Editorial
octubre de 2017
El entorno de incertidumbre que se ha generado debido a las propuestas que han presentado los representantes del gobierno de Donald Trump, ha ocasionado que empresarios de su propio país consideren que Estados Unidos manda “píldoras envenenadas” para negociar el TLCAN, algo que puede suponer las pocas intenciones de llegar a una verdadera modernización de este acuerdo trilateral.
Ciudad de México.- Con el argumento de cuidar a los trabajadores estadounidenses, evitar la pérdida de más empleos y equilibrar su déficit comercial, Donald Trump se ha empeñado en tratar de negociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con propuestas consideradas como “proteccionistas” y que no solo ha generado molestias en México y Canadá, sino que algunos grupos de empresarios consideran que sería mejor terminar con este acuerdo que aceptar las condiciones que pretende Estados Unidos.
Entre las propuestas más polémicas se encuentran eliminar mecanismos de resolución de disputas, limitar el comercio de productos frescos y fijar una cantidad mínima de contenido estadounidense en automóviles, además de otras similares para la industria textil.
Thomas Donahue, presidente de la Cámara de Comercio estadounidense, ha declarado que con esta postura, Estados Unidos manda “píldoras envenenadas” para negociar TLCAN y que con esto no se puede esperar un acuerdo final que beneficie a todos, como es lo que se espera.
Pero contrario a los argumentos de Trump, tan solo con el tema de la industria automotriz, en donde Estados Unidos pretende un incremento en el contenido regional para autos a un 85 por ciento desde 62,5 por ciento actual y con un 50 por ciento con componentes de ese país, esto les generaría la pérdida de fuentes de empleos y de inversiones.
Según un estudio del Boston Consulting Group, financiado por la Asociación de Fabricantes de Motores y Equipos (MEMA, por su sigla en inglés) y que retoma Reuters, esta medida podría ocasionar la pérdida de 24 mil empleos y los fabricantes de vehículos migraría a países de costos bajos como China.
“En vez de alentar a más contenido estadounidense, esas cláusulas llevarán a menos contenido estadounidense”, advirtió Ann Wilson, vicepresidenta senior y jefa para asuntos de gobierno de MEMA.
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Empresarios mexicanos prefieren terminar con el TLCAN
Pero el sector empresarial mexicano está dispuesto a ir más allá en el caso de que la postura de Estados Unidos no cambie, ya que prefieren terminar con el TLCAN que tener condiciones desfavorables y además, que se tenga que revisar cada cinco años, como lo proponen los representantes del gobierno de Donald Trump.
Guillermo Vogel, vicepresidente de la siderúrgica Tenaris y quien copresidió el encuentro entre empresarios mexicanos y estadounidenses, en una reunión celebrada en la CDMX y que fue paralela a las mesas de negociaciones del TLCAN en Arlington, Virginia, fue claro al afirmar que “estamos mucho peor con un mal acuerdo que sin un acuerdo”.
Esto a pesar de que el empresario mexicano reconoció que la cancelación del TLCAN afectaría a las tres partes, pero para Thomas Donahue, tampoco es viable aceptar la “cláusula de extinción” que terminaría automáticamente el tratado cada cinco años a menos que se realicen nuevas negociaciones.
“Comenzar a jugar con una economía que no es de mercado sería terrible para nosotros”, señaló el líder empresarial estadounidense y agregó que “una cláusula que cancela el acuerdo cada cinco años le quita todos los dientes al acuerdo como tal”.
Fuente: El Semanario