La humildad es un tema por demás relevante. Por eso comparto esta frase de Rabindranath Tagore: “Cuanto más grandes somos en humildad, tanto más cerca estamos de la grandeza”.
Siempre he disfrutado de leer, conocer y reconocer a los mexicanos sobresalientes que no solo han cumplido sus metas, sino que han trascendido en diferentes ramos de la vida en este hermoso México.
Esto me ha dado la oportunidad de ponderar la trascendencia del valor de la humildad en deportistas, artistas, políticos, comunicólogos y académicos, entre otros. Pero lo más importante detrás de cada personaje, es descubrir al ser humano que ha tenido logros y más aun si los éxitos alcanzados no han sido motivo para que asuman actitudes de superioridad, sino por el contrario, la sencillez es una de sus características.
Para que alguien viva la humildad se necesitan varios factores, como son: la familia, la educación y los valores. Todo ello faculta a las personas para reconocer sus cualidades y también sus defectos.
Como siempre he dicho, el gran maestro de la vida -que en mi caso fue el deporte- te ubica y te enseña que la formación del ser humano es indispensable para lograr metas. Claro que hay golpes de éxito, por los que algunas veces, sin hacer grandes esfuerzos, una persona logra alcanzar la cima, pero siempre se aprende más de las caídas que de los aciertos.
Es una realidad, cuando estamos en la cima olvidamos que siempre llega el momento de bajar, tal como lo decía mi gran amigo don Joaquín Capilla: “Cada paso que das al bajarte del pódium de premiación, es un día menos de fama”.
He conocido muchas historias de personas cercanas que creen que el poder y el éxito serán para siempre, y cuando se dan cuenta de que las cosas cambian y dejan de estar presentes en el pensamiento y en la memoria de los demás, dan por perdido todo su valor, que estaba solo fincado en su éxito pasajero, porque en su momento perdieron el piso.
Pero también hay grandes historias de amigos admirables que aun teniendo logros importantes siguen parados en el piso, conservando la personalidad que los llevó a ocupar un sitio destacado y son los mismos de antes y de siempre.
La humildad no quiere decir que no sepas lo que vales o eres, por el contrario, mientras más te conoces a ti mismo adquieres mayor seguridad, y como consecuencia, es difícil que caigas en actitudes negativas. Como diría Ernest Hemingway: “El secreto de la sabiduría, el poder y el conocimiento, es la humildad”.
Cuando pienso en la humildad, relaciono este valor con el sentimiento que experimentas como clavadista cuando llegas a la plataforma de 10 metros e inicias el proceso para hacer un parado de manos. La tensión que se vive es grande, pues hay que guardar el equilibrio para que el clavado salga lo mejor posible, y es en ese momento cuando descubres que no hay mejor lugar para tener los pies que el piso.
Vivir la humildad es: saber quién y qué eres, lo que eres capaz de hacer, tener siempre presente de dónde vienes, recordar hacia dónde vas y lo que tendrás que hacer para llegar a ese punto, sin pasar por encima de los demás, pero convencido de que tienes que superarte más cada día.
La frase de Tagore es contundente: “Cuando más grandes somos en la humildad, tanto más cercanos estamos de la grandeza”.
Colaboración de Fundación Teletón México “El autoconocimiento
frena la soberbia”.
Fuente: yoinfluyo