Inicio Blog Página 135

Radio UNAM llega a sus 80 años con intenso ímpetu de innovar: Taibo

0
Por Redacción Proceso

En los festejos por el 80 aniversario de Radio UNAM, su director, Benito Taibo, aseguró que después de ocho décadas esa voz sigue siendo necesaria “porque analiza muy profundamente, desmenuza el tiempo que nos toca vivir y lo convierte en algo más asible”.

“Dejémonos de historias, los grandes maestros están en la Universidad y están en Radio UNAM. Si la Universidad es un reflejo de la sociedad, Radio UNAM es un reflejo del reflejo de la sociedad”, subrayó.

En un comunicado, Taibo sostuvo que Radio UNAM llega a sus primeros 80 años con intenso ímpetu de innovar, sin perder identidad y tradición.

Sin dejar fuera su vocación experimental e historiadora de sonidos, añadió, “ha presionado el botón digital de la actualización”.

Radio UNAM “echa la casa por la ventana” con múltiples acciones en pro de la calidad de sus contenidos, transmisión y acercamiento con la audiencia, destacó.

Entre las actividades conmemorativas, que iniciaron hace algunas semanas y tendrán su clímax este jueves 14, día del 80 aniversario de la radio universitaria, se encuentran: la transmisión de “80 años y 80 regalos para festejarlos”, música desde el siglo XIII hasta nuestros días, serie compuesta por igual número de cápsulas para AM y FM.

De acuerdo con el director, lanzaron una frase identificativa que es “Radio UNAM, experiencia sonora”, y “así nos vamos a comunicar, porque tiene dos vertientes, una por los 80 años de bagaje y otra por la experiencia sonora que produce en el escucha”.

Señaló, asimismo, que hay una falsa percepción de lo que es Radio UNAM, pues algunos jóvenes, sin haberla escuchado, piensan que es para gente mayor y que sólo transmite música clásica, pero si se acercaran descubrirían cosas importantes, “como nuestro espacio nocturno, que es absolutamente juvenil, un poco enloquecido, crítico, autocritico, con humor”.

Soltó: “Somos una radio universitaria, pública y comunitaria. Estamos haciendo un eco de nuestro tiempo, y los jóvenes que no están oyéndola se lo están perdiendo.

“¿Por qué después de 80 años es necesaria Radio UNAM? Porque es una voz distinta, una voz que no grita, que no está en la coyuntura; por el contrario, analiza muy profundamente, desmenuza el tiempo que nos toca vivir y lo convierte en algo más asible, gracias a nuestra academia que es una de las mejores del mundo.

“Dejémonos de historias, los grandes maestros están en la Universidad y están en Radio UNAM. Si la Universidad es un reflejo de la sociedad, Radio UNAM es un reflejo del reflejo de la sociedad”, subrayó.

Benito Taibo delineó lo que será el día de las “80 velitas”: habrá un maratón especial de transmisiones en vivo desde las siete de la mañana y hasta las 12 de la noche, en dos sedes: la terraza rehabilitada de la emisora y la Sala “Julián Carrillo”.

“Haremos el estreno de un radioteatro creado especialmente para la ocasión, que se llama ‘XEUN’, escrito por Mario Conde, donde participa gente como Juan Stack, María Sandoval y Tessa Uribe, entre otros. En esta ocasión las voces tendrán cuerpo, es una elegía a la radio, a nuestra radio; además, habrá eventos de tango y música popular alternativa”, dijo.

El escritor, egresado de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, dijo que aún se trabaja en la nueva programación de la emisora, que estará en las ondas a partir de septiembre próximo.

“Será crítica, autocrítica, con mucho énfasis en temas que nos atañen, como la igualdad de género, arte y ciencia, humor, sátira, una adecuación de todos nuestros modelos radiofónicos para hacerlos más atractivos, con énfasis en el público joven”, refirió.

El titular de Radio UNAM indicó que está bajo un proceso de modernización tecnológica importante gracias a la Rectoría y a la Coordinación de Difusión Cultural, por lo que planea la instalación de dos nuevos transmisores e igual número de antenas, para que la señal puma llegue más precisa, más clara y contundente a donde tenga que llegar.

 

 

Fuente: Proceso

Esta mujer llama “Mongolo” al empleado. Lo que sucede después es realmente vergonzoso…

0

En la tienda cercana a la casa de esta estudiante universitaria trabajaba un chico con Síndrome de Down empacando las compras. Cierto día, mientras ella pagaba sus alimentos fue testigo de un increíblemente suceso.

Por porquenosemeocurrio

En la tienda cercana a la casa de esta estudiante universitaria trabajaba un chico con Síndrome de Down empacando las compras. Cierto día, mientras ella pagaba sus alimentos fue testigo de un increíblemente suceso.

Ella lo platica de esta manera:

Me encontraba en la caja de la tienda que frecuento para comprar mis alimentos: Ahí hay un empleado muy amable y agradable que se encarga de empacar las compras. Él es un chico con Síndrome de Down que siempre empaca todo con mucho cuidado. Fue ese mismo día que tuve que presenciar la escena terrible que ahora les narro:

Chico: ¿Quiere esta? – me dice al agarrar una de las bolsas de tela, pero me doy cuenta que tiene un agujero.

Yo: Mejor esta otra, gracias.

Mujer detrás: ¡Dense prisa por Dios!

Yo: Apenas acabo de pagar y él lo está haciendo bien – le respondo.

Mujer detrás: ¡Así que eres igual de lenta que él! La gente anormal como ustedes deberían dejar de molestarnos a los demás.

Chico: (se notaba ofendido) Señora, ella no es “no lista”, va a la Universida – y señala el logo de mi universidad en mi sudadera – Ella es realmente lista – dijo –

Yo: Y este chico es el mejor empacador de la tienda, Es muy cuidadoso y hace un trabajo excelente. – Él termina de empacar mis cosas y, sabiendo que iré de regreso a la residencia, me ayuda a colocarme las bolsas al hombro –

Mujer detrás:  ¡¿Qué, ahora también te ayudará a llevar tus cosas al auto?! Vaya delincuente, quiero ver al encargado.

Yo: Señora, yo me voy, pero ¿de verdad quiere llamar al encargado por algo que yo le he pedido a él que haga?

Chico: (dirigiéndose a mi) Que tengas buen día

Mujer de atrás: ¡MONGOLO!

Hasta ese momento el cajero no había dicho nada, se limitaba a observar la escena con calma. Pero entonces dijo:

Cajero: Señora, no vamos a permitir que discrimine de esa manera a un empleado excelente y una cliente habitual. Puede dejar aquí su compra, nosotros nos encargaremos de regresarla a las estanterías más tarde. Por favor, retírese.

La mujer, ofendida, en vez de simplemente hacer caso e irse, comenzó a hacer un escándalo. Fue tal que terminó rompiendo una de las estanterías y tuvieron que sujetarla entre varias personas mientras el chico nos llevó a mi y a otro cliente detrás de las cajas para protegernos. Tuvimos que esperar a que la policía llegara y arreglara el asunto.

Una semana después regresé a hacer mis compras una vez más y el joven me atendió de nuevo

Chico: ¿Vienes otra vez? – dijo sorprendido – Claro – le respondí. Él no sólo no había hecho nada malo, sino que actuó con amabilidad en todo momento. Su sonrisa en ese momento alegró mi día entero, es algo que no se olvida con facilidad.”

Por desgracia, personas como esta señora aún existen en el mundo; personas para quienes existen los “normales y los anormales”. No es tarea fácil hacerles ver lo equivocados que están y lo valioso que todos somos sin importar nuestra edad, sexo, color o si tenemos algún tipo de discapacidad. No nos queda más que ser amables con todos y dar el ejemplo de una sana convivencia, y aprender a ser tan felices y buenos como lo son todos aquellos que viven con Síndrome de Down, son las personas más amorosas del mundo.

