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En la vida todo llega, todo pasa y todo cambia

Al principio somos como niños ansiosos. Queremos que todo llegue lo antes posible, soñamos con devorar experiencias, con exprimir la vida. Más tarde llegan los triunfos, las desilusiones, las piedras en el camino… No obstante, de eso trata la vida, de avanzar, de asumir cambios y ser humildes en todo ese maravilloso trayecto vital.

 

¿Quién no ha querido alguna vez que algo llegue lo más pronto posible? ¿Y quién no ha deseado en alguna ocasión que un momento fuera eterno, que el tiempo se detuviera ahí mismo como esas rocas que se alzan firmes en medio del océano?

No importa, porque los buenos momentos siempre se quedarán impresos en nuestra memoria. El hombre, por así decirlo, está hecho de recuerdos y nos pasamos gran parte del día evocando buenos y malos instantes.

Admitir que nuestra vida discurre un poco más cada día y que avanza con un tic-tac que nadie puede detener, es sin duda algo que nos asusta y que nos obliga a reflexionar. No obstante, no hay que tener miedo a ese camino, a ese avanzar.

Todos somos breves inquilinos es este mundo imperfecto lleno de cosas maravillosas. No hay que tenerle miedo a los años, sino a la vida no vivida, a los años vacíos huecos de emociones, de triunfos y por qué no, también de fracasos nunca experimentados. Esos de los que tanto aprendemos.

Reflexionemos hoy brevemente sobre este avanzar de nuestra existencia, hablemos de esos aspectos permanentes que debemos cuidar cada día para llevar una vida más plena.

En la vida todo cambia, excepto las esencias

En efecto, podríamos decir que en esta vida todo llega, todo pasa y todo cambia. No obstante, hay algunos elementos que deben ser puntos fijos en nuestro microuniverso particular:

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Tu autoestima, tu necesidad por aprender e ilusionarte

El amor, el respeto, la dignidad y nuestra necesidad por cultivar el crecimiento personal, deben ser pilares esenciales en tu día a día. Veletas que guiar con fuerza y entereza tu camino, sea cual sea.

Hay veces en que en esta extensa aventura vital, declinamos muchos de estos aspectos en favor de otras personas. Hay quien prioriza en algún momento de su vida a sus parejas hasta tal punto, que se olvida de uno mismo.

Y si bien todo es justificable si los sentimientos son intensos, hay que saber mantener el equilibrio. Ofrecernos a los demás hasta el punto de olvidar nuestras necesidades, nos hará caer tarde o temprano en la frustración, y por tanto dejaremos de avanzar.

Cuando pierdes tu capacidad por ilusionarte, cuando tus días están aferrados a la preocupación o la insatisfacción, tu vida ha dejado de avanzar. El peso que acumulas te arraiga ya al sufrimiento. Respira, relativiza todo lo que te aferra y rompe las cadenas que creas necesarias…

Puede que pienses también que otro aspecto que no debe cambiar a lo largo de nuestra vida, son sin duda los valores. Bien, sin lugar a dudas existirán esos esquemas básicos que nunca romperemos, como es el respeto a uno mismo y a los demás, la honestidad, la valentía…

Ahora bien, dentro de este avanzar vital, todos podemos llegar a hacer pequeños cambios en nuestra personalidad e incluso en nuestra escala de valores de acuerdo a las experiencias vividas. Y todo será sin duda para bien porque forma parte del proceso de aprendizaje y de crecimiento.

No le tengas miedo a los cambios, son anclas que rompemos para avanzar con un poco más de sabiduría de acuerdo a los actos vividos.

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El amor que nos trasciende

El amor que sentimos por los nuestros, por nuestra familia, por nuestra pareja o nuestros hijos, son también puntos fijos en nuestra esencia vital.

Ahora bien, el amor no es una entidad estable en el tiempo. También el amor se trasforma y se adapta. Un ejemplo de ello es nuestra propia relación de pareja.

Los dos miembros deberán ir adaptando a los cambios vitales que van surgiendo a lo largo del tiempo: los cambios de trabajo, la llegada de los hijos, el equilibrar el crecimiento individual con el crecimiento de la propia pareja.

Todo ello son momentos que van a exigir nuestra dedicación, nuestra sabiduría y la capacidad de ir avanzando siendo dos personas en una misma unidad existencial. Compartimos esas mismas raíces nutridas por el amor, pero alzamos nuestras ramas personales para seguir creciendo personalmente.

