Cuando se aprende un nuevo idioma, el cerebro utiliza varias áreas para procesar la información.
La comprensión del lenguaje se lleva a cabo en el área del lenguaje del hemisferio izquierdo del cerebro, mientras que la producción del lenguaje se lleva a cabo en el área del lenguaje del hemisferio derecho. El área del lenguaje es responsable de procesar la información del idioma, como las palabras y las gramáticas, mientras que otras áreas del cerebro, como la corteza temporal y la corteza prefrontal, son responsables de la comprensión y la producción de sonidos.
Además, el cerebro también utiliza la memoria a corto y largo plazo para almacenar nuevo vocabulario y gramática, y la capacidad de abstracción para entender conceptos más complejos. También se ha demostrado que el aprendizaje de un nuevo idioma puede mejorar la capacidad del cerebro para procesar la información y tomar decisiones.
Estas son algunas de las cosas que ocurren cuando aprendemos un nuevo idioma:
- Se estimula nuestra plasticidad cerebral, lo que significa que las conexiones neuronales se crean y fortalecen en respuesta al entorno.
- Se crean nuevas conexiones entre los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro. Esto aumenta la capacidad de nuestro cerebro para procesar información de manera simultánea y solucionar problemas creativamente.
- Mejorar nuestra memoria a largo plazo.
- Desarrolla nuestras habilidades cognitivas superiores.
- Reduce el riesgo de padecer deterioro mental asociado con el envejecimiento.
- Abre la mente al pensamiento crítico, ya que debemos reflexionar sobre conceptos culturalmente diferentes y adaptarnos a ellos.
- Nos expone a nuevas ideas y formas de pensar que nos ayudan a enriquecer nuestra perspectiva sobre el mundo.
- Mejora nuestro rendimiento académico y profesional.
- Incrementa la conciencia, comprensión y apreciación de otras culturas.
Aprender un idioma extranjero puede aumentar el tamaño de tu cerebro. Esto es lo que los científicos suecos descubrieron cuando utilizaron escaners cerebrales para monitorear lo que sucede cuando alguien aprende un segundo idioma. El estudio es parte de un creciente cuerpo de investigación que utiliza tecnologías de imagen cerebral para comprender mejor los beneficios cognitivos del aprendizaje de idiomas. Herramientas como la resonancia magnética (IRM) y la electrofisiología, entre otras, ahora pueden decirnos no sólo si necesitamos cirugía de rodilla o tenemos irregularidades con nuestros latidos cardíacos, sino también revelar lo que está sucediendo en nuestros cerebros cuando escuchamos, entendemos y hablamos segundas lenguas.
El estudio sueco MRI demostró que el aprendizaje de una lengua extranjera tiene un efecto visible en el cerebro. Los jóvenes reclutas militares adultos con un gusto por los idiomas aprendieron español, árabe, ruso, mientras que un grupo de control de estudiantes de ciencias médicas y cognitivas también estudió duro, pero no en idiomas. La resonancia magnética mostró que partes específicas del cerebro de los estudiantes de idiomas se desarrollaron en tamaño, mientras que las estructuras cerebrales del grupo de control se mantuvieron sin cambios.
Igualmente interesante fue que los estudiantes cuyos cerebros crecieron en el hipocampo y áreas de la corteza cerebral relacionadas con el aprendizaje de idiomas, tenían mejores habilidades lingüísticas que otros estudiantes para quienes la región motora de la corteza cerebral se desarrolló más. En otras palabras, Las áreas del cerebro que crecieron estaban relacionadas con la facilidad de los estudiantes para los idiomas, y el desarrollo del cerebro variaba según su rendimiento. Como señalaron los investigadores, si bien no está completamente claro qué significan los cambios después de tres meses de estudio intensivo del lenguaje a largo plazo, el crecimiento cerebral suena prometedor.