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Profesor de Lovaina, cuestionado por llamar asesinato al aborto: «Los alumnos deben oír la verdad»

Profesor de Lovaina, cuestionado por llamar asesinato al aborto: «Los alumnos deben oír la verdad»

Carmelo López-Arias

«Las autoridades de la Universidad Católica de Lovaina (UCL) acaban de tener conocimiento de un escrito del señor [Stéphane] Mercier, encargado de curso invitado en el Instituto de Filosofía, sobre el aborto. Las autoridades han convocado inmediatamente a la persona afectada para escucharle e instruir el expediente. La persona será escuchada para aclarar el alcance de este escrito y la eventual utilización que se haya hecho de él en el conjunto de sus clases».

Están siendo días muy intensos para Stéphane Mercier, profesor invitado de la UCL, con contrato hasta septiembre. Leyendo este comunicado, difundido el martes por la institución académica, podria pensarse que Mercier defendió el aborto ante sus alumnos y la institución ha reaccionado, indignada en nombre de la Ley de Dios, para averiguar qué ha pasado y obrar en consecuencia.

El mundo al revés…

Pero no. Ya el título del propio comunicado de prensa lo dice todo: Escrito provida. La UCL reacciona. El escrito (que ReL ofrece a sus lectores) es, pues, «provida». Y por eso la universidad católica… ¡reacciona!

He aquí cómo concluye la nota: «Sea cual sea el resultado de la instrucción, el derecho al aborto está inscrito en el derecho belga y la nota de la cual ha tenido conocimiento la UCL está en contradicción con los valores propios de la universidad. El hecho de transmitir posiciones contrarias a estos valores en el ámbito de una clase es inaceptable«.

Las razones de Mercier

«He hablado con las autoridades. En dos palabras, están muy molestos con este asunto», explica el profesor Mercier a ReL: «Tras mi toma de posición están recibiendo numerosas peticiones para que digan por fin claramente cuál es la posición de la UCL. Como yo me mantengo firme y ellos están en el punto de mira de los medios, de los políticos y de los colegas universitarios, no saben qué hacer«.

Stéphane, sin embargo, sí: «Yo no sé si mi posición es contraria a los principios de la UCL. ¡Lo que es seguro, es que mi posición es conforme a lo que debería ser la posición de la UCL! La UCL debe decir lo que está conforme a la enseñanza de la Iglesia, que condena firmemente el aborto».

Y explica a ReL por qué incluyó su reflexión sobre el aborto dentro del curso de filosofía que está impartiendo: «Los alumnos deben oír la verdad, es importante que escuchen un discurso verdadero, fuerte y argumentado sobre una cuestión esencial que afecta a nuestra humanidad. Es importante que los estudiantes no se vean sofocados intelectualmente por un pensamiento débil y consensualista, que puedan ser interpelados por un discurso fuerte para reflexionar por sí mismos, y no sobre la base de los eslóganes impuestos por los medios. Esto forma parte del aprendizaje de la reflexión crítica. Y en las ciencias humanas no hay tema más importante que el derecho de todo ser humano a la vida desde el momento de su concepción».

El aborto, un «asesinato»

Vista desde fuera, la situación es, desde luego, chocante. Porque ¿qué decía ese «escrito provida» que pueda ser contrario a los valores de una universidad católica?

Stéphane Mercier es un joven doctor en Filosofía por la misma UCL y especializado en Filosofía Antigua e Historia de las Ideas. Su tesis doctoral versó sobre la convicción y la duda en la filosofía de Cicerón y ha preparado ediciones críticas de su De Officiis [Los deberes], y de la obra del humanista Jan van Havre (1551-1625) Ars virtutis sivi de vera anima tranquillitate [La ciudadela de la virtud o La verdadera tranquilidad del alma], además de un estudio sobre Dionisio Cartujano, Nicolás de Cusa y la reforma en Cristo, publicada en la revista cartuja Analecta Cartusiana.

Pero su escrito ya más famoso es La philosophie pour la vie [La filosofía por la vida], origen de la polémica. Con base en este artículo, el profesor Mercier ofreció una clase a sus alumnos que fue grabada por uno de ellos y difundida como si fuese el cuerpo de un delito, que los medios más proabortistas aprovecharon enseguida. He aquí la grabación:

¿Qué dijo Mercier y qué dice en el escrito cuestionado por la UCL? Mercier se confiesa tributario del pensamiento de Peter Kreeft (nacido en 1937), antiguo alumno de postgrado en Yale y profesor de Filosofía en el Boston College, converso al catolicismo desde el calvinismo por influencia de C.S. Lewis y por su estudio histórico que le llevó a concluir que la Iglesia fundada por Jesucristo era sola y exclusivamente la católica. Una de las obras más celebradas de Kreeft es su Handbook of Christian Apologetics [Manual de apologética cristiana], escrito en colaboración con el jesuita Ronald K. Tacelli.


El Manual de Apologética Cristiana es una de las obras más conocidas de Kreeft, quien inspira la perspectiva provida de Mercier.

«Mi aportación», dice Mercier en el escrito provida de la polémica, «es bastante secundaria: desarrollos, ampliaciones, ejemplos, la forma de presentar las cosas o de formular las ideas, etc. Pero, en cuanto al fondo de la cuestión, soy ampliamente deudor de Kreeft y otros autores, y por tanto poco original».

Peter Kreeft es desde hace muchos años maestro de numerosos pensadores católicos en el ámbito anglófono y fuera de él.

«Solo quiero examinar la cuestión siguiente», aclara Mercier en los primeros párrafos: «¿Qué argumento filosófico y moral puede establecer que el aborto es un asesinato criminal y que por tanto jamás está justificado? Y veremos que el nudo de la cuestión es éste: todo lleva a pensar que el embrión y el feto son personas humanas a todos los efectos«.

Justo porque lo son a todos los efectos, Mercier extrae una conclusión más adelante que es la que más problemas le ha causado: «Algunos dicen que reprueban el aborto a título personal como algo inmoral, pero que jamás se les pasaría por la cabeza hacerlo ilegal. Razonamiento de un absurdo sorprendente», dice comparándolo con una violación. «Si el aborto es un asesinato, como hemos dicho, ¿no es acaso más grave que la violación? Una violación es inmoral, y por fortuna también ilegal. El aborto, que es más inmoral, ¿no debería, con mayor razón aún, ser también ilegal?«.

Esta defensa de la ilegalización del aborto es la que la Universidad de Lovaina considera incompatible con sus principios, dado que contravendría la legislación abortista belga, cuya ley de plazos lo convierte en derecho hasta las 12 semanas de gestación.

Ante la realidad del crimen abortista, sostiene Mercier, no es posible adoptar la actitud de Pilatos, quien «teniendo el poder para oponerse a ese crimen, deja las manos libres a quienes quieren perpetrarlo«.

Ahora queda ver qué hace la Universidad Católica de Lovaina: si respalda a su profesor, lo reprueba de alguna forma o guarda silencio. Mercier aguarda tranquilo esa decisión: «Estoy orgulloso de la posición firme que defiendo como ser humano, como filósofo y como católico, por el honor de Dios y por la protección de nuestros hermanos más vulnerables«.

Pincha aquí para leer el texto del profesor Stéphane Mercier en su integridad.