A continuación te presentamos un vídeo creado por el Canal Sur de su programa Gente Maravillosa.  Es un programa donde dedica sus cámaras ocultas a reflejar algunas situaciones discriminatorias que sufren las personas con Síndrome de Down. 

Para ello, cámaras ocultas recrearán, con actores y actrices, una situación similar a la  que te acabamos de comentar. En una de ellas, un chico con Síndrome de Down será el empleado de un supermercado y tendrá que soportar las quejas de un cliente (actriz) . Tienes que ver el grandioso trabajo de este programa y lo que ocurrió:

 

 

Fuente: porquenosemeocurrio

Desde España a EE.UU: crean una galería online para artistas jóvenes

0

Pintores, fotógrafos, grafiteros y una larguísimo etcétera exponen sus trabajos en Internet de una forma en que jamás se había hecho a través de la plataforma Samyroad.

Por ABC / Madrid

Ya pocas cosas escapan a la red. Pareciera imprescindible estar presente en Internet, en el gigante Google y, por extensión, en las redes sociales como Facebook o Twitter, que son consultadas por millones y millones de personas cada día.

Los jóvenes son los más conscientes de la necesidad de estar en la red. El nombre millenials alude precisamente a aquellos nacidos en plena era digital y con absoluto control de las nuevas tecnologías.

Ha sido una millenial la que ha querido llevar el arte a Internet desde una forma completamente original. Se trata de la neoyorkina Angela Viens, una artista que trabaja con todo tipo de materiales y técnicas mixtas que mezcla con ideas innovadoras como vídeos y montajes gráficos.

Viens se ha creado un perfil en SamyRoad, una plataforma online donde artistas y creadores de todo el mundo, ya sean emergentes o reconocidos, comparten y recomiendan su contenido de una forma organizada, dinámica e interactiva. Es algo así como una galería online que ha triunfado en nuestro país y ahora lo intentará en Estados Unidos.

«Samyroad es una plataforma a tiempo real que mantiene a la gente al día de sus pasiones«, dice la página web en la que pueden visitarse las páginas de los artistas, navegar por ellas, apreciar sus trabajos en gran calidad y además, como si de Twitter se tratara, también puedes seguir al artista o ser seguido en caso de darte de alta en la plataforma (a través de Facebook, Twitter o el correo electrónico).

Pasiones

Samyroad está categorizada en siete pasiones: moda, arte, adrenalina, música, viajes, ideas y solidaridad. El algoritmo de SamyRoad está diseñado para filtrar y posicionar cada ítem en función de su calidad y diseño.

Si buceamos en esta plataforma podemos encontrar grandes ilustradores como Daniel Rod que, si bien se sirve de las nuevas tecnologías para difundir sus creaciones, se caracteriza por realizar ilustraciones conceptuales con bolígrafos con una técnica cuidada y meticulosa que ofrece margen a su creatividad y su estilo personal.

Daniel Rod
Daniel Rod

Igual que en el arte, en SamyRoad no existen barreras. Los artistas se dan a conocer a través de la plataforma. Pablo Curto, por ejemplo, es un joven artista que ha llamado la atención de las grandes cabeceras de la moda para quienes ha retratado a grandes modelos de un modo íntimo y personal. Este fotógrafo siente predilección por el color y los juegos de luz con los que atrapa a todos aquellos que contemplan su trabajo.

También merece la pena mencionar, a otros artisitas como los grafiteros. Es el caso Boa Mistura un equipo multidisciplinar con raíces en el graffitti que han logrado que las obras de arte urbano con diferentes mensajes que ha realizado alrededor de todo el mundo en países como Sudáfrica, Brasil, México, Estados Unidos, Reino Unido, Georgia, Argelia, Noruega, Reino Unido, Serbia o Panamá. «Amamos lo que hacemos. Entendemos nuestro trabajo como una herramienta para transformar la calle y crear vínculos entre las personas. Sentimos una responsabilidad para con la ciudad y el tiempo en el que vivimos», afirma un miembro del equipo.

Y es que Samyroad está pensado para aquellos que aman lo que hacen y, por supuesto, para todo el que esté dispuesto a apreciarlo.

 

Fuente: abc.es

La magia del orden en el matrimonio

 CreditBrian Rea

Todo el mundo me conoce por tener una vida “mágicamente ordenada”, como diría la célebre consultora de negocios Marie Kondo. Enrollo y ordeno mis prendas de vestir como si fueran sushi, las superficies de mi casa están vacías y mi cocina está tan limpia que bien podría hacer una cirugía en ella.

No siempre fue así. Cuando tenía 23 años, una vez salí de mi apartamento en Nueva York con un pantiprotector pegado a la espalda. Sí, estaba usado. Sí, ese mismo día, horas antes, me lo había quitado y lo había tirado sobre mi cama como un oso que avienta huesos de salmón a una piedra. Una vez ahí, supongo que se me olvidó. Tal vez se perdió en la cama. Es que les juro que había otras cosas ahí. Mi cama solía verse como un basurero.

A lo mejor aventé mi abrigo a la cama y se le pegó. Y luego me puse el abrigo, subí a un autobús y anduve 30 calles con un pantiprotector entre los omóplatos. Nadie me dijo nada. Yo no sabía que lo tenía pegado hasta que mi novio me dio un abrazo y me lo quitó como si estuviera en un show de striptease en el infierno.

Ese no fue el hombre con el que me casé.

El hombre con el que me casé entró a mi apartamento y encontró restos de galletas en mi sofá. Todavía puedo ver su rostro, perplejo y con los ojos abiertísimos, señalando los trozos como preguntando: “¿También los ves?”. Yo me encogí de hombros y él se sentó en el sofá. Mi esposo, por naturaleza, me acepta como soy.

Y yo, por naturaleza, dejo cada gabinete y cajón abierto como si fuera una ladrona. Mi superpoder es equilibrar la mayor cantidad de cosas en el lavabo del baño. Si me dieran a elegir, dejaría que el vómito del gato se secara en el tapete para limpiarlo con mayor facilidad. Si las preferencias fueran cosas y yo tuviera un cupón para obtener preferencias, las apilaría como latas porque uno nunca sabe cuándo podría necesitar algunas.

Pero una cosa es aceptar a una cochina como es y otra vivir con ella. Después de un año de casados, mi marido dijo: “¿Te molestaría dejar la mesa de la cocina limpia? Es lo primero que veo cuando llego a casa”.

Lo que yo entendí fue: “Quiero el divorcio”. Entonces le dije: “¿Quieres el divorcio?”. “No, solo quiero que la mesa esté limpia”, dijo. Llamé a mi madre; ella preguntó: “¿Qué hay en la mesa?”.

“Ay, pues de todo. Todo lo que traigo conmigo cuando llego de la calle. Bolsas de compras, comida, vasos de café, el correo, mi abrigo”. “¿Tu abrigo?”, me preguntó. “Lo que pasa es que no cuelgo el abrigo en el armario, ¿acaso eso me hace una mala persona? Él sabía con quién se iba a casar. ¿Por qué tengo que cambiar?”.

Mi madre dijo: “Helen Michelle, por Dios santo, este es un problema que se puede solucionar fácilmente. ¿Sabes qué es lo que otras mujeres tienen que resolver? Borrachos, mujeriegos, pobreza, hombres casados con sus Ataris”. “Mamá, el Atari ya ni existe”.

“Helen Michelle, a algunas mujeres las molerían a golpes con una bolsa de naranjas por una nimiedad como esa. Tú te casaste con un santo. Limpia la mesa, carajo”. Y fue así como aprendí a limpiar para salvar mi matrimonio.

