Una dieta rica en antioxidantes y el ejercicio constituyen una llave maestra para prevenir daños neurológicos y mantener en buen estado el funcionamiento cognitivo.
La actividad cerebral no sólo se ve alterada por razones genéticas. También existen variadas dinámicas habituales que pueden ocasionar este tipo de daño, implicando con ello la eliminación de neuronas o alterando el funcionamiento mental.
Como prevención, la literatura médica ha desarrollado en los últimos años un especial cuidado en seis aspectos cotidianos que implican un intenso riesgo para la dinámica neurológica.
1) Fumar. Uno de sus tantos efectos se relaciona con la disminución del tamaño cerebral, generando condiciones positivas para el desarrollo del Alzheimer. Un reciente estudio de la Universidad de Northumbria (Inglaterra) señala que este hábito origina la pérdida de memoria, problemática que puede revertirse al dejar de fumar.
2) Dormir mal. La falta de sueño en largos y prolongados períodos acelera la pérdida de células del cerebro. Además, dormir con la cabeza cubierta aumenta la concentración de dióxido de carbono y disminuye el oxígeno, causando efectos adversos al cerebro.
3) No tomar desayuno. Tras un ayuno de 6 a 8 horas, el cerebro requiere energía para llevar a cabo todas las funciones. Sin embargo, si no se le brinda la adecuada cantidad de proteínas, vitaminas y nutrientes, se genera un evidente daño estructural, lo que implica la muerte de neuronas por falta de energía y sobrecarga de trabajo.
4) Comer en exceso. Comer demasiado afecta la circulación y la oxigenación cognitiva. A eso debe agregarse que un alto consumo de azúcar impide una adecuada absorción de proteínas y nutrientes que permiten producir nuevas neuronas.
5) Estrés. Este estado no sólo elimina neuronas, sino que -peor aún- impide su renovación. Estudios dados a conocer en el Journal of Neuroscience indican que el estrés agudo dificulta la supervivencia de nuevas neuronas, muriendo a los pocos días.
6) Hipertensión. La presión sanguínea alta debilita las pequeñas arterias del cerebro, lo que puede desencadenar daño neuronal. Según un estudio de la Universidad de Alabama, publicado en la revista Neurology, la pérdida de neuronas está asociado con los problemas de memoria, especialmente después de los 45 años, debido a la hipertensión.
Entre los aspectos importantes a considerar -según destaca un estudio publicado recientemente en la revista Journal of Alzheimer’s Diseasees- es que la dieta cotidiana no puede incluir exceso de grasas saturadas y colesterol, ya que eso facilita las condiciones para que el cerebro se inflame, la función nerviosa se altere y la memoria de trabajo o memoria inmediata se reduzca.
La salud cerebral es la mejor decisión que las personas pueden potenciar al cambiar hábitos cotidianos dañinos. En ese sentido, una dieta rica en antioxidantes y el ejercicio constituyen una llave maestra para prevenir daños neurológicos y mantener en buen estado el funcionamiento cognitivo.
FUENTE: http://lifestyle.americaeconomia.com/articulos/seis-habitos-que-matan-las-neuronas