La sismicidad en la Ciudad de México puede atribuirse a tensiones en la superficie acumulada por décadas o siglos y, en algunos casos, a la sobrexplotación de los mantos acuíferos especialmente en delegaciones como Tláhuac, Xochimilco, Iztapalapa, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero; la ausencia de agua provoca que el subsuelo colapse y se hunda generando así pequeños movimientos del suelo (sismos).
Existen algunas fallas geológicas de menor tamaño dentro del Valle de México, principalmente al poniente de la ciudad.
Se ha observado que sismos lejanos puedan ayudar a liberar la tensión acumulada en las fallas y fracturas del suelo de la Ciudad de México. Así ocurrió después de los sismos del 20 de Ometepec, Guerrero, del marzo de 2012 (M7.4); Petatlán, Guerrero, del 18 de abril de 2014 (M7.2); Tecpan, Guerrero, del 8 de mayo de 2014 (M6.5) y aunque relativamente lejano, el sismo del 29 de julio de 2014 en la Isla, Veracruz (M6.4); ahora, con el sismo del pasado 7 de septiembre de magnitud 8.2 frente costas de Chiapas – Oaxaca, se registró sismo de M2.6 epicentro en la zona sur de CDMX, delegación Tlalpan.
ESTOS SISMOS NO SE ALERTAN
Es poco probable que se produzcan sismos con magnitud mayor a 4 debido a que la magnitud se limita con el tamaño de la zona fracturada. Sin embargo, por la alta densidad poblacional y poca profundidad de los sismos, pueden representar un riesgo para los habitantes en Ciudad de México.
En algunos casos el sismo es precedido por un sonido similar al de una explosión pero se trata del momento en que se fracturó la falla que provocó el sismo, por lo general estos sonidos se escuchan en las áreas más próximas del epicentro.
By SkyAlert