Claves para asumir los cambios con sabiduría

– Tú eres la prioridad, el protagonista de tu vida y eres importante dentro de tu mundo. No te aferres a los miedos o a la indecisión porque a largo plazo, llegará la frustración, el lamento por una vida no vivida.

– Nunca dejes de cuidar a ese “niño interior“. Debes ilusionarte por ti y por la vida, ser espontáneo dentro de toda la sabiduría que has adquirido. Disfruta de las cosas sencillas, ama, experimenta, atrévete.

No te ancles a los errores del pasado ni te alimentes de nostalgias, la vida no espera a quien se detiene en sus propias oscuridades. La vida busca luz y su propia libertad, permítete crecer con ella, con optimismo, con ilusión y sencillez.
https://lamenteesmaravillosa.com/en-la-vida-todo-llega-todo-pasa-y-todo-cambia/

15 frases célebres de Arthur Schopenhauer

Las religiones eran para él la metafísica del pueblo.

Arthur Schopenhauer (1788 – 1860) fue un filósofo alemán, ateo declarado y abanderado del pesimismo profundo.

De madre escritora y padre comerciante, su contacto con el mundo de las letras le permitió conocer a personalidades de la talla de Goethe. En 1809 comenzaría la carrera de medicina en la Universidad de Gotinga, pero conocer al profesor de filosofía Gottlob Schulze, supuso un cambio radical en su visión de la vida y se volcó por entero al estudio de Platón, Kant, Spinoza o Aristóteles. Lector incansable, Schopenhauer presentaría su tesis “Über die vierfache Wurzel des Satzes vom zureichenden Grunde” (Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente) en 1813, consiguiendo el nombramiento de Doctor por la Universidad de Jena.

Consiguió una plaza -aunque por un breve espacio de tiempo- como profesor en la Universidad de Berlín, no sin la confrontación directa con Hegel, que por aquel entonces ya gozaba de gran popularidad. Su enfrentamiento con Hegel llevaría a encuadrar su filosofía como “antihegeliana” .

En su planteamiento filosófico, Schopenhauer sostenía que mediante la introspección era posible acceder al conocimiento esencial del yo, lo que denominó “voluntad” o “voluntad de vivir”. Así, la voluntad, se podía manifestar en todos los estratos del mundo natural, desde una piedra hasta el propio hombre, simbolizando en esencia un impulso carente de motivos o fundamentos.

 

Su trabajo más famoso fue “Die Welt als Wille und Vorstellung” (El mundo como voluntad y representación) y representa una de las cumbres del idealismo occidental, y el pesimismo profundo que posteriormente podremos ver en autores como León Tolstói, Friedrich Nietzsche, Sigmund Freud, Jorge Luis Borges o Pío Baroja.

 

Murió de neumonía a los 72 años de edad.

 

Os dejamos con sus frases más célebres:

“La felicidad es solamente la ausencia del dolor”.

“La vida es sólo la muerte aplazada”.

“El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales”.

“Cada partida es una anticipación de la muerte y cada encuentro una anticipación de la resurrección”.

“A excepción del hombre, ningún ser se maravilla de su propia existencia”.

“De vez en cuando se aprende algo, pero se olvida el día entero”.

“El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos”.

“Hay seres de los que no se concibe cómo llegan a caminar sobre dos piernas, aunque eso no signifique mucho”.

“La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes”.

“Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de la oscuridad para brillar”.

“No hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige”.

“Pocas veces pensamos en lo que tenemos; pero siempre en lo que nos falta”.

“Se dice que la maldad se expía en aquel mundo; pero la estupidez se expía en éste”.

“Toda vida es sufrimiento”.

“Los hombres vulgares sólo piensan en cómo pasar el tiempo. Un hombre inteligente procura aprovecharlo”.

http://www.muyinteresante.es/cultura/arte-cultura/articulo/15-frases-celebres-de-arthur-schopenhauer-951442837893

Cuando los padres iban a desconectar los aparatos que mantenían vivo a su hijito de 3 años… ¡el milagro!

La vida, muchas veces, sólo pide un poco más de esperanza

Mike y Kerry Askin tuvieron que tomar la decisión más difícil de toda su vida: los órganos de su hijito de 3 años, Dylan, enfermo de cáncer de pulmón, estaban empezando a fallar gravemente cuando los médicos propusieron algo que los dejó en estado de shock.

La decisión que estaba en las manos y en el corazón de aquellos jóvenes padres era brutal: mantener al pequeño Dylan vivo y sufriendo sin posibilidades de cura o decir adiós anticipadamente a su hijo y autorizar desconectar los aparatos.

