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Un nuevo descubrimiento le da la vuelta a todo lo que sabíamos sobre Tenochtitlan

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Por Pablo Ferri

El hallazgo de un basamento al sur de la vieja capital azteca alimenta las dudas de los arqueólogos sobre su organización.

Una de las pocas incertidumbres que los aztecas legaron al México moderno refiere al quinto sol. A su longevidad. Según la cosmogonía del pueblo mexica, su época era la quinta desde la creación del mundo. Cuatro soles habían muerto antes que el suyo, llevándose por delante a los vivos y todo lo que existía. Algunos, por travesuras de sus dioses; otros, por negligencias y desastres. El quinto nacía por acuerdo y equilibrio. El sol salía y se escondía.

Ese sol, el quinto, es el mismo que vio a Hernán Cortés, sus hombres y aliados, acabar con el reinado de Moctezuma, Cuitláhuac y Cuauhtémoc; el mismo que atestiguó la destrucción de Tenochtitlán, y luego la forzada evangelización, la llegada del ferrocarril, la irrupción de decenas de huracanes. El mismo, también, que lució en las olimpiadas de 1968 y, más recientemente, durante la visita del papa Francisco. No ha cambiado, no se ha muerto.

El arqueólogo Salvador Pulido, un hombre alto, de voz grave y fuerte apretón de manos, dirige la unidad de salvamento arqueológico del Instituto Nacional de Antropología, INAH. Como si fuera el alcalde de un pretérito lítico, Pulido se encarga de ubicar, destapar y recuperar viejos edificios de Tenochtitlán. Hay otros alcaldes que se encargan, por este orden, del Templo Mayor, de los alrededores del Templo Mayor, y de su ciudad hermana, Tlatelolco. Pulido está a cargo del resto de la antigua urbe.

Es por eso que el arqueólogo tiene muy presentes los límites de la ciudad, una mota de polvo sobre el mapa de la actual. Si la Ciudad de México ocupa casi 1.500 kilómetros cuadrados, la isla de Tenochtitlán se expandía sobre nueve y medio. Nueve kilómetros cuadrados y medio de canales y chinampas -islas flotantes hechas de cañas y tierra. «Más o menos», explica Pulido, «por el norte terminaba en Manuel González, por el poniente, en la calle Abraham González, por el oriente, en el eje 1 oriente, Vidal Alcocer y por el sur, en la calle de Chimalpopoca».

Tenochtitlan en el lago de Texcoco al inicio de la conquista

Mapa de 1968, reconstrucción por el arquitecto Luis González Aparicio

Hace unas semanas, el INAH anunció el hallazgo de parte de un viejo edificio cerca de Chimalpopoca. Se trata de una estructura que, dice Pulido, integraba un espacio mayor. «Era un espacio ceremonial, ritual, que formaba parte de la isla». El INAH informó de que era el templo de un calpulli, esto es, de uno de los clanes de Tenochtitlán. Pero Pulido dice que la información del INAH no es del todo correcta. Una confusión probablemente.

No. Se trata de un espacio asociado al resto de centros ceremoniales, rituales y/o administrativos de la vieja Tenochtitlán. Como una parroquia, que depende de la arquidiócesis. O la delegación local de la Secretaría de Haciendo y Crédito Público. La función de las subsedes del poder es asegurarlo, da igual si se trata de la palabra del Señor, del pago de impuestos, o de las ceremonias en honor a los dioses mexicas.

Pulido explica que no están seguros de si la estructura era la base de un edificio administrativo o religioso. Aunque podría ser para ambas cosas, explica, porque en la vieja metrópolis una cosa y la otra se entrelazaban. Como hebras del mismo cabello. Como ocurre a veces en el mundo contemporáneo.

En todo caso, el edificio en cuestión era uno de tantos en un espacio dominado por una pequeña pirámide, un templo dedicado a uno de los dioses fundacionales del mundo mexica, Quetzalcóatl. Asociado con el viento, Quetzalcóatl aparece aquí en su versión aireada, Ehécatl. Así se le conoce, Pirámide de Ehécatl.

¿Qué hacía un espacio como este tan lejos del Templo Mayor, epicentro de la espiritualidad mexica? No se sabe. Dentro de Tenochtitlán, este lugar es probablemente el más lejano del gran centro ceremonial.

Su existencia demuestra varias cosas. La primera, como dice Pulido, «que la ciudad no era como creíamos». Igual que ocurría en el Templo Mayor, las cuestiones del alma se atendían en templos auxiliares al del centro. Y luego que los templos auxiliares no funcionaban exclusivamente en los centros de los cuatro barrios que componían Tenochtitlán. Este, por ejemplo, yace en los límites de Teopán. Y lo hace, por cierto, sobre la vieja Calzada de Iztapalapa. «Seguramente», dice Pulido, «Cortés y sus compañeros lo vieron cuando llegaron por primera vez. Pero si hacemos caso a los cronistas, una vez culminó la conquista destruyeron buena parte de la ciudad». Y con ello este espacio, del que apenas quedan restos y la pirámide. Otra de las pocas incertidumbres que legó el mundo mexica, aunque en este caso por culpa de los invasores.

En 1968, diez años antes de que empezaran las trabajos para desenterrar el Templo Mayor, obreros del metro descubrieron la pirámide de Ehecátl. Es, dice el INAH, la más visitada del país: está en plena estación del metro Pino Suárez. Junto a la pirámide, los arqueólogos encontraron una ofrenda. Una caja de piedra labrada y dentro, la escultura de un mono. «Era un mono bailarín», dice Pulido, «el mono es un animal asociado a Quetzalcóatl. Este mono tiene una máscara con forma de pico de águila, uno de los atributos de Quetzalcóatl. El mono está asociado con este dios por las leyendas sobre la alteración de los mundos. Uno de los cuatro soles anteriores al que vivimos, de acuerdo a la cosmogonía mexica, fue destruído mediante grandes vendavales. Y la humanidad que vivía entonces se convirtió en mono. A ese sol se le denominó sol del viento y su representación es Quetzalcóatl.»

De los cinco soles que han existido, Quetzalcóatl domina en tres. Bien porque se convirtiera en astro, o bien porque haya gestionado su aparición. Es el caso del último, el quinto, que no acaba.

Pulido explica que cada 52 años el sol puede morir, una perezosa ventanilla administrativa instalada en Mercurio. De momento, dice, no lo ha hecho. «Ya llevamos varios ciclos en que no se ha terminado. Antes, cada 52 años había una fiesta y se quemaba un atado de 52 varas. Acababa un ciclo y empezaba otro». Quizá sea por eso. Quizá, cada 52 años, vecinos de la Ciudad de México bajan al metro Pino Suárez y queman 52 palos de madera.

O quizá sea por las ofrendas de sueño. Cada día, decenas de miles de mexicanos toman el metro y pasan por delante de la pirámide de Ehécatl, ofreciendo esfuerzo y legañas. Quizá sea una forma de mantener cerrados los ojos del dios. De decirle, espera, todavía no. Ahorita, en un rato.

 

Fuente: elpais.com

¿Por qué no funcionó el comunismo y por qué es muy posible que jamás funcione?

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¿Por qué no funcionó el comunismo y por qué es muy posible que jamás funcione? En este artículo exploraremos seis razones que Marx y el resto de los comunistas teóricos y aplicados jamás vislumbraron.

