Se trata de un curso gratuito de 15 horas que bien puede ayudarnos a cambiar nuestra relación con el arte de la fotografía.
La fotografía es un precioso vehículo para las artes, la documentación y la exploración visual. Así que a todos aquellos a quienes nos gusta tratar de atrapar lugares e instantes con nuestras fotografías, probablemente agradeceríamos poder profundizar un poco en las entrañas de esta disciplina, y mejor incluso si es a través de un curso de gran calidad, al cual podemos acceder desde la comodidad de nuestras casas y al ritmo que nuestras circunstancias nos lo permitan. Y si encima es gratuito, pues mejor que mejor.
La Universidad de Harvard lanzó hace breves meses un curso gratuito de fotografía. En colaboración con la escuela online Alison, caracterizada por ofrecer decenas de cursos vía Internet, Harvard pone a disposición de todos un muy recomendable curso de fotografía digital, durante el cual podremos aprender desde el uso de programas de edición hasta nociones imprescindibles de luz, exposición, óptica y equipo.
El curso, impartido en inglés, contiene 13 módulos y tiene una duración de aproximadamente 15 horas, tras las cuales nuestra relación con el fascinante arte de la fotografía seguramente no será la misma.
Para todos aquellos que quieran ampliar información e inscribirse, hemos de hacerlo aquí: alison.com
En la larga línea de propuestas tecnológicas para ajustarse a los movimientos del mercado, una nueva aplicación de Suecia llamada Wydr busca aplicar el marco de trabajo de Tinder para la compra-venta de arte. La esperanza, según los fundadores, Matthias Dörner y Timo Hahn, es que la aplicación democratice el mercado del arte por medio de permitir a los usuarios “expresar fácilmente su opinión, hacer sus favoritos galerías personales y comprar el arte que amen.”
En una conversación con TechCrunch, Dörner da una explicación sobre la utilidad de la aplicación, pero eso sí, con la jerga perfecta para la venta de un producto. El afirma que, “Wydr cambia como las personas interactúan con el arte. No hay curación ya que todas las obras son curadas por la comunidad misma. Los artistas reciben retroalimentación de los usuarios, y éstos pueden ver qué está de moda.” Dando prioridad a la comunidad, prometiendo cambiar la interacción y haciendo un robusto sistema de retroalimentación es la manera típica por la que la tecnología busca dar soluciones a los problemas humanos esotéricos: simplemente mira a otros clones de Tinder como BarkBuddy (Tinder para perros), Thrindr (Tinder para Tríos) y ShowSwipe (Tinder para zapatos).
Todavía falta ver si esta filosofía puede ser traducida al arte. Incluso en museos, los espectadores son trágicamente apresurados, como un experimento en el Museo Nacional en Londres mostró en el 2000. En aquél entonces, Alexander Sturgis curó Telling Time(Diciendo el Tiempo), el cual, usando un mecanismo de registro visual para observar cómo la gente mira el arte, descubrió que de 5000 sujetos, la mayoría tiende a sólo ver los puntos focales de una pieza antes de moverse a otra. Otro estudio encontró que los visitantes de museos le dedican un promedio de 15 a 30 segundos por obra. Reduce esto a las fracciones de segundo que uno tarda en juzgar a posibles parejas en Tinder y es difícil creer que verdadero amor estético puede ser logrado así, pero de igual manera no hará daño intentarlo.
Sin embargo, Wydr podría presentar una alternativa a la pregunta de la galerista y curadora Michelle Gaugy en Quora: ¿Por qué a los artistas no les gusta el actual mercado del arte?”
“Tener una galería de arte es una propuesta muy costosa. Para tener éxito, generalmente tiene que estar localizada cerca de otras galerías, preferiblemente otras exitosas, lo cual seguido (aunque no siempre) significa rentas extraorbitantes por el espacio,” ella explica. Esto significa que apostar por obras innovadoras que podrían no venderse casi nunca es rentable para una galería exitosa.