“Estaba muy claro que él estaba sufriendo. El nivel de oxígeno había descendido mucho cuando ellos nos pidieron que tomáramos la decisión de desconectar los aparatos”, cuenta Kerry.

Sin esperanza, ella y el marido aceptaron aquella que parecía ser la única opción viable para su hijito que tanto sufría: dejarlo partir, dejarlo, finalmente, descansar en paz.

Pero entonces sucedió lo inexplicable:

Minutos antes de que los aparatos fueran desconectados, para sorpresa de los médicos, lo que había sido totalmente descartado se concretó: repentinamente, Dylan recobró los sentidos y el movimiento, mientras un médico regresaba con los resultados de un examen de sangre del niño. Sus órganos ya no estaban fallando.

La salud del pequeño empezó a estabilizarse y a mejorar progresivamente al punto que Dylan hoy es un niño lleno de vida como cualquier otro, amado y siempre procurado por sus padres, padres amorosos y trabajadores que, en un momento de desesperación frente al sufrimiento de su hijo, estuvieron a punto de perderlo a causa de la presión de una cultura cada vez más es incapaz de luchar por la vida con toda la fuerza de la esperanza.

Y la vida, muchas veces, ¡sólo pide un poco más de esperanza!

Por Best of Web

 

Cuando los padres iban a desconectar los aparatos que mantenían vivo a su hijito de 3 años… ¡el milagro!

Aquel triste día en que me volví invisible para todos

Enternecedora carta sobre el sentimiento de soledad de una anciana

No sé que día es; en esta casa no hay calendarios, y en mi memoria los días están hechos una maraña; me acuerdo de esos calendarios grandes, unos primores, ilustrados con imágenes de los santos, que colgábamos al lado del tocador.

Ya no hay nada de eso, todas las casa antiguas han desaparecido; y yo, yo también me fui borrando sin que nadie se diera cuenta.

Primero me cambiaron de recámara, pues la familia creció; después me pasaron a otra aún más pequeña, acompañada de una de mis biznietas; ahora ocupo el cuarto de los trebejos, el que está en el patio de atrás. Prometieron cambiarle el vidrio roto de la “ventana” pero se les olvidó, y todas las noche por allí se cuela el vientecillo helado que aumenta mis dolores reumáticos.

Desde hace mucho tiempo tenía intenciones de escribir, pero me he pasado semanas buscando una pluma, y cuando al fín la encontraba, yo misma volví a olvidar en donde la había puesto. A mis años, las cosas se pierden fácilmente; claro que es una enfermedad de ellas, de las cosas, porque yo estoy segura de tenerlas, pero siempre se desaparecen.

Cuando les hablo a mis nietos o a mis hijos, no me contestan; todos platican sin mirarme, como si yo no estuviera con ellos, escuchando atenta lo que dicen; a veces intervengo en la plática, segura de lo que voy a decirles no se le ha ocurrido a ninguno, y que les van a servir de mucho mis consejos. Pero, no me oyen, no me miran, no me responden; entonces, llena de tristeza, me retiro a mi cuarto antes de terminar de tomar la taza de café; lo hago así, de pronto, para que comprendan de que estoy enojada, para que se den cuenta de que me han ofendido y vengan a buscarme y me pidan perdón; pero nadie viene.

El otro día les dije que cuando me muriera entonces sí que me iban a extrañar; el niño más pequeño dijo : “¿Ah pero tu estas viva, Abue?”; les cayó tan en gracia, que no paraban de reír.

Tres días estuve llorando en mi cuarto, hasta que una mañana entró uno de los muchachos a sacar unas llantas viejas y ni los buenos días me dio; fue entonces que me dí cuenta de que soy invisible, me paro en medio de la sala para ver si aunque estorbe pero mi hija sigue barriendo sin tocarme, los niños corren a mi alrededor, de un lado para otro, sin tropezar conmigo.

Cuando mi yerno se enfermó tuve la oportunidad de serle útil; le llevé un té especial que yo misma le preparé; se lo puse en la mesita y me senté a esperar a que se lo tomara; solo que siguió viendo la televisión haciendo como que no se daba cuenta de mi presencia; el té, poco a poco, se fue enfriando; mi corazón también.