Sin saber por dónde empezar, me arrodillé frente a la televisión, el Templo de Joan Crawford, quien dijo, en su personaje de Mildred Pierce: “Nunca salgas de una habitación sin llevar algo para otra”. Sí, he de admitir que ella tenía su carácter, pero sabía limpiar.

Hay que restregar el piso con las manos, de rodillas. Hay que sacudir la lata de Ajax como si fuera una alcancía. Hay que colgar la ropa en el armario dejando un dedo de distancia entre un gancho y otro. Y no, no hay que tener ganchos de metal, nunca.

Tengo ganchos de madera que compré en Container Store. Son de nogal y el paquete de seis me costó 7,99 dólares. Los compré por internet porque para mí entrar en Container Store es como entrar en un fumadero de crack. Los que van ahí son como adictos tratando de organizar su crack y te venden cajas bonitas para que lo pongas ahí.

Las cajas bonitas son crack, así que uno no quiere más. Sin embargo, los ganchos de madera están bien. Son como las mimosas. A nadie le da una sobredosis de mimosas. Los ganchos de madera hacen que aumente tu confianza. Te hacen sentir adinerada y delgada. Hacen que una camisa blanca cualquiera se vea sexy. Y así te prometes que vas a llenar un clóset y luego te darás por vencida.

Pero no lo hice. Para que no decayera el ánimo, le pregunté a mi marido si podía limpiar su armario. Me preguntó: “¿Y eso qué quiere decir?”. Contesté: “Cambiar tus ganchos de plástico por unos de madera. ¿Qué pensaste que era?”. “No sé, ¿algo nuevo para el sábado por la noche?”, y haciendo con las manos las formas de las comillas, dijo: “Limpiar mi armario”.

Aquello era tan nuevo para mi marido que supuso que yo le hacía propuestas indecorosas. Es comprensible. Muchas veces las insinuaciones sexuales suenan a hacer limpieza: vamos a sacudir el plumero y a encerar el piso. Es como si Martha Stewart hubiera escrito un diccionario de coloquialismos.

Mi marido abrió las puertas del armario y se paró a un lado. El hombre confía en mí. Yo cambié los ganchos con una precisión militar. Dijo: “Nunca me imaginé que fuera tan bueno”. Nos besamos y después tuve una recaída.

No supe cómo sucedió. Tal vez fue que dejé una olla remojando una noche. O la pila de libros que dejé en mi escritorio como si fueran leños para una fogata. A lo mejor fue la ropa interior tirada en el suelo, como zapatos. Luego dejé caer el abrigo sobre la mesa de la cocina. Y lo dejé ahí porque los gatos comenzaron a usarlo de cama. Ahí se quedó junto con ropa sucia, sobras de restaurante (que nunca llegaron al refrigerador) y zapatos que había que devolver.

Mi marido iba saltando por el suelo como si jugara rayuela, sin quejarse una sola vez, como si todo estuviera bien, para quedarse con la memoria de un hogar pulcro como si fuese parte de una lista de cosas por hacer antes de morir, como surcar los rápidos en una balsa o ganarse un Pulitzer. Claro, podría haber quitado las cosas, pero cada armario, a excepción del suyo, estaba repleto de cosas que se asomaban como si fueran ventanas hacia otras dimensiones.

Me asusté y me propuse ver compulsivamente episodios de Acumuladores. ¿Cómo que una mujer no pudo abrirse paso entre su “colección” de bolsas del supermercado para darle resucitación cardiopulmonar a su marido? Eso no me iba a pasar a mí. Así que doné libros que ya había leído a bibliotecas y ropa que no había usado en un año a tiendas de segunda mano. Regalé el microondas porque podía fundir queso en la estufa.

Así fue como llegué al libro de Marie Kondo, La magia del orden, o como me gusta llamarlo a mí: ¡Sorpresa, sigues siendo un acumulador! La pregunta más importante que hace la autora es: ¿te hace feliz? Inspeccioné mi alrededor con toda honestidad y contesté esa pregunta. Las cajas de manuscritos que nunca se publicaron no me hacían feliz. Los zapatos de diseñador que compré en ventas especiales pero que nunca me puse porque me dolían los pies… no me hacían feliz. Mi marido confesó que las carpetas griegas y las pinturas de barcos de pesca que son herencia de su abuela no lo hacían feliz. Así que sacamos todo.

Quedamos nosotros. Mi esposo se siente más feliz y yo también. Resulta que me gusta la casa ordenada y me gusta limpiar.

Sacudir es como meditar. Descongelar el refri cura el síndrome premenstrual. Hago ejercicio cuando tiendo la cama, porque para hacer bien la cama, hay que rodearla como si fueras un tiburón. Y mientras hago todo eso, escucho audiolibros que me daría vergüenza que me vieran leyendo. ¿No estás de humor para limpiar el baño? Escucha Naked Came the Stranger y verás como el tiempo vuela.

Lo malo es que mi marido ha creado un monstruo. Las toallitas de papel me duran la víspera. Mi aspiradora tiene un foco delantero, que me divierte usar por la noche. Tampoco diré que ando con una falda ampona y perlas cuando lo hago. Más bien, suelo llevar un delantal sobre el pijama.

Y digo: “Oye, o yo o el apartamento. Pero los dos no podemos estar rechinando de limpios”. Sin dudar, mi marido siempre elige el apartamento. Algunas veces, lo invito a unirse a mis esfuerzos, ofreciéndole las tareas más horrendas como si le diera un premio. Le digo: “Te voy a dejar limpiar la caja de arena del gato” o “Tendrás el honor de quitarle el queso fundido al sartén”.

Mi marido responde: “Eres como Donna Reed, versión dominatriz”. Y le contesto: “Quítate la camisa y lava ese sartén, mi amor”. Se quita la camisa y lava el sartén. En nuestros 21 años juntos, la naturaleza de mi marido no ha cambiado.

En cuanto a mí, soy una cochina en recuperación. Todos los días tengo que recordarme poner la crema corporal de vuelta en su lugar, el cereal en la alacena y sacar la basura antes de que el bote se llene hasta el borde. Tengo que recordarme colgar mi abrigo en el armario.

Y cuando logro hacer todo eso, de verdad me siento como una maga. Porque ahora, cuando mi marido llega a casa, yo soy lo primero que ve.

Vientos de cambio: Pedro Kumamoto

0

Vientos de cambio: Pedro Kumamoto

Por Eduardo Caccia
Junio 4, 2017.

Parecía un noticia tan exótica que había que leerla de nuevo: «Bajarán hasta 69% recursos a partidos» (Mural, 2 de junio), «Recortan en Jalisco recursos a partidos» (Reforma, 2 de junio). Las buenas noticias originadas por la política mexicana retan nuestra reserva de optimismo: nada puede ser tan bueno como para ser cierto. Pero ahí estaba, una perla brillando en medio de la mezquindad, una proeza surgida desde la locuacidad de un diputado independiente que al grito de #SinVotoNoHayDinero germinó, por fin, en terreno fértil con el apoyo mayoritario del Congreso de Jalisco y que habrá de pasar a la historia como un día en que lo improbable sucedió: los muros sí pueden caer.

El financiamiento para los partidos políticos se reducirá entre 48 y 69 por ciento, según sea año electoral o no, y si bien no se cristalizó en su totalidad la iniciativa de Pedro Kumamoto, habrá, para años electorales, una indexación al número de votos válidos obtenidos en la elección a diputados (empezando en el 2018). Más allá de los cientos de millones de pesos que Jalisco se ahorrará y podrá destinar a áreas prioritarias como seguridad pública, salud, infraestructura, educación, desarrollo social, simbólicamente este logro representa, para la República, ver de nuevo el rostro de la esperanza, nos devuelve de golpe la capacidad de creer y crear.

