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La mitad de los periodistas en México ha sido amenazado

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La mitad de los periodistas en México ha sido amenazado

Un 75 por ciento de los periodistas mexicanos manifestaron haber sido amenazados más de dos veces.

Publicado 25 marzo 2017.
De acuerdo con un reciente estudio, un 50 por ciento de los comunicadores en México ha sido amenazado por lo menos una vez por temas de crimen organizado, políticos y funcionarios.
México se convirtió en uno de los países más peligrosos para el gremio periodístico, según lo determinó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Esta afirmación fue reforzada por una investigación de las académicas universitarias Mireya Márquez y Sallie Hughes que reveló que casi la mitad de los periodistas aseguran haber sido amenazados alguna vez por su trabajo, siendo esta una de las razones por las que han adoptado medidas de seguridad, como autocensurarse, ocultar información a colegas y cambiar medios de traslados.

El estudio, basado en las maneras en que los periodistas mexicanos se defienden de la violencia que afronta este gremio, arrojó que las víctimas no recurren a instituciones para ser protegidos cuando son amenazados, sino que adoptan medidas propias, las cuales no aseguran su integridad a largo plazo.

El 40,4 por ciento de los encuestados afirmó haber sido amenazado en algún momento, de ellos el 75 por ciento manifestó haberlas recibido más de dos veces.

El estudio indicó que 42,8 por ciento de los periodistas relacionaron las amenazas con notas sobre el crimen organizado, otro 35 por ciento se lo atribuye a temas relacionados con políticos y funcionarios; el restante manifestó que ambos factores influyeron.

Ante las amenazas, solo el 67,4 por ciento reconoció haberse autocensurado, mientras que 50 por ciento aseguró haber ocultado información a sus colegas por miedo de que fueran infiltrados.

En relación con los funcionarios judiciales, solo el 5,9 por ciento admitió tener confianza en ellos, a diferencia del 73,5 por ciento que no tiene ninguna confianza, otro 10 por ciento confía en el sistema judicial.

Para la investigación fueron consultados 377 periodistas, de estos solo siete acudieron a las autoridades para denunciar las amenazas.

El dato: De acuerdo con la CIDH, entre el 2010 y 2015 han sido detenidos 150 periodistas en América: 58 en México, 28 en Honduras y 25 en Brasil.  Por su parte, la prensa mexicana ha registrado que entre 2013 y 2017 un total de 103 comunicadores han sido asesinados.

Los 10 ‘NO’ del noviazgo para un buen matrimonio

Los 10 ‘NO’ del noviazgo para un buen matrimonio

Por Alejandra María Sosa

Evalúa ahora tu relación

Un buen matrimonio depende en gran parte de un buen noviazgo, de que él y ella aprovechen bien ese tiempo para conocerse. Además de amor, ¿qué se necesita para tener un buen noviazgo? He aquí diez recomendaciones que conviene considerar:

1. NO dejar fuera a Dios

Antes que nada, pregúntale a Dios si tu vocación es el matrimonio. Consulta un director espiritual. Cuando creas haber conocido a la persona indicada, oren juntos, vayan juntos a Misa, encomiéndense a Dios y a María. Antes de casarse, acudan a un retiro para novios. Y después no se atengan a sus solas míseras fuerzas para amarse: no se vayan a vivir juntos ni se unan sólo por lo civil, sino mediante el sacramento del matrimonio, para recibir de Dios la gracia sobrenatural de ser fieles y amarse mutuamente como Dios los ama.

2. NO engañar

Esto abarca dos aspectos. Primero: no finjas lo que no eres. No digas que te gusta lo que no te gusta, que haces lo que nunca haces, etc. sólo para ser como crees que tu novia o novio espera que seas. Descubrirá tu engaño al casarse, y puede ser motivo para separarse. Sé tú mismo, tú misma. Si no es compatible contigo, ni modo, no fuerces las cosas, ya encontrarás a quien lo sea. Recuerda que “siempre hay un roto para un descosido”. Y, segundo: no seas infiel. La infidelidad en el noviazgo es motivo para terminar la relación, porque los novios infieles, suelen ser cónyuges infieles.

3. NO querer cambiar al otro

Hay quien piensa: “mi pareja tiene esta forma de ser, o este hábito, o este vicio que no me agrada, pero yo la voy a cambiar”. Es una falsa expectativa. La gente no suele cambiar. El introvertido nunca se volverá extrovertido; la parlanchina no sabrá quedarse callada; el novio que nunca se acomide a ayudar será un marido haragán; la novia desaliñada será una esposa de bata y pantuflas. Y las características que te molestan en el noviazgo, en el matrimonio pueden aumentar y resultarte intolerables. O le aceptas como es, o no te cases.

4. NO justificar lo injustificable

Si en el noviazgo, cuando se supone que están enamorados y desea complacerte, tiene desatenciones, te deja esperándole y no se disculpa; se la pasa viendo el celular, llega tarde, no te pregunta cómo estás, te calla, te critica, en el matrimonio será peor. No busques pretextos para justificar sus malas actitudes, busca mejor otra pareja.

5. NO violencia

Si en el noviazgo ya hay gritos, malos modos, insultos y hasta golpes, ¡hay que salir huyendo! Un novio que te levanta la voz, será un esposo que te levantará la mano; una novia que te humilla ante tus amigos, será una esposa que te humillará ante tus hijos. ¿A qué arriesgarse a casarse con alguien que puede poner en riesgo tu integridad y la de tu familia?

6. NO relaciones sexuales

El sexo es fabuloso. Decir esto parecería razón para practicarlo en el noviazgo, pero es justo lo contrario: puede hacer que una pareja crea que son compatibles, cuando en realidad sólo lo son en la cama. Un amante habilidoso no necesariamente es un buen esposo. Y hay muchos momentos en el matrimonio en que no será posible tener relaciones sexuales, así que si el sexo es lo único que los une, su relación irá a pique.

Una amiga me contó que su hija fue a confesarse de haber tenido relaciones sexuales con su novio, y el padre le dijo: “si se aman, no es pecado”. Sorprende semejante respuesta, porque Jesús menciona, en la lista de maldades que manchan al hombre, la fornicación, es decir, la relación sexual fuera del matrimonio (ver Mc 7, 14-23). La relación sexual está pensada para ser una donación total entre esposos que prometen, con la gracia de Dios, amarse toda la vida. No hay que banalizarla adelantándola, ni arriesgarse a un embarazo no deseado. Y, sobre todo, no hay que olvidar que para unos novios católicos tener relaciones sexuales pre-matrimoniales no es algo que alguien pueda autorizar por encima de la Palabra de Dios y de la Iglesia, que enseñan que es pecado (ver Catecismo de la Iglesia Católica #1755; 1852; 2353).

7. NO desoír opiniones y consejos

Por tener una visión desde fuera, puede suceder que tus familiares y amigos capten actitudes de tu pareja que tú no has percibido. “ay, mijita, tu novio toma demasiado”, “ay, hijo, ella trata muy feo a su mamá”, “oye, amiga, como que tu novio es ojo alegre, lo he visto coqueteando…”; “híjole carnal, me late que esa chava sólo te busca por tu dinero, se la pasa haciéndote gastar…”; “uy, le vi fumando mariguana”. Presta atención, no cierres los oídos. En los procesos de declaración de nulidad matrimonial, suelen preguntar cuál era la opinión de quienes rodeaban a los novios. Y es casi seguro que hubo muchas críticas que fueron desoídas…

8. NO suponer, mejor preguntar

El noviazgo es un tiempo para conocerse, para hablar, hablar y hablar de todos los temas habidos y por haber, para preguntar. Muchos matrimonios se rompen porque no descubrieron a tiempo que pensaban muy distinto: “¡creí que sí querías tener hijos!”; “¡no pensé que te molestara que trabaje!”; “¡no sabía que tu mamá vendría a vivir con nosotros!”. Más vale dialogar que lamentar.