Un viernes se alborotaron los niños y me vinieron a decir que al día siguiente nos iríamos todos de día de campo; me puse muy contenta; ¡hacía tanto tiempo que no salía, y menos al campo! El sábado fui la primera en levantarme; quise arreglar mis cosas con calma; los viejos nos tardamos mucho en hacer cualquier cosa, así que me tomé mi tiempo para no retrasarlos. Al rato entraban y salían de la casa corriendo y echaban bolsas y juguetes al coche; yo ya estaba lista y, muy alegre, me paré en el zaguán a esperarlos.

Cuando arrancaron y el auto desapareció envuelto en el bullicio, comprendí que yo no estaba invitada, tal vez porque no cabría en el coche o porque mis pasos tan lentos impedirían que todos los demás corretearan a gusto por el bosque; sentí como mi corazón se encogió. La barbilla me temblaba como cuando una ya no se aguanta las ganas de llorar; vivo con mi familia y cada día me hago más vieja, pero cosa curiosa, ya no cumplo años; nadie me lo recuerda; todos están ocupados… Yo los entiendo, ellos sí hacen cosas importantes.

Ríen, gritan, sueñan, lloran, se abrazan, se besan; yo ya no sé a que saben los besos; antes me besuqueaban los chiquitos, era un gusto enorme el que me daba tenerlos en mis brazos, como si fueran míos; sentí su piel tiernita y su respiración dulzona muy cerca de mí. La vida nueva se me metía como un soplo y hasta me daba por cantar canciones de cuna que nunca creía recordar; pero un día, mi nieta Margarita, que acababa de tener a su bebé, dijo que no era bueno que los ancianos besaran a los niños por cuestiones de salud; ya no me le acerqué más, no fuera a ser que que les pasara algo malo a causa de mis imprudencias; ¡Tengo tanto miedo de contrariarlos!

Yo los bendigo a todos y les perdono, porque ¿Que culpa tiene los pobres de que yo me haya vuelto invisible?

Ojalá que el día de mañana, cuando ellos lleguen a viejos… Sigan teniendo esa unión entre ellos para que no sientan el frío ni los desaires.

  • Que tengan la suficiente inteligencia para aceptar que sus vidas ya no cuentan, como me lo piden.
  • Y Dios quiera que no se conviertan en “viejos sentimentales que todavía quieren llamar la atención”.
  • Y que sus hijos no los hagan sentir como bultos para que el día de mañana no tengan que morirse estando muertos desde antes… como yo.

Silvia Castillejos

Artículo originalmente publicado por pildorasdefe.net

 

Aquel triste día en que me volví invisible para todos

No hay dictadores buenos y malos

Fidel, que Satanás te tenga en su gloria

El dictador cubano Fidel castro, en enero de 2003. (Getty)
Pocos viajes recuerdo tan nítidamente como el que hice a Cuba hace más de tres lustros en el marco de una visita oficial. No hicieron falta ni 24 horas para percatarme de que el que algunos definían como “paraíso comunista” no era sino una auténtica ratonera. Un laberinto en el que, para empezar, la gente mira a proa, babor, estribor y popa antes de soltar la más mínima crítica a un Gobierno que lleva oprimiéndoles desde el 31 de diciembre de 1958. Por eso ayer alucinaba al contemplar TVE y observar cómo el 95% de los testimonios recabados por la corresponsal en La Habana era favorable al tirano. Nada que ver con lo que un servidor experimentó a pie de obra en 1997 y en 2000. Me topé con muchos más anticastristas que castristas. En una proporción de cinco a uno.
Ruina económica, ruina moral y ruina social. En ambas ocasiones paré únicamente en la capital. Una bellísima ciudad que destaca por sus edificios coloniales semiderruidos o derruidos, el sinfín de jineteras en el malecón (muchas de ellas con aspecto de no haber superado la mayoría de edad) y el hambre que pasan unos niños a los que se les marcan las costillas en sus ínfimos cuerpecillos. Las medicinas más elementales brillaban y brillan por su ausencia, no había ni hay pasta de dientes en los supermercados (es un producto de lujo sólo al alcance de la dolarizada nomenclatura), tampoco cuchillas de afeitar, ni algo tan elemental como papel higiénico. Hablo de la Cuba castrista pero bien podría hablar en idénticos términos, sin cambiar una sola coma, de la Venezuela de los amigos y financiadores de Pablemos.
No hay internet, no vaya a ser que a la gente le dé por pensar libremente, los gays son encarcelados por el mero hecho de haber elegido esa opción sexual y los escritores son permanentemente censurados cuando no enchironados. Infinidad de muchachos y muchachas se prostituye para tener dinero con el que adquirir en el mercado negro productos alimenticios esenciales. Por no hablar de los apagones que padecen los vecinos habaneros noche sí, noche también.