El comunismo fue el gran engaño esperanzador para muchos países, y en general para la inmensa mayoría de la humanidad durante los siglos XIX y XX, pero debido a sus propias fallas estructurales y a su incomprensión por aquellos que pretendieron llevar a la práctica los hallazgos sociales y económicos de Karl Marx y Friedrich Engels, este sistema cayó en el peor de los descréditos al no eliminar por completo las distancias sociales, por repartir la pobreza entre muchos en vez de la riqueza, por haber creado Estados monstruosos y represivos en vez de haberlos destruido, y por haber generado, como en el capitalismo, una élite privilegiada con niveles de vida muy por encima de los del ciudadano promedio.

1. No pudo dar abundancia a las mayorías

1. - No pudo dar abundancia a las mayorías
Antes dio carencias de productos básicos, colas interminables, pérdida de productividad y de horas-hombre y produjo bienes de mala calidad que nadie quería. Ello se debe a que el ser humano es egoísta por naturaleza, no caritativo y bueno como el marxismo predica, y sólo provee cosas si obtiene a cambio un beneficio, como bien señaló Adam Smith.

2. No es capaz de señalar la escasez natural de los bienes adecuadamente

2. - No es capaz de señalar la escasez natural de los bienes adecuadamente
Ello debido a que los precios son los mejores indicadores (aunque imperfectos) de la escasez relativa de cada bien frente al resto. Como el comunismo no se guía por la fluctuación libre de precios, se produce mucho de bienes muy abundantes y poco de aquellos más raros, llevando a ineficiencias en la producción y a un bienestar del consumidor más bajo que en condiciones de libre mercado.

3. Genera instituciones improductivas

3. - Genera instituciones improductivas
Como las burocracias estatales, así como las empresas dirigidas por el gobierno. Como no existen los incentivos de lucro privado que hay en economías de mercado, no hay razones poderosas para mejorar la calidad de los bienes, o producir aquellos demandados pro el consumidor. En vez de eso se produce lo que unos pocos planificadores centrales mal informados quieran en función de sus propios incentivos personales de avance laboral y personal dentro de la burocracia nacional.

4. Ni siquiera elimina las diferencias socioeconómicas totalmente

4. - Ni siquiera elimina las diferencias socioeconómicas totalmente
Curiosamente, el comunismo ha demostrado ser un sistema muy inferior en disminuir las diferencias de clase social que las economías de mercado socialdemócratas de países como los escandinavos. Esto es porque es un sistema que construye élites gubernamentales de partido único que concentran el poder político y económico, muy similares a las élites empresariales bajo el capitalismo.
Fuente: mitofago.com.mx

la Feria del Libro de Frankfurt afectada por el enfrentamiento entre Cataluña

Los profesionales del libro muestran su preocupación en la Feria de Fráncfort, la cita más importante de la industria editorial, por los efectos de una posible independencia de Cataluña

No hay conversación en la que esté presente un editor, agente literario o autores españoles en la 69ª edición de la Feria del Libro de Fráncfort en la que la primera frase con su homólogo internacional no sea una pregunta sobre cómo va el enfrentamiento entre Cataluña y España por el proceso independentista. E, inmediatamente, por lo general la estupefacción de interlocutor foráneo porque, opiniones políticas al margen, el sector internacional teme que Barcelona deje de ser la capital mundial de la edición en lengua castellana.

En un guiño tragicómico, la elegante caseta que por tercer año presentan conjuntamente la Generalitat y el Ayuntamiento de la capital catalana reza en letras negras y azules: “Cataluña, tierra de libros; Barcelona, ciudad de literatura”, a escasos metros del Grupo Planeta, séptimo de la lista mundial, que el pasado lunes ratificó su trasladado de sede social y fiscal de Barcelona a Madrid.

A apenas un par de metros, frente a frente a este, se halla Penguin Random House Grupo Editorial, de Bertelsmann (cuarto del mundo), que hace 48 horas vino a decir que haría lo propio de hacerse efectiva la independencia de Cataluña. Los dos grandes grupos que pugnan por la hegemonía del mercado en español… desde la capital catalana.

Trump propone un pacto comercial con Canadá, pero sin México

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Por Joan Faus

El primer ministro canadiense no descarta un pacto bilateral con EE UU: «Continúo creyendo en el TLC, pero todo es posible».

Se sitúa en sus antípodas ideológicas, pero es muy consciente de que le necesita. Bajo ese pragmatismo, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se reunió este miércoles en la Casa Blanca con su homólogo estadounidense, Donald Trump. El objetivo del encuentro era, en un momento de tensión, rebajar los instintos proteccionistas del republicano. Las férreas exigencias de Washington amenazan la renegociación del tratado de libre comercio con Canadá y México, en vigor desde hace 23 años. Y los elevados aranceles que Estados Unidos plantea imponer al fabricante canadiense de aviones Bombardier han desatado un conflicto comercial y han deteriorado una de las relaciones bilaterales más sólidas del mundo.

Mientras Trudeau y Trump se reunían, empezaba a las afueras de la capital estadounidense la cuarta ronda de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC). Han pasado casi dos meses desde el inicio del proceso y se ha llegado a una fase crucial: hasta dónde está dispuesto a llegar la Administración republicana en su voluntad de retocar un acuerdo que considera un “desastre” y cuánto se plegarán Canadá y México ante las demandas de EE UU. El pacto, en vigor desde 1994, acabó con los aranceles en el comercio de bienes y servicios entre los tres países. Y multiplicó el volumen y el valor de los intercambios entre los tres países.

Junto a Trudeau, Trump aseguró en el Despacho Oval que un acuerdo sobre el TLC es posible. Pero insistió en que tiene que ser “justo” y avanzó que, si no se logra, dará por “terminado” el tratado. El presidente de EE UU también sostuvo que podría imaginarse llegar a un pacto de libre comercio bilateral con Canadá o México si las negociaciones tripartitas fracasan. «Es posible que no podamos llegar a un acuerdo con uno o con otro, pero llegaremos a un acuerdo con uno», añadió Trump. Antes de la firma del TLC, el mayor tratado de libre cambio del mundo, EE UU y Canadá tenían un acuerdo bilateral desde finales de la década de los ochenta.

“Continuo creyendo en el TLC”, aclaró el primer ministro canadiense tras la reunión tras una semana marcada por los tiras y afloja a cuenta de las duras condiciones que Washington ultima para esta ronda de negociaciones. Pero, preguntado por un posible acuerdo bilateral, Trudeau no lo descartó: “Estamos listos para cualquier cosa […] Todo es posible”, replicó. El jefe de Gobierno canadiense visitará México el jueves y el viernes. Por otra parte, Trudeau explicó que le comunicó a su homólogo estadounidense su “desacuerdo vehemente” respecto a la penalización a Bombardier y subrayó que supone un “bloqueo” a cualquier compra canadiense al gigante estadounidense Boeing.

El pulso por el TLC y sus consecuencias geopolíticas son un termómetro de la presidencia de Trump. El magnate inmobiliario hizo del proteccionismo una bandera de su campaña electoral, rompiendo un dogma del Partido Republicano. Combinando populismo y aislacionismo, Trump culpa al libre comercio de la pérdida de empleos industriales en EE UU, que han migrado a países, como México, con costes más bajos. Esas críticas son compartidas por el sector más izquierdista del Partido Demócrata.

