Por William Wolfe
Un filósofo de la política planteó el objetivo del progresismo liberal en términos bastante duros. Dijo: “El progresismo es, en esencia, el odio a tu padre y el rechazo a Dios”.
Si bien muchos progresistas autoproclamados pueden no decirlo así, él tiene razón: en el centro de su ideología está el rechazo de cualquier cosa del pasado que pueda obstaculizar el «progreso inevitable». Esto a menudo significa familia. Siempre significa cristianismo bíblico.
El triunfo del progresismo en la cultura estadounidense ocurrió en plena exhibición la semana pasada, cuando el Senado aprobó la Ley de (Des) respeto por el matrimonio, que codifica la decisión inconstitucional de Obergefell que “redefine” el matrimonio en nuestra nación.
Otra forma de describir a los progresistas es como “revolucionarios morales”, y de hecho lo son. En el artículo de Albert Mohler que aborda la aprobación de este proyecto de ley, «Una victoria masiva para los revolucionarios morales», señaló acertadamente: “Ninguna civilización se detiene. Este tipo de legislación no es neutral. La llamada ‘Ley de Respeto al Matrimonio’ es el signo de una civilización que avanza o de una civilización que se desmorona”.
Esa es una buena prueba de fuego. Los progresistas ven este proyecto de ley como un faro brillante de avance. Para los cristianos, sabemos que esta es una señal reveladora del colapso de la civilización. Pero este es el camino del progresismo: Dios, la familia y el matrimonio deben apartarse del camino a medida que el arco de la historia se precipita hacia su concepción defectuosa de la justicia: diversidad, equidad e inclusión. Como padre de tres hijos que quiere que mis hijos me amen (no me odien) y obedezcan (no rechacen) a Dios, es importante que les sirva bien ayudándolos a prepararlos para luchar contra el progresismo, inocularlos, lo mejor que pueda, contra los caminos de un mundo que quiere infectar sus mentes con delirios de individualismo expresivo y deseo sin restricciones. ¿Cómo hago esto? ¿Cómo puedes hacer esto?
Aquí hay cuatro formas en que los padres pueden vacunar a sus hijos contra el virus de la mente progresiva:
1. Enséñales la verdad de la Palabra de Dios
Una de las cosas más importantes que pueden hacer los padres es enseñar la Palabra de Dios, la Biblia, a sus hijos. Hágales saber que la Biblia no es un libro de cuentos de hadas, ni una colección de «historias» con un poco de autoayuda incluida, ni un buen libro sobre una buena vida moral. No, la Biblia es la Palabra de Dios “viva y activa”, “más cortante que toda espada de dos filos, que penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). La Biblia dice la verdad sobre Dios, la humanidad, el pecado, Jesucristo, el Evangelio, la redención, el juicio final y la eternidad. Responde a nuestras preguntas más difíciles, tales como, ¿por qué existen el pecado y el sufrimiento, y qué esperanza podemos tener frente a un mundo caído? Lo que es más importante, nos permite, como pecadores culpables, saber qué esperanza podemos tener de ser perdonados y bienvenidos nuevamente a una relación correcta con nuestro Dios Creador: el mensaje del Evangelio de la vida perfecta, la muerte expiatoria y la resurrección de Jesucristo. Estas son de hecho las cosas de “primera importancia” (1 Corintios 15:1-3).
Dios ordena a su pueblo que haga precisamente esto: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Con diligencia las enseñarás a tus hijos” (Deuteronomio 6:6-7a).
Enseña a tus hijos a conocer y amar la Palabra de Dios. Pero no solo les digas, muéstrales. 2. Enséñeles la bondad del orden de la creación de Dios para hombres, mujeres, sexo y matrimonio. Además de enseñarles el Evangelio y la verdad de la Palabra de Dios, es absolutamente crítico que los padres enseñen a sus hijos la bondad del orden biológico y moral fijo de Dios, o lo que podríamos llamar el orden de la creación. Nuestros niños realmente están creciendo en un “mundo nuevo y valiente”. Uno que no sabe cómo responder preguntas como «¿Qué es una mujer?» Uno que celebra a los hombres, como William Thomas, nadando contra las mujeres (y «ganando») a nivel universitario.
