Corrupción en la FIFA, doping en el atletismo…sobran razones, dirían algunos, para desencantarse definitivamente con el deporte.
Pero también hay innumerables motivos para no perder la esperanza.
No sólo abundan las historias de entrega y dedicación a nivel profesional o amateur. Las competencias deportivas también generan un universo de entusiasmo y posibilidades, en el que participan millones de entusiastas y en el que lo aparentemente imposible se hace realidad.
En la BBC seleccionamos algunas de esas historias y te invitamos a enviar otras igualmente inspiradoras que conozcas a través del formulario a pie de página.
La irreemplazable dama del té de Newcastle United
Para un inglés, todo puede mejorar luego de tomarse unos minutos para detener el ritmo frenético de la vida, respirar profundo y disfrutar una taza de té.
Y Kath Cassidy ha venido generando esos momentos mágicos para jugadores, directores técnicos y periodistas deportivos en la cancha del club Newcastle United desde 1963.
Cassidy ofreció tazas de té a personajes famosos, desde Alan Shearer hasta Alex Ferguson, durante más de medio siglo. Pero finalmente decidió colgar la cucharita este octubre a los 88 años.
«Los jugadores pueden reemplazarse, los directores técnicos también, pero personas como tú, Kath, son irreemplazables», dijo con los ojos humedecidos por alguna lágrima el exdirector técnico del club, Kevin Keegan.
Jay Beatty y su histórico gol
Un fan de 11 años del equipo escocés Celtic con síndrome de Down se llevó el premio del Gol del Mes concedido por la Liga Profesional del Fútbol Escocés en enero.
El 97% de los aficionados que participaron en la votación eligieron el tanto convertido por Jay Beatty.
El niño fue llevado en andas en la cancha de Celtic Park por su jugador favorito, Georgios Samaras, durante las celebraciones del título obtenido en mayo de 2014.
Jay fue invitado también a los vestuarios a hablar con el equipo antes del partido y en el medio tiempo tuvo la oportunidad de convertir su histórico gol, en medio de cánticos alentadores desde las tribunas: «¡Hay sólo un Jay Beatty!»
Un regalo inesperado a un seguidor sin techo
Matt Bradley tenía entradas para ver un partido de fútbol entre el club Bournemouth y el Newcastle en la ciudad de Bournemouth, en el sur de Inglaterra, con su padre.
Pero cuando a ultimo minuto surgió un imprevisto y su padre no pudo ir al juego, Matt decidió regalar la entrada a un hombre sin techo que encontró fuera del estadio.
Matt vio el partido con Gordon Roberts, de 86 años, y ambos compartieron una taza de té en el medio tiempo.
El equipo de Bournemouth, conocido como los Cherries, o Cerezas, perdió 1 a 0.
El ensayo de un niño de cuatro años
Un niño convirtió el tanto de su vida en un partido amistoso de rugby para recaudar fondos de caridad en Australia entre los equipos Queensland Legends y New South Wales Legends.
Un try que pasó a la historia del rugby australiano.
El menor, de cuatro años, se había perdido y apareció en el terreno de juego.
Un jugador del New South Wales le pasó el balón y lo alentó a correr, y los rivales simularon hacerle un bloqueo mientras el niño recorría la cancha imparable a toda velocidad para convertir un ensayo que seguramente siempre estará en su memoria.
«Soy jockey y estoy para quedarme»
Michelle Payne pasó a la historia al convertirse en la primera jockey femenina en ganar la copa Melbourne en Australia.
La menor de 10 hermanos, Payne creció en el campo. Fue criada por su padre, luego de perder a su madre cuando tenía solo seis meses de edad.
Payne se ha recuperado de varias lesiones graves y su asistente en los establos es su hermano Stephen Payne, que tiene síndrome de Down.
«Éste es un deporte tan machista, que sé bien que algunos de los dueños de los caballos querían sacarme de las competencias», dijo Payne, de 30 años.
«Pero a ellos les digo, les guste o no, estoy para quedarme, porque las mujeres pueden hacer cualquier cosa que deseen».
El amigo por carta de la Liga Premier
Manchester United pagó más de US$40 millones por el jugador Morgan Schneiderlin.
Pero un contrato millonario no ha impedido que el futbolista francés se mantenga leal a sus seguidores.
Schneiderlin responde a todos y cada uno de los mensajes que recibe de sus fans, escribiendo a mano la dirección en los sobres, en los que incluye también una foto autografiada.
Un funcionario del club dijo a un periódico inglés: «Morgan viene cada semana y se lleva todas las cartas a casa para leerlas y responder a sus fans».
«Eso muestra cuán humilde es».
Un asunto de familia. Unidos para el traitlón
«Cuando corro siento que mi discapacidad se desvanece».
Ésas son las palabras de Rick Hoyt, que tiene parálisis cerebral, es cuadriplégico y usa un silla de ruedas. Pero nada de eso le ha impedido competir en más de 1.000 carreras, gracias a la enorme esperanza y dedicación de su padre, Dick, quien lleva, alienta y empuja a su hijo en triatlones, maratones y otros eventos a lo largo y ancho de Estados Unidos.
Rick, actualmente con 53 años, y su padre Dick, de 75, viven en Massachusetts. Completaron su primera carrera en 1977 y su último evento fue el maratón de Boston en 2014.
Lágrimas y garra en la pista
«Por un segundo, pensé que me habían disparado», dijo Derek Redmond al describir el momento en que se hicieron trizas sus sueños de ganar una medalla olímpica en los 400 metros en Barcelona 92.
Derek Redmond logró llegar a la meta en Barcelona 92 con la ayuda de su padre.
El atleta británico estaba en plena carrera cuando una lesión en un tendon lo paró en seco.
En medio de un agonizante dolor físico y emocional, Redmond colapsó en la pista mientras otros competidores completaban el evento.
Con una voluntad de hierro, el atleta británico logró ponerse de pie y comenzar a avanzar a los saltos.
Su padre bajó de la tribuna y le ayudó a cruzar la meta final.
Héroe en alta mar
El navegante británico Pete Goss estaba participando en el peligroso evento Vendee Globe en 1996.
La Vendée Globe es considerada por muchos la prueba con mayúsculas de la vela oceánica. Se trata de dar la vuelta al mundo en solitario, sin escalas y sin asistencia.
Goss recibió un pedido de ayuda de otro competidor, el francés Raphael Dinelli, cuyo bote se estaba hundiendo en pleno Océano Antártico.
El británico giró su embarcación 180 grados y navegó por dos días hasta que llegó hasta Dinelli, a quien encontró casi congelado en una balsa.
Goss no solo salvó la vida del deportista francés. También completó el evento en 126 días y 21 horas, un récord entonces para un navegante británico.
El navegante fue reconocido por sus acciones por la reina Isabel II y recibió la Legion d’honneur de manos del presidente de Francia.
El poder del deporte para unir
Fue hace 20 años, pero quien podría olvidar ese momento.
Nelson Mandela, entonces presidente de Sudáfrica, entregó el trofeo Webb Ellis al capitán del equipo sudafricano de rugby, Francois Pienaar, luego de que los Springboks vencieran a Nueva Zelanda por 15-12.
El rugby era el deporte que simbolizaba la opresión de la mayoría negra a manos de la minoría blanca.
Pero Mandela transformó a la victoria del país anfitrión en un estímulo para crear sentimientos de unidad y esperanza tras décadas de opresión, odio y divisiones.