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¿Fue Santa Anna un vendepatrias o un chivo expiatorio de la historia?

Felipe Ávila Marcué

Santa Anna y la venta de La Mesilla

Uno de los personajes más controvertidos en la historia de México es el general D. Antonio López de Santa Anna. Su vida entera está llena de sucesos polémicos. En torno a su figura se han tejido leyendas que muchas veces impiden comprender cabalmente a este personaje, quien se convirtió en el actor principal de prácticamente todos los dramas y comedias de que está llena la historia de México en la primera mitad del siglo XIX.

General D. Antonio López de Santa Anna

La historiografía oficial nos presenta a un Santa Anna convertido como un verdadero traidor, ávido de poder y con ambiciones demoníacas que le costaron a México la pérdida de inmensos territorios en el norte del país, como resultado de la derrota sufrida en la guerra con Estados Unidos (1846-48), además de sufrir un desprestigio a nivel internacional, del que todavía no nos hemos recuperado. También se le atribuye toda la responsabilidad por haber permitido la independencia de Texas en 1836, preámbulo de la guerra del 46 y, por supuesto, de la venta del territorio de la Mesilla en 1853.

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27 de septiembre de 1821: La organización territorial del Primer Imperio Mexicano fue la mayor extensión que tuvo México como país independiente, 4.925.283 km². Las 24 Provincias del Imperio fueron: -Las Californias -México -Nuevo México -Texas -Nueva Vizcaya -Coahuila -Nuevo Reino de León -Nuevo Santander -Sonora -Zacatecas -San Luis Potosí -Guanajuato -Querétaro -Puebla -Guadalajara -Oaxaca -Mérida de Yucatán -Valladolid -Veracruz -Guatemala -El Salvador -Honduras -Nicaragua -Costa Rica.

La responsabilidad de Santa Anna en algunos de estos eventos ha sido tema de mucha controversia entre historiadores de distintas tendencias políticas, desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad, sin que hasta la fecha se tenga una idea clara de esta responsabilidad.

Interesa la opinión de don José María Roa Bárcena, gran historiador de la guerra del 47 y a quien nadie podría considerar parcial en sus juicios y opiniones.

Según relata Catón en su libro sobre Santa Anna, Roa Bárcena escribió: “Cualesquiera que hayan sido los errores de Santa Anna, la historia lo colocará en el honroso puesto de primer batallador de México en la campaña de 1846 a 1848”.

La venta de la Mesilla es un infortunado evento cuyas causas, a nuestro juicio, no se han estudiado con la profundidad requerida, debido básicamente a la condena popular que ha acompañado a la imagen de Santa Anna por más de 150 años.La generación liberal de Benito Juárez, incluyendo a escritores de la talla de Guillermo Prieto, acusaron a Santa Anna de haber vendido a los estadounidenses el inmenso territorio de La Mesilla, en condiciones lesivas a los intereses de México. El historiador Rodrigo Borja Torres dice: “Los historiadores ‘liberales’ primero, después los ‘revolucionarios’, que se sentían herederos de éstos y por último los ‘oficialistas’, promotores de la ideología del Estado, nunca quisieron mostrarnos la verdad sobre este espinoso asunto, tal vez porque si se conocieran los detalles, la imagen de Santa Anna tendría que revalorarse”.

Resultado de imagen para gadsden y santa annaEn efecto, el último periodo presidido por Santa Anna celebró un contrato de venta con el gobierno de Estados Unidos, por el cual nuestro país cedía el territorio conocido como La Mesilla, que abarcaba parte de los actuales estados de Chihuahua y Sonora. Santa Anna no era tonto, sabía perfectamente que su participación en esta transacción le daría nuevas armas a sus enemigos, pero existe la posibilidad de que esta decisión fuera motivada por su deseo de evitarle a México una nueva guerra con Estados Unidos, que habría resultado, sin duda, simplemente desastrosa para nuestro país.

Por otra parte, un historiador tan conocido y respetado como Rafael F. Muñoz, en su biografía de Santa Anna, simplemente menciona que la venta de La Mesilla ocurrió debido al interés que tenía el gobierno de Estados Unidos por construir el ferrocarril a California, para lo cual envió al comisionado Gadsden a negociar con Santa Anna, ofreciéndole 10 millones de dólares por un terreno árido que no valía nada. Ese mismo día Santa Anna aceptó la oferta, y recibió como pago solamente siete millones, que fueron a engrosar su bolsillo particular. No en balde, la opinión de mexicanos y extranjeros sobre el patriotismo e integridad de Santa Anna anda por los suelos.

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Sin embargo, algo indudable sobre la imagen y capacidad de Santa Anna para convencer a los mexicanos es que haya ocupado la presidencia de México once veces, en un periodo de 25 años, sin necesidad de recurrir a golpes militares o revueltas armadas.

Veamos los hechos. Cuando Santa Anna llegó a la presidencia por última vez, el 20 de abril de 1853, el gobierno sufrió la pérdida de un brillante secretario de Relaciones Exteriores, Lucas Alamán, que era el único capaz de controlar a la futura ‘Alteza Serenísima’. A partir de ese momento, Santa Anna perdió completamente el rumbo, dándose aires de emperador, gravando al pueblo con impuestos ridículos y agobiantes, cuyo único propósito era sostener a su estúpida corte. Esto provocó nuevos levantamientos armados, como el acaudillado por el viejo cacique sureño Juan Álvarez, quien, junto con Ignacio Comonfort y otros prominentes liberales, proclamó el Plan de Ayutla. Este desorden quiso aprovecharlo el gobierno de Estados Unidos para tratar de manipular las ambiciones de Santa Anna, en su deseo de mantenerse en el poder y derrotar a sus enemigos. Sin embargo, para su sorpresa, los estadounidenses se encontraron con alguien que de pronto se comportó como verdadero patriota, al dar una imagen de su persona diferente de la que se tenía anteriormente. Santa Anna les demostró que ahora no sería tan fácil aprovecharse de México y de su incuestionable debilidad.

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Es importante tener presente el contexto relacionado con la venta de La Mesilla. Al poco tiempo de haberse firmado el tratado de paz de Guadalupe Hidalgo, en 1848, el gobierno norteamericano demostró su interés en lograr nuevos territorios a costa de México, para lo cual presentó una serie de argumentos legales, aduciendo que la frontera del recién adquirido territorio de Nuevo México con Sonora y Chihuahua no había sido precisada adecuadamente en el tratado. Por ello, el 6 de abril de 1853, el gobernador de Nuevo México, William Carr Lane, ocupó el territorio de La Mesilla, con el pretexto de que pertenecía a Estados Unidos. El gobernador de Chihuahua, Ángel Frías, decidió entonces enfrentarlo con la pequeña tropa de que disponía, y esgrimió el único argumento válido: el derecho internacional. La reacción del gobierno de Chihuahua y las protestas del gobierno federal fueron tan violentas que Washington decidió destituir al gobernador de Nuevo México y presentar una disculpa al gobierno mexicano. Hecho esto, los norteamericanos buscaron otra forma para lograr sus propósitos y apoderarse de ese territorio.