Tuve también oportunidad de certificar en persona que eran un cuento chino los mitos exculpatorios que buscó la izquierda europea cuando se supo que su ídolo asesinaba, reprimía y obligaba a sus compatriotas a poner pies en polvorosa en busca de un futuro digno. “Sí, no hay democracia en Cuba, pero la Sanidad y la Educación son de un altísimo nivel”, defendía el argumentario de socialistas y comunistas españoles y demás países comunitarios.

No me lo contaron. Mis ojos vieron la calidad de los hospitales y ambulatorios cubanos. Los centros sanitarios de nuestra dictadura en los años 50 nada tendrían que envidiar a los que visité en La Habana: sucios, desvencijados y con un material oxidado y con pinta de pegarte los siete males si no te quedaba otro remedio que tener que pasar por las manos de un matasanos local. También tuve la fortuna como periodista y la desventura como ser humano de certificar que los colegios cubanos eran centros de lavado de cerebro. Al más puro estilo soviético, chino o norcoreano. Auténtica basura desde el punto de vista ético, moral y educativo.

Tan bueno era mi gato que no cazaba ratones. Excelente, muy excelente o excelentísima debe de ser la Sanidad cubana… pero no para Fidel Castro Ruz. Cuando el presidente vitalicio empezó su declive y estuvo a punto de irse al otro barrio en 2006 llamaron al Cristiano Ronaldo de la cirugía española, el doctor García Sabrido, para que sacara las castañas del fuego. Tres cuartos de lo mismo sucedió cuando otro asesino, Hugo Chávez, acudió a La Habana para tratarse de la enfermedad antesala de la parca que le sobrevino en 2013.

Los números del sátrapa al que ayer lloraban y loaban Iglesias, Carmena, Errejón, Garzón y cía no son precisamente como para sacar pecho o enorgullecerse. Se trata de uno de los mayores asesinos y liberticidas de la historia reciente. Un total de 2.013.155 cubanos tuvieron que exiliarse a Estados Unidos para respirar libertad. Muchos de estos balseros no llegaron a las costas yanquis al hundirse sus frágiles embarcaciones en un trayecto no demasiado largo, 150 kilómetros, pero plagado de tiburones y pasto habitual de huracanes y toda suerte de tormentas tropicales. El Estrecho de la Florida se ha tragado a miles de personas que sólo querían pronunciar ocho letras: “¡LIBERTAD!”.

El comandante al que hoy ensalzan vomitivamente periodistas, políticos y culturetas varios ordenó asesinar a 8.556 disidentes. Tres mil ciento dieciocho de ellos fueron ejecutados por pelotones de fusilamiento, 2.036 asesinados extrajudicialmente, 1.301 murieron a manos de pistoleros del régimen y 18 perecieron en huelgas de hambre en prisión. El resto simplemente desaparecieron, mejor dicho, los desaparecieron, se suicidaron o se accidentaron.

Las otras estadísticas, las económicas, se resumen en miseria, miseria y más miseria. Toneladas de miseria. La renta per cápita es de 5.712 euros frente a los 28.190 de los españoles, los 50.070 de los estadounidenses o los 13.606 de los venezolanos. De todo esto no escucharán decir nunca ni mu a los Iglesias, Errejón, Carmena, Garzón y demás apóstoles del totalitarismo.

Y a los que mantienen que el castrismo ya no es lo que era hay que puntualizarles y combatirles nuevamente con las estadísticas en la mano: los presidios locales acogen en estos momentos 93 presos políticos, prácticamente la misma cifra que en la Venezuela de esos más amigos de Podemos que son sus jefes bolivarianos. Y lejos de menguar, las detenciones por motivos políticos se han disparado desde que gobierna Raúl Castro, tan dictador y tan asesino como su diabólico hermano. Si en 2010 detuvieron a 2.074 personas por razones políticas, en 2015, cinco años después, les pusieron los grilletes a 8.616.