Los cambios en México son posibles pero requieren el empuje de un evento inercial para provocar lo que he llamado metáforas de cambio posible, pequeñas o grandes acciones donde un mexicano ve y experimenta el cambio positivo, un acto de contagio social que empieza como algo aislado hasta convertirse en tendencia. Quizá la primera ley del cambio es creer que el cambio es posible. De ese tamaño es el muro que acaba de caer en Jalisco. Esa caída provoca vientos de cambio. Esperemos que más congresos estatales tengan la estatura que reclama el país.

Desde la tribuna del Congreso un rebosante Pedro Kumamoto habló de «esta enorme victoria» y con la humildad que le caracteriza confesó: «puedo jurar que me siento en algunos momentos que estoy soñando» y luego agradeció a todas las fracciones partidistas, al gobernador Aristóteles Sandoval y al presidente municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro, sin cuyos apoyos no se habría conseguido lo alcanzado. También agradeció a los ciudadanos que empujaron la iniciativa; una alusión anclada en la forma de ver la política de este joven jalisciense quien desde su campaña le decía a la gente «quiero que tú también seas político», exhortación a ver que la participación ciudadana debe ir más allá del día de las elecciones.

«Nunca más palabras bonitas sin hechos congruentes, nunca más la política sin las personas», decía «Kuma», como le dicen sus amigos, y al escucharle con esa retórica plagada de amaneceres, me transporté al siglo XIX y me imaginé a Kumamoto vestido a la usanza de aquellos tiempos y retratado entre los grandes como Mariano Otero, por supuesto no porque piense que escuchaba conceptos pasados de moda sino porque la deuda de la clase política con los ciudadanos en México viene de siglos y porque los políticos generosos, de estatura moral, generadores de cambios positivos, no han sido la regla sino la excepción.

Me contó Pedro las incidencias de los últimos días, de los jaloneos entre las redes sociales y las juntas de coordinación política. Este espacio es insuficiente para narrar lo que debería contarse con una serie al estilo House of Cards.

Un comercial de las computadoras de la marca de la manzana viene a cuento, y dice: «Esto es para los locos. Los inadaptados. Los rebeldes. Los alborotadores. Las piezas redondas en los agujeros cuadrados. Los que ven las cosas de forma diferente. No les gustan las reglas y no respetan el status quo. Puedes citarlos, estar en desacuerdo con ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Pero lo único que no puedes hacer es ignorarlos; porque cambian las cosas, empujan a la raza humana hacia adelante. Y mientras algunos pueden verlos como los locos, nosotros vemos al genio. Porque las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo, son las que lo hacen».

El loco es lo suficientemente audaz como para creer en la esperanza. Necesitamos más de esa locura.

Pedro Kumamoto lo hace de nuevo y ahora quiere quitarle 2 mil …

#SinVotoNoHayDinero Pedro Kumamoto lo hace de nuevo; primero quitó el fuero y ahora quiere quitarle 2 mil millones de pesos a los partidos políticos de México

Posted by Yahoo México on Friday, February 3, 2017

@eduardo_caccia

No confundas cama con amor

0

No confundas cama con amor

Shutterstock-gpointstudio

Hormona mata neurona, en castidad se discierne mejor

Este tema me parece por demás importante sobre todo para los jóvenes de hoy, bombardeados con tanta información al respecto, mucha de ella invitando a vivir una sexualidad totalmente irresponsable y promiscua, que resta dignidad personal.

Una de estas ideas erróneas es que el sexo es una necesidad vital y que está bien que “lo practiques” cada vez que lo “sientas” …Claro, si tu cuerpo lo pide, dale lo que pida… ¡Mentira! Necesidad vital es comer, beber agua, dormir… necesidad que si no se satisface a corto plazo lleva a perder la vida. ¿Cuándo has visto a alguien en la sala de emergencias de un hospital o muriéndose por falta de actividad sexual? Sin embargo, sí has sabido de casos de personas que mueren por inanición o deshidratación.

El sexo es un apetito, un instinto, una expresión del amor que no puede ser reducido a mera biología; es un regalo que está al servicio del hombre para un fin muy específico: comunicar amor.

Para los creyentes es un don al que Dios le dio ese toque de placer para hacernos copartícipes de su poder creador, es decir, ser co-creadores con Él. ¡Enorme privilegio que hay que valorar en su justa medida!

Si hoy te encuentras en una relación que te gustaría llevar al altar, formar un vínculo que sea para toda la vida y no sabes cómo hacerlo, la respuesta es muy simple: vive un noviazgo casto y elige de manera inteligente y no visceral.

Cuando una pareja elige no vivir la castidad en su noviazgo hay muchísimos riesgos como el no saber elegir a la persona indicada para compartir la vida. De hecho, aunque los peligros para ambos son muy similares, generalmente la mujer es la que más arriesga y te lo voy a explicar desde un plano psicológico.

Cuando una mujer entrega su cuerpo, la parte del cerebro que entra en funcionamiento es la del cerebro límbico y no la de la corteza cerebral, quitándole así su capacidad de razonar y de tener un pensamiento crítico con respecto a ese hombre que le ha proporcionado tantísimo placer.

En ese estado, la mujer corre el riesgo de elegir al hombre equivocado porque no es capaz de verlo con objetividad ni hacer discernimientos tales como si es ese el que hombre que le conviene o no.

Y cuando hablo de conveniencia me refiero a si realmente ese hombre será un apoyo para ayudarle a alcanzar su plenitud -santidad para los creyentes- como fin primario de su existencia y del matrimonio.

De hecho, es posible que los amigos y los familiares le digan que ese hombre no le conviene y le intenten hacer ver todos sus defectos como lo infiel que es, lo flojo, lo vicioso…lo patán, etc. y sin embargo, ella lo defienda a capa y espada porque no tenga la capacidad de verle defecto alguno, y en el remoto caso de llegárselos a ver, los pase por alto creyendo que no son para tanto.

O peor aún, puede tener el pensamiento erróneo de que ella -con su amor- lo cambiará cuando se casen. ¡Nada más falso que eso! Esa ceguera emocional es peligrosísima. Eso no es amor, a eso se le llama “encamamiento” o en-cama-miento porque en-la cama-mentimos, estamos siendo incapaces de percibir el verdadero interior del otro.

Pero, ¿qué está pasando con la mujer que no tiene capacidad de ver todo lo que los demás ven? Que su capacidad de discernimiento quedó anulada y está tomando decisiones únicamente con sus emociones, es decir, está como en un estado de “apen-tontamiento” y su inteligencia emocional -adiós- está anestesiada por la euforia que los encuentros sexuales le proporcionan.

Y lo peor es que en cada encuentro esta sensación, esta ceguera se incrementa y se hace más fuerte. En cada relación sexual se genera -estén enamorados o no- un tipo de “pegamento moral” que une a la pareja, lo que genera un sentido como de “pertenencia” del uno al otro.

Hay una sensación de no poder despegarte emocionalmente del otro, aunque ya no lo quieras y en el remoto caso de que te des cuenta de que esa persona no te conviene, no sabrás como zafarte de esa relación porque te sientes adherida a ella. Enorme riesgo porque por esta adhesión que experimentas puedes llegar a aceptar maltratos y faltas de respeto.

Así que no te conviene. ¡Hormona mata neurona! Creas en Dios o no, seas moral o no, conviene que practiques la castidad porque con pureza te vuelves más inteligente, es decir, se te quita lo “apen-tontado” que te puede acarrear una relación sin continencia.

Ahora está el otro lado, la pareja de novios que elige vivir la castidad y no experimentar plenamente su sexualidad hasta casarse. En este caso, la mujer casta sabrá elegir de manera inteligente si ese es el hombre que le conviene o no porque su poder de discernimiento no estará anestesiado.