Confiando en la evidente debilidad del gobierno mexicano, el secretario de Estado del país vecino, William L. Marcy, envió, en octubre de 1853, como comisionado ante el gobierno mexicano a James Gadsden para lograr, de cualquier forma, incluyendo la fuerza, lo que no se consiguiera pacíficamente. Una vez instalado en la Ciudad de México, el secretario Marcy le envió, por conducto del diplomático y empresario Christopher Ward, las exigencias del gobierno norteamericano que consistían en adquirir nuevos territorios a costa de México, con la retribución monetaria que el gobierno de Estados Unidos considerara justa y suficiente, y autorizaba a Gadsden a negociar varias propuestas con base en las siguientes líneas fronterizas: la primera partía de un punto en el Golfo de México, a la mitad del camino entre Boquillas Cerradas y la Barra de Santander, para segregar de México gran parte de los actuales estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua y Durango, así como una fracción importante de Sonora y la totalidad de la Baja California y sus islas adyacentes. La superficie del territorio mexicano reclamado era de 324,000 km2, por la que se ofrecían 50 millones de dólares.

La segunda línea también partía del Golfo de México, a la mitad del camino, entre los ríos Grande (Bravo) y el de San Fernando, para despojar a México de parte de los actuales estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua y Sonora, en proporciones inferiores a las de la primera propuesta. Por la superficie del territorio considerado en esta propuesta, 129,000 km2, se ofrecían 30 millones de dólares.

La tercera propuesta incluía el establecimiento de una nueva línea fronteriza que se iniciaba en el cañón del río Grande (Bravo), a los 32° de latitud norte y despojaba a México de una parte de los estados de Chihuahua y Sonora, así como la totalidad de la Baja California. Por la superficie involucrada en esta propuesta (176,000 km2) se ofrecían 30 millones de dólares.

La cuarta y última línea divisoria a negociar principiaba también en el río Grande (Bravo), debajo de San Eleazar, y despojaba a México únicamente de 47,000 km2, en los estados de Chihuahua y Sonora, por los que se ofrecían 20 millones de dólares.

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El gobierno de Estados Unidos estaba plenamente consciente de que, debido a la reciente mutilación que había sufrido México, el gobierno de Santa Anna podría negarse a aceptar las propuestas presentadas, por lo que autorizaba a Gadsden que, sólo en ese caso, propusiera como alternativa la cesión del territorio de La Mesilla que se consideraba indispensable para el tendido del ferrocarril que uniría a California con el resto de la Unión. A cambio, Gadsden podría ofrecer hasta 15 millones dólares. En cualquiera de los cinco casos, México tenía que eximir a los estadounidenses de cumplir con la obligación de impedir que los indios bárbaros cruzaran la frontera para atacar poblaciones mexicanas, consignada en la cláusula XI del tratado de Guadalupe Hidalgo.

Para presionar al gobierno mexicano, Estados Unidos patrocinó descaradamente a grupos de filibusteros para que invadieran La Mesilla; además, ordenó a Gadsden que le informara al gobierno de Santa Anna que, de no entregarse de buena gana el territorio solicitado, el pueblo norteamericano lo tomaría por la fuerza.

En la nota que Gadsden entregó al presidente mexicano se dejaba ver claramente la prepotencia del comisionado gringo y de su gobierno. En ella argumentaba que los conflictos fronterizos entre los dos países sólo se resolverían “mediante la extensión de las fronteras de una de estas potencias, a modo de establecer entre ambas una barrera permanente y respetada”, por supuesto, la potencia que habría de extenderse no sería México.

A pesar de esta clara amenaza, Santa Anna decidió resistir. Las negociaciones no avanzaban y Gadsden comenzó a desesperarse, a tal grado que presentó a Manuel Díez de Bonilla, secretario de Relaciones Exteriores de México, una carta en la que lo apercibía del terrible peligro que para México significaba resistirse a los deseos expansionistas de Estados Unidos. En esa carta le explicaba que su gobierno no podría frenar por más tiempo a los colonos norteamericanos que se encontraban ya deseosos de instalarse en el nuevo territorio para “sacarlo de la miseria y convertirlo en un lugar próspero y rico”. Además, advertía sobre la posibilidad de que se repitiera la historia de Texas en los seis estados fronterizos mexicanos y en la Baja California, proponiendo que la mejor solución, para evitar futuros problemas, era aceptar la primera propuesta.

Ante esta situación, Santa Anna entendió que no había manera de evitar el despojo y decidió tomar el toro por los cuernos, para ceder lo menos posible. Sabía que no podía portarse con altanería, porque esa actitud provocaría una nueva guerra para la que México no estaba preparado, y cuyo resultado sería, sin duda, desastroso para México, ya que podría ser anexado en su totalidad o, en el mejor de los casos, convertirse en un protectorado yanqui, como le sucedió a Puerto Rico años después.

Convencido de la necesidad de negociar, Santa Anna nombró, el 30 de noviembre de 1853, como comisionados del gobierno mexicano a los señores José Salazar Ylarregui, Mariano Monterde y Lucas de Palacio, quienes se reunieron el 10 de diciembre para discutir los términos a negociar junto con Díez de Bonilla y Gadsden. La primera propuesta de Gadsden fue rechazada sin discusión por los mexicanos, durante la segunda conferencia, el 16 de diciembre.

Ante las exigencias de Gadsden para adquirir por lo menos la Baja California, Díez de Bonilla mostró que México sólo aceptaría la cesión del terreno indispensable para la construcción del ferrocarril antes mencionado. La nueva línea fronteriza negociada por Díez de Bonilla actualmente divide a los dos países. Es importante señalar que Santa Anna nunca le dio a Díez de Bonilla poderes para enajenar el territorio nacional. Ante la firme actitud de los negociadores mexicanos, Gadsden comenzó a ceder y aceptó la propuesta de Díez de Bonilla.

El tratado lo firmaron el 30 de diciembre de 1853, en el edificio de la legación de Estados Unidos en la Ciudad de México, el propio presidente Santa Anna y Díez de Bonilla, por parte de México, y el comisionado Gadsden, en representación del presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce, y lo ratificó el Senado de Estados Unidos el 25 de abril de 1854. El territorio cedido por México fue de 76.845 km²; y la cantidad pactada, 10 millones de dólares, datos que también varían según sea la fuente consultada.