9. NO dejar de considerar a la familia

No sólo hay que fijarse en la pareja, sino en su familia. ¿Cómo es?, ¿cómo se llevan sus miembros entre sí?, ¿cuáles son sus valores? Recuerda que muy probablemente tendrás que convivir con ellos en Navidad, año nuevo, cumpleaños, aniversarios, algunos fines de semana, etc. Sus papás serán abuelos de tus hijos, y tus cuñados, sus tíos; querrán pasar tiempo con ellos, ¿qué clase de ejemplo les darán? ¿Es ésta la familia a la que quieres pertenecer?, ¿o vas a discutir y a pelearte cada vez que tu cónyuge la quiera ver?

10. NO sólo buscar “que te haga feliz”

Muchos se casan pensando: “ésta me hará feliz” (porque es bonita y puede lucirla en las fiestas de la oficina, o porque cocina rico, o es hacendosa), o éste me hará feliz, (porque es tan guapo que sus amigas la envidiarán; o porque gana tanto que podrá darle una vida de lujos). Buscan la pareja que los haga felices. Pero si la bonita se pone fea o se enferma, al guapo le sale panza, o pierde la chamba, ya no “hace feliz”, es hora de descartarlo. La motivación para casarse no debe ser “que me haga feliz”, sino “quiero hacerle feliz”. Y qué mayor felicidad que santificarse mutuamente para llegar al cielo. Si tanto él como ella dicen: “le amo tanto que quiero dedicarme a que sea feliz aquí y por toda la eternidad”, eso sí que con la ayuda de Dios, se puede lograr pase lo que pase, en la salud y en la enfermedad, en lo próspero y en lo adverso, hasta que la muerte los separe en este mundo y puedan reencontrarse en la vida eterna para siempre.

Fuente: Desde la fe

3 experiencias de premuerte que te harán plantearte la existencia del Paraíso

3 experiencias de premuerte que te harán plantearte la existencia del Paraíso

Gelsomino Del Guercio 

Son los casos de los que habla el doctor Theillier, médico que ha estudiado los milagros de Lourdes

El doctor Patrick Theillier conoce bien los fenómenos sobrenaturales. Católico convencido y comprometido, ha trabajado durante 10 años como médico de la Oficina de Constataciones Médicas del Santuario de Lourdes. Junto a otros médicos, no necesariamente creyentes, se ha esforzado por verificar científicamente el carácter humanamente inexplicable de las curaciones obtenidas por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes.

Y es precisamente a partir de las conclusiones elaboradas por esta oficina que le fue posible a la Iglesia llegar al reconocimiento de algunos milagros. Una curación inexplicable se declara milagro cuando la autoridad eclesiástica competente reconoce un signo del poder y el amor de Dios presente en la vida de los hombres, capaz de fortalecer la fe del pueblo cristiano.

En “Quando la mia anima uscì dal corpo” (ediciones San Pablo) – Cuando mi alma salió del cuerpo – el doctor Theillier estudia las experiencias de premuerte, o acaecidas “en los límites de la muerte” (conocidas con la sigla inglesa NDE, Near-Death Experience).

1 – “Hice un viaje al Cielo”

En 2010 Todd Burpo, un pastor de la iglesia metodista de Nebraska, en Estados Unidos, escribió un pequeño libro, Heaven Is for Real, (El Paraíso es real) en donde contó la NDE de su hijo Colton: “Hizo un viaje al Cielo” durante una operación de peritonitis en la que sobrevivió. La historia es particular porque Colton tenía sólo 4 años cuando sucedió, y les contó su experiencia a sus padres, quienes quedaron impactados, pues lo hizo de forma casual y fragmentada. La NDE de los niños son las más conmovedoras porque son las menos contaminadas, las más verdaderas; se podría decir: las más vírgenes.

Premuerte más auténtica en los niños

El pediatra Melvin Morse, director de un grupo de investigación de las experiencias de premuerte en la Universidad de Washington, dice:

“Las experiencias de premuerte de los niños son sencillas y puras, no están contaminadas por ningún elemento de carácter cultural o religioso. Los niños no quitan experiencias como hacen a menudo los adultos, y no tienen dificultad en integrar las implicaciones espirituales de la visión de Dios”.

“Ahí me cantaron los ángeles”

Este es el resumen de la historia de Colton como aparece en el libro Heaven Is for Real. Cuatro meses después de su operación, al pasar en coche cerca del hospital donde fue operado, su mamá le preguntó si se acordaba, Colton respondió con una voz neutra y sin excitación: “Sí, mamá, me acuerdo. Ahí me cantaron los ángeles”. Y con un tono serio añadió: “Jesús les dijo que cantaran porque yo tenía mucho miedo. Y luego estuve mejor”. Impresionado, su padre le preguntó: “¿Quieres decir que estaba también Jesús?” El niño haciendo ademán afirmativo con la cabeza, como si confirmara algo muy normal, dijo: “Sí, también estaba él”. El papá le preguntó: “Dime, ¿dónde estaba Jesús?”. El niño le respondió: “Yo estaba sentado en sus piernas”.

La descripción de Dios

Es fácil imaginarse a los padres preguntarse si todo esto es verdad. Ahora, el pequeño Colton cuenta que dejó su cuerpo durante la operación, y lo demuestra describiendo con precisión lo que cada uno de los padres estaba haciendo en ese momento en otra parte del hospital.

Impactó a sus padres al describir el Cielo con particularidades inéditas, correspondientes a la Biblia. Describió a Dios como realmente grande y dijo que nos ama. Dijo que es Jesús quien nos recibe en el Cielo.

Ya no tiene miedo de la muerte. Lo dijo a su papá una vez que le dijo que corría el riesgo de morir si atravesaba la calle corriendo: “Que hermoso. Quiere decir que volveré al Cielo”.

El encuentro con la Virgen María

Después, respondió con la misma sencillez a las preguntas que le hicieron. Sí, vio animales en el Cielo. Vio a la Virgen María arrodillada frente al trono de Dios, y muchas veces cerca de Jesús, y que ama como lo hace una madre.

2 – El “túnel” del neurocirujano

El doctor Eben Alexander, neurocirujano estadounidense, especialista del cerebro, no creía absolutamente en una vida después de la muerte. Era escéptico: para él, todas las historias de NDE eran delirios y estupideces. En 2008 tuvo una meningitis fulminante que le hizo cambiar de idea. Contó su experiencia de premuerte primero en un artículo del semanario estadounidense Newsweek, y luego en un libro. Un viaje que lo convenció de la existencia de una vida después de la muerte.

“Estaba en una dimensión más amplia del universo”

Hace cuatro años los médicos del hospital general de Lynchburg, en Virginia, donde él trabajaba, le diagnosticaron una rara forma de meningitis bacteriana, que normalmente ataca a los recién nacidos. Las probabilidades de salir sin entrar en un estado vegetal eran pocas, y se volvieron casi nulas en las urgencias.

“Pero mientras las neuronas de mi corteza se reducían a la inactividad completa, mi consciencia, liberada del cerebro, recorrió una dimensión más amplia del universo, una dimensión que no había soñado y que habría sido feliz de poder explicar científicamente antes de hundirme en el coma. Hice un viaje a un ambiente lleno de grandes nubes rosas y blancas… Muy por encima de estas nubes, en el cielo, giraban en círculo seres cambiantes que dejaban tras de sí largas estelas. ¿Pájaros? ¿Ángeles? Ninguno de estos términos describe bien a estos seres que eran distintos de todo lo que he visto en la Tierra. Eran más evolucionados que nosotros. Eran seres superiores”.

Un canto celestial

El doctor Eben Alexander se acuerda de haber oído un sonido en pleno desarrollo, como un canto celestial, que venía de arriba, y que le dio gran alegría, y de ser acompañado en su aventura por una joven mujer.

Después de esta NDE, el doctor Alexander no tuvo más dudas: la consciencia no es ni producida ni limitada por el cerebro, como el pensamiento científico dominante sigue considerando, y se extiende más allá del cuerpo.