 

Fuente: Religión en libertad

Terminó internada tras un curso de coaching de ‘manipulación emocional’

Terminó internada tras un curso de coaching de ‘manipulación emocional’

La joven de 30 años pagó una abultada suma de dinero y llegó a participar del primero y el segundo nivel, pero nunca imaginó que terminaría internada en un sanatorio privado.

Después de que le insistieran mucho, N. tomó la decisión de participar del “curso vivencial” del que su amiga tanto le había hablado y donde sacarían “lo mejor” de ella. La joven de 30 años pagó una abultada suma de dinero y llegó a participar del primero y el segundo nivel, pero nunca imaginó que terminaría internada en un sanatorio privado por un pico de estrés provocado por la experiencia. “Los médicos me aseguraron que todo fue producto de la manipulación emocional que sufrí, sé que no tiene las mismas consecuencias en todas las personas, pero también conozco a quienes les provocó depresiones u otras afecciones; lo que quiero es que nadie más pase por esta situación”, advirtió N., ya recuperada.

   La oferta en la ciudad no es nueva y se presenta como coaching de liderazgo o coaching ontológico, o bien cursos vivenciales o experimentales. Ya en junio de 2010, La Capital dio cuenta del nuevo fenómeno que se había instalado en Rosario; nada menos que un gran negocio que busca sustituir los tratamientos tradicionales.

   Dar seguridad, mejorar la vida, cambiar aspectos de la personalidad, superar obstáculos y dificultades, y estar “entrenado” para eso son algunas de las promesas que los cursos, de los que hay varios niveles, ofrecen a través de la consultora Cpar.

   Claro que para eso, la joven pagó “en promoción” 1.500 pesos en efectivo para participar del primer nivel, y otros 4.600 pesos financiado con tarjeta de crédito el segundo nivel. Teniendo en cuenta que cada curso, que se extiende por varios días, tiene unos 25 participantes, eso resulta una buena cifra de dinero para los organizadores.

Las dinámicas. N. supo del curso a través de una de sus mejores amigas, que le insistió en varias oportunidades de participar. Siempre reticente, terminó cediendo y el 9 de septiembre de este año se sumó al primer nivel, que se llevó adelante durante tres días de la semana, y el sábado se extendió toda la jornada de 9 a 18.

“La primera parte es teórica, después empieza a haber dinámicas de juegos, algunos matemáticos y otros ejercicios más emocionales”, contó la joven y recordó que “el final del curso es como una especie de graduación, donde participan tus familiares, y llegan después de haber realizado una dinámica de abrazos y donde a muchos participantes los encuentran emocionados o incluso llorando”.

Pasada una semana, el 22 de septiembre, comenzó la segunda etapa. “Te hacen sacar el reloj y perdés la noción del tiempo; obviamente, uno acepta esas reglas de juego, pero no te das cuenta de que estás manipulado y cuando termina el día, después de tantas horas ahí, tenés un nivel de agotamiento físico y mental muy grande”, explicó N.

En esta segunda etapa, según su relato, se hacen “ejercicios, como el del perdón u otro donde tenés que elegir a quién salvarías de tu familia en una balsa; o incluso un simulacro de tu propia muerte, donde tenés que decirle a tu familia un mensaje antes de morir”. Si bien aclaró que “en ese momento no se vive como algo que pueda hacer daño”, reconoció que “son dinámicas fuertes, que te conmueven y te movilizan”.

Es más, uno de los ejercicios principales es desafiar sus propios miedos y salir a la vía pública vestidos de una manera en la que nunca lo harían. “Ese fue un ejercicio que me resultó sumamente estresante”, recordó la joven.

El cierre, llamado “Noche Mágica”, convoca a los participantes a poner en escena un personaje e interpretarlo ante un público de más de un centenar de personas. “A mí me tocó ser (la cantante) Thalía, y después de eso, frente al público, firmás un contrato donde decís cuáles son las cualidades que adquirís en ese momento”, contó la joven, y señaló que en el suyo se comprometió a ser una persona “libre y creativa”.

Malestar. El mismo sábado del final de curso apareció el malestar. “Empecé a sentirme mal”, contó N., que sufrió “delirios, alucinaciones y finalmente pérdida del conocimiento”. Ante el cuadro, su familia decidió internarla en un sanatorio de la ciudad, donde pasó 72 horas.

“Después de hacerme estudios y análisis, me diagnosticaron un pico de estrés que tanto la psiquiatra como la psicóloga coincidieron en que fue producido por los ejercicios del curso, que fui víctima de una manipulación durante dos días, donde trabajan con tus emociones más bajas y tristes, y te hacen creer que podés lograr cualquier cosa”, insistió N.

Ella aclara todo el tiempo que esa fue su “experiencia personal”, pero advirtió: “Aunque no todos sufran lo mismo, sé de personas que también han tenido consecuencias y nadie advierte sobre ese riesgo. No quiero que nadie más pase una situación de este tipo”.

«Tengo 78 años y tuve un hijo tras una violación al cual entregué en adopción. Nunca me he arrepentido de haberle dado la vida»

«Tengo 78 años y tuve un hijo tras una violación al cual entregué en adopción. Nunca me he arrepentido de haberle dado la vida»

