De todos los eventos astronómicos que, de tanto en tanto, deambulan por el universo, hay uno que tiene la capacidad de convertir el día en noche y en dos minutos puede transformar el azul de un día cualquiera en un crepúsculo profundo, se trata del eclipse solar.
Este fenómeno se produce cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra, proyectando en una parte de la superficie de nuestro planeta una sombra pronunciada que ante nuestros ojos se ve como si un disco negro de pronto cubrirá la estrella solar y una penumbra invadiera el instante.
Desde el principio de los tiempos, los eclipses de sol han fascinado y aterrado a los humanos. Los primeros hombres no entendían lo que sucedía, sólo veían como algo se iba comiendo progresivamente al Sol. En consecuencia, pensaban que habían hecho enojar a los dioses y hacían toda clase de rituales para que sus deidades no les quitaran el calor. Más tarde la observación metódica del universo permitió a las personas comprender mejor lo que pasaba en el cielo.
Hoy en día se tiene mucha información acerca de ellos. Se sabe, por ejemplo, que aparece uno cada 16 meses, casi nunca en el mismo sitio. También se sabe la manera de predecirlos, de hecho, actualmente es fácil conocer: el lugar y la fecha y la hora en el que ocurrirá este fenómeno.
En honor a lo anterior, es una buena noticia anunciar que el próximo 21 de agosto ocurrirá un eclipse de sol en Norteamérica. Aunque el evento podrá contemplarse en su totalidad en algunas ciudades de Estados Unidos, en nuestro país se podrá observar en su forma parcial, lo que significa que la Luna tapará sólo una porción del Sol.
El eclipse ocurrirá a las 12 del día, y durará 2 minutos con 41 segundos. Por su parte, en la Ciudad de México también podrá verse. Aquí la luna cubrirá apenas 26 % de la estrella, y aunque no será tan contundente como el que hubo en 1991, igual vale la pena estar atentos, subir a una azotea y contemplarlo.
No obstante, antes de planear asistir a esta fiesta astronómica es importante tomar una serie de medidas de precaución para que nuestras retinas no se vean afectadas. Lo que significa que en ningún caso se debe mirar el Sol directamente o a través de filtros improvisados o telescopios no protegidos. Es imprescindible admirar el eclipse detrás protecciones especiales que estén certificadas por expertos.
El eclipse solar es una maravilla sideral que no se repetirá hasta abril del 2024, por lo que es recomendable no perdérsela. Sólo por dos minutos hay que escuchar todo lo que el callado universo tiene para decirnos y entender al fin lo que Carl Sagan decía: “hemos averiguado que vivimos en un insignificante planeta de una triste estrella perdida en una galaxia metida en una esquina olvidada de un universo en el que hay muchas mas galaxias que personas.”
Publicado originalmente en mxcity.mx