La edición 33 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara fue el marco de la presentación de Bidi en México, una biblioteca digital que rompe los límites de disponibilidad de textos.
La edición 33 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara fue el marco de la presentación de Bidi, una biblioteca digital que permite a instituciones educativas, empresas y gobiernos, ofrecer a sus estudiantes y usuarios la posibilidad de tomar libros electrónicos en préstamo.
Desde hace varios años Bidi se expande en diversos países de América Latina, pero recientemente decidió apostar en Ciudad de México con la apertura de las oficinas del grupo argentino Vi-Da Tec en tierras aztecas.
“El objetivo es expandir las bibliotecas digitales en el país para lograr un impacto social, asociándonos con las instituciones locales que ya realizan actividades de promoción de lectura”, aseguró María Spagnuolo, directora de negocios de Vi-Da Tec.
Tambièb resaltó la importancia de crecer en México a través del impacto social y la educación, en especial entre los más jóvenes que “si bien tienen ya una cultura digital”, necesitan actividades de promoción de la lectura de forma constante.
Además de la nueva apuesta por México, Vi-Da Tec también cuenta con “Poder Latino”: un catálogo de editoriales independientes de América Latina que dan su primer paso digital en el mundo del e-commerce, la suscripción y las bibliotecas digitales.
Este catálogo ya cuenta con más de cincuenta sellos de varios países como Argentina, México, Chile, Uruguay, Bolivia y Colombia. Sin embargo, sigue creciendo ante las nuevas perspectivas que ofrece lo digital en términos de costos y distribución.
El modelo de bibliotecas digitales nació en Estados Unidos y se fue replicando en distintos países. Hoy, en Argentina, el proyecto de mayor madurez es BiDi, que se creó en 2015 y desde entonces ha desarrollado acuerdos con universidades, empresas, instituciones y sindicatos de Sudamérica, México y EE.UU.
“Las bibliotecas digitales”, dice Juan Pablo Bellini, product manager de BiDi, “no sólo solucionan el acceso las 24 horas, sino que, en un país tan extenso y con realidades sociales tan distintas como el nuestro, la disponibilidad de títulos es, además, fundamentalmente un agente democratizador”.
Si bien las BiDis no están apuntadas en exclusivo al ámbito académico —muchas empresas armaron bibliotecas de libros de literatura o management—, una de las principales áreas de desarrollo es la universitaria. Actualmente, hay BiDis en más 30 universidades de la Argentina, que son utilizadas por alrededor de 115.000 alumnos. “Es un beneficio que la facultad le da a sus estudiantes”, explica Bellini, “ya que, al hacerse cargo de los costos, ellos pueden tener la bibliografía obligatoria de manera gratuita”. Entre los casos de éxito se pueden mencionar a la UBA, la UCA, la Universidad Siglo 21, el ITBA, la escuela de postgrado IAE.
Para Enzo Dimuro, subsecretario de la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, al eliminar la distancia entre el lector y el texto, una biblioteca digital supone un «acceso superlativo a la información imposible de alcanzar con bibliotecas de papel». La elección de BiDi para la facultad se basó en el diseño del catálogo título a título y en la protección de la intimidad de sus alumnos:
“BiDi ofreció la posibilidad de armar una colección personalizada de editoriales fuertes, a diferencia de otras plataformas en las que se ofrece un paquete de material del cual se hace uso efectivo de menos del 20% pero se paga por todo. Además, se pudo implementar una solución informática a través de la cual el alumno accede al material de BiDi exclusivamente desde el catálogo de la biblioteca utilizando el usuario y la contraseña que usa para los otros sistemas de la facultad, sin que esos datos estén registrados en BiDi.”