Al poco de llegar a la Casa Blanca, en enero, el republicano canceló la entrada de Washington al TPP, el acuerdo comercial que iba a unir a EE UU con otros 11 países del Pacífico. Y en abril, Trump estuvo a punto de sacar del TLC. La presión de su propio sector privado —que vería muy dificultadas sus operaciones en dos mercados clave— y de Trudeau y del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, lo impidió. El presidente estadounidense accedió entonces a abrir un proceso de renegociación pero bajo advertencias constantes y colocando a los otros dos países a la defensiva.

En sus nueve meses en el poder, Trump ha cedido en algunas de sus iniciativas más rupturistas. A diferencia de lo que afirmó antes de tomar posesión, ha apoyado la cláusula de defensa colectiva de la OTAN y la integridad territorial de China. En otros asuntos, sin embargo, no ha virado. Ha retirado a EE UU del Acuerdo de París contra el cambio climático y ha sugerido que podría hacer lo mismo con el pacto nuclear con Irán.

Trudeau trata ahora de alejar a Trump de su furia proteccionista. Es su antítesisen las formas: joven y conciliador. Y en el fondo: defiende el multilateralismo, la multiculturalidad y el medioambiente. El primer ministro, que tras su paso por EE UU viaja a México, enfatizó ante el presidente estadounidense que Canadá es su primer mercado de exportaciones y que, a diferencia de México, no es culpable de su fuga de empleos. “Canadá no es el problema”, subrayó en la víspera la ministra de Exteriores, Chrystia Freeland, que lidera la delegación de su país en la renegociación del TLC.

Canadá y México son el segundo y tercer socio comercial de EE UU, solo por detrás de China. Ambos confían en que Trump tenga en cuenta esa realidad antes de aventurarse a cambios drásticos. Pero el presidente, necesitado de ofrecer victorias a su electorado, da pocas muestras de flexibilidad. “Pienso que el TLC deberá ser terminado, si queremos hacerlo favorable para nosotros”, dijo en una entrevista a la revista Forbes, publicada el martes.

La otra incógnita es si Trump cederá en el contencioso por Bombardier, que se une a otro sobre comercio de madera. El Departamento de Comercio amplió el pasado viernes, hasta el 300%, la propuesta de arancel a la importación de los aviones CSeries de la firma canadiense. El castigo, que se anunciará definitivamente en diciembre, responde a una denuncia de la estadounidense Boeing que alega que su rival se benefició injustamente de unos subsidios que le permitieron vender esos aviones a menor coste a la aerolínea Delta. El Gobierno canadiense, junto a Bombardier, considera infundada la denuncia y ha amenazado con cancelar un pedido multimillonario de 18 cazas de combate a Boeing.

Fuente: elpais.com

¿Fue Santa Anna un vendepatrias o un chivo expiatorio de la historia?

Felipe Ávila Marcué

Santa Anna y la venta de La Mesilla

Uno de los personajes más controvertidos en la historia de México es el general D. Antonio López de Santa Anna. Su vida entera está llena de sucesos polémicos. En torno a su figura se han tejido leyendas que muchas veces impiden comprender cabalmente a este personaje, quien se convirtió en el actor principal de prácticamente todos los dramas y comedias de que está llena la historia de México en la primera mitad del siglo XIX.

General D. Antonio López de Santa Anna

La historiografía oficial nos presenta a un Santa Anna convertido como un verdadero traidor, ávido de poder y con ambiciones demoníacas que le costaron a México la pérdida de inmensos territorios en el norte del país, como resultado de la derrota sufrida en la guerra con Estados Unidos (1846-48), además de sufrir un desprestigio a nivel internacional, del que todavía no nos hemos recuperado. También se le atribuye toda la responsabilidad por haber permitido la independencia de Texas en 1836, preámbulo de la guerra del 46 y, por supuesto, de la venta del territorio de la Mesilla en 1853.

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27 de septiembre de 1821: La organización territorial del Primer Imperio Mexicano fue la mayor extensión que tuvo México como país independiente, 4.925.283 km². Las 24 Provincias del Imperio fueron: -Las Californias -México -Nuevo México -Texas -Nueva Vizcaya -Coahuila -Nuevo Reino de León -Nuevo Santander -Sonora -Zacatecas -San Luis Potosí -Guanajuato -Querétaro -Puebla -Guadalajara -Oaxaca -Mérida de Yucatán -Valladolid -Veracruz -Guatemala -El Salvador -Honduras -Nicaragua -Costa Rica.

La responsabilidad de Santa Anna en algunos de estos eventos ha sido tema de mucha controversia entre historiadores de distintas tendencias políticas, desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad, sin que hasta la fecha se tenga una idea clara de esta responsabilidad.

Interesa la opinión de don José María Roa Bárcena, gran historiador de la guerra del 47 y a quien nadie podría considerar parcial en sus juicios y opiniones.

Según relata Catón en su libro sobre Santa Anna, Roa Bárcena escribió: “Cualesquiera que hayan sido los errores de Santa Anna, la historia lo colocará en el honroso puesto de primer batallador de México en la campaña de 1846 a 1848”.

La venta de la Mesilla es un infortunado evento cuyas causas, a nuestro juicio, no se han estudiado con la profundidad requerida, debido básicamente a la condena popular que ha acompañado a la imagen de Santa Anna por más de 150 años.La generación liberal de Benito Juárez, incluyendo a escritores de la talla de Guillermo Prieto, acusaron a Santa Anna de haber vendido a los estadounidenses el inmenso territorio de La Mesilla, en condiciones lesivas a los intereses de México. El historiador Rodrigo Borja Torres dice: “Los historiadores ‘liberales’ primero, después los ‘revolucionarios’, que se sentían herederos de éstos y por último los ‘oficialistas’, promotores de la ideología del Estado, nunca quisieron mostrarnos la verdad sobre este espinoso asunto, tal vez porque si se conocieran los detalles, la imagen de Santa Anna tendría que revalorarse”.

Resultado de imagen para gadsden y santa annaEn efecto, el último periodo presidido por Santa Anna celebró un contrato de venta con el gobierno de Estados Unidos, por el cual nuestro país cedía el territorio conocido como La Mesilla, que abarcaba parte de los actuales estados de Chihuahua y Sonora. Santa Anna no era tonto, sabía perfectamente que su participación en esta transacción le daría nuevas armas a sus enemigos, pero existe la posibilidad de que esta decisión fuera motivada por su deseo de evitarle a México una nueva guerra con Estados Unidos, que habría resultado, sin duda, simplemente desastrosa para nuestro país.

Por otra parte, un historiador tan conocido y respetado como Rafael F. Muñoz, en su biografía de Santa Anna, simplemente menciona que la venta de La Mesilla ocurrió debido al interés que tenía el gobierno de Estados Unidos por construir el ferrocarril a California, para lo cual envió al comisionado Gadsden a negociar con Santa Anna, ofreciéndole 10 millones de dólares por un terreno árido que no valía nada. Ese mismo día Santa Anna aceptó la oferta, y recibió como pago solamente siete millones, que fueron a engrosar su bolsillo particular. No en balde, la opinión de mexicanos y extranjeros sobre el patriotismo e integridad de Santa Anna anda por los suelos.

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Sin embargo, algo indudable sobre la imagen y capacidad de Santa Anna para convencer a los mexicanos es que haya ocupado la presidencia de México once veces, en un periodo de 25 años, sin necesidad de recurrir a golpes militares o revueltas armadas.