Datos todos ellos que ignoró un Barack Obama cuya labor en lo económico es tan encomiable como detestable en política internacional. El mundo libre jamás perdonará al presidente demócrata que blanqueara el totalitarismo sanguinario cubano sin una sola concesión a cambio. Ocho meses después de aquel acontecimiento que se visualizó en el viaje de marzo de este año, los cubanos padecen el mismo nivel de persecución política que antes, los derechos humanos continúan siendo una utopía y la pobreza (eso sí que es pobreza, querido Pablete) es más lacerante si cabe que antaño. El inquilino del Despacho Oval ni siquiera tuvo la decencia de exigir la democratización del país y la puesta en libertad de los presos políticos antes de tender la mano a esta monarquía absoluta hereditaria. Conclusión: la dictadura venció por goleada a la democracia y hoy hay más represión que hace una década.

El castrismo es un símbolo de la mentira en que vivimos en una España en la que lo normal es lo anormal, lo anormal lo normal, la realidad una irrealidad y la irrealidad la realidad. La corrección política es la izquierda y el buenismo tiene paralizado, atado de pies y manos, al centroderecha. La pusilanimidad de la España liberal provoca, por ejemplo, que las dictaduras se dividan en buenas y malas. Buenas, por supuesto, las de izquierda; malas, las de derechas, evidentemente. Cuando cualquier demócrata de pro y cualquier individuo decente sabe que no hay dictaduras buenas o menos malas porque son todas malísimas de maldad.

Para muestra de cuanto digo, un botón. Las reacciones han sido de coña. Desde la extrema izquierda al centroderecha, pasando por unos Ciudadanos que han dado una de cal y otra de arena. Mariano Rajoy ha evitado llamarle dictador, le ha catalogado como “una figura de calado histórico”, Margallo ha señalado que “deja una huella muy importante” y Pedro Sánchez ha zanjado el dilema con una obviedad tautológica (es decir, una perogrullada al cubo): “Es el final de una etapa”. Muy propio de él. Ni uno se ha limitado a subrayar lo más elemental: que era un repugnante tirano y asesino, amén del jefe del narcotráfico en la Isla.

Las excepciones que confirman la regla son Esperanza Aguirre y Andrea Levy que han llamado “pan” al pan y “vino” al vino. La veterana política madrileña y la esperanza blanca popular han mandado a freír espárragos el buenismo, el lugar común, la corrección política, el complejo y los mieditos para decir nada más y nada menos que la verdad. El de hoy es, asimismo, momento para recordar a Ángel Carromero, que sabe lo que son las cárceles cubanas porque pasó en ellas casi medio año. Las cubanas… ¡¡¡y también las españolas!!! porque cuando puso pie en territorio español el Gobierno popular no le libró de pasarse otros dos meses en la sombra en la prisión de Segovia y en la Victoria Kent. Su delito: conducir el coche en el que murió el jefe de la disidencia interna, Oswaldo Payá. Sufrieron un accidente de tráfico.

No me resigno ni a la corrección política, ni al buenismo, ni al pensamiento único, ni a que haya dictaduras buenas y malas. Y por eso afirmo bien alto y bien claro que la muerte de Fidel Castro es una buena noticia. Donde mejor están los dictadores es en el hoyo o en el exilio. Los demócratas no recordaremos el black friday del 25 de noviembre como la jornada en que la espichó el asesino sino como un día de fiesta para el mundo libre en general y para los cubanos en particular que comienzan a divisar una miaja de luz al final del interminable túnel. Cada dictador que desaparece amplía el perímetro de la LIBERTAD. Que Satanás guarde en su gloria a este psicópata.

Sexalescencia

Si vemos con cuidado podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene alrededor de sesenta años:

Los sexalescentes pertenecen a una generación que ha echado fuera del idioma la palabra «sexagenario», porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de envejecer.

Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la «adolescencia», que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del S. XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.
Este nuevo grupo humano que hoy ronda los sesenta o setenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria.

Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura latinoamericana le dio durante décadas al concepto del trabajo. Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganan la vida con eso. Supuestamente debe ser por esto que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse. Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad, crecen desde adentro. Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale mirar el mar con la mente vacía o ver volar una paloma desde el 5º piso del departamento.
Dentro de ese universo de personas saludables, curiosas y activas, la mujer tiene un papel rutilante. Ella trae décadas de experiencia de hacer su voluntad, cuando sus madres habían sido educadas a obedecer y ahora pueden ocupar lugares en la sociedad que sus madres ni habrían soñado en ocupar.

Esta mujer sexalescente pudo sobrevivir a la borrachera de poder que le dio el feminismo de los 60′, en aquellos momentos de su juventud en los que los cambios eran tantos, pudo detenerse a reflexionar qué quería en realidad.

Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras que siempre habían sido exclusivamente masculinas, algunas estudiaron una carrera universitaria junto con la de sus hijos, otras eligieron tener hijos a temprana edad, fueron periodistas, atletas o crearon su propio «YO, S.A.». Este tipo de mujeres nacidas en los 50s. no son ni por equivocación las clásicas «suegras» que quieren que los hij/as les estén llamando todos los días, porque ellas tienen su propia vida y ya no viven a través de la vida de los hijos. Su camino no ha sido fácil y todavía lo van diseñando cotidianamente.

Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de «sesenta o setenta»», hombres y mujeres, maneja la compu como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben, y se ven, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos y les escriben un e-mail con sus ideas y vivencias.

Por lo general están satisfechos de su estado civil y si no lo están, no se conforman y procuran cambiarlo. Raramente se deshacen en un llanto sentimental. A diferencia de los jóvenes; los sexalescentes conocen y ponderan todos los riesgos. Nadie se pone a llorar cuando pierde: sólo reflexiona, toma nota, a lo sumo… y a otra cosa.

La gente mayor comparte la devoción por la juventud y sus formas superlativas, casi insolentes de belleza, pero no se sienten en retirada. Compiten de otra forma, cultivan su propio estilo…

Ellos, los varones no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, o de los que lucen un traje Armani, ni ellas, las mujeres, sueñan con tener la figura tuneada de una vedette. En lugar de eso saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia.

Hoy la gente de 60 o 70, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente de 60 y 70 de hoy celebra el Sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo…hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que sólo conocen los que han sabido aprovechar con gracia, apertura y estilo toda la experiencia y la sabiduría que los años han aportado a su vida.

Vargas Llosa: A Fidel Castro no lo absolverá la historia

A Fidel Castro no lo absolverá la historia”. El premio Nobel Mario Vargas Llosa lo dice en plena sorpresa.
Nobel, El Club de los Libros Perdidos, Mario Vargas Llosa, Fidel Castro, Revolución, Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Cuba

Acaba de enterarse por EL PAÍS de la muerte del líder cubano. Son las ocho de la mañana del sábado en Guadalajara (México). El escritor peruano pide tiempo para meditar sobre el artículo que escribirá para este periódico, pero avanza una opinión aún sin reponerse de un hecho que forma la médula de todas las conversaciones entre escritores y editores que acuden a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la más importantes del mundo en español.

   Vargas Llosa lleva aún ropa de gimnasia. Ha hecho algo de deporte antes de asistir al homenaje que se le va a rendir por sus 80 años. “Soy el último superviviente del boom de la literatura hispanoamericana”, se ríe el escritor antes de dar un sorbo a su café con muy poca leche y lanzar su primera reflexión.

Nobel, El Club de los Libros Perdidos, Mario Vargas Llosa, Fidel Castro, Revolución, Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Cuba

“Espero que esta muerte abra en Cuba un período de apertura, de tolerancia, de democratización. La historia hará un balance de estos 55 años que acaban ahora con la muerte del dictador cubano. Él dijo que la historia le absolverá. Y yo estoy seguro de que a Fidel no lo absolverá la historia”.

Vargas Llosa fue uno de los intelectuales latinoamericanos que vio en la revolución cubana una luz democratizadora. Llegó a formar parte del grupo de escritores que visitaban a Castro, pero pronto se decepcionó. La persecución a los disidentes le horrorizó. No sólo se represaliaba, recuerda el Nobel, por las ideas políticas, sino también por la orientación sexual: incluso si eran partidarios del régimen: “A los homosexuales, Castro los llamaba enfermitos”.

Fuente: El Club de los Libros Perdidos.

Sobre ignorantes e ignorantas

Carta de una Profesora con acertadísima y lapidaria frase final. Este texto fue escrito por una profesora de un instituto público, por eso su opinión es importante y hay que escucharla.

SOBRE IGNORANTES E IGNORANTAS: Carta de una Profesora con acertadísima y lapidaria frase final.
Yo no soy víctima de la Ley Nacional de Educación.

Tengo 60 años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política.

En jardín (así se llamaba entonces lo que hoy es «educación infantil», mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente:
la A de «araña», la E de «elefante», la I de «iglesia» la O de «ojo» y la U de «uña».

Luego, cuando eras un poco mayor, llegaba «Semillitas», un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto.
Eso sí, en el Semillitas, no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos.

En Primaria estudiábamos Lengua , Matemáticas , Ciencias, no teníamos Educación Física.
En 6º de Primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de «b en vez de v» o cinco faltas de acentos, te bajaban y bien bajada la nota.