Nueva idea de consciencia

“Ahora, para mí es – dice Alexander – cierto que la idea materialista del cuerpo y el cerebro como productores, más que como vehículos, de la conciencia humana, ha sido superada. En su lugar ya está naciendo una nueva visión del cuerpo y del espíritu. Esta visión, a su vez científica y espiritual, dará lugar a la verdad, que es el valor que los más grandes científicos de la historia siempre han buscado”.

3 – El fusilamiento

He aquí una carta de don Jean Derobert. Es un testimonio certificado con ocasión de la canonización de Padre Pío.

“En aquel tiempo – explica don Jean – trabajaba en el Servicio Sanitario del ejército. El Padre Pío, que en 1955 me había aceptado como hijo espiritual, en los momentos cruciales de mi vida siempre me había hecho llegar una nota en donde me aseguraba su oración y su apoyo. Así fue antes de mi primer examen en la Universidad Gregoriana de Roma, así fue cuando entré en el ejército, así fue también cuando tuve que ir a combatir a Argelia”.

Una nota de Padre Pío

“Una noche, un comando F.L.N. (Frente de Liberación Nacional Argelino) atacó nuestra ciudad. Fui arrestado, me pusieron frente a una puerta junto a otros cinco militares, fuimos fusilados (…). Esa mañana había recibido una nota del Padre Pío con dos líneas escritas a mano: “La vida es una lucha pero conduce a la luz” (subrayando lucha y luz)”.

La subida al cielo

Inmediatamente don Jean vivió la experiencia de salir del cuerpo. “Vi mi cuerpo a mi lado, acostado y ensangrentado, en medio a mis compañeros asesinados también. Comencé una curiosa ascensión hacia lo alto dentro de una especie de túnel. De la nube que me rodeaba distinguía rostros conocidos y desconocidos. Al principio estos rostros eran tétricos: se trataba de gente poco recomendable, pecadores, poco virtuosos. Poco a poco, mientras subía los rostros que encontraba se volvían más luminosos”.

El encuentro con los padres

“De repente mi pensamiento se dirigió a mis padres. Me encontré cerca de ellos en mi casa, en Annecy, en su habitación, y vi que dormían. Intenté hablar con ellos sin éxito. Vi el departamento y observé que habían cambiado un mueble. Muchos días después, al escribir a mi mamá, le pregunté por qué había cambiado ese mueble. Ella me respondió: “¿Cómo lo sabes?”. Luego pensé en el papa Pio XII, que conocía bien porque fui estudiante en Roma, y enseguida me encontré en su habitación. Se había apenas acostado. Nos comunicamos intercambiando pensamientos: era un gran espiritual”.

“Chispa de luz”

De repente don Jean se encontró en un paisaje maravilloso, invadido por una luz azul y dulce. Habían cientos de personas, todas con treinta años aproximadamente. “Encontré a gente conocida (…). Dejé este “paraíso” lleno de flores extraordinarias y desconocidas para mí, y ascendí un poco más alto… Allá perdí mi naturaleza de hombre y me volví una “chispa de luz”. Vi muchas otras “chispas de luz” y sabía que eran san Pedro, san Pablo, san Juan, un apóstol, tal santo tal otro”.

La Virgen y Jesús

“Luego vi a santa María, bella más allá de lo increíble con su manto de luz. Me acogió con una sonrisa increíble. Detrás de ella estaba Jesús maravillosamente bello, y todavía más atrás había una zona de luz que sabía que era el Padre, y reconocí ahí la felicidad perfecta, como una cierta experiencia de la eternidad”.

La primera vez que vi al Padre Pío después de esta experiencia, el fraile le dijo: “¡Oh, el trabajo que me diste tú, pero lo que viste fue muy bello!”.

 

Fuente: Aleteia

Fotografiaron la ejecución de este sacerdote para humillarle, y el efecto fue el contrario

Fotografiaron el martirio de este sacerdote para humillarle, y el efecto fue el contrario

En lugar de desalentar, las fotos del fusilamiento del padre Miguel Pro en la Guerra Cristera mexicana dieron más fuerza a otros mártires

La “Guerra Cristera” fue la reacción de los católicos mexicanos a principios del siglo XX a la brutal persecución anticatólica perpetrada por el gobierno “revolucionario” y ateo del país. Entre los grandes testimonios de fe de esa época de martirio es particularmente conocido el del sacerdote jesuita Miguel Agustín Pro, que fue fusilado sin proceso, sólo por su fe católica.

Además de asesinarle, el Gobierno quería garantizar que la ejecución le humillase y sirviera para desalentar y asustar a los católicos, y no esperaba que el resultado acabara siendo justo al contrario:

“De los mártires de esos días, ninguno llamó tanto la atención del público en México y en el resto del mundo como el jesuita Miguel Agustín Pro. Pro fue fusilado por un pelotón ante las cámaras de los periodistas que el Gobierno había llevado al lugar para grabar lo que esperaba sería el espectáculo impactante de un sacerdote que imploraba misericordia. Fue uno de los primeros intentos modernos de usar los medios para manipular a la opinión pública con propósitos antirreligiosos. Pero en vez de vacilar, el padre Pro demostró gran dignidad, pidiendo sólo permiso para rezar antes de morir. Tras unos minutos de oración se alzó, extendió los brazos formando una cruz – una tradicional postura de oración mexicana – y con voz firme, con un tono ni de desafío ni desesperado, pronunció de manera impactante palabras que desde entonces se hicieron famosas: ‘¡Viva Cristo Rey!’. Lejos de ser un triunfo de la propaganda para el Gobierno, las fotografías de la ejecución de Pro se convirtieron en objeto de devoción católica en México y de vergüenza para el Gobierno en todo el mundo. Algunos funcionarios intentaron bloquear su circulación, declarando la simple posesión de esas fotografías un acto de traición, pero no tuvieron éxito” (The Catholic Martyrs of The Twentieth Century, Robert Royal, pp. 17-18).

Estas son algunas de esas fotografías:

1 – Padre Miguel Pro, ya prisionero, en noviembre de 1927, en la vigilia de su fusilamiento. Las ropas civiles se deben a la legislación que prohibía a los sacerdotes usar la sotana en público.

2 – Condenado a muerte sin proceso, el padre Pro se dirige al lugar de su fusilamiento llevando un crucifijo y un rosario.

3 – La última petición del padre Pro: arrodillarse para rezar. El pelotón de ejecución espera mientras besa el crucifijo y reza.

4 – Con los brazos extendidos formando una cruz, padre Pro eleva a Dios esta oración por sus verdugos: “Dios mío, ten misericordia de ellos. Dios mío, bendíceles. Señor, Tú sabes que soy inocente. Con todo mi corazón perdono a mis enemigos”.

5 – Mientras el pelotón dispara, las últimas palabras del padre Pro son muy impactantes: “¡VIVA CRISTO REY!”. Este se convirtió en el lema de todos los cristeros, hasta el punto de que en las ejecuciones posteriores el ejército llegó a cortar la lengua de los mártires para que en el momento de morir no pudieran confesar a Cristo en voz alta.

6 – Herido, el sacerdote cae a tierra aún vivo. Un soldado le da el tiro de gracia.

7 – Muchos mexicanos afrontan el gran riesgo no solo de participar en el funeral del padre Pro, sino también de gritar al paso de sus restos “¡Viva Cristo Rey!”.

Poco tiempo antes de su arresto, el ingeniero Jorge Núñez Prida, amigo suyo, le había preguntado qué haría si le condenaran a muerte. Padre Pro respondió que haría tres cosas:

  • en primer lugar, se arrodillaría en acto de contrición;
  • en segundo lugar, extendería los brazos formando una cruz en el momento de su muerte;
  • en tercer lugar, gritaría “¡Viva Cristo Rey!”.

E hizo las tres cosas.