Ella continua, explicando que la mayoría de los compradores en galerías necesitan obras que tengan el tamaño correcto para una casa, más que un épico lienzo de 2 x 2mts que necesita un gran salón o museo para ser expuesto. Wydr afirma que puede, de hecho, conectar a los artistas con aquellos que tienen los medios para comprar su arte, sin importar la geografía. “Justo la semana pasada un artista vendió una pintura de 100 x 80cm desde Suiza hasta EUA – a través de Wydr,” cuenta Dörner a Techcrunch.
Mientras nosotros aún buscamos nuestra primera conexión en Wydr, puedes juzgar la aplicación por ti mismo descargándola aquí.
«Cuando se pierde el sentido de Dios, también hay una tendencia a perder el sentido del hombre, de su dignidad y de su vida.» (Evangelium vitae, 21)
Es un hecho desconcertante de la historia que uno de los asesinos de masas más prolíficos del mundo, Adolf Hitler, fue también un vegetariano que aborrecía la crueldad con los animales. Este dilema fue curiosamente revivido cuando la Gente para el Tratamiento Ético de los Animales (PETA) publicó una campaña publicitaria «Holocausto en tu Plato» en 2003, comparando animales de granja enjaulados a prisioneros judíos en campos de exterminio nazis. Como señala el autor Richard Weikart, irónicamente tanto los nazis como PETA han creído en la falacia del antropomorfismo, difuminando la distinción entre humanos y animales. Estos son ejemplos extremos, pero resaltan una confusión filosófica subyacente en nuestra era moderna con respecto a la dignidad de la vida humana. Sumida en esta disminución del valor humano es una negación implícita de la personalidad.
Esta visión misantrópica está a la alza en la cultura occidental. Basta con mirar cómo los efluvios de indignación y desprecio por los asesinatos de Cecil el león y Harambe el gorila chocan con la devaluación de la vida humana; la indignación por Cecil y Harambe está en marcado contraste con la complacencia de nuestra cultura con respecto al aborto, la eutanasia, la eugenesia, el suicidio y el suicidio asistido. Esta «cultura de la muerte» es la parte negativa de la modernidad: reformar al ser humano como un simple animal ordinario que ya no merece la dignidad ontológica dada por Dios ni el propósito teleológico de Dios. La vida humana se vuelve prescindible en comparación con el bien mayor percibido por la sociedad, el Estado o el capricho del individuo. El valor de la persona humana hoy se ha oscurecido.
¿Cómo llegamos aquí?
Confundir la dignidad del hombre y del animal es solamente un síntoma de la confusión general subyacente. Vivimos una crisis de epistemología (teoría del conocimiento o doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico y, en general, del estudio de su origen, valor, esencia y límites). La gran amplitud y profundidad del conocimiento humano han sido sacrificadas en los altares del escepticismo y el materialismo. Este error epistemológico moderno gira en torno a la negación de nuestra verdadera naturaleza humana como seres compuestos de cuerpo y alma. Los errores iniciales de cortar el cuerpo y el alma fueron filosóficos.
Algunos rastrean los errores de la secularización moderna a Guillermo de Ockham en el siglo XIV, quienes postularon que las esencias universales, como la humanidad, no son reales, sino que son sólo extrapolaciones nominales en nuestras mentes. Ockham teorizó que no hay formas universales sino sólo individuos. Esto socavó parte de nuestra capacidad de explicar la realidad objetiva. Si no hay una forma humana universal, o naturaleza humana, entonces estamos privados de cumplir esos fines de nuestra naturaleza y nuestro propósito teleológico. Una vez que se ha perdido, no es difícil imaginar una confusión de personalidad y una pérdida de la ética.
En la era de la Ilustración, los empiristas, como Locke y Hume propusieron que sólo el fenómeno de una cosa podía ser conocido, y no la cosa misma. Como Ockham, rechazaron el conocimiento abstracto de los conceptos universales en favor de la experiencia de los sentidos solamente. En otras palabras, desecharon nuestro conocimiento intelectual y espiritual por algo parecido al de los animales. Kant admitió de manera similar que sólo conocemos «las cosas como se conocen», tal como las interpreta la mente, pero no las «cosas en sí mismas». Este «geocentrismo epistemológico», como lo llamó el físico Stanley Jaki, nos impide tener conocimiento de Dios, del alma y de la naturaleza plena de la realidad.
