«Continuamente recibo recados y quejas por parte de la escuela, diciendo que mi hijo se distrae con facilidad y se la pasa distrayendo a los demás.»
La verdad es que a mí también me cuesta mucho trabajo mantenerlo sentado para que haga su tarea. Continuamente se levanta, hay que repetirle las cosas muchas veces y no responde con premios ni con castigos. Ya no sé qué hacer, a veces me paso toda la tarde ayudándole con sus tareas para que todo se le olvide en los exámenes».
Esta situación es más común de lo que piensas y puede ser el reflejo de una alteración en el desarrollo y la maduración cerebral, lo cual es fácil corregir cuando se realiza un diagnóstico correcto y se atiende el problema de manera eficaz.
En ocasiones se trata de un problema conductual que se corrige mediante una asesoría a los padres, lo que se llama un “coaching parental”. Pero otras veces requiere una intervención más especializada, en la que debe participar un equipo de profesionales.
Aunque no existen signos específicos, sí hay algunos datos que pueden ser de utilidad para saber qué niños requieren de una intervención especializada. El problema tiene más de un año.
- Problemas de recordación.
- Problemas de comprensión al leer las instrucciones.
- OIvidar anotar las tareas.
- Perder lápices o cosas personales.
- Dificultad en el trazado de letras.
- Dificultad en operaciones matemáticas.
- Dificultad para rescatar las ideas principales en los textos de lectura.
- Inquietud, movimiento constante de los pies o las manos.
- Deseo de imponer su voluntad.
- Dificultad para tomar turnos.
- Tendencia a refugiarse en la fantasía.
Si además de esto existen familiares directos con síntomas similares y/o se presentaron dificultades durante el embarazo o el parto, la posibilidad de que ocurra un Trastorno por Déficit de Atención es mayor.
De cualquier manera, ante la sospecha es mejor consultar a los expertos del Centro NeuroPsicopedagógico Polanco S.C., quienes tienen de más de 30 años de experiencia en la atención de estos casos.
Es importante actuar lo antes posible, ya que cuando pasa el tiempo sin atender a estos chicos, desarrollan una baja autoestima y el problema crece, afectando toda la dinámica familiar. Además, el cerebro inmaduro tiene muchas mayores posibilidades de recuperar su nivel de maduración gracias a la llamada “plasticidad cerebral”, que utilizada de manera adecuada y con los métodos actuales, permite hablar de curación.
Dr. Jaime Romano Micha
Director General
Centro Neuropsicopedagógico
Polanco S.C.