La realidad es que esto de hablar de izquierdas y derechas es hasta cierto punto un tema que ha perdido vigencia plena. Pero lo cierto es que sí hay ciertos rubros de orientación ideológica y de políticas públicas que son propias de una u otra vertiente de gobiernos.
Autor: Juan Francisco Torres Landa
Parecería ser que la principal diferencia tiene que ver con el hecho de que los gobiernos de izquierda quieren tener poderes públicos con mucho más funciones y alcances, desplazando a la iniciativa privada y restringiendo derechos de particulares.
Por el otro lado los gobiernos de derecha prefieren dar mayor juego a ciudadanos y empresarios, dejando al gobierno a cargo de tareas esenciales. En términos más modernos me parece mejor hablar de gobiernos que den resultados frente a los que solamente se dedican a dar excusas.
Al final del día lo que el electorado en cualquier nación requiere es que haya instituciones sólidas, derechos humanos plenos y respetados, movilidad social real, finanzas públicas sanas, economías con crecimiento, certeza para la inversión, piso parejo, infraestructura de clase mundial, y en general mejores condiciones de vida. Todo lo demás es académico. Y por ello es que toda esta reflexión viene a ser relevante por razones de peso para México. Lo primero es porque estamos a fines de año y hay que revisar lo que ha sucedido en los últimos 12 meses y perfilar lo que viene en 2026. Pero, sobre todo, porque con en base lo sucedido en el hemisferio existen elementos sólidos para considerar que un vuelco y cambio de rumbo es no solamente viable, sino deseable y oportuno.
La posibilidad de que haya un movimiento pendular es sintomático, porque no teniendo en México sino solamente una deriva autoritaria, entonces tenemos una oportunidad relevante de corregir el rumbo y hacer lo que ya se ha demostrado posible y real en muchas otras naciones en Latinoamérica.
2026 tiene que ser el año donde todo se prepare para consolidar el funcionamiento de un gran movimiento que parta desde la ciudadanía para que en México no se siga perpetrando una estructura dictatorial y por el contrario se logre el cambio que en otros países ya se logró para enfocarnos en que la consolidación democrática sea posible y no tengamos el proceso de destrucción que Morena quiere perpetrar. Se va a poder y lo vamos a lograr. México merece un mejor destino y simplemente hay que aprender del ejemplo de los países que ya mostraron el rumbo.
Con base en lo que en 2026 se realice tendremos las bases para que en las elecciones de 2027 se logren impulsar los cambios para botar con votos a quienes no han sino socavado el desarrollo político, económico y social del país y que deben ser castigados por ello en las urnas.
En los hechos se va a demostrar que el gobierno que llegó a México desde finales de 2018 constituyó una apuesta equivocada. Por ello los nuevos partidos políticos de oposición que se confirmen en 2026 jugarán un papel relevante al cambiar las reglas del juego y hacer que la alternancia sea convincente y exitosa. Al tiempo.
