InicioDesarrolloEducación¿Esto que hacemos es Unschooling o no?

¿Esto que hacemos es Unschooling o no?

No hay una forma correcta o incorrecta de practicar el Unschooling.

He oído todo tipo de comentarios sobre qué es y qué no es el Unschooling. Que manía tenemos con querer hacer o practicar algo siguiendo no sé qué pautas o formas… Algunas mamás me han preguntado que si proponer alguna que otra actividad valdría. Que si eso se podría seguir llamando Unschooling. No pasa nada por proponer siempre y cuando el niño tenga la libertad de escoger hacerlo o no. «Y si le enseño las consonantes, vocales, los números, le pongo sumas…» «Eso se consideraría unschooling o ¿no?.» Yo le preguntaría a la mamá si ha sido el niño quien primero ha mostrado interés por las letras o números o si ha sido ella la que quiere enseñárselo. Si el niño ha mostrado primero ese interés, ¿Qué problema hay con mostrarle lo que parece interesarle?. Muchos piensan que si una mamá o papá es Unschooler no da clases, no enseña… Confundimos cosas, creo yo. Unschooling no es algo que se haga al niño o algo que no debamos hacer al niño. Supongamos que tenemos a dos madres explicando a sus hijos respectivamente cómo se escribe su nombre o cuantas monedas de 10 céntimos hacen un euro o por qué es mejor hacer algo así a asa. Ahora os digo que una es unschooler y la otra no. No olvidemos que las dos dicen y hacen lo mismo en los dos ejemplos. ¿Cómo es posible, sino se diferencian en nada?, dicen lo mismo, ponen los mismos ejemplos, utilizan los mismos materiales… La única y principal diferencia esta en el interés y motivación intrínseca del niño, en este caso su hijo. La mamá Unschooler le está explicando las letras que forman su nombre por que su hijo lleva unos días preguntando por esos signos y quiere saber cómo se utilizan para formar su nombre. La otra mamá piensa que ese es un buen momento para sentar al niño y empezar a enseñarle las vocales luego las consonantes y luego le dirá que hay que juntarlas… Pero ese niño aun no había preguntado ni mostrado interés por las letras si no que ha sido la mamá con toda su buena intención y voluntad la que ha decidido que los lunes es el mejor día de la semana para hacer lectro-escritura ya que su hijo va a cumplir los 6 dentro de poco. Nadie dice que lo que hace la segunda mamá esté mal. Simplemente esa forma de enseñar no es respetar el ritmo natural del niño ni sus intereses y/o necesidades si no las muestras, eso no es Unschooling. En cambio la primera mamá todo y parecer que hace lo mismo, no podemos olvidar, omitir el gran detalle de que primero el nene/a ha «pedido», ha mostrado interés, ganas de saber… Y lo mismo sucedería con lo de las monedas. Si un niño lleva tiempo, días… interesado en el dinero, ve a su mamá ir a comprar, da y recibe dinero… A veces solo da una moneda pero luego le devuelven 3 de más pequeñas y de distinto color. Se fijan en todo y un buen día sale la pregunta del millón: ¿por qué hay monedas grandes y pequeñas?, ¿por qué te dan cambio?, ¿Qué vale más el papel o la moneda?, ¿Cuántas monedas pequeñas se necesitan para hacer un euro?…Lo que no sería, tampoco, Unschooling es dejar al niño con sus dudas y no hacer lo posible por responderle y/o ayudarle a resolverlas. Cuando decimos, defendemos y constatamos que aprenden solos de una forma natural, no nos referimos a que les dejemos solos y sin apoyo, ni guía, ni consejo. Con eso queremos decir que no hace falta dividir el conocimiento en asignaturas y decidir nosotros qué y cuándo dárselo para que ellos vayan aprendiendo mates, lengua, historia… si no que todo ese interés por el conocimiento ya sale por si solo a medida que lo van necesitando o se van interesando en ello. Simplemente viviendo y viendo. Seguramente el orden y ritmo en que toda inquietad va saliendo no coincida en absoluto con el currículo escolar y es por esa simple razón que pensamos que debemos dárselo nosotros primero o antes. Muchos padres tienen la sensación de que si se les deja esa libertad por saber y aprender según sus intereses y ritmos se van a perder algo cuando en realidad les estamos quitando todo el gusto de descubrirlo por ellos mismos. El verdadero y único saber viene de dentro, de lo que realmente nos interesa o de lo que un buen día necesitamos saber para obtener algo. El llegar a saber o dominar algo después de haber tenido, primero, el deseo de saberlo es uno de los placeres más valiosos de este mundo. Da mucha satisfacción. Y, en mi opinión, es el mejor (por no decir único) camino para mantener esa curiosidad innata que tenemos todos los seres humanos por aprender. Si no hubiera un currículo escolar, ¿haríamos lo mismo con ellos?, ¿y si nos olvidamos del currículo hasta la edad de 12 o 14?. Siempre estamos a tiempo de dar el conocimiento que se supone que deberían saber. Por cierto, se puede saber quienes son todos esos «expertos» que tienen el poder de decidir qué es lo que nuestros hijos deben o no saber y cuando. Que, por cierto, muy pocas veces coincide con lo que realmente les interesa y/o necesitan. Si todos respetásemos esos ritmos y confiásemos más en los procesos naturales de aprendizaje nos sorprenderíamos de todo lo que son capaces de querer saber antes de esa edad. Quizás para entonces todos nos habríamos convertido en Unschoolers y ya nos sería más fácil seguir en ese camino. Dándoles esa oportunidad de elección sobre su querer saber y la libertad necesaria para poder explorar con seguridad, es el único modo de dejarles ser ellos mismos al máximo con el mínimo de interferencias por nuestra parte y saber y aprender a escucharse y poder decidir en un futuro y tomar serias decisiones sobre qué es lo que quieren o no en la vida. De hecho ese, en mi opinión, es el conocimiento más difícil y valioso de obtener y precisamente no lo obtenemos haciendo lo que otros nos digan o manden si no siendo libres para poder escoger.

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Fuente: Yvonne Laborda

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