Es evidente que la actuación de Santa Anna al frente del gobierno de la república en sus diferentes periodos presidenciales sería el blanco de muchas críticas negativas, unas fundadas y otras no; pero la historia atrás de la firma del Tratado de La Mesilla muestran claramente el patriotismo y la habilidad negociadora del presidente Santa Anna.

Este tratado, más que vergonzoso para México o para Santa Anna, debe serlo para el país que lo exigió, violando los más elementales derechos de las naciones civilizadas. Cierto, el Tratado no fue lo mejor que pudo haberle pasado a México, pero hay que reconocer que, dadas las circunstancias, Santa Anna obtuvo el menor de los males. A pesar de ello, uno de los más fervientes opositores fue don Miguel Lerdo de Tejada, quien dirigió un brindis por la posible anexión de México a Estados Unidos, en ocasión del banquete ofrecido por el Ayuntamiento de la Ciudad de México a los altos jefes del ejército invasor durante la guerra del 47.

Santa Anna murió el 22 de junio de 1876, y en la esquela publicada en el periódico oposicionista El Ahuizote aparece un párrafo: “La nación debió a este general importantes servicios. Su nombre está escrito en la epopeya de nuestros héroes”. En otra parte de la misma publicación se dice: “…aquel hombre que ha muerto ya, bajó a la tumba sin pompa ni ostentación. Acabó sus días en la miseria más absoluta. Respetemos la memoria del proclamador de la república, del héroe de la independencia y perdonemos los errores del gobernante…”.

En conclusión, Santa Anna fue un hombre de su tiempo, con virtudes y defectos, ambicioso y despreocupado, pero no se le debe acusar seriamente de traidor y vendepatrias, aunque sí de mal gobernante y de conspirador consumado.

Fuente: CIENCIA UANL / AÑO 16, No. 64

Referencias

1. Kluger, Richard. Seizing Destiny: How America Grew From Sea to Shining Sea. (2007).

2. Nevins, Allan. Ordeal of the Union: A House Dividing 1852-1857. (1947).

3. Potter, David N. The Impending Crisis 1848-1861. (1976).

4. Ortega Blake, Arturo. Frontera de papel, tres hermanos en la Guerra México-Estados Unidos. México (2004).

5. Bethell, Leslie et. al. América Latina independiente, 1820- 1870. (1991)

6. Connel-Smith, Gordon. Los Estados Unidos y AméricaLatina. México, (1974)

7. Robert L. Scheina. Santa Anna, a curse upon Mexico. Brassey’s, Inc. Washington, D.C. (2002).

8. Wikipedia. Venta de la Mesilla.

9. Alamán, Lucas. Historia de México. Editorial Jus. México (1942).

10. Muñoz, Rafael F. Santa Anna, el dictador resplandeciente.Fondo de Cultura Económica. México (1983).

11. Villaseñor y Villaseñor, Alejandro. El Tratado Mac Lane-Ocampo. Editorial Jus. México (1962).

Cataluña: cada vez se ve más clara la trama

Por José Javier Esparza

Estamos ante un proceso cuya auténtica naturaleza no está en los hechos visibles, sino en lo que no se ve.

 
Es perfectamente posible que me equivoque, porque en este juego de tramposos ya es difícil saber quién juega a qué, e incluso es probable que los protagonistas hayan dejado de controlar los acontecimientos y estén improvisando. Pero en líneas generales, a grandes rasgos, la impresión que deja la sesión de este miércoles en las Cortes es la siguiente: estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo orden constitucional, a esa “segunda transición” que soñó Zapatero, y el asunto catalán está sirviendo como fulminante, como materia explosiva, de lo que haya de venir.
 
Avanzo la hipótesis: la deriva rupturista del gobierno catalán ha venido pintiparada para que ahora los políticos emprendan una reforma de la Constitución en sentido confederal, es decir, hacia un país más deshilachado todavía, reforma que viene siendo una reclamación permanente de numerosos centros de poder desde hace años. Así que ahora podríamos asistir, por ejemplo, a una negociación conflictiva, pero controlada, entre un gobierno catalán (el actual u otro futuro) sometido a amenaza de intervención estatal y un gobierno de España dispuesto a abrir la caja constitucional, mientras las Cortes comienzan el proceso de demolición del Sistema de 1978 para reemplazarlo por otra cosa. Barcelona y Madrid salvarían así la cara mientras a la opinión pública se la adormece con la cantinela del consenso.
 
Es muy posible que el decorado de la escena esté diseñado desde tiempo atrás. Los acontecimientos de los últimos meses no habrían hecho sino precipitar la función. Y tal vez eso explique por qué el Gobierno de España ha permanecido impasible mientras los separatistas, por su parte, proclamaban su singular independencia con freno y marcha atrás.
 
Modificaciones traumáticas
 
La operación no es inédita en los anales del juego político. Imaginemos la siguiente situación. Un determinado Gobierno, empujado por presiones externas e internas, se ve obligado a impulsar una modificación traumática del mapa legal. Temerosos de que esa modificación dispare resistencias graves, los agentes interesados conciben el siguiente plan: forzar un escenario de inestabilidad extrema para que el cambio resulte aceptable y, aún más, deseable como mal menor.
 
Ante el riesgo de una ruptura general del orden establecido, todo el mundo aceptará una ruptura limitada, ejecutada bajo control. De esta manera se conseguirá el objetivo inicial con un coste relativamente bajo. Así llegó al poder De Gaulle, por ejemplo. Si no es esto lo que está pasando en Cataluña, se parece mucho. La “modificación traumática”, es decir, el objetivo general, sería la reconversión del Estado en términos propiamente confederales, con un status de semi independencia para varias regiones.
 
Y el “escenario de inestabilidad extrema” sería el proceso independentista desencadenado en Cataluña. ¿Hipótesis descabellada? Tal vez. Pero más descabellado es que un gobierno regional haya podido desobedecer reiteradamente las leyes, organizar un referéndum previamente prohibido e incluso declarar su independencia, sin que el Estado haya hecho nada efectivo para impedirlo. Semejante cúmulo de incongruencias sólo se explica, precisamente, si forma parte de un proceso cuya auténtica naturaleza no está en los hechos visibles, sino en lo que no se ve.
 
Reforma “confederal” de la Constitución, sí. No debería extrañarnos. Hace mucho tiempo que la poderosísima oligarquía catalana, con sus largos tentáculos políticos y mediáticos en Madrid, intenta imprimir un giro decisivo al marco político español para conquistar cuotas definitivas de autogobierno; por supuesto, con el consiguiente beneficio propio.
 