Por Patricia Lawrence
Tengo 78 años y deseo contar mi historia ahora que todavía tengo la oportunidad. Quiero que la gente sepa que el embarazo por violación no es culpa del niño, así que, ¿por qué deberíamos castigar al niño por algo que el padre biológico hizo?
Mis años de adolescencia fueron difíciles. Mi madre era demasiado permisiva conmigo y mi padre no estaba allí para resolver los problemas que tenía en este momento de mi vida. Papá incluso se negaba a pagar nuestra manutención establecida por el juez. Yo interpreté todo esto como que no me querían. Así que me enrolé en el Ejército de Mujeres de Estados Unidos.
Tras ocho semanas de formación básica, quedé para una cita a ciegas. Él estaba también en el Ejército, estacionado en la misma base que yo. Todo lo que recuerdo es que condujo hasta llegar a algún sitio y me dio una bebida. Me desmayé y no tengo ningún recuerdo del resto de la noche. Ni siquiera sé cómo volví a los cuarteles y a mi cama.
Dos semanas más tarde, mientras formaba para mi inspección, me desmayé. Me llevaron a la enfermería donde el médico me examinó y dijo: «A juzgar por sus síntomas diría que está embarazada». Le respondí: «¡No puedo estar embarazada porque no he hecho nada para quedar embarazada!». Luego dijo: «Sin embargo, tenemos que hacer una prueba para ver si está embarazada».
Yo quedé totalmente destrozada al saber que estaba embarazada, ya que no había estado alternando y supe, de inmediato, que tenía que haber sido esa noche. El día de mi cita me debió de haber drogado y me violó. Por supuesto, le dije al médico lo que había sucedido y el Ejército puso en marcha una investigación y contactó con el violador, pero a mí me excluyeron de toda información y nunca, nunca fui informada de nada.
Mi comandante me dio 48 horas para llamar a casa y decirle a mi madre lo que había pasado y que estaba embarazada. Cuando llamé a casa y le dije a mi madre que me echaban del Ejército porque estaba embarazada, ella preguntó de inmediato: «¿Quién, qué, dónde, por qué, cuándo y cómo?» Le hablé de la violación y ella dijo que tenía que volver a casa. Tras un par de semanas para realizar todos los trámites me fui del Ejército, y volví a casa.
Mi madre y dos hermanas me recibieron en la estación de autobuses y nos metimos en el coche de mi madre. Sus primeras palabras fueron: «Patricia, vas a abortar». Era mayo de 1957, tenía 18 años y no sabía qué significaba esa palabra. Ella me dijo que significaba «que tomarían el bebé» de mí. Por la forma en que lo dijo, supe que quería decir que algo iba a ocurrir muy rápidamente, y que ella no estaba diciendo que iban a dar el bebé en adopción después del nacimiento. Me di cuenta de que esto significaba que iban a matar a mi bebé.
Seguí yo: «No voy a abortar porque es un asesinato y no voy a presentarme delante de Dios como alguien que cometió un asesinato». Mi madre respondió: «Patricia, estás siendo estúpida». Mis dos hermanas también acordaron que yo debía abortar. Me sentía como si todo el mundo se hubiese  aliado contra mí, pero yo sabía que tenía que defender lo que era correcto.
La relación entre mi madre y yo se enfrió cada vez más en las próximas semanas. Una tarde, yo estaba durmiendo en la cama y al despertar vi a mi madre que sostenía un rifle a una pulgada de mi cara, entre mis ojos. Yo estaba totalmente aterrada. Al instante, le empujé la pistola a un lado, desesperadamente, diciéndole: «¿Qué estás haciendo?». Ella dijo: «Estoy tratando de asustarte para que abortes al niño».
En ese momento, decidí que iba a dejar la casa de mi madre. Ella se burló de mí, preguntando: «¿Dónde vas a ir?». Le dije: «Juanita, mi hermana mayor me va a ayudar». Pero mamá dijo: «Ella no quiere, siente vergüenza».
Sin embargo, en cuestión de días fui a vivir con mi hermana mayor, Juanita. Poco después de llegar a su casa, mi otra hermana, María, vino y me dijo: «Patricia, extiende tu mano». Cuando le tendí la mano, dejó caer en ella cerca de 20 pastillas y dijo: «Mamá dice que tienes que tomar esto, todas a la vez». Yo sabía lo suficiente para saber que la ingesta de 20 pastillas de cualquier tipo era peligroso para la salud y que mi madre tenía la intención de matarme. Entré en el cuarto de baño y tiré en el inodoro las pastillas y le dije a a mi hermana: «Puedo callarme, pero no soy estúpida.»
Después del nacimiento de mi hijo, mi madre me confesó que las píldoras eran un medicamento que se da a los pacientes del corazón, y de haberlas tomado como mi hermana me indicó, habría tenido un infarto. Ella nunca se disculpó, pero creo que, a su manera, estaba tratando de decirme que lo sentía.
Por último, se hicieron gestiones para que ingresara en la Casa del Ejército de Salvación para Madres Solteras en St. Louis, Missouri, en noviembre de 1957, donde pasé el resto de mi embarazo. Allí experimenté por primera vez en mi vida el amor incondicional, el amor de las trabajadoras de allí que nos amaban a todas nosotras y nunca nos echaban nada en cara. Jamás nos reprocharon nada a ninguna de las nueve niñas que estábamos allí a su cargo.
Mi hijo nació el 11 de enero de 1958, de madrugada. Era un bebé grande, hermoso. Mientras era entregado en adopción, ya que ésa era la política del Ejército de Salvación en el hospital dentro del hogar para madres biológicas, mis ojos estaban cubiertos con una toalla. También ataron mis brazos hacia abajo, así que no podía quitarme la toalla. No dejaron que lo viera hasta dos días después, en presencia de un trabajador social. 
Me dijeron que yo lo podía coger en brazos, pero decidí no hacerlo porque no quería que se uniera conmigo, ya que tenía que vincularse a su madre adoptiva y no a mí. Por su bien y por el mío sabía que era mejor que lo entregara en adopción. Incluso hoy, mi corazón se rompe cuando pienso en ese momento, mirando a través de la ventana del cuarto, diciéndole: «Lo siento mucho mi niño precioso que tengo que renunciar a ti, por tu bien y el mío, tengo que hacer esto, así que por favor, perdóname». Me encantó ese niño. Había luchado por él. Yo sabía que había hecho lo correcto para él.
Yo no era  creyente – yo no era cristiana en ese momento, pero sabía que había un Dios justo y que yo estaba haciendo lo que era correcto delante de Él y que lo honraba de alguna manera.
Renunciar a este hijo fue y sigue siendo una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mi vida, pero yo sabía que su vida valía la pena y no me arrepentía de todo lo que había pasado.
Cuando vi a mi hijo, no vi al violador. Vi a mi hijo, mi propia carne y sangre.
Dos semanas más tarde, volví a casa y nunca se me permitió hablar de lo que había pasado. Me dijeron que, por ser madre, «nunca encontrarás a un hombre decente que se case contigo. Sin embargo, siete meses más tarde, me encontré con Wayne.  
Estaba aterrorizada de que mi madre pudiera tener razón. Sin embargo, tras un mes  de citas, le dije a Wayne que había tenido un hijo. Yo sabía que nos estábamos enamorando y vi que él tenía el derecho a saber mi historia. Después de contarla, él me llevó a casa y pensé: «Ahí va otro. Nadie quiere mercancía usada». Dos días más tarde, Wayne me llamó y me preguntó si podía venir a verme. Él me llevó a un lugar maravilloso en las montañas de San Gabriel, aparcó el coche debajo de un árbol, un pino hermoso, se volvió hacia mí y dijo: «Patricia, no me importa dónde has estado o lo que has hecho. Lo que es importante para mí es lo que puedes ser para mí ahora y en el futuro». Cinco días más tarde, él me pidió  matrimonio.
Nos casamos hace 36 años, 8 meses y 2 días, y él me ha amado a pesar de todo lo que había pasado. Hemos tenido tres hijas. Rezaba a Dios: «¿Por qué no me das un hijo para criar?» Y sentía que Dios me respondía que mi hija había nacido el día de Navidad para recordarme que Dios sabía lo que era entregar a su único hijo.
Años después, el 20 de mayo de 1993, comenzamos un viaje a Missouri a la ciudad natal de mi hijo Bob. Habíamos acordado reunirnos en el estacionamiento de una tienda Wal-Mart. Cuando llegamos Wayne y yo, no vimos a nadie que pudiera ser mi hijo, así que esperamos en un banco fuera de la tienda. A los 10 minutos, empezó a caminar hacia nosotros un hombre grande. Le acompañaba una mujer. Yo le había descrito la ropa que llevaría, de modo que sabía cómo identificarme. Cuando se acercó, me sentí como una pieza de un puzzle que acaba de encontrar su lugar. Nos dimos la mano. hablamos un poco y su esposa y él nos pidieron que los acompañáramos a su casa.
Esa noche, Bob nos llevó a mi marido y a mí a la casa de su madre para cenar. Era un honor conocer a la mujer maravillosa que había sido la madre de mi hijo y lo había criado. Siento un profundo agradecimiento por el trabajo que hizo, ya que yo no lo podía hacer. Siempre ha sido una heroína para mí.
Le agradecí el trabajo maravilloso que había hecho en la crianza de mi hijo, su hijo. A pesar de que yo soy su madre biológica, ella es, de hecho, su madre. Ella hizo todas las cosas que hace una madre y las hizo bien. En mi mente siempre será su madre.
Antes de la cena, dijo, «Patricia, ¿tendrías inconveniente en bendecir nuestra comida?». Fue un honor.
Aquel día fue muy especial ya que pude hablar y abrazar a mi hijo por primera vez. Mi corazón se llenó de felicidad, y me sentía orgullosa de haberle dado la vida, cuando otros me querían obligar a abortar.
Les narré los detalles de cómo ocurrió todo y que la única cosa que podía hacer en ese momento, por su bien y por el mío también, era entregarlo en adopción. Cuando conté la historia, Bob hizo que la espera de 35 años valiera la pena. Me miró a los ojos y dijo: «Gracias».

