Estados e Iglesia ejecutaron a 9 millones en Occidente en los siglos XVI y XVII.
Se estima que nueve millones de mujeres fueron víctimas de un genocidio en Europa y Estados Unidos durante los sigos XVI y XVII, acusadas de brujería. Sin embargo, las brujas no han pasado a la historia por su valor, independencia y sabiduría sino como un icono de maldad y terror, que forma parte de relatos para niñas y niños, películas, literatura y leyendas, que todavía se transmiten de generación en generación.
El feminismo, sobre todo desde los años 70, ha rescatado hasta nuestros días la verdadera historia que se esconde tras la caza de brujas: el nacimiento de un nuevo sistema económico en la Edad Media en el que Iglesia y Estado se aliaron para imponer una moral y un régimen de dominio de las tierras y los bienes en el que cualquier resistencia era pagada con el aislamiento y la muerte.
¿Qué ocurrió entonces con las mujeres que estudiaban los remedios naturales y propiedades de curación de las hierbas? ¿Y las que se encargaban de la natalidad y de practicar abortos?
Apropiación de tierras y violencia sexual
Curanderas, profetas, artesanas,… la actividad de estas mujeres que sostenían comunidades humildes y campesinas las convirtió en sospechosas por desafiar el orden patriarcal y, tal y como se relata en el libro ‘La caza de brujas en Europa. 200 años deterror misógino’, de Anne Lewellyn, fueron perseguidas, torturadas y víctimas de violencia sexual. Muchas ejercían el papel de lideresas espirituales y eran ejecutadas en público como una forma más de intimidar a la sociedad. Y las víctimas idóneas eran viudas de mucha edad, ya debilitadas y dependientes del Estado, así como «mujeres sin marido, hermanos o hijos que eran acusadas de brujería con más frecuencia para apoderarse de sus propiedades», como se indica en la investigación de Carol Karlsen sobre los procesos de brujería en Nueva Inglaterra.
Con estos asesinatos ejemplares, todas las mujeres estaban bajo sospecha si cuestionaban la obediencia. Muchas de ellas eran víctimas de violencia machista en un contexto «de supremacía de las relaciones sociales masculinas». «El sistema patriarcal también explica por qué muchas supuestas ‘brujas’ fueron acusadas por otras mujeres: si una disgustaba o amenazaba a los hombres de la comunidad, también era considerada peligrosa por las mujeres que dependían de estos hombres o que se identificaban con ellos. La interiorización de la «no aceptabilidad es muy profunda», explica Lewellyn.
Alemania: el epicentro en Europa
La caza de brujas fue más o menos intensa en los diferentes estados y países. En Europa, en Alemania y los países de su entorno se produjeron entre la mitad y las tres cuartas partes de las ejecuciones, en Escocia se dieron muchos casos pero en cambio no se conocen en Irlanda. En los países francófonos se asoció la brujería con la «posesión demoniaca». Y en Italia y España, aunque hubo muchas investigaciones, apenas se ejecutaron mujeres.
Es evidente que, a pesar de todo lo que ya se ha escrito y reivindicado desde el feminismo, la verdadera historia de la caza de brujas debe continuar siendo indagada ya que entronca directamente con el origen del feminismo y con una espiritualidad y forma de liderar específica de aquellos grupos de mujeres. Como señalan las integrantes de W.I.T.C.H, «la historia oculta de la liberación de las mujeres comenzó con brujas y gitanas, porque son las más antiguas guerrilleras y luchadoras de la resistencia«.
(Fuentes: ‘Calibán y la bruja’, de Silvia Federici; ‘La caza de brujas en Europa. 200 años de terror misógino’. Editorial Tikal; ‘W.I,T.C.H. Comunicados y hechizos’. Editorial La Felguera).
FUENTE: http://feminismo.about.com/od/historia/fl/Las-cazas-de-brujas-el-genocidio-de-mujeres-sabias-y-libres.htm