Podemos recordar las tesis del socialista Maragall sobre el “federalismo asimétrico” (era 1998) o las reiteradas propuestas de pacto fiscal de Artur Mas hasta 2012 (anteayer, como quien dice), ambos presidentes de la Generalidad. En realidad, ha sido la tónica permanente del nacionalismo catalán desde los tiempos de Cambó y aun antes: obtener del Estado un trato preferente que permita a Cataluña rentabilizar al máximo su riqueza (dejando de lado la enojosa circunstancia de que esa riqueza procede, en gran medida, del resto de España). Los aduladores de corte han travestido con frecuencia esa política como “contribución a la gobernabilidad del Estado”, y no es del todo falso, pero con el relevante matiz de que el precio de la tal contribución siempre ha superado las siete cifras.
 
Fuente: La gaceta, España

Manuel Bartual: “Está todo inventado” El dibujante convirtió el relato de sus vacaciones en un fenómeno en Twitter

ENTREVISTA

Manuel Bartual: “Está todo inventado”

El dibujante convirtió el relato de sus vacaciones en un fenómeno en Twitter

Por Javier Redondo Jordán

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Fotografía tomada por Manuel Bartual durante sus vacaciones.
Fotografía tomada por Manuel Bartual durante sus vacaciones.

Manuel Bartual es el hombre del momento. Quizá les suene la historia. Un dibujante de cómics de humor se va de veraneo a la playa a finales de agosto y, tal como acostumbra, va publicando sus pensamientos en Twitter. Va todo bien hasta que comienzan a suceder cosas raras: la aparición de un hombre exactamente igual a él cambia por completo sus vacaciones. A partir de ese momento comienza una narración angustiosa a través de Twitter en la que nuestro protagonista llega incluso a temer por su vida. En los siete días transcurridos desde el inicio del relato hasta su regreso a casa, lograría concitar la atención de cientos de miles de lectores, pasaría de 16.000 seguidores a tener casi medio millón en Twitter y llegaría ese viernes a convertirse en trending topic mundial, nada menos. Sin una estrategia de marketing, ni el apoyo de una empresa, ni la plataforma de un grupo mediático, Manuel Bartual marcó en solitario un hito narrativo sin precedentes en España que nadie se explica.

¿Quién era Manuel Bartual antes de los sucesos ocurridos entre el 21 y el 27 de agosto?

Antes de darme a conocer con este relato era, soy y sigo siendo ―creo [Risas]― un dibujante de cómics. He dirigido una película y algunos cortometrajes. También soy diseñador gráfico: desde hace muchos años llevo todo el diseño de la editorial Astiberri, especializada en novela gráfica. Y, por resumir un poco, soy el editor del sello ¡Caramba!, una pequeña editorial que empezó como independiente y acabó integrándose como sello dentro de Astiberri.

Eres también uno de los dibujantes que en 2014 abandonó la revista El Jueves por motivos de censura.

Justo la semana en que abdicó Juan Carlos I, retiraron la portada de El Jueves que se iba a publicar. Y en señal de protesta, una veintena de dibujantes abandonamos la revista y montamos la nuestra propia, que se llama Orgullo y satisfacción.

No dabais puntada sin hilo.

También en 2014, dirigiste y escribiste el largometrajeTodos tus secretos, disponible en la plataforma Filmin, en la que ya experimentabas con las posibilidades que ofrece el formato de las redes sociales.

Es una película curiosa, porque no tiene una narrativa convencional. Divido la pantalla en nueve partes en todo momento, y cada recuadro corresponde al punto de vista de la webcam de cada uno de los protagonistas de la historia. Me gusta jugar con los formatos y hacer cosas que no te esperas de antemano. Ése fue el caso de Todos tus secretos. Di primero con una idea formal y me pregunté qué podría desarrollar a partir de ahí. En cierto modo, en lo que he contado en Twitter hay una línea que une estas dos ideas, porque juego con lo que ofrece Twitter para contar una ficción.

La película hace un retrato crítico de nuestra inexperiencia con las redes sociales y los problemas que acarrea estar permanentemente conectados.

En Todos tus secretos la idea de base era contar la historia de un grupo de personas que pertenecen a la última generación que ha vivido en un mundo sin redes sociales. Es la generación a la que yo pertenezco, y siempre he tenido la sensación de que Internet va dos pasos por delante de nosotros. Me pareció interesante contar una historia con tintes de thriller sobre un grupo de amigos que creen que controlan su interacción en redes sociales e igual no se manejan tan bien como piensan.

Una semana antes de dar la campanada a finales de agosto, publicaste un hilo narrativo en Twitter llamado El peso de la verdad. ¿Qué te movió a contar esta primera historia por entregas?

El origen de ese hilo, El peso de la verdad, fue un solo tuit. El detonante es que, estando de vacaciones, recibes en tu móvil el mensaje de que alguien se ha subido a tu báscula, es decir, no sabrás la cara del ladrón que ha entrado en tu casa, pero sí su peso. Es prácticamente un chiste, sin más recorrido. Esto lo publiqué una mañana y me quedé pensando que quizá se podría desarrollar una sinopsis enloquecida a raíz de esta premisa. Y eso es lo que hice esa tarde.

Ese mensaje que delata que alguien en tu ausencia se ha subido a la báscula de tu casa recuerda a Carretera perdida (David Lynch, 1997). De hecho, tanto en este hilo como en el siguiente abundan las referencias lyncheanas: enanos, carreteras en la oscuridad, habitaciones gemelas, desorden del lenguaje, sueños… ¿Qué influencia tiene Lynch en tu obra?

Hasta este verano, muy poca. [Risas] Lynch me ha gustado siempre mucho. Es cierto que todo esto lo he escrito mientras estaba emitiéndose la nueva temporada de Twin Peaks (David Lynch y Mark Frost, 1990-2017), una serie de la que me declaro absolutamente fanático, y es obvio que en mi historia de Twitter hay una influencia directa.

Y una semana después, comienzas el hilo que te ha lanzado a la fama, que titularías Todo está bien. A diferencia del hilo de la semana anterior, en éste utilizas la primera persona y un tiempo presente reconocible: la playa y agosto. ¿Fue este cambio de planteamiento una decisión consciente?

Plenamente consciente. El peso de la verdad funcionó bien, pero me daba la sensación de que una manera de conectar mejor con la gente era hacerles creer que todo lo que iba contando me estaba verdaderamente sucediendo a mí y, además, me estaba sucediendo en tiempo real.

¿Improvisaste o tenías elaborada una estructura previa?

Tenía una estructura. Me propuse que, antes de escribir el primer tuit, tenía que saber cuál iba a ser el último, o por lo menos cómo terminaba la historia y los puntos clave por donde debía transitar cada día.

De repente, la irrupción de lo extraño: te cruzas con tu doble. ¿Sospechabas que el género del suspense se adaptaría tan bien al formato de Twitter?

Cuando está bien hecho, yo creo que el suspense siempre produce un enganche mayor que otro tipo de historias. El suspense implica, en general, que una vida está en peligro. Y eso engancha mucho. Al ser una historia contada a través de Twitter, de una persona que está de vacaciones, cuando probablemente mucha gente que me estuviera leyendo también estaría en la misma situación, creo que generó una identificación muy importante con los lectores.

