Los sentimientos y emociones son parte de tu vida, no son buenos ni malos, son necesarios para la supervivencia, son un recurso para alcanzar tus metas y cubrir tus necesidades.
La culpa es el sentimiento que surge por la creencia de haber lastimado a alguien o haberle generado algún mal (de acuerdo a lo que piensas que es bueno o malo, personal y socialmente); permite darte cuenta o tener conciencia de lo sucedido y te impulsa a reparar el daño. La culpa tiene dos polos: positivo y negativo.
El sentimiento de culpa te ayuda a respetar las reglas establecidas y a adaptarte al medio en el que vives, es algo así como la voz de tu conciencia, es lo que indica si lo que vas a hacer está bien o mal. Sin embargo, puede resultar muy subjetivo en tanto que creas que has cometido una falta y no es así (creencias erróneas), dicho de otro modo, si no estás seguro de las reglas o de ti mismo es posible que puedas atribuirte la culpa de cualquier situación negativa. Esto puede derivar en depresión, inseguridad o, en su defecto, en una personalidad perfeccionista que no admite errores.
Somos seres sociales y como tales, para la supervivencia es indispensable la adaptación al medio. Cuando esta adaptación está fundamentada en el miedo a cometer errores, buscas a costa de lo que sea ser el mejor en todo, llevar varias tareas a la vez, tener las mejores relaciones (según tus creencias) y abarcar tantas cosas que al final terminas por no abarcar nada; y lo que es peor, terminas sintiéndote inseguro, incapaz, débil y culpable de lo que no salió bien.
ACEPTAR el error como parte del aprendizaje te permite evolucionar, y así, convertir el sentimiento de culpa en un sentimiento saludable.
Trabajemos juntos el sentimiento de culpa:
Recuerda alguna situación de la que te hayas sentido culpable y la persona que salió afectada o lastimada por tu causa. Luego recuerda el motivo por el que crees que es así.
Recuerda una situación en la que te hayas sentido mal por las acciones u opiniones de otros hacia ti.
En ambos recuerdos, reflexiona: ¿quién es el responsable del sentir de cada uno?, ¿quién tiene el poder sobre las emociones que cada uno experimenta internamente?
Eres 100% responsable de lo que dices, haces y piensas, asimismo, los otros son 100% responsables de lo que dicen, hacen y piensan. Si aceptas esta afirmación, te darás cuenta de que la culpa es un indicador de la percepción que tienes tanto de ti mismo como de los demás.
La culpabilidad puede ser una gran limitadora de tus procesos mentales, ya que suscita angustia, tensión y miedo, que terminan por generar constantes frustraciones y desasosiegos. Para superar los sentimientos de culpa empieza por aceptar que cometer errores es una característica innata del ser humano, identifica la conducta que te hace sentir culpable y evalúa objetivamente si realmente es una falta. Si es que de verdad has afectado a otras personas, expresa verbalmente tu arrepentimiento, hazles saber cómo te sientes (comunicación asertiva) y libérate del peso emocional pidiendo una disculpa.
Reconocer y aceptar es una salida emocional saludable que evita anclar en nuestro interior un malestar. Dedica tiempo a reflexionar sobre tus procesos emocionales, a veces es fácil caer en trampas de nuestro propio pensamiento y auto sabotearse. Fortalece tu estima, vale la pena conocerse mejor a uno mismo.
Carolina Noreña Grisales Psicóloga psicoterapeuta con especialidad en Desarrollo Humano y Psicoterapia Gestalt.
caronogri@gmail.com
Tw. @caritonogri