Veamos los hechos. Cuando Santa Anna llegó a la presidencia por última vez, el 20 de abril de 1853, el gobierno sufrió la pérdida de un brillante secretario de Relaciones Exteriores, Lucas Alamán, que era el único capaz de controlar a la futura ‘Alteza Serenísima’. A partir de ese momento, Santa Anna perdió completamente el rumbo, dándose aires de emperador, gravando al pueblo con impuestos ridículos y agobiantes, cuyo único propósito era sostener a su estúpida corte. Esto provocó nuevos levantamientos armados, como el acaudillado por el viejo cacique sureño Juan Álvarez, quien, junto con Ignacio Comonfort y otros prominentes liberales, proclamó el Plan de Ayutla. Este desorden quiso aprovecharlo el gobierno de Estados Unidos para tratar de manipular las ambiciones de Santa Anna, en su deseo de mantenerse en el poder y derrotar a sus enemigos. Sin embargo, para su sorpresa, los estadounidenses se encontraron con alguien que de pronto se comportó como verdadero patriota, al dar una imagen de su persona diferente de la que se tenía anteriormente. Santa Anna les demostró que ahora no sería tan fácil aprovecharse de México y de su incuestionable debilidad.

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Es importante tener presente el contexto relacionado con la venta de La Mesilla. Al poco tiempo de haberse firmado el tratado de paz de Guadalupe Hidalgo, en 1848, el gobierno norteamericano demostró su interés en lograr nuevos territorios a costa de México, para lo cual presentó una serie de argumentos legales, aduciendo que la frontera del recién adquirido territorio de Nuevo México con Sonora y Chihuahua no había sido precisada adecuadamente en el tratado. Por ello, el 6 de abril de 1853, el gobernador de Nuevo México, William Carr Lane, ocupó el territorio de La Mesilla, con el pretexto de que pertenecía a Estados Unidos. El gobernador de Chihuahua, Ángel Frías, decidió entonces enfrentarlo con la pequeña tropa de que disponía, y esgrimió el único argumento válido: el derecho internacional. La reacción del gobierno de Chihuahua y las protestas del gobierno federal fueron tan violentas que Washington decidió destituir al gobernador de Nuevo México y presentar una disculpa al gobierno mexicano. Hecho esto, los norteamericanos buscaron otra forma para lograr sus propósitos y apoderarse de ese territorio.

Confiando en la evidente debilidad del gobierno mexicano, el secretario de Estado del país vecino, William L. Marcy, envió, en octubre de 1853, como comisionado ante el gobierno mexicano a James Gadsden para lograr, de cualquier forma, incluyendo la fuerza, lo que no se consiguiera pacíficamente. Una vez instalado en la Ciudad de México, el secretario Marcy le envió, por conducto del diplomático y empresario Christopher Ward, las exigencias del gobierno norteamericano que consistían en adquirir nuevos territorios a costa de México, con la retribución monetaria que el gobierno de Estados Unidos considerara justa y suficiente, y autorizaba a Gadsden a negociar varias propuestas con base en las siguientes líneas fronterizas: la primera partía de un punto en el Golfo de México, a la mitad del camino entre Boquillas Cerradas y la Barra de Santander, para segregar de México gran parte de los actuales estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua y Durango, así como una fracción importante de Sonora y la totalidad de la Baja California y sus islas adyacentes. La superficie del territorio mexicano reclamado era de 324,000 km2, por la que se ofrecían 50 millones de dólares.

La segunda línea también partía del Golfo de México, a la mitad del camino, entre los ríos Grande (Bravo) y el de San Fernando, para despojar a México de parte de los actuales estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua y Sonora, en proporciones inferiores a las de la primera propuesta. Por la superficie del territorio considerado en esta propuesta, 129,000 km2, se ofrecían 30 millones de dólares.

La tercera propuesta incluía el establecimiento de una nueva línea fronteriza que se iniciaba en el cañón del río Grande (Bravo), a los 32° de latitud norte y despojaba a México de una parte de los estados de Chihuahua y Sonora, así como la totalidad de la Baja California. Por la superficie involucrada en esta propuesta (176,000 km2) se ofrecían 30 millones de dólares.

La cuarta y última línea divisoria a negociar principiaba también en el río Grande (Bravo), debajo de San Eleazar, y despojaba a México únicamente de 47,000 km2, en los estados de Chihuahua y Sonora, por los que se ofrecían 20 millones de dólares.

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El gobierno de Estados Unidos estaba plenamente consciente de que, debido a la reciente mutilación que había sufrido México, el gobierno de Santa Anna podría negarse a aceptar las propuestas presentadas, por lo que autorizaba a Gadsden que, sólo en ese caso, propusiera como alternativa la cesión del territorio de La Mesilla que se consideraba indispensable para el tendido del ferrocarril que uniría a California con el resto de la Unión. A cambio, Gadsden podría ofrecer hasta 15 millones dólares. En cualquiera de los cinco casos, México tenía que eximir a los estadounidenses de cumplir con la obligación de impedir que los indios bárbaros cruzaran la frontera para atacar poblaciones mexicanas, consignada en la cláusula XI del tratado de Guadalupe Hidalgo.

Para presionar al gobierno mexicano, Estados Unidos patrocinó descaradamente a grupos de filibusteros para que invadieran La Mesilla; además, ordenó a Gadsden que le informara al gobierno de Santa Anna que, de no entregarse de buena gana el territorio solicitado, el pueblo norteamericano lo tomaría por la fuerza.

En la nota que Gadsden entregó al presidente mexicano se dejaba ver claramente la prepotencia del comisionado gringo y de su gobierno. En ella argumentaba que los conflictos fronterizos entre los dos países sólo se resolverían “mediante la extensión de las fronteras de una de estas potencias, a modo de establecer entre ambas una barrera permanente y respetada”, por supuesto, la potencia que habría de extenderse no sería México.

A pesar de esta clara amenaza, Santa Anna decidió resistir. Las negociaciones no avanzaban y Gadsden comenzó a desesperarse, a tal grado que presentó a Manuel Díez de Bonilla, secretario de Relaciones Exteriores de México, una carta en la que lo apercibía del terrible peligro que para México significaba resistirse a los deseos expansionistas de Estados Unidos. En esa carta le explicaba que su gobierno no podría frenar por más tiempo a los colonos norteamericanos que se encontraban ya deseosos de instalarse en el nuevo territorio para “sacarlo de la miseria y convertirlo en un lugar próspero y rico”. Además, advertía sobre la posibilidad de que se repitiera la historia de Texas en los seis estados fronterizos mexicanos y en la Baja California, proponiendo que la mejor solución, para evitar futuros problemas, era aceptar la primera propuesta.

Ante esta situación, Santa Anna entendió que no había manera de evitar el despojo y decidió tomar el toro por los cuernos, para ceder lo menos posible. Sabía que no podía portarse con altanería, porque esa actitud provocaría una nueva guerra para la que México no estaba preparado, y cuyo resultado sería, sin duda, desastroso para México, ya que podría ser anexado en su totalidad o, en el mejor de los casos, convertirse en un protectorado yanqui, como le sucedió a Puerto Rico años después.

Convencido de la necesidad de negociar, Santa Anna nombró, el 30 de noviembre de 1853, como comisionados del gobierno mexicano a los señores José Salazar Ylarregui, Mariano Monterde y Lucas de Palacio, quienes se reunieron el 10 de diciembre para discutir los términos a negociar junto con Díez de Bonilla y Gadsden. La primera propuesta de Gadsden fue rechazada sin discusión por los mexicanos, durante la segunda conferencia, el 16 de diciembre.