El relato se ve enriquecido, además, por la interacción de otros usuarios de Twitter.

Ésas son las partes que dejé a la improvisación. La única interacción que yo tenía prevista era la del puzle que planteé una noche, el mensaje desordenado en los trozos de papel higiénico, que al día siguiente resolví con ayuda de la gente. Lo que no estaba previsto eran algunos temas que inopinadamente se repetían en los comentarios de los lectores, y entonces los incorporaba a la historia. Esto generó también una sensación muy chula por parte de todos, tanto por mi parte como por la de los lectores, porque ya no era sólo yo transmitiendo una historia que está escuchando o leyendo alguien, sino que de repente se convirtió en algo más interactivo.

No sólo identificarse, como decíamos antes, sino ser partícipes. El «yo» pasa al «nosotros». Pero no todo es angustia y suspense, también el humor tiene cabida.

La baza del humor no tenía claro si jugarla o no. Yo soy un dibujante de cómics de humor, y cuando cuento historias de otro género siempre me gusta introducir algunos detalles humorísticos. Pero al ser ésta una historia que tenía que pasar como real, tenía dudas de hasta dónde forzar esto. Lo bueno de ser una historia que he ido desarrollando a tiempo real es que he podido ir viendo la respuesta de la gente. Creo que el humor ha sido también uno de los puntos de enganche principales.

En un momento de la historia, tú mismo especulas con diferentes posibilidades que explican todas estas cosas raras que te están pasando. Tenemos una cultura literaria, cinematográfica y televisiva tan rica que conocemos todos los finales narrativos posibles. ¿Está ya todo está inventado?

Sí. Está todo inventado. La gracia está en reformular lo que ya se ha contado antes. En concreto, esta parte de las teorías me hacía mucha gracia, porque lo que hacía era enumerar todos los finales posibles, sabiendo como ya sabía que yo no iba a tener un final demasiado feliz, según cómo lo interpretes.

Precisamente en la conclusión dices: «Y por favor, no os preocupéis por mí. Todo está bien». El final de la historia cambia drásticamente si incluimos la aclaración final, la del séptimo día, como parte del propio hilo. ¿La historia transcurre, pues, en seis días o en siete?

En siete. Eso despistó mucho a la gente. Y me parece bien, porque es a lo que yo estaba jugando: al final ambiguo. Hay mucha gente que piensa que la historia acaba el sábado, el sexto día, que es el momento en que enloquezco. Pero ahí no acaba la historia. Termina el domingo. Se puede interpretar que yo estoy confesando que todo ha sido una invención o bien que el doble me ha reemplazado, está desmintiendo todo lo que ha sucedido porque es lo que le interesa y ahora está aquí contestando esta entrevista. [Risas]

¿Por qué elegiste la figura del doble?

La figura del doble siempre me ha gustado mucho. Pero, si he llegado al doble en esta historia, ha sido principalmente por falta de recursos. [Risas] Estaba de vacaciones y mi campo de acción era muy limitado. Además, cuando empiezas a darle vueltas, te das cuenta de que vas a contarlo en Twitter, que es precisamente una red social donde es habitual la suplantación de la identidad.

Ha sido formidable la repercusión suscitada. Muchos usuarios famosos se unieron a la historia e influyeron en su monumental alcance. ¿En qué momento empiezas a ser consciente de la envergadura que ha adquirido?

El momento clave es el viernes por la noche, cuando sobrepaso los 100.000 seguidores, el hilo alcanza el Trending Topic mundial y a partir de ahí ya no deja de crecer hasta llegar casi al medio millón. Un amigo me envió un tuit de alguien con un vídeo en el que se ve a un grupo de chavales reunidos en casa alrededor de un móvil con ganchitos y bebida. Veían el vídeo en el que intento entrar en «la otra habitación» y estaban muy preocupados y angustiados, pasándoselo muy bien. Para mí ese momento en concreto fue cuando me di cuenta del impacto que estaba teniendo en la gente.

¿Estamos ante la génesis de la narrativa de ficción en Twitter?

No sé si la génesis, porque Twitter se ha utilizado para contar ficción desde sus inicios. Entiendo que a raíz de esto haya gente que empiece a plantearse Twitter como una opción para contar historias. Como lector me parecería maravilloso, porque me encantaría, como le ha pasado a tanta gente que ha estado enganchada a mi hilo, estarlo yo de igual manera a una historia que no sepa adónde va ni cuándo va a terminar ni qué va a suceder a continuación. Cuando tú te enfrentas a una película, ya sabes que dura una hora y media o dos horas, cuando lees un libro vas viendo cuántas páginas te quedan por delante, pero en el caso de mi hilo, nadie sabía si estaba leyendo en ese momento el final de la historia o todavía quedaba un día más. Yo jugué deliberadamente con eso porque la historia tiene tres finales: los dos que hemos comentado y uno previo que parece un final feliz, que es cuando llego a Madrid. Mucha gente pensó que ése era ya el final. Pero no: luego llego a casa y la historia continúa.

Esa incertidumbre crea, sin embargo, un sentimiento de comunión colectiva.

Sí, se ha creado algo muy bonito, una especie de comunidad temporal mientras duraba el hilo a lo largo de esa semana. Gente que se sentía partícipe de un fenómeno que estaba sucediendo en esos momentos. Eso ha sido maravilloso.

¿Crees que parte del éxito reside en que triunfó entre la gente joven?

Totalmente. Para gente que no ha conocido otra cosa que no sea saltar de un vídeo a otro de YouTube cuando quiere, ver una película cuando le da la gana en Netflix o donde sea, y tener cualquier canción a su disposición en Spotify, de repente encontrarse con algo que escapaba a su control es una novedad para ellos.

No hay que olvidar la diversidad de los recursostransmedia que utilizaste: no sólo textos de menos de 140 caracteres, sino también fotografías y vídeos. La «tuit novela» total.

Mucha gente, cuando habla sobre este tema, se refiere a ello como una novela, pero no es exactamente una novela. Es un artefacto narrativo que es tanto novela como falso documental como puramente Twitter, entendiéndolo como un género en sí mismo, con sus reglas. El relato se puede leer ahora de seguido, pero en su momento la gente se fue enganchando en diferentes puntos. La manera de entender lo que ha sido es vivirlo en directo. Leí en un artículo una comparativa que decía que hablar de esto a posteriori sin haberlo leído en su momento era como ver un concierto en YouTube. Estás viendo el concierto, pero no estás allí.

Te has perdido la experiencia.

