Deja que te cuente…
Que se puede estar sin anunciarlo.
Que, a veces, solamente hace falta un hombro y una caricia en el pelo.
Que no es necesaria una conversación, sino compartir un silencio.
Que no hacen falta preguntas, que hay respuestas que brotan solas. O que no existen.
Que no se juzga, se apoya.
Que hay que distinguir ese “ven” que se grita sin palabras.
Que acudir no es una opción. Sale del alma.
Deja que te cuente…
Que lo que se rompe no se arregla.
Que las palabras que no se dicen no valen para otra vez.
Que los besos que faltan no podrán sustituirse por otros.
Que los sueños que se desvanecen se convierten en humo.
Que de nada sirve quitar la pila al reloj. El tiempo corre.
Que lo que se queda por hacer, se olvida.
Y deja que te cuente…
Que las personas cambiamos. O volvemos a ser.
Que las decisiones que tomamos nos hacen avanzar.
Que los fracasos no son tales vistos con perspectiva.
Que siempre hay opciones.
Que somos capaces de asustar al miedo.
Que la vida es distinta cuando enciendes la luz.
Y ahora que nos sentamos juntos a hablar de la vida sin tenerla ya en común, es cuando te lo puedo contar con tranquilidad. Y hasta puede que me entiendas. O no.
FUENTE: https://nosinmisemes.wordpress.com/2016/04/24/deja-que-te-cuente/