Ante las exigencias de Gadsden para adquirir por lo menos la Baja California, Díez de Bonilla mostró que México sólo aceptaría la cesión del terreno indispensable para la construcción del ferrocarril antes mencionado. La nueva línea fronteriza negociada por Díez de Bonilla actualmente divide a los dos países. Es importante señalar que Santa Anna nunca le dio a Díez de Bonilla poderes para enajenar el territorio nacional. Ante la firme actitud de los negociadores mexicanos, Gadsden comenzó a ceder y aceptó la propuesta de Díez de Bonilla.

El tratado lo firmaron el 30 de diciembre de 1853, en el edificio de la legación de Estados Unidos en la Ciudad de México, el propio presidente Santa Anna y Díez de Bonilla, por parte de México, y el comisionado Gadsden, en representación del presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce, y lo ratificó el Senado de Estados Unidos el 25 de abril de 1854. El territorio cedido por México fue de 76.845 km²; y la cantidad pactada, 10 millones de dólares, datos que también varían según sea la fuente consultada.

Es evidente que la actuación de Santa Anna al frente del gobierno de la república en sus diferentes periodos presidenciales sería el blanco de muchas críticas negativas, unas fundadas y otras no; pero la historia atrás de la firma del Tratado de La Mesilla muestran claramente el patriotismo y la habilidad negociadora del presidente Santa Anna.

Este tratado, más que vergonzoso para México o para Santa Anna, debe serlo para el país que lo exigió, violando los más elementales derechos de las naciones civilizadas. Cierto, el Tratado no fue lo mejor que pudo haberle pasado a México, pero hay que reconocer que, dadas las circunstancias, Santa Anna obtuvo el menor de los males. A pesar de ello, uno de los más fervientes opositores fue don Miguel Lerdo de Tejada, quien dirigió un brindis por la posible anexión de México a Estados Unidos, en ocasión del banquete ofrecido por el Ayuntamiento de la Ciudad de México a los altos jefes del ejército invasor durante la guerra del 47.

Santa Anna murió el 22 de junio de 1876, y en la esquela publicada en el periódico oposicionista El Ahuizote aparece un párrafo: “La nación debió a este general importantes servicios. Su nombre está escrito en la epopeya de nuestros héroes”. En otra parte de la misma publicación se dice: “…aquel hombre que ha muerto ya, bajó a la tumba sin pompa ni ostentación. Acabó sus días en la miseria más absoluta. Respetemos la memoria del proclamador de la república, del héroe de la independencia y perdonemos los errores del gobernante…”.

En conclusión, Santa Anna fue un hombre de su tiempo, con virtudes y defectos, ambicioso y despreocupado, pero no se le debe acusar seriamente de traidor y vendepatrias, aunque sí de mal gobernante y de conspirador consumado.

Fuente: CIENCIA UANL / AÑO 16, No. 64

Referencias

1. Kluger, Richard. Seizing Destiny: How America Grew From Sea to Shining Sea. (2007).

2. Nevins, Allan. Ordeal of the Union: A House Dividing 1852-1857. (1947).

3. Potter, David N. The Impending Crisis 1848-1861. (1976).

4. Ortega Blake, Arturo. Frontera de papel, tres hermanos en la Guerra México-Estados Unidos. México (2004).

5. Bethell, Leslie et. al. América Latina independiente, 1820- 1870. (1991)

6. Connel-Smith, Gordon. Los Estados Unidos y AméricaLatina. México, (1974)

7. Robert L. Scheina. Santa Anna, a curse upon Mexico. Brassey’s, Inc. Washington, D.C. (2002).

8. Wikipedia. Venta de la Mesilla.

9. Alamán, Lucas. Historia de México. Editorial Jus. México (1942).

10. Muñoz, Rafael F. Santa Anna, el dictador resplandeciente.Fondo de Cultura Económica. México (1983).

11. Villaseñor y Villaseñor, Alejandro. El Tratado Mac Lane-Ocampo. Editorial Jus. México (1962).

Cataluña: cada vez se ve más clara la trama

Por José Javier Esparza

Estamos ante un proceso cuya auténtica naturaleza no está en los hechos visibles, sino en lo que no se ve.

 
Es perfectamente posible que me equivoque, porque en este juego de tramposos ya es difícil saber quién juega a qué, e incluso es probable que los protagonistas hayan dejado de controlar los acontecimientos y estén improvisando. Pero en líneas generales, a grandes rasgos, la impresión que deja la sesión de este miércoles en las Cortes es la siguiente: estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo orden constitucional, a esa “segunda transición” que soñó Zapatero, y el asunto catalán está sirviendo como fulminante, como materia explosiva, de lo que haya de venir.
 
Avanzo la hipótesis: la deriva rupturista del gobierno catalán ha venido pintiparada para que ahora los políticos emprendan una reforma de la Constitución en sentido confederal, es decir, hacia un país más deshilachado todavía, reforma que viene siendo una reclamación permanente de numerosos centros de poder desde hace años. Así que ahora podríamos asistir, por ejemplo, a una negociación conflictiva, pero controlada, entre un gobierno catalán (el actual u otro futuro) sometido a amenaza de intervención estatal y un gobierno de España dispuesto a abrir la caja constitucional, mientras las Cortes comienzan el proceso de demolición del Sistema de 1978 para reemplazarlo por otra cosa. Barcelona y Madrid salvarían así la cara mientras a la opinión pública se la adormece con la cantinela del consenso.
 
Es muy posible que el decorado de la escena esté diseñado desde tiempo atrás. Los acontecimientos de los últimos meses no habrían hecho sino precipitar la función. Y tal vez eso explique por qué el Gobierno de España ha permanecido impasible mientras los separatistas, por su parte, proclamaban su singular independencia con freno y marcha atrás.
 
Modificaciones traumáticas
 
La operación no es inédita en los anales del juego político. Imaginemos la siguiente situación. Un determinado Gobierno, empujado por presiones externas e internas, se ve obligado a impulsar una modificación traumática del mapa legal. Temerosos de que esa modificación dispare resistencias graves, los agentes interesados conciben el siguiente plan: forzar un escenario de inestabilidad extrema para que el cambio resulte aceptable y, aún más, deseable como mal menor.
 
Ante el riesgo de una ruptura general del orden establecido, todo el mundo aceptará una ruptura limitada, ejecutada bajo control. De esta manera se conseguirá el objetivo inicial con un coste relativamente bajo. Así llegó al poder De Gaulle, por ejemplo. Si no es esto lo que está pasando en Cataluña, se parece mucho. La “modificación traumática”, es decir, el objetivo general, sería la reconversión del Estado en términos propiamente confederales, con un status de semi independencia para varias regiones.
 
Y el “escenario de inestabilidad extrema” sería el proceso independentista desencadenado en Cataluña. ¿Hipótesis descabellada? Tal vez. Pero más descabellado es que un gobierno regional haya podido desobedecer reiteradamente las leyes, organizar un referéndum previamente prohibido e incluso declarar su independencia, sin que el Estado haya hecho nada efectivo para impedirlo. Semejante cúmulo de incongruencias sólo se explica, precisamente, si forma parte de un proceso cuya auténtica naturaleza no está en los hechos visibles, sino en lo que no se ve.
 
Reforma “confederal” de la Constitución, sí. No debería extrañarnos. Hace mucho tiempo que la poderosísima oligarquía catalana, con sus largos tentáculos políticos y mediáticos en Madrid, intenta imprimir un giro decisivo al marco político español para conquistar cuotas definitivas de autogobierno; por supuesto, con el consiguiente beneficio propio.
 