Quizás el golpe más perjudicial para nuestra comprensión de nuestras naturalezas compuestas proviene del materialismo biológico, en forma de darwinismo en el siglo XIX. La teoría darwiniana hizo del materialismo biológico estricto y del cientificismo el conocimiento predominante «aceptable». Ya no era necesaria la creación especial del hombre por Dios, ni la necesidad de un alma inmaterial o intelecto. El hombre es sólo un mono evolucionado, creado a través de fuerzas ciegas, errores genéticos y la supervivencia del más apto. La separación del cuerpo y del alma, iniciada en las filosofías de los siglos anteriores, estaba ahora completa. Como Chesterton señaló, «La evolución no niega especialmente la existencia de Dios; lo que niega es la existencia del hombre». El hombre ya no era un ser espiritual compuesto, sino una mera criatura física.
El Materialismo Mundial ha Trabajado
Este reduccionismo materialista tuvo importantes repercusiones en la cosmovisión modernista y en la deshumanización del hombre. Cuando los materialistas finalmente tomaron el poder, los regímenes comunistas, de Stalin a Mao a Pol Pot asesinaron a unos 100 millones de personas. El darwinismo social también se había infiltrado en el pensamiento occidental, provocando que la gente se considerara «apta» e «inapropiada», y las razas como «superiores» e «inferiores». Esto fue más pronunciado en la Alemania nazi, Justificada por la llamada “ciencia”. Hitler había aceptado plenamente esta idea de la ética evolutiva en su marcha hacia la guerra y el genocidio.
El reduccionismo material alteró la visión de la gente sobre la santidad de la vida humana, devaluando lo que significa ser humano. El alma se convirtió en un epifenómeno de la materia. En ese sentido, el cristianismo está en desacuerdo con el estricto materialismo darwinista, no así con la teoría general de la evolución, con la cual no hay conflicto. Este materialismo dogmático niega a priori incluso la posibilidad de la causalidad final en el hombre. Falsamente ahoga la razonabilidad de creer en Dios, nuestras brújulas morales y el conocimiento de nosotros mismos como seres espirituales.
Lamentablemente, este reduccionismo epistemológico no sólo ha persistido hasta nuestros días, sino que también ha aumentado. Aunque hay algunos avances en contra de la cultura de la muerte, sigue habiendo una amnesia peculiar respecto a la dignidad del hombre, persistente en nuestra psique cultural. No es de sorprender que también haya habido un descontento simultáneo de la fe, como lo demuestra el número récord de no religiosos y ateos en las recientes encuestas (es decir, el «ascenso de los Nones», llamado » preferencia religiosa).
Una respuesta católica
¿Cómo somos como católicos para responder? Para empezar, podemos reafirmar que hay muchas razones buenas, intelectuales y multifacéticas para creer. El cristianismo y la creencia en Dios son perfectamente razonables, a pesar de las protestas de los modernos materialistas científicos y ateos. La ciencia y la teología, la fe y la razón no se oponen entre sí, sino que son «como dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad» (Fides et Ratio). De hecho, hoy hay más datos científicos de vanguardia que sugieren un Creador que nunca. ¿Qué mejor confirmación hay, por ejemplo, del argumento cosmológico de Aquino para Dios como el motor principal que el Big Bang y la evidencia más reciente de la radiación cósmica de fondo de microondas?
El cristianismo fue construido sobre la revelación, por supuesto, pero también sobre la razón. Jesús nos había mandado amar a Dios con «toda tu mente» (Mateo 22:37). La tradición intelectual de Occidente, y su ciencia empírica, es, después de todo, sacada de la civilización cristiana. La disputa con el secularismo moderno sólo surge con la negación materialista de Dios y el alma. Es una negación de nuestro ser compuesto. El ateísmo sufre de un defecto epistemológico de rechazar la personalidad. 1891 encíclica estados Rerum Novarum del Papa León XIII, «Es la mente, o la razón … lo que hace que un ser humano, y lo distingue esencialmente de la bestia.» Debemos abrazar la idea de la personalidad y la filosofía del personalismo como parte de Nuestra cosmovisión y ética, y como un baluarte contra las filosofías deshumanizantes.