El año pasado, una semana después de su cumpleaños, mi hijo me sorprendió por completo al recogerme y llevarme a comer a un restaurante que frecuentaba en mi ciudad natal. Le presenté mi hijo a la camarera, diciéndole que era el hijo que había dado en adopción. Mi hijo miró fijamente a la camarera, me señaló y dijo: «Quiero que sepan que esta es una mujer muy fuerte». Mi corazón se llenó de orgullo cuando le escuché pronunciar esas palabras.
Espero que todos ustedes pueden apreciar cómo Dios toma las miserias de nuestras vidas y Él las convierte en una bella imagen.
BIO: Patricia Lawrence es  mujer viuda, madre de 3 hijas y madre biológica de un hijo, abuela de 7 nietos, y bisabuela de 6. Ella reside en Las Cruces, Nuevo México en este momento, pero pronto se mudará a Peoria, Arizona, para vivir con una de sus hijas, ya que está perdiendo la vista. Patricia colabora con Salvar El 1 (Save The 1) y ha escrito un libro con  su historia.

La contaminación es potencialmente mortal para los niños

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«Un ambiente contaminado es potencialmente mortal, en particular para los niños pequeños», declaró la Dra. Margaret Chan, directora general de la OMS (Organización Mundial de la Salud). «Sus órganos en desarrollo, su sistema inmune, el tamaño de sus cuerpos y vías respiratorias, los hace especialmente vulnerables al aire y al agua sucios.»
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Los niños pequeños expuestos a la contaminación, tanto en exteriores como en interiores, incluyendo el humo del cigarro, sufren un mayor riesgo de padecer neumonía durante la infancia, así como sufrir de enfermedades respiratorias crónicas, como el asma, de acuerdo con reportes de expertos.
La OMS también alertó sobre el aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, infarto y cáncer debido a la exposición a la contaminación. No obstante, más del 90 por ciento de la población mundial está forzada a respirar en un medio ambiente que no cumple con la norma de calidad establecida por este organismo encargado de la salud a nivel global.
El respirar en un ambiente contaminado, ya sea en lugares cerrados o al aire libre, causa un importante efecto en la salud y en el desarrollo de los niños, y no solo en el contexto estereotipado de las grandes ciudades, sino incluso en las comunidades rurales muy pobres, donde la gente cocina en el interior de sus viviendas sin una adecuada ventilación, afirmó Joy Lawn, profesor de Epidemiología en salud infantil y reproducción materna en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

Por su parte, John Holloway, profesor de las materias Alergias y Genética Respiratoria en la Universidad de Southampton, advierte acerca de los daños potenciales a largo plazo que ejerce la exposición a los contaminantes en los primeros años de vida, ya que afectan de por vida la salud y el bienestar de las personas.

 

«La violencia del aborto es más extrema en mi memoria que el dolor de las violaciones que sufrí»

«La violencia del aborto es más extrema en mi memoria que el dolor de las violaciones que sufrí»

 ReL    25 marzo 2017

Nona Ellington es ahora una conferenciante y escritora provida que vive en Houston. Pero su vida ha estado marcada por el sufrimiento.  Fue violada en distintas ocasiones y en una de ellas se quedó embarazada.

Tenía miedo de decir a sus padres, su madre devota bautista del sur y su padre pastor, que había sido violada. Al final su madre se enteró del embarazo y la llevó abortar. A partir de ese momento su vida fue infierno, una situación que duró décadas donde incluso intentó suicidarse. Al final consiguió ayuda, pudo perdonarse y perdonar y recuperó la fe. Ahora, en Salvar el 1 cuenta su testimonio de cómo abortar le provocó incluso más sufrimiento que la propia violación:

A los 13 años fui violada por un miembro de la familia de 15 años que  robó mi virginidad. Tenía miedo, pues no había recibido ninguna educación sexual hasta el momento. Pensé de inmediato que estaría embarazada. Yo tenía miedo de contarlo porque el violador era de la familia y, como me había drogado con marihuana, estaba muy avergonzada por no haber podido defenderme del ataque.

Como resultado, me refugié en las drogas, el alcohol y busqué alternar con hombres mayores que yo. Después de un año, fui violada otra vez por un primo que era 10 años mayor que yo. Me llevó al bosque y me violó en su camioneta.

Una vida que se volvió «oscura»
Desde ese momento sentí que exhibía un gran cartel que decía: «Viola a esta niña». Mi vida se volvió un lugar oscuro, sentía  tanta vergüenza… No quería arruinar a mi familia que es lo que habría pasado si hubiese contado a alguien lo que había sucedido porque sabía que mi primo  iría a la cárcel. Además, dudaba de que alguien creyera mi historia.

Me distancié de mis padres. Yo estaba muy involucrada  en la iglesia a la que iba con mi madre, pero me acabé juntando con personas muy poco recomendables para  salir a divertirme, entre ellos adictos a la marihuana. Incluso me expulsaron a los 14 años de la escuela privada cristiana a la que iba debido a mi comportamiento.

Violada ahora por el que consideraba su novio
En el segundo año de preparatoria, entré en una escuela pública y pronto conocí a un muchacho con el que comencé a salir. Me llevó a la casa de su primo después de la escuela porque no había adultos en casa. Después de haber fumado marihuana que debió de mezclar con alguna droga, me encerró en la habitación de su primo y me violó.


Nona Ellington tuvo una adolescencia y juventud marcada por el sufrimiento y la soledad producida por las violaciones y por el aborto

Me dejó en la habitación devastada, y podía oírlo a él y a su primo riéndose al respecto de lo sucedido. Yo  sólo quería salir de allí y regresar  a casa, pero ni siquiera sabía dónde estaba, así que dependía del tipo que me violó para que me devolviera  a mi casa.

Embarazada fruto de la violación
Después de unas semanas, mi período no llegó. Llamé por teléfono  a una de mis hermanas mayores para contarle mi situación y mi hermana  me aconsejó  que abortara. A los 15 años, ni siquiera sabía qué era un aborto. Mi madre oyó nuestra conversación, entró en la habitación y me arrebató  el teléfono. Durante su conversación, mi hermana convenció a mi madre de que necesitaba abortar. No tengo ni idea de cómo logró esto, porque mi madre tenía 9 hijos y era, como ya he dicho, muy devota.

Tenía miedo, así que hice un «trato» con Dios: «Por favor, ayúdame a no estar embarazada, si no estoy embarazada, prometo no volver a tener sexo fuera del matrimonio».