Podrá utilizar su parte analítica o corteza cerebral para juzgar y tomar la mejor decisión. Tendrá la capacidad de hacerse preguntas de manera objetiva, de ver defectos y de esa manera tomar la mejor decisión.

La finalidad de un noviazgo casto y puro es ayudarte a que tomes la decisión más importante de tu vida de manera racional: esa persona me conviene o no, me aporta o me denigra, me hace ser mejor persona o me resta dignidad… Me ayudará a alcanzar la plenitud o mejor corro…. Recuerda que la virtud de la castidad es atemporal y no es moda, es un estilo de vida.

Fuente: Aleteia

6 mujeres viajeras del siglo XX que deberías leer

6 mujeres viajeras del siglo XX que deberías leer

Wikipedia
Wikipedia

Muchas escritoras y periodistas recorrieron el mundo y explicaron sus vivencias en crónicas, artículos, libros y obras que han pasado a la historia

Nombres como Hemingway, Faulkner o Fitzgerald son escritores muy conocidos de principios de siglo XX. En la misma época, muchas mujeres escritoras y periodistas recorrieron el mundo y explicaron sus vivencias en crónicas, artículos, libros y obras que han pasado a la historia de la literatura y del periodismo. Pero todavía se conocen poco. Presentamos a seis de ellas.

Beinecke Rare Book & Manuscript Library Yale University | Wikipedia

Edith Warthon (1862-1937) Nueva York, Estados Unidos

La primera escritora mujer que ganó un premio Pulitzer. En sus novelas analiza la clase alta de la sociedad neoyorquina de finales de siglo XIX y principios del XX. Fue una gran amante de Europa, continente en el que vivió durante varios periodos y donde finalmente se instaló. Warthon cruzó el Atlántico 66 veces durante su vida. Residía en París cuando estalló la Primera Guerra Mundial y consiguió, gracias a sus contactos con el gobierno francés, permisos para viajar en moto por las líneas del frente. Durante la guerra su tarea social fue también destacada.

Obras destacadas: Santuario (1903), La casa de la alegría (1905), La edad de la inocencia (1920).

Wikipedia

Isak Dinesen (1885-1962) Rungsted, Dinamarca

Karen Blixen escribía con el pseudónimo Isak Dinesen, aunque también firmó como Osceola o Pierre Andrézel. Durante 20 años fue propietaria de una granja en Kenya y cuando volvió a su país, Dinamarca, siempre añoró el continente africano. En 1937 su obra ‘Memorias de África’, en la que explicaba algunas de sus vivencias, la llevó a la fama. El éxito creció al producirse la película de Hollywood basada en esta obra. En los años 50 se hizo muy popular en su país por dar charlas en la radio danesa.

Obras destacadas: Memorias de África (1937), Cuentos de invierno (1942), Vengadoras angelicales (1943).

Alchetron

Aurora Bertrana (1892-1974) Girona, España

La escritora catalana se inclinó desde muy joven hacia la literatura. Al casarse con un ingeniero suizo y viajar a la Polinesia, pudo escribir muchos reportajes sobre Tahití, que se publicaban en la revista D’Ací i Allà. Después de vivir tres años en la Polinesia, siguió colaborando con destacadas publicaciones en Cataluña y empezó, en paralelo, una etapa de intensa actividad política y de lucha por los derechos de las mujeres. Viajó también a Marruecos, interesada por conocer la cultura del país y la situación de la mujer. Al estallar la Guerra Civil española se exilió a Suiza. Es autora de la biografía de su padre, el escritor Prudenci Bertrana. Este 2017 es el Año Bertrana.

Obras destacadas: Paraísos oceánicos (1930), La isla perdida (1935), Edelweiss (1937).

Wikipedia

Annemarie Swarzenbach (1908-1942) Zuric, Suiza

Escritora, fotógrafa y periodista. Era una viajera seducida por Oriente, sobre todo, y en particular, por Persia. Recorrió Afganistán en un Ford en compañía de Ella Maillart. Joven aristócrata suiza, no encajó en el entorno de lujo en el que vivía. Thomas Mann la llamaba “un bello ángel devastado”. La escritora norteamericana Carson McCullers le dedicó una de sus obras más relevantes, Reflejos en un ojo dorado.

Obras destacadas: Con esta lluvia (1934), Muerte en Persia (1936), ¿Dónde está la tierra de las promesas? (1940).

Wikipedia

Martha Gellhorn (1908-1998) San Louis, Missouri

Periodista de vocación, quiso ejercer su profesión lejos de Estados Unidos. Por este motivo viajó a Europa en los años 30. Se la conoce por ser destacada corresponsal de la Segunda Guerra Mundial. Además, cubrió eventos como la Guerra de Vietnam, la Gran Depresión o la Guerra Civil española. Su trabajo llegó a oídos de Eleanor Roosvelt, con quien entablaron una estrecha relación, pues ambas luchaban contra las injusticias sociales. Dejó a Ernest Hemingway, de quien fue la tercera esposa.

Obras destacadas: What mad pursuit (1934), The trouble I’ve seen (1936), The face of war (1959).

Wikipedia

Oriana Fallaci (1929-2006) Florencia, Italia

Periodista italiana que participó, ya desde muy joven, en la Resistencia Antifascista. Cambió la medicina por el periodismo y cubrió los eventos más importantes del momento como la guerra de Vietnam o la muerte de Martin Luther King. Ha sido entrevistadora por excelencia de las mujeres y los hombres más poderosos (como Kissinger, Arafat o Ghandi) del mundo y ha publicado títulos de novela, ensayos, obras recopilatorias e incontables crónicas. Colaboró con medios como Life, The New York Times, The Washington Post o Der Spiegel. En sus últimos años se dedicó a escribir polémicamente contra el Islam.

Obras destacadas: Nada y así sea (1969), Entrevista con la historia (1976), Inshallah (1990).

 

Fuente: Aleteia

La atleta olímpica Sanya Richards-Ross revela cómo el aborto le costó el oro

La atleta olímpica Sanya Richards-Ross revela cómo el aborto le costó el oro

AP Photo | Lee Jin-Man

En su nuevo libro ‘Chasing Grace’, la atleta estadounidense revela que abortó una semana antes de las Olimpiadas de 2008.

En 2008, la medallista olímpica jamaicano-estadounidense Sanya Richards-Ross representó al equipo de EE.UU. y ganó el oro en los 4 x 400 metros relevo y el bronce en los 400. Aquel año, también fue nombrada atleta del año por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo. Sin embargo, en su nuevo libro, Sanya revela que tuvo un aborto la semana antes de las Olimpiadas. Ahora afirma que esa decisión no solo le costó el oro, sino que la sumergió en la desesperación.

Así lo explica la cinco veces medallista olímpica en su nuevo libro, Chasing Grace: What the Quarter Mile Has Taught Me About God and Life [Persiguiendo la gracia: lo que los 400 metros me ha enseñado sobre Dios y la vida]. “He estado persiguiendo cosas toda mi vida”, dijo Sanya a la revista People. “Persigo medallas de oro, persigo récords y persigo la mejor versión de mí misma. Así que, para mí, si no compartía el momento más duro de mi vida en el que más sentí la gracia de Dios, sería insincera con este trayecto”.

Sanya estaba prometida con Aaron Ross, jugador de fútbol americano en los New York Giants. Las carreras tanto de Sanya como de Aaron estaban empezando a despegar y se preparaban ya para la boda. El embarazo llegó de improviso y Sanya tenía la mirada fija en el oro.

“Todo lo que siempre quise parecía estar al alcance de mi mano”, escribe Sanya en su libro. “La culminación de toda una vida de trabajo estaba delante de mis narices. En aquel momento, me pareció que no cabía otra elección. El debate sobre cuándo comienza una vida se arremolinaba en mi cabeza y ocultar un hijo fuera del matrimonio en lo más alto de mi carrera parecía intolerable. ¿Qué pensarían de mí mis patrocinadores, mi familia, mi iglesia y mis fans?”.