Uno de los mayores defensores de la filosofía moderna del personalismo fue el Papa Juan Pablo II. El Papa Juan Pablo II, entonces Karol Wojtyla, presenció estas fuerzas deshumanizantes del materialismo de primera mano en Polonia, inicialmente bajo ocupación nazi, y más tarde bajo el comunismo soviético. Estaba en el epicentro de ambos estallidos totalitarios y observó lo que él llamó la «pulverización» de la persona humana. Fue en reacción a estas ideologías impersonalistas ya las posteriores tiranías políticas que ayudó a conducir un nuevo movimiento filosófico y una teología moral enfocada en la dignidad absoluta de la persona humana.
Wojtyla abogó por el «personalismo tomista», una filosofía moderna centrada en la dignidad trascendente de cada persona. Su particular personalismo se fundó en la metafísica clásica de Tomás de Aquino y en la visión cosmológica del hombre que nos separa del resto de la creación por nuestra naturaleza racional e intelecto.
Wojtyla trató de ir más allá de esto, sin embargo, para explicar la «totalidad de la persona». Reconoció la gran importancia de la perspectiva interior para la experiencia humana. Esta perspectiva interior se refirió como «subjetividad», experimentada en la conciencia de cada persona, donde no hay dos iguales. Cada persona, entonces, es totalmente irrepetible, insustituible, incomunicable e irreducible.
El Papa Juan Pablo habló de esto en términos prácticos, en su «principio personalista», que el ser humano siempre debe ser tratado como un fin en sí mismo, y nunca subordinado a otro como un medio para un fin. La internalización de este principio produciría inevitablemente aplicaciones prácticas concretas, como la lucha contra la esclavitud y la trata de seres humanos. Pero, también podría ayudar a cambiar la tendencia social contra la normalización de esta cultura de la muerte, con sus impulsos impersonalistas, como se ha visto recientemente en los Países Bajos, eutanasiar a un hombre por ser alcohólico, o con Peter Singer, un ético utilitarista de Princeton, Poner fin a la vida de los niños gravemente discapacitados.
La Unicidad Única del Hombre
Como católicos, siempre debemos defender la inviolable dignidad de la persona humana. Esto, por supuesto, va todo el camino de vuelta a Génesis cuando «Dios creó al hombre a Su propia imagen» (Génesis 1:27). El magisterio se hace eco de esto llamando a cada uno de nosotros «un signo del Dios viviente, un icono de Jesucristo» (EV, 84). Tenemos una trascendencia interior en común con nuestro Creador. Los seres humanos son seres relacionales y sociales, hechos en conformidad con Dios, una trinidad de personas intra-relacional.
Como la imagen de Dios, hay una especialidad para el hombre. Nos distingue del resto de la creación. Sólo nosotros podemos decir «yo». Ningún otro animal, por maravilloso que sea, puede pronunciar tal cosa. Están unidos por el instinto. Incluso en los primates superiores, como en el fascinante caso de Koko, el gorila que firma, la disparidad sigue siendo inmensa. En palabras del Papa Juan Pablo II, «se debe hacer un salto ontológico» para abarcar el «gran abismo» que separa a la persona de la no-persona. El hombre solo es capaz de pensamiento racional y abstracto, libre albedrío, autoconciencia, acción moral, lenguaje y lenguaje complejos, progreso tecnológico, propósito superior, altruismo, amor, creatividad, oración y adoración. El hombre es diferente en grado y en especie, porque Dios hace a cada persona desde el infinito de sí mismo (CCC 2258).