Mi hermana me llevó a Planned Parenthood en Houston donde me hicieron una prueba de embarazo y confirmaron mi embarazo. Yo estaba en estado de shock. Me dijeron que en esta primera etapa de sólo cinco semanas, «eso» era sólo un trozo de tejido. También me dijeron que tenía que abortar, ya que yo era demasiado joven y todavía estaba en la escuela. No sabía qué preguntas hacer en cuanto a otras opciones. Todo lo que se discutió fue el aborto, y me mandaron a otra clínica para que me lo practicaran.

Nadie le dijo que tenía la opción de quedarse con el bebé o darlo en adopción
Estaba devastada. En la escuela se lo conté  a todas mis amigas y todas me recomendaron un aborto. Todo el mundo me decía que realmente: «No es gran cosa, la gente lo hace todo el tiempo, especialmente si todavía están en la escuela».

Absolutamente nadie me sugirió que me quedara con el bebé o que lo diera en adopción. Sentía que el aborto era mi única opción y carecía completamente de educación sobre el embarazo. Yo estaba llena de vergüenza y culpa, incluso antes del aborto.

Cuando le dije al tipo que me había violado que estaba embarazada y necesitaba dinero para un aborto, él negó ser el padre, lo que incrementó  mi vergüenza. Sin embargo, bajo la presión de mi hermana, decidió pedir dinero en la escuela para poder costear el aborto y entregó a mi hermana un montón de billetes.

Su madre y su hermana decidieron que debía abortar
Alrededor de octubre de 1983, mi mamá y mi hermana me llevaron al centro de aborto. Mi padre nunca se enteró hasta más de 20 años después. Ni mi mamá ni yo éramos conscientes de lo que un aborto hace a un bebé o de lo que le supone a una mujer, pero ella sabía lo suficiente como para ocultárselo a mi papá.

Lo que sí recuerdo es que mi madre estaba horrorizada después de darse cuenta de que había mujeres en la sala de espera con embarazos mucho más avanzados que el mío, y me dijo: «¿Qué están haciendo todas estas mujeres aquí? Parece que están a punto de parir».

Mi hermana llevó el papeleo, pero ni a mamá ni a mi hermana se les permitió entrar conmigo en la sala de “asesoramiento”. Una mujer mayor me advirtió que como yo era tan joven y tan pequeña, corría el riesgo de no ser capaz de tener hijos más adelante. Pero para mí, el matrimonio y los hijos estaban en un futuro muy lejano y como no me permitieron tener a mi madre junto a mí, no fui capaz de tomar una decisión informada.

La soledad y el desamparo frente al aborto
Mirando atrás, creo que esta fue la primera señal que Dios me dio para no abortar. Realmente creo que si mi madre hubiera estado en la habitación conmigo, no lo habría hecho.

Recuerdo también como yacía sobre una mesa de aborto dura y fría. Nunca me presentaron al médico. Sólo recuerdo que era un hombre. Cuando la enfermera me estaba preparando, podía oír la voz de mi madre en la puerta, preguntando: «¿Está mi hija ahí?». Luego le dijeron: «Señora, no puede entrar». Nunca hemos vuelto a hablar sobre lo ocurrido desde entonces, pero creo que mi mamá quería sacarme de allí y esa fue la segunda señal.
Me dijeron que centrara mi vista sobre un móvil para bebé colgando del techo. Ahora que lo recuerdo, me doy cuenta de lo sádico que esto fue.

Un sufrimiento mayor que el de la violación
Podía oír y sentir todo lo que me estaba sucediendo. Nunca había ido a un ginecólogo antes, y sentía que todo mi interior estaba siendo arrancado de mí. He oído decir que el aborto es como una violación, y es cierto, pero peor que la violación debido al nivel devastador de violencia que conlleva. La violencia y el dolor del aborto son más extremos en mi memoria que la violencia y el dolor de las violaciones.

Estaba sangrando profusamente cuando me fui. Mi madre y mi hermana me llevaron a un restaurante pero me desmayé porque estaba emocional y físicamente muy dañada. Después de eso, el aborto fue un tema tabú para ellas.
A partir de ahí, caí en las drogas, alcohol y promiscuidad. Yo estaba completamente vacía espiritualmente, rebelada completamente en contra de mi educación cristiana. Me sentía  entumecida, sin ganas de vivir.

A medida que iba experimentando  todos estos sentimientos, tratando de llenar este enorme vacío dentro de mí, comencé una relación muy abusiva con un muchacho y finalmente me casé con él a los 19 años.

Sufrió cinco abortos
El aborto realmente arruinó todas mis posibilidades de tener hijos. Sufrí 5 abortos involuntarios durante mi matrimonio de 18 años, lo que desencadenó  el divorcio. Tres de estos abortos fueron embarazos ectópicos, que requirieron cirugía de emergencia y experiencias muy cercanas a la muerte. Yo añoraba tanto un bebé para tratar de suplir al que maté…

A los 32 años y debido a mi baja autoestima por las violaciones, el aborto, la vergüenza, el matrimonio abusivo, la pérdida de mis hijos y mi infertilidad, intenté suicidarme. La experiencia del aborto no hizo que la experiencia de la violación fuera mejor, sino que me llevó a un lugar mucho más oscuro, y ahora me doy cuenta de que había estado sufriendo de depresión clínica todos esos años.

Su vuelta al cristianismo
Dios entonces comenzó a acercarme a Él a través de la música cristiana que escuchaba en la radio. Conforme el Señor me llenaba de Su Verdad, devolví mi corazón a Cristo, y la radio se convirtió en mi Iglesia. Incluso me comprometí a dejar de fumar.

Un día, en mi emisora ​​de radio cristiana local, comenzaron lo que llamaron el “baby shower” más grande del mundo a favor de  centros de apoyo para mujeres embarazadas. Oí a una mujer hablando de los centros, y supe que tenía que coger el teléfono, llamarla y ponerme a su disposición para poder decir a otras mujeres la verdad del aborto. Me di cuenta de que Dios había estado trabajando en mí para hacerme ver que muchos de los problemas en  mi vida fueron causados por mi aborto.

El taller de sanación que le salvó la vida
Hasta ese momento, todavía me consideraba pro-elección (pro-aborto), porque me sentía como si me hubieran obligado a tener un aborto y realmente no me habían dado otra opción.

Cuando visité el centro de apoyo para mujeres embarazadas  en el centro de Houston, la directora me preguntó si alguna vez me habían practicado un aborto, y rompiendo mi silencio, le conté mi historia. Y me dijeron que para poder ser voluntaria en este centro tenía que participar en un taller de sanación después del aborto llamado «Belleza en lugar de cenizas». ¡Era tan alentador el escuchar que algo así existía!

Veinte años después, se lo contó a su padre
Este taller me salvó la vida. Mi esposo abusivo no quería que participara y tampoco quería que fuera  voluntaria en el centro. Fue una gran batalla volver al Señor, pero recibí mucha sanación a través de este taller. Tuve la oportunidad de bautizar a cada uno de mis seis bebés, y Dios me curó para poder ayudar  a otras personas y cambiar mi vida.

Durante este tiempo, también había comenzado a asistir a la iglesia con mi papá. Como dije, él era evangélico, así que yo tenía miedo de contarle mi aborto.