 

Fuente: Aleteia

Profesor de Lovaina, cuestionado por llamar asesinato al aborto: «Los alumnos deben oír la verdad»

Profesor de Lovaina, cuestionado por llamar asesinato al aborto: «Los alumnos deben oír la verdad»

Carmelo López-Arias

«Las autoridades de la Universidad Católica de Lovaina (UCL) acaban de tener conocimiento de un escrito del señor [Stéphane] Mercier, encargado de curso invitado en el Instituto de Filosofía, sobre el aborto. Las autoridades han convocado inmediatamente a la persona afectada para escucharle e instruir el expediente. La persona será escuchada para aclarar el alcance de este escrito y la eventual utilización que se haya hecho de él en el conjunto de sus clases».

Están siendo días muy intensos para Stéphane Mercier, profesor invitado de la UCL, con contrato hasta septiembre. Leyendo este comunicado, difundido el martes por la institución académica, podria pensarse que Mercier defendió el aborto ante sus alumnos y la institución ha reaccionado, indignada en nombre de la Ley de Dios, para averiguar qué ha pasado y obrar en consecuencia.

El mundo al revés…

Pero no. Ya el título del propio comunicado de prensa lo dice todo: Escrito provida. La UCL reacciona. El escrito (que ReL ofrece a sus lectores) es, pues, «provida». Y por eso la universidad católica… ¡reacciona!

He aquí cómo concluye la nota: «Sea cual sea el resultado de la instrucción, el derecho al aborto está inscrito en el derecho belga y la nota de la cual ha tenido conocimiento la UCL está en contradicción con los valores propios de la universidad. El hecho de transmitir posiciones contrarias a estos valores en el ámbito de una clase es inaceptable«.

Las razones de Mercier

«He hablado con las autoridades. En dos palabras, están muy molestos con este asunto», explica el profesor Mercier a ReL: «Tras mi toma de posición están recibiendo numerosas peticiones para que digan por fin claramente cuál es la posición de la UCL. Como yo me mantengo firme y ellos están en el punto de mira de los medios, de los políticos y de los colegas universitarios, no saben qué hacer«.

Stéphane, sin embargo, sí: «Yo no sé si mi posición es contraria a los principios de la UCL. ¡Lo que es seguro, es que mi posición es conforme a lo que debería ser la posición de la UCL! La UCL debe decir lo que está conforme a la enseñanza de la Iglesia, que condena firmemente el aborto».

Y explica a ReL por qué incluyó su reflexión sobre el aborto dentro del curso de filosofía que está impartiendo: «Los alumnos deben oír la verdad, es importante que escuchen un discurso verdadero, fuerte y argumentado sobre una cuestión esencial que afecta a nuestra humanidad. Es importante que los estudiantes no se vean sofocados intelectualmente por un pensamiento débil y consensualista, que puedan ser interpelados por un discurso fuerte para reflexionar por sí mismos, y no sobre la base de los eslóganes impuestos por los medios. Esto forma parte del aprendizaje de la reflexión crítica. Y en las ciencias humanas no hay tema más importante que el derecho de todo ser humano a la vida desde el momento de su concepción».

El aborto, un «asesinato»

Vista desde fuera, la situación es, desde luego, chocante. Porque ¿qué decía ese «escrito provida» que pueda ser contrario a los valores de una universidad católica?

Stéphane Mercier es un joven doctor en Filosofía por la misma UCL y especializado en Filosofía Antigua e Historia de las Ideas. Su tesis doctoral versó sobre la convicción y la duda en la filosofía de Cicerón y ha preparado ediciones críticas de su De Officiis [Los deberes], y de la obra del humanista Jan van Havre (1551-1625) Ars virtutis sivi de vera anima tranquillitate [La ciudadela de la virtud o La verdadera tranquilidad del alma], además de un estudio sobre Dionisio Cartujano, Nicolás de Cusa y la reforma en Cristo, publicada en la revista cartuja Analecta Cartusiana.

Pero su escrito ya más famoso es La philosophie pour la vie [La filosofía por la vida], origen de la polémica. Con base en este artículo, el profesor Mercier ofreció una clase a sus alumnos que fue grabada por uno de ellos y difundida como si fuese el cuerpo de un delito, que los medios más proabortistas aprovecharon enseguida. He aquí la grabación:

¿Qué dijo Mercier y qué dice en el escrito cuestionado por la UCL? Mercier se confiesa tributario del pensamiento de Peter Kreeft (nacido en 1937), antiguo alumno de postgrado en Yale y profesor de Filosofía en el Boston College, converso al catolicismo desde el calvinismo por influencia de C.S. Lewis y por su estudio histórico que le llevó a concluir que la Iglesia fundada por Jesucristo era sola y exclusivamente la católica. Una de las obras más celebradas de Kreeft es su Handbook of Christian Apologetics [Manual de apologética cristiana], escrito en colaboración con el jesuita Ronald K. Tacelli.


El Manual de Apologética Cristiana es una de las obras más conocidas de Kreeft, quien inspira la perspectiva provida de Mercier.

«Mi aportación», dice Mercier en el escrito provida de la polémica, «es bastante secundaria: desarrollos, ampliaciones, ejemplos, la forma de presentar las cosas o de formular las ideas, etc. Pero, en cuanto al fondo de la cuestión, soy ampliamente deudor de Kreeft y otros autores, y por tanto poco original».

Peter Kreeft es desde hace muchos años maestro de numerosos pensadores católicos en el ámbito anglófono y fuera de él.

«Solo quiero examinar la cuestión siguiente», aclara Mercier en los primeros párrafos: «¿Qué argumento filosófico y moral puede establecer que el aborto es un asesinato criminal y que por tanto jamás está justificado? Y veremos que el nudo de la cuestión es éste: todo lleva a pensar que el embrión y el feto son personas humanas a todos los efectos«.

Justo porque lo son a todos los efectos, Mercier extrae una conclusión más adelante que es la que más problemas le ha causado: «Algunos dicen que reprueban el aborto a título personal como algo inmoral, pero que jamás se les pasaría por la cabeza hacerlo ilegal. Razonamiento de un absurdo sorprendente», dice comparándolo con una violación. «Si el aborto es un asesinato, como hemos dicho, ¿no es acaso más grave que la violación? Una violación es inmoral, y por fortuna también ilegal. El aborto, que es más inmoral, ¿no debería, con mayor razón aún, ser también ilegal?«.

Esta defensa de la ilegalización del aborto es la que la Universidad de Lovaina considera incompatible con sus principios, dado que contravendría la legislación abortista belga, cuya ley de plazos lo convierte en derecho hasta las 12 semanas de gestación.

Ante la realidad del crimen abortista, sostiene Mercier, no es posible adoptar la actitud de Pilatos, quien «teniendo el poder para oponerse a ese crimen, deja las manos libres a quienes quieren perpetrarlo«.

Ahora queda ver qué hace la Universidad Católica de Lovaina: si respalda a su profesor, lo reprueba de alguna forma o guarda silencio. Mercier aguarda tranquilo esa decisión: «Estoy orgulloso de la posición firme que defiendo como ser humano, como filósofo y como católico, por el honor de Dios y por la protección de nuestros hermanos más vulnerables«.

Pincha aquí para leer el texto del profesor Stéphane Mercier en su integridad.

 

Fuente: Religión en libertad

Terminó internada tras un curso de coaching de ‘manipulación emocional’

Terminó internada tras un curso de coaching de ‘manipulación emocional’

La joven de 30 años pagó una abultada suma de dinero y llegó a participar del primero y el segundo nivel, pero nunca imaginó que terminaría internada en un sanatorio privado.

Después de que le insistieran mucho, N. tomó la decisión de participar del “curso vivencial” del que su amiga tanto le había hablado y donde sacarían “lo mejor” de ella. La joven de 30 años pagó una abultada suma de dinero y llegó a participar del primero y el segundo nivel, pero nunca imaginó que terminaría internada en un sanatorio privado por un pico de estrés provocado por la experiencia. “Los médicos me aseguraron que todo fue producto de la manipulación emocional que sufrí, sé que no tiene las mismas consecuencias en todas las personas, pero también conozco a quienes les provocó depresiones u otras afecciones; lo que quiero es que nadie más pase por esta situación”, advirtió N., ya recuperada.