Podemos recordar las tesis del socialista Maragall sobre el “federalismo asimétrico” (era 1998) o las reiteradas propuestas de pacto fiscal de Artur Mas hasta 2012 (anteayer, como quien dice), ambos presidentes de la Generalidad. En realidad, ha sido la tónica permanente del nacionalismo catalán desde los tiempos de Cambó y aun antes: obtener del Estado un trato preferente que permita a Cataluña rentabilizar al máximo su riqueza (dejando de lado la enojosa circunstancia de que esa riqueza procede, en gran medida, del resto de España). Los aduladores de corte han travestido con frecuencia esa política como “contribución a la gobernabilidad del Estado”, y no es del todo falso, pero con el relevante matiz de que el precio de la tal contribución siempre ha superado las siete cifras.
 
Fuente: La gaceta, España

Manuel Bartual: “Está todo inventado” El dibujante convirtió el relato de sus vacaciones en un fenómeno en Twitter

ENTREVISTA

Manuel Bartual: “Está todo inventado”

El dibujante convirtió el relato de sus vacaciones en un fenómeno en Twitter

Por Javier Redondo Jordán

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Fotografía tomada por Manuel Bartual durante sus vacaciones.
Fotografía tomada por Manuel Bartual durante sus vacaciones.

Manuel Bartual es el hombre del momento. Quizá les suene la historia. Un dibujante de cómics de humor se va de veraneo a la playa a finales de agosto y, tal como acostumbra, va publicando sus pensamientos en Twitter. Va todo bien hasta que comienzan a suceder cosas raras: la aparición de un hombre exactamente igual a él cambia por completo sus vacaciones. A partir de ese momento comienza una narración angustiosa a través de Twitter en la que nuestro protagonista llega incluso a temer por su vida. En los siete días transcurridos desde el inicio del relato hasta su regreso a casa, lograría concitar la atención de cientos de miles de lectores, pasaría de 16.000 seguidores a tener casi medio millón en Twitter y llegaría ese viernes a convertirse en trending topic mundial, nada menos. Sin una estrategia de marketing, ni el apoyo de una empresa, ni la plataforma de un grupo mediático, Manuel Bartual marcó en solitario un hito narrativo sin precedentes en España que nadie se explica.

¿Quién era Manuel Bartual antes de los sucesos ocurridos entre el 21 y el 27 de agosto?

Antes de darme a conocer con este relato era, soy y sigo siendo ―creo [Risas]― un dibujante de cómics. He dirigido una película y algunos cortometrajes. También soy diseñador gráfico: desde hace muchos años llevo todo el diseño de la editorial Astiberri, especializada en novela gráfica. Y, por resumir un poco, soy el editor del sello ¡Caramba!, una pequeña editorial que empezó como independiente y acabó integrándose como sello dentro de Astiberri.

Eres también uno de los dibujantes que en 2014 abandonó la revista El Jueves por motivos de censura.

Justo la semana en que abdicó Juan Carlos I, retiraron la portada de El Jueves que se iba a publicar. Y en señal de protesta, una veintena de dibujantes abandonamos la revista y montamos la nuestra propia, que se llama Orgullo y satisfacción.

No dabais puntada sin hilo.

También en 2014, dirigiste y escribiste el largometrajeTodos tus secretos, disponible en la plataforma Filmin, en la que ya experimentabas con las posibilidades que ofrece el formato de las redes sociales.

Es una película curiosa, porque no tiene una narrativa convencional. Divido la pantalla en nueve partes en todo momento, y cada recuadro corresponde al punto de vista de la webcam de cada uno de los protagonistas de la historia. Me gusta jugar con los formatos y hacer cosas que no te esperas de antemano. Ése fue el caso de Todos tus secretos. Di primero con una idea formal y me pregunté qué podría desarrollar a partir de ahí. En cierto modo, en lo que he contado en Twitter hay una línea que une estas dos ideas, porque juego con lo que ofrece Twitter para contar una ficción.

La película hace un retrato crítico de nuestra inexperiencia con las redes sociales y los problemas que acarrea estar permanentemente conectados.

En Todos tus secretos la idea de base era contar la historia de un grupo de personas que pertenecen a la última generación que ha vivido en un mundo sin redes sociales. Es la generación a la que yo pertenezco, y siempre he tenido la sensación de que Internet va dos pasos por delante de nosotros. Me pareció interesante contar una historia con tintes de thriller sobre un grupo de amigos que creen que controlan su interacción en redes sociales e igual no se manejan tan bien como piensan.

Una semana antes de dar la campanada a finales de agosto, publicaste un hilo narrativo en Twitter llamado El peso de la verdad. ¿Qué te movió a contar esta primera historia por entregas?

El origen de ese hilo, El peso de la verdad, fue un solo tuit. El detonante es que, estando de vacaciones, recibes en tu móvil el mensaje de que alguien se ha subido a tu báscula, es decir, no sabrás la cara del ladrón que ha entrado en tu casa, pero sí su peso. Es prácticamente un chiste, sin más recorrido. Esto lo publiqué una mañana y me quedé pensando que quizá se podría desarrollar una sinopsis enloquecida a raíz de esta premisa. Y eso es lo que hice esa tarde.

Ese mensaje que delata que alguien en tu ausencia se ha subido a la báscula de tu casa recuerda a Carretera perdida (David Lynch, 1997). De hecho, tanto en este hilo como en el siguiente abundan las referencias lyncheanas: enanos, carreteras en la oscuridad, habitaciones gemelas, desorden del lenguaje, sueños… ¿Qué influencia tiene Lynch en tu obra?

Hasta este verano, muy poca. [Risas] Lynch me ha gustado siempre mucho. Es cierto que todo esto lo he escrito mientras estaba emitiéndose la nueva temporada de Twin Peaks (David Lynch y Mark Frost, 1990-2017), una serie de la que me declaro absolutamente fanático, y es obvio que en mi historia de Twitter hay una influencia directa.

Y una semana después, comienzas el hilo que te ha lanzado a la fama, que titularías Todo está bien. A diferencia del hilo de la semana anterior, en éste utilizas la primera persona y un tiempo presente reconocible: la playa y agosto. ¿Fue este cambio de planteamiento una decisión consciente?

Plenamente consciente. El peso de la verdad funcionó bien, pero me daba la sensación de que una manera de conectar mejor con la gente era hacerles creer que todo lo que iba contando me estaba verdaderamente sucediendo a mí y, además, me estaba sucediendo en tiempo real.

¿Improvisaste o tenías elaborada una estructura previa?

Tenía una estructura. Me propuse que, antes de escribir el primer tuit, tenía que saber cuál iba a ser el último, o por lo menos cómo terminaba la historia y los puntos clave por donde debía transitar cada día.

De repente, la irrupción de lo extraño: te cruzas con tu doble. ¿Sospechabas que el género del suspense se adaptaría tan bien al formato de Twitter?

Cuando está bien hecho, yo creo que el suspense siempre produce un enganche mayor que otro tipo de historias. El suspense implica, en general, que una vida está en peligro. Y eso engancha mucho. Al ser una historia contada a través de Twitter, de una persona que está de vacaciones, cuando probablemente mucha gente que me estuviera leyendo también estaría en la misma situación, creo que generó una identificación muy importante con los lectores.

El relato se ve enriquecido, además, por la interacción de otros usuarios de Twitter.