Nona es ahora una activista provida y da testimonio con su propia vida

Fue casi 20 años más tarde, mientras yo estaba participando en el estudio de sanación, cuando se lo conté. Se quedó muy afligido por la noticia de haber perdido a un nieto. Me dijo: «Si hubiera sabido que iba a tener un nieto, yo mismo habría criado a ese bebé».

Convencida de la relación con su cáncer de mama
El aborto fue la decisión más egoísta que he tomado en toda mi vida. Afectó a todo en mi vida y causó devastación en mi mente, alma y cuerpo. Causó la pérdida de mis otros cinco bebés, mi infertilidad, y también estoy convencida de que me causó el cáncer de mama a la edad de 45 años en 2014. Las investigaciones han demostrado que el aborto puede causar cáncer de mama especialmente cuando es practicado a temprana edad.

Hay sanación para corazones y vidas rotas después del aborto, a través del amor y perdón de Jesucristo. Su Cruz del Calvario elimina toda vergüenza, amargura, odio y pecado, sólo necesitamos creer y recibirlo en nuestro corazón.

De haber tenido apoyo, «no hubiera abortado»
Ruego que cualquiera que lea este testimonio que esté considerando el aborto para sí misma o para alguien más considere la posibilidad de buscar ayuda en un centro de apoyo para mujeres embarazadas donde le proporcionen información sobre todas sus opciones. Estoy convencida de que si alguien me hubiera llevado a un centro de apoyo para mujeres embarazadas, no hubiera abortado.

Quiero que todos sepan que el aborto no arregla la violación y que la experiencia del aborto es más perjudicial física y emocionalmente que la violación en sí. Mi hijo tenía todo el derecho a la vida y yo haría cualquier cosa a mi alcance para tener a ese niño en mis brazos, o para haberlo entregado a una pareja amorosa que lo hubiese amado en lugar de haberlo matado…

Más testimonios y noticias sobre el aborto aquí

Fuente: Religión en libertad

 

Mexicano gana primer lugar en el Mundial de Fotografía 2017

Mexicano gana primer lugar en el Mundial de Fotografía 2017

El artista se colgó la medalla de oro con su fotografía «Believe», tomada en Chile

Por Eugenio Moto

La fotografía es una actividad muy popular en México, pero no la amateur, sino también en el ámbito profesional. Este gusto ha rendido frutos, pues el mexicano Pepe Soho ganó hace un par de días la medalla de oro en el Mundial de Fotografía 2017.

El Mundial de Fotografía es organizado por la Federación Europea de Fotógrafos Profesionales (FEP), Fotógrafos Profesionales de América (PPA) y está apoyado por la Unión de Fotógrafos Profesionales de Asia (UAPP) y el Instituto Australiano de Fotografía Profesional (AIPP). El evento se llevó a cabo en Yokohama, Japón y en él participaron artistas de más de 26 países. La fotografía ganadora que le valió el oro a Soho, se llama «Believe» y fue tomada en las Torres del Paine, en Chile.

El fotógrafo mexicano señaló que ganar esta medalla es una manera de decir a los mexicanos que «nunca abandonen sus sueños, que salgan de su zona de confort y se entreguen en cuerpo y alma a perseguirlos, porque dios siempre conspira a favor de los que luchan por conseguirlos».

Sin duda, ganar este evento fue un premio al duro trabajo que ha realizado el artista durante los últimos años, pero también es un recordatorio para todos los mexicanos de que con muchas ganas y esfuerzo es posible lograr cosas increíbles. Puedes ver más fotografías de Soho a continuación:

Encuentran en la Ciudad de México un cuadro original de El Greco de 1590.

Encuentran en la Ciudad de México un cuadro original de El Greco de 1590.

Viviana Cohen
Una familia mantuvo la obra en Coyoacán, sin saber que era del famosísimo pintor griego.

La pintura llegó a América en medio de la Guerra Civil Española.

Hace muchos siglos llegó al mundo un pintor genial cuyos cuadros cambiaron por siempre el paraíso del arte medieval español, su nombre fue Doménikos Theotokópoulos, mejor conocido como El Greco. Este destacado artista nació en Creta en 1541 y perteneció a una familia clásica Fenicia.

En su isla natal, El Greco se formó como pintor de iconos religiosos: santos, vírgenes y demás emblemas cristianos que estaban tan de moda en la época por la influencia de Miguel Ángel. Imágenes realistas que transmitían de una forma clara lo que se quería expresar del mensaje bíblico a los analfabetos.  El Greco

Pronto El Greco se fue a Italia, la cuna del arte. Desde sus primeros días fue un pintor original, que empelaba el color de una forma poco común, situaba a los personajes de una manera única y le daba especial importancia a la luz. La fama que encontró en Venecia le permitió irse a España donde trabajó para Rey Felipe y más tarde que temprano se convirtió en leyenda, en uno de los artistas más importantes de todos los tiempos.

Su legado fue tan atemporal, que sus cuadros todavía se encuentran en la colección permanente del connotado Museo del Prado y son un referente muy importante para los historiadores ya que en ellos se puede apreciar una combinación de diseño manierista (un movimiento artístico que caracteriza por el exceso de elementos) y los colores venecianos, algo único en el mundo.

Este destacado personaje murió en España a los 73 años, y dejó al mundo una herencia pictórica de un valor inmenso, en la que se incluyen decenas de cuadros perfectos, no hay una palabra mejor para definirlo. Entre todo lo que quedó del Greco hay un óleo maravilloso de 1600, que representa al apóstol San Andrés trabajando en Toledo.

Este cuadro permaneció en una colección privada en España durante siglos, hasta que la Guerra Civil Española forzó su exilio a Nueva York, donde años más tarde una familia mexicana lo compró y lo guardó en una casa de Coyoacán por más de cinco décadas sin que saber que esa imagen era tan importante era de uno de los pintores más importantes del mundo.El Greco

El San Andrés mide 135 x 89.7 y llegó a las manos de una serie de conservadores de la CDMX, que trabajan en una asociación llamada Los Contemporáneos A.C, que tras un estudio minucioso llegaron a la conclusión de que esta obra la había pintado El Greco. Para llegar a esta conclusión, se hicieron durante más de dos años una serie de análisis químicos, genealógicos, y radiológicos que pronto confirmaron lo que parecía una teoría loca.

Según comentó la gente de Los Contemporáneos, la obra llegó a ellos maltratada, sin documentación y muy opaca, por eso, el destacado restaurador José Sol se encargó de limpiarla y de rescatar la tela y la madera del bastidor. Después de este trabajo se considera que el cuadro se valuará en millones de dólares.

Actualmente la pintura del Greco se encuentra en una bodega y se está en pláticas con la Secretaría de Cultura para próximamente presentarlo en un museo de la CDMX.

 

Fuente: Revista Proceso

El huitlacoche, los mexicanos son los únicos que lo consumen

El huitlacoche, los mexicanos son los únicos que lo consumen

huitlacoche

(BBC, 23 de marzo del 2017).-El maíz: oro puro. Durante milenios ha sido el alimento básico de casi toda Latinoamérica pues está repleto de cosas buenas: carbohidratos, vitaminas y fibra.

Pero le hace falta dos elementos cruciales para la nutrición: los aminoácidos esenciales, lisina y triptófano.