   La oferta en la ciudad no es nueva y se presenta como coaching de liderazgo o coaching ontológico, o bien cursos vivenciales o experimentales. Ya en junio de 2010, La Capital dio cuenta del nuevo fenómeno que se había instalado en Rosario; nada menos que un gran negocio que busca sustituir los tratamientos tradicionales.

   Dar seguridad, mejorar la vida, cambiar aspectos de la personalidad, superar obstáculos y dificultades, y estar “entrenado” para eso son algunas de las promesas que los cursos, de los que hay varios niveles, ofrecen a través de la consultora Cpar.

   Claro que para eso, la joven pagó “en promoción” 1.500 pesos en efectivo para participar del primer nivel, y otros 4.600 pesos financiado con tarjeta de crédito el segundo nivel. Teniendo en cuenta que cada curso, que se extiende por varios días, tiene unos 25 participantes, eso resulta una buena cifra de dinero para los organizadores.

Las dinámicas. N. supo del curso a través de una de sus mejores amigas, que le insistió en varias oportunidades de participar. Siempre reticente, terminó cediendo y el 9 de septiembre de este año se sumó al primer nivel, que se llevó adelante durante tres días de la semana, y el sábado se extendió toda la jornada de 9 a 18.

“La primera parte es teórica, después empieza a haber dinámicas de juegos, algunos matemáticos y otros ejercicios más emocionales”, contó la joven y recordó que “el final del curso es como una especie de graduación, donde participan tus familiares, y llegan después de haber realizado una dinámica de abrazos y donde a muchos participantes los encuentran emocionados o incluso llorando”.

Pasada una semana, el 22 de septiembre, comenzó la segunda etapa. “Te hacen sacar el reloj y perdés la noción del tiempo; obviamente, uno acepta esas reglas de juego, pero no te das cuenta de que estás manipulado y cuando termina el día, después de tantas horas ahí, tenés un nivel de agotamiento físico y mental muy grande”, explicó N.

En esta segunda etapa, según su relato, se hacen “ejercicios, como el del perdón u otro donde tenés que elegir a quién salvarías de tu familia en una balsa; o incluso un simulacro de tu propia muerte, donde tenés que decirle a tu familia un mensaje antes de morir”. Si bien aclaró que “en ese momento no se vive como algo que pueda hacer daño”, reconoció que “son dinámicas fuertes, que te conmueven y te movilizan”.

Es más, uno de los ejercicios principales es desafiar sus propios miedos y salir a la vía pública vestidos de una manera en la que nunca lo harían. “Ese fue un ejercicio que me resultó sumamente estresante”, recordó la joven.

El cierre, llamado “Noche Mágica”, convoca a los participantes a poner en escena un personaje e interpretarlo ante un público de más de un centenar de personas. “A mí me tocó ser (la cantante) Thalía, y después de eso, frente al público, firmás un contrato donde decís cuáles son las cualidades que adquirís en ese momento”, contó la joven, y señaló que en el suyo se comprometió a ser una persona “libre y creativa”.

Malestar. El mismo sábado del final de curso apareció el malestar. “Empecé a sentirme mal”, contó N., que sufrió “delirios, alucinaciones y finalmente pérdida del conocimiento”. Ante el cuadro, su familia decidió internarla en un sanatorio de la ciudad, donde pasó 72 horas.

“Después de hacerme estudios y análisis, me diagnosticaron un pico de estrés que tanto la psiquiatra como la psicóloga coincidieron en que fue producido por los ejercicios del curso, que fui víctima de una manipulación durante dos días, donde trabajan con tus emociones más bajas y tristes, y te hacen creer que podés lograr cualquier cosa”, insistió N.

Ella aclara todo el tiempo que esa fue su “experiencia personal”, pero advirtió: “Aunque no todos sufran lo mismo, sé de personas que también han tenido consecuencias y nadie advierte sobre ese riesgo. No quiero que nadie más pase una situación de este tipo”.

«Tengo 78 años y tuve un hijo tras una violación al cual entregué en adopción. Nunca me he arrepentido de haberle dado la vida»

«Tengo 78 años y tuve un hijo tras una violación al cual entregué en adopción. Nunca me he arrepentido de haberle dado la vida»