Ésas son las partes que dejé a la improvisación. La única interacción que yo tenía prevista era la del puzle que planteé una noche, el mensaje desordenado en los trozos de papel higiénico, que al día siguiente resolví con ayuda de la gente. Lo que no estaba previsto eran algunos temas que inopinadamente se repetían en los comentarios de los lectores, y entonces los incorporaba a la historia. Esto generó también una sensación muy chula por parte de todos, tanto por mi parte como por la de los lectores, porque ya no era sólo yo transmitiendo una historia que está escuchando o leyendo alguien, sino que de repente se convirtió en algo más interactivo.

No sólo identificarse, como decíamos antes, sino ser partícipes. El «yo» pasa al «nosotros». Pero no todo es angustia y suspense, también el humor tiene cabida.

La baza del humor no tenía claro si jugarla o no. Yo soy un dibujante de cómics de humor, y cuando cuento historias de otro género siempre me gusta introducir algunos detalles humorísticos. Pero al ser ésta una historia que tenía que pasar como real, tenía dudas de hasta dónde forzar esto. Lo bueno de ser una historia que he ido desarrollando a tiempo real es que he podido ir viendo la respuesta de la gente. Creo que el humor ha sido también uno de los puntos de enganche principales.

En un momento de la historia, tú mismo especulas con diferentes posibilidades que explican todas estas cosas raras que te están pasando. Tenemos una cultura literaria, cinematográfica y televisiva tan rica que conocemos todos los finales narrativos posibles. ¿Está ya todo está inventado?

Sí. Está todo inventado. La gracia está en reformular lo que ya se ha contado antes. En concreto, esta parte de las teorías me hacía mucha gracia, porque lo que hacía era enumerar todos los finales posibles, sabiendo como ya sabía que yo no iba a tener un final demasiado feliz, según cómo lo interpretes.

Precisamente en la conclusión dices: «Y por favor, no os preocupéis por mí. Todo está bien». El final de la historia cambia drásticamente si incluimos la aclaración final, la del séptimo día, como parte del propio hilo. ¿La historia transcurre, pues, en seis días o en siete?

En siete. Eso despistó mucho a la gente. Y me parece bien, porque es a lo que yo estaba jugando: al final ambiguo. Hay mucha gente que piensa que la historia acaba el sábado, el sexto día, que es el momento en que enloquezco. Pero ahí no acaba la historia. Termina el domingo. Se puede interpretar que yo estoy confesando que todo ha sido una invención o bien que el doble me ha reemplazado, está desmintiendo todo lo que ha sucedido porque es lo que le interesa y ahora está aquí contestando esta entrevista. [Risas]

¿Por qué elegiste la figura del doble?

La figura del doble siempre me ha gustado mucho. Pero, si he llegado al doble en esta historia, ha sido principalmente por falta de recursos. [Risas] Estaba de vacaciones y mi campo de acción era muy limitado. Además, cuando empiezas a darle vueltas, te das cuenta de que vas a contarlo en Twitter, que es precisamente una red social donde es habitual la suplantación de la identidad.

Ha sido formidable la repercusión suscitada. Muchos usuarios famosos se unieron a la historia e influyeron en su monumental alcance. ¿En qué momento empiezas a ser consciente de la envergadura que ha adquirido?

El momento clave es el viernes por la noche, cuando sobrepaso los 100.000 seguidores, el hilo alcanza el Trending Topic mundial y a partir de ahí ya no deja de crecer hasta llegar casi al medio millón. Un amigo me envió un tuit de alguien con un vídeo en el que se ve a un grupo de chavales reunidos en casa alrededor de un móvil con ganchitos y bebida. Veían el vídeo en el que intento entrar en «la otra habitación» y estaban muy preocupados y angustiados, pasándoselo muy bien. Para mí ese momento en concreto fue cuando me di cuenta del impacto que estaba teniendo en la gente.

¿Estamos ante la génesis de la narrativa de ficción en Twitter?

No sé si la génesis, porque Twitter se ha utilizado para contar ficción desde sus inicios. Entiendo que a raíz de esto haya gente que empiece a plantearse Twitter como una opción para contar historias. Como lector me parecería maravilloso, porque me encantaría, como le ha pasado a tanta gente que ha estado enganchada a mi hilo, estarlo yo de igual manera a una historia que no sepa adónde va ni cuándo va a terminar ni qué va a suceder a continuación. Cuando tú te enfrentas a una película, ya sabes que dura una hora y media o dos horas, cuando lees un libro vas viendo cuántas páginas te quedan por delante, pero en el caso de mi hilo, nadie sabía si estaba leyendo en ese momento el final de la historia o todavía quedaba un día más. Yo jugué deliberadamente con eso porque la historia tiene tres finales: los dos que hemos comentado y uno previo que parece un final feliz, que es cuando llego a Madrid. Mucha gente pensó que ése era ya el final. Pero no: luego llego a casa y la historia continúa.

Esa incertidumbre crea, sin embargo, un sentimiento de comunión colectiva.

Sí, se ha creado algo muy bonito, una especie de comunidad temporal mientras duraba el hilo a lo largo de esa semana. Gente que se sentía partícipe de un fenómeno que estaba sucediendo en esos momentos. Eso ha sido maravilloso.

¿Crees que parte del éxito reside en que triunfó entre la gente joven?

Totalmente. Para gente que no ha conocido otra cosa que no sea saltar de un vídeo a otro de YouTube cuando quiere, ver una película cuando le da la gana en Netflix o donde sea, y tener cualquier canción a su disposición en Spotify, de repente encontrarse con algo que escapaba a su control es una novedad para ellos.

No hay que olvidar la diversidad de los recursostransmedia que utilizaste: no sólo textos de menos de 140 caracteres, sino también fotografías y vídeos. La «tuit novela» total.

Mucha gente, cuando habla sobre este tema, se refiere a ello como una novela, pero no es exactamente una novela. Es un artefacto narrativo que es tanto novela como falso documental como puramente Twitter, entendiéndolo como un género en sí mismo, con sus reglas. El relato se puede leer ahora de seguido, pero en su momento la gente se fue enganchando en diferentes puntos. La manera de entender lo que ha sido es vivirlo en directo. Leí en un artículo una comparativa que decía que hablar de esto a posteriori sin haberlo leído en su momento era como ver un concierto en YouTube. Estás viendo el concierto, pero no estás allí.

Te has perdido la experiencia.

Eso es. Mientras lo estaba escribiendo, me recordaba mucho a cuando hace diez años veíamos Perdidos(Lieber, Abrams y Lindelof, 2004-2010). A este respecto, hay una cosa de la que yo no era consciente al principio: mucha gente activaba la notificación para no perderse ningún tuit. Cuando estaban comiendo, en el cine o en cualquier otro sitio, de repente recibían una notificación en su móvil como si fuese un mensaje de WhatsApp de un amigo. La conexión entre el emisor y el receptor, durante esos días, era total, y transmitía una cercanía que difícilmente se podía haber conseguido de otra manera.

Hace un momento has nombrado el falso documental. De hecho, muchos te comparan con Orson Welles, mientras otros, como también le ocurrió a Welles, te han acusado de fraude por no ser tu hilo una historia real.

A mí me gusta mucho el falso documental. Es uno de mis géneros cinematográficos favoritos. Y lo tuve muy presente para abordar el nuevo relato. Que me comparen con Orson Welles es uno de los mejores piropos que me han lanzado nunca, porque evidentemente me gusta mucho todo lo que hizo Orson Welles.