En Bachillerato, estudié Historia de España, Latín, Literatura y Filosofía.

   Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las «Coplas a la Muerte de su Padre» de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda…

Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección.

Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.

Y.. vamos con la Gramática.

En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales.
El participio activo del verbo atacar es «atacante«;
el de salir es «saliente»; el de cantar es «cantante» y el de existir,»existente«.

 ¿Cuál es el del verbo ser?Es «ente«, que significa «el que tiene identidad«, en definitiva «el que es». Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación «ente«.

Así, al que preside, se le llama «presidente» y nunca «presidenta»,independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.

De manera análoga, se dice «capilla ardiente«, no «ardienta«; se dice»estudiante«, no «estudianta«; se dice «independiente» y no «independienta«; «paciente«, no “pacienta«; «dirigente«, no «dirigenta«; «residente«, no «residenta”.

Y ahora, la pregunta: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son «periodistos»), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española?Creo que por las dos razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).

Les propongo que pasen el mensaje a vuestros amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no «ignorantas semovientas», aunque ocupen carteras ministeriales).

Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!

Si este asunto no te da igual, ¡compártelo! Con suerte y lo leen algunos políticos.

Porque no es lo mismo tener «UN CARGO PÚBLICO» que ser «UNA CARGA PÚBLICA».

Fuente:

El presidente electo de EE.UU. Donald Trump califica al fallecido Fidel Castro de "brutal dictador" que "oprimió a su propio pueblo"

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Un «brutal dictador» que «oprimió a su propio pueblo».

Así describió el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, al líder cubano Fidel Castro, quien falleció este viernes a los 90 años de edad en La Habana.

En un comunicado hecho público este sábado por la oficina de transición presidencial de Trump, el magnate dijo también que su gobierno hará «todo lo posible para asegurar que el pueblo cubano pueda iniciar finalmente su camino hacia la prosperidad y libertad».

Según Trump, Castro deja «un legado de fusilamientos, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y negación de derechos humanos fundamentales».

«Si bien Cuba sigue siendo una isla totalitaria, mi esperanza es que hoy marque un alejamiento de los horrores soportados durante demasiado tiempo y hacia un futuro en el que el maravilloso pueblo cubano finalmente viva en la libertad que tanto merece», se lee en el comunicado.

Durante la pasada campaña electoral estadounidense, Trump también prometió «dar marcha atrás» a las «concesiones» hacia Cuba iniciadas por el gobierno de Barack Obama, pero los expertos ven improbable que frene en seco el deshielo iniciado a finales de 2014.

«Emociones poderosas»

Obama también emitió este sábado un comunicado en el que asegura que la historia «registrará y juzgará el inmenso impacto» de la «singular figura» del fallecido líder cubano.

En el mismo el presidente estadounidense señala que la muerte de Castro es, para los cubanos de la isla y de EE.UU., un momento de «emociones poderosas», de recordar «las innumerables formas» que en el líder de la revolución «alteró el curso de vidas individuales, familias y de la nación cubana».

Según Obama, la relación entre EE.UU. y Cuba estuvo marcada durante casi décadas por «profundos desacuerdos políticos», pero durante su presidencia se ha «trabajado duro para dejar atrás el pasado» con el proceso de normalización bilateral y la restauración de las relaciones diplomáticas.

El objetivo de esa normalización es perseguir «un futuro en el que la relación entre nuestros dos países se defina no por nuestras diferencias, sino por las muchas cosas que compartimos como vecinos y amigos – vínculos de familia, cultura, comercio y una humanidad común», señaló Obama.

En marzo pasado, Obama se convirtió en el primer presidente estadounidense en ejercicio en visitar Cuba en 88 años.


Fuente: BBC Mundo

 

Casa Monachil | Un verdadero deleite

Todos sabemos de la calidad que Casa Monachil tiene al momento de brindarnos su servicio para nuestro desarrollo a través de la reflexión y la meditación. Como prueba de esto, presentamos la siguiente carta de agradecimiento escrita por la representante de un grupo alojado en sus instalaciones:

                                                                  Casa Monachil 16/10/2016

A quien corresponda:

La que escribe, Sor Aurora Rico Vera, hace constar que el servicio de a casa fue muy bueno, recepción a tiempo, la casa muy limpia, no faltó nada, los alimentos muy ricos y puntuales, con mucha seguridad; en definitiva pudimos hacer y trabajar muy bien, muchas gracias.

Atentamente.

Sor Aurora Rico Vera.

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