En el Nuevo Testamento, Jesús nos da el corazón del personalismo con su mandamiento de «amar a tu prójimo como a ti mismo». Porque, como más tarde lo revela, «como lo hicisteis a uno de los más pequeños de mis hermanos, lo hicisteis Al aceptar esta noción de personalismo en nuestras vidas, nos liberamos de nuestro propio egoísmo y frialdad hacia nuestro prójimo. Vemos el rostro de Dios el uno en el otro. Esta es nuestra vacunación contra la deshumanización de una persona, y la adopción de una cultura de la vida. Se opone al deslizamiento de los siglos hacia el escepticismo extremo y el materialismo, y nos llama a extraer de nuevo de un conocimiento más completo. El materialismo es sólo parcialmente cierto. Niega la naturaleza superior de nuestros seres espirituales. Al reconocer la imagen de Dios en cada uno de nosotros vemos el valor ontológico universal de cada persona, incluso hasta lo más bajo y débil entre nosotros. Es necesario contemplar y actuar a la luz del sacrificio de Cristo, «cuán precioso es el hombre a los ojos de Dios y cuan inapreciable es el valor de su vida» con «la dignidad casi divina de todo ser humano» (EV, 25). ).
Asistí a celebrar el primer aniversario de matrimonio de unos amigos. Cuidaron todos los detalles para que fuera inolvidable: la música era excelente, los bocadillos riquísimos y había bebida suficiente para nunca dejar de brindar.
Y ¡ese fue el problema! Todos, uno a uno, quisimos brindar personalmente con los ‘novios’. Ella apenas se mojaba los labios. Él no tuvo el mismo cuidado y fue pasando de la alegría a la euforia.
El festejado es más bien introvertido, discreto y callado, pero surgió de él «la bestia que todos llevamos dentro» y que no debería salir nunca. Estaba totalmente desinhibido, hablaba sin parar y era simpatiquísimo; bueno, en realidad, él hacía el ridículo y nos divertíamos a costa suya. Poco a poco, él y la fiesta se descompusieron. Él subía cada vez más el tono de voz y de repente mientras reía a carcajadas, empezó a llorar.
De pronto se puso pálido y tembloroso, sudaba copiosamente, tenía terribles náuseas y en su camino al baño se tropezó y cayó, tiró varias copas que se rompieron y derramaron, tiñendo de rojo el piso blanco. Lloró porque no podía levantarse. Al tratar de ayudarle intentó hablar infructuosamente y se puso muy agresivo. Finalmente se quedó ahí tendido sin conocimiento. Él parecía muerto y la fiesta un funeral.
¡ERA COMA ETÍLICO!
¡Menos mal que había un doctor! Procedió a valorar su estado de conciencia, respiración y pulso. Hubiera convenido que vomitara y tomara café para evitar la depresión del sistema nervioso, o un jugo de frutas frío y azucarado para compensar el descenso de azúcar en la sangre (en ningún caso una bebida energética), pero estaba inconsciente. En esas condiciones o si hubiera estado somnoliento, no se le debía dar nada de beber. Al asomar una leve señal de vida, lo recostaron de lado para evitar que pudiera ahogarse si vomitaba y lo cubrieron para que no se enfriara. El doctor explicó que si no se está preparado, es mejor abstenerse de realizar cualquier procedimiento y llamar de inmediato al servicio médico de emergencia (065 ó 066) para acelerar el traslado de la persona. Así lo hizo él para garantizar la mejor recuperación del festejado y ¡se acabó la fiesta!
¿Qué dificultades enfrentamos juntos el año pasado? ¿Cómo vamos a mejorar nuestra vida en común?
Cada nuevo año, muchas personas hacen diversos propósitos para mejorar su calidad de vida en el ámbito personal, profesional, emocional y físico. Se envuelven en planes de nuevas dietas, rutinas de ejercicio, estrategias de trabajo y hábitos diversos para lograr sus propósitos.
Pero todos sabemos que la mayoría de las personas no perseveran en sus propósitos y sucumben, tarde o temprano, a sus hábitos dañinos, inefectivos o contraproducentes.
Mas un propósito que debemos hacer como matrimonios y familias al comienzo de cada nuevo año es reflexionar sobre las dificultades o estancamientos que hemos enfrentado el previo año, y tanto juntos como individualmente, desarrollar propósitos y estrategias de cómo vamos a alimentar, fomentar y mejorar nuestro matrimonio, nuestra vida en pareja, y nuestra convivencia familiar.
En esta reflexión, debemos meditar sobre cómo la Sagrada Familia de Nazaret, en su día a día, enfrentó retos y pruebas, tales como la pobreza económica, el exilio, la inmigración, la persecución, la pérdida, la falta de comunicación, el dolor y tantas otras situaciones.