Aunque los humanos estamos hechos de alrededor de 250.000 proteínas distintas, esas proteínas están compuestas de sólo 20 aminoácidos.

Lo asombroso es que nuestros cuerpos pueden fabricar 11 de ellos, pero eso significa que nos faltan nueve.

A estos los que llamamos aminoácidos esenciales, y los tenemos que introducir por medio de nuestra dieta.

Pero eso no siempre es fácil.

Los huevos, el pescado y la carne contienen esos nueve aminoácidos esenciales, pero muchos otros alimentos no.

Para sobrevivir, aún sin estar conscientes de lo que estábamos haciendo, hemos mezclado cuidadosamente lo que comemos.

En México encontraron una ingeniosa manera de hacerlo.

La belleza depende del cristal con que se mire

Para comer maíz y completar todos los aminoácidos necesarios, el secreto mexicano es deleitarse con un extraño manjar.

El huitlacoche ha sido descrito como “la comida de los dioses”, aunque parece algo inventado para una película de horror.

Cuando pelas las hinchadas mazorcas de maíz te encuentras con deformidades.

Son resultado de la acción de un hongo patogénico -Ustiligo maydis- y se trata de una enfermedad que afecta a las plantas de maíz en todo el mundo.

Pero mientras que Le charbon du maïs, le causa terror a los agricultores franceses y el corn smuthace que los estadounidenses saquen sus armas químicas, en México es el único lugar en el que los campesinos se entusiasman cuando se lo encuentran.

Por sólo una espora

El hongo empieza como una espora microscópica que viaja con el viento: una sola puede infectar todo un cultivo.

Cuando germina, llega a la mazorca y afecta cada grano, creando tumores inflamados.

En otros países queman los campos infectados, pero en México no.

El huitlacoche o cuitlacoche, que solía ser un alimento de los menos privilegiados, es una exquisitez que se sirve en los mejores restaurantes.

¿Cuestión de gustos?

En el mercado, el maíz infectado cuesta 50% más que el sano.

“El aroma es maravilloso… huele a tierra”, exclama el chef Lalo García.

“Por eso es que me gusta tanto este producto. Es asombroso que la tierra siga produciendo este tipo de belleza”, le dice a la BBC, refiriéndose a lo que en el resto del mundo se considera una abominación. “Cuando lo miras no te lo imaginas, pero el huitlacoche tiene un sabor exquisito”.

Ese sabor es una mezcla entre trufas negras con champiñones shiitake, con un sabor más intenso, ahumado, intenso.

Pero la magia realmente ocurre cuando los comes con tortillas de maíz.

Expertos por instinto

Ni el maíz sano ni el enfermo nos dan por sí solos los nueve aminoácidos esenciales. Pero juntos son el matrimonio perfecto: recibimos todo lo que necesitamos en un sólo plato.

La tradición mexicana de comerse el maíz que todos botan junto con el que todos consumen es, nutricionalmente, una idea brillante.

Pero los mexicanos no son los únicos en haber encontrado combinaciones que proveen los nueve aminoácidos esenciales.

Los británicos lo hacen con los tradicionales frijoles con tostada; los indios, con su arroz con dal; los italianos con su pasta e fagioli.

En todo el planeta, hemos inventado combinaciones de legumbres y frijoles con granos para que nos den todos los nueve aminoácidos que necesitamos desesperadamente.

Fuente: Regeneración

 

 

México no debe pagar un peso del muro: Colin Powell

México no debe pagar un peso del muro: Colin Powell

Powell dijo que el reto de México es representar los intereses del país. Foto: AFPPowell dijo que el reto de México es representar los intereses del país. Foto: AFP

El exsecretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, pidió a los mexicanos recordar que son una nación soberana, por lo que nadie puede venir a decirles que construyan un muro fronterizo y mucho menos que lo van a pagar.

“No dejen que nadie los pisotee cuando alguien les diga: ‘vamos a construir un muro y ustedes van a pagar por eso’”.Colin Powell

Destacó que México tiene que llegar a la renegociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) sabiendo que representa una tercera parte del acuerdo, no sólo un 10%.

Luego de reprobar la manera de dirigirse del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, porque los insultos no son la forma de hacer amigos, consideró que “va a tener que cambiar o no va a ser un presidente con éxito”.

  • Comentó que el gran reto del gobierno mexicano es representar los intereses del país en el tratado comercial.

Pidió a los mexicanos tener fe en esta relación con Estados Unidos. «No se desalienten por los problemas que tenemos en ocasiones”, porque siempre hay dificultades. “El futuro va a depender de la capacidad de México y Estados Unidos para enfrentar estos problemas”, agregó.

Quien fuera secretario de Estado de 2001 a 2005, durante la administración del entonces presidente George W. Bush, destacó los beneficios económicos que trajo el TLCAN a los tres países, y aunque reconoció que hay factores por mejorar, la discusión debe ser respetuosa en términos de la soberanía de cada nación integrante.