En la conclusión del hilo dices: «Ha sido todo mentira. […] No es obligatorio creer todo lo que se lee en internet». Y hay quienes te han criticado por haber pasado por real una historia que finalmente resultó ser ficción. ¿Crees que aún no hemos perdido la inocencia con los medios de comunicación, en este caso con las redes sociales?

Yo ya contaba con que parte del público se lo iba a creer al principio, pero pensaba que llegaría un momento en que se darían cuenta de que se trataba de una invención. Es sorprendente que, hasta que no aclaré que toda la historia había sido mentira, había gente que se lo estaba creyendo. En pleno 2017. Hay personas que no llevan bien que juegues con la ficción en canales poco habituales. De hecho, una de mis películas favoritas es El proyecto de la Bruja de Blair (Eduardo Sánchez y Daniel Myrick, 1999), y en su día sucedió con ella algo parecido. Se estrenó cuando Internet ya empezaba a ser algo habitual. Circuló información sobre una película que reunía unas cintas encontradas en un bosque y hubo gente que fue a ver El proyecto de la Bruja de Blair pensando que lo que estaba viendo era real.

No debemos olvidar que si este hilo ha alcanzado esta magnitud, se debe en parte al talento de su autor, aunque, por norma, en este país se critique el éxito.

Le damos mucha voz a comentarios que yo creo que son residuales. En el momento en que algo adquiere esta dimensión mediática, es normal que haya un porcentaje de gente a la que no le parezca bien. Pero es una cantidad ridícula. De hecho, me emocionó, una vez finalizado el relato, que el primer Trending Topic de esa tarde fuese #GraciasManuel, en agradecimiento por la historia que había contado y por lo que les había hecho vivir, y esto me pareció el remate perfecto a la experiencia.

Ahora tienes mucha gente atenta a tu próximo movimiento. ¿Barajas algún proyecto?

Estoy pensando en ello. Ahora me están llegando muchas propuestas. Se me están abriendo puertas que hace dos semanas no pensaba que ni siquiera pudiera llamar a ellas. Quizá lo más sensato sería que el siguiente paso estuviese relacionado con este hilo de Twitter. Que la firma sea reconocible.

Manuel, si estás en peligro, puedes hacerme una señal. Él no se dará cuenta.

No te preocupes por mí. Todo está bien.

Fuente: El País

Desempolva el traje con pechera de tu abuelo y prepárate para recibir la psicodelia sesentera de Chicano Batman

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Si eres de aquellas personas que tienen nostalgia por esos bellos años en que los trajes de fiesta eran color pastel, llevabas pechera con holanes y el cabello hasta los hombros con base, entonces Chicano Batman se convertirá en tu banda favorita.

Claramente influenciados de aquellas bandas de rock de finales de los sesentas que se quedaron en el mundo de lo underground  y que dieron origen al movimiento de garage de bandas como Los peyotes, Los Furtivos, Los Fossiles, etcétera… Chicano Batman logra combinar todo ese movimiento surgido por la psicodelia y la alabanza a los psicoactivos y al amor libre. En pocas palabras es resultado de la fusión entre el pasado y el presente o entre Los Destellos y Juan García Esquivel.

Ahora forman parte del frente de músicos latinos que encabezan los carteles de algunos de los festivales más importantes en EE.UU y su último disco, Freedom Is Free, es uno de esos materiales que debería seguirse produciendo en casete.

La deliciosa combinación entre sabor y nutrición, Sweet Bites

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El consumo de frutas y verduras es indispensable para mantenernos en perfecto estado de salud. Sin embargo, por muchas razones a veces nos es imposible llevarlas a dónde vayamos, pues se maltrata o pierde su frescura. Raquel Ambe es una mamá que, preocupada por la alimentación de sus hijos, logró crear un snack que resguarda todos los nutrientes de la fruta.

Sweet Bites es para toda la familia y es perfecto para los niños. Raquel nos cuenta que todo comenzó hace un año cuando estaba en casa de su cuñada con sus hijos. De pronto, tuvieron la ansiedad por comer algo duce y decidió darle a su hija una bolsa de frambuesas liofilizadas, esto era algo que nunca en su vida había visto, probado o sabía siquiera que existía. Su hija se la comió mejor que si estuviera comiendo un dulce. Ella se puso a investigar que opciones había en México para conseguir estos productos (pues en aquella ocasión se encontraban de visita en EE.UU.) y descubrió que, a pesar de que existen muchos aperitivos enfocados a lo saludable, la mayoría de ellos pierden gran parte de sus nutrientes o son altos en carbohidratos.

La liofilización es un proceso mediante el cual Raquel deshidrata los alimentos. Se congela la fruta y se le extrae únicamente el agua, lo que hace que las propiedades como su color, olor, sabor y forma queden intactas, además de que logra mantener hasta el 96% de sus nutrientes. Sweet Bites no tiene ningún tipo de conservador, químico o colorante y sus sabores van desde fresas, plátano, higo y piña, hasta pepinos con limón y betabel enchilado.

Puedes encontrar estos deliciosos snacks en muchos puntos del país. Te recomendamos entrar a su página Web y ubicar tu punto más cercano. Y por supuesto, no te olvides de seguirlos en sus redes para saber sobre las frutas de temporada, nuevos productos y promociones.

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Una vuelta por la plaza de México, Garibaldi

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Qué mejor plan para pasar con la familia y amigos que visitando una de las plazas más representativas de México, Plaza Garibaldi.

Esta famosa plaza, que vivió su época de oro a mitad de siglo XX, no ha perdido su esplendor. Sigue inundada de mariachis y soñadores deseosos de cantar aquellas canciones que hicieran famoso al ranchero mexicano. La también llamada Plaza de Santa Cecilia ha sabido mantenerse como un pilar de la música vernácula mexicana.

Enmarcada por numerosos restaurantes, bares y cantinas es el lugar ideal para celebrar (o lamentar) con los más allegados al son del mariachi o los grupos rancheros.

Forjador de íconos como José Alfredo Jiménez, Chavela Vargas, Juan Gabriel o Lola Beltrán, el salón Tenampa (fundado en 1925), es uno de los lugares obligados en tu visita a Garibaldi. Además de ofrecer una carta rica en tequilas y mezcales, tiene una gran variedad de platillos para que puedas disfrutar a cualquier hora del día. Su especialidad de este mes: chiles en nogada.

Si te encuentras de ánimo más intelectual, el Museo del Tequila y el Mezcal (MUTEM) saciará tu sed con sus recorridos interactivos. Aprenderás todo acerca de la producción del tequila y el mezcal en México, los distintos tipos de magueyes y agaves que son utilizados, y al final del recorrido, disfrutarás de una cata de ambas bebidas en su espectacular terraza abierta al público. Desde que el MUTEM abrió sus puertas, no solo las abrió para acercar a los mexicanos a la cul­tura, sino también para disfrutar las noches de mariachi en Garibaldi.

La plaza ha sufrido grandes cambios a través del tiempo. Pasó de ser una simple plaza rodeada de pocos comercios y vecindades, a convertirse en el centro musical más importante de México. Vivir una noche en Garibaldi es algo que todo mexicano debe experimentar y qué mejor época para hacerlo que en estas fechas. ¡Salud!

MUTEM
Plaza Garibaldi s/n, Col. Centro, Ciudad de México
Tel. 55291238
www.mutemgaribaldi.mx

Tenampa
Plaza Garibaldi, 12, Col. Centro, Ciudad de México
Tel. 55266176 / 57726419
www.salontenampa.com