“Si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, se pasará toda la vida creyendo que es estúpido”.
– Albert Einstein.
A lo largo del año escolar, Fernando ha teniendo problemas con matemáticas. En su salón de clases tiene 24 compañeros, cada uno de ellos con diferentes capacidades y maneras de aprender. Su colegio es uno de los que podemos llamar “pequeños”, pero, a pesar de que su profesor tiene (o debería tener) el tiempo para ayudar a cada uno de sus alumnos, probablemente Fernando no mejorará su desempeño académico.
El sistema educacional hace que encasillemos a los estudiantes dentro de un solo tipo de aprendizaje rígido. Esto provoca que no todos aprendan al mismo ritmo o entiendan los mismos conceptos. El profesor tiene un programa que debe cumplir en un tiempo determinado, sin embargo, a lo largo del ciclo escolar va dejando espacios en blanco en algunos alumnos que, o no entienden, o simplemente tienen una manera diferente de hacerlo. Por otro lado, es prácticamente imposible que el profesor pueda atender las dudas de cada uno de los alumnos.
Al pasar el tiempo, esta incapacidad genera en los alumnos la falta de bases que, con el avance del curso y el grado escolar, se convierten en verdaderos océanos, detonando en bajas calificaciones, mayor distracción en clase y mala conducta.
Las materias de ciencias tienen una secuencia: si hay desconocimiento de cursos anteriores, los nuevos conceptos serán incomprensibles. Con las materias de humanidades sucede lo mismo, por ejemplo, querer aprender la Revolución Francesa sin haber estudiado antes el tema de La Ilustración, resultará muy complicado.
Todo esto genera un sentimiento de frustración y enojo en el alumno y sus padres ante las circunstancias escolares. El chico no sube sus calificaciones porque no tiene las bases necesarias para hacerlo. Los padres entran en desesperación y acuden a clases particulares para “pasar” el curso.
Otro aspecto que debemos de tomar en cuenta como padres y profesores es que “pasar” no significa aprender. Hay alumnos que cumplen con todas sus tareas y trabajos escolares y, sin embargo, no pueden lograr un mejor desempeño escolar. Estudiar o tomar clases solo resuelve los problemas inmediatos del conocimiento, pero no ayudan a tener un proceso firme de bases para avanzar en el colegio.
Estos alumnos requieren de un profesor especializado que, de una manera didáctica y lúdica, cubra aquellas lagunas que hacen que no tenga un concepto pleno de la asignatura y que su avance sea nulo. En este caso, el alumno deberá retomar las lagunas que tiene en el aprendizaje para poder avanzar de manera firme en sus estudios.
Si eres profesor o supervisor en alguna escuela, toma en cuenta estos consejos y trata de cubrir esas lagunas con profesores especializados en su materia y con conocimientos prácticos de enseñanza, para que todos los alumnos puedan avanzar de manera firme y continua en su carrera académica.