El albino que vino a cenar

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El albino que vino a cenar

Por Elena Goicoechea
Todo empezó un 2 de enero al momento de arribar a casa luego de las vacaciones de fin de año. Como suele suceder en estos casos, nada más cruzar la puerta, cada miembro de la familia corrió para llegar a un baño. El más cercano era el de visitas y hacia ahí me dirigí yo.
A pesar de la urgencia, me detuve en seco frente a la taza del WC. Mi mente entrenada por la dosis semanal de CSI y Criminal Minds intuyó de inmediato que algo estaba mal. OK, no hacía falta ser detective, las pistas eran evidentes: el asiento estaba desprendido de un lado; el agua de la taza lucía turbia y amarillenta; alrededor de la base del inodoro podía apreciarse la marca dejada por un líquido sospechoso al secar.
Mis ojos recorrieron el resto del baño en busca de respuestas. En mi cerebro aparecían de forma intermitente las letras WTF… Entonces descubrí otra pista abandonada en el suelo junto a las puertas del lavabo: un bolso cuadrado de piel negra, demasiado masculino (y pequeño) para ser de una mujer.
En fracciones de segundo imaginé una historia verosímil: seguramente ocurrió una fuga en la tubería mientras estuvimos de viaje, ésta afectó al piso de abajo, el vecino avisó al administrador, quien les pidió a mis suegros la llave de mi casa para que entrara el plomero, y aquel, un cochino con ADD, dejó todo hecho un asco y olvidó su bolso de herramientas (que para caber ahí debieron ser de última generación…).
Tomé el bolso. Era de Armani. Plomero descartado. Mi curiosidad fue más fuerte que el motivo que me llevó al baño (antes muerta que alterar la escena del crimen).
Me tranquilizó la certeza de que el intruso no fuera un ladrón, porque los ladrones no dejan cosas, se las llevan,… a menos que siguiera dentro de la casa, lo cual era improbable: ¿qué ladrón puede ser tan torpe como para que, aparte de no atinarle a la taza, tarde tanto en robar que el charco se alcance a secar antes de huir?
Salí del baño con el bolso y fue entonces que reparé en la sala: cojines regados por el piso, una corbata de seda sobre la mesa de centro, una chaqueta de buen casimir sobre el brazo del sofá blanco, cuyos cuatro asientos, que suelen estar en perfecto estado, estaban en estado imperfecto…
Y yo, como la mamá osa de «Ricitos de oro», exclamé: «¡Alguien ha dormido en mi sala!… ¡y orinado en mi baño!»
Al menos el intruso dejó una buena propina, no como Ricitos de oro, que sólo se tragó la sopa. Abrí el bolso y comencé a extraer uno a uno los objetos del interior: una Palm, un iPhone, una pluma Mont Blanc, unas gafas oscuras de firma, unos anteojos -mejor dicho, un par de fondos de botella de cristal verdoso de 1 cm de espesor, con los que se les podían ver los dientes a las hormigas-, un fajo de billetes sujetos por un clip de oro, una cartera con tarjetas de crédito y poco más de cien dólares…
Para entonces, mi marido, mis hijas y el perro estaban tan intrigados como yo. Metí de nuevo la mano a la bolsa y, como chistera de mago, apareció una credencial de elector con fotografía… «¡El albino!»
La credencial pasó revista. Al observarla de cerca, cada uno repetía cual mantra: «El albinooo…».
El albino vive en el piso de abajo. No es que gane el premio al vecino más excéntrico, pero está en la terna de nominados. Sus señas más evidentes son la ausencia congénita de pigmentación, sus modales victorianos y el gusto por el whisky. Para más datos, es bajito y rechoncho, con más de seis décadas a cuestas y una posición muy sólida (aunque cuando bebe cambia su estado de sólido a gas).
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Podría decirse que el personaje es la versión mexiquense de Dr. Jekyll & Mr. Hyde. ¿Recuerdan el thriller?: «Londres, invierno de 1884. El núcleo de la obra radica en la dualidad del espíritu humano, balanceándose entre los principios del bien y del mal, y conduciendo al protagonista a una doble personalidad mediante los efectos de una pócima científica.”
La versión del albino tiene algunas variantes: “Huixquilucan, invierno de 2010. El núcleo de la anécdota radica en el desdoblamiento que sufrió el vecino gracias a las bebidas espirituosas, quien balanceándose desde el principio hasta el final del corredor, protagonizó un cuadro de doble personalidad bajo los efectos de alguna pócima etílica.”
No hay texto alternativo automático disponible.
Creo que fue mi marido el que descubrió que la puerta principal estaba abierta, tan solo emparejada. ¡Ni siquiera la cerró al salir! Lo más raro es que estábamos seguros de haberle echado llave y, sin embargo, la chapa no estaba forzada.
Mientras intentaba comunicarme con el administrador del edificio, mis hijas se repartían el botín:
-Yo el iPhone y tú la Palm… entonces yo los dólares y tú los pesos… la bolsa está padre, ¿la rifamos?
Decidí que era una ocasión perfecta para ponerme en modo “madre” y darles una lección magistral de valores humanos universales:
-Hijas mías, esos objetos materiales no las van a hacer ni más ricas ni más pobres, las van a hacer unas ladronas.
-Pues un poco menos pobres que hace quince minutos sí, la verdad – argumentó Paola. Y le concedí un punto, máxime llegando tan gastadas del shopping.
Aceptaron regresar todo a la ‘chistera’ después de advertirles que la rapiña en zona de desastre se castiga con siete años de prisión, y nuestro baño de visitas y la sala eran zonas de desastre.
El administrador se mostró sorprendido en el teléfono:
-¡Al fin se resolvió el misterio! Ya no aguantaba a la Sra. Socorro de Albino.
(La llamaré así para no balconear a la pobre mujer, que ya bastantes vergüenzas pasa al intentar ‘desfacer entuertos’ del marido). La señora tenía al inocente administrador bajo metralla:
-No ha dejado de presionarme para que averigüe dónde están las cosas de su esposo, en especial sus lentes verdes, sin los cuales no puede ver nada.
Me imaginé al albino como Mr. Magoo, estrellándose en las paredes y los postes, algo así como un Pacman color ‘palo de rosa’.
El administrador se encargó de ponerme al tanto del misterioso caso que lo había tenido en ascuas más de una semana. Fue así como me enteré de que, de acuerdo con los testigos, el albino llegó dando traspiés de un brindis navideño el 23 de diciembre y fue depositado por su chófer en la puerta del elevador, bien servido, pero bien vestido, y con todas sus pertenencias a cuestas. Necio él, no quiso que lo acompañara hasta su casa. La mujer no comprendía por qué tardaba tanto en subir. Cuando traspasó el umbral de su casa varias horas después, venía incompleto y no sabía ni cómo se llamaba el hombre.
Desconcertado, el administrador se reunió con los elementos de Vigilancia al día siguiente, quienes en una improvisada tormenta de ideas propusieron algunas hipótesis:
1) El albino fue abducido por extraterrestres, quienes lo regresaron al ver que su tipo de sangre AA era demasiado raro. Y como todos los abducidos, no recuerda nada de lo sucedido dentro de la nave.
2) Debido a las condiciones atmosféricas se formó un pequeño Triángulo de las Bermudas en el vestíbulo, del que logró escapar semiconsciente y casi en bermudas.
3) Algún vecino con dificultades financieras aprovechó que el albino beodo no traía puestos sus anteojos verdes y lo asaltó en el pasillo.
4) El ascensor era en realidad una máquina del tiempo experimental: el albino entró a las 10:00 PM y salió a las 2:00 AM… en fechas distintas.
Nadie imaginó la verdadera explicación, más inaudita que las anteriores:
El albino beodo entró al elevador y, en vez de picar el 11, picó el 12. Salió del elevador, sacó su llave y ¡bingo!, abrió mi puerta con ella. ¿Cuántas probabilidades hay de que una misma llave abra dos cerraduras distintas, que las dos estén en el mismo edificio, y que justamente haya intentado abrir el departamento donde está la gemela? Otra cosa increíble: logró atinar a la cerradura, pero no al escusado.
A pesar de las grandes diferencias en la distribución y decoración de su casa y la nuestra, ¡ni cuenta se dio de que no estaba en su hábitat!. Dio con el baño, acabó con el WC, regó sus alrededores, olvidó su bolso en el suelo y se dirigió a la sala para echarse una siesta… luego de ponerse cómodo, claro.
Despertó dos horas más tarde, seguramente entró en pánico al no reconocer el paisaje y puso pies en polvorosa, dejando atrás todas sus pertenencias. Cuando despertó a la cruda realidad, su memoria estaba en blanco.
Tras el incidente, diez días permaneció abierta mi casa, y no sólo no faltó nada, sino que hasta había más cosas de las que dejamos… ¡Para Ripley! No cabe duda de que mis vecinos son raros, pero honrados, si señor.
Seguramente se preguntarán qué pasó cuando le regresé todo: ¿Manifesto vergüenza? ¿Mandó flores o al menos a alguien que limpiara el baño?…
A modo de epílogo, les cuento: del baño ya ni dije nada a la apenada esposa para no hacerla sentir peor, pues fue ella la que vino a recoger las cosas, no él. Nada más se tapaba la cara apenada mientras repetía «lo siento, qué pena…».
Nunca entendí por qué era ella la avergonzada, ella la que pedía disculpas y ella la que venía por las cosas, en vez del indiciado. ¿Será una especie de codependencia?
Obviamente, al día siguiente cambiamos las cerraduras: en casa cerrada no entran moscas.
FIN.