Estás a punto de dar a luz. El embarazo ha transcurrido sin contratiempos. Ahora tu bebé está en la posición correcta, llegó a término y nunca te han hecho una cesárea; en otras palabras, el riesgo de que surjan complicaciones es bajo.
¿Cuál de los siguientes será el factor principal para que pases o no por una cesárea?
a) Tus deseos personales
b) El hospital que escojas
c) El peso de tu bebé
d) El ritmo cardiaco del bebé durante el parto
e) El progreso de la labor de parto
La respuesta, según un estudio realizado en Estados Unidos, es b.
En algunos hospitales un bebé grande significa automáticamente que se hará una cesárea pero en otros no. Mientras que en un hospital cierta frecuencia cardiaca fetal podría motivar a la realización de una cesárea, en otro preferirán “observar y esperar”. Las decisiones del doctor importan, por supuesto, pero los hospitales pueden tener reglas que las limiten.
Las cesáreas salvan vidas … cuando son necesarias. Pero hay una enorme variación en los índices de su práctica y muy poca diferencia en los resultados, lo cual demuestra que muchas cesáreas no son necesarias.
En los últimos 15 años, el índice de cesáreas ha aumentado en un 50 por ciento en Estados Unidos. De acuerdo con Jeffrey Ecker, presidente del comité de práctica obstetra del Congreso de Ginecólogos y Obstetras de Estados Unidos, ese aumento “no corresponde con una reducción importante en el índice de padecimientos como la parálisis cerebral”, es decir, en padecimientos que una cesárea supuestamente prevendría.
Las cesáreas implican riesgos para los bebés y pueden acarrear complicaciones graves a las madres, como hemorragias, infecciones y depresión posparto. Tener al primer hijo mediante cesárea hace que una mujer tenga 90 por ciento de posibilidades de que los siguientes tengan que nacer así también. Y con cada nueva cesárea, el riesgo de presentar complicaciones graves aumenta.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos ha establecido la meta de que se practiquen cesáreas en solo el 23.9 por ciento de partos de bajo riesgo para el año 2020. “El porcentaje podría ser aún más bajo, pero es un comienzo”, señaló Elliot Main, director médico de California Maternal Quality Care Collaborative. “Es claro que no debe ser del 30, 40 ni 50 por ciento”.
Un estudio reciente encontró que cuando las pacientes son médicos, y muy seguramente están mejor informadas, las cesáreas son menos comunes.
En cambio, en los hospitales que pagan por servicio prestado, el monto de las ganancias de un obstetra proviene de su participación en el parto. Esto conduce a que se muestren reacios a esperar.
La mayoría de los hospitales siguen pagando por servicio prestado. ¿Hay medidas que estos hospitales puedan tomar para reducir sus índices de cesáreas?
Ahora sabemos que sí.
En 2014, el Pacific Business Group on Health, una alianza de empresas que ofrece una gran cantidad de servicios de salud para sus empleados, comenzó un programa piloto para reducir las cesáreas en tres hospitales de la zona de Los Ángeles. En todos ellos los índices de cesáreas se redujeron un 20 por ciento. Así se han mantenido y ninguno de los hospitales ha registrado ningún aumento de complicaciones.
Las cesáreas pueden costar 50 por ciento más que un parto vaginal y son más lucrativas tanto para los médicos como para los hospitales. Esto constituye un incentivo para que se practiquen más cesáreas.
Los gerentes de prestaciones de empresas locales también habían manifestado sus inquietudes a distintos hospitales.
“Comenzamos a hablar de cómo trataríamos de crear conciencia sobre estas cuestiones y bajar esos porcentajes”, señaló Mikes, y agregó que el hospital dijo a los médicos: “No es algo que nos convenga: acabará por tener un impacto negativo en nuestras finanzas y en la salud de nuestros pacientes”.
“En los círculos académicos existe el consenso de que a nivel poblacional los índices de cesáreas son muy altos”, señaló Ecker. “Sin embargo, muchos de esos mismos doctores también dirían: ‘Mi práctica médica es correcta y buena’. Una cosa es saber que el índice es muy alto, pero decidir qué pacientes no tendrán una cesárea es mucho más difícil”.