Si bien es importante denunciar el libertinaje, es igualmente importante enseñar a sus hijos acerca de la bondad y la belleza del diseño del orden de la creación de Dios para hombres y mujeres. Rechaza la oscuridad y enciende una vela. Enséñeles cómo Dios hizo al hombre y a la mujer diferentes, pero que ambos están igualmente hechos a la imagen de Dios. Enséñales que el matrimonio solo puede ser entre un hombre y una mujer porque así es como Dios, en Su sabiduría, diseñó la procreación, la forma en que más portadores de imágenes llenarán la tierra (Génesis 1:28). La naturaleza fija del sexo biológico, la bondad del matrimonio entre un hombre y una mujer, y la realidad de que Dios creó el sexo para ser disfrutado dentro del contexto de una unión matrimonial exclusiva, monógama y comprometida de esposo y esposa, y solo entre esposo y esposa. no son conceptos “anticuados y mojigatos”, ¡son los cimientos de la sociedad! Celebra estas verdades con tus hijos.
3. Asegurar que su educación sea la formación moral y no el adoctrinamiento sin sentido Durante más o menos el último año, las aguas residuales de gran parte de lo que pasa por el plan de estudios de las escuelas públicas se derramaron en las calles públicas para que los padres las vieran. La Teoría Crítica de la Raza y la Teoría Radical de Género se enseñan en las aulas y la pornografía se coloca en los estantes de las bibliotecas. Más allá de esto, a los estudiantes se les enseña a odiar a su país y ser escépticos del cristianismo, si no lo rechazan por completo.
Una forma de ayudar a sus hijos a estar preparados para oponerse al progresismo es recuperar el control de su educación por parte del estado. Si su escuela pública local no está públicamente comprometida a mantener la basura fuera del salón de clases, considere la educación cristiana, ya sea una escuela privada, educación cristiana clásica o educación en el hogar.
Hagas lo que hagas, asegúrate de saber cómo y qué están aprendiendo tus hijos. Necesitan educación, no adoctrinamiento.
4. Entrénelos para detectar «cantos de sirena» culturales y prepárelos para «matar dragones» En la mitología antigua, las sirenas se presentaban como hermosas mujeres sentadas sobre rocas en los mares, cantando canciones a los marineros que pasaban con la esperanza de atraerlos a su muerte mientras estrellaban sus barcos contra las rocas invisibles. Considere cuántas películas de Disney comienzan con esta premisa básica: un niño (la Sirenita, Simba, Luca) quiere algo que los padres les dicen que no pueden tener. Los padres les dicen a los niños que deben confiar en ellos, quedarse en casa y abrazar la tradición y la obediencia. Pero el niño “sigue su corazón” y desobedece. ¿Cuál es la moraleja? Ignora a tu familia, rechaza la tradición y traza tu propio camino. Este mensaje está en todas partes. Como padre, debe aprender a detectarlo.
l punto no es poner a sus hijos en una burbuja. El punto es equipar a sus hijos para detectar la seducción del mundo malvado. Ese es uno de los temas dominantes del libro de Proverbios: tenga cuidado con los caminos malvados y (genuinamente) tentadores del mundo y busque la sabiduría de Dios en su lugar. Además de detectar sirenas, los niños deben saber que los dragones son reales y representan una amenaza para sus propias vidas. Pero para ayudarlos a detectar las sirenas y contrarrestar a los dragones de este mundo, usted (y ellos) deben aprender a detectarlos y matarlos primero. Una manera simple de hacer esto es preguntarse constantemente: «¿Qué es este libro, programa, canción, película, etc., que enseña a mis hijos sobre Dios y la familia?»
Es posible que se sorprenda de lo que escucha cuando comienza a escuchar con atención.
Conclusión Considere esto: La serpiente en el Jardín del Edén fue la primera progresista. Cuestionó la verdad de la Palabra de Dios, sembrando dudas en la mente de Eva. Desafió el buen orden de la creación de Dios al tratar de socavar a Adán. Cuestionó la bondad de la tradición que Adán y Eva habían recibido de Dios, diciéndoles que la rechazaran y trazaran su propio camino, libres de costumbres y restricciones. Les dijo que abandonaran la imagen de Dios a la que fueron hechos y los animó a rehacerse a la imagen del deseo personal. Recuerde, los progresistas quieren que sus hijos odien a sus familias y rechacen a Dios. Esto va en contra del Primero y Quinto Mandamientos. Por lo tanto, ayúdelos a protegerse de esto y prepárelos con estos cuatro pasos y muchas oraciones.