Por Patricia Lawrence
Tengo 78 años y deseo contar mi historia ahora que todavía tengo la oportunidad. Quiero que la gente sepa que el embarazo por violación no es culpa del niño, así que, ¿por qué deberíamos castigar al niño por algo que el padre biológico hizo?
Mis años de adolescencia fueron difíciles. Mi madre era demasiado permisiva conmigo y mi padre no estaba allí para resolver los problemas que tenía en este momento de mi vida. Papá incluso se negaba a pagar nuestra manutención establecida por el juez. Yo interpreté todo esto como que no me querían. Así que me enrolé en el Ejército de Mujeres de Estados Unidos.
Tras ocho semanas de formación básica, quedé para una cita a ciegas. Él estaba también en el Ejército, estacionado en la misma base que yo. Todo lo que recuerdo es que condujo hasta llegar a algún sitio y me dio una bebida. Me desmayé y no tengo ningún recuerdo del resto de la noche. Ni siquiera sé cómo volví a los cuarteles y a mi cama.
Dos semanas más tarde, mientras formaba para mi inspección, me desmayé. Me llevaron a la enfermería donde el médico me examinó y dijo: «A juzgar por sus síntomas diría que está embarazada». Le respondí: «¡No puedo estar embarazada porque no he hecho nada para quedar embarazada!». Luego dijo: «Sin embargo, tenemos que hacer una prueba para ver si está embarazada».
Yo quedé totalmente destrozada al saber que estaba embarazada, ya que no había estado alternando y supe, de inmediato, que tenía que haber sido esa noche. El día de mi cita me debió de haber drogado y me violó. Por supuesto, le dije al médico lo que había sucedido y el Ejército puso en marcha una investigación y contactó con el violador, pero a mí me excluyeron de toda información y nunca, nunca fui informada de nada.
Mi comandante me dio 48 horas para llamar a casa y decirle a mi madre lo que había pasado y que estaba embarazada. Cuando llamé a casa y le dije a mi madre que me echaban del Ejército porque estaba embarazada, ella preguntó de inmediato: «¿Quién, qué, dónde, por qué, cuándo y cómo?» Le hablé de la violación y ella dijo que tenía que volver a casa. Tras un par de semanas para realizar todos los trámites me fui del Ejército, y volví a casa.
Mi madre y dos hermanas me recibieron en la estación de autobuses y nos metimos en el coche de mi madre. Sus primeras palabras fueron: «Patricia, vas a abortar». Era mayo de 1957, tenía 18 años y no sabía qué significaba esa palabra. Ella me dijo que significaba «que tomarían el bebé» de mí. Por la forma en que lo dijo, supe que quería decir que algo iba a ocurrir muy rápidamente, y que ella no estaba diciendo que iban a dar el bebé en adopción después del nacimiento. Me di cuenta de que esto significaba que iban a matar a mi bebé.
Seguí yo: «No voy a abortar porque es un asesinato y no voy a presentarme delante de Dios como alguien que cometió un asesinato». Mi madre respondió: «Patricia, estás siendo estúpida». Mis dos hermanas también acordaron que yo debía abortar. Me sentía como si todo el mundo se hubiese  aliado contra mí, pero yo sabía que tenía que defender lo que era correcto.
La relación entre mi madre y yo se enfrió cada vez más en las próximas semanas. Una tarde, yo estaba durmiendo en la cama y al despertar vi a mi madre que sostenía un rifle a una pulgada de mi cara, entre mis ojos. Yo estaba totalmente aterrada. Al instante, le empujé la pistola a un lado, desesperadamente, diciéndole: «¿Qué estás haciendo?». Ella dijo: «Estoy tratando de asustarte para que abortes al niño».
En ese momento, decidí que iba a dejar la casa de mi madre. Ella se burló de mí, preguntando: «¿Dónde vas a ir?». Le dije: «Juanita, mi hermana mayor me va a ayudar». Pero mamá dijo: «Ella no quiere, siente vergüenza».
Sin embargo, en cuestión de días fui a vivir con mi hermana mayor, Juanita. Poco después de llegar a su casa, mi otra hermana, María, vino y me dijo: «Patricia, extiende tu mano». Cuando le tendí la mano, dejó caer en ella cerca de 20 pastillas y dijo: «Mamá dice que tienes que tomar esto, todas a la vez». Yo sabía lo suficiente para saber que la ingesta de 20 pastillas de cualquier tipo era peligroso para la salud y que mi madre tenía la intención de matarme. Entré en el cuarto de baño y tiré en el inodoro las pastillas y le dije a a mi hermana: «Puedo callarme, pero no soy estúpida.»
Después del nacimiento de mi hijo, mi madre me confesó que las píldoras eran un medicamento que se da a los pacientes del corazón, y de haberlas tomado como mi hermana me indicó, habría tenido un infarto. Ella nunca se disculpó, pero creo que, a su manera, estaba tratando de decirme que lo sentía.
Por último, se hicieron gestiones para que ingresara en la Casa del Ejército de Salvación para Madres Solteras en St. Louis, Missouri, en noviembre de 1957, donde pasé el resto de mi embarazo. Allí experimenté por primera vez en mi vida el amor incondicional, el amor de las trabajadoras de allí que nos amaban a todas nosotras y nunca nos echaban nada en cara. Jamás nos reprocharon nada a ninguna de las nueve niñas que estábamos allí a su cargo.
Mi hijo nació el 11 de enero de 1958, de madrugada. Era un bebé grande, hermoso. Mientras era entregado en adopción, ya que ésa era la política del Ejército de Salvación en el hospital dentro del hogar para madres biológicas, mis ojos estaban cubiertos con una toalla. También ataron mis brazos hacia abajo, así que no podía quitarme la toalla. No dejaron que lo viera hasta dos días después, en presencia de un trabajador social. 
Me dijeron que yo lo podía coger en brazos, pero decidí no hacerlo porque no quería que se uniera conmigo, ya que tenía que vincularse a su madre adoptiva y no a mí. Por su bien y por el mío sabía que era mejor que lo entregara en adopción. Incluso hoy, mi corazón se rompe cuando pienso en ese momento, mirando a través de la ventana del cuarto, diciéndole: «Lo siento mucho mi niño precioso que tengo que renunciar a ti, por tu bien y el mío, tengo que hacer esto, así que por favor, perdóname». Me encantó ese niño. Había luchado por él. Yo sabía que había hecho lo correcto para él.
Yo no era  creyente – yo no era cristiana en ese momento, pero sabía que había un Dios justo y que yo estaba haciendo lo que era correcto delante de Él y que lo honraba de alguna manera.
Renunciar a este hijo fue y sigue siendo una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mi vida, pero yo sabía que su vida valía la pena y no me arrepentía de todo lo que había pasado.
Cuando vi a mi hijo, no vi al violador. Vi a mi hijo, mi propia carne y sangre.
Dos semanas más tarde, volví a casa y nunca se me permitió hablar de lo que había pasado. Me dijeron que, por ser madre, «nunca encontrarás a un hombre decente que se case contigo. Sin embargo, siete meses más tarde, me encontré con Wayne.  
Estaba aterrorizada de que mi madre pudiera tener razón. Sin embargo, tras un mes  de citas, le dije a Wayne que había tenido un hijo. Yo sabía que nos estábamos enamorando y vi que él tenía el derecho a saber mi historia. Después de contarla, él me llevó a casa y pensé: «Ahí va otro. Nadie quiere mercancía usada». Dos días más tarde, Wayne me llamó y me preguntó si podía venir a verme. Él me llevó a un lugar maravilloso en las montañas de San Gabriel, aparcó el coche debajo de un árbol, un pino hermoso, se volvió hacia mí y dijo: «Patricia, no me importa dónde has estado o lo que has hecho. Lo que es importante para mí es lo que puedes ser para mí ahora y en el futuro». Cinco días más tarde, él me pidió  matrimonio.
Nos casamos hace 36 años, 8 meses y 2 días, y él me ha amado a pesar de todo lo que había pasado. Hemos tenido tres hijas. Rezaba a Dios: «¿Por qué no me das un hijo para criar?» Y sentía que Dios me respondía que mi hija había nacido el día de Navidad para recordarme que Dios sabía lo que era entregar a su único hijo.
Años después, el 20 de mayo de 1993, comenzamos un viaje a Missouri a la ciudad natal de mi hijo Bob. Habíamos acordado reunirnos en el estacionamiento de una tienda Wal-Mart. Cuando llegamos Wayne y yo, no vimos a nadie que pudiera ser mi hijo, así que esperamos en un banco fuera de la tienda. A los 10 minutos, empezó a caminar hacia nosotros un hombre grande. Le acompañaba una mujer. Yo le había descrito la ropa que llevaría, de modo que sabía cómo identificarme. Cuando se acercó, me sentí como una pieza de un puzzle que acaba de encontrar su lugar. Nos dimos la mano. hablamos un poco y su esposa y él nos pidieron que los acompañáramos a su casa.
Esa noche, Bob nos llevó a mi marido y a mí a la casa de su madre para cenar. Era un honor conocer a la mujer maravillosa que había sido la madre de mi hijo y lo había criado. Siento un profundo agradecimiento por el trabajo que hizo, ya que yo no lo podía hacer. Siempre ha sido una heroína para mí.
Le agradecí el trabajo maravilloso que había hecho en la crianza de mi hijo, su hijo. A pesar de que yo soy su madre biológica, ella es, de hecho, su madre. Ella hizo todas las cosas que hace una madre y las hizo bien. En mi mente siempre será su madre.
Antes de la cena, dijo, «Patricia, ¿tendrías inconveniente en bendecir nuestra comida?». Fue un honor.
Aquel día fue muy especial ya que pude hablar y abrazar a mi hijo por primera vez. Mi corazón se llenó de felicidad, y me sentía orgullosa de haberle dado la vida, cuando otros me querían obligar a abortar.
Les narré los detalles de cómo ocurrió todo y que la única cosa que podía hacer en ese momento, por su bien y por el mío también, era entregarlo en adopción. Cuando conté la historia, Bob hizo que la espera de 35 años valiera la pena. Me miró a los ojos y dijo: «Gracias».

El año pasado, una semana después de su cumpleaños, mi hijo me sorprendió por completo al recogerme y llevarme a comer a un restaurante que frecuentaba en mi ciudad natal. Le presenté mi hijo a la camarera, diciéndole que era el hijo que había dado en adopción. Mi hijo miró fijamente a la camarera, me señaló y dijo: «Quiero que sepan que esta es una mujer muy fuerte». Mi corazón se llenó de orgullo cuando le escuché pronunciar esas palabras.
Espero que todos ustedes pueden apreciar cómo Dios toma las miserias de nuestras vidas y Él las convierte en una bella imagen.
BIO: Patricia Lawrence es  mujer viuda, madre de 3 hijas y madre biológica de un hijo, abuela de 7 nietos, y bisabuela de 6. Ella reside en Las Cruces, Nuevo México en este momento, pero pronto se mudará a Peoria, Arizona, para vivir con una de sus hijas, ya que está perdiendo la vista. Patricia colabora con Salvar El 1 (Save The 1) y ha escrito un libro con  su historia.