En una llamada telefónica con Aaron ambos decidieron que el aborto era la mejor opción para ellos. Sanya tuvo un aborto un día antes de volar a Pekín. Aunque los médicos le dijeron que evitara cualquier tipo de ejercicio durante dos semanas, ella continuó entrenando. En su libro, Sanya escribe que la decisión de terminar el embarazo a través del aborto la destrozó.

“El aborto será siempre una parte de mi vida… Yo era una campeona, y no una cualquiera, sino una campeona de ámbito mundial y de récord”, escribe Sanya. “Desde la altura de esa realidad caí en la profundidad de la desesperación”.

La honestidad y la vulnerabilidad de Sanya podrían iniciar la discusión sobre cómo ayudar a las mujeres a sanar del dolor y la desesperación que causan el aborto. Después de todo, Sanya no es la única atleta que experimenta la presión para abortar.

En 2007, el canal de televisión ESPN llevó a cabo una investigación exhaustiva con universidades para preguntar cómo gestionan el embarazo las mujeres atletas en la universidad. La conclusión fue que, aunque el tema se trata rara vez en público, los embarazos en atletas ocurren con más frecuencia de la esperada y, a menudo, las atletas son obligadas a tomar decisiones desgarradoras.

“Ser atleta en muchas ocasiones significa ser egoísta”, declaró Sanya a TeamUSA.org a principios de este año. “Por supuesto, creo que ser madre es el trabajo más desinteresado que se puede tener. Estoy emocionada con la perspectiva de iniciar una familia cuando me retire, porque creo que puedo dar el 100 por cien a esa parte de mi vida, que será también muy importante para mí”.

Sanya y Aaron anunciaron en febrero que esperaban un hijo, al que calificaron de “la mayor bendición de todas”.

Mientras tanto, el libro de Sanya discurre sobre las alegrías y las penas de la vida, además de las perennes consecuencias de las decisiones.

“Este libro es mi himno personal y espero que los lectores se den cuenta de que tienen suficiente grandeza en su interior para sobrevivir a los apuros de cualquier viaje”, declaró para People. “Espero poder animar a las personas a no salirse del camino y conseguir su mayor potencial”.

Fuente: Aleteia

Wollying: Cuando el peor enemigo de una mujer es… otra mujer

¡Cuidado! La crítica entre mujeres hace mucho más daño del que crees

Por Sofía Gonzalo

“Sé que las hermanas de mi marido me critican. Noto sus caras de desprecio. En cualquier reunión familiar evitan conversar conmigo. Me siento una fracasada cuando están presentes”.

¿Qué mujer a lo largo de su vida no ha sentido que es blanco de críticas por parte de otras mujeres? ¿Y quién no ha formado parte de una conversación en la que se acusaba a una de ellas de ser protagonista de un rumor o se la ridiculizaba por su aspecto físico? El maltrato psicológico a las mujeres por parte de otras de su mismo género tiene un nombre wollying. Es la suma de dos conceptos: woman + bullying y se investiga desde hace 20 años.

Si algo caracteriza al género femenino es la intuición, y es poco probable que falle cuando una mujer se siente víctima de un trato vejatorio por parte de una o de un grupo de sus congéneres. Y esta agresión, sin importar el grado, repercute negativamente en la persona que la recibe y también en quien la hace.

Hay, además, una edad en la que suele ser devastadora para la mujer: la adolescencia y primera madurez. Según investigaciones realizadas por Tracy Vaillancourt, de la Universidad de Ottawa en Canadá, las adolescentes, rodeadas de competitividad y crítica propia de la edad, se pueden exponer a un escenario de acoso y maltrato psicológico que puede incidir de forma permanente en su autoestima.

Ahondamos en el wollying preguntando al psicólogo Pedro Martínez, Director Terapéutico de Neurosalus:

  • ¿Cómo podemos evitar dejarnos arrastrar por el desprecio a una mujer si nos encontramos en este tipo de conversación?

Defendiendo y haciendo valer nuestras propias opiniones y nuestros valores. Se pueden criticar comportamientos, pero no a las personas, y menos de forma insultante. Si nos encontramos ante una situación en la que se denigra a otra persona, tenemos que poner límites, teniendo claro dónde se sitúan las líneas rojas en las opiniones y juicios hacia los demás.

Vivimos en una sociedad en la que todos contribuimos al desprestigio de los otros, sin darnos cuenta de que muchas veces invadimos sus vidas con una impunidad y complicidad sorprendentes; el desprestigio y la crítica hacia el contrario está mejor visto que la defensa de sus derechos. No vale con refugiarse en que la sociedad es así y que cada uno tiene que preocuparse de sí mismo. Si no nos damos cuenta de que nuestro bienestar individual va a depender del bienestar común, tarde o temprano seremos nosotros las víctimas. Mostremos también valentía denunciando y no permitiendo estos comportamientos acosadores y de maltrato psicológico.

  • ¿Qué podemos hacer si estamos siendo víctimas de este tipo de acoso?

Ante todo, y cuanto antes, pedir ayuda: una sola no puede abordar, ni resolver una situación que requiere el apoyo y la complicidad de todos.

Mi consejo es que si estamos en una fase inicial de acoso no dudemos en movilizar inmediatamente al entorno. La primera reacción ante una conducta acosadora suele ser la del autocastigo: la víctima suele justificar los comentarios de su maltratadora haciéndose reproches a ella misma y escondiéndose de los demás. Si en este estado inicial no se reacciona hablando con amigas y familiares, la mujer acosada se aislará y podrá generar sensaciones de inseguridad e indefensión difíciles de afrontar en el tiempo.

Si la mujer ya lleva tiempo siendo acosada, le sugiero valentía y determinación. Valentía para comunicar a los demás su grado de malestar psicológico, y determinación para luchar contra este tipo de situaciones, demostrando a su “verdugo” que no lo teme, reivindicándose ante ella misma y ante su maltratadora. No olvidemos que las acosadoras se nutren de la inseguridad y falta de confianza de sus víctimas.

  • ¿Qué efectos tiene el wollying en la mujer que lo padece?

El wollying es un tipo de comportamiento que responde a un patrón de maltrato psicológico, de acoso… Se puede esperar, por tanto, que la mujer que lo padece desarrolle todos los síntomas propios de este tipo de situaciones: desequilibrio emocional, baja autoestima, pobre autoimagen, sensación de inseguridad, de indefensión, de miedo, de rechazo, de soledad, de incomprensión…

Esta vivencia mantenida en el tiempo ocasiona estados de alerta permanente característicos de episodios de estrés postraumático y aumenta el riesgo de que desemboquen en fobias específicas, ansiedad generalizada e incluso, trastornos de conducta alimentaria y trastornos dependientes de personalidad.

  • ¿Y en la mujer que critica o acosa a otra?

En el otro lado, la acosadora utiliza su conducta para protegerse del mismo daño que ella causa: la crítica, el descrédito, el rechazo… Esto suele ocasionar un comportamiento obsesivo dirigido al control de aquellos detalles que ella considera imprescindibles para mantener ese estado prevalente respecto a las demás y que suelen fundamentar el contenido de sus críticas: el cuidado de la imagen, un interés desmedido en resultar atractiva tanto para los hombres como para las otras mujeres, o por ser la mejor madre y esposa o la mejor profesional…

La exposición continuada a este tipo de exigencias puede dar lugar a cuadros psicopatológicos que tienen como denominador común el estrés, la ansiedad y la conducta obsesiva por determinados aspectos de la imagen y de la competencia social.

  • ¿Cómo puede ayudarnos la oración si somos víctimas o si estamos siendo parte de wollying a una mujer?

