Les deseo a todos los queridos miembros de la familia Miraflores que el 2015 sea el mejor de todos los años: lleno de bendiciones de Dios Nuestro Señor y de la Santísima Virgen María.
El año que se va ha sido crítico para todos los mexicanos, ya que –unos más y otros menos, pero todos– padecemos los agobios de una sociedad convulsa y confusa que a fuerza de voluntad, construye su futuro. El 2014 nos ha traído una larga cauda de lecciones en lo personal y como sociedad. Ha sido un año complejo, particularmente difícil para las víctimas de hechos criminales, sus familias, las autoridades, y para el presidente y el gobierno, en general; pero ellos no son ni deben ser los únicos que carguen con el peso de esta dificultad. Algo nos toca a todos.
Cierto que estamos hartos de tanta injusticia, del odio y la violencia, de la corrupción y la inseguridad, de la deshonestidad y el abuso, de la torpeza y la impericia, pero también de tanta cobardía y desgano, de tanta pereza y apatía, de tanta gente buena que reprocha, mueve la cabeza, se lamenta y se voltea para que no lo molesten, de tanto pesimismo y de no hacer nada más allá de hablar. Es muy fácil criticar y destruir, descalificar sin ton ni son, u ordenar el universo frente a una taza de café. Eso lo hace cualquiera y motivos no le faltarán, pues nuestra realidad se los da a destajo.
El país es cuestión de todos, no es asunto solo del gobierno. Lo vamos haciendo cada día con lo que pensamos, decimos y hacemos. Así de simple; ¿quieres soluciones? pues aporta buenas ideas; ¿quieres menos violencia? pues que tus palabras lo busquen; ¿quieres un mejor país? comienza por ti mismo. No es una cuestión de ideología o de partido, es una actitud personal, un compromiso, más grave aun para quienes tenemos contacto con las generaciones jóvenes.
En el ideario de los Colegios Miraflores se subraya la importancia de la formación en valores humanos y cristianos para formar personas atentas a su responsabilidad como núcleos y motores de una sociedad más justa y mejor. En suma, personas que se asusten menos y hagan más. Esa es nuestra respuesta institucional a estos momentos de crisis, y nuestra apuesta a futuro por el país; un futuro que construimos desde ya con cada pensamiento positivo, con cada palabra provechosa y cada acción comprometida. Y eso no depende de nadie más que de nosotros mismos.