Eso es. Mientras lo estaba escribiendo, me recordaba mucho a cuando hace diez años veíamos Perdidos(Lieber, Abrams y Lindelof, 2004-2010). A este respecto, hay una cosa de la que yo no era consciente al principio: mucha gente activaba la notificación para no perderse ningún tuit. Cuando estaban comiendo, en el cine o en cualquier otro sitio, de repente recibían una notificación en su móvil como si fuese un mensaje de WhatsApp de un amigo. La conexión entre el emisor y el receptor, durante esos días, era total, y transmitía una cercanía que difícilmente se podía haber conseguido de otra manera.

Hace un momento has nombrado el falso documental. De hecho, muchos te comparan con Orson Welles, mientras otros, como también le ocurrió a Welles, te han acusado de fraude por no ser tu hilo una historia real.

A mí me gusta mucho el falso documental. Es uno de mis géneros cinematográficos favoritos. Y lo tuve muy presente para abordar el nuevo relato. Que me comparen con Orson Welles es uno de los mejores piropos que me han lanzado nunca, porque evidentemente me gusta mucho todo lo que hizo Orson Welles.

En la conclusión del hilo dices: «Ha sido todo mentira. […] No es obligatorio creer todo lo que se lee en internet». Y hay quienes te han criticado por haber pasado por real una historia que finalmente resultó ser ficción. ¿Crees que aún no hemos perdido la inocencia con los medios de comunicación, en este caso con las redes sociales?

Yo ya contaba con que parte del público se lo iba a creer al principio, pero pensaba que llegaría un momento en que se darían cuenta de que se trataba de una invención. Es sorprendente que, hasta que no aclaré que toda la historia había sido mentira, había gente que se lo estaba creyendo. En pleno 2017. Hay personas que no llevan bien que juegues con la ficción en canales poco habituales. De hecho, una de mis películas favoritas es El proyecto de la Bruja de Blair (Eduardo Sánchez y Daniel Myrick, 1999), y en su día sucedió con ella algo parecido. Se estrenó cuando Internet ya empezaba a ser algo habitual. Circuló información sobre una película que reunía unas cintas encontradas en un bosque y hubo gente que fue a ver El proyecto de la Bruja de Blair pensando que lo que estaba viendo era real.

No debemos olvidar que si este hilo ha alcanzado esta magnitud, se debe en parte al talento de su autor, aunque, por norma, en este país se critique el éxito.

Le damos mucha voz a comentarios que yo creo que son residuales. En el momento en que algo adquiere esta dimensión mediática, es normal que haya un porcentaje de gente a la que no le parezca bien. Pero es una cantidad ridícula. De hecho, me emocionó, una vez finalizado el relato, que el primer Trending Topic de esa tarde fuese #GraciasManuel, en agradecimiento por la historia que había contado y por lo que les había hecho vivir, y esto me pareció el remate perfecto a la experiencia.

Ahora tienes mucha gente atenta a tu próximo movimiento. ¿Barajas algún proyecto?

Estoy pensando en ello. Ahora me están llegando muchas propuestas. Se me están abriendo puertas que hace dos semanas no pensaba que ni siquiera pudiera llamar a ellas. Quizá lo más sensato sería que el siguiente paso estuviese relacionado con este hilo de Twitter. Que la firma sea reconocible.

Manuel, si estás en peligro, puedes hacerme una señal. Él no se dará cuenta.

No te preocupes por mí. Todo está bien.

Fuente: El País

Desempolva el traje con pechera de tu abuelo y prepárate para recibir la psicodelia sesentera de Chicano Batman

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Si eres de aquellas personas que tienen nostalgia por esos bellos años en que los trajes de fiesta eran color pastel, llevabas pechera con holanes y el cabello hasta los hombros con base, entonces Chicano Batman se convertirá en tu banda favorita.

Claramente influenciados de aquellas bandas de rock de finales de los sesentas que se quedaron en el mundo de lo underground  y que dieron origen al movimiento de garage de bandas como Los peyotes, Los Furtivos, Los Fossiles, etcétera… Chicano Batman logra combinar todo ese movimiento surgido por la psicodelia y la alabanza a los psicoactivos y al amor libre. En pocas palabras es resultado de la fusión entre el pasado y el presente o entre Los Destellos y Juan García Esquivel.

Ahora forman parte del frente de músicos latinos que encabezan los carteles de algunos de los festivales más importantes en EE.UU y su último disco, Freedom Is Free, es uno de esos materiales que debería seguirse produciendo en casete.

La deliciosa combinación entre sabor y nutrición, Sweet Bites

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El consumo de frutas y verduras es indispensable para mantenernos en perfecto estado de salud. Sin embargo, por muchas razones a veces nos es imposible llevarlas a dónde vayamos, pues se maltrata o pierde su frescura. Raquel Ambe es una mamá que, preocupada por la alimentación de sus hijos, logró crear un snack que resguarda todos los nutrientes de la fruta.

Sweet Bites es para toda la familia y es perfecto para los niños. Raquel nos cuenta que todo comenzó hace un año cuando estaba en casa de su cuñada con sus hijos. De pronto, tuvieron la ansiedad por comer algo duce y decidió darle a su hija una bolsa de frambuesas liofilizadas, esto era algo que nunca en su vida había visto, probado o sabía siquiera que existía. Su hija se la comió mejor que si estuviera comiendo un dulce. Ella se puso a investigar que opciones había en México para conseguir estos productos (pues en aquella ocasión se encontraban de visita en EE.UU.) y descubrió que, a pesar de que existen muchos aperitivos enfocados a lo saludable, la mayoría de ellos pierden gran parte de sus nutrientes o son altos en carbohidratos.

La liofilización es un proceso mediante el cual Raquel deshidrata los alimentos. Se congela la fruta y se le extrae únicamente el agua, lo que hace que las propiedades como su color, olor, sabor y forma queden intactas, además de que logra mantener hasta el 96% de sus nutrientes. Sweet Bites no tiene ningún tipo de conservador, químico o colorante y sus sabores van desde fresas, plátano, higo y piña, hasta pepinos con limón y betabel enchilado.

Puedes encontrar estos deliciosos snacks en muchos puntos del país. Te recomendamos entrar a su página Web y ubicar tu punto más cercano. Y por supuesto, no te olvides de seguirlos en sus redes para saber sobre las frutas de temporada, nuevos productos y promociones.

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Una vuelta por la plaza de México, Garibaldi

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Qué mejor plan para pasar con la familia y amigos que visitando una de las plazas más representativas de México, Plaza Garibaldi.

Esta famosa plaza, que vivió su época de oro a mitad de siglo XX, no ha perdido su esplendor. Sigue inundada de mariachis y soñadores deseosos de cantar aquellas canciones que hicieran famoso al ranchero mexicano. La también llamada Plaza de Santa Cecilia ha sabido mantenerse como un pilar de la música vernácula mexicana.