Meditando en ellos nos damos cuenta que ellos las superaron todas manteniéndose unidos siempre, buscando el bien del otro, siendo comprensivos y caritativos los unos con los otros, dándose consejos y escuchándose con atención y, por sobre todas las cosas, manteniéndose inspirados e iluminados por la Palabra de Dios, y fieles y confiados en Su provisión y protección en Él en todo momento.
Por ello, les invitamos a que, meditando en la Sagrada Familia de Nazaret, hagan propósitos o promesas de año nuevo a fin de tener matrimonios y familias donde reine el amor incondicional y esa paz que sobrepasa todo entendimiento, por medio de las mutuas e individuales promesas de crecimiento personal, emocional y espiritual que hagamos.
Y luego de hacer nuestros compromisos y promesas, pidámosle a Dios, en el nombre de Jesús, por la intercesión de María Santísima y el poder del Espíritu Santo, que nos animen y motiven a cumplirlos cabalmente para la bendición de nuestros matrimonios y familias.
Los salarios en México, con relación a los del resto del mundo, impiden la sana comparación entre el precio de la gasolina; estima la agencia Bloomberg.
Viernes 30 de diciembre de 2016.
Ciudad de México.- La agencia Bloomberg informó del riesgo que ocasiona la repentina subida en el precio de la gasolina. Al respecto, especialistas se sociedades bancarias y financieras han advertido que la inflación podría dispararse hasta 5 por ciento al finalizar 2017 debido al incremento.
Sin embargo, el impacto de los precios de los combustibles sobre la inflación será moderado y temporal, aseguró Miguel Messmacher, subsecretario de ingresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en entrevista para Radio Formula.
A México lo asedia además la debilidad del peso, divisa que ha perdido el 20% de su valor frente al dólar a lo largo de 2016, conduciendo a que el Banco de México incrementara la tasa de interés objetivo en cinco ocasiones a lo largo del año para intentar contener presiones inflacionarias.
Bloomberg realizó además un comparativo en el que se explica por qué los mexicanos sí somos de los que más pagan por gasolina en el mundo, a pesar de que su precio no sea de los más altos a nivel global, como lo plantea el gobierno mexicano.
Al respecto, la Secretaría de Gobernación emitió a través de su cuenta de twitter, un comparativo en donde ordena de mayor a menor los precios de la gasolina Magna en varios países del mundo.
En la gráfica, México aparece como el noveno lugar con la gasolina más barata, respecto a los 37 países enlistados, incluso por debajo del promedio de 22.38 pesos, con un precio de la gasolina Magna de 15.99 pesos, proyectado para el próximo año por la SHCP.
Sin embargo, en su cálculo, Bloomberg compara estos precios con el salario mínimo en los diferentes países, comprobando que los mexicanos pagan más por gasolina a pesar de tener precios relativamente bajos.
Bloomberg calculó que, respecto a salarios mínimos, los mexicanos pagan más por litro de gasolina, a pesar de que esta es más barata que en otros países. Foto/ Bloomberg.
En el gráfico, la agencia detalla que los mexicanos destinan cerca del 3.5 por ciento del salario mínimo para comprar un litro de gasolina, a diferencia de países como Suiza, en donde a pesar de tener un precio en la gasolina Magna de 28.38 pesos por litro, se destina menos del 1 por ciento del salario mínimo para adquirirlo.
José Antonio Meade, encargado de la Secretaía de Hacienda, defiende el incremento diciendo que para procurar mantener las finanzas públicas de México saludables había alternativas como incrementar los impuestos, incurrir en más deuda, o recortar programas sociales de salud y educación, sin embargo, ninguna de ellas ocurrió, sólo gracias a los ingresos proporcionados por el aumento en el precio de los combustibles
La SHCP será la encargada de fijar precios máximos a los combustibles, previo al proceso de liberalización que comenzará en marzo, por lo que a partir del primer día del 2017 las gasolinas Magna, gasolina Premium y el diesel incrementarán sus precios en 14.2, 20.1 y 16.5 por ciento, respectivamente.