La contaminación es potencialmente mortal para los niños

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«Un ambiente contaminado es potencialmente mortal, en particular para los niños pequeños», declaró la Dra. Margaret Chan, directora general de la OMS (Organización Mundial de la Salud). «Sus órganos en desarrollo, su sistema inmune, el tamaño de sus cuerpos y vías respiratorias, los hace especialmente vulnerables al aire y al agua sucios.»
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Los niños pequeños expuestos a la contaminación, tanto en exteriores como en interiores, incluyendo el humo del cigarro, sufren un mayor riesgo de padecer neumonía durante la infancia, así como sufrir de enfermedades respiratorias crónicas, como el asma, de acuerdo con reportes de expertos.
La OMS también alertó sobre el aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, infarto y cáncer debido a la exposición a la contaminación. No obstante, más del 90 por ciento de la población mundial está forzada a respirar en un medio ambiente que no cumple con la norma de calidad establecida por este organismo encargado de la salud a nivel global.
El respirar en un ambiente contaminado, ya sea en lugares cerrados o al aire libre, causa un importante efecto en la salud y en el desarrollo de los niños, y no solo en el contexto estereotipado de las grandes ciudades, sino incluso en las comunidades rurales muy pobres, donde la gente cocina en el interior de sus viviendas sin una adecuada ventilación, afirmó Joy Lawn, profesor de Epidemiología en salud infantil y reproducción materna en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

Por su parte, John Holloway, profesor de las materias Alergias y Genética Respiratoria en la Universidad de Southampton, advierte acerca de los daños potenciales a largo plazo que ejerce la exposición a los contaminantes en los primeros años de vida, ya que afectan de por vida la salud y el bienestar de las personas.

 

«La violencia del aborto es más extrema en mi memoria que el dolor de las violaciones que sufrí»

«La violencia del aborto es más extrema en mi memoria que el dolor de las violaciones que sufrí»

 ReL    25 marzo 2017

Nona Ellington es ahora una conferenciante y escritora provida que vive en Houston. Pero su vida ha estado marcada por el sufrimiento.  Fue violada en distintas ocasiones y en una de ellas se quedó embarazada.

Tenía miedo de decir a sus padres, su madre devota bautista del sur y su padre pastor, que había sido violada. Al final su madre se enteró del embarazo y la llevó abortar. A partir de ese momento su vida fue infierno, una situación que duró décadas donde incluso intentó suicidarse. Al final consiguió ayuda, pudo perdonarse y perdonar y recuperó la fe. Ahora, en Salvar el 1 cuenta su testimonio de cómo abortar le provocó incluso más sufrimiento que la propia violación:

A los 13 años fui violada por un miembro de la familia de 15 años que  robó mi virginidad. Tenía miedo, pues no había recibido ninguna educación sexual hasta el momento. Pensé de inmediato que estaría embarazada. Yo tenía miedo de contarlo porque el violador era de la familia y, como me había drogado con marihuana, estaba muy avergonzada por no haber podido defenderme del ataque.

Como resultado, me refugié en las drogas, el alcohol y busqué alternar con hombres mayores que yo. Después de un año, fui violada otra vez por un primo que era 10 años mayor que yo. Me llevó al bosque y me violó en su camioneta.

Una vida que se volvió «oscura»
Desde ese momento sentí que exhibía un gran cartel que decía: «Viola a esta niña». Mi vida se volvió un lugar oscuro, sentía  tanta vergüenza… No quería arruinar a mi familia que es lo que habría pasado si hubiese contado a alguien lo que había sucedido porque sabía que mi primo  iría a la cárcel. Además, dudaba de que alguien creyera mi historia.

Me distancié de mis padres. Yo estaba muy involucrada  en la iglesia a la que iba con mi madre, pero me acabé juntando con personas muy poco recomendables para  salir a divertirme, entre ellos adictos a la marihuana. Incluso me expulsaron a los 14 años de la escuela privada cristiana a la que iba debido a mi comportamiento.

Violada ahora por el que consideraba su novio
En el segundo año de preparatoria, entré en una escuela pública y pronto conocí a un muchacho con el que comencé a salir. Me llevó a la casa de su primo después de la escuela porque no había adultos en casa. Después de haber fumado marihuana que debió de mezclar con alguna droga, me encerró en la habitación de su primo y me violó.


Nona Ellington tuvo una adolescencia y juventud marcada por el sufrimiento y la soledad producida por las violaciones y por el aborto

Me dejó en la habitación devastada, y podía oírlo a él y a su primo riéndose al respecto de lo sucedido. Yo  sólo quería salir de allí y regresar  a casa, pero ni siquiera sabía dónde estaba, así que dependía del tipo que me violó para que me devolviera  a mi casa.

Embarazada fruto de la violación
Después de unas semanas, mi período no llegó. Llamé por teléfono  a una de mis hermanas mayores para contarle mi situación y mi hermana  me aconsejó  que abortara. A los 15 años, ni siquiera sabía qué era un aborto. Mi madre oyó nuestra conversación, entró en la habitación y me arrebató  el teléfono. Durante su conversación, mi hermana convenció a mi madre de que necesitaba abortar. No tengo ni idea de cómo logró esto, porque mi madre tenía 9 hijos y era, como ya he dicho, muy devota.

Tenía miedo, así que hice un «trato» con Dios: «Por favor, ayúdame a no estar embarazada, si no estoy embarazada, prometo no volver a tener sexo fuera del matrimonio».

Mi hermana me llevó a Planned Parenthood en Houston donde me hicieron una prueba de embarazo y confirmaron mi embarazo. Yo estaba en estado de shock. Me dijeron que en esta primera etapa de sólo cinco semanas, «eso» era sólo un trozo de tejido. También me dijeron que tenía que abortar, ya que yo era demasiado joven y todavía estaba en la escuela. No sabía qué preguntas hacer en cuanto a otras opciones. Todo lo que se discutió fue el aborto, y me mandaron a otra clínica para que me lo practicaran.

Nadie le dijo que tenía la opción de quedarse con el bebé o darlo en adopción
Estaba devastada. En la escuela se lo conté  a todas mis amigas y todas me recomendaron un aborto. Todo el mundo me decía que realmente: «No es gran cosa, la gente lo hace todo el tiempo, especialmente si todavía están en la escuela».

Absolutamente nadie me sugirió que me quedara con el bebé o que lo diera en adopción. Sentía que el aborto era mi única opción y carecía completamente de educación sobre el embarazo. Yo estaba llena de vergüenza y culpa, incluso antes del aborto.

Cuando le dije al tipo que me había violado que estaba embarazada y necesitaba dinero para un aborto, él negó ser el padre, lo que incrementó  mi vergüenza. Sin embargo, bajo la presión de mi hermana, decidió pedir dinero en la escuela para poder costear el aborto y entregó a mi hermana un montón de billetes.

Su madre y su hermana decidieron que debía abortar
Alrededor de octubre de 1983, mi mamá y mi hermana me llevaron al centro de aborto. Mi padre nunca se enteró hasta más de 20 años después. Ni mi mamá ni yo éramos conscientes de lo que un aborto hace a un bebé o de lo que le supone a una mujer, pero ella sabía lo suficiente como para ocultárselo a mi papá.

Lo que sí recuerdo es que mi madre estaba horrorizada después de darse cuenta de que había mujeres en la sala de espera con embarazos mucho más avanzados que el mío, y me dijo: «¿Qué están haciendo todas estas mujeres aquí? Parece que están a punto de parir».

Mi hermana llevó el papeleo, pero ni a mamá ni a mi hermana se les permitió entrar conmigo en la sala de “asesoramiento”. Una mujer mayor me advirtió que como yo era tan joven y tan pequeña, corría el riesgo de no ser capaz de tener hijos más adelante. Pero para mí, el matrimonio y los hijos estaban en un futuro muy lejano y como no me permitieron tener a mi madre junto a mí, no fui capaz de tomar una decisión informada.

La soledad y el desamparo frente al aborto
Mirando atrás, creo que esta fue la primera señal que Dios me dio para no abortar. Realmente creo que si mi madre hubiera estado en la habitación conmigo, no lo habría hecho.