Los psicólogos sabemos que la oración, para las personas creyentes, puede funcionar como una especie de “ejercicio de fortalecimiento mental” y puede tener aspectos positivos en el control de la ansiedad y la depresión, en el desarrollo de la empatía, y en mejorar el funcionamiento cognitivo e intelectual. También, la oración puede ayudar a amortiguar los efectos del estrés.

En las situaciones de acoso que estamos comentando, además de comunicarlas y solicitar apoyo, tanto al entorno más próximo como a los profesionales especializados, puede ser de gran ayuda buscar en la oración ese momento de paz interna psicológica tan importante para potenciar la confianza y fuerza necesaria en el afrontamiento de tales episodios.

El psicólogo Pedro Martinez es Director Terapéutico de Neurosalus.

“Sé que las hermanas de mi marido me critican. Noto sus caras de desprecio. En cualquier reunión familiar evitan conversar conmigo. Me siento una fracasada cuando están presentes”.

¿Qué mujer a lo largo de su vida no ha sentido que es blanco de críticas por parte de otras mujeres? ¿Y quién no ha formado parte de una conversación en la que se acusaba a una de ellas de ser protagonista de un rumor o se la ridiculizaba por su aspecto físico? El maltrato psicológico a las mujeres por parte de otras de su mismo género tiene un nombre wollying. Es la suma de dos conceptos: woman + bullying y se investiga desde hace 20 años.

Si algo caracteriza al género femenino es la intuición, y es poco probable que falle cuando una mujer se siente víctima de un trato vejatorio por parte de una o de un grupo de sus congéneres. Y esta agresión, sin importar el grado, repercute negativamente en la persona que la recibe y también en quien la hace.

Hay, además, una edad en la que suele ser devastadora para la mujer: la adolescencia y primera madurez. Según investigaciones realizadas por Tracy Vaillancourt, de la Universidad de Ottawa en Canadá, las adolescentes, rodeadas de competitividad y crítica propia de la edad, se pueden exponer a un escenario de acoso y maltrato psicológico que puede incidir de forma permanente en su autoestima.

Ahondamos en el wollying preguntando al psicólogo Pedro Martínez, Director Terapéutico de Neurosalus:

  • ¿Cómo podemos evitar dejarnos arrastrar por el desprecio a una mujer si nos encontramos en este tipo de conversación?

Defendiendo y haciendo valer nuestras propias opiniones y nuestros valores. Se pueden criticar comportamientos, pero no a las personas, y menos de forma insultante. Si nos encontramos ante una situación en la que se denigra a otra persona, tenemos que poner límites, teniendo claro dónde se sitúan las líneas rojas en las opiniones y juicios hacia los demás.

Vivimos en una sociedad en la que todos contribuimos al desprestigio de los otros, sin darnos cuenta de que muchas veces invadimos sus vidas con una impunidad y complicidad sorprendentes; el desprestigio y la crítica hacia el contrario está mejor visto que la defensa de sus derechos. No vale con refugiarse en que la sociedad es así y que cada uno tiene que preocuparse de sí mismo. Si no nos damos cuenta de que nuestro bienestar individual va a depender del bienestar común, tarde o temprano seremos nosotros las víctimas. Mostremos también valentía denunciando y no permitiendo estos comportamientos acosadores y de maltrato psicológico.

  • ¿Qué podemos hacer si estamos siendo víctimas de este tipo de acoso?

Ante todo, y cuanto antes, pedir ayuda: una sola no puede abordar, ni resolver una situación que requiere el apoyo y la complicidad de todos.

Mi consejo es que si estamos en una fase inicial de acoso no dudemos en movilizar inmediatamente al entorno. La primera reacción ante una conducta acosadora suele ser la del autocastigo: la víctima suele justificar los comentarios de su maltratadora haciéndose reproches a ella misma y escondiéndose de los demás. Si en este estado inicial no se reacciona hablando con amigas y familiares, la mujer acosada se aislará y podrá generar sensaciones de inseguridad e indefensión difíciles de afrontar en el tiempo.

Si la mujer ya lleva tiempo siendo acosada, le sugiero valentía y determinación. Valentía para comunicar a los demás su grado de malestar psicológico, y determinación para luchar contra este tipo de situaciones, demostrando a su “verdugo” que no lo teme, reivindicándose ante ella misma y ante su maltratadora. No olvidemos que las acosadoras se nutren de la inseguridad y falta de confianza de sus víctimas.

  • ¿Qué efectos tiene el wollying en la mujer que lo padece?

El wollying es un tipo de comportamiento que responde a un patrón de maltrato psicológico, de acoso… Se puede esperar, por tanto, que la mujer que lo padece desarrolle todos los síntomas propios de este tipo de situaciones: desequilibrio emocional, baja autoestima, pobre autoimagen, sensación de inseguridad, de indefensión, de miedo, de rechazo, de soledad, de incomprensión…

Esta vivencia mantenida en el tiempo ocasiona estados de alerta permanente característicos de episodios de estrés postraumático y aumenta el riesgo de que desemboquen en fobias específicas, ansiedad generalizada e incluso, trastornos de conducta alimentaria y trastornos dependientes de personalidad.

  • ¿Y en la mujer que critica o acosa a otra?

En el otro lado, la acosadora utiliza su conducta para protegerse del mismo daño que ella causa: la crítica, el descrédito, el rechazo… Esto suele ocasionar un comportamiento obsesivo dirigido al control de aquellos detalles que ella considera imprescindibles para mantener ese estado prevalente respecto a las demás y que suelen fundamentar el contenido de sus críticas: el cuidado de la imagen, un interés desmedido en resultar atractiva tanto para los hombres como para las otras mujeres, o por ser la mejor madre y esposa o la mejor profesional…

La exposición continuada a este tipo de exigencias puede dar lugar a cuadros psicopatológicos que tienen como denominador común el estrés, la ansiedad y la conducta obsesiva por determinados aspectos de la imagen y de la competencia social.

  • ¿Cómo puede ayudarnos la oración si somos víctimas o si estamos siendo parte de wollying a una mujer?

Los psicólogos sabemos que la oración, para las personas creyentes, puede funcionar como una especie de “ejercicio de fortalecimiento mental” y puede tener aspectos positivos en el control de la ansiedad y la depresión, en el desarrollo de la empatía, y en mejorar el funcionamiento cognitivo e intelectual. También, la oración puede ayudar a amortiguar los efectos del estrés.

En las situaciones de acoso que estamos comentando, además de comunicarlas y solicitar apoyo, tanto al entorno más próximo como a los profesionales especializados, puede ser de gran ayuda buscar en la oración ese momento de paz interna psicológica tan importante para potenciar la confianza y fuerza necesaria en el afrontamiento de tales episodios.

El psicólogo Pedro Martinez es Director Terapéutico de Neurosalus.

 

Fuente: Aleteia

Cómo salí del infierno en que se había convertido mi matrimonio

0

Cómo salí del infierno en que se había convertido mi matrimonio

Shutterstock-Tiko Aramyan
Couple hands praying

Comparte

5k
Comenta
0

Un matrimonio no es de 2, sino de 3, y no precisamente Sancho…

Todos soñamos que nos suceda como a Cenicienta o como en cualquier cuento de hadas: “y fueron felices para siempre”. Ojalá así fuera la historia de todos los matrimonios. Sin embargo, sabemos que no es así y que en muchos sucede todo lo contrario “y fueron infelices para siempre”. ¡Qué horror! Porque es matrimonio, no martirio.

Pero, ¿qué es lo que sucede en la vida matrimonial para que esta se vuelva un infierno? Se dice que nadie nos enseñó a ser esposos y que no hay un manual para el matrimonio. Efectivamente, nadie nos enseñó a lo primero, quizá los padres con su ejemplo, pero guía como tal sí la hay. Basta con ser obedientes al plan concreto que Dios tiene para el matrimonio y que pocos se interesan por conocer y, peor aún, obedecer.

