Por Tamara Rajakariar
Llámenme idealista, pero imagino un futuro en el que mis hijos sepan cómo jugar, en el que no estén siempre pegados a algún aparato y en el que proporcionarles entretenimiento interminable no sea mi única preocupación.
Quiero que interactúen con las personas en vez de estar distraídos con mi celular y que puedan pasar horas inventando sus propios juegos, así como lo hice con mis hermanos mientras crecía.
“Así es el mundo ahora”, dicen las personas. ¡Es inevitable!, digamos que es el chupón moderno. Y, me gusté o no, voy a terminar cediendo en aras de la conveniencia, porque, sin duda, la tentación ahí estará. Obviamente mis hijos necesitan ser expertos en tecnología, pero quiero que estén libres de esa especie de “esclavitud”.
Después de leer el artículo Estar aburrido es bueno para niños y adultos, del Foro Económico Mundial, estoy aún más convencido de que un poco de aburrimiento es lo que necesitan los niños en estos días.
En él se menciona un estudio realizado en los años ochenta que comparó la imaginación de los niños que tuvieron televisión y de los que no, en el cual, los niños sin televisión lograron mejores resultados. También, menciona a los profesionales que, gracias a haber experimentado períodos de aburrimiento, pudieron desarrollar su creatividad y posicionarse en el lugar en el que se encuentran el día de hoy. En otras palabras, ¡el aburrimiento es algo bueno! Hacemos tanto en estos días para mantener a los niños ocupados, cuando deberíamos de apreciar su aburrimiento.
Entonces, concretamente, ¿cuáles son sus beneficios?
- Enriquece la experiencia personal. Supongo que sucede como con la experiencia de la tristeza, la cual hace más dulces nuestros momentos de felicidad. Sentirse aburrido o indiferente algunas veces significa que hemos vivido momentos más estimulantes.
- Enseña independencia. Los niños aprenden a no depender de estímulos externos para su felicidad; a arreglárselas por sí mismos.
- Es necesario para el desarrollo de la empatía. Al estar constantemente entretenidos con nosotros, nuestro tiempo para pensar en los sentimientos de los demás es nulo.
- Genera cambio. La necesidad puede ser la madre de la invención, pero yo diría que el aburrimiento es mejor; ya que le permite a la mente tener tiempo para sí misma, para soñar despierto y crear.
- Ayuda a ser críticos. Si estamos siempre conectados a los medios de comunicación y entretenimiento, pensaremos como lo hace el mundo; no tendremos opiniones propias. El aburrimiento es una oportunidad para perseguir nuestros propios pensamientos y para descubrir nuevos intereses y talentos.
El aburrimiento permite el desarrollo de cualidades muy importantes: la curiosidad, perseverancia, confianza, ingenio, observación y concentración. ¿Acaso no son estas habilidades valiosas para la vida?