jóvenes entre los postnet rozan ya la edad adulta.

Los “iphone”: nacidos a partir de 2005, son aquellos que no solo crecen con internet, sino crecientemente rodeados de teléfonos inteligentes. No es que tengan acceso a todo el conocimiento de la humanidad al alcance de sus dedos en una computadora, es que cargan ese computadora en el bolsillo (Steve Jobs presentó el primer teléfono inteligente el 29 de junio de 2007).

Estas son las generaciones que actualmente conviven, se apoyan o chocan, en un mundo que seguirá cambiando a una velocidad todavía más vertiginosa. Quizá la siguiente generación será la “meta”, aquella que tendrá la posibilidad de evadirse por completo al mundo paralelo, pero al cabo inexistente, del llamado metaverso.

Fuente: Arena Pública

Sergio Negrete Doctor en Economía por la Universidad de Essex, Reino Unido. Licenciado en Economía por el ITAM. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Profesor-Investigador en el ITESO. Fue funcionario en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en el Gobierno de México. 

Abuso Infantil: ¿ ya le enseñaste a tu hijo a protegerse?

Nos da miedo que nuestros hijos sean víctimas de abuso sexual, pero no les enseñamos a cómo defenderse y denunciarlo.

A las mamás nos preocupa que nuestros hijos vayan a ser víctimas de abuso sexual, ya que sabemos que desgraciadamente es algo que sucede mas de lo que desearíamos, mas de lo que debería. Es un tema complejo pero que me parece que es importante reflexionar al respecto. Empezando por entender qué es abuso sexual.

Recuerdo haber leído una invitación a un congreso de importantes asociaciones psicoanalíticas donde lo definían como un acto donde una de las partes no daba su consentimiento. ¡Qué horror, que barbaridad! Pensé yo, que instituciones serias definan así el abuso sexual. También pensé en casos clínicos, si una pequeña de 5 años no le dice a su padre que no la toque, ¿no es abuso?

Si una mayor de edad de 20 años, con síndrome de Down, no le dice que no a su tío, ¿no es abuso? Por supuesto que sí, infame, despreciable, condenable, abuso… un delito. En otra ocasión ví un video destinado a prevenir el abuso sexual que les enseñaba a los niños qué hacer ante tal situación. En este, el acosador era un dibujo de un hombre feo y obscuro, casi chango.

¡Qué terrible! Pensé yo, muchas veces, la mayoría de hecho, el pederasta y agresor sexual es alguien cercano y hasta querido por el niño. 

Abuso Infantil: Aprender a hablar y decir no

Por eso hay que hablar con los niños. Hay que explicarles que su cuerpo tiene partes privadas que son las que tapa el traje de baño. Que absolutamente ningún adulto puede tocar sus partes íntimas, sólo el doctor si es que algo le pasa y lo tiene que revisar.https://d-3624307368763238629.ampproject.net/2207071723000/frame.html

Pero que en ese caso estarán mamá y/o papá con él. Pero fuera de eso no importa si es el tío favorito, el amigo de la familia juguetón, nadie puede tocar sus partes privadas. Que, si eso sucediera, él o ella tienen que gritar fuerte ¡NO, no me toques! Y correr para alejarse de ahí y contárselo a un adulto de su confianza. 

Como los pederastas son muy hábiles, los amenazan exigiéndoles que guarden el secreto. Es importante explicarles que hay secretos buenos y secretos malos. Los secretos buenos llegan un momento en que ya los decimos y todos nos ponemos contentos. Como cuando compramos un regalo sorpresa para papá.

Los secretos malos no se dicen y nos hacen sentir mal. Si alguien le pide guardar un secreto que lo hace sentir mal es muy importante que lo cuente a quién le tenga confianza. Si nos preocupa el tema del abuso sexual, es mejor ocuparnos hablando con nuestros hijos.

Si les explicas en estos términos ellos entienden perfecto. La información los fortalece para así evitar que sean víctimas de algún enfermo perverso.

Autora: Laura Elena Gerdingh

Fuente