Una realidad a la que nos enfrentamos año tras año es la brevedad de la vida. Cuando somos jóvenes quizá nos comiencen a parecer más cortas las semanas, luego los meses; con el paso del tiempo, nos parece que las estaciones se suceden más rápido y finalmente los años, las décadas…
Parecería que el tiempo transcurre sin darnos cuenta, mientras realizamos nuestras actividades cotidianas y estar concentrados en el trabajo diario. Con el crecimiento de los hijos comprobamos el paso vertiginoso del tiempo. O bien, al mirarnos frente a un espejo, al principio notamos algunas arrugas, menos cabello, canas…que posteriormente proliferan.
¡Qué importante es aprender a aprovechar bien el tiempo y ofrecer el trabajo para la gloria de Dios! Una labor bien hecha, acabada hasta los últimos detalles. No por manía sino por amor al Señor. Y es que lo que permanece en la vida de los seres humanos es el amor. El amor con que servimos al prójimo, comenzando por los de nuestra casa; el amor con que buscamos la presencia y trato íntimo con Dios; el amor con que le entregamos nuestro trabajo, hecho a conciencia, con deseos de agradarle.
Es frecuente escuchar el dicho: “Año Nuevo, Vida Nueva”. Pero sabemos de sobra que nuestra vida no cambia por el sólo hecho de que pasen las hojas de un calendario y caigamos en cuenta de que estamos en un nuevo año.
Nuestra vida realmente cambia cuando ponemos empeño y lucha por crecer en las virtudes y arrancar los propios defectos. ¿Qué es tarea de toda la vida? Lo es. Pero con esa meta de mejorar cada día un poco, vamos avanzando y mejorando como personas ya que por lo pequeño se llega a lo grande.
Conocí a un Ingeniero que le iba muy bien en su trabajo y llevaba una vida económicamente desahogada. Les daba a su esposa e hijos lo necesario para vivir holgadamente. Sin embargo, no se preocupaba de sus familiares. En cierta ocasión enfermó gravemente del hígado y tuvo que pasar largos meses en reposo, sin poder trabajar. Eso le sirvió para hacer un examen sobre su vida. Y cayó en cuenta de que, por las prisas de la vida, se ocupaba muy poco de sus parientes.
Decidió cambiar radicalmente. Y comenzó a invitar a sus familiares a su casa para conversar con ellos y enterarse de su situación personal, de sus problemas y sus necesidades. “De la noche a la mañana se volvió más humano” me decía uno de sus más cercanos familiares. “Ahora me sonríe, me escucha, se interesa por mi vida”.
Y yo pensaba: ¿Hace falta que nos ocurra una situación similar para que cada uno nos decidamos a cambiar y ser más generosos con nuestros seres queridos? Me parece que no. Cada día de nuestra vida, hemos de levantarnos con la ilusión de servir a los demás, de prestarles nuestra ayuda, aunque sólo sea el hecho de escucharlos con atención y brindarles palabras de ánimo, optimismo y afecto.
Por ello, considero que un lema más realista, al comenzar este nuevo ciclo es: “Año Nuevo, Lucha Nueva”. Es una frase de san Josemaría Escrivá de Balaguer que nos puede servir para decidirnos a cambiar, quizá en cosas pequeñas, pero significativas y que nos cuestan porque suponen un vencimiento personal. Mientras el Señor nos sorprenda así, luchando por mejorar cotidianamente, podremos escuchar aquella frase evangélica: “Siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor”.
La cita corresponde al famoso escritor británico, miliciano trotskista del POUM y posteriormente de la CNT, y que, realmente, viene a significar hechos que hoy en día vivimos con la vertiente descafeinada del socialismo,la socialdemocracia europea.
Nuestra socialdemocracia lleva ya muchos años siendo adalid y responsable de acuñar una serie de términos o campos semánticos que la identifican por completo en su línea de pensamiento.
Los hace suyos y los impone a la sociedad, consiguiendo que sean aceptados con carácter general, constituyéndose finalmente en ideas, conceptos o, incluso, eslóganes, que no son discutidos ni cuya discusión es aceptada con normalidad.