Enmarcada por numerosos restaurantes, bares y cantinas es el lugar ideal para celebrar (o lamentar) con los más allegados al son del mariachi o los grupos rancheros.

Forjador de íconos como José Alfredo Jiménez, Chavela Vargas, Juan Gabriel o Lola Beltrán, el salón Tenampa (fundado en 1925), es uno de los lugares obligados en tu visita a Garibaldi. Además de ofrecer una carta rica en tequilas y mezcales, tiene una gran variedad de platillos para que puedas disfrutar a cualquier hora del día. Su especialidad de este mes: chiles en nogada.

Si te encuentras de ánimo más intelectual, el Museo del Tequila y el Mezcal (MUTEM) saciará tu sed con sus recorridos interactivos. Aprenderás todo acerca de la producción del tequila y el mezcal en México, los distintos tipos de magueyes y agaves que son utilizados, y al final del recorrido, disfrutarás de una cata de ambas bebidas en su espectacular terraza abierta al público. Desde que el MUTEM abrió sus puertas, no solo las abrió para acercar a los mexicanos a la cul­tura, sino también para disfrutar las noches de mariachi en Garibaldi.

La plaza ha sufrido grandes cambios a través del tiempo. Pasó de ser una simple plaza rodeada de pocos comercios y vecindades, a convertirse en el centro musical más importante de México. Vivir una noche en Garibaldi es algo que todo mexicano debe experimentar y qué mejor época para hacerlo que en estas fechas. ¡Salud!

MUTEM
Plaza Garibaldi s/n, Col. Centro, Ciudad de México
Tel. 55291238
www.mutemgaribaldi.mx

Tenampa
Plaza Garibaldi, 12, Col. Centro, Ciudad de México
Tel. 55266176 / 57726419
www.salontenampa.com

Kali Uchis: La apología musical de la voz latinoamericana

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La primera canción que escuché de Kali Uchis y con la que cambió rotundamente mi manera de apreciar la música fue Never be yours; canción incluida en su primer mixtape, Drunken Bubble. El cual, cuenta la leyenda, grabó a los 18 años sentada en el piso de su cuarto utilizando solo su computadora y un micrófono Yeti.

No ha pasado mucho tiempo desde que Kali Uchis subió su primer material a SoundCloud y ya ha colaborado con verdaderos titanes de la música: Damon Albarn, Snoop Dogg y Tyler, The Creator, por decir algunos. ¿A qué se debe que los más grandes innovadores y creativos de la música hayan comenzado a hacer colaboraciones con una chica de 23 años que muchos desconocen? La respuesta es sencilla: al parecer ha logrado convertirse en el símbolo de la homogenización musical y cultural de toda una generación.

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Su música no se reprime a un solo género o idioma. Su autenticidad recae en la reutilización de los conceptos más representativos de un montón de épocas y en el reconocimiento de géneros antes recluidos por la élite musical. Su último sencillo, Nuestro planeta, es una oda romántica al puro estilo del reggaetón que deja muy en claro que ningún ritmo es marginal, “asqueroso” o “de simios”.

Lo que hace distinta a esta generación de músicos (Daniel Caesar, Tyler, The Creator, Mac DeMarco, Connan Mockasin, Jorja Smith… Kali Uchis) es, precisamente, que no excluyen nada. Lo toman todo y crean piezas particularmente geniales.

= Lee también Marcela Viejo, un nuevo camino en la voz de una generación =

El potencial y atractivo de Kali Uchis no radica en si es bonita, baila bien o usa Gucci; al contrario, radica en su capacidad para componer sus canciones, producirlas e interpretarlas; en dirigir sus videos y supervisar su propia imagen; en ser una digna representante del DIY, que parece ser el lema millennial por excelencia; pero, sobre todo, en su versatilidad para hacer música (perfectamente ejemplificada al momento de notar que puede colaborar con Juanes, Gorillaz, hacer la música promocional para la serie American Horror Story o cantar con Cuco en un video para Youtube de bajo presupuesto; y todo eso sin caer en el cliché de cada estilo o terminar haciendo el refrito de alguna canción ochentera).

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No tengo idea del género musical en la cual deba encasillarse la música de Kali Uchis (reggae, hip-hp, pop, reggaetón, R&B, soul…) o a qué movimiento cultural agregarla (bien puede vestirse con un traje de secretaria ochentera color rosa pastel, con un outfit sumamente chicano o como Alicia Silverston en Clueless). Lo único que tengo por seguro es que ha roto con los estereotipos de la mujer en la música y nos está dando algo sumamente genial para disfrutar.

No es Tylor Swift, super estrella blanca del pop; no es Jennifer López, latina con un gran trasero; y no es hombre, que muchos creen como el único ser sobre la faz de la tierra que puede ser compositor, cantante, productor, director, arreglista y asesor de imagen a la vez. Solo es ella.

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Comienzos… y finales

Por Tamara Trottner

«Si no quieres que algo termine, no permitas que comience….»

Frase de una preciosa película que acabo de ver. Y… me pregunto…
Nunca permitir que algo comience implicaría no intentar siquiera dar el primer respiro.

Cuántas veces he buscado hacer más lenta la lectura de un libro, para saborear esas últimas páginas letra a letra… despacito, guardando los póstumos párrafos para el día siguiente. No quiero que el libro termine, pero el no haber comenzado a leerlo haría que hoy José Arcadio Buendía no fuera parte de mi historia, no tendría, a ratos, ese sentimiento de compasión por Raskolnikov, no conocería el sabor salado de esa lágrima derramada cuando la serpiente muerde el tobillo de mi adorado niño de cabellos del color del maíz. Si no hubiera abierto esa primera página hoy no soñaría con revolcones entre flores de Cempasúchil, con un axolotl que me observa a través de una pecera, con aquél jardín de senderos que se bifurcan.

De no haber entrado a esa primera clase de yoga hoy no conocería la devoción que me desborda cuando digo namasté.

Si no hubiera decidido ser madre ¿quién llenaría mi vida de orgullo, del más profundo amor y el más intenso placer?

Todo lo que existe tuvo un comienzo, a veces fortuito y otras como resultado de una elección hecha en plena consciencia. Nos atrevemos a empezar.

¿Qué hubiera pasado si no me decido a comprar a Tash, mi amado perro que me ha acompañado durante quince años en tantos paseos por los recovecos de la vida? Hoy no estaría sufriendo su vejez, su cercana partida. No despertaría en medio de una pesadilla pensando que ya nunca más va a lamer mis lágrimas. No, no sufriría su partida, porque jamás hubiera disfrutado su amor incondicional.

No empieces aquello que no quieres que termine… en general no queremos que terminen las cosas, excepto las que nos hacen sufrir.