Cuando no tenemos claro para qué nos casamos ni los fines del matrimonio, este, eventualmente acabará por tornarse un espacio donde ya no queremos estar. Además, como dicen las Sagradas Escrituras, la cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente y cuando elegimos sacar a Dios de la ecuación las pequeñas lluvias que surjan dentro de la relación se tornarán huracanes, como le sucedió a Elina y a su esposo. Ella misma nos cuenta su historia, de lo que fue vivir un matrimonio con Dios y sin Él…:

 

La mayoría nos casamos pensando que todo será como en las películas y vivieron felices para siempre. Pero la realidad es que no es así.

En un matrimonio llegan las dificultades comunes que se dan en una vida de pareja y en la cual, si no se tiene a Dios en medio, es imposible salir bien librado y vivir felices para siempre. Eso fue lo que me sucedió. Después de la boda dejamos a Dios en el olvido y mi esposo y yo comenzamos a vivir una terrible realidad.

Al inicio todo parecía estar saliendo perfecto. Teníamos un buen trabajo, una casa, autos, viajábamos a placer.  Era una vida que me gustaba y que muchos desearían, pero había algo que no me hacía sentir plena: yo deseaba ser madre y mi esposo no quería tener un hijo, al menos no en ese momento.

A pesar de que nos casamos pasando los 30 años, él aún quería tener una vida más relajada sin hijos y sin la responsabilidad que representan. Sin embargo, después de mucha insistencia finalmente aceptó tener un hijo. Pero cuál fue mi sorpresa al ver que no quedaba embarazada.

Yo en ese entonces busqué a Dios para pedirle un hijo, pero le busqué solo como a alguien que cumplía peticiones, no le conocía realmente. Así pasaron meses y no conseguíamos embarazarnos. Para mí el tener un hijo se volvió una obsesión y mi esposo estaba harto de que cada mes era lo mismo. Nuestra vida íntima se volvió un simple procedimiento para quedar embarazados.

Todo iba empeorando. Mi esposo se comportaba como soltero viviendo en fiestas y parrandas con sus amigos y yo me estaba convirtiendo en la esposa pendenciera que reclamaba, reprochaba e investigaba cada paso que él daba.

La mujer prudente edifica la casa; la necia, con sus manos la destruye. Proverbios 14,1.

Yo fui la mujer necia que contribuyó a destruir su hogar, su matrimonio. Un día sucedió lo inevitable. Llegó la infidelidad y el adulterio. Mi esposo decía estar enamorado de otra persona y quería el divorcio. Para mí fue un golpe terrible que me hundió en una profunda depresión.

Al principio traté de resolverlo con mis fuerzas. Le insistí, le supliqué, lo perseguí para que arregláramos las cosas. Pedí ayuda a mis suegros, a mi cuñada y no había poder humano que lo hiciera cambiar de opinión. Pasé días de angustia y llegué a tener ataques de pánico. Mi mente estaba llena de pensamientos negativos.

A mi esposo, por el contrario, se le veía feliz en su nueva relación y parecía tener éxito en todo. Busqué ayuda con psicólogos, terapeutas y hasta con los llamados PNL, pero nadie pudo sacarme de esa terrible depresión.

Yo venía de una familia católica donde mi madre era muy entregada a Dios. Ella con su ejemplo me llevó a conocer de Dios. Iba con ella cada domingo a Misa. Hasta ese momento yo era una católica tibia que no había tenido un encuentro personal con el Señor.

Como me di cuenta que con la ayuda humana a la que había recurrido no pude conseguir que mi esposo recapacitara, entonces busqué al que en ese momento yo creía era solo alguien para pedir milagros. Fue cuando el Señor -con su amor y misericordia- se aprovechó de mi estado y me hizo un fuerte llamado a luchar por mi matrimonio.

Empezó llevándome a un ministerio que hoy da apoyo a cientos de personas que pasan lo mismo que yo viví. Lo primero que me enseñaron fue a estrechar mi relación personal con Dios, es decir, trabajar en mi auténtica conversión y así luego todo lo demás se daría por añadidura. Entendí que no debía orar por el regreso de mi esposo, sino por la salvación de su alma.

Busquen primero el reino de Dios y su justicia divina y todo lo demás se les dará por añadidura. Mateo 6,33

Así empecé una lucha espiritual por la restauración de mi matrimonio. En este camino me di cuenta de todos los errores que había cometido como esposa y de que había muchas áreas de mi vida que debían cambiar. Tuve que pasar un largo proceso donde el Señor sanó mi corazón y me ayudó a perdonar.

El milagro sucedió al darme un nuevo amor para mi esposo, un amor incondicional, un amor que superaba todo. Fue un proceso difícil donde sufrí confrontaciones, experimenté muchos miedos que me daba terror enfrentar como el no tener hijos, mi edad, y una serie de películas de terror que me hacía en la mente.

Solo el Señor pudo sacarme de ese terrible infierno que estaba viviendo: el Señor cumplió sus promesas. Él me dijo: “no temas”, yo estoy contigo.

No temas, que yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios. Yo te fortaleceré y vendré en tu ayuda, y con la diestra victoriosa te sostendré. Isaías 41,10

Me aconsejaron soltar a mi esposo, dejar de buscarlo y permitir a Dios que trabajara con él porque Él tenía el poder de traerlo de regreso. Eso fue lo que sucedió. Pasaron meses sin saber de mi esposo. Él estaba viviendo lejos de Dios con otra mujer.

Pero un día los papeles se invirtieron. Mi esposo me buscó. Ya no se veía feliz, no tenía paz y decía que la vida no tenía sentido. Yo, con paz en mi corazón y confiada en el Señor, pude darle apoyo y platicarle lo que el Señor había hecho en mi vida.

El Señor me dio su promesa de restauración en Jeremías 30: Sí; haré que tengas alivio, de tus llagas te curaré – oráculo de Yahvé -. Porque “La Repudiada” te llamaron, “Sión de la que nadie se preocupa”.  Así dice Yahvé: Voy a hacer volver a los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus mansiones me apiadaré; será reedificada la ciudad sobre su montículo de ruinas y el alcázar tal como era será restablecido. Jeremías 30, 17-18

Mi esposo continuó llamándome. Siempre me aclaraba que solo quería ser mi amigo y que no quería que yo confundiera las cosas. Pasaron muchos meses hasta que el Señor lo trajo de vuelta a casa. Doy toda la gloria y honra a Dios porque nuestro matrimonio ha sido restaurado.

Y allí resonarán los cantos de acción de gracias y los gritos de alegría; los multiplicaré y no serán pocos, los honraré y no serán menguados. Jeremías 30,19

El Señor restaura y bendice en todas las áreas de tu vida. También me dio promesa de ser madre y dos años después de que mi esposo volvió quedé embarazada. Antes de que este milagro sucediera mi fe fue probada. Recibí malas noticias en mis intentos de concebir y, aunque reconozco que me quebranté nunca dudé de que Dios lo haría.

Pasé por dos cirugías en mi matriz, pero al final Dios dijo la última palabra. Hoy tenemos un hermoso hijo y el solo mirarlo es recordar cada día que nada es imposible para Dios.

Hermanos: Dios hace posible lo imposible y tú que hoy crees que tu matrimonio está muerto, el Señor puede traerlo a la vida, si tan solo lo sigues y le abres las puertas de tu corazón.

 

Por Luz Ivonne Ream, coach Ontológico/Matrimonio/Divorcio Certificado, especialista Certificado en Recuperación de Duelos, orientadora matrimonial y familiar.

 

Fuente: Aleteia