Lo políticamente correcto
Así, cuando hablamos de lo políticamente correcto, casi lo aceptamos como lo que es preciso diplomáticamente o imprescindible para no incurrir en una posible ofensa a terceros, o cuando hablamos de justicia social, tomamos su acepción en el sentido de la indiscutible necesidad de la existencia de una igualdad y redistribución entre los ciudadanos así como una cobertura a los más necesitados.
Pues bien, desde mi particular punto de vista, se trata de conceptos con los que, a priori, todos podemos estar de acuerdo, pero esconden una línea dirigista en el pensamiento que es preciso entrar a considerar.
La casualidad del uso del lenguaje socialdemócrata
En primer lugar, habría que analizar la causalidaddel uso.
Las élites políticas europeas se mueven en un solo sentido, la perpetuación de un Estado del Bienestar conjuntamente con un modelo de negociación colectiva dentro de un marco democrático, con unas ideas de fondo de libertad, justicia y solidaridad.
La implantación del modelo, indudablemente, precisa un componente planificador y, en cierto modo, coercitivo, puesto que el establecimiento de un modelo político-económico universal implica el sometimiento de todos los individuos al mismo.
No confundir con el sometimiento a la ley, porque, además de una legislación que ampare la estructura socialdemócrata, hablamos del convencimiento generalizado de que es el modelo idóneo a seguir y no cabe posibilidad de salirse de sus reglas ni tan siquiera de cuestionarlas.
Dentro de este marco, son los políticos, desde sus macroestructuras indispensables para la perpetuación de este modelo a semejante escala, quienes determinan la línea de pensamiento que debe aceptarse para su integridad.
Y el mismo debe trasladarse a la sociedad de forma sencilla y en un modo que haga pensar en la bondad de aquello que se transmite, y lo políticamente correcto o la justicia social son términos suficientemente genéricos para ello, pero también suficientemente indefinidos para poner sus fronteras donde convenga.
Las consecuencias de la utilización del lenguaje socialdemócrata
En segundo lugar, debemos entrar a considerar las consecuencias de la utilización de estos términos.
Y es que, dado del nivel confort que nos proporciona el Estado del Bienestar, no entramos a considerar lo que supone en cuanto a costes, ya sea económicos (falta de empleo o endeudamiento, por ejemplo), ya sea sociales (recortes en las libertades), con lo que tampoco entramos a considerar las consecuencias del lenguaje socialdemócrata utilizado, cuestión aparentemente de mucha menor importancia.
Pero sí la tiene, aunque no lo veamos, puesto que es el arma de asalto más importante, sobre todo por traslado a los medios de comunicación, de la inmersión ideológica en la socialdemocracia.
Por corrección política o justicia social se procede dejar debajo de una alfombra ó, al menos, no se tratan con suficiencia, muchos hechos deleznables e impropios de cualquier catadura moral, cuando no ilícitos, siempre por el qué dirán los demás o por miedo a ofender a terceros al decir las cosas con claridad, suponiendo un desvío de atenciones para ocultar debilidades del sistema socialdemócrata y así poder perpetuar su existencia.
El ejemplo más significativo, el miedo a ofender a la población musulmana ante ataques y asesinatos yihadistas, actitud que desvía la atención de la inoperancia del sistema a la hora de proteger a los amparados por el amplio y protector paraguas del Estado.
O las llamadas de atención sobre la desigualdad salarial, ocultado que ese no es el problema, sino la existencia de rentas muy bajas, desigualdad que se imputa a empresas y mercados y a la que se enfrenta un Estado justiciero que lucha por una mayor igualdad en aras de la ansiada justicia social, cuando realmente su financiación es el motivo de los problemas económicos de mucha gente.
Conclusiones
En resumen, cuando oigan hablar de lo políticamente correcto, de justicia social, de redistribución de riqueza (y no de creación), de violencia de género (y no doméstica, que niños y ancianos también existen, no solo los cónyuges), etc, hagan un pequeño esfuerzo por analizar y cuestionar si no les están ocultando algo, porque realmente no son más que maniobras socialdemócratas para ocultar sus miserias, carencias y, en última instancia, retroalimentar el sistema abduciendo sus voluntades.