Pero cada final trae un nuevo principio y, si no, al menos deja el recuerdo de lo vivido, lo que ya nunca, nadie nos puede arrebatar. Porque hay algunas luces que se acurrucan para siempre en el alma.

Si no quieres que algo termine estas perdiendo la oportunidad de empezar, quizá, la aventura más asombrosa de tu vida, el amor más intenso, el aprendizaje más enriquecedor, la amistad más bella… perder la vida por temer la muerte.

No. No hace sentido.

Edgar Rodríguez y la promesa de un mundo con agua para todos

A pesar de lo que diga Donald Trump sobre el cambio climático y el calentamiento global, existen personas consientes y con uso de razón que están preocupadas por los resultados de nuestra inagotable voracidad por los recursos naturales.

Edgar Rodríguez es un joven mexicano que se adentró en la ingeniería por la fascinación que sentía hacia los juegos mecánicos y los automóviles, pero que terminó embarcándose en una misión monumental. Sus investigaciones en el desarrollo de un sistema que capta la humedad del aire podrían ser la solución a la escasez del agua potable en el mundo.

¿Cuál es la idea básica de este sistema y cómo funciona?

La idea principal es que se pueda usar en comunidades rurales de difícil acceso o tam­bién en zonas de cultivo en donde la humedad sirva para proporcionar agua potable.

Comencé porque un profesor me enseñó un espectacular en Perú que filtra la humedad del aire y en su base las personas pueden tomar el agua recolectada. Los peruanos extraen la humedad del aire, dicen algunos, desde la época de los Incas. En las montañas ponen mantas gigantescas y cuando pasan las nubes el agua es capturada. Lo que busco es que funcione en condiciones sin humedad o por lo menos que se use de manera eficiente en zonas de riego. Pensemos, el 80% del agua utilizada en esa actividad se pierde por filtración, evaporación o algo que llama evapotranspiración – que sucede cuando en el proceso de fotosíntesis las plantas generan agua y la transpiran–. Si en un cultivo se pudiera recuperar toda esa agua nos ahorraríamos mucho.

¿Qué tan complicado sería que cada casa tuviera uno de estos sistemas?

El principio físico del sistema es complicadísimo, pero la implementación yo creo que sería más sencilla. Eventualmente cada persona va poder hacer sin ningún problema su sistema de captación en casa.

¿De dónde has obtenido el financiamiento para tu trabajo?

Hasta el momento solo me ha ayudado mi familia y con recursos propios que he obtenido de otros trabajos.

¿No has pensado en integrar tu proyecto a alguna plataforma de crowdfunding?

Prefiero esperar un poco. He visto muchos proyectos que lo único que han conseguido es perder su reputación porque el problema que intentamos solucionar es muy complejo. Por ejemplo, hay una botella que se llena de la misma manera, hicieron un crowdfunding el año pasado, pero hasta ahora no han podido entregarlas. No han logrado la eficiencia necesaria, pero sí que las personas se molesten porque no cumplieron con lo prometido.

¿Qué recomendaciones les das a todas las personas para cuidar el agua y evitar su desperdicio?

Para empezar, el costo del servicio de agua en México es muy bajo, y sobre todo la mayoría de las personas no lo paga, si lo hicieran, se podría generar la infraestructura necesaria para un mejor servicio. Por lo demás, lo básico: reutilizar el agua y buscar fugas en la casa para repararlas. Sin embargo, existe un punto que pasamos de largo y parecería sin relación: no desperdiciar comida y darle el máximo uso a todas cosas que tenemos. Cada objeto y alimento tiene algo que se llama huella hídrica, esta indica la cantidad de agua que se utiliza para la producción de los bienes y servicios que utilizamos. Si no usamos al cien todas las cosas, estamos desperdiciando agua.

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El futuro de los autos eléctricos en México

En los últimos años la Ciudad de México se ha visto afectada como nunca en la historia por la polución del aire, causada en gran medida por los gases producidos a través de los automóviles.

Esto ha orillado a que las autoridades sean cada vez más exigentes con los programas de Verificación y de Hoy No Circula. Sin embargo, al parecer esto se ha vuelto contraproducente. La venta de autos en México se ha disparado por lo cielos, tan solo el año pasado se vendieron cerca de un millón 603 mil 672 automóviles nuevos en el país.

Una de las soluciones que se han pro­puesto desde hace muchos años es promover el uso de autos eléctricos. Hace unas semanas salió al mercado la primera marca mexicana comercializadora de estos vehículos: Zacua. Sus automóviles (M2 y M3) tienen un costo base de 460 mil pesos y solo se venderán cien unidades este año. ¿Cuáles son sus ventajas? ¿Por qué es una verdadera revelación e innovación para el mercado mexicano? ¿Realmente hay un beneficio ambiental con el uso de estos au­tomóviles en el país?

Las unidades de Zacua cuentan con una velocidad máxima de 95 km/hr, con 160 km de autonomía por carga y su batería tarda aproximadamente ocho horas en cargarse, si se encuentra totalmente vacía. Uno de los inconvenientes que podríamos encontrarnos por el momento es que solo puede cargarse en puntos de carga específicos (electrolineras), algo que no abunda en esta ciudad, pero que puedes resolver fácilmente al instalar esta conexión especial en tu casa y tener una tarifa fija con CFE.

Como marca mexicana es una completa innovación, pues representa un proyecto generado a partir de una gran inversión monetaria en un sector poco explotado y demandado. Ha generado fuertes conexiones comerciales dentro y fuera del país: el motor es fabricado por la empresa vasca Dynamik, el chasís/carrocería por la empresa francesa Chatenèt y es armado en Puebla.

En un país como México, en el que poco más de la mitad de la energía eléctrica se genera a partir de combustibles fósiles, tal vez no represente un gran beneficio el cambio a autos eléctricos. Aumentar la demanda de electricidad sin generar al mismo tiempo un plan para disminuir las emisiones de las plantas eléctricas solo aumentaría la polución en el aire. Por otra parte, la cultura de consumo en el país está sumamente influenciada por el modelo norteamericano, nos encantan los autos grandes, veloces y que quepa toda la familia (aunque en el uso diario esos autos solo transporten a una persona). Será difícil difundir el gusto por los biplaza y monoplaza.

Ya habían salido a la luz varios proyectos 100% mexicanos enfocados en la producción de automóviles eléctricos. Un ejemplo es el auto «El Alba», desarrollado por jóvenes egresados del Instituto Politécnico Nacional. Su automóvil tiene un costo de 220 mil pesos, una autonomía de 60km y una velocidad máxima de 80km/hr, se puede cargar en cualquier enchufe de luz, sus refacciones son baratas y abundantes en el país (su modelo base es un VW del 75) y te dan la opción de convertir tu automóvil por solo 145 mil pesos. Lo que me hace pensar que, tal vez no era necesario ir a Francia o a España.