Recuerdo también como yacía sobre una mesa de aborto dura y fría. Nunca me presentaron al médico. Sólo recuerdo que era un hombre. Cuando la enfermera me estaba preparando, podía oír la voz de mi madre en la puerta, preguntando: «¿Está mi hija ahí?». Luego le dijeron: «Señora, no puede entrar». Nunca hemos vuelto a hablar sobre lo ocurrido desde entonces, pero creo que mi mamá quería sacarme de allí y esa fue la segunda señal.
Me dijeron que centrara mi vista sobre un móvil para bebé colgando del techo. Ahora que lo recuerdo, me doy cuenta de lo sádico que esto fue.

Un sufrimiento mayor que el de la violación
Podía oír y sentir todo lo que me estaba sucediendo. Nunca había ido a un ginecólogo antes, y sentía que todo mi interior estaba siendo arrancado de mí. He oído decir que el aborto es como una violación, y es cierto, pero peor que la violación debido al nivel devastador de violencia que conlleva. La violencia y el dolor del aborto son más extremos en mi memoria que la violencia y el dolor de las violaciones.

Estaba sangrando profusamente cuando me fui. Mi madre y mi hermana me llevaron a un restaurante pero me desmayé porque estaba emocional y físicamente muy dañada. Después de eso, el aborto fue un tema tabú para ellas.
A partir de ahí, caí en las drogas, alcohol y promiscuidad. Yo estaba completamente vacía espiritualmente, rebelada completamente en contra de mi educación cristiana. Me sentía  entumecida, sin ganas de vivir.

A medida que iba experimentando  todos estos sentimientos, tratando de llenar este enorme vacío dentro de mí, comencé una relación muy abusiva con un muchacho y finalmente me casé con él a los 19 años.

Sufrió cinco abortos
El aborto realmente arruinó todas mis posibilidades de tener hijos. Sufrí 5 abortos involuntarios durante mi matrimonio de 18 años, lo que desencadenó  el divorcio. Tres de estos abortos fueron embarazos ectópicos, que requirieron cirugía de emergencia y experiencias muy cercanas a la muerte. Yo añoraba tanto un bebé para tratar de suplir al que maté…

A los 32 años y debido a mi baja autoestima por las violaciones, el aborto, la vergüenza, el matrimonio abusivo, la pérdida de mis hijos y mi infertilidad, intenté suicidarme. La experiencia del aborto no hizo que la experiencia de la violación fuera mejor, sino que me llevó a un lugar mucho más oscuro, y ahora me doy cuenta de que había estado sufriendo de depresión clínica todos esos años.

Su vuelta al cristianismo
Dios entonces comenzó a acercarme a Él a través de la música cristiana que escuchaba en la radio. Conforme el Señor me llenaba de Su Verdad, devolví mi corazón a Cristo, y la radio se convirtió en mi Iglesia. Incluso me comprometí a dejar de fumar.

Un día, en mi emisora ​​de radio cristiana local, comenzaron lo que llamaron el “baby shower” más grande del mundo a favor de  centros de apoyo para mujeres embarazadas. Oí a una mujer hablando de los centros, y supe que tenía que coger el teléfono, llamarla y ponerme a su disposición para poder decir a otras mujeres la verdad del aborto. Me di cuenta de que Dios había estado trabajando en mí para hacerme ver que muchos de los problemas en  mi vida fueron causados por mi aborto.

El taller de sanación que le salvó la vida
Hasta ese momento, todavía me consideraba pro-elección (pro-aborto), porque me sentía como si me hubieran obligado a tener un aborto y realmente no me habían dado otra opción.

Cuando visité el centro de apoyo para mujeres embarazadas  en el centro de Houston, la directora me preguntó si alguna vez me habían practicado un aborto, y rompiendo mi silencio, le conté mi historia. Y me dijeron que para poder ser voluntaria en este centro tenía que participar en un taller de sanación después del aborto llamado «Belleza en lugar de cenizas». ¡Era tan alentador el escuchar que algo así existía!

Veinte años después, se lo contó a su padre
Este taller me salvó la vida. Mi esposo abusivo no quería que participara y tampoco quería que fuera  voluntaria en el centro. Fue una gran batalla volver al Señor, pero recibí mucha sanación a través de este taller. Tuve la oportunidad de bautizar a cada uno de mis seis bebés, y Dios me curó para poder ayudar  a otras personas y cambiar mi vida.

Durante este tiempo, también había comenzado a asistir a la iglesia con mi papá. Como dije, él era evangélico, así que yo tenía miedo de contarle mi aborto.


Nona es ahora una activista provida y da testimonio con su propia vida

Fue casi 20 años más tarde, mientras yo estaba participando en el estudio de sanación, cuando se lo conté. Se quedó muy afligido por la noticia de haber perdido a un nieto. Me dijo: «Si hubiera sabido que iba a tener un nieto, yo mismo habría criado a ese bebé».

Convencida de la relación con su cáncer de mama
El aborto fue la decisión más egoísta que he tomado en toda mi vida. Afectó a todo en mi vida y causó devastación en mi mente, alma y cuerpo. Causó la pérdida de mis otros cinco bebés, mi infertilidad, y también estoy convencida de que me causó el cáncer de mama a la edad de 45 años en 2014. Las investigaciones han demostrado que el aborto puede causar cáncer de mama especialmente cuando es practicado a temprana edad.

Hay sanación para corazones y vidas rotas después del aborto, a través del amor y perdón de Jesucristo. Su Cruz del Calvario elimina toda vergüenza, amargura, odio y pecado, sólo necesitamos creer y recibirlo en nuestro corazón.

De haber tenido apoyo, «no hubiera abortado»
Ruego que cualquiera que lea este testimonio que esté considerando el aborto para sí misma o para alguien más considere la posibilidad de buscar ayuda en un centro de apoyo para mujeres embarazadas donde le proporcionen información sobre todas sus opciones. Estoy convencida de que si alguien me hubiera llevado a un centro de apoyo para mujeres embarazadas, no hubiera abortado.

Quiero que todos sepan que el aborto no arregla la violación y que la experiencia del aborto es más perjudicial física y emocionalmente que la violación en sí. Mi hijo tenía todo el derecho a la vida y yo haría cualquier cosa a mi alcance para tener a ese niño en mis brazos, o para haberlo entregado a una pareja amorosa que lo hubiese amado en lugar de haberlo matado…

Más testimonios y noticias sobre el aborto aquí

Fuente: Religión en libertad

 

Mexicano gana primer lugar en el Mundial de Fotografía 2017

Mexicano gana primer lugar en el Mundial de Fotografía 2017

El artista se colgó la medalla de oro con su fotografía «Believe», tomada en Chile

Por Eugenio Moto

La fotografía es una actividad muy popular en México, pero no la amateur, sino también en el ámbito profesional. Este gusto ha rendido frutos, pues el mexicano Pepe Soho ganó hace un par de días la medalla de oro en el Mundial de Fotografía 2017.

El Mundial de Fotografía es organizado por la Federación Europea de Fotógrafos Profesionales (FEP), Fotógrafos Profesionales de América (PPA) y está apoyado por la Unión de Fotógrafos Profesionales de Asia (UAPP) y el Instituto Australiano de Fotografía Profesional (AIPP). El evento se llevó a cabo en Yokohama, Japón y en él participaron artistas de más de 26 países. La fotografía ganadora que le valió el oro a Soho, se llama «Believe» y fue tomada en las Torres del Paine, en Chile.

El fotógrafo mexicano señaló que ganar esta medalla es una manera de decir a los mexicanos que «nunca abandonen sus sueños, que salgan de su zona de confort y se entreguen en cuerpo y alma a perseguirlos, porque dios siempre conspira a favor de los que luchan por conseguirlos».

Sin duda, ganar este evento fue un premio al duro trabajo que ha realizado el artista durante los últimos años, pero también es un recordatorio para todos los mexicanos de que con muchas ganas y esfuerzo es posible lograr cosas increíbles. Puedes ver más fotografías de Soho a continuación: